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Dopamina: Aumento
de la frecuencia y
presión cardíaca, regula
el sueño, la atención y la
actividad motora. En el
lóbulo frontal regula
funciones como la
memoria (hipocampo),
la atención y la solución de problemas. Es también vital en la
regulación del humor.
Se considera a la dopamina el centro del placer, ya que regula la
motivación y el deseo y hace que repitamos conductas que nos
proporcionan beneficios o placer. Se libera tanto con estímulos
agradable como con desagradables, haciendo que nos aproximemos o
conseguir más o que los evitemos si el resultado es desagradable.
Uno de los papeles más importantes de la dopamina es la regulación
del aprendizaje, concretamente el aprendizaje por condicionamiento.
Las neuronas dopaminérgicas responden cuando se les presenta una
recompensa inesperada, con apareamientos repetidos esta respuesta se
traslada al inicio del estímulo (ya condicionado). Cuando la
recompensa esperada se omite las neuronas se deprimen.
Adrenalina:
1. Acelerar el flujo de
sangre hacia los
músculos.
2. Activar el cerebro,
dejándolo más alerta,
con reacciones más
rápidas y estimulando la
memoria.
3. Aumentar la presión arterial.
4. Acelerar la frecuencia respiratoria.
5. Abrir los bronquios pulmonares.
6. Dilatar las pupilas, facilitando la vista para ambientes oscuros.
7. Estimular la producción de energía extra, por la transformación
de glucógeno y grasa en azúcares.
8. Disminuir la digestión y la producción de secreciones por el
tracto digestivo, para ahorrar energía.
9. Aumentar la producción de sudor.
10. Aumenta los
latidos cardiacos.
Noradrenalina:
Gestión del foco
atencional
La noradrenalina tiene una
especial implicación en el
mantenimiento de la
atención, provocando una
activación excitatoria en la
corteza cerebral que facilita
la vigilancia del entorno que
nos rodea. Así, el cerebro es capaz de seleccionar información
relevante y separarla de la irrelevante para mejorar su rendimiento a la
hora de llevar a cabo tareas orientadas a un objetivo.
Mantenimiento de la vigilia y la consciencia
Vinculado al punto anterior, otro de los elementos en los que la
noradrenalina participa es en el mantenimiento del estado de vigilia y
el nivel de conciencia, debido a su acción principalmente excitatoria
en la corteza cerebral. Así, una disminución en los niveles de este
neurotransmisor puede causar somnolencia y dificultades de actuación
ante estímulos concretos.
Influencia en el sistema cardiovascular
La participación de la noradrenalina no se limita a la transmisión de
mensajes cerebrales, sino que también presenta un efecto en los
músculos cardíacos. Concretamente actúa elevando la frecuencia
cardíaca y el tono vascular, produciendo un aumento de la presión
sanguínea. Una disminución del nivel de noradrenalina puede
provocar hipotensión, bradicardia e hipotermia.
Respuesta de lucha/huida.
Otra de sus funciones la realiza principalmente en el núcleo que la
sintetiza, el locus coeruleus la noradrenalina está fundamentalmente
encargado de mantener la respuesta de lucha y huida. En este sentido
produce un incremento del flujo de sangre hacia el sistema muscular,
permitiendo la actuación y favoreciendo respuestas motoras que en
muchas situaciones nos pueden sacar de situaciones de peligro.
Motivación
La noradrenalina tiene un efecto consistente en el estado motivacional
y energético, participando activamente junto a la dopamina en la
regulación del aprendizaje, memoria y sensación de recompensa. De
este modo, este neurotransmisor ayuda a que nuestras acciones tengan
un vector, una direccionalidad marcada por objetivos a corto, medio y
largo plazo.
Regulación del estado del ánimo
Niveles bajos de noradrenalina se han visto vinculados de manera
consistente en estados depresivos, siendo de hecho una de las
hipotesis barajadas que la depresión es producida por un déficit en la
síntesis y presencia en las sinapsis cerebrales de esta sustancia. Ello
concuerda con la efectividad y con el hecho de que la privación de
sueño (que como hemos visto está vinculado al nivel de
noradrenalina) realizada de forma controlada pueda resultar en
algunos casos eficaz para reducir la sintomatología depresiva.
Estrés, agresividad y conducta sexual
La noradrenalina también ha mostrado en diversos estudios su
vinculación con estos tres elementos, considerándose una hormona
que participa de forma activa en el estado conocido como estrés
debido a su actuación en el sistema nervioso simpático.
En el caso de la conducta sexual, esta hormona está implicada en la
sensación de placer durante las relaciones, pero además presentan una
función relevante en el momento del nacimiento de una nueva
criatura, acelerando las contracciones y participando en el reflejo de
expulsión del recién nacido.
Serotonina: A
grandes rasgos,
podemos afirmar que
la principal función
de la serotonina es
regular el bienestar y
la estabilidad
psicológica mediante
la química de nuestro
cerebro. Para ello, lo
importante es
mantener unos
buenos niveles de serotonina evitando depresiones (serotonina baja) o
el síndrome serotoninérgico (demasiada serotonina). Además,
también interviene en la función intestinal a través del sistema
nervioso entérico.
Uno de los efectos más curiosos que produce la serotonina en nuestro
cuerpo es la ansiedad. Efectivamente, unos niveles demasiado altos de
esta substancia están relacionados con la aparición del trastorno de
ansiedad social o fobia social. Por otro lado, existen numerosas
investigaciones que afirman que tener la serotonina baja puede ser la
causa de un trastorno de ansiedad generalizada.
Acetilcolina:
Control motor
El movimiento voluntario
de los músculos requiere
de la actuación de la
acetilcolina para poder
realizarse, al provocar las
contracciones musculares
necesarias para el
movimiento. En este
aspecto el funcionamiento de la acetilcolina es de tipo excitatorio,
actuando a través de los receptores ionotrópicos.
Actividad del sistema nervioso autónomo
La acetilcolina es uno de los componentes principales mediante el
cual nuestro organismo se puede preparar para la acción ante
diferentes estímulos o bien desactivarse una vez cesada la amenaza.
Este neurotransmisor actúa a nivel preganglionar, es decir, en
la transmisión de impulsos nerviosos entre médula y ganglio, tanto en
el sistema simpático como en el parasimpático.
Sueño paradójico
El sueño paradójico o sueño REM se ve afectado por la actuación de
la acetilcolina, la cual participa en la estructura del sueño y le otorga
diferentes características distintivas.
Producción y gestión de hormonas
La acetilcolina tiene también función neuroendocrina en la hipófisis,
ya que su actuación provoca un aumento de la síntesis de vasopresina
o la disminución de la de prolactina.
Conciencia, atención y aprendizaje
La capacidad de aprendizaje del ser humano mediante la percepción
está mediada en gran medida por la acción de la acetilcolina, así como
también el hecho de mantener la atención e incluso el nivel de
conciencia. La acetilcolina provoca que la corteza cerebral se
mantenga activa y permita el aprendizaje.
Formación de recuerdos
La acetilcolina es también una sustancia de gran importancia a la hora
de formar los recuerdos y configurar nuestra memoria, participando
en la gestión del hipocampo desde esta zona.
Percepción del dolor
La actividad de la acetilcolina media en gran medida en la percepción
del dolor.
Ácido gamma-aminobutírico
La función principal de GABA
como neurotransmisor
inhibidor es ralentizar la
actividad cerebral. También
está involucrado en la visión, el
sueño, el tono muscular y el
control motor. Además, se
distribuye ampliamente tanto
dentro como fuera del sistema
nervioso central. Se encuentra en los intestinos, el estómago, la
vejiga, los pulmones, el hígado, la piel, el bazo, los músculos, los
riñones, el páncreas y en los órganos reproductivos.
Una de las funciones más importantes de GABA es su capacidad para
minimizar el estrés y la ansiedad. Cuando este es bajo, la probabilidad
de sentirnos ansiosos, abrumados y muy sensibles a la estimulación
aumenta. En este sentido, un artículo publicado en la
revista Nature afirma que este neurotransmisor puede disminuir
específicamente los pensamientos no deseados que alimentan el
estrés, la ansiedad, la depresión y otros trastornos psiquiátricos.
Glicina o glicocola
Regulación de la conducta motora
La glicina, junto a otros neurotransmisores, interviene en
la regulación de los movimientos haciendo que el tono muscular se
mantenga y que los grupos de músculos puedan ser coordinados para
realizar acciones coherentes.
Regenerar tejidos
La glicina está por prácticamente todo el organismo contribuyendo al
desarrollo y regeneración de tejidos celulares gracias a su acción
como aminoácido.
Tiene efectos inhibidores en el cerebro
Al igual que otros neurotransmisores como el GABA, la glicina actúa
en ciertas zonas del cerebro contribuyendo a que entremos en un
estado de relativa calma, es decir, ausencia de estrés. Gracias a este
efecto, la glicina hace que sea relativamente difícil entrar en un estado
de hiperactivación nerviosa.
Sin embargo, esto no significa que la glicina nos adormezca.
Contribuye a la fluidez de la cognición
Se cree que la secreción de glicina ayuda a que las funciones
cognitivas se desarrollen de un modo más eficaz. Por ejemplo,
recordar o tomar decisiones se vuelven actos más espontáneos y
fáciles de realizar, quizás en parte porque la ausencia de un excesivo
estrés hace que la planificación a la hora de guiar estas funciones sea
más sencilla.