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LA NOCIÓN DE

INCONMENSURABILIDAD
EN THOMAS S. KUHN
Javier Osorio Mancilla

12 de enero de 2014
ÍNDICE:

1. INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 3
2. CONTEXTO GENERAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 3
3. LA INCONMENSURABILIDAD EN LA ESTRUCTURA
3.1 Paradigmas inconmensurables en las revoluciones científicas . . . . p. 4
3.2 Consecuencias de la inconmensurabilidad . . . . . . . . . . . . . . . p. 8
4. LA INCONMENSURABILIDAD TRAS LA ESTRUCTURA . . . . . . . . . . . . . . . . p. 8
5. CONCLUSIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 10
6. BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 11

2
1. INTRODUCCIÓN

La inconmensurabilidad es una noción que se merece un puesto singular entre


los temas más tratados y discutidos en la filosofía de la ciencia contemporánea. De
hecho, en Kuhn es una de las más importantes, y él mismo declara que dicha noción es
la que le hizo dar el paso para escribir “La estructura de las revoluciones científicas”.

En el presente ensayo haré primero una exposición sobre la inconmensurabilidad


tal y como aparece expuesta en la obra de 1962, para después basarme en textos
posteriores del autor y mostrar de forma general los cambios de dicha noción que él
mismo precisa y clarifica. En pocas palabras, pretendo mostrar la evolución de la idea de
inconmensurabilidad en la filosofía de la ciencia de Kuhn.

2. CONTEXTO GENERAL

Para poder hablar de la inconmensurabilidad en La Estructura hay que explicar


primero el marco en el que se integra dicha idea. Para ello se bosquejarán rápidamente
las ideas principales de la obra.

La estructura de las revoluciones científicas (a partir de ahora La estructura) sale


a la luz en 1962, y se integra dentro de lo que se llamó la “nueva filosofía de la ciencia”.
La obra ofrece una visión novedosa sobre la ciencia, las comunidades científicas y las
teorías. Para Kuhn, hay varios modos de “hacer ciencia”, un modo normal y un modo
extraordinario (o revolucionario). El primer modo es la forma usual en la que trabaja la
ciencia, donde opera la mayor parte del tiempo. El segundo es el estado en el que hay
una revolución científica, un cambio drástico en el modo de trabajar y hacer ciencia.
Durante la ciencia normal, los científicos de una determinada comunidad comparten
presupuestos teóricos, experimentales y metodológicos, aparte de otros tantos. El
científico en ciencia normal no discute los supuestos compartidos con la comunidad
científica, puesto que son estos presupuestos los que les permiten “hacer ciencia”, que
consiste en ampliar (y perfeccionar) la aplicación del aparato conceptual y teórico en el
que se basa, que en palabras de Kuhn es denominado resolución de rompecabezas.
Como vemos, la ciencia normal sólo se preocupa por la resolución de estos enigmas, no
obstante hay otra serie de enigmas llamados anomalías, que son problemas de ajuste
aparentemente irresolubles entre la teoría y la naturaleza. A menudo estas anomalías
3
se resuelven exitosamente, pero hay otras que no lo hacen. Cuando uno de estos
enigmas se muestra recalcitrante puede que algunos científicos pertenecientes a su
comunidad desesperen al no encontrar una solución. Kuhn llama a este fenómeno crisis,
y es cuando los supuestos compartidos que guiaban la ciencia normal son cuestionados
y sus fundamentos se discuten. Después de un tiempo, surgen alternativas a estos
presupuestos que parecen formar de nuevo una estructura sólida en la que los
científicos pueden basarse y guiar su investigación. Los viejos presupuestos son
cambiados por unos nuevos, consumándose lo que se denomina una revolución
científica. Así, se puede esquematizar del siguiente modo: la primera fase, que sería la
“precientífica” (la cual se caracteriza por haber más de un sistema de presupuestos
compartidos en disputa, al igual que en la crisis); la segunda, la ciencia normal, que se
caracteriza por resolver rompecabezas; y la tercera, la ciencia extraordinaria, que da
lugar, tras haber pasado la crisis científica, a un nuevo tipo de ciencia normal.

Un concepto central en el trabajo de Kuhn es el de “paradigma”. En La Estructura


este concepto toma diversos caminos y por ello aparecen varias acepciones del mismo.
El dominante en la obra es a la vez el más impreciso: el conjunto de supuestos
compartidos por una comunidad del que hablábamos antes. Puede entonces
entenderse que la ciencia normal es ciencia basada en un paradigma. Es este paradigma
el que guía la investigación, y el proceso revolucionario en ciencia no es sino el paso de
un paradigma a otro distinto.

Por razones de extensión no me explayaré más sobre el esquema general de la


perspectiva kuhniana. El breve resumen es deficitario, y podría concretarse y precisarse,
pero considero que es suficiente para centrarnos y comprender la idea que da forma a
este ensayo, la de la inconmensurabilidad.

3. LA INCONMENSURABILIDAD EN LA ESTRUCTURA

3.1 Paradigmas inconmensurables en las revoluciones científicas

El concepto de inconmensurabilidad hace referencia a la imposibilidad de


comparar dos estructuras teóricas (normalmente teorías, pero en el caso de esta obra,
paradigmas totales). Que dos teorías sean inconmensurables no quiere decir que no se
puedan comparar sólo por sus conceptos y términos, sino que (en esta obra) es también
4
incomparable toda la dimensión concerniente a las prácticas científicas. La
incomensurabilidad en La estructura aparece al explicar el comienzo de una crisis, es
decir, cuando un paradigma dominante entra en crisis y otro paradigma nuevo emerge
como alternativa.

Kuhn identificaba el paso de un paradigma a otro como si se tratara del paso de


ver una imagen a otra en los experimentos de la psicología Gestalt. El famoso ejemplo
de los naipes anómalos y otros más le sirven al autor para afirmar que la percepción
tiene como requisito algo similar a un paradigma. Lo que observa un sujeto depende de
a lo que mira y de qué le han enseñado a ver (de forma visual y conceptual). La
percepción del mundo depende de cómo el sujeto percibe el mundo: dos científicos que
observan el mismo fenómeno, si se encuentran en paradigmas radicalmente opuestos,
verán cosas diferentes. En resumidas cuentas, la interpretación que le demos al mundo
de forma previa determina lo que percibimos.

Es en el capítulo XII llamado “La resolución de las revoluciones” donde más


claramente se centra en la cuestión de la incomensurabilidad. Si un candidato a nuevo
paradigma está en disputa con su antecesor, ¿cuál es el proceso por el que uno precede
al otro? Preguntándonos en palabras del propio Kuhn, “¿qué es lo que hace que el grupo
abandone una tradición de investigación normal en favor de otra?”1 Para empezar, la
contrastación del paradigma sólo se da tras el fracaso persistente de un/os científico/s
a la hora de intentar resolver un rompecabezas (en este caso anomalía) que haya dado
lugar a una crisis científica. Es como el jugador de ajedrez que al tener problemas con el
tablero, busca siempre antes jugadas alternativas buscando una solución.

En realidad, dice Kuhn, si hubiera sólo un único conjunto de problemas


científicos, un único mundo en el que trabajar sobre ellos y un único conjunto de normas
para su solución, la decisión y competencia entre dos paradigmas se haría de manera
rutinaria, contando simplemente el número de problemas resueltos por los dos
paradigmas. No obstante, como defensor de la inconmensurabilidad, Kuhn no cree que
estas condiciones se den nunca. De hecho, es justo al revés, puesto que, en sus propias

1
KUHN, Thomas S. (2006). La estructura de las revoluciones científicas. Fondo de cultura económica:
México, p. 258

5
palabras, quienes se basan en paradigmas diferentes mantienen en cierto sentido un
diálogo de sordos2.

Bajo estos presupuestos, Kuhn ofrece de forma sistemática las diferentes


dimensiones por las que cabe pensar que dos paradigmas rivales no pueden ponerse en
competencia directa. En primer lugar, los partidarios de dos paradigmas rivales no
estarán de acuerdo en cuanto a los problemas con los que ha de enfrentarse (y resolver)
un candidato a paradigma, es decir, hay una inconmensurabilidad de normas y
definiciones. La dinámica newtoniana fue rechazada debido a que ante las teorías
cartesiana y aristotélica, ésta no explicaba la causa de las fuerzas de atracción entre las
partículas materiales, cuestión que las otras tenían como requisito. Y de hecho cuando
se aceptó la teoría de Newton se abolió esa pregunta del campo de la ciencia.

Otra dimensión en la que la inconmensurabilidad se basa es la siguiente: puesto


que los nuevos paradigmas nacen de los viejos, de forma general se incorpora gran parte
del vocabulario y del aparato conceptual al nuevo candidato. Lo que resulta es un
malentendido entre las escuelas rivales. Un ejemplo será suficiente: los que llamaban
loco a Copérnico por decir que la Tierra se movía no estaban errados, sino que parte de
lo que querían decir con “Tierra” implicaba una posición fija. Esto quiere decir que
paradigmas inconmensurables utilizan los mismos términos (o gran parte de ellos) pero
con diferentes significados para referirse a una serie de cosas distintas.

Otro tercer aspecto importante es el problema de los mundos distintos. Dos


científicos en paradigmas diferentes están, en palabras de Kuhn, en “mundos
diferentes”. Esto no quiere decir que haya muchos mundos y que haya diferentes
científicos trabajando en cada uno de ellos, puesto que si varios científicos miran el
mundo, lo que miran no ha cambiado del paso de una tradición a otra. Sin embargo,
después de un cambio de paradigma, un mundo puede contener cuerpos que caen
lentamente, mientras que otro contiene péndulos que repiten sus movimientos de
forma constante. Para entender esto, Kuhn siempre recurre a la psicología Gestalt antes
expuesta. Como advierte en la sección X, si las transformaciones perceptivas en la

2
KUHN, Thomas S. op. cit., pp. 263, 264.

6
ciencia acompañan a los cambios de paradigma, no pretendamos que los científicos
afirmen de forma directa sus cambios perceptuales3, puesto que es un fenómeno lento.

Pero, teniendo en cuenta estas dificultades para comparar paradigmas, ¿cómo


se consigue la transición de uno a otro por parte del científico? Parte de la respuesta,
dice Kuhn, es que muy a menudo no se consigue, y muchos científicos, de forma
obstinada, se niegan a cambiar. No se quiere decir con esto que no haya argumentos
pertinentes para que se cambie de opinión. De hecho, los científicos toman un nuevo
paradigma por razones muy variadas.

En primer lugar, el argumento más usual es que aquellos que proponen un nuevo
paradigma aseveran que éste resuelve los problemas que han llevado al viejo a la crisis
(muchos “experimentos cruciales”, que son los que discriminan bien los dos paradigmas,
resultan decisivos para que la conversión se haga efectiva). Aunque no siempre se puede
decir que se han resuelto los problemas que provocaron una crisis. “De hecho, la teoría
de Copérnico no era más precisa que la de Ptolomeo y no llevó directamente a una
mejora del calendario”4. Otro tipo de razonamientos convincentes son los que se basan
en el éxito insospechado del paradigma en cuestión en forma de predicción de
fenómenos, como por ejemplo la respuesta que dio la relatividad general para el
problema del perihelio de Mercurio.

Pese a que estos tipos de argumentos se basan en la habilidad comparativa de


un paradigma con otro, hay otras consideraciones que pueden ser muy efectivas para
que un científico acepte el nuevo paradigma en detrimento del viejo. Se tratan de
argumentos que apelan al sentido de lo estético, y suelen tener la forma de “es más
estético” o “es más simple” o, simplemente, “es más adecuado”.

Aunque los primeros argumentos sean más potentes, estos últimos pueden ser
decisivos en la conversión de un científico o un grupo de ellos. Y esta conversión no suele
ser única y decisiva, sino que más bien es un desplazamiento creciente del paradigma
viejo al nuevo.

3
KUHN, Thomas S. op. cit., p. 217.
4
Ibíd., p. 273.

7
En realidad, los debates acerca de los paradigmas no tratan de su capacidad
(relativa) de resolver problemas. La cuestión real es qué paradigma guiará la
investigación en el futuro sobre problemas que ningún científico puede resolver de una
vez por todas aún.

3.2 Consecuencias de la inconmensurabilidad

La idea sobre la incapacidad de comparar paradigmas enteros trae


consecuencias interesantes, como por ejemplo una visión del conocimiento no
acumulativo o la posición que ocupa la noción de verdad en la empresa científica. Que
no se pueda comparar entre dos constructos teóricos implica que no existe el llamado
“progreso” en ciencia en el sentido del “ideal acumulativista”, es decir, la continua
incorporación de unas teorías en otras, perspectiva que mantenían los filósofos
positivistas. Kuhn propone también abandonar la idea de que los cambios de paradigma
nos acercan a la verdad. Hay que sustituir la idea de “evolución-hacia-lo-que-queremos-
conocer” por la “evolución-a-partir-de-lo-que-conocemos”. Es decir, debemos dejar de
pensar que hay una descripción plena, objetiva y verdadera del mundo, y que la ciencia
se va acercando cada vez más a ella.

4. LA INCONMENSURABILIDAD TRAS LA ESTRUCTURA

De forma resumida y clara pueden resumirse del siguiente modo las


características de la inconmensurabilidad entre constructos teóricos tal y como se
expone en La Estructura5: las teorías inconmensurables divergen en los problemas que
se consideran pertinentes en una tradición; conllevan, por tanto, cambios
metodológicos y de normas; existe variación conceptual con divergencia referencial, es
decir, se modifican los compromisos ontológicos de una tradición a otra; y hay cambios
perceptivos (cambios de Gestalt). En resumidas cuentas, parece prima facie que las
tradiciones son incompatibles en numerosos puntos. Esta serie de características
implican que no hay criterios lógicos que permitan decidir entre una teoría u otra; que
no hay una experiencia común compartida para tomar como base neutral Kuhn se

5
FALGUERA, José L. (2012). De lo que tratan en común teorías inconmensurables. En PERIS-VIÑÉ, Luis M.
(ed.) Filosofía de la ciencia en Iberoamérica: metateoría estructural. Tecnos: Madrid, p. 449.

8
oponía frontalmente a esta idea); y que la elección de la teoría es más bien una cuestión
de persuasión antes que de pruebas a favor o en contra de alguna teoría.

Ya en el Epílogo de 1969 clarifica la noción de inconmensurabilidad, tan poco


entendida y tan malinterpretada por otros, según el autor. Aunque en situación de crisis
los problemas que se hacen evidentes a primera vista son comunicativos, no son
únicamente lingüísticos. No se puede recurrir a un lenguaje neutral que ambos
científicos usen. Con todo, las personas que experimentan esta incapacidad en la
comunicación tienen que tener algún recurso que la permita de algún modo. Entonces,
“lo que pueden hacer los que se ven envueltos en una ruptura de la comunicación es
reconocerse mutualmente como miembros de diferentes comunidades lingüísticas y
hacerse entonces traductores”6. Para ser “traductores” lo primero que deben tratar de
descubrir son los términos que son núcleos problemáticos para las discusiones
intergrupales. Después, pueden además recurrir a un vocabulario compartido de la vida
diaria (para refinar más la posible traducción). Así, según Kuhn, cada uno habrá
aprendido a traducir la teoría del otro a su lenguaje. Hay, por lo tanto, cierta
comunicación entre científicos de dos tradiciones diferentes.

Kuhn precisó a través de artículos y otros trabajos su idea de


inconmensurabilidad, perfilando su definición e intentando defender nociones como la
de verdad y conocimiento7. Así, según José Falguera, la idea de inconmensurabilidad que
dio Kuhn en sus últimos trabajos puede ser caracterizada de la siguiente manera: dadas
dos teorías inconmensurables, éstas manifiestan variación conceptual con divergencia
de la referencia sólo en algunos términos (las cursivas son suyas), no en todos; sus
formulaciones son intraducibles a un lenguaje común o neutro; y son incompatibles.
Que la variación conceptual afecte sólo a algunos términos quiere decir que la
inconmensurabilidad es local. No se pueden comparar dos teorías si se intentan
identificar las referencias de todos los términos de una de estas teorías, pero esta
dificultad se puede superar a través del establecimiento de una interpretación para
acceder a los significados (y a las referencias) de los términos inconmensurables. Por lo

6
KUHN, Thomas S. op. cit., pp. 341, 342.
7
KUHN, Thomas S. (2002). El camino desde La Estructura. Paidós: Barcelona, p. 114.

9
tanto, los términos que mantienen significado y referencia en dos teorías
inconmensurables pueden ser la vía para su comparación.

Esta caracterización de la inconmensurabilidad, como apunta Falguera, es algo


deficiente, aunque yo no pretendo precisarla más, puesto que la función de este
apartado es ver a grandes rasgos los cambios que la noción ha tenido a lo largo de toda
la filosofía de la ciencia kuhniana. Lo que se puede ver con claridad es que la idea de la
inconmensurabilidad en trabajos posteriores es sin duda una noción mucho más laxa de
lo que lo es en La Estructura. Mientras que en ésta última obra lo inconmensurable son
los paradigmas totales, en las obras posteriores la inconmensurabilidad se reduce a las
teorías, e incluso a través de estas, la inconmensurabilidad no es total, sino que sólo
parcial.

5. CONCLUSIONES

Debido a las diferentes interpretaciones que se pueden hacer de La Estructura,


es posible que alguien esté en desacuerdo conmigo al interpretar siempre de un modo
tan genérico a los paradigmas (como “matriz disciplinaria”). Es bien sabido que hay hasta
cuatro sentidos en los que Kuhn utiliza el término en la obra, pero considero que el más
extendido en cuanto a interpretaciones es del que me sirvo, además de uno de los dos
especificados por el propio Kuhn en el Epílogo de 1969. Además, no sólo se puede
criticar este modo de interpretación de los paradigmas, sino de la noción misma de
inconmensurabilidad. El propio Kuhn defiende en escritos posteriores al de 1962 que ha
sido objeto de numerosas malinterpretaciones. Creo que este fenómeno no es tanto
problema del intérprete como del propio Kuhn, que fue algo impreciso y ambiguo en La
estructura. Es cierto que algunas interpretaciones son demasiado radicales para
atribuírselas al autor, pero sin duda no es difícil interpretar una posición más relativista
(o irracionalista) que la que él quería mostrar.

Tampoco he querido nombrar a Feyerabend, pese a que junto con Kuhn fueron
los dos filósofos que divulgaron con más notoriedad la noción de inconmensurabilidad.
Por el contrario, me he centrado más en el segundo, puesto que la perspectiva de
Feyerabend, aunque relacionada con la de Kuhn, es prescindible para el propósito de
este ensayo.

10
6. BILIOGRAFÍA

- KUHN, THOMAS S. (2006). La estructura de las revoluciones científicas. Fondo de


cultura económica: México.

- DÍEZ, JOSÉ A., MOULINES, C. ULISES (2008). Fundamentos de Filosofía de la Ciencia.


Ariel: Barcelona.

- KUHN, THOMAS S. (2002). El camino desde La Estructura. Paidós: Barcelona.

- FALGUERA, JOSÉ L. (2012). De lo que tratan en común teorías inconmensurables. En


PERIS-VIÑÉ, LUIS M. (ed.) Filosofía de la ciencia en Iberoamérica: metateoría estructural.
Tecnos: Madrid.

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