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Mateo predice que va a llover a pesar de un cielo despejado. Su amigo el astronauta no le cree. Más tarde, empieza a llover debido a una manguera cercana, pero Mateo insiste en que lloverá de verdad. El astronauta se entera de que existe un fenómeno llamado "nuberaptor" que puede causar tormentas repentinas. Al final, una gran tormenta de 14 meses confirma que Mateo tenía razón en su predicción.
Mateo predice que va a llover a pesar de un cielo despejado. Su amigo el astronauta no le cree. Más tarde, empieza a llover debido a una manguera cercana, pero Mateo insiste en que lloverá de verdad. El astronauta se entera de que existe un fenómeno llamado "nuberaptor" que puede causar tormentas repentinas. Al final, una gran tormenta de 14 meses confirma que Mateo tenía razón en su predicción.
Mateo predice que va a llover a pesar de un cielo despejado. Su amigo el astronauta no le cree. Más tarde, empieza a llover debido a una manguera cercana, pero Mateo insiste en que lloverá de verdad. El astronauta se entera de que existe un fenómeno llamado "nuberaptor" que puede causar tormentas repentinas. Al final, una gran tormenta de 14 meses confirma que Mateo tenía razón en su predicción.
-Parece que va a llover-Dijo Mateo a su amigo el astronauta.
Él miró aquel cielo sin ninguna nube pensativo, luego de un rato le dijo a Mateo.- No creo que llueva, ¡El cielo no tiene ni una sola nube! Mateo miró de nuevo el cielo y decidido entró a una tienda a comprar dos sombrillas. -Sé que va a llover, lo siento en mi brazo- Le dijo a su amigo, señalando su brazo cubierto con un guante. -¡Estás loco, Mateo! ¿Cómo lo vas a sentir en tu brazo, si lo tienes cubierto?- El astronauta se alejó dos pasos de él y lo miró mal- ¿Acaso te volviste a emborrachar? -¡Claro que no! Sabes que siempre lo que yo pronostico se cumple- Le respondió su amigo muy seguro. El astronauta miró de nuevo el cielo y pensó: Mateo está loco, yo soy un astronauta por lo tanto se cuándo va a llover. Después de media hora hablando juntos, al astronauta le cayó una gota de agua que fue seguida por muchas más. El astronauta miró sorprendido a Mateo y luego al cielo. Ahí fue cuando se dio cuenta de que al lado de ellos, había una casa de dos pisos, en la cual se encontraba una señora con una manguera regando las plantas que estaban al lado de ellos, por lo que les alcanzaba a caer agua. -Mira Mateo, tu pronostico se cumplió- Dijo el astronauta con burla, señalando el agua que salía por la manguera. -Ya verás que va a llover y que tú por incrédulo te vas a mojar- Dijo con enojo Mateo. El astronauta se empezó a reír y a burlar de su amigo; Mateo ya cansado cogió las dos sombrillas y se fue. -Adiós Mateo, talvez te contraten en las noticias para ser “el chico del clima”- Dijo el astronauta mientras veía como se iba Mateo; cuando ya no lo vio más, se fue a su trabajo. Al llegar a la IEAP, Institución Especializada en Astronautas Pronosticadores, vio a personas correr de un lugar a otro. El astronauta al darse cuenta de esto, se acercó a su jefe Francisco y le pregunto con algo de burla: ¿qué está pasando aquí? ¿Por qué todos están corriendo, si la maratón de astronautas fue la semana pasada? -¡No es tiempo para bromas!- Lo reprendió su jefe y le explicó lo que pasaba- Se acerca una gran tormenta- - Eso es imposible, no hay ni una sola nube en el cielo- Le respondió el astronauta confundido y pensando en lo que le dijo su amigo Mateo. - Puede que ahora no haya ninguna, pero eso no significa que después no puedan aparecer- Le explicó con paciencia Francisco- - Sí, eso lo entiendo, pero ninguna nube puede aparecer tan rápido en un cielo tan despejado- Le reclamo el astronauta. - En eso te equivocas, si hay una; la nuberaptor: es una nube que aprovecha días soleados y despeja el cielo, alejando a todas las nubes, para que después ella pueda aparecer de la nada y crear una gran tormenta. Desgraciadamente nuestros equipos no la pueden detectar, pero si algunas personas que la pueden sentir en sus brazos- Termino de explicar Francisco. El astronauta lo miró sorprendido y pensó: “Entonces según esto Mateo tenía razón, sin embargo hay algo que no me permite creer totalmente en eso de la nuberaptor” Después de que su jefe le terminara de explicar, ambos se quedaron observando un rato a las personas trabajar y poco a poco él se empezó a sentir culpable por no haberle creído a su amigo. - Adiós, señor Francisco, hay algo que tengo que arreglar- Dijo el astronauta saliendo rápidamente de la IEAP para luego ir a buscar a Mateo. Sin embargo después de estarlo buscando media hora, le cayó una gota de agua, al mirar hacia arriba se dio cuenta de que una espesa y grande nueve estaba cubriendo aquel cielo azul que hasta ahora había sido solitario; rápidamente, empezaron a caer más y más gotas hasta que se convirtieron en una fuerte lluvia. Al astronauta no le quedo de otra que dejar de buscar a su amigo y encontrar un refugio. Lamentablemente lo que él no sabía era que esa tormenta duraría 14 meses y que si le hubiera creído a su amigo esos meses los habría pasado a su lado, porque al fin de cuentas Mateo tenía razón al decir: -Parece que va a llover-. FIN Valentina Malavera