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Preguntas: 1) Explique en qué consiste la tesis del “no plazo” que aplica la Corte
Interamericana de Derechos Humanos y señale cuál es su procedencia u origen.
4) ¿Qué derechos se ven vulnerados en el Caso Giménez contra Argentina? Indique normas
aplicadas.
5) ¿El concepto de “plazo razonable” es un plazo en sentido procesal estricto? Explique con
sus palabras.
Tesis del “no plazo” según la cual no puede establecerse con precisión absoluta cuándo un
plazo es razonable o no, ya que no es posible cuantificarlo en años y meses.
Para determinar si un plazo deja de ser razonable se debe realizar una análisis global del caso,
lo que supone que el procesa ha terminado y con ello, necesariamente, que si su duración ha
sido irrazonable la violación del derecho no ha sido evitada.
Caso Firmenich, discusión sobre duración de la prisión preventiva (más de cinco años). El
informe no considera irrazonable la duración de la prisión preventiva del reclamante, a pesar
de que, según las reglas internas aplicables, tanto la prisión preventiva como el proceso mismo
debería finalizar a los dos años de iniciados. Para la comisión estas normas son indicativas de
que Argentina ha cumplido con el deber de adoptar disposiciones internas para instrumentar
los derechos y garantías dispuestos en la convención. Para el informe, el plazo no puede ser
medido en días, meses o años, por lo que se puede dejar de lado el plazo legal y aún ser
razonable.
Este es el primer caso en el ámbito americano que se aplica la teoría del TEDH.
-La razonabilidad no está determinada en abstracto y general por la ley para todos los casos,
sino que debe ser inferida en particular por el juzgador del caso concreto, y para ello debe
considerar los factores: duración efectiva de la detención, gravedad de la infracción,
complejidad del caso.
-La razonabilidad es cuestión de los jueces del caso, sin sujeción a una pauta legal alguna.
Caso Giménez: Duración razonable tanto de la prisión preventiva como del procedimiento
(introducido de oficio por la Comisión). Detenido en 29/9/89 por varios delitos contra la
propiedad, condenado en primera instancia en 17/12/93 por nueve años, confirmada en 96.
Giménez solicitó ser excarcelado en numerosas ocasiones y habeas curpus, todas estas
peticiones fueron rechazadas. Excarcelado bajo caución en 94 tras cumplir 2/3 de la condena
firme.
-Comisión: ¿Plazo razonable fue violado? ¿Violación de la presunción de inocencia?
Refirmó en este caso la posición del caso Firmenich, confirmando que por ley no se puede
determinar un plazo abstracto, sino que debe ser considerado por los jueces según criterios
elásticos y amorfos, donde lo único seguro es la inexistencia de vinculación a una reglas
(Implica una demolición del Estado Constitucional de Derecho).
-La comisión entendió que la detención de más de cinco años sufrida por Giménez no
encontraba justificación en la gravedad del hecho, ni de la pena que se esperaba, ni en la
existencia real de un peligro de fuga, ni en razones de evitación de futuras acciones punibles
del peticionario. Determinó que las autoridades no actuaron con la diligencia debida para el
enjuiciamiento de una persona que está ya privada de su libertad preventivamente. La demora
en la tramitación del proceso no se puede atribuir al detenido, a no ser que se haya abusado
del sistema en forma intencional con propósito de demorar el procedimiento.
Concluye que la prolongación del proceso por más de cinco años sin que se haya dictado
sentencia de término, constituye una violación del derecho a ser oído con las debidas
garantías y dentro del plazo razonable que establece el artículo 8.1
Se reafirma así la doctrina del plazo razonable como “no plazo” y de la improcedencia de su
determinación por ley, de modo de preservaren los juzgadores la posibilidad de evaluar, caso
a caso, y normalmente, ex post iudicium, si la duración del proceso fue razonable o no lo fue, a
partir del análisis de los criterios habituales de gravedad del hecho, actitud del interesado,
comportamiento de las autoridades y otras vaguedades que, en definitiva, determinan que la
decisión se inspire, únicamente, en la predilección sin fundamentos serios y racionales de
quien decide.
Caso Genie Lacayo, caso Bronstein y otros. Casos en que se ha violado el derecho a un plazo
prudente, sin señalar la comisión desde cuando ha sido violado el derecho. Toda resolución es
muy arbitraria.
Caso Suarez Rosero (ecuatoriano)
Caso Garcés Valladares (ecuador, 5 años e inocente)
Lectura 11: Duce, Mauricio; Marín, Felipe y Riego, Cristian, Reforma a los
Procesos Civiles Orales: Consideraciones desde el Debido Proceso y Calidad de la
Información, (págs. 35-46).
El CPC no considera ninguna de las características descritas, como tampoco están impregnadas
en los procedimientos de América Latina, en donde incluso estas ideas consideradas como
básicas han tenido que convivir con las más variadas formas de juzgamiento.
Error de traducción de los tratados y convenciones.
Otros tratados en español hacen explícitas estas características, como la Declaración Universal
de Derechos Humanos (“juicio público”), o la Convención sobre Derechos del Niño (Audiencia
Equitativa)
CEDH y Comité de Derechos Humanos han precisado el alcance del pacto a establecer un juicio
oral, público y contradictorio.
La idea de audiencia oral y pública se encuentra recogida con fuerza en la jurisprudencia en
materias civiles en un sentido amplio.
En la medida en que el juicio satisfaga las exigencias básicas contempladas en los instrumentos
internacionales, cada Estado es libre para regular sus propias particularidades.
Esta idea de un juicio o audiencia oral, pública y contradictoria se reflejan en la mayoría de las
legislaciones procesales penales de Latinoamérica. No ocurre lo mismo en Chile con la
regulación procesal civil en un sentido amplio. Se han dictado en Chile varias leyes que han
pretendido extender la noción de juicio oral a otras áreas como son la de familia y la ley que
estableció un nuevo proceso laboral.
Ejemplos Internacionales: Código General del Proceso Uruguayo y Código Procesal Civil
Modelo para Iberoamérica, en ambos no se señalan de forma explícita estas garantías, pero se
pueden inferir de los principios señalados en sus mismas disposiciones.
Favorecer el servicio de los derechos de las partes y no, como más bien parece ser, al servicio
de intereses institucionales del sistema.
El debido proceso parece no ser entendido como una garantía individual (un derecho que
tienen los ciudadanos frente a los tribunales de justicia para que funcionen de determinada
manera) y, al no ser concebido como un derecho subjetivo, no se contemplan acciones legales
para exigir su cumplimiento.