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Unión Soviética.

(Miguel Mazzeo)

Rusia antes de la Revolución


En la primera década del siglo XX, Rusia era gobernada por una monarquía
teocrática, cuya cabeza era el Zar. Su poder era ilimitado y no existían
mecanismos de control de su autoridad.
La servidumbre fue abolida hacia 1861. Una reforma del Zar Alejandro II,
entregó a los campesinos las tierras que usufructuaban y garantizó el pago de
indemnizaciones a los nobles. Con la reforma, las tierras pasaron a ser
propiedad de la tradicional comunidad rural, el mir. El crecimiento demográfico
obligó a subdividir los lotes y sus rendimientos resultaron insuficientes para el
mantenimiento de las familias.
Hacia 1906, el ministro Stolipyn impulsó una serie de medidas tendientes a
liberar a los campesinos de la dependencia del mir y a crear una clase de
campesinos medios. No tuvo mucho éxito. Los kulaks (campesinos ricos),
compraron a bajo precio las tierras de los campesinos más pobres (mujiks).
Antes de la Primera Guerra Mundial, el 85% de la población rusa se dedicaba 
a las tareas rurales, había una marcada desigualdad que caracterizaba al agro
ruso, así como enfrentamientos del campesinado pobre con los nobles y los
kulaks.
Era una sociedad fragmentada, desigual, jerarquizada. Su estructura era
feudal, donde la actividad más importante era la agrícola. 
En Moscú y San Petersburgo surgió y se desarrolló una clase obrera. Hacia
1875 surgieron las primeras movilizaciones obreras. Hacia fines del siglo XIX,
comenzaron huelgas, que además de plantear reivindicaciones económicas,
cuestionaban el régimen zarista. Hacia fines de 1904, aumentó la conflictividad
y se produjo una oleada de huelgas a favor de la jornada de ocho horas y por el
establecimiento de una Asamblea Constituyente. En enero de 1905, se desató
en Rusia un proceso revolucionario que se inició a partir del “domingo
sangriento”, cuando fuerzas represivas dispararon sobre una manifestación
obrera pacífica, donde murieron 200 obreros. Allí surgieron los SOVIETS;
surgieron espontáneamente entre los obreros, como órganos de coordinación
de la lucha gremial. Nacieron bajo la forma de “comisiones obreras” por
fábricas, encargadas de dirigir la huelga y representar a los huelguistas en las
negociaciones con la patronal. Estos comités/soviets, evolucionarían hasta
convertirse en órganos políticos de dirección revolucionaria; fueron creados con
el fin de coordinar las luchas por las demandas económicas que inicialmente
planteaba la clase obrera.

 
El eslabón más débil
En 1883, se creó la primera organización marxista de Rusia: Emancipación del
Trabajo. El grupo tradujo las principales obras de Marx y Engels al ruso, y logró
hacerlas circular por el país en forma clandestina. En 1881, la sociedad
populista secreta, Voluntad del Pueblo, logró matar al Zar Alejandro II. Los
populistas, sostenían que la principal fuerza revolucionaria era el campesinado
dirigido por los intelectuales.
Hacia 1895, Lenin unificó a todos los grupos obreros marxistas de San
Petersburgo en la Unión de Lucha por la Emancipación de Clase Obrera, que
planteó una lucha reivindicativa y una lucha política contra el régimen zarista.
En 1898, las organizaciones marxistas, constituyeron el Partido Obrero Social
Demócrata de Rusia. A diferencia de los populistas, los socialdemócratas
sostenían que el proletariado industrial, y no el campesinado, contaba con
capacidad revolucionaria.
En 1903, un sector, el de los “mencheviques”, sostenía la necesidad de
organizar un partido de masas, tomando como modelo al Partido Obrero Social
Demócrata Alemán. Entendían al socialismo como el resultado de un extenso
período de desarrollo económico y social; sostenían la necesidad de apostar al
régimen representativo y parlamentario para impulsar leyes obreras.
El otro sector, los “bolcheviques”, liderado por Lenin, consideraban más
adecuada una organización reducida y bien estructurada, integrada por
“revolucionarios profesionales”.
Para los bolcheviques, la burguesía rusa era débil e incapaz de realizar las
tareas democráticas y capitalistas; sólo la clase obrera, aliada al campesinado,
estaba en condiciones de derrocar al régimen zarista e impulsar medidas
democrático-burguesas, condición necesaria para llegar al Socialismo.
Lenin consideraba que la revolución no necesariamente debía producirse en
los países capitalistas más avanzados. Afirmaba que la revolución era posible
en un país atrasado y que la cadena se podían romper por “el eslabón más
débil” del sistema capitalista mundial.
En 1912, se consumó la división entre bolcheviques y mencheviques. Se eligió
un Comité Central bolchevique, que decidió expulsar a los mencheviques.
Un Estado “asiático, bárbaro, medieval y vergonzosamente atrasado”
La estructura económico-social de la Rusia prerrevolucionaria fue calificada
como “feudal” o “asiática”. El mismo Lenin había afirmado que Rusia era un
Estado “asiático, bárbaro, medieval y atrasado”.
Sin embargo, la producción industrial y minera en Rusia había crecido entre
1860 y 1913. El proceso de industrialización, se caracterizó por no depender de
la demanda del consumo interno. Por otra parte, no existía en el país
producción de maquinaria industrial, todas las máquinas debían importarse.
A comienzos del siglo XX, convivían en Rusia tres formaciones económico-
sociales:
- la burocracia de tipo “asiático” y zarista que incluía la Iglesia estatal ortodoxa,
y el conjunto del campesinado.
- los ex terratenientes feudales en extinción a partir de la abolición de la
servidumbre y los ex siervos en lucha por la tierra.
- la burguesía industrial capitalista y los trabajadores asalariados de las
grandes ciudades.
La vía no capitalista se inició en un país atrasado. El desarrollo de las fuerzas
productivas, aún no había alcanzado los niveles adecuados para la aplicación
inmediata del socialismo. No existía un mercado nacional unificado y algunas
regiones se hallaban incomunicadas.
La tarea preminente, asumida por los bolcheviques, fue la de “modernizar”
Rusia. La industrialización pensada por Lenin, Trotski y Stalin, aparecía como
único instrumento para la creación de las bases necesarias para el Socialismo.

La Primera Guerra Mundial y la Revolución de Octubre


En 1914 Rusia entró en la Primera Guerra Mundial aliada a Francia y Gran
Bretaña, y enemiga de las potencias centrales (Alemania, Imperio Austro-
Húngaro, Italia). Su industria de armamentos estaba escasamente desarrollada
y sus comunicaciones eran pésimas. Los bolcheviques lanzaron la consigna
que proponía la “transformación de la guerra imperialista en guerra civil” y otra
que convocaba a “derrotar al propio gobierno en la guerra imperialista”.
En Febrero de 1917, se produjeron importantes huelgas y los trabajadores se
movilizaron, pero los soldados se negaron a reprimir. El Zar abdicó y fue
reemplazado por un gobierno provisional surgido de la Duma. Junto con éste
gobierno, resurgieron los SOVIETS, de 1905, que ganaban poder a medida que
se desgastaba el gobierno provisional.
En Agosto, los soviets iniciaron un proceso de “bolchevización” que se extendió
de Septiembre a Octubre. Finalmente, los bolcheviques impulsaron la
insurrección en Petrogrado y el 25 de Octubre tomaron por asalto el Palacio de
Invierno y asumieron todo el poder. El II° Congreso de los Soviets de Rusia,
designó un nuevo gobierno: “el Consejo de Comisarios del Pueblo”.
Proclamaron el inicio de una revolución socialista. Lenin fue designado para
presidirlo. Al poco tiempo se creó el Ejército Rojo, con base obrera y
campesina. Al frente del mismo se colocó a Trotski.

Comunismo de Guerra (1917-1921)


El gobierno bolchevique impulsó la entrega de tierras a los campesinos. Se
iniciaron negociaciones por la paz con Alemania y el control obrero de la
producción. Ese control se realizó a través de organismos electivos (los
comités fabriles y los consejos de decanos). Además se nacionalizaron los
ferrocarriles, los bancos y los carteles.
En Diciembre de 1917 se creó el Consejo Superior de la Economía Nacional,
destinado a controlar y regular las actividades económicas. Este organismo
podía articular las distintas ramas de la industria y el comercio, regular la
producción, y la distribución de los bienes, y también confiscar y requisar. 
En Marzo de 1918, el Partido Bolchevique comenzó a llamarse el Partido
Comunista. En 1922, se constituyó la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas, y se aprobó un régimen federal que se reflejó en la división de dos
cámaras, Soviet de la Unión y Soviet de las Nacionalidades, del Comité
Ejecutivo Central.
A mediados de 1918, se produjo el estallido de la guerra civil, donde el Ejército
Blanco lanzó una ofensiva contra los bolcheviques.
Comenzaba el COMUNISMO DE GUERRA. Esto obligó al gobierno a
nacionalizar toda la industria y a centralizar y orientar todos los recursos al
esfuerzo bélico y a la defensa de la revolución.
Al principio, las empresas se administraban en forma colegiada, pero a
mediados de 1918, el gobierno bolchevique impulsó la dirección única. Aunque
se afirmaba que ésta no excluía la administración de los trabajadores, su
participación se fue restringiendo cada vez más, y fue creciendo el poder de los
funcionarios.
Los bolcheviques confiscaron a los campesinos el excedente de granos; se
prohibió el comercio interior; la guerra y el bloqueo hicieron imposibles las
transacciones internacionales. Se tendió a naturalizar la economía; los sueldos
se pagaban en especies.
El Consejo Superior, en 1918, comenzó a preparar un plan de desarrollo de las
distintas ramas industriales. La Comisión Estatal para la Electrificación de
Rusia, creada en 1920, fue la primera institución planificadora a nivel nacional y
con propósitos a largo plazo. Un año después se organizó la Comisión de
Planificación o GOSPLAN, que fue la institución más característica de la
economía soviética durante setenta años.
Durante el COMUNISMO DE GUERRA, el gobierno revolucionario estaba
obligado a gastar sus recursos. La producción tenía como objetivo la
transformación de las materias primas, y el capital disponible de bienes de
consumo, y medios para la defensa, alimentos, armas.
Las victorias del Ejército Rojo, las revueltas campesinas y la sublevación de los
marineros, más las dificultades en el agro y en la industria, marcaron un
agotamiento definitivo del  Comunismo de Guerra y el inicio de otra etapa.
Lenin reconoció que el sistema del Comunismo de Guerra, chocaba contra los
intereses de los campesinos y tampoco beneficiaba a los trabajadores.
La industrialización de la Unión Soviética presentaba una serie de dificultades:
carencia de obreros especializados, falta de capital físico, y una desproporción
entre la tasa de crecimiento industrial y la tasa de crecimiento de la producción
agrícola, lo que generaría una caída de los salarios reales.

 
Nueva Política Económica (NEP - 1921-1928)
El X° Congreso del Partido Comunista, en 1921 impulsó una Nueva Política
Económica. Se buscó asegurar las condiciones políticas para que los cambios
económicos no restituyeran el poder de las viejas clases dominantes. Se
consagró la unidad del partido y se condenó a todos los grupos opositores. 
La NEP debía crear las condiciones para satisfacer mínimamente al
campesinado y reconstruir la industria de preguerra y la industria de
transformación. Se produjo una importante liberalización de la economía, y se
retornó a las relaciones mercantiles.
El Estado mantuvo el control de la Banca, el Comercio Exterior, y la Gran
Industria. Se impulsó la descentralización en la Pequeña Industria, la
Agricultura y el Comercio Interior. Algunas de las industrias nacionalizadas
fueron arrendadas a empresarios privados. Las empresas estatales
comenzaron a funcionar de acuerdo al principio de la autogestión financiera y
comercial. La legalización del Comercio Privado, generó un importante
desarrollo de las cooperativas de consumo.
Para Lenin, cierta libertad de circulación de las mercancías, estimularía el
interés económico de los sectores rurales, elevaría el rendimiento de la
agricultura e incrementaría la productividad del trabajo. El objetivo consistía en
crear una potente industria estatal, base del socialismo, y en organizar un
comercio estatal y cooperativo para pasar a la ofensiva y destruir los restos del
capitalismo. La Revolución de Octubre había logrado una victoria política sobre
el capitalismo, ahora se quería reunir las fuerzas suficientes para derrotarlo
económicamente. Lenin entendía las medidas de la NEP como una lucha
contra el capitalismo.
Entre 1924 y 1925, la producción agrícola se acercó a los niveles anteriores a
la guerra. Se consolidó el grupo dirigente y el Partido Comunista se convirtió en
partido único. La muerte de Lenin en 1924, desató una lucha al interior del
Partido Comunista de la Unión Soviética, que enfrentó a Trotski y a Stalin.
Trotski, sostenía que el socialismo no podía triunfar en un país atrasado y
aislado, e impulsaba la extensión de la revolución en otros países. Stalin, era
partidario de la inmediata construcción del socialismo en la Unión Soviética, sin
esperar el triunfo de una revolución en otros estados de Europa.
En la economía soviética en tiempos de la NEP, convivían, un sector socialista,
integrado por buena parte de la industria, la banca y el comercio exterior, y por
otro lado, un sector muy amplio, integrado por campesinos y pequeños
comerciantes.

Del “gran debate” al “gran viraje”


Había una necesidad de industrializar el país. La Unión Soviética tenía
dificultades para importar bienes de capital. Así, planteaba con urgencia el
problema del financiamiento de la acumulación de capital, la estrategia de
crecimiento industrial y el papel del sector agrícola.
Ante estos problemas, surgieron dos posturas: Bujarin proponía extender la
NEP y alentar las diversas formas a los campesinos medios y ricos. Para él, la
acumulación socialista no podía ser opuesta a la Ley del Valor, que establece
que el elemento determinante del valor de las mercancías, es el trabajo
socialmente necesario, y que las empresas deben adaptar sus formas de
producción a este patrón, que funciona como regulador de precios. Por otro
lado, Eugen consideraba la NEP como un momento transitorio y sostenía que
la consolidación de la economía mercantil en el agro y en otros sectores,
terminaría regenerando el capitalismo y plantearía contradicciones con el
sector “socialista” de la economía. Consideraba que los niveles de eficiencia
productiva de cada rama, no debían ser fijados a través de la libre
concurrencia, sino mediante un plan. Esta propuesta planteaba un
enfrentamiento directo con los kulaks. Para él, había que realizar la
“acumulación socialista primitiva”, a partir de un intercambio desigual entre la
industria y la agricultura, fijando los precios de acuerdo a las necesidades del
proceso de acumulación, y sin respetar la Ley del Valor.

 
La colectivización del agro
El XV° Congreso del PCUS en 1927, propuso seguir desarrollando la ofensiva
contra los kulaks y tomar una serie de medidas que restringieran el desarrollo
del capitalismo en el campo. Se confeccionó el primer Plan Quinquenal, y se
decidió impulsar la colectivización “gradual” del agro, es decir, un proceso de
transferencia de tierras de la propiedad privada a la estatal o colectiva.
En 1928, hubo una gran escasez de cereales; mientras Bujarin proponía elevar
los precios para alentar a los productores, Stalin confiscó el grano acumulado
por campesinos medios y ricos. Stalin señalará la necesidad de industrializar la
Unión Soviética con la ayuda de la “acumulación interna”. Una vez consolidada
su posición política en el marco del PCUS, decidió colectivizar a la mayoría del
campesinado por la fuerza y en forma acelerada. Bujarin fue destituido. La NEP
había concluido; el modelo Stalinista de industrialización rápida y crecimiento
extensivo y desequilibrado, comenzaba a consolidarse. 
En 1929, el “gran viraje” se consuma: Stalin establece el principio de la
liquidación de los kulaks como clase social, y acelera el ritmo de
colectivización; el objetivo era llegar a 1933, con un 100% del campo ruso
colectivizado. La colectivización del agro fue violenta. Obligaron a los
campesinos a integrarse, “por las buenas o por las malas”, en explotaciones
colectivas o koljoses, que constituían cooperativas con medios de producción
estatales. Los kulaks fueron expropiados. Sobre las tierras de propiedad estatal
se crearon los sovjoses, en los que trabajaban equipos obreros agrícolas
asalariados del Estado y dirigidos por personal estatal.
La colectivización inicialmente, produjo un alza de las exportaciones, pero ésta
fue resultado de las requisas. La colectivización contribuyó decisivamente a la
disminución de la productividad de la agricultura rusa. Se liquidó el stock
ganadero y la Unión Soviética pasó a depender de las importaciones de trigo.

 
La economía de planificación
El “plan central” fue el instrumento utilizado en la Unión Soviética para
determinar la direccionalidad de la actividad económica estableciendo objetivos
y medios para lograrlos, por un período determinado. Uno de los principios de
la gestión en una economía de planificación es de la dirección única y el de la
centralización de las decisiones.
La utilización planificada de una parte de la renta nacional para desarrollar las
esferas productivas y no productivas, y para genera reservas materiales y
financieras se denominó “acumulación socialista”. Se realizaba en forma de
inversiones en la economía nacional.
Existieron diversos tipos de planes. Los de largo plazo eran estratégicos y
estaban relacionados con sectores de infraestructura o transportes. Los planes
quinquenales eran una guía de los planes anuales; éstos consistían en una
división técnica de los quinquenales.
Según Arturo Guillén, un plan central se caracterizaba por:
- la tasa de crecimiento proyectada del producto nacional y de sus principales
sectores, ramas y actividades.
- la distribución del producto entre consumo e inversión.
- la estructura de la inversión, es decir, su distribución entre las distintas ramas
económicas.
- la distribución del consumo entre consumo individual y consumo social.
- los precios de los principales medios de producción y bienes de consumo. 
- la proporcionalidad de la economía tanto en términos materiales como
financieros.
- la definición de los principales mecanismos reguladores que utilizarán los
organismos centrales para asegurar que los organismos de otros niveles,
cumplan las metas planteadas por el plan.

La planificación de la economía de la Unión Soviética presentaba una


estructura piramidal: en lo más alto de la pirámide estaba el POLITBURÓ, el
órgano principal del partido que fijaba los objetivos y tomaba las grandes
decisiones. Luego seguía un CONSEJO DE MINISTROS, que se encargaba de
otras decisiones centralizadas. En tercer lugar, el GOSPLAN, que contaba con
TRES DEPARTAMENTOS, asignación, producción y construcción. En cuarto
lugar, los MINISTERIOS, que administraban los planes de cada sector de la
economía. Por último, las EMPRESAS, encargadas de ejecutar el plan y
garantizar la producción.

 
Hubo 10 planes quinquenales, que se extendieron desde 1929 hasta 1980.
1° 1929-1933.         6° 1956-1960. 
2° 1933-1937.         7° 1961-1965.
3° 1938-1942.         8° 1966-1970.
4° 1945-1950.         9° 1971-1975.
5° 1951-1955         10° 1976-1980.

 
Irracionalidad y “disfuncionalidades”
El modelo de planificación soviético fue objeto de diversas críticas:
- algunos autores sostuvieron que el sistema no permitía la circulación de la
información entre los distintos sectores, y que su procesamiento era imposible.
- la extensión del aparato burocrático: este aparato absorbía una porción
importante del excedente económico. La burocracia utilizaba, administraba y
controlaba la propiedad nacionalizada y socializada.
- la preminencia de la burocracia: la industrialización fue impulsada por la
máquina estatal, existía un vínculo muy estrecho entre la burocracia y la
industria, y el crecimiento de la industria llevó a un crecimiento de la burocracia.
- las empresas eran el último eslabón de la cadena; los trabajadores no tenían
ningún tipo de control sobre los medios de producción, lo que generaba el
“extrañamiento” entre productor y producto. (Alienación)
- se suponía que la acumulación socialista debía elevar el nivel técnico de la
producción e incrementar el equipamiento técnico del trabajo; debía asegurarse
el crecimiento constante de la productividad del trabajo, a la vez que se
garantizaba el pleno empleo y el incremento de los ingresos reales de los
trabajadores.
El crecimiento económico provocaba notables desequilibrios entre las ramas. El
sector agrario fue utilizado como fuente de captación de recursos: materias
primas, mano de obra y recursos financieros a través de los impuestos y
políticas de precios. En el sector industrial, se producían notorios desajustes
entre los artículos fabricados por unas empresas y los que necesitaban otras o
los ciudadanos consumidores. En fin, había desequilibrios entre la producción
industrial y la agrícola, entre las ramas livianas y pesadas.
Buena parte de las deficiencias de la economía soviética era el resultado de la
excesiva centralización, de la división entre la producción y la demanda. El
sistema se caracterizaba por una economía cerrada, que ejercía presión a
través del ahorro forzoso y de la planificación de los insumos y la producción, el
control de los medios de producción por parte del Estado, que además
controlaba la distribución de la renta entre la acumulación y el consumo, la
prioridad otorgada a la industria sobre la agricultura, a los bienes de producción
sobre los bienes de consumo.
La planificación “desde arriba”, la planificación “burocrática”, lleva
indefectiblemente al desorden y al despilfarro, es decir, no planifica. Los planes
desarrollaban las ramas que aseguraban el fortalecimiento del régimen y que
aumentaban el poder de la burocracia. La planificación soviética podría haber
resultado eficaz si se la organizaba de abajo hacia arriba.
El régimen estalinista, destruyó los centros autónomos de participación social e
impulsó un proceso deliberado de destrucción de capital social.
En lugar de socialismo, en la URSS se edificó un sistema de control autoritario,
orientado a garantizar la extracción de la plusvalía.

 
La “perestroika”
Hacia 1980, el sector agrícola-ganadero redujo aún más sus niveles de
crecimiento, al igual que el transporte, las comunicaciones y el comercio
minorista. La educación y la salud entraron en un proceso de deterioro.
Problemas estructurales como la ineficiencia productiva, el atraso en la
agricultura y la escasez de bienes de consumo se habían profundizado.
En 1981, los dirigentes soviéticos habían tomado conciencia de los problemas
que afectaban al país, como la necesidad de elevar la productividad del trabajo,
desarrollar determinadas ramas de la economía, superar la dispersión de las
inversiones, utilizar racionalmente los recursos, asegurar la calidad de los
artículos metálicos, aplicar procesos tecnológicos modernos, satisfacer la
demanda de máquinas y equipos para la mecanización de todas las ramas de
la economía, disminuir los costos de producción, etc. Los medios propuestos
para alcanzar estos fines, eran elevar el nivel de la fundamentación científica
de los planes, para mejorar la labor planificadora, fortalecer el cálculo
económico, etc.
Hacia 1985, el PCUS nombra a Mijail Gorbachov como nuevo secretario del
partido. 
Se iniciaba la PERESTROIKA (REFORMA) y se proclamaba a la GLASNOST
(TRANSPARENCIA) como su base y punto de partida. Gorbachov centrará sus
críticas en las deficientes políticas de inversiones, en el atraso tecnológico de
las ramas industriales más importantes y en el marco de la gestión estatal de la
economía.
En Moscú en 1987, las organizaciones de autogestión sintetizaron los
principales puntos de la reforma: desde el punto de vista político, se tendía a la
democratización del sistema electoral. Desde el punto de vista económico, se
buscaba reorientar los órganos de planificación y gestión del Estado, pasando
de los métodos administrativos a los económicos.
A pesar de la liberalización de ciertas actividades económicas, de la
descentralización del monopolio estatal del comercio exterior y de la
constitución de empresas mixtas con capital extranjero, no se avanzaba. Había
evidentes contradicciones en los planteos reformistas: por un lado,  se
apostaba a la extensión de las relaciones mercantiles para garantizar una
eficaz distribución de los recursos y una mayor autonomía de las empresas; por
el otro, no se tocaban los tradicionales mecanismos de precios, finanzas y
comercio mayorista.
El deterioro de la producción y de las condiciones de vida fue en aumento. El
desabastecimiento, el desempleo, el auge del mercado negro, el déficit fiscal, la
inflación, limitaron las posibilidades políticas y económicas de la perestroika.
Gorbachov intentó “radicalizar la perestroika”, impulsando la desnacionalización
parcial de las empresas estatales, creando un mercado normalizado, y
desmonopolizando la economía, para favorecer la competencia, y
desmantelando parte de la vieja estructura democrática.
La perestroika, al intentar imponer la “disciplina”, tuvo éxito a la hora de destruir
los viejos mecanismos, pero no logró reemplazarlos por otros nuevos.
La situación a mediados de 1990, era caótica y las fuerzas descentralizadoras
comenzaron a hacerse sentir. La autoridad de la Unión Soviética se
desintegraba, el poder del partido único fue reemplazado por un vacío de
poder. La iniciativa pasó a manos de las repúblicas. De ahí, la disolución de la
Unión Soviética y la caída del “socialismo real”. El 22 de Agosto de 1991, se
“decretó” el fin del comunismo y el retorno a la vía capitalista.

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