Está en la página 1de 4

Qué es la rinitis

La rinitis es un trastorno que afecta a la mucosa nasal y que


produce estornudos, picor, obstrucción, secreciones nasales y, en ocasiones, falta de olfato.
Estos síntomas se presentan generalmente durante dos o más días consecutivos y a lo largo de más de
una hora la mayoría de los días.
La rinitis alérgica es la forma más común de rinitis no infecciosa, sin embargo, no es igual a asma, pero
puede ser un indicador de que la persona que la padece tiene una especial predisposición a desarrollar
más adelante los síntomas (tos seca, sensación de falta de aire, sibilancias, etc.) característicos de una
hiperreactividad bronquial.
Además, la presencia reiterada de rinitis debe ser motivo de consulta a los especialistas para su estudio
y eventual establecimiento de medidas de tipo preventivo que eviten la aparición de asma o sirvan para
el tratamiento precoz del mismo.

Conjuntivitis alérgica
la conjuntivitis alérgica está vinculada en muchos casos con la rinitis, dando lugar a la
rinoconjuntivitis alérgica.
Las manifestaciones de la rinoconjuntivitis son lagrimeo, picor, escozor ocular, congestión y
enrojecimiento. Ésta suele producirse con mayor frecuencia ante alérgenos de exterior, como el polen y
el moho. “En algunos estudios sobre alergia al polen, la conjuntivitis está asociada a la rinitis alérgica en
el 75 por ciento de los casos”, señalan.

Incidencia
La rinitis afecta en torno al 10 y el 25 por ciento de la población mundial. En España, los síntomas
nasales son los motivos de consulta en los servicios de Alergología en el 57,4 por ciento de los
pacientes y se estima que tiene un 22 por ciento de prevalencia.
"en los últimos años ha habido un aumento progresivo de la rinitis alérgica, siendo el principal motivo de
consulta de los Servicios de Alergología, Las razones son principalmente "ambientales y genéticas". 
Causas
Es más frecuente en "pacientes con historial personal y familiar de atopia y en pacientes que
viven en zonas con mayor índice de contaminación o los que están expuestos al humo del tabaco",
según la experta del Hospital de Getafe. 
El principal factor que causa la rinitis son los aeroalérgenos, que suelen clasificarse como agentes de
interior, exterior y laborales.
En el caso de los primeros, los más importantes son los ácaros del polvo doméstico (unos parásitos
más pequeños que la punta de un alfiler que se encuentran por centenares en el interior de los
colchones y alfombras de las casas), así como la saliva, los epitelios u orina de animales (gatos, perros,
hámsters).
Los agentes de exterior son algunas especies de hongos atmosféricos y pólenes. Según los
expertos, los que provocan más alergia son los que proceden de las gramíneas, las malezas, como la
artemisa, la ambrosía y parietaria, y algunos árboles (olivo, ciprés, plátano de sombra o abedul).
Por último, la rinitis laboral surge como respuesta a un agente que se transporta por el aire y que está
presente en el lugar de trabajo. Puede deberse a una reacción alérgica o a la respuesta a un factor
irritante. Suelen estar implicados elementos como las harinas de cereales (panaderos, industria de
alimentos precocinados, fábricas de piensos, etc.), las enzimas proteolíticas (fábricas de detergentes,
medicamentos, harinas) y las maderas tropicales.
Síntomas
La rinitis estacional aparece con la llegada del polen. Los afectados pueden notar en la nariz, el paladar,
la parte posterior de la garganta y los ojos un picor que empieza de forma gradual o bruscamente.
Por lo general, los pacientes presentan ojos llorosos, estornudos y la caída de agüilla clara por la
nariz.
Algunas personas pueden tener dolor de cabeza, tos, y jadeos. Además pueden estar irritables y
deprimidas; pierden el apetito y tienen dificultades para conciliar el sueño.
Si la rinitis viene acompañada con conjuntivitis los pacientes pueden tener también picor ocular,
lagrimeo y ojos hinchados y enrojecidos.
"Se puede diferenciar fácilmente de un simple resfriado ya que éste suele durar de 7 a 10 días y a
veces se acompaña de otros síntomas como fiebre y malestar general", destaca Rodríguez Jiménez.

Prevención
La principal acción para prevenir la rinitis es evitar el polen. Las recomendaciones que dan desde el
Servicio Madrileño de Salud son:
Evitar las horas del día donde las cantidades de polen son más altas, especialmente las horas de
la mañana.
 
Descartar las salidas al campo y pasar cerca de parques y zonas verdes.
 
Cuando los árboles, las flores y el moho están floreciendo los especialistas recomiendan no
realizar actividades al aire libre.
 
Mantener las ventanas cerradas de casa para evitar que entre el polen. La primera hora de la
mañana es la mejor para ventilar.
 
Viajar en coche con las ventanillas cerradas y evitar utilizar la bicicleta y la moto.
 
Usar gafas de sol.
 
No realizar o intentar no practicar actividades al aire libre los días calurosos de verano.
 
Limpiar los filtros de los aparatos de aire acondicionado de manera regular.
 
Evitar objetos que pueden almacenar polvo: cortinas y alfombras, sobre todo en los dormitorios.
 
Si el paciente tiene una mascota que suelte pelo debe aspirar la casa con frecuencia y evitar que
el animal esté cerca de cortinas, alfombras y los dormitorios.
 
Tipos
Existen dos tipos de rinitis:

Rinitis alérgica estacional


También conocida como fiebre del heno. Este tipo se manifiesta durante periodos específicos del año
cuando los alérgenos, principalmente el polen, están en el ambiente. Los meses en los que el riesgo es
mayor son mayo y junio. "Puede aparecer a cualquier edad, aunque lo más frecuente es que se
produzca en pacientes con síntomas claros a partir de los 3 años", recuerda Rodríguez Jiménez.

Rinitis perenne
Está provocada por los ácaros del polvo, las esporas del moho, la caspa de los animales y productos
de uso laboral, entre otros. Éstos están en el ambiente durante todo el año, por lo que no hay mucha
variación en su concentración.
Según la duración de la patología, la rinitis también se puede clasificar en rinitis alérgica intermitente o
persistente. En el caso de la primera, los síntomas aparecen durante cuatro o menos días a la semana
o durante cuatro o menos semanas de forma consecutiva. En cambio, en la persistente los síntomas
permanecen durante más de cuatro días o más de cuatro semanas consecutivas.
 

Diagnóstico
“El diagnóstico de la rinitis alérgica se basa en la concordancia entre una historia habitual de
síntomas alérgicos y las pruebas diagnósticas”, especifican los alergólogos Antonio Valero y Jaime
Sánchez. “El hallazgo de pruebas positivas sin una clínica asociada no tiene ninguna utilidad, ya que
muchas personas sin síntomas pueden presentar algún resultado positivo”.
Para conseguir el diagnóstico los especialistas pueden realizar diferentes pruebas de laboratorio,
como test cutáneos de alergias, donde se aplica el alérgeno sospechoso en la nariz o en el ojo. De
esta forma el médico puede reproducir los síntomas. Esta prueba se suele realizar en los casos en los
que hay varias causas implicadas y para determinar si es una rinitis de origen laboral.
Otras pruebas que se pueden realizar son la radioalergoadsorción (RAST), determinación de la IgE
sérica total o el recuento de eosinófilos de la sangre.

Tratamientos
Si el origen de la rinitis se asocia a un alérgeno concreto, como por ejemplo los ácaros del polvo
doméstico, el tratamiento de la rinitis sería evitar que el alérgeno entre en contacto con el paciente.
En el caso de los ácaros, por ejemplo, unas buenas medidas preventivas ayudan a reducir su impacto,
como poner fundas especiales en el colchón, lavar semanalmente con agua a más de 60 grados
centígrados la ropa de la cama y quitar las moquetas y alfombras de la casa.
Sin embargo, no siempre es así de sencillo rehuir el foco de riesgo –entre otras razones, porque la
persona alérgica lo suele ser a varias sustancias a la vez, no todas ellas fácilmente controlables-, por lo
que en la mayoría de los casos y más en aquellos en los que la causa de la rinitis es intrínseca o
desconocida, la acción terapéutica debe sustentarse en el empleo de medicamentos.
Los expertos señalan que el tratamiento farmacológico debe adaptarse a los síntomas y a la gravedad
de los mismos. En la actualidad, los más utilizados son los fármacos tópicos y los orales.
En el caso de los tópicos, éstos son más eficaces para tratar de forma aislada el órgano afecto. En esta
categoría se incluyen antihistamínicos, descongestionantes y los más efectivos en rinitis alérgica,
los corticoides intranasales.
En cuanto al tratamiento oral, los más utilizados son los antihistamínicos orales y los corticoides
intranasales para controlar la congestión nasal.
“Siempre que sea posible es recomendable utilizar un antihistamínico de segunda
generación debido a razones de seguridad, ya que producen menos efectos secundarios”, añaden.
A estos tratamientos Rodríguez Jiménez añade la inmunoterapia específica que "en muchos casos
es el único tratamiento que cambia el curso de la enfermedad". En este caso "la duración del
tratamiento es de 3 a 5 años". 
El tratamiento en niños "será el mismo pero con las dosis adecuadas a la edad del paciente". La
inmunoterapia "generalmente se administra a partir de los 5 años". 

Otros datos

Pronóstico
Casi todos los síntomas de la rinitis alérgica se pueden tratar. Los niños con rinitis son los que mejor
pronóstico tienen ya que en algunos casos pueden superar la alergia a medida que el sistema
inmunitario se refuerza frente al alérgeno.
No obstante, si la sustancia que genera la alergia es el polen, por ejemplo, es difícil que deje de afectar
al paciente.

Factores de riesgo
La rinitis alérgica se produce por la interacción entre los genes y el entorno. Los principales factores de
riesgo de la enfermedad son:
Los hijos de padres alérgicos tienen más riesgo de desarrollar la patología.
 
La exposición a los factores ambientales. Los especialistas señalan que existe una teoría,
denominada hipótesis de la higiene, que defiende que las infecciones y el contacto antihigiénico podrían
ofrecer protección frente a la alergia, mientras que un entorno estéril fomentaría su aparición.
 
Está demostrado que la contaminación afecta al desarrollo de la rinitis. Ésta es más
frecuente en personas que viven en regiones con mucho tráfico de vehículos.

Profesor juan hernandez Ibarra

Stephanie hernandez enriquez


4to semestre 10-1pm

Escuela bruselas

También podría gustarte