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Recomendaciones generales para una complementación efectiva de la iniciativa.

1. El compromiso de la alta dirección es básico. Este debe estar ubicado no


sólo en el plano formal y discursivo, sino, sobre todo, a través de acciones que
permitan liderar el proceso a través del ejemplo, tanto hacia dentro como hacia
fuera de la organización. Aquí, como en el campo de batalla, los buenos
generales van siempre delante y llevando la bandera.

2. Decidir qué significa la responsabilidad social para su organización y


cómo contribuir a la sostenibilidad. Entender los impactos que su operación
genera y a partir de ello establecer una visión y un marco como paraguas para las
acciones y actividades que vaya a realizar. Ojo, recuerde, mientras más alineado
al core del negocio esté mucho mejor y, lograr, en definitiva, resolver un
problema social mediante un modelo de negocios permite que se borre la línea
entre hacer y ser socialmente responsable.

3. Trabajo duro, consistencia y realismo. Se requiere identificar a las partes


interesadas (stakeholders), planificación efectiva, asignación de recursos,
indicadores e hitos alcanzables que su organización pueda controlar, definir qué
se puede medir y evaluar el progreso, gestionar los riesgos en función de los
impactos, rendición de cuentas y transparencia para construir confianza. Pero,
sobre todo, establecimiento de códigos y políticas al interior que partan de la
gobernanza organizacional para asegurar su transversalidad.

4. Comunicación. No se olvide, comunique los resultados, objetivos y


beneficios, tome el pulso y sepa qué piensan sus consumidores, accionistas,
colaboradores, proveedores, etc. Para ello utilice los canales con los que cuenta
(intranet, página web, reporte anual, etc). Garantice que el mensaje esté bien
diseñado, que sea claro, relevante en el tiempo y, sobre todo, prudente.

5. Implemente un Comité Estratégico de Responsabilidad Social. Es muy


importante tener una instancia liderada por el gerente general y su primera línea
que dé a esta última la responsabilidad de gestionar eficientemente la relación
con las partes interesadas en las verdaderas instancias de toma de decisión y que
garantice su prioridad dentro de la organización. El comité debe trazar las
estrategias más amplias y darles seguimiento.

6. Elija bien las herramientas que va a utilizar. Para ello es importante


entender que no requiere hacer un copy/paste del tratado sobre sostenibilidad, ni
empapelarse con todas las iniciativas, principios, acuerdos y normas sobre la
materia. Todo depende de aquello que sea relevante según sus impactos, del tipo
de industria y del prestigio de la herramienta para sus partes interesadas. Tome
algunas como el Reporte Global (GRI), la ISO 26000, etc que le permitan
implementar, medir y comunicar su gestión. Si las normas que elije hacen
convergencias entre ellas muchísimo mejor.

7. Compromisos de largo plazo que comprendan que la inversión en


sostenibilidad no se puede ni debe medir con indicadores cortoplacistas y que hay
que tener paciencia para lograr las metas así estás sean algo lejanas. Para ello, se
requiere creer en lo que se está haciendo y evidentemente demostrar que aquello
agrega valor en el tiempo tanto a las partes interesadas como al negocio.

8. Involucrar y comprometer a todos en el esfuerzo. Los colaboradores son los


mejores aliados y por supuesto los mayores beneficiados. Con mucha mayor
frecuencia, sobre todo como ya vimos en otro artículo, los millennials, buscan
trabajar en organizaciones con las que compartan no sólo metas profesionales,
sino, sobre todo, valores. Lograr una gestión estratégica, alineada al negocio y
sólida en responsabilidad social permite que la fuerza laboral crea realmente en
lo que se está haciendo y por ende se aglutine en torno a los objetivos
organizacionales con mayor identificación, compromiso y lealtad. Incorporar la
responsabilidad social en la descripción de los perfiles y asignar tareas
apropiados a su rol y responsabilidad es una buena idea.

9. Voluntariado. Establezca un programa que se inserte dentro de objetivos de


sostenibilidad más amplios, pero que le permita que sus colaboradores, clientes,
accionistas, etc participen y palpen la contribución desde sus propias habilidades.
Para ello establezca guías y políticas claras sobre qué organizaciones y
actividades va a apoyar y desarrolle relaciones de largo plazo con dichas
instituciones. Otorgue tiempo a sus trabajadores y haga fácil para ellos el que
participen, comunique los resultados y aliente a otros a formar parte.

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