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NOMBRES: LAURA PALACIO CERCHIARO Q7

MARIAM TORRES CENTENO Q4

La paz: Utopía o realidad inimaginable

Indudablemente en Colombia ha existido una guerra caótica por

más de 60 años entre grupos ilegales contra el Estado debido a ideales que con el tiempo se han

ido tergiversando, pero las peores consecuencias las ha vivido la población civil, ya que la cifra

de muertes de personas que no tenían injerencia en el conflicto es prácticamente innumerable, ha

experimentado violaciones de todo tipo a los derechos humanos y de igual manera se ha visto

impedido el desarrollo social y cultural de la población.

Atendiendo al artículo 22 de la Constitución Política de Colombia,

el cual manifiesta que la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento, Colombia

cuenta con una larga experiencia en materia de diálogos entre el gobierno y diversas

agrupaciones armadas ilegales, pero todos habían culminado siendo un fracaso. Juan Manuel

Santos, presidente saliente logró la firma de un acuerdo de paz con las FARC el 26 de septiembre

de 2016, un acuerdo que siguió una cadena de errores inverosímiles que iniciaban desde la

desarticulación de la Constitución hasta la desestructuración del poder presidencial; sin embargo

se reconoce la iniciativa del ex presidente Juan Manuel Santos ya que por algo debía iniciarse y

sin duda alguna fue un buen comienzo a pesar de todos sus errores.

Desde hace dos años cuando se firmó el acuerdo de paz con las

FARC, se supo que la implementación de lo acordado no sería fácil y que tomaría un tiempo de

transición para que todos lograran acoplarse a lo pactado, pero la realidad ha demostrado que

todo ha resultado mucho más difícil de lo imaginado. Gran ejemplo de ello, es que la
reconciliación ha sido mucho más tediosa de lo que se pensaba, es entendible que las huellas del

conflicto no se borren con facilidad pero todos debemos entender que, a final de cuentas la paz es

la ruta hacia un modelo de desarrollo sintonizado con el siglo XXI y esta a su vez permite

resolver problemas estructurales, como la marginalidad de amplios sectores rurales y la violencia

como instrumento político.

Actualmente nos encontramos viviendo el postconflicto, entendido

este como una apuesta por la política de paz y reinserción, donde las negociaciones y sus

resultados se pueden medir a corto y mediano plazo, en cambio su impacto, hasta una década

después. Lo que se espera mediante este, es que haya un compromiso entre las partes actoras del

conflicto y se logre minimizar de cierta forma todos los efectos negativos que ocasionó directa o

indirectamente la guerra y de ese modo lograr una verdadera paz y reconciliación.

Finalmente y lamentablemente para todos los colombianos,

viviremos en un país donde al parecer nuestra generación, ni una próxima lograran estar en plena

paz, ya que en un escenario de postconflicto existirá siempre la posibilidad de la permanencia del

conflicto armado, a pesar de experiencias de desmovilización, desarme y reinserción nacionales e

internacional, debido a que acá todos estamos acostumbrados a escoger el camino que nos lleve a

conseguir nuestros objetivos o ideales sin pensar en los demás, no importa por encima de quien

tengamos que pasar ni el modo de alcanzar las cosas, únicamente nos empeñamos en cumplirlas

aunque el fin jamás justifique los medios. Es momento de que todos nos concienticemos, que nos

demos cuenta de que la guerra nunca será mejor que la paz y que como dijo Albert Einstein “no

es posible mantener la paz usando la fuerza; solo puede lograrse mediante la comprensión”

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