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La lectura (Recursos para su comprensión)

1.1 - Lectura y cultura.


Nuestra lengua materna es un instrumento que nos ha permitido relacionarnos profundamente con
los demás seres vivos desde nuestro nacimiento. En principio, a través del lenguaje oral, luego a
través de la lectura.
Aprender a hablar con elegancia y a escribir con precisión, es un trabajo personal que asumimos
con gusto cuando nos damos cuenta de que su consecución será de provecho para nuestra vida
personal y profesional. Es además un reto, porque cuando podemos ver la importancia del asunto,
estamos dispuestos a hacer el esfuerzo que requiere, y no nos conformaremos con el mínimo a
nuestro alcance.
La lectura profunda es uno de los recursos indispensables a la hora de decidir si nos interesa
asegurar un lugar en la vida, y en consecuencia, optamos por ocuparnos de cultivar el intelecto y el
carácter.

1.2 – Lectura como medio de formación y profesionalización


La lectura es la forma más fácil de aprovechar el aprendizaje y las experiencias de antecesores y
contemporáneos para, eventualmente, pulirlas y enriquecerlas.
La competencias necesarias para desarrollarnos en la profesión elegida, requiere el dominio de una
serie de conocimientos y habilidades imposibles de obtener sin el auxilio de múltiples y profundas
lecturas. De no ser por los beneficios que proporciona la lectura cada aprendiz tendría que
comenzar poco menos que de cero a extraer conocimientos de las propias experiencias, y
ciertamente, no llegaría muy lejos aun viviendo doscientos años.
Efectivamente, es imposible profundizar en un tema sin las herramientas adecuadas. Las
experiencias elementales que servirán de plataforma a las nuevas vigencias, y la herramienta básica
para la construcción de una carrera universitaria es el dominio de la lengua en que se impartirán los
conocimientos.
Para lograr el fruto esperado, tenemos que enriquecer conscientemente nuestro intelecto. En la
medida en que optemos por crear buenos hábitos de lectura – hábitos que generen aumento del
vocabulario, razonamiento y capacidad de hacer inferencias- en esa misma medida la expresión
oral y escrita se hará fluida y provechosa.
La lectura es el medio para dominar nuestro sistema de signos lingüísticos. Es claro que se aprende
mejor de lo que más nos gusta. No obstante, aunque requiere más tiempo aprender lo que gusta
menos, la curiosidad natural no ayudará a facilitar la adquisición de nuevos saberes.
1.3 – Lectura analítica
La lectura surge como actividad correlativa a la escritura, cuyo origen tuvo que ver con la
necesidad de conferirle permanencia tiempo-espacio al lenguaje oral. Mediante la lectura se
pretende captar el significado y valor de los signos escritos en un documento.
Hay básicamente dos tipos de lectura: la lectura de fondo y la lectura mecánica. En la primera,
también llamada comprensiva o analítica, interesa el análisis del texto, es decir, las ideas
contenidas y la relación de dependencia que expresan, lo que se pretende, la estructura del
discurso, etc. En cambio en la lectura mecánica o superficial se pretende una visión panorámica,
bien para escapar del aburrimiento o bien para salir del paso.
Ambos tipos de lectura no se excluyen mutuamente, sin embargo. En la práctica ocurre que antes
de abordar un tema desde una óptica profunda, el lector busca una perspectiva panorámica; es
decir, toda lectura comprensiva comienza con una lectura mecánica. La diferencia entre esta
lectura y la de ocio es la actitud ante el texto, de búsqueda en una y de matar el tiempo en otra.
Como la lectura de fondo –o analítica- está encaminada a la formación del lector, prima la
necesidad de adquirir unos conocimientos específicos. Por tanto, es importante analizar la
información, sintetizarla, extraer conclusiones.
En cada autor, junto con la información, aporta en su escrito parte de sus experiencias, de sus
vivencias. De manera que durante la lectura nos involucramos con sus puntos de vista para
interpretarlos, y, si nos conciernen, hacerlos nuestros aportándole elementos innovadores de
nuestra experiencia.
La comprensión de la lectura implica el dominio de diferentes habilidades, tales como
interpretación, retención, reorganización y valoración del material:
a) La interpretación conduce a formarse una opinión acerca del tema tratado, tras identificar las
ideas centrales, predecir resultados o hacer inferencias.
b) La retención tiene lugar cuando se toman medidas concretas para captar los conceptos
fundamentales, datos de interés, etc.
c) La reorganización facilita el establecimiento de secuencias, bosquejar, resumir, y en fin
imprimir orden lógico a los contenidos que capturamos durante la lectura.
d) La valoración es fruto del discernimiento que lleva a diferenciar los hechos de las opiniones, lo
verdadero de lo ficticio, y a disfrutar de la belleza del lenguaje a través de las construcciones
artísticas.

1.4 – El buen lector se hace


Conscientes de que la ley del interés dirige el aprendizaje, es nuestra la decisión de formar hábitos
de lectura óptimos, buenos o mediocres. Los resultados tendrán las mismas calificaciones que los
hábitos que fomentemos; de manera que es una inversión afortunada dedicar tiempo a descubrir los
beneficios de la lectura y disfrutar de ella. Leer por placer es enriquecedor; leer por obligación
resulta infructuoso en la mayoría de los casos.

Las pautas siguientes pueden ser de utilidad para crear buenos hábitos:
a) Se recomienda al principio que la lectura sea sosegada. Leer despacio proporciona tiempo para
entender una idea antes de pasar a la siguiente.
b) Hacer esquemas, elaborar mapas mentales, son formas visuales de disponer la información
para tener un estímulo más concreto a la hora de interiorizar el contenido de la lectura.
c) El valor del uso del diccionario no puede ser minimizado en ninguna circunstancia, incluso
cuando se cree que no se dispone de tiempo.
Tomar tiempo para leer no es una opción para quienes desean cultivar su intelecto. Es una
necesidad. Es vital para lograr la profesionalización y para la formación moral del individuo, con el
añadido de que siempre será mejor más que menos. No obstante, incluso media hora diaria de
lectura consciente y razonada, es relativamente aceptable, y siempre será mejor que no hacerlo.
¿Cómo reconocer que se ha comprendido lo leído?
Orlando Muñoz (2012) considera que cada quien puede medir el grado de comprensión de la
lectura a partir de ciertos indicadores. Son ellos, entre otros:
1º.- Reconocer el esquema textual o tipo de texto: científico, literario, realista, fantástico.
2º.- Capacidad para determinar el tema o asunto general.
3º.- Poder determinar la intención comunicativa del autor.
4º.- Distinguir las ideas principales de las secundarias.
5º.- Capacidad para resumir el contenido básico del tema sin modificarlo.
6º.- Reconocer el vocabulario clave usado en el texto.
7º.- Comprender las referencias culturales implicadas en el asunto.
8º.- Establecer relaciones entre el contenido y las propias vivencias.
9º.- Realizar inferencias o deducciones.

1.5 – La paráfrasis y el resumen como instrumentos de comprensión


Tanto la paráfrasis como el resumen se consideran mecanismos idóneos para evaluar el grado de
comprensión de una lectura analítica. El que puede expresar el contenido de un texto de una
manera diferente, ya agregándole matices, ya reduciendo su extensión, muestra de la manera más
fehaciente que comprendió el objeto de sus lecturas.
En el caso de la paráfrasis, la razón es obvia: se trata de reproducir el contenido de un texto con el
estilo del parafraseador. Por tanto se requiere un conocimiento profundo del texto. En el resumen,
se extraen las ideas fundamentales de un texto, de igual manera se requiere un entendimiento
profundo que permita detectar la jerarquía entre las ideas vertidas por el autor.

1.6 – La paráfrasis
La paráfrasis es la explicación con palabras propias del contenido de un texto para facilitar la
comprensión de la información que contenga dicho texto. Puede satisfacer en la práctica propósitos
muy variados: la aclaración de un vocabulario muy especializado o inusual, expresiones con
sentido figurado, la reducción a prosa de un texto versificado, traducciones de textos extranjeros,
traducciones de textos extranjeros, declaración de sentido de un refrán o los cotidianos reportes de
lectura. Todos, o casi todos, los reportes de lectura característicos del ámbito universitario son
paráfrasis de un texto escogido. Modificar el estilo sin afectar el contenido, es el objetivo de
este recurso didáctico.
El parafraseador tiene que leer comprensivamente para poder redactar la paráfrasis; y en sentido
inverso, una lectura compresiva pone al lector en capacidad de poder elaborar una buena
paráfrasis, tanto si se trata del tipo transpositivo como del tipo explicativo.
 Paráfrasis transpositiva: Es llamada también paráfrasis literal. En ella el parafraseador
mantiene una fidelidad absoluta al texto trabajado. Se diría que transpone las ideas con
expresiones diferentes. No le agrega ni quita al contenido, no hace comentarios.
Sencillamente reproduce el contenido con su estilo, vale decir, con las palabras que guardan
significado para él.

 Paráfrasis explicativa: Tiene la particularidad de que acepta contenidos extratextuales que


en algunos casos pueden llegar a ampliar el texto sin modificarlo. Se pueden agregar
comentarios, anécdotas y experiencias del parafraseador, lo que valida la denominación de
paráfrasis amplificativa que también recibe.

1.7 – Pautas para redactar una paráfrasis


La comprensión del texto es la base para redactar la paráfrasis. Para que podamos decir con justicia
que se ha dado un grado óptimo de comprensión, la mayoría de nosotros tenemos la necesidad de
realizar varias lecturas sucesivas, lo que genera una serie de etapas:
1º - Hacer una lectura panorámica que nos pondrá en contacto con el contenido del texto. Con esta
primera lectura veremos si contamos con las experiencias previas indispensables para comenzar a
trabajar inmediatamente o si debemos procurarnos algunos recursos extras como enciclopedias y
diccionarios variados.
2º - Realizar otra lectura para identificar las palabras desconocidas y buscarlas en el diccionario.
En ocasiones incluso palabras que creemos conocer nos pueden dar una sorpresa cuando las
buscamos para afinar la comprensión de su significado. Justo en esta parte, es sabio reconsiderar
que uno de los objetivos principales de la lectura es procurar el aumento del vocabulario.
3º - Una tercera lectura nos dará la oportunidad de desentrañar el verdadero significado del texto y
los propósitos del autor, así como de fijarnos en la organización sintáctica para luego introducir las
modificaciones que harán el material más amigable.
4º - Redactar el primer borrador. Exponer las ideas con nuestras propias palabras. Si hay dificultad
para expresar el asunto, es probable que se necesite una lectura más. Sin embargo, el tiempo que te
tome no es tan relevante como la satisfacción por un buen producto, tu producto.

5º - Revisar el borrador para garantizar que las ideas importantes aparecen debidamente sostenidas
por las complementarias. Es de rigor vigilar que el contenido no haya sufrido modificaciones.
Luego, prestar atención a los signos de puntuación, a la ortografía de las palabras, al empleo
adecuado de los conectores. En síntesis, fijarte si el resultado es positivo y satisfactorio.

1.8 – El resumen como estrategia


El resumen es una estrategia de enseñanza y también de aprendizaje que consiste en identificar las
ideas más importantes de un texto, y reducirlas a la mínima expresión, siempre atendiendo a
conservar la integridad del tema planteado por el autor. El resumen permite que el profesor
muestre a sus alumnos la forma de discriminar lo relevante de lo irrelevante, y al estudiante le
facilita la retención del material estudiado, en tanto que es fruto de numerosas lecturas.
En un resumen de calidad no es válido enumerar una a una las ideas fundamentales del tema, sino
que en perfecta coherencia interna, se organiza el contenido nuevamente de manera que se
enfaticen los aspectos relevantes al tiempo que se descarta la información complementaria o
accesoria.
Un buen resumen es aquel que reporta el mayor número de ideas contenidas en el texto estudiado
con el menor número de palabras.
La fidelidad al contenido es indispensable al elaborar un resumen. No es pertinente introducir
planteamientos extraños al texto.

1.9 – Pautas para redactar un resumen


Para estar en capacidad de hacer un buen resumen, es necesario comprender el tema a cabalidad.
Para redactar un buen resumen hay que llevar a cabo un proceso que implica una serie de pasos:
1º Hacer una lectura panorámica para establecer el contacto con el contenido.
2º Realizar otra lectura para identificar las palabras desconocidas y buscarlas en el diccionario.
Siempre es útil considerar que uno de los beneficios principales de la lectura es que propicia un
aumento del vocabulario.
3º Realizar una tercera lectura para identificar las ideas fundamentales y las secundarias que
las sustentan, a diferencia de aquellas que sólo tienen el fin de ilustrar o recalcar la
información. Se recomienda subrayar con colores diversos las ideas núcleo de las que las apoyan o
amplían el concepto.
4º Elaborar el borrador. Exponer las ideas básicas, bien con tu estilo, bien conservando el estilo
del autor. Si hay dificultad para expresar el asunto, es probable que necesites una lectura más. De
ninguna manera cometas el error de tomar por separado un poco del principio, otro tanto del medio
y algo del final. Eso no ayudaría a hacer un resumen ni siquiera mediocre.
5º. Revisar el borrador para que no falten aspectos importantes del texto trabajado. Corregirlo.
Ver que se pueda leer con agilidad, que los nexos estén en el lugar que les corresponde de acuerdo
con la nueva organización del material y reflejen la relación exacta entre las ideas enlazadas. La
coherencia interna de las ideas resumidas debe ser visible en el escrito. Hay, además, que prestar
atención a los signos de puntuación, al uso correcto de las palabras, y, si te parece, a la elegancia
del estilo.
1.10 – Ventajas del resumen
La ejercitación constante en elaborar resúmenes, ayuda al participante a mejorar su forma de
expresarse, no sólo porque las lecturas sucesivas contribuyen a aumentar su repertorio lexical, sino
porque con la práctica adquirida en esta tarea, el pensamiento se hace cada vez más ágil.
Por otra parte, la elaboración de resúmenes pone al participante en una situación óptima a la hora
de la evaluación, toda vez que la internalización del material se produce de manera racional, y está
por tanto menos sujeta al eventual deterioro de la memoria. Otra ventaja obvia es que quien se
ejercita en la redacción de resúmenes, desarrolla la capacidad de expresar grandes cantidades de
información en un tiempo mínimo, cuando las circunstancias así lo exigen.

1.11 – Mapa conceptual


Los mapas conceptuales son estructuras gráficas que representan ideas o conceptos relacionados.
Son recursos que facilitan tanto el aprendizaje como la enseñanza.
El mapa conceptual se caracteriza por presentar la información de manera jerarquizada,
comenzando por los conceptos más abarcadores, y terminando por aquellos que están implícitos en
los anteriores. La parte media está conformada por información menos general que la que encabeza
la gráfica y más concreta que la que aparece al pie. De manera que la organización queda
completamente ordenada por niveles de generalidad-concreción.
La estructura gráfica se establece a través de cuadrados denominados nodos, que contienen los
conceptos, los cuales se enlazan con los otros medios mediante una flecha, con o sin punta,
acompañada de palabras indicadoras de la relación existente.

1.12 – Cómo elaborar un mapa conceptual


Es preciso identificar cuáles niveles tienen la misma jerarquía y cuáles forman partes de otros
conceptos más generales o, por el contrario, abarcan otros más específicos.
En el libro “Estrategias docentes para un aprendizaje significativo. Una interpretación
constructivista”, los autores Frida Díaz-Barriga Arceo y Gerardo Hernández Rojas (1999, p.195),
proponen una sucesión de pasos para la construcción de un mapa conceptual en los cuales me baso
para recomendarte los siguientes:
1.- Haz una lista de los conceptos involucrados.
2.- Identifica el núcleo del asunto, y úsalo para encabezar la gráfica.
3.-Clasifica los demás conceptos por su nivel de generalidad o de concreción.
4.- Establece cuáles conceptos tienen un nivel de concreción inmediatamente menor. Los más
inclusivos son los que deben formar la parte superior de la estructura.
5.- Observa si hay conceptos similares por su grado de concreción, y ubíquelos en el mismo nivel.
6.- Cada nodo debe contener el concepto que le corresponde, mientras los tipos de relación se
establece mediante palabras indicadoras y flechas.
7.- No te conformes con un solo mapa por concepto. Repetirlo te puede presentar opciones de
relación que no contemplaste la primera vez.
1.13 – Mapa semántico
Como su nombre lo indica, el mapa semántico tiene como uno de sus principales objetivos el
aumento del vocabulario. Este tipo de mapa muestra a los alumnos, a través de estímulos visuales,
la relación que guardan las palabras entre sí. En general, funciona como recurso didáctico en las
fases de pre-lectura y post-lectura.

1.14 – Cómo diseñar un mapa semántico


1.- Se recomienda iniciar el mapa semántico con una lluvia de ideas acerca del tema elegido.
Cuando se emplea como mecanismo de pre-lectura, podría comenzarse por una ojeada al libro y a
las pestañas internas.
2.- Clasificar los términos surgidos por su cercanía semántica con la palabra a estudiar.
3.- La palabra núcleo debe quedar en el centro, y luego se van agregando las que están más
relacionadas, ya por el significado, ya por su condición de características del vocablo nuclear.
4.- Propiciar una discusión alrededor del tema, si se emplea en la pre-lectura como mecanismo de
enseñanza. Si el alumno lo ha empleado como estrategia de estudio, entonces verificar los
resultados después de la lectura.
5.- Revisar si están presentes todos los elementos importantes.

Conocimientos generales: Resumen de la unidad.


Comprender un asunto por medio de la lectura implica el ejercicio de diferentes habilidades, tales
como interpretación, retención, organización y valoración:
 La interpretación consiste en formarse una opinión acerca del tema tratado después de
identificar las ideas centrales.
 La retención es vital a la hora de captar conceptos fundamentales, datos de interés, etc.
 La organización es indispensable para establecer secuencias, bosquejar, resumir e imprimir
orden lógico a los contenidos que capturamos con la lectura.
 La valoración nos lleva a diferenciar los hechos de las opiniones, lo verdadero de lo falso, y
a disfrutar de las construcciones artísticas.

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