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Esta investigación se abordara a través de estrategias comparativas que buscaran poner de

manifiesto las implicaciones que dejan en la actualidad las malas gestiones del talento humano,
todo el potencial que las personas dejan de aportar en su desempeño laboral en las diferentes
áreas cuando no se alinean los objetivos organizacionales con los individuales. Buscaremos
establecer un modelo estratégico sustancial que implique la participación activa del empleado, a
partir de una jerarquía más horizontal que vertical como comúnmente se han manejado a través
de la historia. La idea consistente en que cada persona perteneciente a una organización, debe
desarrollar paralelamente su proyecto de vida a sus labores. la anterior premisa no puede ser más
considerada una “utopía”.

Los factores motivacionales individuales deben ser subsanados por la organización en la medida
que esta tenga influencia y control sobre ellos. La educación continua en el área ocupacional, la
formación académica, el respeto por los derechos humanos y laborales, la justa remuneración, la
participación activa de los empleados en la toma de decisiones y rumbo de los procesos, la
estabilidad laboral, la atención oportuna de los requerimientos, las retroalimentaciones o
feedback y la modalidad de carrera son algunos de los elementos primordiales a partir de los
cuales observaremos que cuando son bien tratados y gestionados; las compañías presentan un
crecimiento económico significativo y logran establecerse en el tiempo.

Acciones pertinentes como el dejar ser y desarrollar el criterio del empleado aporta mucho a los
procesos organizacionales, debido a que muchas veces se pasa por alto los comentarios y
sugerencias de los directos encargados de las áreas, dejando de lado valiosa información que en
términos de eficacia y eficiencia contribuirían a mejorar la operatividad de las empresas, todo esto
motivado por cumplir protocolos que distan mucho de buscar optimizar los procesos en términos
de tiempo y calidad; pero que se han seguido al pie de la letra por considerarlos “premisas
indiscutibles”.

Es apremiante entonces, a partir de esta teoría planteada, repensar los procesos desde la parte
directiva y reestructurar las organizaciones en términos de jerarquías y facultades, siendo
necesario relaciones humanas laborales más integras, inclusivas y participativas, de mayor
escucha, y libertad en términos de aplicación de conceptos y practicas adquiridas a partir de la
experiencia, y de no limitar las acciones cerrando la brecha existente entre empleado y labor.

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