Está en la página 1de 2

Análisis de coyuntura

Gobierno 2016 ¿Esperanza o duda?

Elecciones sorpresivas nos ha dejado el 2015, lo más significativo de este año está
constituido por la asunción del presidente Jimmy Morales, teniendo una influencia
importante en la situación política, económica y social del país. Por lo cual es
conveniente analizar las nuevas posibilidades de este gobierno. Centrándonos en los
posibles problemas de gobernabilidad, los problemas que este arrastra y algunos retos
y expectativas a futuro.

Se estima que la gobernanza puede resultarle difícil y compleja a la nueva


administración teniendo en cuenta uno de los factores más importantes que es el apoyo
gubernamental de la ciudadanía. El nuevo mandatario sustenta amplia legitimidad,
dándole el triunfo con el 67.4% de los votos. Pero esta puede diluirse rápidamente
como el caso de gobiernos anteriores, el riesgo es mayor a consecuencia de la crisis
política desde abril de 2015, sobre todo por cumplir las demandas ciudadanas que se le
exige. La confianza perdida tras la renuncia del ex presidente Otto Pérez Molina se
tradujo a un rechazo al sistema político que influyo en la mayoría de votantes. Votaron
por lo único que se creyó posible, valorándola como mejor opción con la idea de
renovar la política. A esta situación también se suma la acumulación de problemas no
resueltos tales como la falta de recaudación tributaria, limitaciones del presupuesto
público, la crisis hospitalaria y educacional y la creciente duda al Estado.

Las graves carencias sociales y la economía que acrecienta la exclusión y las


desigualdades le traen al gobierno 2016 un presupuesto público insuficiente y
desfinanciado que no se encuentra en condiciones de corregir la ruina en la que se
encuentra la mayoría de servicios públicos. Uno de los problemas centrales a nivel
nacional se vincula al deterioro de las condiciones de vida de las familias
guatemaltecas. Según la última Encuesta Nacional de Condiciones de Vida –ENCOVI–
la pobreza se sitúa en 59.3% de la población del país, mientras el 23.4% subsiste en la
extrema pobreza. La mayor parte afectada es la población indígena de la cual 79.2%
está en situación de pobreza.
Uno de los principales nudos de la sociedad guatemalteca se encuentra en el modelo
económico que no crea condiciones y menos soluciones para la gran problemática
social, centrado en la producción de materias primas, abierto al despojo de los bienes
naturales y públicos para orientarlo a la exportación, basado en salarios bajos que
promueve un escaso desarrollo de las capacidades sociales. El crecimiento del PIB
(que para 2016 se prevé este por el 4% y que el presidente Morales ofreció hacer llegar
al 6%) ha permitido mantener un nivel de acumulación de capital en los sectores de la
agricultura, comercio, servicios financieros, comunicaciones e industria manufacturera.
No obstante los beneficios del crecimiento no se distribuyen equitativamente.

El contraste y los retos en el horizonte del 2016 – 2020 tienen condiciones críticas a las
cuales el nuevo gobernador se enfrentara en torno a su nueva administración que
permiten vislumbrar algunos de los retos futuros. Más allá del plan de gobierno del
candidato y de los esbozos poco precisos contenidos en su discurso de toma de
posición, el presidente Morales tendrá que demostrar un carácter de estadista para
liderar con fuerzas adversas a los cambios, remover escollos significativos y granjearse
el apoyo de una ciudadanía impaciente y necesitada de cambios con urgencia de
soluciones, fragmentada, pero extremadamente vigilante y muy crítica, debiendo
establecer un orden de abordaje, pues su atención exige acciones inmediatas.
Debiendo recuperar la confianza ciudadana, desarrollando una gestión
cuidadosamente transparente y fiscalizable, diseñar y poner en práctica mecanismos
efectivos que permitan recoger las demandas de los grupos sociales, más allá de las
instancias existentes, poco funcional y muchas veces desprestigiadas. Ganando el
apoyo social abanderando la lucha contra la corrupción y realizando esfuerzos
concentrados en salud, seguridad y la hambruna, priorizando con especial énfasis, la
atención a la agricultura familiar y la economía campesina. Definiendo un modelo
funcional de relación con el congreso de la república, creando una política de seguridad
ciudadana que respete los derechos humanos.

La ruta que se vislumbra se dibuja muy compleja, pero solo removiendo obstáculos
podrán crearse las condiciones que hagan posible un mejor enfoque a la sociedad,
aportando una esperanza argumentada en la participación ciudadana.

También podría gustarte