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El desarrollo económico, social y cultural está intrínsecamente relacionado con la ciencia

(Investigación/desarrollo de la ciencia) que a su vez es impulsada por las necesidades del mercado
o de la sociedad, y que al mismo tiempo, implícitamente, efectúan un cambio dentro de las
sociedades. Se estima que el desarrollo tecnológico puede llevar a reducir la desigualdad así como
también impulsar la sostenibilidad ambiental. Esto puede ser analizado desde dos puntos de vista
que no necesariamente deben ser opuestos; donde existen que presentan aspectos relevantes a
resaltar: el primero son unas acciones que tienen precedentes en la historia de la humanidad que
involucran las revoluciones industriales que han ocasionado desequilibrio de poderes,  entre los
bienes y servicio; desigualdades en la adquisición de tecnologías, capacidades de desarrollo
tecnológico y sin dejar a un lado las repercusiones al ambiente por los impactos tecnológicos
desarrollados sin mediar los efectos negativos en las épocas en las que se han desarrollado. El
segundo tiene en cuenta los cambios de cultura, políticas y estilos de vida que implica la
implementación del desarrollo tecnológico al cual se encontrarían sometidos los actores de
determinada sociedad.    

El contrastar y reconciliar estos puntos de vista aparentemente opuestos, requiere de abordar el


asunto en los términos correctos, por lo que se hace necesario unificar conceptos tales como
Investigación,  Desarrollo e innovación. La I+D+i es una inversión que hace una entidad pública o
privada en investigación, desarrollo e innovación, lo cual es clave para consolidar una empresa o
proyecto con el fin de dar respuestas novedosas a las necesidades específicas de cada mercado o del
conjunto de sociedad: lo que resulta en la creación de nuevos productos, procedimientos, o modelos
de negocios y una novedosa gestión comercial. Decisiones, estrategias o métodos como estos que
están teniendo en cuenta algunas empresas privadas así como entidades públicas ayuda a que el
desarrollo tecnológico se incorpore rápidamente en el mercado y así mismo dentro de la sociedad, y
de acuerdo a la orientación que estas instituciones pretenden darle a la implementación de las
tecnologías pueden resultar en el aumento o la disminución de la desigualdad, en el desarrollo
económico y social en los territorios en los que convergen con impactos bien sea negativos o
positivos sobre el manejo sostenible de los recursos naturales y humanos.

Se dice que la inversión en investigación tiene el potencial de reducir la desigualdad, siempre que
se garantice que el acceso a la información producto de la investigación y de las posibles ventajas y
avances que ella traiga sean amplia y apropiadamente difundidos entre todos los actores de la
sociedad. Ya que si estos avances son solamente accesibles para un grupo reducido de individuos,
quienes históricamente han contado con una posición privilegiada dentro de la sociedad lo que
ocurrirá es un aumento en las brechas sociales preexistentes en lo que respecta a la calidad de vida,
el desarrollo económico y humano. 

Sobre el tema, El espectador en su sección de economía en abril de 2017 mencionó que Colombia
ocupó el puesto 84 en tecnología de la investigación y comunicaciones (TIC) de 176 países que
realiza la Unión Internacional de telecomunicaciones (UIT) la cual evalúo acceso, uso y habilidades
en el uso de las tecnologías principalmente las de información y telecomunicaciones. Es notable y
claro que Colombia ha avanzado en cuanto a TIC, sin embargo la desigualdad que tienen las zonas
rurales y ciertas zonas urbanas de bajos recursos respecto de centros urbanos y sectores de la
sociedad con mayor capacidad adquisitiva es bastante grande en cuanto al acceso, uso y habilidades
para las TIC, cerrar una brecha de esta magnitud implica nuevas políticas, lucha contra la
corrupción, transparencia de los procesos, acceso universal a la educación y la mejora de la calidad
de vida de la población; el abordar de forma inadecuada estos retos limita el desarrollo tecnológicos
en estas zonas y se hacen dependientes e inferiores de aquellos que tienen la posibilidad de
contemplar la ciencia, desarrollo, tecnología como herramientas que ayudan a mejorar sus vidas
productivas y sociales. Permitir que nuevas tecnologías no solo ingresen sino que se puedan
desarrollar (en cuanto al uso, apropiación, adaptación en los aspectos científicos, sociales y
culturales de las diferentes comunidades) en el país disminuyen la dependencia de países
desarrollados (y empresas posicionadas) así como de los combustibles fósiles y muchos desarrollos
o técnicas actuales que hacen un manejo inadecuado de los recursos naturales, es de resaltar que
gran parte de las normas que regulan dichas tecnologías están basadas en lineamientos para
máquinas y procedimientos que hoy día son obsoletos, de manera que la fluidez de nuevas
tecnologías (apropiadas) en la zona nacional implica construcción de un nuevo paradigma que
debería estar basado en el avance científico actual, la ética, el crecimiento económico con criterios
socio-ambientales (diferente al crecimiento económico visto desde la perspectiva única de la
acumulación de riqueza), así como el contexto histórico, ecológico, social y cultural en donde se
pretende llevar a cabo el desarrollo.

Respecto a la postura expresada en el artículo "El impacto en la tecnología en el desarrollo de las


sociedades es cuestión de elección", dando a entender cómo una elección el hecho de disminuir la
brecha existente respecto al desarrollo económico y la calidad de vida, evidenciados entre diferentes
sectores sociales o aumentarlos, se debe interpretar de tal manera que se evidencie la
responsabilidad de los actores gestores del desarrollo tecnológico como el gobierno, los sectores
económicos públicos y privados, la industria, la mano de obra así como los consumidores; pues las
decisiones que estos tomen en conjunto respecto al desarrollo, uso y aprovechamiento del desarrollo
tecnológico tendrán un efecto positivo o negativo en aspectos sociales, culturales, económicos y
ecológicos.

La innovación tecnológica es una gran oportunidad hacia el futuro de la sociedad, gracias a los
cambios que esta ha suscitado en el desarrollo de las actividades sociales y económicas a nivel
global; podría asegurarse que en este momento el acceso a la información es fácil, oportuno y
rápido, pero si no se tiene en cuenta el hecho de que a pesar de tener el acceso a este nivel de
desarrollo, aún existen problemas respecto al uso y las habilidades de estos desarrollos
(capacitación para usar la información adecuada respecto a las innovaciones tecnológicas actuales)
se puede incurrir en mantener marginados ciertos sectores de la sociedad. Para solucionar este
problema, se tiene que educar a las personas, más allá de eso, los gestores de políticas públicas
deben reevaluar las condiciones a las cuales someten las comunidades y encontrar una manera
objetiva y práctica para que cada grupo social sea integrado a un plan de acción y acceso a
tecnologías, en el que todos estén incluidos.

El avance tecnológico sin duda es una herramienta que impulsa la productividad y el desarrollo de
las comunidades, pero este avance también sucede a nivel social ya que los sectores con mayores
recursos son lo que tienen una mayor entrada a estos progresos tecnológicos aumentando la brecha
de desigualdad y el reto que se presenta es el de cómo la tecnología puede ayudarnos a disminuir las
brechas sociales, un camino que se plantea en el artículo es el de la información digital y la
capacidad que tenemos para compartir dicha información, pero esta a su vez también se convierte
en otra brecha puesto que las personas con menor capacidad económica no pueden adquirir los
medios (teléfono móvil, internet, banda ancha para celulares) para acceder a esta, mientras las elite
avanza son las poblaciones más desfavorecidas que se sumergen en el atraso.

La tecnología también permite la generación nuevos roles o habilidades, que a su vez requieren de
mano de obra calificada, y esto solo se consigue con  educación , así como de resiliencia por parte
de las comunidades a la hora de integrar las innovaciones a los procesos productivos; para que el
desarrollo tecnológico vaya de la mano con la idea de cerrar las brechas sociales, es necesario tener
en cuenta el factor primordial de la educación en lo posible universal, así como el de las políticas
estatales éticas en lo que respecta al manejo de recursos naturales y recursos humanos; que ayuden
a la población más vulnerable a acceder, utilizar y beneficiarse de los desarrollos tecnológicos en
todos los niveles. Una población educada puede optar por empleos con una mayor remuneración,
menores riesgos laborales y por consiguiente bienestar. Los entes educativos deben estar al tanto de
los avances que se dan tecnológicamente y desarrollar carreras y/o agregar programas que capaciten
a los futuros profesionales para que puedan adaptarse al cambio constante que ha representado
históricamente al ser humano.

Es por esto invertir en la I+D+i, puede lograr reducir la desigualdad y aumentar las oportunidades
en la sociedad, logrando un desarrollo sostenible y sustentable. Esto siempre que se garantice que el
acceso a los desarrollos e innovaciones a todos los actores de la sociedad, de tal forma que el
continuo desarrollo cambie la forma en que interactúa la sociedad y permita mejorar las condiciones
del público en general, y así evitar que los beneficios lleguen a solo unos pocos empeorando las
desigualdades ya existentes.

La velocidad a la cual el desarrollo tecnológico favorezca la igualdad y el uso sustentable de los


recursos naturales finitos, está ligado a las políticas y normas que puedan modificar e incluir los
mandatarios o líderes sociales, sin embargo, cada quien (con mayor o menor dificultad) tiene la
oportunidad de elegir si el desarrollo tecnológico al que tiene alcance impacta de forma positiva o
negativa su buen vivir y el desarrollo de su comunidad. Estas políticas deben ir dirigidas hacia un
mayor acceso a la información, desarrollo e innovación, acompañado con la capacitación necesaria
para entenderla y manejarla, así como del manejo de criterios éticos sociales, culturales y
ecológicos de tal forma que estas sean un verdadero motor de progreso para las comunidades
buscando el equilibrio entre el desarrollo económico y el manejo sustentable de los recursos
naturales y humanos, que no deben ser vistos como opuestos.

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