El agua que se representa en los suelos puede ser de dos clases:
drenable y no drenable; es decir, aquella que puede ser drenada fácilmente por acción de la gravedad, o agua libre, y aquella que no es posible drenarla por los medios mecánicos conocidos. En esta ultima categoría están el agua capilar, el agua higroscopica y el agua pelicular, o sea las partículas de agua, que en forma mas o menos solidificada, rodean a las partículas bajo presiones moleculares de miles de atmósferas. En la determinación del contenido de humedad de un suelo, nos limitaremos a considerar únicamente el agua libre, el agua capilar y el agua higroscopica, sin tomar en cuenta el agua pelicular. Las aguas libre, higroscópica y capilar, pueden ser totalmente evaporadas por efecto del calor, a una temperatura mayor de 100º C ( temperatura generalmente usada: 110º C ). El agua libre o gravitacional es aquella que circula libremente y, como dijimos anteriormente, puede ser drenada por métodos mecánicos conocidos. El agua higroscopica es aquella que aun se encuentra en un suelo secado al aire libre. El agua capilar es aquella retenida por el efecto de la tensión superficial. Su drenaje solo es posible por medios eléctricos. El drenaje del agua capilar, mediante la aplicación de corriente continua, se encuentra aun en su fase experimental. Si bien en los laboratorios se han obtenido resultados satisfactorios, este método eléctrico de drenaje no se ha empleado aun en la practica. En resumen, podemos decir que la humedad en un suelo es debida a las aguas, libre, capilar e higroscopica. Tengase siempre presente que, en Mecánica de Suelos, el contenido de humedad esta referido al peso de las partículas de suelo, o sea al peso del material seco, y no al peso total de la muestra, luego tendremos que: