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PLAZA DE LOS COCHES:

Vamos a comenzar con la plaza más central de la ciudad. Primero fue conocida con
el nombre del “Juez”, porque, cuenta la historia, que el Licenciado Francisco de
Santa Cruz, vivió en la esquina donde está hoy el edificio de hierro, precisamente el
lugar que ocupa el almacén “La Casa Blanca”1. Este Santa Cruz llegó a la ciudad en
1536, como Juez de Residencia, con el fin de juramentar al nuevo Gobernador, don
Juan de Badillo, quien reemplazó al fundador de Cartagena don Pedro de Heredia.
Más tarde, la plaza se llamó del “Esclavo”, seguramente porque fue el lugar
designado por las autoridades para la venta de los infelices negros africanos, que en
su condición de esclavos llegaban a la ciudad y en esta plaza recibían al nuevo amo.
A fines del año de 1585, en la parte que ocupa el Portal de los Dulces, infinidad de
comerciantes detallistas se dedicaban a vender sus artículos, y automáticamente la
plaza tomó el nombre de “Mercaderes”.
Años más tarde, fue permitido que la yerba fuera expendida en lo que es hoy Portal
de Hierro2, y la gente se acostumbró a llamarla “Plaza de la Yerba”. A fines del siglo
pasado, la Alcaldía dispuso.

que los aurigas con sus vehículos se estacionaran a todo lo largo del Portal de los
Dulces, y a los pocos días, al lugar se le denominaba “Plaza de los Coches”. Por
último, en 1919 con motivo de haberse firmado en esta ciudad el Tratado de Límites
que puso término al litigio fronterizo entre la República del Ecuador y nuestro país,
el Cabildo expidió el Acuerdo número 45, por el cual dispuso que la susodicha plaza
se llamara “Plaza del Ecuador”. En la parte que ocupa la puerta del Reloj Público,
entrando a la derecha, existió la Capilla de Nuestra Señora de los Dolores, que fue
demolida para fines del siglo XIX. En la misma mitad de esta plaza existió hasta
principios de esa centuria la “Picota” pública, que no era otra cosa que el “rollo” u
horca de piedra, que solía haber a la entrada de los lugares donde se exponían las
cabezas de los ajusticiados, o a los propios reos a la vergüenza pública .
PLAZA DE BOLIVAR:

El primer nombre de este lugar 4e la ciudad fue “Plaza de la Catedral”.


Para el año de 1610 y por Real Cédula del Rey Felipe III, se instaló en
Cartagena el Santo Tribunal de la Inquisición; inmediatamente el sitio
tomó el nombre de “Plaza de la Inquisición”. Para el 11 de noviembre de
1896, se inauguró solemnemente la estatua del Libertador y el Cabildo
por medio del respectivo Acuerdo determinó cambiarle a la plaza el
nombre sombrío que venía ostentando, por el de “Plaza de Bolívar”.
Como saben nuestros lectores, en este lugar se efectuó el día 2 de
febrero de 1614 el primer “Auto de Fe”, ordenado por los inquisidores
Juan De Mañozca y Pedro Mateo De Salcedo. Para que nuestros
lectores se den cuenta de aquel acto, le recomendamos que lean el
artículo publicado en el “Boletín Historial” por el distinguido
académico Don Enrique Otero D Costa. Para el año de 1890 la junta de
las festividades del 11 de noviembre dispuso que las corridas de toros se
realizaran en dicha plaza. Como dato curioso vamos a referir lo
siguiente: “El 12 del susodicho mes y año, a las dos de la tarde, se
presentó a la plaza el señor José María Castellar, llevando de cabestro
un toro negro, bien armado de pitones y de bonita lámina. El toro era
de propiedad de la familia Paz. Todos los concurrentes manosean al
bicho y se burlan del señor Castellar porque había llevado para la lidia
un buey. Nuestro hombre solicita que se cierren las puertas y suelta al
torazo. El animal cuando se vio libre se abrió a la mitad de la plaza y no
había quién le presentara un capote. Del montón anónimo salió un
chiquillo y con la chaqueta le dio cinco lances estupendos. Un soldado
que había empinado el codo demasiado Y que estaba del lado del Portal
de los Escribanos, citó al toro para repetir la hazaña del chaval, pero
fue empitonado y levantado con tanta fuerza que en uno de los
balcones4 quedó nuestro hombre más muerto que vivo, rompiendo
macetas Y provocando el desorden entre las damas que presenciaban el
espectáculo”.
DESCUBRIMIENTO DE LA BAHIA DE CARTAGENA

Rodrigo de Bastidas fue el primer español en acercarse a la costa de Cartagena de Indias. Era
notario en Sevilla y había acompañado a Cristóbal Colon en uno de sus viajes a América. Al pasar
por la bahía, accidentalmente le colocó como nombre el Golfo de Barú. Pero en 1503, la reina Isabel
publicó una disposición para cambiarle el nombre por el de la Bahía de Cartagena con el consejo del
cosmógrafo reconocido Juan de la Cosa, quien fue aconsejar a la Reina y estuvo también con
Rodrigo de Bastidas al realizar este descubrimiento. 

Hay una gran semejanza entre la bahía de Cartagena y la de Levante en España. Esa puede ser la
razón que inspiró a la Reina y al consejero para utilizar este nombre.
 

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