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Comúnmente se encuentran algunos miligramos de silicio por cada 100 gramos de tejido
humano. El silicio se encuentra notablemente en el tejido conjuntivo, en la aorta y en los
vasos sanguíneos, en los cartílagos, en el timo y las adrenales, en el hígado, el bazo, el
páncreas, la piel, las uñas, el cabello, etc...
Sin embargo lo más importante no es la presencia cuantitativa del silicio sino la manera
como se presenta el silicio en nuestros tejidos, y el rol potencialmente básico que juega en
nuestro organismo. Investigaciones recientes realizadas en los EEUU, han llevado a
formular la tesis de que en condiciones especiales el silicio podría comportarse de forma
similar al carbono. Como todos sabemos la química del carbono está la base de la vida y
este constituye un compuesto básico para los seres humanos. La tecnología química
moderna ha logrado crear compuestos poliméricos del silicio casi idénticas a las proteínas
lo cual permite establecer, al menos teóricamente, que a partir del silicio pueden
originarse formas vivas, (aunque no en las condiciones climatológicas que primaban en la
tierra cuando le dio el origen de la vida) (Kervran 1986). La importancia peculiar del
silicio radica pues en que se trata de un mineral con una estructura especial y enlaces
similares a los de carbono, por lo cual, la química del silicio constituiría un basamento tan
importante para la vida como la química del carbono.
No sin razón Jean Calcagni (1984) señala que uno no puede dejar de pensar, teniendo a la
vista de presencia universal del silicio, su analogía con el carbono y el modelo de la
diatomeas, en formular la tesis de una importancia decisiva del silicio para los procesos
metabólicos y para la vida celular en los animales superiores. De hecho, esta idea había
sido señalada tempranamente por diversos autores, entre ellos Louis Pasteur. Tomemos
como ejemplo a la autora A. Mary, quien basada en consideraciones biológicas, escribía
ya desde 1910:
" El silicio (...) nos parece destinado en el futuro, a jugar un rol terapéutico muy extenso,
no debemos dejar de utilizarlo, ya sea en pociones sea en inyecciones hipodérmicas (lo
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disponible en aquel entonces). Bajo esta última forma, puede activar notablemente la
fagocitosis, contribuir a la mineralización del suero sanguíneo y de los órganos
debilitados, y regenerar las células al excitar la ósmosis. Y añade que podría utilizarse
ventajosamente en la calcificación de lesiones antiguas y en el tratamiento de supuraciones
rebeldes. Su acción, sea preventiva, sea curativa - concluye la autora- se deduce
naturalmente de sus propiedades físico- químicas, de su constancia y de su rol osmótico en
la célula organizada" (citado por J. BOUDARD, 1919).
EL APORTE DE SILICIO
La avena, el mijo, la cebada, el arroz (todos ellos integrales), las patatas, la remolacha, la
alfalfa, la soja, vegetales verdes, etc..., siendo las fuentes más ricas de la alimentación
humana los cereales integrales. En promedio la alimentación aporta unos 30 mg al día de
silicio.
Todo lo anterior permite afirmar que la complementación con silicio es hoy en día una
necesidad generalizada, como lo demuestra la eficacia de su aplicación terapéutica en
muchas de las enfermedades típicas de la civilización moderna.
Amén del problema actual representado por un aporte de silicio en nuestra alimentación,
los niveles de este elemento en el organismo pueden variar por diversas causas:
Según el sexo:
Según la edad:
Monclaux (citado por Desmonty 1988) ha señalado un descenso general de los niveles de
silicio en el cuerpo en el curso del envejecimiento. Así, por ejemplo, la tasa de silicio en los
tejidos tegumentarios disminuye un 30 %, en la pared aórtica estudiada detenidamente por
Con la edad disminuye la absorción intestinal del silicio (Desmonty 1988). Charnot y Perez
(citados por Desmonty 1988) constataron que en las ratas se produce una reducción del
contenido de silicio en el tejido ungueal, intestinal y gingival en el curso del envejecimiento
siendo peor en las hembras. La tasa de silicio de la aorta, el timo y la piel en los humanos,
decae con la edad (Murray 1996).
En ciertas patologías
En la ateroesclerosis
Este déficit afecta sobre todo las capas llamadas intima y media (Desmonty 1988).
En patologías óseas
Al parecer se absorbe básicamente por el duodeno. Sin embargo hay que hacer notar que
en la forma orgánica el silicio es fácilmente absorbido a través de la piel, como lo
demuestran los trabajos desarrollados durante años por Duffaut con moléculas de uso
cutáneo. Con la edad disminuye la absorción intestinal del silicio.
Normalmente ocurre por vía renal y heces fecales, pero también perdemos silicio a través
de otros tejidos; al cortar el cabello, las uñas, en las mucosidades, etc...
Charnot y Perez (citados por Desmonty, 1988) estudiaron la regulación endocrina del
metabolismo del silicio, de su absorción intestinal y su fijación en determinados tejidos
(uñas, dientes, encías) en ratas de ambos sexos.
Los experimentos consistieron en estudiar animales a los cuales se les habían extraído los
ovarios, o las tiroides o las adrenales. Estos investigadores dejaron claro que el
metabolismo del silicio está influido hormonalmente:
LA CARENCIA DE SILICIO
Como ya vimos la carencia generada por un bajo aporte de silicio suele ser mucho más
común de lo que se cree dadas las alteraciones típicas de la dieta industrializada moderna.
Y la lista podría crecer enormemente, pero resultará más instructivo para los lectores
retornar este tema conforme expongamos las funciones y los alcances terapéuticos del
silicio por órganos y por sistemas.
El silicio en forma mineral, inorgánico, cuyos efectos debemos subdividir en dos: en dosis
elevadas es tóxico, en dosis infinitesimales es terapéutico
El silicio vegetal, (la cola de caballo ha sido la fuente más común).
El silicio de fuentes animales, (la membrana interna del cascarón del huevo es rica en
silicio orgánico pero se requieren enormes cantidades de huevo para poder fabricarlo)
Las moléculas sintéticas de silicio:
Como lo señala Daniel Kieffer (2000), fundador del Colegio Europeo de Naturopatía
Tradicional Holística, "ninguna otra forma de silicio, hasta donde sabemos, resulta tan
eficaz y polivalente"
Esta planta es uno de los vegetales más ricos en silicio, (5 a 77 %) presente bajo la forma
de ácido monosilícico (PDR,2000) que resulta parcialmente soluble (una décima parte,
según Kieffer 2000)
Hay que señalar, que sus indicaciones dependen no sólo de su riqueza en silicio sino
también de su elevado contenido de flavonoides.
Debemos añadir aquí un comentario interesante de Daniel Kieffer (2000) sobre el uso de la
cola de caballo como fuente de silicio: " la cola de caballo presenta un tejido en forma de
filamentos cuyas dimensiones alcanzan 950 micras por 30 micras, es decir, una superficie
de 28500 micras cuadradas y de plaquetas transparentes de 300 micras por 100 micras, lo
cual da una superficie de 30000 micras cuadradas. (se trata del tamaño de una célula!!)
uno concibe mal como una partícula semejante puede ser asimilada por una célula del
mismo tamaño (salvo si una relativa solubilización interviene en el curso de un
metabolismo intermediario, lo cual parece ser el caso y la única forma de explicar los
resultados obtenidos en fitoterapia)."
Este mismo problema presentan los brotes de bambú - también ricos en silicio- pero en un
grado más alto pues se componen de grandes cristales de baja solubilidad, que pueden
generar piedras renales (kieffer 2000).
Pero los datos más minuciosos respecto de los efectos nocivos de las formas tóxicas del
silicio provienen de la experimentación patogénica adelantada por los homeópatas.
El silicio forma parte de los más antiguos remedios y se encuentra mencionado ya en los
papiros egipcios. Santa Hildeganda (siglo XII) usaba el cristal de roca con diversos fines.
Después de Paracelso (siglo XVI) cayó en el olvido y fue recuperado por Hanneman (siglo
XIX) quien desarrolló uno de los medicamentos más utilizados por los homeópatas: Silicea,
Schussler, también incluyo el silicio en su famoso sistema terapéutico. A comienzos del
siglo XIX diversos estudios tanto en humanos como en animales.
Mencionemos en el caso del silicio mineral, a la famosa Santa Hildegarda de Bingen (siglo
XII), herbolaria y terapeuta de la edad media, quien aconsejaba también los elixires de
piedras. El cristal de roca (hoy sabemos que su acción se debe al silicio) era indicado
para: " la claridad del espíritu, el equilibrio del cerebro, la diabetes, la obesidad, la
purificación de la sangre y de los males humores, los tumores y goitres, las uñas y el
cabello, la esfera cardíaca y digestiva" (Kieffer, 2000).
Nombre y sinónimos: Silicea Terra, Acidum Silícicum, Silicio, Silex, tierra de diatomeas,
cuarzo.
LA SILICEA EN HOMEOPATIA
Sin embargo como lo señala Desmonty (1988) en el caso de la Silicea esta experimentación
patogénica pronto dio paso a una compilación de síntomas clínicos, es decir los síntomas
que en el proceso terapéutico demostraba mejorar la silicea. No es este el lugar para
presentar detenidamente las amplias indicaciones de la silicea. Podemos sin embargo
presentar un resumen de las mismas:
Localmente: por alcanzar a los tejidos ricos en elementos conjuntivos con presencia de
supuraciones repetitivas y/o fenómenos de esclerosis (endurecimiento).
A nivel general: por actuar sobre el desarrollo estructural, desarrollo del peso y de la
estatura, ayudando a combatir la hipotrofia y la debilitación constitucional tanto física
como psíquica.
Fatiga intelectual: La silicea se aplica muy bien a los individuos desgastados por un
trabajo intelectual intenso y prolongado, que pueden presentar fatiga física, problemas de
memoria, sudoraciones y frilosidad. También resulta indicada para fatiga infantil.
Para el caso de cuadros supurantes la Dra. Desmonty, de quien hemos tomado estos datos,
señala las siguientes indicaciones del uso de la silicea:
Por supuesto que todas estas indicaciones así como aquellas expuestas más atrás sobre las
sales Schhussler, se refieren al uso del silicio en su forma inorgánica a dosis
infinitesimales, y en el caso de la homeopatía la dosificación y el grado de dinamización de
la silicea modifica sus efectos. Sin embargo, se puede afirmar que todas estas indicaciones
caen dentro del campo de las aplicaciones del silicio orgánico, cuya dosificación es
sumamente baja.
Anemia (por sustancias quelantes del hierro presentes en la tierra como silicio inorgánico)
Retardo del crecimiento
Retardo del desarrollo sexual
Crecimiento del hígado y del bazo (De los tres últimos síntomas no se conoce explicación)
La exposición de las funciones vitales y terapéuticas del silicio orgánico debe comenzar
por la explicación de su papel al igualar del tejido conjuntivo, pues de ahí derivan gran
parte de sus alcances terapéuticos.
El silicio aparece como parte importante de las estructuras que componen el tejido
conjuntivo como son el colágeno, la elastina, los proteoglicanos y glucoproteínas
estructurantes. En 1968 Loeper observó la abundancia del silicio en los proteoglicanos:
era del orden de 400 a 550 mg por cada 1000 gr de tejido seco (Loeper J. Y Leumpert a.
"Estude du silicium en biologie et au cours de l´atherome", Presse Med. 1966, 74-85, 868).
Antes de pasar a exponer estas funciones vale la pena recordar brevemente las
características básicas del tejido conjuntivo, lo cuál nos dará ya una idea de la
importancia y los alcances terapéuticos del aporte del silicio orgánico.
EL TEJIDO CONECTIVO
Recordemos que los tejidos del organismo componen a todos los órganos. La ciencia
moderna clasifica en 4 grupos los tejidos corporales:
- Epitelial
- Conectivo
- Muscular
- Nervioso
LAS FIBRAS
Fibras de colágeno: el colágeno es una proteína fibrosa, presente en todos los vertebrados
y que en los mamíferos constituye el 25 % de su peso.
Las fibras colágenos - la más amplia presencia en el cuerpo- son muy elásticas y dan a los
tejidos su resistencia a la tensión, como en los tendones, por ejemplo. Estas fibras se
conforman de haces de fibrillas, compuestas por cúmulo de moléculas de colágeno. El
colágeno está compuesto por aminoácidos y son los enlaces entre los mismos lo que da su
estabilidad a sus fibras.
Fibras elásticas: como su nombre lo dice pueden estirarse hasta alcanzar varias veces su
tamaño y regresar rápidamente a su dimensión inicial. Este tipo de fibras dan electricidad
y extensibilidad a los tejidos. Esto resulta vital en los tejidos que deben extenderse y
contraerse para cumplir sus funciones tal y como las grandes arterias.
Las fibras elásticas están constituidas principalmente de una proteína llamada elastina. La
elastina a diferencia del colágeno y la sustancia fundamental es insoluble.
Las paredes de las arterias, la piel y los ligamentos son muy ricas en elastina. Las fibras
reticulares: estas fibras también se componen de fibrillas de colágeno que conforman las
fibras de colágeno. Pero en las fibras reticulares dichas fibras de colágeno conforman una
red laxa y delicada y no haces gruesos. Las fibras reticulares son abundantes en los tejidos
conectivos laxos especialmente en el tejido reticular (ver más adelante).
LA SUSTANCIA FUNDAMENTAL
El tejido conectivo puede dividirse para su estudio, en tejido conectivo laxo y tejido
conectivo denso.
El TCL llena espacios entre los órganos y también penetra en ellos, las fibras que lo
componen no están estrechamente entrelazadas. La histología lo clasifica lo clasifica en
tres tipos: areolar, adiposo y reticular.
Los fibroblastos son las células capaces de producir fibrillas, actúan de manera importante
en los procesos de cicatrización.
Los macrófagos son células capaces de devorar elementos extraños y llevan a cabo esa
labor de defensa por fuera del sistema vascular. A menudo estas células están fijas unidas
a las fibras. EL SILICIO MEJORA LA FAGOCITOSIS. Las células cebadas, se localizan
junto a los vasos sanguíneos y fabrican heparina (un anticoagulante) e histamina
(sustancia proinflamatoria promotora de las reacciones alérgicas). El silicio, es muy útil
para tratar las alergias.
Tejido adiposo: es tejido areolar especializado que contiene células que poseen grasa (los
adipositos)
Tejido reticular: conformado de fibras reticulares que se diseminan por todo el cuerpo. Sin
embargo el tejido reticular se refiere específicamente a los lugares del organismo donde
Dentro del TCE tenemos a los cartílagos y a los huesos, la dentina, la sangre, la medula
ósea, y el tejido linfoide.
El Cartílago
En este tejido se observa una densa estructura de fibras de colágeno y elastina que le
confieren su elsticidad y resistencia. Existen diversas clases de cartílagos los hay más
rígidos y otros más flexibles. Mencionamos el cartílago hialino que constituye el precursor
de nuestro esqueleto pues a través del proceso de MINERALIZACION se transforma poco
a poco en hueso en muchas partes del cuerpo, PROCESO EN EL CUAL EL SILICIO
JUEGA UN PAPEL ESTRATÉGICO SEGÚN VEREMOS. Otro dato a resaltar, es que los,
cartílagos no poseen vasos sanguíneos y su nutrición depende de la presencia y el
metabolismo del agua en el mismo. También su función lubricante depende su riqueza en
agua. COMO VEREMOS EL SILICIO ES DETERMINANTE NO SÓLO PARA ASEGURAR
LA PRESENCIA DEL AGUA EN LOS CARTÍLAGOS SINO TAMBIÉN SU
METABOLISMO.
El hueso se conforma de una red de fibras en la cual se depositan sales de calcio. Cuenta
con una red vascular y constantemente se renueva. El silicio, según veremos, es
determinante para su bienestar-
LA DENTINA
La dentina está relacionada con el hueso, pero es más dura y más densa. La dentina rodea
la pulpa, y sobre ella se deposita el esmalte dental (el tejido más duro del cuerpo); la
dentina se compone de un sustrato orgánico sólido relleno con sales de calcio. Diversas
experiencias han mostrado que EL SILICIO MEJORA LOS DIENTES.
Tanto la sangre como la médula ósea, encargada de producir las células de la sangre, son
parte, especializada, del tejido conectivo. EL SILICIO ESTÁ PRESENTE EN PEQUEÑAS
CANTIDADES EN LA SANGRE.
TEJIDO LINFOIDE
Este tejido se encuentra en los ganglios linfáticos, el timo (uno de los órganos más ricos en
silicio) el bazo y las amigdalas. Su estructura se conforma de fibras reticulares entorno a
los cuales se encuentran los linfocitos (pequeños glóbulos blancos que actúan en las
reacciones inmunológicas. Existen dos tipos de linfocitos, los B y los T, que actúan
coordinadamente y de manera muy especializada para identificar y definir proteínas
extrañas al organismo y células cancerosas.
El silicio por sus características determina la integridad del tejido conjuntivo actuando en
varios niveles:
ROL DE SOSTÉN
ROL TRÓFICO (formación del tejido)
ROL DE SOSTÉN
El silicio actúa como cimentador de los tejidos, por su ubicuidad (está en todos los tejidos)
resistencia y los enlaces estructurantes que es capaz de crear. Además asegura la
mineralización de los tejidos:
A nivel del colágeno (la proteína más importante del cuerpo y que es usada para formar
todas las estructuras de sostén), el SILICIO conforma su estructura cuaternaría:
desprovisto de cisteína, es el silicio el que proporciona enlaces covalentes que dan
estructura al colágeno.
Por su capacidad para formar enlaces covalentes y para mineralizar los tejidos el silicio
interviene dándole estructura y solidez al tejido conjuntivo (Desmonty 1988).
ROL TROFICO
El silicio favorece la síntesis del colágeno (proteína básica para la piel, tendones,
ligamentos, huesos y todos los tejidos del organismo).
El silicio determina pues la elasticidad de los tejidos, por lo cual, juega un papel
estratégico en la salud arterial. El mecanismo de acción es múltiple:
ROL ENERGÉTICO
Una reducción significativa del crecimiento de las ratas resultaba de un régimen deficiente
en silicio. La estructura del cráneo y la pigmentación de los incisivos se veía afectada. La
adición de 50 mg de silicio por cada 100 gr de alimento corregía los problemas
(SCHWARZ, 1970)
En otro experimento se eligieron pollos (dado su desarrollo esquelético acelerado). Se les
sometió a un régimen pobre en silicio, y se les dividió en dos grupos uno de los cuales
recibía un suplemento de silicio equivalente a 100 ppm de su dieta (bajo la forma de meta
silicato de sodio). Se observaron notables diferencias entre ambos grupos. En los pollos
exentos del complemento del silicio se produjeron:
Los metatarsianos relativamente flexibles
Huesos más cortos en las patas
Los huesos de la tibia y del fémur frágiles
El pico era flexible y faltaban los carunculos
La cresta poco desarrollada
En su comportamiento eran esquivos
Tenían un cortex ligero
Tenían en promedio un peso 30 % menor que los pollos que recibían el suplemento de
silicio
Un estudio más detallado de los huesos y de las crestas de estos pollos en comparación con
los mismos tejidos de aquellos animales que sí recibieron silicio arrojó resultados aún más
interesantes:
Por otra parte se observaron anomalías en la formación del cráneo de los pollos con dieta
pobre en silicio, se producían cambios en la arquitectura craneana y éste se mostraba más
frágil y más pequeño.
Los exámenes con rayos X, y los estudios histológicos demostraron una disminución de la
calcificación, menor cantidad de colágeno y una trabécula empobrecida (Carlisle). En
experimentos realizados en la Universidad Estatal de Letonia en el Centro de Bioquímica
Experimental, se ha observado que tras la administración de silicio a ratas y a pollos en
edad de crecimiento, este se ha aumentado entre un 25 y un 50 %. Los descubrimientos
acumulados en las últimas décadas del siglo XX han demostrado que el silicio resulta
determinante para el desarrollo ponderal y que se comporta como catalizador de la
fijación por parte del organismo de algunos oligoelementos como el azufre, el fósforo y el
calcio, determinantes para el desarrollo óseo. Hoy esta claro que el silicio está implicado
profundamente en la formación del hueso, en el completo desarrollo del tejido conjuntivo y
del tejido articular, impidiendo su degeneración y contribuyendo a conservarlos en los
adultos y en los viejos.
EL SILICIO Y LA OSTEOGENESIS
Los estudios clásicos han sido los de SCHWARZ y CARLISLE. (Ver bibliografía)
En un estudio con conejos se puso en evidencia la mejoría del estado dental, los dientes
adquirían una superficie más lisa, y más regular y brillante que en los animales testigos, y
además presentaban mayor resistencia a la fibra (Faure, citado por Desmonty 1988).
También existe evidencia de que el silicio se concentra en los osteoblastos (las células
formadoras de hueso). Así mismo se ha demostrado el papel del silicio en la síntesis de los
mucopolisacáridos, que conforman la matriz proteica en la cual se deposita las sales de
calcio.
Hay que recordar aquí que el hueso está básicamente conformado por una matriz proteica
y por el depósito en ella de sales de calcio. La matriz fibrosa le permite al hueso ser
flexible y tolerar la tensión, mientras que sales de calcio depositadas (65 % de su peso) le
dan firmeza y lo capacitan para resistir la presión. En el proceso de formación del hueso
se considera que se producen primero los componentes de la matriz (proteínas-
polisacáridos, y fibras de colágeno) que conforman, gracias a modificaciones químicas,
una estructura ordenada en la cuál se depositaran en segundo lugar las sales de calcio.
(Jacob Francote Losow, 1982). De acuerdo con los datos ofrecidos hasta aquí podemos
afirmar que la importancia del silicio para la osteogénesis deriva de que interviene tanto
en el proceso de la producción de la sustancia matriz cuanto en depósito de sales en los
huesos. Pero además existen datos que permiten señalar que la presencia del silicio
también contribuye a dar forma al tejido de la matriz.
Después de ofrecer datos técnicos precisos sobre las concentraciones de silicio enlazado
en diversas muestras de tejido conjuntivo animal /Calcagni, 1988) concluye señalando lo
siguiente:
"Los conocimientos actuales permiten pensar que el silicio tiene un ROL ESTRUCTURAL
en el tejido conjuntivo, que está implicado en la SÍNTESIS DE LOS
MUCOPOLISACÁRIDOS y que interviene en la MINERALIZACIÓN DE LA MATRIZ
ÓSEA"
La función del silicio sobre el tejido conjuntivo tiene alcances más amplios, dada la
predominancia de dichos tejidos en nuestro cuerpo.
Louis Kervran es un biólogo francés, famoso por su teoría sobre las transmutaciones
biológicas de baja energía. Este autor sistematizó y desarrollo todo un conjunto de
experiencias, hechos e información que implicarían una revolución para la concepción de
la química. En efecto, mientras que dicha ciencia habla de elementos básicos inmutables,
Kervran trata de demostrar que en los organismos vivos ocurre, con bajos niveles de
energía, la transmutación de unos elementos en otros, fenómeno que de acuerdo con los
conocimientos actualmente imperantes sólo es posible para elementos radioactivos o en
sistemas de alta energía (bomba atómica; génesis de la energía solar, etc...). En lo que
respecta al calcio Louis Kervran nos recuerda los grandes enigmas que rodean el estudio
de este mineral, y propone una solución basada en la transmutación del silicio en calcio:
¿De dónde surgen las grandes masas de calcio que aparecen en la era secundaria en
nuestro planeta?
Según Kervran la única explicación posible es que se forman a partir del silicio mineral
Es pues el silicio nuevamente la solución del misterio, pues el silicio se transmuta en calcio
(Kervran 1986, p.64).
Se produjeron facturas óseas artificialmente. A los 10 días se observó que en el grupo con
silicio ya habían consolidado las fracturas; por el contrario, aún a los 17 días en el grupo
con calcio no habían desaparecido las fracturas (citado por Kervran).
Las dietas sugeridas para las gallinas ponedoras de granjas industriales incluya en
carbonato de calcio (para fortalecer el cascarón de los huevos). Sin embargo el Dr.
Horwitz del Instituto de Investigación Agrícola Volcani, de Israel demostró en 1965 que si
bien dicho mineral sería parcialmente usado para formar el cascarón, también se fijaría,
en los tejidos, notablemente en el apéndice; y siendo dicho órgano importante para la
producción de anticuerpos dicha calcificación haría que los animales fuesen más
susceptibles a enfermedades. Además el exceso de carbonato de calcio generaba
alteraciones hormonales. (ibid p. 65).
· Sabemos que el hueso se compone en 2/3 de sales minerales y 1/3 de una matriz
intersticial dice Kervran y que la composición promedio de sales es la siguiente:
- Fosfato tricálcico 85 %
- Fosfato de Magnesio 2 %
- Carbonato de calcio 9 %
- Fluoruro de calcio 4 %
Por eso mismo se ha creído que aportar calcio es la clave para tener huesos saludables y/o
para combatir la descalcificación pero, insiste Kervran, aportar calcio no resuelve el
problema.
· Bajo la dirección del Dr. Charnot se llevaron a cabo numerosas experiencias con
humanos (varios cientos de casos) y estudios con animales que demostraron sin lugar a
duda que el aporte de silicio (combinado con magnesio, potasio o flúor) da excelentes
resultados para combatir osteoporosis, descalcificación y reumatismo crónico (Kervran
1986, p. 77). Estas experiencias fueron reconfirmadas por el Dr. Monceaux en Francia
/Kervran 1986, p. 47).
"Niños con dentición retardada que recibían una cantidad normal de calcio a través de su
dieta (de acuerdo con los criterios nutricionales clásicos) a través de frutas, vegetales,
queso, leche y carne, superaron en pocas semanas dicho retardo al ser retirados de su
dieta la leche y el queso (tradicionalmente considerados buena fuente de calcio)".
La misma dieta pobre en calcio llevó a la rápida formación del calcio óseo en un caso
grave: una persona mayor de 60 años con fracturas del cuello del fémur, que había sido
sometida a dos cirugías, y otros tratamientos clásicos sin éxito (Kervran).
Debo señalar aquí, en concordancia con estas tesis, la observación reciente de la paradoja
de la osteoporosis y el calcio: sabido es que las poblaciones con una ingesta elevada de
calcio como los norteamericanos (600 a 900 mg / día) o los esquimales (2500 mg/ día)
presentan las más altas tasas de osteoporosis, mientras que poblaciones con una ingesta de
calcio moderada, como los bantúes (200 o 300 mg/ día) prácticamente no sufren dicha
enfermedad (Somersall 2001).
Las dietas ricas en lácteos resultan contraproducentes porque aportan poco magnesio y
exceso de proteínas acidificantes que obligan al organismo a desalojar minerales de los
huesos para combatir la acidez.
En 1962 en Montreal, señala Kervran, H: Seyle, escribe una obra sustancial sobre lo que
el llama calcifilaxis (fenómeno de calcificación local de los tejidos) y comenta que “ la
naturaleza del mecanismo local de calcificación es uno de los más importantes problemas
no resueltos de la bioquímica”.
De acuerdo con Kervran esta correlación entre silicio y calcio resulta de importancia
también en sentido inverso, es decir que ante una deficiencia de silicio se pueden generar
depósitos de calcio en los tejidos. Tal es el caso de la ateroesclerosis, enfermedad en la
cual el déficit de silicio en el tejido arterial precede al depósito de calcio en el mismo. Un
aporte de silicio puede corregir el problema.
Los trabajos de Kervran demuestran pues que el silicio es la clave para reforzar los
huesos, acompañado por el magnesio y el potasio.
Los estudios realizados han demostrado que el silicio aumenta la respuesta inmune, tanto
especifica (producción de células específicas de la inmunidad) cuanto la humoral
(producción de anticuerpos).
Este es uno de los campos más interesantes de aplicación del silicio. Podríamos decir que
el silicio es el gran olvidado de la salud cardiovascular, en esta área de salud el silicio
actúa a tres niveles:
- Acción hipotensora
· En las arterias de los niños encontramos 4 veces más silicio que en las de las personas
mayores
· En una arteria afectada por placas de colesterol con depósitos de calcio hay de 10 a 20
veces menos silicio que en una arteria sana
Los estudios clásicos al respecto son los de Loeper (citado por Pometan 1978).
Loeper demostró que el silicio se concentra de manera especial en las paredes de los vasos
sanguíneos y sobre todo en la aorta, y les confiere la elasticidad. Además comprobó que el
contenido de silicio decae con el proceso de formación del ateroma (la placa de colesterol
que obstruye la pared arterial) Loeper observó que la tasa de silicio es más bajo cuanto
peor era la lesión ateromatosa. Y que el silicio tiene un papel protector sobre la pared
arterial.
Diversos estudios con conejos (Loeper) demostraron que la formación de las placas de
ateroma pasa de 80 % (animales no tratados) a solo 25 % en los animales tratados. Esta
acción se debe al papel protector del silicio sobre la pared arterial.
ROL CURATIVO
Otro autor (Gendre, citado por Pometan 1978) observó, mediante estudios de microscopía
electrónica sobre las paredes arteriales de conejos, que la administración de moléculas de
órgano silicios genera una desaparición de las placas de ateroma. En los animales
tratados se generaba una regresión de la lesión producida sobre los tejidos elásticos
gracias al estímulo de desarrollo de nuevas fibras elásticas, y también se observa una
regresión de los depósitos ateromatosos en las paredes arteriales.
En los animales tratados se observaba un aumento del diámetro de las fibras elásticas y un
aspecto más denso del colágeno (citado por Desmonty 1988).
Bricaus (citado por Desmonty) corroboró la acción protectora de silicio sobre la pared
arterial de conejos. El mecanismo es enzimático: el silicio conserva el potencial enzimático
de las paredes aórticas lo cual permite una defensa contra la formación de depósitos
lipídicos. Se ha sugerido también que el silicio actúa dando mayor impermeabilidad a la
pared arterial.
Fourtillan (1971) presenta, por su parte, un detenido estudio de los efectos del silicio en
conejos sometidos a dietas ricas en colesterol. Estudia con detalle las alteraciones que
genera el silicio en el metabolismo de los lípidos, en las paredes arteriales y en los
mecanismos enzimáticos y concluye que el silicio orgánico se muestra susceptible de frenar
e inclusive puede impedir los procesos degenerativos que sufre el animal sometido a un
régimen rico en colesterol. Este rol protector se manifiesta por un aumento en ls
mecanismos de autodefensa y por facilitar los mecanismos de destoxificación (eliminación
de desechos orgánicos). Este autor subraya que el efecto preventivo es notoriamente más
eficaz que el efecto curativo del silicio.
ROL ANTICOLESTEROL
ROL ANTIHIPERTENSIVO
Numerosos estudios (Pometan 1978) han demostrado el efecto antihipertensivo del silicio
orgánico.
RESUMEN
- El silicio da elasticidad a las arterias. Como decía Da Vinci: " la edad de un hombre
depende de la edad de sus arterias". Hoy podemos afirmar que la edad de las arterias
depende de la cantidad de silicio.
Calcagni (1984) señala que es bien conocida la asociación entre la fibra y aterosclerosis.
La ingesta de fibra ha caído en 3000 % en los últimos 10 años, refiere este autor. Pero lo
que no se ha dicho es que la fibra proveniente de los cereales integrales era una de las
principales fuentes de silicio. Calcagni estudia el contenido de silicio de diversos tipos de
fibras y propone que a mayor contenido sde silicio mayor es su efecto anticolesterol. La
acción del silicio sería múltiple:
En 1957 Duffaut sintetizó una primera molécula de silicio orgánico estabilizada con ácido
cítrico. Rápidamente la probaría en el tratamiento del cáncer y las enfermedades
cardiovasculares con excelentes resultados. En los años 60 en colaboración con el
cardiólogo Roland Rager, Duffaut obtiene éxitos notables con el silicio orgánico en la
cardiología. Rager trató con éxito cientos de casos de angina de pecho, infartos de
miocardio, y arteritis de los miembros inferiores. El Dr. Rager publica un primer trabajo
sobre 50 pacientes tratados con silicio orgánico aplicado con ionocinesis (corrientes
eléctricas muy bajas y altamente estabilizadas). En un libro de 400 páginas titulados El
infarto no mata Rager publica los resultados favorables obtenidos con cientos de pacientes
y otorga numerosas entrevistas de radio y televisión y vuelve a ser objeto de alegues por
parte del gremio médico de Burdeos. En 1967 recibe un espaldarazo a nivel nacional,
Roland Rager recibe el Premio Nacional de Medicina J. Levy Briker, otorgado por la
Academia de Medicina Francesa, por su uso del silicio orgánico en la terapéutica humana.
De inmediato fue atacado por la cardilogía ortodoxa que levanta una solicitud para
prohibir el uso de esa terapia. Rager documenta sus éxitos y presenta un dossier ante las
autoridades médicas regionales (Burdeos), y después de un largo proceso gana el caso.
Paralelamente Duffaut había utilizado los órganos silicios (sin la ionocinesis) para tratar
diversas patologías cardiovasculares:
Mediante compresas sobre el plexo cardíaco aplicadas durante 8 horas todas las noches
por 15 a 30 días, obtuvo buenos resultados en casos de angina de pecho y de infartos.
En 1961 propone al Hospital de Burdeos el uso de los órganos silicios en su planta de
cardiología. Por prudencia el Director del Hospital le propone utilizarlo primero en
pesiarterites escapulo humeral. Se aplicó durante un mes combinado con ionocinesis y los
resultados fueron extraordinarios.
COLESTEROL
HIPERTENSIÓN
BIBLIOGRAFÍA