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Resumen
La autora considera que existen cuatro condiciones básicas para que la participación
ciudadana exista en un régimen democrático, a saber: el respeto de las garantías
individuales, los canales institucionales y marcos jurídicos, la información y la confianza
por parte de los ciudadanos hacia las instituciones democráticas. Con base en estos cuatro
requisitos explica la injerencia de la ciudadanía en los asuntos públicos en México durante
el siglo XX, y concluirá mencionando el estado actual de la participación ciudadana y
presentando una propuesta para incrementar el margen de la misma en el Estado mexicano.
Son muchos y muy variados los programas, organismos, políticas públicas y acciones que
el gobierno federal ha implementado desde el 2000 para cumplir con las metas que planteó
el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2000-2006 en materia de participación ciudadana.[1]
Por todo lo anterior, es difícil identificar las metas o programas específicos que el
gobierno federal se ha planteado llevar a cabo durante su administración; sin embargo, sí es
posible señalar algunos de los objetivos que se encuentran a lo largo del PND 2000-2006.
Entre estas metas, vale la pena mencionar: redefinir los interlocutores del Estado, abrir
nuevos mecanismo de comunicación con la sociedad civil, dotar a la ciudadanía de nuevos
derechos y hacer valer otros que ya existían, pero que no se respetaban (derechos humanos,
calidad de vida), proporcionar un entorno y recursos adecuados que permitan a las
organizaciones de la sociedad civil cumplir con su función de intermediarias entre el
gobierno y la sociedad para asegurar que los programas y sus beneficios repercutan de
manera más directa en la población objetivo. Otro de los grandes temas incluidos en el
PND es la transparencia y la rendición de cuentas por parte del gobierno federal tanto a los
ciudadanos como a otros organismos públicos, creando una nueva relación entre el
gobierno y la sociedad, que sea más abierta y permita el constante intercambio de ideas,
demandas, información, propuestas, preguntas, respuestas, dudas y aclaraciones.
La libertad de asociación abarca tanto el derecho de toda persona a asociarse con otras,
como el derecho de los grupos, asociaciones y organizaciones a procurar fines de
interés común a nivel local, nacional o internacional, y a dotarse de la capacidad para
llevarlos adelante de acuerdo con las condiciones, los medios y las actividades que sus
miembros consideren más acordes con los mismos.