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INSTITUTO TECNICO DISTRITAL LAUREANO GOMEZ

ASIGNATURA: FILOSOFIA
JEAN PAUL SARTE
PROFESOR JOSE JESUS MURILLO

Sartre perteneció principalmente a la corriente filosófica del existencialismo

Existencialismo
Es una corriente filosófica que surgió en Alemania hacia
la tercera década del siglo XX. De allí se difundió por el
resto de Europa, especialmente en Francia. Este
pensamiento podría interpretarse como una reacción
ante un período de crisis de conciencia a nivel social y
cultural.
PENSAMIENTO FILOSÓFICO DE SARTRE

El pensamiento filosófico de Sartre tuvo dos etapas: La primera etapa en la que desarrolló una filosofía
existencialista, y la segunda etapa, donde recurrió más al marxismo

Primera etapa: El existencialismo sartriano

Sartre considera que el ser humano está "condenado a ser libre", es decir responsable plenamente de su
vida, sin excusas. Concibe la existencia humana como existencia consciente; El ser del hombre se distingue
del ser de la cosa porque es consciente.

Para Sartre en el ser humano


la existencia precede a la esencia,
que explica con un ejemplo: si un
artesano quiere realizar una obra,
primero la piensa, la construye en su
cabeza. Esa primera idea será la
esencia de lo que se construirá, que
luego tendrá existencia. En cambio
los seres humanos no son el
resultado de un diseño inteligente, y
no tenemos dentro nuestro, algo
que nos haga malos o buenos por naturaleza. Sartre dice que nuestra esencia, aquello que nos definirá, es
lo que construiremos nosotros mismos mediante nuestros actos. Estos actos no se pueden evitar; no actuar
es un acto en sí mismo puesto que nuestra libertad no es algo que pueda ser dejado de lado. Todos los
demás seres, sin embargo, poseen la existencia de un modo secundario, no forma parte de su esencia, por
lo que son seres contingentes, que pueden existir o no existir.

En el pensamiento existencialista de Sartre se destacan las siguientes ideas:

Conciencia prerreflexiva y conciencia reflexiva: La conciencia prerreflexiva es el simple hecho de


percatarnos de algo, el tener conciencia de algo, y la conciencia reflexiva surge cuando me doy cuenta de
que me estoy percatando de algo.

El ser-en-sí: Sartre niega que existan diferencias entre apariencia y realidad. Sostiene que la cosa es la
totalidad de sus apariencias. Si quitamos lo que le confiere la esencia a dicha cosa, que la constituye en
tal cosa y no en tal otra, sólo queda el ser-en-sí, que es aquel que se nos presenta, que está afuera del
sujeto. Es el ser de las cosas externas, es lo que es y no puede ser nada más.

El ser-para-sí: El ser-para-sí es el ser de la conciencia. Esta, la conciencia, es consciente de algo distinto a


ella misma. Ese algo distinto es el ser-en-sí. La conciencia es el manifestarse de un objeto (ser-en-sí) a un
sujeto (ser-para-sí).

El ser-para-otro: Sartre defiende que mi yo revela la presencia del otro, cuando ese otro se me da no
como objeto sino como un sujeto (ser-para-otro).
Ateísmo y valores: Para el filósofo, la existencia de Dios es imposible. Por tanto, si Dios no existe, no ha
creado al hombre según una idea que fije su esencia, por lo que el hombre se encuentra con su radical
libertad. Este ateísmo tiene una consecuencia ética: Sartre afirma que los valores dependen enteramente
del hombre y son creación suya.

Segunda etapa: Marxismo

Sartre, a partir de los años 60 y hasta el final de su vida, orientó su actividad hacia el marxismo. Fue muy
crítico del estalinismo.

Su pensamiento político atravesó varias etapas: desde los momentos de Socialismo y Libertad,
agrupación política de la resistencia francesa a la ocupación nazi, hasta su brevísima adhesión al Partido
Comunista Francés, y su posterior acercamiento a los maoístas.

Su intento de comunión entre el existencialismo y el marxismo fue muy criticado.

Sartre hizo mucho énfasis en los valores humanistas de Marx.

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