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SER HUMANO - CAPITULO 8 = J. Moreno ~ PAGINA:150 LIBRO “SER HUMANO: Ia inconsistencia, los vinculos la crianza” Tercera edicién (2008), Ojulio moreno Julio Moreno! Capitulo 8: Lo infantil II: historia de la infancia y del juguete 1- Nido e infancia. Como dijimos en el capitulo anterior, los nifios son capaces de captar los hilos centrales de la trama de su familia y de responder a ella. Por eso, las puntadas iniciales de la subjetividad del pequenio estaran condicionadas por las expectativas familiares. Ahora bien, esas expectativas estan a su vez cenidas por los discursos que en cada sociedad y en cada epoca reglamentan qué es “un nino’, Por todo ello termina siendo una simplificacién valida decir que el niho se conforma de acuerdo a lo que su sociedad sanciona como “infancia’. Ustedes seguramente conoceran la frase “el nifio se parece mas a su época que a sus padres", Esa sentencia es particularmente valida en lo que hace a los dispositives generales. Pero en lo singular que nos interesa ~y sin desestimar la importancia de las marcas epocales-, el nifio emerge del vinculo con sus padres. Es ese vinculo lo decididamente reglamentado por el discurso de la epoca. © sea, fa subjetividad de un nifio surge de una compleja interaccién entre su cuerpo biologico y su crianza, reglamentada ésta por ¢l discurso del medio en que habita él y su familia. Noten que distingo “infancia” de “nino”, Llamo infancia, al conjunto de intervenciones institucionales que, actuando sobre el nifio real que podrfamos también llamar parvulo- y su familia, producen lo que cada sociedad llama nifio. De modo que, si ~contradiciendo en parte lo que dije en ef parrafo anterior- paséramos por alto las singularidades de cada caso, nino es ef producto de los efectos de la infancia sobre una materialidad biolégica, Eso explica que, como veremos en este capitulo, los nifios producidos en épocas con diferente concepto de infancia, difieren. Siempre han existido variaciones en el concepto de infancia y en Jos ninos que genera; sin embargo, hasta hace poco tales variaciones se presentaban como relativamente lentas. Es decir, tardaban varias generaciones en hacerse evidentes, De modo que las creencias que una generacion tenia sobre la infancia podian ser tomadas como invariantes para esa generacién. En la actualidad, en TOS PROUT THOT PUTO RMISION TT , sojqejou vordxo anb £ seopaisny 9 souru URTTGEY an eue ofedsa 19 Tezys0VesvO vyspod uaiq emifua asg eondsuy oy onb upuemep vy ciuouroraxo; sooysnes is ono aso ered ajquasap 198 W199 ‘spxaqUT [2 TeEHOUOD OUINg? “sor9{qJo OUIO SoTL sofopuUIO} vorTvoE 9S OpEyOsNs wey anb oasap je anb reyae anb ususE oBany A ‘uaBirp as onib [v ono 989 uo sora ¥ opEDjox Gasep UN JotraSOS & TRIPS waqap Jas wred ‘sworigsyy 9 Sous ‘soquTE was O “o19{GO ese sod sopeutOr auaTARodIO sas ap ja £ soza[qo owos sopeasap 18 auua wpe onb ojvdss Mose 19 ueyqey soqure :oyrefomias oyrayurett jun] UN WeUER svOHPISTY Set Uo £ SOUTE SOL uo somsuza soy meyuoUreffor nb sosmos{p soy anb sa opposed 0969 op UOT v1 ‘vrotrasut Bj Woo aumo0 soMMIS Anw offy ~~-s|qYpUPsosduy epee oMIOD gIUDsard 2s [eno Jp a1 s[stTPUVOOISd Jo A ‘ug}OdOXS oWOD g}UESa:d 98 safEND SET aTuE seorp9tr suousTo sey uOrOTy WO We ‘foray Oo WIUTBS OWOD osseRUNSAId EOS [eNO yf aque vySofty B voOdg UM WA any :oTUAFTQOUODEN NS FIO] & oLeyYsop ‘oduOH owsnu [o ‘wsed wqeosng [eno [e ome Ns outo9 gYoLODaY woody PPL UD Nb wMBy ‘Uy 8 opranow op BLIO}STY BI UO gLIeA wIEOX 14 2] ap worse;Uasaid By ‘OTP Jog *,sea0d9 saquadasIp wo TErquIVO onb SBMpHSIa ‘ONO aso ap SEMpHsea sy} YOO UO}DRLOLIOT uo aiqureo viisieny Bj onb xe1ods9 agus ‘ono [9 uv BioUOM anb opveA [> TENATRY 10 I] wpproauoa pond vp onb uo oy2{go aiquasep & cayruienr je sefoes aiqysod agrouseuy vpond pnyojdiios wy onb je ua sanz un ap senozd af Jp £ opensvo opmereoseumussep v oasop ne wOUE BIG “oze] opuTyosd un wads[quise ‘vIUASIIdOL of anb oure jo 0 ‘ono ns & eoLAISH) I, :ofeqeN 989 Wa vOog “FeHO}ION TS asayar “eoody epee ue ‘onb Te oxo jo 9 udjonuE anb swareroadKo se v OpIONIe 9p ‘pool UA ‘epowRzay vy A wpreIsHT YT -T yqureo wEsOISTY BI oN op oyDay 19 aTeVe ‘sauOIoULTEA suse ap oFPMSe [9 BIIoY sgaIUT ONSET ofnpUds IND UI] SoywSap K sapeymoyp ap o11o8 wys2 sq “oqUMETEALY BUN OWED DOULsuE vj Soy mPIBpISHOD wynsas onb ogjugsseue £ opeydosdeur of ssouOIE gIUOPIAa Sy “suLOUa BLEGep sousmr pe 0 {ntmyuy voTeuBoo!sd worUTD w] UE sayUMLIOdM sepuaNsesuOD auay soiqures sot op pepisoujnis Te, “soWTU So] UD sejpHes SouO}N}NA SeT ap sponpuopus spuuof set op o1dosd sa anb of seousZppP HOyEP acy as anb opour aq “Boueyur ap oydaouoo un ap spur sod wpesoanste worswrUe# wrounsd ef Bias EASONU vi seruOpooad WIS pepmojea vUN B opUBLTA UNIS [URUE of us sepeuopear seonopid sv onb ueoTpIN s¥IQUApIAD ap suas KUN ‘oquTED ISTVNIOva ~ ouazoyr ‘P ~ @ OTNEEVO - ONVINDH NES SER HUMANO - CAPITULO 8 ~ J. Moreno ~ PAGINA:152 semejanzas entre ellos como, por ejemplo, el hecho de que a menudo nifios ¢ histéricas sean objeto de maltrato y que, cuando esto acontece, comunmente se generen suspicacias basadas en ese relacién de dependencia tan particular con el otro: se supone que ellos de algan modo se han “ofrecido” a esos malos tratos. Pero no todo son similitudes. Existen también diferencias entre nifios e histéricas. Aqui destaco una que se relaciona con cl origen del deseo que suscitan, Para ser deseada, tipicamente, la histérica debe cavar un vacio en su “amo” de turno para hacerle notar que, a pesar de la completud que él presume tener, ella le hace falta. Hay cn ello una diferencia con el nifilo, que encuentra ya tendidas al nacer las lineas de la trama en Ja que se tejera su propia historia. EL parvuio Hega a un mundo que tiene expectativas ya trazadas sobre su destino y, atin cuando después pueda introducir variables cruciales, su partido debe iniciarse con esa distribucion de fichas ya dadas. Por ello, cl objetivo capital de un nino, su punto de partida, ya mencionado en cl capitulo anterior, es suscitar el interés de sus padres. Para lo que el nifio cuenta con dos sorprendentes habilidades: es capaz de capiar los lineamientos del desco de sus padres sobre él y también es capaz de fingir ser su objeto. En realidad él no tiene la distancia suficiente para acceder a una version trascendente de los hechos y desde ahi calcular una estrategia, de modo que “captar” y “fingir’ no son términos demasiado apropiados. En el punto de partida, podriamos decir, él es esa captacién y ese fingimiento; 0, mejor, él no ¢s mucho més que eso. Por ello ¢s tan fuertemente afectado por lo que se espera de él. Este hecho, como veremos, es crucial en la continuidad de la forma de vida de una sociedad a lo largo del tiempo, 3+ fenémenos inmutables y mutables. Para encarar el tema de los cambios historicos en la infancia debemos hacer varias aclaraciones. Una de ellas es esta: hay fendmenos inmutables en los que sc puede plantear con tranquilidad la siguiente pregunta: “ge6mo se interpret este fendmeno a lo largo de la historia?”; esa tranquilidad, que proviene de suponer que el fenémeno no varia en el tiempo nies afectado por la interpretacion que de él demos, no se sostiene al estudiar la historia de Ja infancia. “eaurep19 By ap vonopad B] ow soared so ap pupronserd vl oe} LONTOAUT 2 soprrados ap uosspmsuwn wand oqezoduy syur oyonur ‘aodse ey ap Jemmyfno ugrserrea Bl 8 oyMENd Ud ‘89 -ugoMUIOfiioD TOUTET| SoUTBLIDGep ZA fey an Te - ugistusten sp odn ono asg ‘worsttustren op odp oxo & oquag soureuOoTD sou wroye o19q “seombysd sejwaNd sns ap opmyoxe suoMToyTodse oT ‘osnyoUT ‘9 soquayet ‘soysayueuL Sopruazug 198 uapand sofiy ¥ soxped op ayusuBN as ond oy anb soya ofmydeo Jo Us somnfi “SopRIUStIEN sopruazuco so] B asaya 9s aN 0] Ue ouo}BIOUNBsUBN UOISTUSUEN vj ap wna [9 OPEPIOgE SoMIEY VICHY TISUH, 80719 a1qos wrodo anb wzuvuo ef op worjogsd By ap jaded 19 s2 TNO? esouTE So| op PEpPRSEId ayqejou we apisor onb ug? “wofowmoyuoo wy coure Top pepPnsed eT - “jos 19 owod 89 ot BIOL ‘p| ‘opnuss aso uo ‘onb opow oq “peprreumy vf 9p eruOZEauT BEM So BoM ap wotadaouios Ns onb wopuoqus ‘auouuoB9] ‘onb ugRNYS Bsa 9p soNTNGUE so] Bred offer oyund woo wuyEo! os Wis ‘eorpard moUaa.o YI aNd oF FeULTUOD B uapuan swsondsa: sso oUI0d ‘f aqiouoD sot a8 anb ua opour Te uepuodses SOUTU soy “oUF ye Toye ,couTE UN so gnb?, eRMBerd vv EP pepoyos UN anb wsondsax ey “eummo epeo op vIOMUUT ap Ordo BI v OpsoNoe ep BITE onbsod ‘optmias “£ oquynmry ousuIUss uN so oO zoUIE Bj onbuod ‘orouTg “Se of ou ednoo sou anb wma; jo wed oad “eIAgo pepressUEd wun sav9sed wspod OSE -,108, o10{qo [9 oxQos uvifuD} SuIDUIOID soso oNb so}D9F9 Sol 1od aszednooasd an pupusy ou [08 [2 a1qos serous sur ap vUTOISTY BI aPTYSE UI}ND “eTPUr oyDey, ey so] ou souemmy Soy opep UDY Fg ap anb souc}Basdso;U SH :s9IqU;TEAU! 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Moreno ~ PAGINA:I54 En nuestra especie, esa conformacién se ve favorecida por el hecho de que, diferencia de los demas vertebrados, e! humano nace sin que su sistema nervioso se haya terminado de conformar, raz6n por la cual el cachorro sapiens es especialmente vulnerable, y se conforma -es decir, termina de desarrollar su sistema nervioso- durante Ja época de la crianza®. Eso, que pudo haber sido una cnorme dificultad para la supervivencia de nuestra especie, constituyd tal vez une, de las claves de su éxito evolutivo porque posibilité la crianza de los nifios en una determinada época y cultura conforme “a medida” a los sujetos que compondran esa sociedad en la generacién siguiente y, por lo tanto, produzca sijetos adecuados para su funcionamiento en esa sociedad. No sélo eso, sino que puec permitir que esas variaciones se transmitan como en una cadena. “Sujetos adecuados” implica no s6lo que estén conformados especialmente para procesar las creencias y las practicas de esa sociedad, sino que sean tambien aptos para administrar la crianza de sus hijos y producir asi los sujetos de la generacion siguiente. Todo este proceso debe estar de algtin modo regulado por el concepto de infancia imperante en una época y una cultura, Debe existir, entonces, algiin tipo de adecwacién entre esa concepcion de infuncia, las pritctioas de crianza y los sujetos requeridos en cl futuro. Esta ensambladura, sin duda un fonémeno muy complejo, podria ser una clave crucial en la tansmision y transformacion cultural que caracteriza al humano: lo que se transmite a través de Ja cultura no son s6lo contenidos, informacién y pautas, sino también eubjetividades y modos de produccion de subjetividades. Y el medio por el que se realizan es, necesariamente, la practica de Ja crianza. 7 Segin hoy se sabe, el sistema nervioso.central humano se sigue conformanto durante fod la vida, aun cuando este proceso cs muchisimo més importante en los primeros Bios, Eu este sentido son importantes los resultados obtenidos por cognitivistas y Sourobidlogos que diferencian entre memoria “explicita” (o declarativa) ¢ “implicita’ o (ne Qeclarativay Le primera es accesible a la conciencia y se xefiere al reconocimicnto de Shictos, personas y situaciones. La memoria implica, en cambio, no es accesible al Jecuerdo'y esta relacionada con el modo de proceder frente a sittuaciones. A su veo, de aouerdo al tiempo que perdura un recuerdo, puede distinguirse una memoria “ripida? {short lasting memory) y otra ‘duradera” (long lasting memory); para ja memoria duradera fy no pare 10 répida) se ponen en accion mocificaciones anatémicas neuronsles que Paplican la activacion del ARN y el cambio on el mimero y distribucién de sinapsis, temncion pensar que la memoria explicita esta ligada a lo que aqui amo transmisién transgencracionel de informacion; mientras que la implicita (sobre todo la duradera) se (olacitna mas con lo que denomino conformacién transgeneracional. (Kandel, 1995, 1999, 2003; Ansermet y Magistretti, 2004) eget ‘senenap 9) taTog Top wns wt seTOs9 ® sepEUNop ZA Te sartOp{sD SoUO]OIAAENS ap ouort ame 10d osviee 89 JoTeA hs “OAIOGUED wig "TOOT US OWIUpeU Rs IPS9p UTE TSP VIA wT ap wow asonmend uo} onb "TI STMT ap coIpaM PIROITH ap oLeIp [a axnyysUON =] UFodanR BEN, ‘upiaepeaiiap eso v opiredvosa oympe omio wk oUIA womb “Uepy ap -oLUWs [9 UNBos- eoudsINP eB gqeq uN ap wursoy aqweppumy By ofeq opunte pe meBoq] gidaoe opueNo orSHO 9p Pep BT K sopea [9 ‘opnuos 989 uo ‘eomsop opreuiog uBg “edeIo Mso[OUK PSA TEATS Wa|NS sopesorpaur seyeaBorg se] ‘ompeUt os[npY [PP PI “ePerOTeA pepe LOM VIP TeHOT] red seyodos anb viquy anb opgjsa un 9 anb ‘oyuezuogyoae oood un oduiay un ‘erouezioday ws ofesed un exe UouEyU OT float VL UD TEquIT OLTesaoau BIO ou “uprousie wroorour ou ‘sony anb of wis wos “IMUBIUE peprTeas vj OAVO!POUE J UE -epourapur vy ap soogzoadse sofisas Sor 9p ozetqoa4 [oP wIOUsNDesUOD SqUDWHETTUNS $2 uororquosaidox op Bioussne YT “sour soy op woTLodwn vy op voss98 URSNBy weg sod AI ofSs 12 uo su0s9 svorpgad svt auqos ass109p apond ouspuE o| A ‘oproote9 ouely we sours op seisqver souoswiuasaidos sns too ofouH se Jo ‘seISAIE Sof ap Bfourssous: eT B fu veadi01 Uf B OIGOP 98 OU Up}oRIMAsaAdal ap BASE BT sean fr voor ot wamb v ‘spout ns sod opunue Te opesuasaad ‘osonpsafear ayr0d ap so1g oyanbed un souros ojos ‘our outon Aou sowigeoues anb of oD -ogeuTey ns op saga v wuony sod opared unsure UIs ware Ua oYNPE UN oWTOD soarade oysuD ‘axpeu NS too SHEEP OUR! 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Moreno- *AGINA:156 Muchos. istoriadores relacionan la poca importancia atribuida al nifio en aquella época con la elevadisima mortalidad infantil (50% en la Rusia Imperial}. La vida del nino, comenta Ariés, se consideraba con la misma ambiglledad que la del feto hoy dia, y el infanticidio de entonces era como un aborto de hoy. Se crefa que los nifos no tenian alma y no rara vez se los enterraba en el patio de la casa, como a. Jos animales domésticos. El vincwlo parentofilial era draméticamente mas distante del que caracterizaré a la modernidad. Por ejemplo, segun J. B. Ross, en la Italia del Siglo XIV y XVI tos nifios de clase media apenas nacidos, después del bafio y el bautismo, eran pucstos hasta los dos afios en manos de su balia o ama de leche que generalmente vivia en cl campo. Durante ese tiempo la familia raramente visitaba al nifio, quien recién entre sus dos y siete aftos permanecia en el hogar. A partir de los siete, los varones eran levados como aprendices de un oficio con un maestro (no necesariamente su padre) con el que convivian. A los nueve o diez afios, las nifias solian entrar a un convento. Esto no era solamente una costumbre italiana; segiin Wickes, aun en 1780, de 21.000 nifios nacidos en Paris, solo 700 (3 por ciento} fueron criados por sus padres. No habia escuela ni se pensaba a los nifios con cualidades especiales ligadas a un desarrollo gradual que justificara algin tipo de formacion 0 edueacién particular. El joven aprendia conviviendo con adultos, a quienes ayudaba. Las edades como fuente de variacion eran ignoradas, la separacién del mundo de los nifios del de los adultos también; el nifo era la forma inmadura de un adutto, Las escenas de costumbres ~que pueden verse, por ejemplo, en los cuadros de Brueghel- muestran a nifios y adultos mezclados, tal como estaban en la vida cotidiana, en ef trabajo y cn los juegos. Toda la comunidad medieval jugaba, no habia juegos, ni juguetes, ni vestimentas especiales para nifios. No habia tampoco division entre juegos nocivos y adecuades para ellos,’ no porque se pensara al nifio como inocente, sino indiferente frente a la sexualidad, De modo que en el medioevo los nifios eran concebidos como seres inmaduros no demasiado interesantes ni merecedores de un trato especial: habia que soportar ese estado esperando su maduracién como se espera que una breva devenga jtioaouy OYE tn ap tggodoontea my ap "W003 NF ND ‘owopurege To USAIN ay ‘pRAKE ‘esorny eye op anb ovopue [> 4 Hepat wlouaoons et s9puayap ap aluNTu tm aUaMrENTo GATS {oee1) PRaxl sp guoroonpes Wf ap wpibaL, wprooMGD wy Aled ‘oso op OGM vy Se 990 "OPT wis Soom v oluersodes uses ao pAngrnues sereueaoted To onb (6gGt) HEOHANT ¥Ox0D MOPELIS » diojaanp enon ELeIasop ‘SCrUSFUOUCD ST ropes op epwope ‘ugfooomP wee uo sautEAS ap owUarET BN” (sly sot U2 wpeNtID £ opasieo ee Beonting, wrong wy 3p weaTaRsuoD VI w sopERT soraTIED] svaojo;os “eopmmedeo £ sosarocaMt Soiaige sp wiorbar onb sonoliems eiojousor won A wuneMDME wu) sw2mm9LOND saspud or op upisosod axe sour so] Ton [> mrizae fenneuied woIssTs [op soSraIou opeise fo & msoiht xt ‘Subatod ‘fworugray wonyir Wy £ SU Te ousoras ona HM oWo> oWWaTUEIEEDE fe) seTwsnUTND seTOAE AL 5 "roregoq of ae on wrod oUseTs v| ap sufty uo 9596 [> saoaxfe b ‘PPS aP oye Th op ‘Ink sry ¥ opueyerue Tensosf 26 souDEELI09 Set "SULTAN “44 “a tod ope) proxys UNAS ‘ommny jo ered uaiq opoULof Bred -seuNSL0A98 S900 B- SoUO|TaLI00 ¥ OUTU TE spjowos zousopour jpUEFE ojurETEUNAiosyp jap vaidA BULIOY Bj INByUOD oT of Sa osg 198 op vsoword wun outos opiqaouos 68 OFS OUT 19 ordoxd oduran ns opsop ‘ejoaxnp wumoy U9 o04p of 2S ou onbuny ‘amy Tw vIseNde Bj Fez|sOLNd uo oRTEISUE un fu Epp ou wLLOpoU: wIS~MIMOHONd £ woFBoFooEd "orFoFeped wAFoIoap! 2] ‘omgny Jo 9 yros anb of 1as910a%5 £ pepHTEMo’ vE Uo Jos asa FHIBoMoRd anuO cyorgtio9 un ons ostotou unBpe wo 18 ‘ose Jog “oummnf ap psewoud wun ‘aquasard peprees wun onb soqwe ‘so 1g ys wo [9 B sModwy opeseprsu0 eA oF as anb woyrusis ou ,sopepmo, sores oprqrsas BAY ouZapo OWE [9 aNb ‘tag BOTY 19 augos stq}s9s9 £ opreytasezdaz ap Bsa ou onb opour un wo soxonty OMNCBUE JO BHOUOD OUXOpOUE oUTEE Je ‘OAooIPaLE Ja UD BIZTI0 aNd oF ‘9p wssAuT VT B “Tend oO] Jod O89 uD UISASGO ap ayraNs wUN ABH “waIG euLLOs as an ured aXnnsut 9 vonpe oj 98 “pmo o| as O19 B aseq UG "SOIT sor ap wrouITTUT vy aronposd wxpod 91 onib sojasap soy ap opiberaud 398 aqop ‘osuefopus @ novus 398 Jog “speprfenxos ju opeood “peprent uys ‘etuss0ts OpIqzoude $9 oUZapOU OU TT “pnozg oxucoue as onb uoo sount Soy ‘23red eno 30d “uos Sosy “OsoTpaTT Tpp So] & saquexop aquowrAnIUYap soy Uo « v}oUR/y 9p UgodsauOD vUN ToD sommenuooue sou “xx of8ts Jap sepeogp swouTd sul S XIX offs 19 ‘Soup ‘anu qqund upspe ua a0 ap ayons wun sowsoey 1s ab $9 011919 O7 “SIA 4 LAX OFFS [pp pred v viouesty ap oxdaouos Jo oyqumes anb sod ap voraoe aszq0BmE uajons onb souozes se] SeYDNU UO “PepFUZOpoUE vf LO BIOKEsUr vl ap UgTOd}OSep saerg -—9 qoroadso eunsoy op eqEIES 0] 96 4 BASOA Sof 98 IU ‘quo soy a8 HE ‘eqUIASaIdes So] 9s OU ‘OHO 20g “ORY, LS TVNIDya ~ ouzl0PY ‘7 = @ CINLJAVO - ONVIINH BAS SER HUMANO - CAPI JLO 8 = J. Moreno~ PAGINA: 158 De modo que todo en Ia vida del nifio y de su ambiente se organiza alrededor de lo realmente importante: el progreso futuro. Ser un buen lactante, un buen toddler, un buen latente, un buen alumno, un buen adolescente, una buena madre, un buen padre, una buena abuela, un buen abuelo y hasta un buen tio, tia, hermana o hermano; tiene un sentido que se dirige a provocar efectos benéficos para el desarrollo del nifio en el futuro. Lo que pudiera resultar en bien de su felicidad en un tiempo presente viene, en todo caso, por afiadidura. Ante esta exigencia el nifio moderno se mostré décil y maleable. Docilidad que, matizada aqui y alli con alguna simpatica travesura, fue premiada por el mundo dc los adultos. Esto puede verse representado en historias y filmes tipicos de ta ideologia moderna que muestran a pequefios nifos héroes que, pese a su fragilidad y al haber sido afectados por alguna desviacién adulta, les sefialan a jos mayores el verdadero sentido moral de la vida, sentido que han captado de “adultos buenos” a partir de su inocente naturaleza. Como la literatura, los juguetes son especialmente disenados con la idea de que contribuyan a la “buena formacién’ de los nifios. El nifio moderno es décil en el sentido de que acepta encarnar ese ideal potencial: juega @ lo que los padres- educadores establecen y “aprende” dentro de los moldes asi establecidos. Sus juguetes tipicos estimulan la creatividad propiciada por los juegos asociativos - en. los que se expresan fantasias que no interfieren con Ja realidad sancionada por las creencias adultas - absolutamente privilegiados en la modernidad por sobre los juegos conectives (of. capitulo 3). La estricta division en edades de la vida se manifiesta en todas las practicas modernas. Asi la separacién entre nifto y adulto -inexistente en el medioevo y que tenderé a borrarse en Ja actualidad- cs, en la modernidad, tajante. Hay colegios, sistemas de aprendizaje, vestimenta, juguctes y literatura adaptados para cada edad. Formar nifios fue tal vez Ja mision mds importante de la familia moderna y en base a esa funcién permanecié unida. En eso fue asistida -en verdad, controlada- por organismos estatales, privados y eclesidsticas de “defensa del nifio” para que el “hombre del futuro” Hegara a su meta @ cualquier costo. El nifio, considerado como una suerte de reservorio a formar y rellenar de conocimientos, ocupé un BI ua wAENUI. 96 Tap] 919 OMIOD ‘osaifosd ap [APT [EP EPRI v] A vonpUMO/UL ugpnjonas reurey] ua opep vy as anb of od epeoswm paso pode eNsenN onaug pu26 ound 9169 uo onb opout aq “TeMIoe ouTE Jo sod seyDIpEsUOD LOS OUJapOHE ‘oun Jap wore JoLayME ond J wo aor anb sauoIoezLioeIWS SY] vUN Bw BUN ‘sewoyujs ap opore fe ‘onb so oV9]9 07 “SopeutIo} WoINY Soe onb BI VE vIFoTOOP! 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Moreno ~ PAGINA:160 modernidad alrededor del nif, la infancia y la familia contemporanea se ve afectada por Ia pérdida de uno de sus incentivos cruciales y se muestra ineficaz para producir -y para sostener- nifos al estilo moderno. EI nifio de hoy da muestras constantes de no ser adecuadamente representado por las imagenes que alguna vez generé el concepto de infancia de la modernidad. Por de pronto no es inocente; 0, al menos, no responde al ideal de inocencia que concebia la modernidad. Esto lo demostré el psicoanalisis y lo anuncian tanto las noticias diarias que informan de la emergencia del nino criminal como la popularidad de los videojuegos y series televisivas que muestran escenas de violencia que hubiesen sido inadmisibles 20 afios atrs. Por otra parte, Ia categorizacién de frigil e indefenso con la que fuera tradicionalmente concebido - tanto como su inimputabilidad- esta siendo hoy objeto de revision. La idea de proteger a tos ninos de ta influencia de los adultos parece, por momentos, haberse invertido. En realidad, el nifio no es ni décil ni maleable, més bien da crecientemente muestras de resistirse a ser considerado como un “vacio a Hlenar por contenidos adultos’. En este sentido el nifo-héroe tipico de los filmes contemporancos no es ya el nifio obediente que sostiene los ideales abandonados por adultos malvados, sino el que se libera de las ataduras que la sociedad “tradicional” le pretende imponer. Si se tiene en cuenta que los juegos predilectos de los nifos actuales, mas alla de cualquier indicacién del adulto, no son los juegos asociativos sino los conectivos (ef: capitulo 3}, se verd que al jugarlos el nifio elude -como a través de un bypass- el marco impucsto por la provision de significantes de parte de su familia y se conecta directamente con lo que los medios le imponen. El discurso infantil que, como dijimos en el capitulo anterior, estd basado en la suposicién de que sus interrogantes son cuestiones que tienen respuestas en la mente de los adultos, parece no sostenerse, al menos bajo la forma que to hiciera. En rigor, muchas veces los nifios, por estar en un contacto més directo que sus progenitores con las novedades informaticas les ensenan a Jos adultos “ aprender y formarse como un valor vigente en los mismos niftos modernos, hoy no se sostiene. La divisin -otrora tajante- por edades tampoco parece sostenerse: prevalece ahora la idea de que hay una edad, la del joven adolescente, a la que nifos y adultos buscan parecerse. A esto parece apuntar la inclusién permanente mo son en verdad las cosas”. La consigna det valor del esfuerzo por soweumy sod oppyqey ,feSny ou, uN ooo eprqsoueD “vious eT “eUNsTe ugIseAOUUT ‘souBEY so] ‘SOHOYSUEN saUqEY sns ap sereds2 a1qIq20u09 ‘wiofnbys vio ou £ opeaso opis wiqey vA opesBug opuny [2 mpaw pupa wy eI, supeuopuom svouigisiy seoodg sax sey op wun wpe vansadsiad wIse opsap sourRA “BIOpTuDA Pepoloos wy ered soprose sojofns so9x01d ap ugIouTy we epeidepe oqronroUT & voypodso wonoesd wun owos vpron agisod sa ‘symmzousy vl ap oynposd 12 89 © zoss9 un so eimyno £ woody epeunEmap EIN ap woURsE BL an’ HOap ob sou: ‘onb vos 0 “wood? semo op waure19 9p sopoU! so] w o9ALO oVUORUTEOMfira orow yo anb vpunyord spur uoisia wun ayuod Ise opresuad “ojUsTUrEUOFOUN) ns wid arombor, amb sorfns ap odn ja § vooda wm 4 pepsjos eun us afz anb .voueyuy, odasuco a anua uoseidepe aqmou vem sien ‘oRsequIS TIS “epenoapeur ‘sous 1p ‘0 wpozwsedeyp so90md vspod wouerur sombrend “woody ns ap Bary opsap wis} ‘soumjop owog ,soxefMs ep BoHGUs,, OtHOO wIOMEFU: I oP UO}OwROSPE ET-B -yemae oyu je -onposd ap o- ap wiuono sep ap BIOY wv SePEIOBe Loy UoOFEd seUsapoUr soUoMNSUT Set SePOr aquoumonowid “Uy Uy “UOFoUTY vse Ue ZeOyOUT esreNSOUI ap Bs0 OU ‘pEprUsopoUT YI B sopenoape soufu ap eLojMposd ‘vERUNf HE ‘OMAN 1g “.vIonosa, upTONINSUE BI op Sisto wpuryord ey requOse ered (our rod doxdy, wuN~ QaTO opEUTMOUEp oqoofosd) oyu sod wun ‘ee ja Ua sepEIMOSIMT susopernduos 10d ugoerpaw yy wAnpouy anb oanwonpe wmaysIs un widadord as (sorTe ane VUNUDRAY v)) sosred somes ug vouru jo ured sajqeizodosty saoon suyonur seanesiEU woo vfouwis os onb vjnoso yj us sonposdar as ow (opmsy] Ppeo B UEIquTDS anb soopprpan soysey) sopenuqey weiss anb ye osmosrp 19 onbsod wasmqy 28 SOUR So; ‘TeIOUGE ug}LdnoosId ap vu 62 (Te[O9Se pepreDS BI UE aItOFA ‘onSjs une aonb) peprtuzapom By wo sopafsoy sapouOTOvoNpa svUTNISIS SO] 9p Prayjosco Wy] “oopPULIO;UY OSIBATIN Jo UB UOREGOD BL Bred seoIBO;OUDD) suIUOTUREISOy ap ugistroid op se8ny un ua ‘omINy [ep souepepnis, sopeuTuMT op wo eMEIO 9p onys Jo us onb syut ‘opusysiAUOD ¥Ise as DJnese VT “sOINPE So] UP wORMSo wiSnso By sod ugwsed wf somuMPT soxanf soy Us ,souoPLULIO;SUUN, sel 2p TOT:WNTOva ~ ouasopH ‘7 ~ 8 OTINMI}AVO - ONVINAH UES) SER HUMANO - CAPITULO 8 - J. Moreno PAGINA:162 inmaduros resulta perfectamente adecuada para producit sujetos aptos para sostener aquella inmovilidad Asi, el esquema de la transmision en el mediocvo seria: ADULTO-adulto ~+ ADULTO-aduito Donde “adulto” es un nifo, y “ADULTO” un adulto, EI nifio entra en la cadena como un pequetio adulto que sélo debe preservar 1a continuidad, la persistencia de lo mismo. La infancia, como una etapa propia no existe, cs sélo un tiempo a soportar hasta “madurar” y ser. Es decir, ser un adulto. La infancia moderna, en cambio, genera niflos que son “formados” por los adultos y constituyen, en ese sentido, excelentes receptéculos para sus proyecciones Existe una ‘pureza infantil” donde puede tener lugar, desarroliarse, el ideal de perfeccién, no ya divino como en la edad media, sino de un mundo fabricado por el mismo humano: el nifio puede progresar y ser en un futuro lo que los adultos no han logrado ~atin- en el presente. El esquema de transmision aqui seria: Adulto —+ nino Los adultos iluminados creen saber cuales seran las mejores “formas” para los futuros hombres, y los nifios, adecuadamente educados, deben realizar ese ambicioso proyecto En Ia actuatidad el nifio se convirtio en el vehiculo privilegiado a través del cual penetran sustituciones vertiginosas de una red informatica que impacta en todos los habitantes. Para ello, la infancia actual requiere liberarse de 1a imposicién ~ propia de Ia moderidad - de que sus pasos estén guiados por adultos. Claro que esto gencra nuevas preocupaciones: los nifios no son cfectivamente controlados casi por ningdn estamento institucional. Sin embargo se mucstran particularmente aptos para la transmision de las sustituciones vertiginosas por su enorme plasticidad y porque no necesitan comprender asociativamente algo para transmitirlo solo requieren para ello conectarlo. La necesidad de comprender algo como condicién de su transmision es un requisito moderno. El esquema de transmisi6n, en este aspecto, seria: sopezueofe sowos ‘sapepo op ugIoUNS|p ups ‘Soper X serozmEq suso sodwIO! wrSoy pipausspu: Jo :soysONpUOoU! OpudIs HOUTA SozIONZse soy sopoy “UY UA “saTNUT wos ,solouou 10d sovarqe wees ou soYNpE op yU;UT 2 somg Sof anb wred,, Pepynfes ap seuaysys sor farsrKa ou BA sasTed soyONUT tia A ‘zEoGD $9 OU AL, BL ap Jou je upToDOIOId 9p oLFEIOU, Ty “MOUAIOTD wso ENSTUIEEpE weIBo] soazyIE Soypom Sof FU YOUsOAUT TU ‘AL, BI IN “SONI SSD 9p TIO} OseaEIy [2 syUApIAD aveTL as sodwon soyso uy “pupa vpeururoiep wied ,soide of9s, outoo gquoWesopepma sopesysejs ero onb — saysryo —‘souorowssaatroo ‘som ‘somoypoadsa ‘son8nf ‘soigy] “soy op opezsede ayuauresopepmo wre sou so] Bred onde ott uxqwsopysuico 26 anb o| pos ourapou oaiode jo ug “PEpsr90s YI a PEPTA!SEAL 9 Peproo[ea Jose woo zea wpe UBNOUIOd ‘oorofouDa ooUUAL [e oprdop ‘Nb soypatt soy 20d adny onb opeurmsos|puy svar can wpe UOToBUIOsUT Op oyUETI0} [9 pour une op sejoruo9 sod sozrorysa sautoua YOY LEY SeUOpoU sauOFMIESUT Sey ‘souru sod Soy op opunu j9p sopepoact Sv] ap woug98 ,opminsu moo anb opuors oyfnpe un ap J9 89 -pepfuzopont Bl WO of anb sgaaz pe sodwson soso op oo1dn ospeno yo ‘ome Jog “wey onb opunuT Pp ugpEMsoyy vj UaTMSUEN § UMAdeo aUOMEUDIOGD A wprder seu omb soy uos soma :sarqmapsnsu; uos sour sor owadse aso Ug ‘soovoy sojmaRaR ap ost 19 Tap! 69 (0'% Gem esopanow vy ap edad ap oano{qo) ugIsTUSUEN teRedosd A mmusuen veg “pmiyosqo viuord wan ap peprnies et od opeorem vise (0p0} :wjseaiosuce [9 oppuss opElseMap asarany OL IS OCD so spuIopy ‘onBEdosd ‘98 vxS9 anb sex80] UO OUTS “UOFSeUEIOPUT BT AP OPRIATUOO Jep PHpITw VI WO TE sopela so] wo oysond YJSo OU CUDIE Jo SuAMIATHANOESHOD “wIFUSU as nb so amprod uppowefia ne onb vied oyueodun seu op ssoaroro1g sooppuOUT sna Sof ap Je oyonur soared a8 peprEToe BI U9 wiBoIENSe vse ap ofapour Ty ~Yopod op seMayense svt opeoorsen vy oisg “BmmIIMO op o1ombsox oper seo aptayasd onb oszasrim un ‘ouwumy osioarun ya sod oymersuy Tw £ oauEy NUNS wo syste oppUOsUT wIBoFoHOD VI oNb ugoDUKfuy op vOUATEJstIEN £ osasul op osao0IE }e vepmpdo os uy 989 UOD “ug;eBedesd ap pEploedeo ns uO oUIS ‘TUS 96 onb of ap opriauos jo ua seq as ou onb sapod un BP v UIP ueyUOUNE suoistredxa wsour#g.104 ua vopyUNEUT wio}oNON UN Uoo BZUETE Ua ‘SoIpoM so] ounvonnpy oye —sompary SOT'VNIDYa ~ OUSLON ‘P ~ 8 OTALAVO - ONVINN HAS SER HUMANO - CAPITULO 8 - J. Moreno ~ PAGINA:164 por igual por la pantalla. Sin embargo, creo que los receptores privilegiados de esa informacién son los niftos. Es que la alianza entre las computadoras y el nifio es mucho mas eficiente que la de aquellas con el adult. Todo apunta a que, para los adultos que serén los niftos actuales, la computadora en red sera una extensi6n tan natural como lo es €1 reloj para los adultos contemporaneos. La inercia racional tipica de la mente de os adultos modernos -o sea el intento de “comprender” racionalmente porqué 0 como se relacionan los hechos- es un estorbo. La conexién, tan desarrollada de los nifios de hoy no tiene ese requisite. 9- Historia de los juegos y del juguet . Pocos dudan que el juego y lo humano se relacionan desde el origen. Ya sea porque el juego caracterizé a Jo humano desde el principio 0, como sugiere I. Tattersall (2001, 2002), porque el lenguaje ~ el atributo que para muchos es responsable de nuestra diferencia con el resto de los hominidos- fue inventaco por niftos primitivos a partir de juegos. Muchos de Jos juegos que conocemos nacieron de ceremonias sagradas, practicas adivinatorias, danzas o luchas rituales. Asi, el juego de la pelota evocaria una lucha divina por poseer el sol; la perinola, el trompo y los dados habrian derivado de précticas adivinatorias, y las rondas de antiguos ritos matrimoniales. De modo que los juegos estan emparentados con los ritos. Pero existe una oposicién entre el rito y el juego con respecto a lo sagrado: en lugar de preservar la leira de to que tos origin6, como hacen los ritos, los juegos anuian su contenido y sdlo preservan algo de la forma del drama sagrado. Levi-Strauss condens6 esa oposicién entre juego y rito en Ia siguiente formula: mientras el rito transforma acontecimientos en estructuras, fijando asi puntos historicos en el calendario; el juego transforma estructuras en acontecimientos, 0 sea que disuelve, desmembra los hitos cevocados ¥ el tiempo eronologico. 10- Miniaturizacién del pasado. Pero mas alla de lo sagrado, se ha sefalado con insistencia que juguetes y juegos guardan una peculiar relacién con el context en el que emergieron: “hacen aparecer" algo de! pasado en el presente lidieo. Por ello, Levi-Strauss y Agamben afirman que el juguete es algo asi como la esencia misma de la historia: miniaturiza los objetos viejos pertenecientes a una epoca una vez y ya no econémico social anterior. “El juguete es aquello que perteneci ap .uopeouiqes, eB uETUJad £ sorTuIO, uoo oszeUTqUIOD weIped supvoralhte aouerg ep sezaid anb yo wa ‘Aquioyy yuery 10d BxLaEPBuT wa XY OTIS Top sordroursd 8 opeyuaant (fay, ;DUOHON.sUOD) ,oUwD>\, OSOUTE; Ta any sorUOHd so] ap oun oys2 wa ‘oonsepIp oarMEUANE ap sions BUT onb sous ovod sas ¥ Tesed opnd (sopues8 ros v sean, [qos uo sepronposd Jas v UOseZIOWIOD ‘soUWSeTTE Op igo were sot orb ‘sw svT * (feUNBHI0 OF op soTBA To £ em 9, HowWOIdWOS os are op vago w ved UTUTPfuag “jy ofoUTINE oUFOD ‘Tend of woo) TeENSNpUE vyvoso uo £ vejoaud spur vuO) UO -sopreMgETETU — oywUEET oYoNbod uo so7a[qo aronposdaz ajqisod ozfy ag “eBojou9a By ony -pEprTeNyd” vI UO opudFoeY ONES of A- poprusopows vj uo gjanfinl [9 oqrateaTUTAP oMLOJSUEN anb oyuIUIO}O OpUNBes 13 ~ugioar soureqyiqey anb yap oposnd jap uotopzuranupu owes syangnf [pp opermsod jo wag Anur saouoqua eydumno ag “peprEnaoe Bw waLTyoI as onb epeu v yu eYAg 0 UpIdg [BIOUDD Je FU ‘SOpETY £ SZUN So] w x ‘S9UOIAB SOT HT ‘sopepjos so] ¥ soueqpSn{ ou ‘peppumur exzon8 wpunges wy epeumutia op sondsap 00d wigyimastren 0189 ab ap sesad & ‘ond se aiquiou oF “uoFoRITEpE epEIseMp: ‘wju9} ot -ojrusasuos oqap~ Of anb ja 10d ountTesre se09sd Te vqvOOAD on vpEIT eyeeloy op oxy ayonGnf un ‘use| uBE op OArOD ages, TH BIO sopLojosd sna ap oun “epesed woods vun op soucjeoona -soursqysn onb seyonSnf soy oroo~ uezo seyerd £ soxpuy ‘s4oq-moo sosg ““swrextd so] ‘sorpur so| ‘sAoq-moo Sor sourequan! ‘og [ap wpeogp B wa ‘eoUBFUY MH UO and opronsey ‘o}ENBnf Jp pepe ‘yy 8 xolate woods PUN B Ua0suMTIAd ond soIudUIE]D UVaI991 Soro{qO Soy ‘Soa wa piouLigfue eI, ‘orTUORUT oanbad Ja, ‘,ooTmTD ouonbed Je, ‘Jo}op oyenbad Jp, uavarede yey “epesed woody wun op sof ousoo pepwas ue ‘sopuRB so] ouL0D aos v, ueBonf sourt Sof “[eNUIO oaROUT uN HeUIA SoUApOM sayonSNf so] SopO} seo ‘opgues oso wy “SoopoppIp sayonsnf so] LONE Jp aUDUE PT .UaIG FoMLIOH,, red sopeuastp auompersadse sajanBnf 6 soBonf sot wood? vse uo uoroDoredy -eoodg wy ap ojdord ,erouysut, op ojedord yep uorezyear ey vied amodur operfe un sos wpod a1angnf a anb woxoiqrosad sousapou sazopeonpe A sasped ‘seppsed svoody uo viuoumsaa ¥ woo eIzm0 and o| v oproared Knut oF “ojafgo Ja uo vpruquoo wuss peprreroduray ef aptrayasde a6 [p uO aMb op opNUES 12 wo'(axryopneg) .woucISTY fouasa end, PUM ‘osnd opeIsa UD 09}s99SHT OT OtLOD Se offfe ui106 099 o,f *,BorUtoUOdD CONoBId wxDISA HIF O OPLABES OF ap B1AjSO BB -SEUE SOTYNIDYa ~ oso ‘f ~ @ OINLAVO - ONVIINE Bas SER HUMANO - CAPITULO 8 ~ J. Moreno ~ PAGINA: 166 verdaderas maquetas de ingenieria, Todo esto, repito, no alteré aque! postulado de que el juguete, ante todo, “miniaturiza el pasado”. 11-Bl juguete como mereaneia, A pattir de la decada del 50 los medios masivos de propaganda y la TV comenzaron a incursionar en el mundo del juguete. Previamente a ello la propaganda de juguetes era de importancia minima. Por ejemplo, en Jos Estados Unidos durante 1955, Marx's -una marca lider de juguetes- vendié 50 millones de délares gastando s6io $312 en publicidad. Hoy si bien esos guarismos no Megan a invertirse, la cantidad que los productores de juguetes gasta en publicidad y difusion es enormemente mayor que lo que gastan en la fabricacion de los juguetes. Es que éstos se han vuelto, antes que nada, un objeto que los nifios ansian poser, y la publicidad, especialmente dirigida a tos nifios més que a sus padres, se orienta decididamente a promover el juguete como un objeto de consumo emblematico. Durante la modernidad, el Jugar era visto como la expresién natural del esptritu infantit y no vivide como acto de posesién de objetos. Su focalizacién estaba centrada mas en la interaccion social. En estos tiempos, en cambio, los juguetes tienden a adquirir un valor como objeto de posesién para los nifios. Esto se hace particularmente evidente en los juegos de cartas actuales. Las barajas clasicas habituales, francesas 0 espafiolas, como el juego de ajedrez, damas o backgamon, pueden ser de diferente valor econdmico, pero eso no altera el valor 0 la destreza de las piezas o las cartas. Un caballo de ajedrez barato mueve igual que uno caro, Blas de pique de una carta de cartulina vale lo mismo que el de un mazo “Kent*. Las cartas “Magic” 0 “Pokémon” 0 "Yu-Gi-Ho” que usan los nifios hoy en dia no son asi. Tienen diferente valor comercial y, sogiin su precio poseen diferentes “habilidades” y “poderes”. Hay catdlogos en ios que -como los valores de la bolsa- figuran actualizadas las “cotizaciones” de las cartas, que los nintos conocen, “pajan” de Internet y en base a ello establecen el valor “comercial” de su mazo y proyectan sus trueques o compras. De modo que un jugador con un mazo digamos $40, dificitmente podra veneer al poseedor de uno de $400. Las carta s” (por ejemplo, ‘especiales’ y més poderosas tienen mayor valor que las “comunt la carta “Héroe Elemental del Aire” de Yu-Gi-Ho se ofrece en Internet por 30 euros). Puede parecer horroroso, pero ~y esto tal ver io haga atin mas horrendo- “osnany jap wiBoqousa wp £ faruesasd oangso axduroye on) coger oxuarmesusd jo ante ugsemguros senonned BUN -ONOP 89 EEE uo ‘ofa zg “serowsse wos Soy ap soURt sor ‘sounfip omos ‘ond vw Ua uo}UN] ‘omary jo sedionuy e apuan onb ours ‘opesed Jo azayas ou ws aonsNf Jo 4 oLI09 98 “pepruxopour By ap vidoad ‘oyra < oympy ugsTusueN op BUApEd BT “WOISTNS TEI} B op wUpered op orqureo jo woo 19a onb wHus omyn; B opesed ap sjonFnf 1P Opnuss Jop woIss9sUE WIS? ZA TEL, ‘soIANBN! so] we epefopes BLoIedy wonowid wun ap vunioy Bf ofeq ‘usa sod sodwan sosoufpioa soy B vpidys wEI0; ye ue uodionuY as omany jap soyofns so] onb spuaiord as uaiq spur Aol “opased J - yan anb wouap nb sapepoaou osn ns ered uesodioouy sojonfnt so7 -ugioudione vy -osopanon ‘ono soazede seHNI Ns UG ‘opEooIsEN wy 98 aieNEN! 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Moreno~ PAGINA: relacién con cl tiempo, la funcion didactica del juguete, como veremos, también se invirtié. 13-Las estrategias de Ia publicidad de los vendedores de juguetes. Sin duda esto que comentamos no sucedié de golpe. Un factor importante en ese cambio debe haber sido 1a aparicion de los Comics primero y las series televisivas y los videojuegos después. Eso generé un cambio esencial ligado al consumo y la entrada del juguete en el mercado. En este sentido puede ser muy ilustrativo revisar el cambio de la estrategia de venta de los “vendedores de juguetes”. En la modernidad esa estrategia parecia seguir este camino: se le explicaba a los padres las propiedades “didacticas y benéficas” del juguete; éstos lo compraban y de algtin modo se lo imponfan a sus hijos que jugaban con ellos generando algtin significado propio que procedia del mundo de Jos adultos sin perturbar ei vinculo parentofilial en el sentido Adutto+ nino, Hoy, el nifio ha devenido un consumidor importante, y el desarrollo de los medios ha hecho posible que la publicidad acerca de juguetes llegue directamente a ellos. No s6lo est dirigida a los nifios, sino que da la impresion de que los disenos de juguetes y la publicidad con que se los promociona, estén especificamente pensados para eludir a los padres. Los adultos de hoy no entienden el juguete y mucho menos a los slogans de su promocién. O sea, Ia estrategia actual es de algdn modo la inversa que la de la modernidad. Un adulto no entrenado, no logra comprender de qué se tratan los dibujos y cédigos presentes en una carta Pokémon, Magic, Yu-Gi Ho o Sakura, Si tratara de jugar uno de los titimos juegos de Gameboy, Play Station 0 Wi, se vera en Agurillas a menos que un pequefio “lo instruya” acerca de su funcionamiento (cosas obvias para un nifio de hoy). Tampoco hay folletos para explicarle a los mayores nada de esto. Por supuesto, el hecho de que los juegos sean 0 no “didacticos” al estilo modern, no parece ser hoy en dia un factor de importancia para ef mercado, Los juguetes se imponen al margen de esa consideracién. En realidad, los juegos son didacticos, pero no para lo que los padres creen que sus hijos necesitan ni mucho menos para que los nifios scan “como sus padres”. Son didacticos en muy otro sentido sseroperndunoa 9p span v r0peaduun> [2p Souo!I0Uy $e] o> sompoy ,somiy pamteuansad, seperannerias (HOTTOAPHP AME ‘6401 joao sc} a0urd 1899 oT.) Hoy JoSpuy eazy eT “soup anb oj wned ayuessjas zes apand onb wotSoqouse: peponott PEN wos STOOD ‘au 'Zb0g ove Je Ue ‘Oaqy aye op TOFS wioTITd Ul uo oTANdeD aIEe sIGHOGS op gUIMID) opLIETD = -,S0T[9 ¥ ajuUaIp Anut opour uM ap Jas A swopopsd soorafe wsed sopmansuy 9 sopeulsosuad ease wagap SouHt Sof anb jp Ue oopBETTOSUT 9 opvoyrusa) omyry um ered oyrarmeuanue owoo udars Koy ep sojonsnf -soqa{qo 607 ‘opiusqu09 Jo sod anb ofqureo 4 worontona ap ‘ayuauTuLed UgIoBaouSS ‘9p woroumny vy rod seus oyu UOs 0 X opEMBy OPAUOS UM LA ojos SoINTBPID LOS, S9T-VNIOVE - CUDI0HT 7? ~ 8 OTNEdVO - ONVINNH BIS

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