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CROMWELL
CROMWELL
Cromwell, el hombre que había robado un banco durante años sólo para poder acostarse con las
vedettes más deseables de Lima, estaba finalmente preso había dado su nombre en la entrada del
penal diciendo que era su amigo, arriesgándome a lo que a veces nos arriesgamos los reporteros: a
que la persona que buscas te reciba mal. Había guardado la esperanza de que adentro podría
manejar la situación portándome cortés, pero Cromwell Gálvez se mostró nerviosamente hostil y me
dijo que sólo recibía a familiares Cromwell Gálvez hablándole a otro oficial. Asomaban sus
ademanes de queja, los ojos molestos, cierta indignación bajo el pelo grasiento. ¿Es que cualquier
periodista entra aquí como si nada? Años más tarde entendería que el motivo de tanta amabilidad
era inocente: esos oficiales eran los mismos que, un día, le habían pedido al nuevo y simpático
recluso Cromwell Gálvez que les contara eso. Eso de las vedettes Y Cromwell, sonriente, les había
empezado a contar la historia que lo ha hecho famoso. La de las chicas. De cómo robar un banco
durante cinco años sin que nadie se dé cuenta con el único móvil de inaugurar una nueva modalidad
criminal: robo por fantasía. Cromwell Gálvez llegó al clímax de la popularidad mediática. Esa noche,
un programa de televisión difundió en vivo y en directo un video casero en el que Cromwell aparecía
en la cama con Eva María Abad, una pulposa vedette de moda a quien él había beneficiado con 10
mil dólares en una cuenta bancaria. Cromwell confiesa tener mucho tiempo libre. La calle es dura
cuando dejas la prisión, así que se ha propuesto capitalizar la experiencia vivida. Negocia con una
productora los derechos de una serie de televisión sobre su vida. Cromwell Gálvez siempre le
gustaron los números. Ingresó a trabajar en el Banco Continental de Lima el lunes 27 de junio de
1988. Tenía veintiún años. Cromwell es un hombre solidario, desprendido, servicial. Una vez que
supo cómo sacar dinero, comenzó a prestarlo. Transfirió su generosidad natural al ámbito de la
actividad delictiva. Durante los primeros dos años, creyó con sinceridad que todo estaba bajo
control. Su idea era utilizar sus nuevas facultades para hacer préstamos y cobrar comisiones por
ello. En el banco en el que trabajaba Cromwell Gálvez trajo a Lima a Claudia Schiffer. Fue para
promocionar la tarjeta de crédito Visa Oro. Poner a una top model como la imagen de la campaña
cree que los bancos no deberían cerrarle las puertas pues él podría serles útil para detectar las
cochinadas internas de sus empleados. Tiene mucho tiempo libre. Por las tardes entra a internet
para conocer gente. Su página de Hi5 dice: “SOY UNA PERSONA ALEGRE, EMPRENDEDORA, A
CRITERIO PESONAL
Cromwell Gálvez fue una persona que simplemente tuvo actos de avaricia y de no poder controlar
esta situación de forma correcta dejándose llevar por los malos gustos que tenía el protagonista de
este suceso, ya que principalmente se ve como un hombre que aparentaba tener buenos principios,
con una gran carrera exitosa e imagen correcta y simplemente poco a poco él fue destruyendo todo
lo que había logrado y construido por sus buenos actos, simplemente por el hecho de caer en la
tentación del dinero fácil y avaricia. Cuyo delito fue por robar más de 2.5 millones de dólares, y sin
darse cuenta él se fue encerrando en un círculo vicioso de robos, préstamos y promiscuidad con sus