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EL EXPERIMENTO QUE HA CUESTIONADO LA REALIDAD

Andrés Felipe Zuluaga Salas

Curso de Cuántica Para Todos/as y Para Todo

Universidad Nacional de Colombia


Bogotá D.C.

¿Qué podemos decir acerca de la realidad? ¿Realmente lo que observamos es lo que


sucede? ¿Somos nosotros quienes creamos nuestra propia realidad? Estas son solo
algunas preguntas que pueden reflejar lo poco que aun sabemos sobre la naturaleza
que nos rodea, o dicho de mejor forma, de la naturaleza a la cual pertenecemos, la que
nos envuelve e incluso nos atraviesa en este instante.

Desde la Interpretación de Copenhague sostenida en un principio por el físico Niels


Bohr, y siendo esta la interpretación de la mecánica cuántica más tradicional u
ortodoxa, se ha cuestionado la realidad que hasta entonces explicaba muy bien la física
clásica Newtoniana, es decir, la física macroscópica. Este cuestionamiento acerca del
comportamiento específico de las partículas subatómicas (fotones, electrones, protones
etc.), trascendió al “reino de lo macroscópico” (Quantum Enigma: Physics Encounters
Consciousness, 2006), siendo incluido el concepto de interpretación para describir la
realidad desde el mundo cuántico, científico y filosófico.

Este ensayo se aproxima a dicho concepto a partir del experimento imaginario o


“analogía” realizada por el físico austriaco Erwin Schrödinger, y es pertinente advertir,
que la interpretación en este caso está acompañada de los conceptos probabilidad,
superposición y función de onda. Por estos conceptos es que la cuántica, sin duda,
para el segundo cuarto del siglo XX, era una teoría que bordeaba la locura; incluso el
ilustre Albert Einstein se opuso a la misma: ya vamos a ver porque.

“La física clásica otorga ubicación, velocidad y movimientos fijos a la materia” (Quantum
Enigma: Physics Encounters Consciousness, 2006). Así lo hicieron los físicos en aquel
entonces con los planetas, estrellas, nosotros, una silla incluso, etc., a todo objeto
macroscópico se le podía determinar su posición en el espacio y el tiempo; sin
embargo, no sucedía lo mismo con las partículas subatómicas, aquí, interferiría la teoría
de la física o mecánica cuántica.

Lo que plantea entonces el experimento de Schrödinger, “El Gato en La Caja”, es que la


ubicación o para este caso, la realidad, estaría dada a partir de “probabilidad y no de
una predicción exacta” (Quantum Sapience, 2016). Para entender esto, es necesaria
una breve descripción del experimento: dentro de una caja se encuentra un gato, un
contador de Geiger, un veneno y una partícula que activa el dispositivo en un tiempo
determinado, existiendo así, una probabilidad del 50% de que el gato este muerto y otra
igual de que este vivo, esto sin observar dentro de la caja, a esto se le llama
superposición.
A este dispositivo Schrödinger también le llamo “artilugio infernal”, siendo este
experimento, el que indico que la posición exacta de un átomo no podía ser dicha, y por
tanto, el átomo o la partícula podría estar en todas partes, la superposición en cuántica,
es que el gato está vivo y muerto al mismo tiempo, mientras que para la física clásica,
solo puede estar vivo o solo puede estar muerto.

¿Cómo definimos ese estado? Según la teórica de la mecánica cuántica: observando.


Es la observación la que crea el átomo, es la observación la que crea la muerte o la
vida en el gato, y es la observación la que crea la historia lógica (realidad) para dicho
experimento. Mientras no observemos, ni sepamos lo que hay dentro, no podemos
suponer la muerte o no del animal, así sucede con las partículas subatómicas.

Lo que realmente quiere dejar dicho Schrödinger, es que la teoría de la mecánica


cuántica verdaderamente es absurda, la realidad como la conocemos clásicamente es
cuestionada, y al mismo tiempo, se coloca en duda lo que observamos a nivel
macroscópico. “Podemos crear la realidad con la misma observación”, parafraseando
un poco lo que dicen Rosenblum y Kuttner en su libro Enigma Cuántico, esto querría
decir, que podemos no solo modificar lo físico mirándolo, sea con nuestros aparatos de
medida o con nuestros propios ojos, sino que también se puede modificar la
interpretación de dicha realidad.

La función de onda cambia su representación dentro de la caja, según se observe, no


importa si es la menor o más mínima intervención de un observador. Con esto se
declara lo que es y lo que sucedió, sin observar se puede estar y no estar al mismo
tiempo. Esta idea cuestiono demasiado las mentes de Einstein y otros físicos brillantes,
pues para ellos, la realidad es dada, es fija y es determinada, cosa desmentida por la
física cuántica en años posteriores.

Lo que este experimento e carácter simbólico quiere expresar, es que las funciones de
onda se enredan en la observación: la que posee el objeto observado y la del
observador, esto cambia o desase alguna de las dos, dando como resultado lo que
realmente (o al final) vemos. Sin embargo, es preciso decir, que no existiría nada
alejado de las diferentes funciones de onda que presenta la materia, todo está o
estamos, rodeados por otras cosas, esto de por sí, ya modifica la realidad o por lo
menos la esencia pura de una partícula u objeto.

No sabremos porque Schrödinger empleo un gato en su representación, tampoco , o


por lo menos aún, sabemos por qué o el proceso que resulta de un enredo entre
funciones de onda, mucho menos, clásicamente, podremos determinar la muerte o no
del gato. Sin duda, esta paradoja científica, incluyo incluso la conciencia humana dentro
de los procesos experimentales: ¿la forma en que nuestra mente procesa la
información observada, también puede cambiar el objeto, o incluso crearlo? ¿lo que al
final damos como realidad, es un simple enredo de funciones de onda? Eso aún no lo
sabemos.
Bibliografía

Giraldo, J. J. (2016). QS. Bogotá, Colombia: UNAL.

Kuttner, B. R. (2006). Quantum Enigma: Physics Encounters Consciousness. Oxford New York: OXFORD
UNIVERSITY PRESS.

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