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NOMBRE: LAURA PALACIO CERCHIARO

GRUPO: Q2

Para iniciar es importante conocer que se entiende por corrupción, esta es denominada como la
acción o conjunto de acciones humanas que transgreden las normas legales y los principios éticos,
con la finalidad de obtener un beneficio individual o para personas relacionadas. La corrupción
puede presentarse en cualquier tipo de contexto.

El origen de la corrupción se remonta a tiempos primitivos, “Por ejemplo, en la antigua


Mesopotamia, en el año 1500 a.C., establecer un trato económico con un poderoso no era distinto
de otras transacciones sociales y comerciales y era una vía reconocida para establecer relaciones
pacíficas” Carlos Alberto Brioschi. Y esto es precisamente lo que evidenciamos en la actualidad,
habitando un país que posee índices exacerbados de corrupción en todos los contextos posibles;
siendo el entorno familiar y social fundamental para abolir esta problemática ya que es desde ahí
donde se construye y se estimula el pensamiento de los niños que serán el futuro de una nación y
del mundo en general.

Las causas más notorias de la corrupción son la desigualdad social, la ineficacia de la educación, la
perversión de la autoridad, la flexibilidad de las penas, entre muchas otras que solo retrasan el
desarrollo de un país. De acuerdo con el sistema de análisis desarrollado por Robert Klitgaard,
puede esperarse que la corrupción aumente con el grado de ineficiencia en el cual se desarrolla la
actividad de las instituciones, con la discrecionalidad de los funcionarios, con el grado de
monopolio sobre los servicios que prestan, con los ingresos que pueden obtenerse en las
actividades corruptas, con una baja probabilidad de ser descubierto, y aun mas con los “castigos”
tan leves que se les imponen, que al no marcarse un precedente solo incentivan a las personas a
realizar este tipo de conductas ilícitas.

Los analistas coinciden en señalar que este fenómeno afecta los cimientos de la democracia; por lo
tanto los sistemas políticos corruptos niegan el derecho fundamental a la libre participación,
destruye la estructura legal y sobre todo, crea un gran desaliento moral en la sociedad. La
corrupción puede ser vista como uno de los mayores obstáculos en el cumplimiento de la
obligación estatal de promover y proteger los derechos humanos, en el sistema judicial las
conductas corruptas no solo niegan el derecho a la igualdad frente a la ley, sino a las mismas
garantías judiciales declaradas por los instrumentos internacionales de derechos humanos. La
corrupción en las funciones públicas pone en riesgo el derecho a la vida, por ejemplo en casos
donde se es negada la asistencia médica a los enfermos o se permite la construcción de edificios o
productos defectuosos y peligrosos, que atentan contra ese derecho inviolable.

En Colombia coloquialmente podríamos decir que este es el pan de cada día, encontramos
corrupción de todo tipo e incluso en las altas Cortes que se supone que son un emblema de
justicia y que en el ejercicio de su labor deberían dar la batalla contra la corrupción; sin embargo
encontramos casos tales como el escándalo de corrupción de la Corte Suprema de Justicia que
involucra a magistrados y congresistas. Musa Besaile, uno de los congresistas más votados de
Colombia, contó sin tapujos que pagó dos mil millones de pesos para evitar ser capturado. El
congresista tiene un proceso por parapolítica que lleva nueve años archivado en la Corte Suprema
y debido a ese dinero se ha producido el retroceso de la justicia en su caso. Se logró comprobar el
pago que le realizó a Luis Gustavo Moreno, exfiscal anticorrupción, quien fue la persona que
gestionó el efectivo para el exmagistrado Leonidas Bustos. Es insólito y aberrante que los
encargados de administrar una justicia efectiva se vean inmiscuidos en este tipo de hechos hasta
el punto de ser denominados: ´ EL CARTEL DE LA TOGA´.

En mi opinión, duele darse cuenta que en un país como Colombia que posee múltiples riquezas,
estén siendo desaprovechadas y derrochadas de este modo. Tenemos todo para ser una potencia
mundial, sin embargo la ambición e individualismo de nosotros como ciudadanos es lo que nos
retrasa; el querer conseguir todo de la manera más fácil posible, omitiendo que lo que se consigue
por mérito propio es lo que genera mayor satisfacción, nos ha llevado a un caos del cual salir
puede parecer utópico. La corrupción atañe en todos los sectores poblacionales, y estamos tan
familiarizados con esta que ya incluso lo vemos como algo normal. Colombia requiere un cambio
apresurado, “Necesitamos una nación donde la corrupción no sea una forma consentida de
gobernar” Javier Díez Canseco.

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