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ORGANIZACIÓN TERRITORIAL
DEL ESTADO
ADMINISTRACION LOCAL Y DESARROLLO MUNICIPAL
AUTOR: Naidu Duque Cante
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
Durante
la
primera
unidad
se
estudiarán
los
fundamentos
de
la
organización
general
del
Estado
en
Colombia
con
énfasis
en
la
estructura
territorial.
Para
ello,
en
la
primera
parte
de
la
unidad
se
verán
las
características
de
la
organización
territorial
del
Estado
en
Colombia,
comenzando
con
el
artículo
primero
(1)
y
el
título
XI
de
la
Constitución
Política
de
1991.
Lo
anterior
con
el
fin
de
comprender
las
particularidades
que
identifican
la
configuración
de
nuestro
Estado
en
relación
con
su
organización
territorial
y
la
forma
de
gobierno.
Los
contenidos
de
esta
partes
se
complementan
con
la
semana
2,
en
la
medida
que
se
entra
a
definir
con
detalle
cada
una
de
las
entidades
territoriales
que
conforman
nuestra
organización
territorial.
En
términos
generales
lo
que
se
busca
es
ubicar
el
nivel
local
dentro
de
la
lógica
de
la
organización
general
del
Estado
y,
por
ende,
identificar
las
articulaciones
existentes
entre
el
nivel
municipal
y
los
niveles
intermedio
y
nacional.
La
importancia
de
estos
contenidos
radica
en
el
hecho
que
las
funciones
del
Estado
se
concretan
en
gran
medida
en
la
actuación
de
las
autoridades
locales;
por
lo
tanto,
todos
los
ciudadanos
deberíamos
comprender
los
elementos
fundamentales
de
la
configuración
básica
del
Estado,
ya
que
de
ello
depende
nuestra
participación
en
los
asuntos
públicos
en
materia
de
decisiones,
participación
ciudadana
y
seguimiento
a
la
gestión
de
las
autoridades
públicas.
En
relación
con
el
curso,
los
temas
de
la
primera
unidad
son
fundamentales
para
comprender
las
temáticas
incluidas
en
la
segunda
unidad,
en
tanto
se
encuentran
fuertemente
interrelacionadas.
2
2 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
RECOMENDACIONES
ACADÉMICAS
Con
el
fin
de
lograr
una
asimilación
adecuada
de
los
contenidos
del
curso
tome
en
cuenta
estas
recomendaciones:
• Lea
detenidamente
los
contenidos
de
la
cartilla
cada
semana
antes
de
avanzar
en
los
demás
materiales.
• Si
es
necesario
realice
varias
lecturas
de
los
materiales,
ya
que
es
importante
entender
la
secuencia
establecida
para
los
diferentes
contenidos.
• En
ese
orden
de
ideas,
para
poder
comprender
mejor
los
contenidos
de
la
semana
2
es
necesario
leer
y
asimilar
adecuadamente
la
semana
1.
• Luego
de
leer
la
cartilla
es
necesario
continuar
con
la
lectura
de
apoyo,
posteriormente
con
la
conferencia
y,
finalmente,
con
los
demás
materiales
didácticos.
• Debido
a
que
las
evaluaciones
no
son
textuales,
es
necesario
que
los
contenidos
sean
estudiados
e
interiorizados
al
máximo.
Las
evaluaciones
buscarán
medir
el
nivel
de
comprensión
de
los
temas,
pues
su
énfasis
será
el
análisis.
La
primera
mitad
de
este
artículo
establece
los
elementos
que
describen
en
términos
generales
la
forma
como
está
organizado
nuestro
Estado;
estos
son:
1. Gobierno
republicano
2. Estado
unitario
3. Descentralización
territorial
4. Autonomía
territorial
El
primer
aspecto
señala
que
la
forma
de
gobierno
que
hemos
adoptado
en
Colombia
es
la
República.
En
tal
sentido,
significa
que
nuestros
gobernantes
son
elegidos
por
voto
popular,
es
decir,
por
decisión
de
los
ciudadanos.
Adicionalmente,
su
permanencia
en
el
poder
está
establecida
para
un
periodo
fijo
de
gobierno,
durante
el
cual
se
espera
que
sus
decisiones
correspondan
a
la
voluntad
general,
ya
que
su
papel
en
el
cargo
que
ocupan
es
en
representación
del
pueblo
que
los
eligió.
Esto
es
lo
que
se
conoce
como
democracia
representativa,
un
modelo
en
el
que
las
decisiones
de
los
gobernantes
no
se
dan
en
nombre
propio,
sino
como
el
reflejo
de
los
intereses,
expectativas
y
propósitos
derivados
de
la
voluntad
popular.
La
forma
de
gobierno
republicana
se
suele
contrastar
con
la
monárquica
con
el
fin
de
comprender
mejor
las
particularidades
de
cada
una
de
ellas
en
términos
de
los
gobernantes,
acceso
y
permanencia
en
el
poder.
En
la
monarquía
el
acceso
al
poder
se
deriva
de
la
herencia,
es
decir,
que
en
este
tipo
de
gobiernos,
característicos
del
estado
absolutista
de
los
siglos
XVI
al
XVIII
en
Europa,
solo
podían
llegar
a
ser
reyes
los
hijos
de
los
reyes
o,
en
su
defecto,
los
familiares
dentro
de
la
línea
sanguínea.
La
permanencia
en
el
cargo
era
vitalicia
y
no
por
un
periodo
fijo,
como
en
las
repúblicas,
y
el
ejercicio
del
poder
no
buscaba
reflejar
la
voluntad
del
pueblo,
sino
que
siempre
obedecía
a
los
intereses
del
gobernante.
En
este
tipo
de
gobierno
no
se
habla
de
democracia,
ya
que
su
naturaleza
es
autoritaria.
4
4 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
1.2. Estado
unitario
Para
poder
comprender
lo
que
significa
que
en
Colombia
seamos
un
Estado
unitario
es
necesario
comparar
esta
forma
de
organización
estatal
con
su
opuesto,
el
Estado
federal.
Asimismo,
las
dos
formas
de
organización
estatal
se
pueden
comparar
en
dos
aspectos
distintos.
Por
un
lado,
hay
que
entender
las
diferencias
en
el
origen
y,
por
otro,
en
la
configuración
de
su
funcionamiento.
En
relación
con
el
origen,
los
estados
unitarios
fueron
en
el
pasado
estados
absolutistas
o
colonias
de
dichos
estados.
Lo
importante
es
que
su
tamaño
territorial
es
similar
al
que
tenían
antes
de
organizarse
como
repúblicas.
En
el
caso
de
los
estados
federales,
y
en
particular
el
modelo
principal
de
este
tipo
de
estados,
que
son
los
Estados
Unidos
de
América,
su
origen
los
ubica
como
unidades
territoriales
diferentes
que,
para
el
caso,
se
configuraban
como
colonias
diferentes
pero
con
elementos
similares,
y
una
vez
lograda
su
independencia
deciden
unirse
y
formar
un
estado
federal.
En
este
sentido,
los
territorios
norteamericanos
se
identificaban
por
factores
como
la
lengua,
las
costumbres,
la
organización
político-‐administrativa,
etc.
Estas
características
facilitaron
la
conformación
de
un
único
Estado
derivado
de
la
unión
de
territorios
que
se
consideraban
unidades
independientes.
La
unión
fue
formalizada
mediante
una
constitución
de
carácter
federal,
que
recogió
las
características
del
pacto
en
términos
de
funciones,
recursos
y
cesión
de
poder
de
las
diferentes
unidades
territoriales
constituyentes
del
nuevo
Estado.
La
conformación
del
nuevo
Estado
da
lugar,
a
su
vez,
a
la
aparición
de
un
nivel
que
está
por
encima
de
los
estados
miembros
y
que
se
conoce
como
el
nivel
federal.
N F
E
E
E
E
Figura 1. Diferencias en el origen del Estado federal y el Estado unitario
Tabla1. Diferencias en la configuración del Estado federal y el Estado unitario.
Federal/nacional x o x o x o X o
Estatal/departamental x x x X o
Municipal x X o
La
función
constitucional
se
refiere
a
la
capacidad
para
expedir
y/o
modificar
la
constitución.
En
el
caso
de
un
Estado
federal
podemos
observar
que
tanto
el
nivel
federal
como
el
nivel
estatal
o
de
los
estados
miembros
tienen
esta
función
y,
en
tal
caso,
estos
estados
tienen
una
constitución
federal
pero
cada
uno
de
los
estados
miembros
también
tiene
su
propia
constitución.
Esta
situación
implica
que
las
materias
de
las
que
se
ocupa
la
constitución
federal
son
distintas
de
aquellas
que
corresponden
a
las
constituciones
de
los
estados
miembros.
En
el
caso
de
un
Estado
unitario,
como
es
el
nuestro,
solo
el
nivel
nacional
puede
modificar
la
constitución.
Es
decir,
que
el
nivel
intermedio
nuestro,
que
es
el
caso
de
los
departamentos,
no
puede
expedir
una
constitución
y,
por
ende,
se
rigen
por
una
única
constitución
que
es
nacional.
En
Colombia
existen
tres
mecanismos
para
modificar
la
Constitución
Política
(artículo
374
de
la
Constitución
Política
de
1991),
como
son
la
Asamblea
Nacional
Constituyente,
el
referendo
y
el
acto
legislativo.
Mediante
la
Asamblea
Nacional
Constituyente
se
puede
remplazar
la
Constitución
existente
por
otra,
o
se
puede
remplazar
parte
importante
de
su
contenido.
Este
fue
el
mecanismo
utilizado
para
expedir
la
Constitución
de
1991,
que
es
la
que
rige
actualmente
nuestro
Estado
y
que
remplazó
la
centenaria
Constitución
de
1886.
El
segundo
mecanismo,
que
es
el
referendo,
se
utiliza
para
consultar
al
pueblo
si
está
de
acuerdo
o
no
con
reformas
6
6 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
constitucionales
introducidas
mediante
acto
legislativo
del
Congreso,
relacionadas
con
los
derechos
reconocidos
en
el
capítulo
1
del
título
II
y
con
sus
garantías,
con
los
procedimientos
de
participación
popular,
o
con
el
Congreso.
En
este
caso,
la
solicitud
para
que
estas
decisiones
sean
sometidas
a
refrendo
debe
hacerla
el
5%
de
los
ciudadanos
dentro
de
los
seis
meses
siguientes
a
la
expedición
del
acto
legislativo
(artículo
377
de
la
CP
de
1991).
Adicionalmente,
la
Constitución
establece
(artículo
155)
que
los
ciudadanos,
en
un
número
igual
o
superior
al
5%
del
censo
electoral,
pueden
presentar
proyectos
de
ley
o
de
reforma
constitucional.
Antes
de
ser
sometidas
a
referendo
estas
iniciativas,
el
Congreso
debe
aprobar
por
mayoría
de
ambas
cámaras
una
ley
que
autorice
dicho
procedimiento.
La
aprobación
de
reformas
constitucionales
mediante
referendo
requiere
que
hayan
votado
afirmativamente
más
de
la
mitad
de
los
sufragantes
y
que
haya
participado
más
de
la
cuarta
parte
de
los
ciudadanos
que
integran
el
censo
electoral
(artículo
378
de
la
CP
de
1991).
El
tercer
mecanismo
de
reforma
constitucional
es
el
Acto
Legislativo,
mediante
el
cual
el
Congreso
modifica,
reemplaza,
complementa,
etc,
uno
o
varios
de
los
artículos
de
la
Constitución.
Los
proyectos
de
acto
legislativo
pueden
ser
presentados
por
el
gobierno,
diez
miembros
del
congreso,
el
veinte
por
ciento
de
los
concejales
o
diputados
y
el
5%
o
más
de
ciudadanos
que
conforman
el
censo
electoral
(artículo
375
de
la
CP
de
1991).
Aunque
las
reformas
a
la
constitución
deberían
responder
a
la
conveniencia
del
interés
general,
en
la
práctica
la
mayoría
de
estas
reformas
se
han
utilizado
para
reflejar
intereses
partidistas,
tanto
de
los
gobiernos
de
turno
como
de
los
integrantes
del
congreso.
Es
por
esto
que
en
la
actualidad,
nuestra
Constitución,
con
poco
más
de
25
años,
suma
más
de
40
actos
reformatorios,
en
contraste
con
la
Constitución
de
los
Estados
Unidos,
que
tiene
más
de
200
años
y
tiene
27
enmiendas.
Por
su
parte,
la
función
legislativa,
que
se
refiere
a
la
capacidad
de
expedir
leyes,
las
cuales
tienen
como
función
desarrollar
o
precisar
la
Constitución,
es
una
función
coherente
con
la
función
constitucional.
En
este
sentido,
debido
a
que
en
el
Estado
Federal
existen
constituciones
tanto
a
nivel
federal
como
de
los
estados
miembros,
también
es
posible
expedir
leyes
en
ambos
niveles.
No
obstante,
existen
excepciones
a
esta
regla
para
el
caso
de
los
estados
federales,
como
es
el
de
Brasil,
donde,
aunque
los
municipios
no
pueden
expedir
constituciones,
en
sentido
estricto,
pueden
elaborar
lo
que
se
conoce
como
su
propia
“ley
orgánica”
la
cual
refleja
su
interés
local
particular.
Adicionalmente,
los
municipios
en
este
país
pueden
legislar
con
carácter
privativo,
complementario
o
de
manera
compartida
con
los
otros
niveles
del
Estado
(De
Medeiros
y
Cámara,
2014).
En
el
caso
de
Colombia,
por
ser
un
Estado
unitario
y
contar
con
una
única
Constitución
nacional,
la
expedición
de
leyes
se
reserva
también,
de
manera
exclusiva,
al
nivel
nacional.
Es
decir,
que
ni
los
departamentos,
ni
los
municipios,
ni
los
distritos
pueden
expedir
leyes.
Por
lo
tanto,
ni
las
asambleas
departamentales,
ni
los
concejos
municipales
son
órganos
legislativos
y
no
expiden
leyes.
Estos
órganos
expiden
normas
cuya
naturaleza
es
administrativa.
En
relación
con
la
función
judicial
sucede
algo
parecido
a
las
funciones
constitucional
y
legislativa,
en
el
sentido
que
para
el
Estado
federal
existen
órganos
y
autoridades
en
los
dos
niveles
del
Estado,
como
son
el
federal
y
los
estados
miembros.
En
Colombia
solo
contamos
con
un
único
Finalmente,
la
única
función
que
se
puede
ubicar
en
los
tres
niveles
del
Estado,
tanto
en
los
Estados
federales
como
en
los
unitarios,
es
la
función
administrativa
o
de
la
rama
ejecutiva.
Como
su
nombre
lo
indica,
su
objetivo
es
garantizar
el
cumplimiento
o
ejecución
de
los
grandes
propósitos
del
Estado
y,
por
ello,
en
un
Estado
federal
se
tiene
que
ubicar
en
todos
los
niveles
en
los
que
se
encuentre
organizado.
En
el
caso
del
Estado
unitario
se
pueden
dar
las
dos
situaciones.
La
primera,
que
la
función
administrativa
del
Estado,
que
requiere
para
su
concreción
la
existencia
de
funciones,
recursos
y
autoridades
o
capacidad
de
decisión,
se
ubique
solamente
en
el
nivel
nacional.
Esta
situación
fue
característica
de
nuestra
organización
institucional
durante
la
vigencia
de
la
Constitución
de
1886
y
dio
lugar
a
la
configuración
de
un
Estado
unitario
centralizado.
Durante
la
vigencia
de
esta
constitución,
la
mayoría
de
las
funciones,
de
las
fuentes
de
recursos
y
de
las
decisiones
se
tomaban
desde
el
nivel
nacional
directamente
o
desde
organismos
que,
aunque
hicieran
presencia
en
los
territorios,
pertenecían
a
la
Nación.
c. Descentralización territorial
La transformación que se llevó a cabo durante los años 80 del siglo XX se conoce como
descentralización territorial, cuyo énfasis estuvo puesto en el municipio en un primer
momento, y condujo a la configuración de nuestro Estado en la forma de Estado unitario
descentralizado. En este sentido, el Estado unitario puede organizarse de forma
centralizada cuando las decisiones y la mayoría de los recursos y funciones se ubican en
el nivel nacional; y es descentralizado cuando los recursos, las funciones y las
autoridades se distribuyen entre los tres niveles del Estado. No obstante, la
descentralización no excluye la centralización, en tanto que es necesario conservar
algunas funciones, recursos y autoridades en el nivel nacional para la gestión de los
asuntos que son comunes a todo el territorio y a la masa total de la población. Asimismo,
8
8 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
la descentralización reconoce un importante protagonismo del territorio con el fin de
garantizar la gestión de los asuntos propios y particulares que caracterizan a cada
municipio, distrito y departamento.
d. Autonomía territorial
La
autonomía
territorial
está
íntimamente
relacionada
con
la
descentralización
territorial,
ya
que
una
vez
definidas
autoridades,
funciones
y
recursos
de
las
entidades
territoriales
(descentralización
territorial),
se
logró
que
estas
tomaran
sus
propias
decisiones
sin
intervención
de
autoridades
externas
(autonomía
territorial).
En
este
sentido,
la
autonomía
está
determinada
por
la
capacidad
que
tienen
las
autoridades
territoriales,
alcaldes
y
concejos,
para
los
municipios
y
distritos,
y
gobernadores
y
asambleas,
para
los
departamentos,
de
tomar
las
decisiones
relativas
a
las
funciones
y
la
asignación
de
los
recursos
propios.
Dichas
decisiones,
además,
se
deben
ajustar
a
las
necesidades,
preferencias
y
problemas
propios
de
la
entidad
territorial,
y
a
lo
que
admiten
la
Constitución
y
las
leyes
en
términos
de
inversión
pública;
es
decir,
que
ninguna
autoridad
externa
a
la
entidad
puede
incidir
en
las
decisiones
de
esta.
En
ese
sentido,
ni
los
gobernadores
ni
las
asambleas
pueden
decirles
a
las
autoridades
de
los
municipios
que
componen
el
departamento
en
qué
se
deben
gastar
sus
recursos,
o
cuáles
sectores
de
inversión
priorizar.
El
presidente
o
el
Congreso
tampoco
pueden
decirles
a
los
gobernadores
o
a
los
alcaldes
cómo
deben
tomar
estas
decisiones.
Esto
implica
que
la
descentralización
rompió
las
relaciones
jerárquicas
entre
las
autoridades
de
los
tres
niveles
del
Estado,
las
cuales
se
configuran
cuando
se
dan
situaciones
de
nombramiento
de
autoridades
en
cascada,
como
sucedía
antes
de
la
elección
popular
de
alcaldes
y
gobernadores,
donde
el
presidente
nombraba
a
los
gobernadores
y
estos
a
su
vez
nombraban
a
los
alcaldes
de
sus
municipios.
2. Entidades territoriales
La
organización
territorial
en
Colombia
se
encuentra
establecida
en
la
Constitución
Política
de
la
República
de
Colombia
de
1991.
El
artículo
286
reconoce
como
entidades
territoriales
a
los
departamentos,
los
distritos,
los
municipios
y
los
territorios
indígenas.
Sobre
estos
últimos,
sin
embargo,
es
necesario
tomar
en
cuenta
el
artículo
329,
el
cual
establece
que
la
conformación
de
las
Entidades
Territoriales
Indígenas
deberá
hacerse
mediante
la
Ley
Orgánica
de
Ordenamiento
Territorial.
A
través
de
esta
misma
ley
la
Constitución
abre
la
posibilidad
para
que,
además,
se
creen
regiones
y
provincias
como
entidades
territoriales
y
se
autorice
la
creación
de
más
departamentos.
Sin
embargo,
la
organización
territorial
con
que
contamos
en
la
actualidad
es
producto
de
una
evolución
en
materia
de
organización
del
territorio
que
ha
experimentado
nuestro
país
a
lo
largo
sus
200
años
de
existencia
como
República.
Durante
este
periodo
de
tiempo
hemos
tenido
diferentes
tipos
de
entidades,
pasando
por
las
provincias,
los
departamentos,
las
intendencias
y
comisarías,
a
nivel
intermedio,
los
distritos
parroquiales
y
los
distritos
municipales,
hasta
llegar
a
los
municipios
y
distritos
a
nivel
local.
Los
cambios
más
grandes
se
dieron
durante
el
siglo
XIX
pero
los
que
determinaron
la
organización
territorial
actual
sucedieron
a
finales
del
siglo
XIX
y
evolucionaron
a
lo
largo
del
siglo
XX.
La
Constitución
de
1886,
que
fue
precedida
por
la
Constitución
de
1863
y
que
se
caracterizó
por
consolidar
el
modelo
de
Estado
federal
en
nuestro
país
con
muy
poco
éxito
en
la
práctica,
buscó
retornar
al
Estado
unitario
con
un
sesgo
altamente
centralista.
Esta
radicalización
en
términos
de
control
sobre
los
territorios
se
debió
a
los
fallidos
intentos
por
manejar
adecuadamente
los
altos
niveles
de
autonomía
que
recibieron
dentro
del
federalismo,
y
que
condujeron
a
manejos
anárquicos
del
poder
por
parte
de
los
grupos
gobernantes.
El
caos
y
la
fragmentación
política,
social
y
económica,
que
llevaron
a
la
ruina
a
varias
regiones,
permitieron
deducir
que
lo
mejor
para
reunificar
al
Estado
era
ejercer
el
máximo
control
posible.
Debido
a
esto
la
Constitución
de
1886
se
ubicó
en
un
extremo
distinto
a
la
Constitución
de
1863
en
términos
de
reconocimiento
de
libertades
y
derechos.
10
10 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
En
materia
de
organización
territorial,
el
Estado
se
dividió
en
8
departamentos
y
la
Constitución
abrió
las
puertas
para
que
estos
se
pudieran
subdividir
en
más
departamentos.
En
esos
términos,
pasamos
de
8
a
32
departamentos
en
100
años.
Tabla 2. Departamentos de Colombia antes de la Constitución de 1991
Valle del
10
1910
22
Cesar
1967
Cauca
12 Atlántico 1910
Además
de
los
departamentos,
el
territorio
se
subdividió,
en
1886,
en
distritos
municipales
y
en
intendencias
y
comisarías.
Estas
dos
últimas
se
conocían
como
territorios
nacionales.
La
reforma
constitucional
de
1936
permitió
diferenciar
entre
distritos
y
municipios,
como
dos
entidades
distintas
en
el
ámbito
local.
Los
municipios
se
volvieron
la
entidad
local
genérica
y
los
distritos
serían
municipios
de
carácter
especial.
Posteriormente,
con
la
reforma
de
1945
se
eliminaron
las
provincias,
que
eran
entonces
una
subdivisión
del
departamento
y
se
elevaron
a
rango
constitucional
las
intendencias
y
comisarías,
o
territorios
nacionales.
Se
consideraban
territorios
nacionales
ya
que
se
trataba
de
territorios
que,
aunque
tenían
el
tamaño
correspondiente
a
un
Amazonas 1951
12
12 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
Tabla
4.
Organización
territorial
de
Colombia
en
relación
con
la
Constitución
Política
de
1991
En
la
tabla
se
puede
ver,
en
las
dos
primeras
columnas,
la
síntesis
de
la
evolución
del
ordenamiento
territorial
de
Colombia
durante
la
segunda
mitad
del
siglo
XX,
y
en
la
tercera
columna
se
ilustra
la
organización
territorial
que
planteó
la
Constitución
Política
de
1991
como
posible,
mediante
la
expedición
de
la
Ley
Orgánica
de
Ordenamiento
Territorial.
Las
diferentes
entidades
territoriales,
además,
se
encuentran
organizadas
por
nivel
territorial
en
nivel
local,
lo
que
hace
referencia
a
las
entidades
territoriales
más
pequeñas
de
acuerdo
con
el
ordenamiento
institucional,
por
debajo
de
las
cuales
no
hay
otras
entidades
territoriales.
El
nivel
intermedio
se
refiere
a
las
entidades
territoriales
que
se
crean
por
la
agrupación
de
otras
entidades
territoriales;
por
ejemplo,
en
primera
medida,
la
sumatoria
de
municipios.
En
ese
orden,
la
primera
columna
hace
referencia
a
las
clases
de
entidades
territoriales
que
existían
antes
de
expedirse
la
Constitución
Política
de
1991.
En
el
nivel
local
estaban
los
municipios
y
los
distritos,
y
en
el
nivel
intermedio
las
intendencias,
las
comisarías
y
los
departamentos.
La
segunda
columna
muestra
que
en
el
nivel
local
se
conservaron
los
municipios
y
distritos
como
únicas
clases
de
entidades
en
la
base
del
edificio
territorial.
En
el
nivel
intermedio,
por
su
parte,
se
observa
un
cambio
importante
que
es
la
conversión
de
las
intendencias
y
comisarías
en
departamentos,
por
lo
que
en
este
nivel
queda
una
sola
entidad:
el
departamento.
La
tercera
columna
se
refiere
a
la
organización
territorial
posible
sujeta,
de
forma
importante,
a
las
directrices
de
la
Ley
Orgánica
de
Ordenamiento
Territorial
(LOOT).
En
ella
se
reflejan,
en
primera
medida,
las
entidades
territoriales
que
estableció
la
Constitución
de
1991,
en
tanto
la
misma
no
autoriza
a
la
LOOT
para
que
las
elimine.
En
segunda
medida,
se
reflejan
las
entidades
territoriales
que
la
Carta
Magna
estableció
que
se
podían
crear
mediante
la
LOOT,
como
es
el
caso
de
las
regiones,
las
provincias
y
las
entidades
territoriales
Indígenas
(ETI).
Ante
esta
situación,
los
departamentos,
que
hoy
están
compuestos
por
municipios
y
distritos,
en
una
estructura
hipotética,
en
el
largo
plazo
se
compondrían
de
provincias,
ya
que
se
esperaría
que
todos
los
municipios,
ETIS
y
distritos
se
agrupen
en
este
tipo
de
entidades.
En
el
mediano
plazo,
se
conformarían
de
provincias
y
municipios,
distritos
y
ETIS
que
no
pertenezcan
a
una
provincia.
Finalmente,
las
regiones
estarían
compuestas
por
departamentos.
De
hecho,
la
misma
Constitución
estableció
algunos
requisitos
a
ser
considerados
por
la
LOOT
ante
la
posibilidad
de
aprobar
la
creación
de
regiones.
El
primero
de
ellos
se
encuentra
definido
en
el
artículo
306
donde
señala
que
dos
o
más
departamentos
se
pueden
organizar
en
Regiones
Administrativas
y
de
Planificación
(RAP),
con
fines
de
desarrollo
económico
y
social
del
respectivo
territorio.
Este
tipo
de
regiones,
de
las
que
habla
el
artículo
306,
no
son
las
regiones
territoriales
de
las
que
habla
el
artículo
287.
Se
trata
-‐tema
que
se
abordará
más
adelante
en
el
curso-‐
de
entidades
de
tipo
administrativo,
no
de
entidades
territoriales.
Las
RAP
son
figuras
de
asociatividad
territorial
para
el
nivel
departamental.
Sin
embargo,
de
acuerdo
con
el
artículo
307,
la
Constitución
le
otorgó
la
libertad
a
la
LOOT
para
autorizar
que
las
RAP
se
puedan
convertir
en
Regiones
Territoriales
(RET).
En
tal
sentido,
si
la
LOOT
eventualmente
aprobara
la
creación
de
RET,
estas
deberían
haber
existido
antes
como
RAP.
Volviendo
a
la
referencia
de
la
tercera
columna
de
la
tabla
3,
aunque
en
el
nivel
intermedio
se
encuentran
tres
clases
de
entidades
territoriales,
las
regiones,
los
departamentos
y
las
provincias,
igual
que
en
la
columna
uno,
que
se
refiere
a
las
entidades
territoriales
que
existían
antes
de
la
Constitución,
existen
diferencias
importantes
que
es
fundamental
tener
en
cuenta.
Todas
las
entidades
territoriales
de
la
primera
columna
tenían
la
misma
dimensión
territorial
en
el
sentido
de
que
todas
estaban
compuestas
por
entidades
de
nivel
local;
lo
que
pasa
es
que
tenían
diferentes
denominaciones
determinadas
por
el
nivel
o
grado
de
dependencia
frente
al
nivel
nacional.
En
el
caso
de
la
columna
tres,
se
trata
de
entidades
intermedias
pero
no
se
componen
de
las
mismas
clases
de
entidades
territoriales,
sino
que
atendiendo
a
una
lógica
de
agregación
territorial
su
tamaño
es
diferente
porque
se
conforman
de
entidades
de
nivel
local,
como
las
provincias,
o
de
otras
entidades
intermedias,
como
es
el
caso
de
los
departamentos
y
de
las
regiones.
14
14 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
La
LOOT
fue
considerada
desde
la
Constitución
como
una
ley
determinante
en
términos
del
diseño
territorial
del
Estado
en
Colombia,
así
como
del
funcionamiento
de
cada
nivel,
y
las
diferentes
relaciones
intergubernamentales
necesarias
para
garantizar
el
funcionamiento
sistémico
del
aparato
estatal.
Sin
embargo,
pasaron
20
años
antes
de
ser
expedida,
y
esto
condujo
a
que
varios
aspectos
que
la
Constitución
le
encargó
a
esta
norma
tuvieran
que
ser
resueltos
mediante
leyes
ordinarias.
Este
es
el
caso
del
reparto
de
competencias
entre
los
tres
niveles
del
Estado
del
que
habla
el
artículo
288
y
que
hoy
día
se
encuentran
desarrollados
en
una
multiplicidad
y
diversidad
de
normas
que
reglamentan
los
diferentes
sectores
de
intervención
del
Estado.
Cuando
se
habla
de
sectores
se
hace
referencia
a
la
salud,
educación,
ambiente,
cultura,
recreación
y
deporte,
infraestructura
vial,
servicios
públicos
domiciliarios,
etc.
En
todos
estos
sectores
intervienen
la
Nación,
el
departamento,
los
municipios
y
distritos.
Adicionalmente,
contrario
a
lo
que
muchos
esperaban,
la
LOOT
(Ley
1454
de
2011)
no
autorizó
la
creación
de
regiones,
provincias
ni
Entidades
Territoriales
Indígenas.
Solamente
autorizó
la
creación
de
nuevos
departamentos,
que
era
otra
tarea
que
le
encargaba
la
Constitución.
En
ese
sentido,
los
32
departamentos
que
tenemos
en
la
actualidad
se
pueden
subdividir
para
crear
otros.
En
el
caso
de
los
municipios
no
hay
inconveniente,
ya
que
la
Constitución
no
restringió
su
creación;
por
lo
tanto,
cada
año
se
han
venido
creando
entre
1
y
2
nuevos
municipios
en
Colombia,
llegando
a
ser
más
de
1100
en
la
actualidad.
En
el
caso
de
los
distritos,
la
Constitución
reconoce
los
distritos
de
Bogotá,
Santa
Martha,
Barranquilla,
Cartagena
y
Buenaventura
(acto
legislativo
2
de
2007),
por
lo
que
la
creación
de
nuevos
distritos
debería
estar
sujeta
a
reforma
constitucional
mediante
acto
legislativo,
como
sucedió
con
la
creación
de
Buenaventura
como
distrito
especial.
Otro
aspecto
que
es
importante
señalar
en
esta
parte
del
curso
tiene
que
ver
con
la
subdivisión
territorial
de
los
municipios
y
los
distritos.
De
acuerdo
con
la
Carta
Magna
y
la
Ley
136
de
1994,
los
concejos
municipales
pueden
subdividir
las
áreas
rurales
y
urbanas.
A
nivel
rural
se
pueden
crear
corregimientos,
los
cuales
se
logran
por
la
sumatoria
de
veredas.
En
las
áreas
urbanas,
los
concejos
también
pueden
subdividir
el
territorio
con
fines
administrativos
y
crear
comunas,
las
cuales
se
conforman
por
la
sumatoria
de
barrios.
Tanto
los
corregimientos,
como
las
comunas,
se
crean
con
el
propósito
de
mejorar
la
prestación
de
los
servicios
sociales
y
garantizar
una
mayor
y
mejor
participación
de
los
habitantes
en
aquellos
asuntos
de
carácter
colectivo
que
afectan
su
territorio.
Es
decir,
estas
subdivisiones
no
se
pueden
considerar
entidades
territoriales,
sino
subdivisiones
territoriales
al
interior
de
una
entidad
territorial
cuya
función
se
restringe
a
fines
administrativos
y
democratizadores.
Para
lograr
estos
propósitos
la
Constitución
permite
que
se
creen
las
Juntas
Administradoras
Locales
(JAL),
cuyos
miembros
conocemos
como
ediles.
La
idea
es
que
estos
órganos
de
elección
popular
representen
los
intereses
de
los
habitantes
tanto
de
las
comunas
como
de
los
corregimientos
en
un
municipio.
Esta
representación
se
debe
reflejar
en
los
procesos
16
16 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
En
el
caso
de
los
distritos,
las
subdivisiones
territoriales
se
realizan
en
el
área
rural
en
corregimientos
y
en
el
área
urbana
en
localidades.
La
diferencia
con
las
comunas
(para
el
caso
de
los
municipios)
es
que
las
localidades
tienen
dos
tipos
de
autoridades:
las
JAL
y
los
alcaldes
locales.
Las
primeras,
cuyos
miembros
son
los
ediles,
son
de
elección
popular,
y
los
alcaldes
locales
son
servidores
públicos
de
libre
nombramiento
y
remoción.
Estas
autoridades
son
nombradas
por
los
alcaldes
mayores
y
tienen
como
propósito
garantizar
la
gestión
de
los
asuntos
propios
de
su
territorio,
en
tanto
que
a
las
autoridades
distritales
les
corresponde
garantizar
el
desarrollo
y
ordenamiento
armónico
e
integrado
de
la
entidad
territorial
(Decreto
1421
de
1993
para
Bogotá
y
Ley
1617
de
2013
para
los
demás
distritos
especiales).
Las
localidades
buscan
articular,
por
un
lado,
la
visión
de
territorio
y
ciudadanía
mediante
la
representación
popular
que
tienen
los
habitantes
por
parte
de
los
ediles
y,
por
otro,
el
proyecto
político
del
alcalde
mayor
de
los
distritos
cuya
materialización
se
busca
garantizar
mediante
los
alcaldes
locales,
que
son
sus
agentes
en
cada
localidad.
El
término
corregimiento
departamental
no
está
reconocido
por
la
Constitución
de
1991,
ya
que,
como
veíamos,
el
corregimiento
se
refiere
en
la
Carta
Magna
a
una
subdivisión
del
área
rural
de
los
municipios
y
los
distritos.
Sin
embargo,
aunque
en
la
práctica
se
esperaría
que
todo
el
territorio
colombiano
esté
organizado
en
municipios
y
distritos,
que
son
las
entidades
territoriales
de
nivel
más
pequeño,
en
la
práctica
quedan
algunos
territorios
que
no
pertenecen
a
estas
entidades
de
nivel
fundamental,
pero
que
sí
pertenecen
a
un
departamento.
Estas
entidades
se
han
denominado
informalmente
corregimientos
departamentales.
Por
no
ser
entidades
territoriales,
estos
carecen
de
autoridades,
recursos
y
funciones
propias,
y
la
gestión
de
sus
asuntos
depende
directamente
del
departamento.
Esta
situación
excepcional
se
presenta
en
los
departamentos
de
Amazonas,
Vaupés,
Guainía
y
Nariño,
que
-‐como
veíamos
arriba-‐
en
el
caso
de
los
tres
primeros
se
trata
de
antiguos
territorios
nacionales,
cuyas
características,
además,
no
han
variado
mucho
en
términos
sociales
y
económicos
de
aquellas
que
los
identificaron
durante
todo
el
siglo
XX.
En
este
sentido,
además
de
ser
departamentos
atípicos
debido
a
sus
debilidades
evidentes,
estas
se
ven
profundizadas
en
apariencia
porque
que
el
diseño
normativo
les
exige
los
mismos
resultados
que
a
los
departamentos
tradicionales.
Pero
sumado
a
lo
anterior,
y
debido
a
la
existencia
de
los
corregimientos
departamentales,
estos
departamentos
deben
asumir
un
doble
papel;
por
un
lado,
como
departamentos
y,
por
el
otro,
como
municipios,
ya
que
tienen
que
atender
las
necesidades
sociales
de
las
poblaciones
que
habitan
los
territorios
no
reconocidos
como
entidades
territoriales.
Uno
de
los
departamentos
que
tiene
estas
particularidades
es
el
Amazonas,
que
de
los
11
territorios
en
los
que
se
encuentra
dividido
solo
dos
son
municipios
reconocidos:
Leticia,
la
capital,
y
Puerto
Nariño;
estos
se
ilustran
con
color
en
la
figura
4.
El
resto,
en
color
blanco,
son
En
el
caso
del
departamento
del
Vichada
sucede
algo
parecido,
ya
que
de
los
9
territorios
en
los
que
se
encuentra
subdividido,
solo
1,
Puerto
Inírida,
que
es
la
capital,
está
reconocido
como
municipio.
El
resto
son
corregimientos
departamentales,
que
son
denominados:
Barranco
Minas,
Cacahual,
Inírida,
La
Guadalupe,
Mapiripana,
Morichal,
Pana
Pana,
Puerto
Colombia,
y
San
Felipe.
18
18 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
El
departamento
de
Vaupés,
por
su
parte,
se
encuentra
dividido
en
seis
territorios
de
los
cuales
tres
son
municipios,
Mitú,
Caruru
y
Taraira,
y
los
otros
tres
son
corregimientos
departamentales,
Pacoa,
Yavaraté
y
Papanahua.
Textos
Acto
Legislativo
(1)
de
1936.
Reformatorio
de
la
Constitución.
Congreso
de
la
República.
22
de
agosto
de
1936.
Acto Legislativo (1) de 1945. Por el cual se confieren algunas atribuciones al director de la policía
Acto
Legislativo
(1)
de
1986.
Por
el
cual
se
reforma
la
Constitución
Política
Congreso
de
la
República.
Legislativo.
Congreso
de
la
República.
10
de
enero
de
1986.
Acto
Legislativo
(2)
de
2007.
Por
medio
del
cual
se
modifican
los
artículos
328
y
356
de
la
Constitución
Politica
de
Colombia.
Congreso
de
la
República.
Diario
Oficial
46681
de
julio
06
de
2007.
Decreto
ley
1421
de
1993.
Por
el
cual
se
dicta
el
régimen
especial
para
el
Distrito
Capital
de
Santafé
de
Bogotá.
Diario
Oficial
No.
40.958
de
julio
22
de
1993.
De
Medeiros
Leite,
D.
y
Câmara,
W.
M.
(2014).
El
municipio
y
la
autonomía
local:
la
realidad
de
Brasil
y
España.
Revista
de
Iniciação
Científica
em
Relações
Internacionais,
1(2),
102-‐126.
Duque
Cante,
N.
(2012).
Particularidades
de
la
Ley
Orgánica
de
Ordenamiento
Territorial. Análisis
Político, 25(76),
175-‐190.
Iregui,
A.
M.,
Ramos,
J.
y
Saavedra,
L.
A.
(2001). Análisis
de
la
descentralización
fiscal
en
Colombia.
Banco
de
la
República,
Subgerencia
de
Estudios
Económicos.
Ley
136
de
1994.
Por
la
cual
se
dictan
normas
tendientes
a
modernizar
la
organización
y
el
funcionamiento
de
los
municipios.
Diario
Oficial
41.377
del
2
de
junio
de
1994.
20
20 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
Ley
1454
de
2011.
Por
la
cual
se
dictan
normas
orgánicas
sobre
ordenamiento
territorial
y
se
modifican
otras
disposiciones.
Diario
Oficial
No.
48.115
de
29
de
junio
de
2011.
Ley
1617
de
2013.
Por
la
cual
se
expide
el
régimen
para
los
distritos
especiales.
Diario
Oficial
No.
48.695.
del
5
de
febrero
de
2013.