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ArielHistoria Matthew Johnson

Teoría
arqueológica
Una introducción

EditorialAriel, 8.A
Barcelona
8 T EORÍA ARO UE O LÓ GI CA . UN/\ INTROI )I1Cc\ ( >N

Día z-Andrcu , M. 1'199 . El estud io d el gé nero en el Art e Levan t ino: una asigna -
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11CSjS y dcsa rvo l lo del lJIarco i l1St it u c i OlJal de la arqu eo lo gía en ESjJClIl (/. Mn-
d rid . Málagn: Min is terio de Cu ltu ra . Un iversidad de Má laga , 565-572.
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pasado. Genes..is y desarrollo d~l marco ínst ítucio nal (ie la arqucotogia eH E..-;
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685-694.
Jim eno . A. y J ,J. dc la Turre 1997. Nu ma ncia y Regen era ci ón . E n G. Mora y Es te libro es un ensayo in troductorio so bre teoría arqueológi- ._
M. Dfa z-Andrcu (eds.) Ú1 cristalizac ión del pasado. Génes is y desarrollo del ca . In tenta explica r algu na s cosas so bre qué es «teoría », so bre su s
JI1arco ins t ít nc íona í de la urqueologta ell Españ a. Mad rid , Málaga: Ministe- relacion es con la práct ica arqueológica , sobre cómo se ha desarro -
rio de Cul tura , Un iver sidad de Mála ga . 471-484 . llado la teorí a arqueológica du ran te las últimas décadas, .Y so br e
Lóp cz Ma zl., J.M. 1992. La re cons tru cci ón de l pasado . Lu iden tidad n aci on al y
In labo r arq ueológica: "el ca so u ru gua yo ». E n G. Pol itis (ed .) Arqueología en
cómo e l pe nsamiento arqueológi co se rela ciona con la teoría en el
Aine rica Lat ina. Bog otá: Bib lio tec a del Ba n co Po pula r; 167-175. conj unto de las cie ncias hu ma nas .Y el pe nsamiento en ge neral.
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Las a rqu eologías evolucio nistas e histór ico-cult \lra lcs. Revista d'Arqne ologiu pala bra «teor ía» les suena mu y mal. El príncip e Ca rlos de Inglate-
de POll eJ11 7: 107-128. rra se ganó u n ap lauso casi general cua n do cond en ó a los «teóri-
Lul l, V. y Pica zo . M. 198Y. Arqu eologfa de hl muerte y cxu-uc tu ra socia l. Archí-
cos d e m od a » d el mu ndo d e la ed ucació n; sin em ba rgo , n a d ie, in -
va Españ ol de Arqueología 62, S-20,
Lum breras , L.C . 1991. La Arqueología co /I/ o cien cia social. Li ma: Peisa . clu id o el mismo prí ncipe, pareció enten der cla ra mente a qu ién se
Ma rt ín de Guzm á n , C. J 988 . Arqueología y parad igm a: lende ncies y re sisten- refería . Hace pocos a ños , estando de visita en u n yacimien to ar-
das. Revista de Occidente 81, 27-46 . qu eol ógic o, a una s ugere ncia de m i p a r te se m e r es p on d ió co n ri-
M ora , G. y D íaz-And rc u. M . (ccls.) l.a cris talimcián del pasado. Geucs is J' desa - sas y co n es ta s pa labras: «és ta es la típic a indicación de un teóri -
rrollo del marco instltucíonal ele la arqneoíogia en España. Madrid, Málaga :
Min is teri o de Cu ltura , Un ivers idad d e Málaga .
co» . No recu erd o a na d ie que me exp lica ra por qué mi su gerencia
Rui z, A., Ch apa, T. y Rui z-Za pa tcro. G. 1988. La a rq ue ología co u tvxtuul: u na resulta ba tan absurda, pero cuando vis ité de n uevo el yaci miento
revisió n crít ica, Trabajos de Prehi storia 24 , 11-17. al añ o sigu ien te result ó qu e la es tra tegia ha b ía sido adop tad a . En
Vicc nt Ga rc ía, J .I\1. 1990. El debat post -processual: olguncs O !JS ( 'II '{l cioIl S «radi- el m u ndo a ng losa jón en particular parece que la teoría es algo que
cals» sobre LUla arqu eologia IICOI1Serv(u Jo ra lJ • Barc elona. C(JI~ l l.l'1"lI . levan ta pro fundas sospe chas. En Inglat erra , la cultura po pu lar
Vic cn t Ga rc ía. J.M , 1994. Perspec tivas de la tco rfa ~\l"l l lll· ( ) k) ¡ '. i {' : \ e-n lixpuña . En
P. L ópez (ed .) Con greso Hispano-Ru so de Histot iu, I'vl;ul l id : Co u...eje Su pe. sostien e que ser llamado in telec tual es convertirse cn sospecho so
rio r d e Invest igaciones Cientí ficas, Fuu dnciou ( '111[ \ \ 1;11 H ; l ll l' ...tlJ , 2 15-224 . de qu erer ro bar la m ujer de a lguien (as í de sexista ). La teoría , lo
"políticamente co rrecto» y ser extra njero, son tres cosas ca nd ida-
tas a ser conte mpladas, al menos en el mundo de ha bla inglesa ,
con gra n hostilidad . En el capítulo 1 dedicaré un as p áginas a al-
gunas de las razones qu e suste ntan tales comporta mien tos.
Al mism o tiempo, sin embargo, la teoría goza de creci en te p o-
pula ridad .Y es vista como algo cada vez más importante, tanto
dentro co mo fuera de la arq ueología. Valen tin o Cunnin gham r e-
10 T EORíA AK UUEO!.< )(; ICI\ . U N A INT IHJl H JCU Ó N I ' I~ l ' 1,.\ ( Il )
1I
ciente mcn te co me nta ba en el su plemen to de ed ucació n del di a rio Es te lih ru ~c IIa ~:Sl'l j lo pa ra pro po rci o n ar a l es t ud ia n te un a in-
Tim es que los te óricos académ icos constituían «un gr u po en as - troducción , o bre a lgunas de las pri ncipal es corrientes del pensa-
cens o, engreíd os, co nfiados en sus credenciales a cadém icas , con el m ien to actua I so bre teoría de la arqueología. Es deliberadamente
puesto de tra bajo asegurado y co n un alto pres tigio in telectu al ». una ohra in troduct o ria , eserila buscando la m áxim a claridad ex-
Hay varios ind icadores del «éxito » de la arq ueología teó rica ; pu- positiva y evitan do en lo posi ble la jerga cien lírica (a un que co m o
d iéndose ci tar la frecue ncia de sim posium s sob re cu estio ne s teóri - veremos, juzga r sobre lo qu e es claro y lo que co nstituye jerga no
cas co mo parl e del program a de los prin ci pa les co ngresos so bre está exento de problemas) . Se ha conce bid o como un «lib ro de ru-
arqueología, co m o los que organiza la Sociedad Amer icana de Ar- ta» p a ra el estu d ia n te ; est o es, in ten ta señ alar los hitos ll1ÚS sign i-
q ueólogos; o el éxito de Michael Schiffer co n sus pu blicacion es re - ficativos en el te r ren o de la teoría, come ntar la s relaci on cs entrc
cog idas en Advances in Arcliacological Me/Izad an d Th eory, Un in - los di fe rentes corp us te óri cos y clarificar los fimd a mcnl os intelec-
di cad or especial m ente signi ficativo es el impact o crec iente de las tu ale s de determinados puntos de visla . Po r lo tan to, no es en ab -
co nvocator ias del Grupo Británico de Arqu eología Teórica (TAG). soluto una encicloped ia ; a penas es una déci ma parte de una guía
Est e grupo se formó hacia finales de los añ os seten ta co mo un pe- co m pre nsiva sobr e el tema, si ta l guía pud iera escribirs e. Po r
q ueño taller de di scusión de los arqueólogos teóri co s de Gr an Bre- ejempl o, en el ca pí tulo 4, la teoría de Binford sobre el alcance m e-
taña ; desde en ton ces sus co ngresos an uales se han convertid o en d io es en fa tiza da a exp en sa s de la a rqueo log ía del eom porta m icn -
los más concu rridos de las Is las , dentro del á mbito de la arqueolo- to de Schiffe r; y cn el ca p ítulo 7 los m odelos lingüís ticos so bre el
gía , con par licipación de ge nte procedente de Euro pa y América sig nifi cado tienen m ás presencia q ue la moda actu al po r la feno-
del Norte. Los congresos de Durh am y Brad fo rd , en I 993 Y 1994, menología , El te xto deb ería leerse prest ando atenció n para lela a
re spec tiva mente, Ilcgaron a reunir cada uno a m ás de 650 partici - las se cci o ne s dcd ieadas a la bibliografía co men tada y a l glosario.
pantes . Si gu iend o co n la ana logía del lib ro de ru la, la ru ta escogida
Es verdad qu e m uc has de las ponencias presentadas en esos en - aquí es una de las mu chas po sibles qu e podríamos tomar una vez
cuentros no m erecen el calificativo de «te óricas» y que muchos de aden trados cn el territo rio de la teo ría arq ueológ ica, Pod ría haber
ios que allí ac uden lo hacen movidos s ólo por la aureola de «infa- de dicado un ca pít u lo a cada un a de las posibles áreas tem áticas, a
m es » qu e los del TAG se han ga nad o. Hay qu e conceder tamb ién sa ber: espacio , produ cci ón e in tercamb io, culturas, forma ción de
que el ni vel de im pacto del TAG Y la intluencia q ue la «teoría » eje r- en tidade s est atales, etc , E n cada ca so se podrían ofre cer aproxi-
ce so bre el mundo real de la práctica arq ueológica es, sin em bar- m ac ion cs distintas al tema para m ostrar c óm o di ferent es te orias
go, discutible . Al fina l de este libro explica ré m ejor m i punto de vis- se contrad icen o se co mplem entan para producir distintas inter-
ta personal acerca de si el ava nce de la teo ría de los ú ltimos tiem- pr etacion es del regis tro arqueo lógico, De forma a lternat iva se po-
pos ha cread o una d ivisión cada vez m ás artificial de la act ividad dría a bordar la cue sti ón sirvién donos de los di ferentes «ism os» :
arqueológica entre una «arqueolog ía de orien ta ción cient ífica » y positivism o , funciona lis rn o, m arxismo, cs tru ctu r a lis m n , postes -
«lodo lo de m ás ». Es te punto de vista ya fue alim enta do por Lew is tr uct ura lismo, fem inismo. Se trataría de se nderos muy ra zonables
Binford hace quince años en su obra In Pu rsu it o( th e Past ( 1983a: de se gu ir, qu e otros autores, por otra part e, ya han tomad o,
15- 16), con sus co men tarios sobre la arqu eología británica. A pesar E ste libro, sin embargo, opta por a bo rdar las rela ciones exis -
de ta l crítica , los laboratorios de dataciones y me d io ambiente si- len tes entre el pensa m icnto a rq ueológico y la teo ría ge neral que
guen siendo financiados por el N ERC (Consejo de Investigació n de l sustenta la vida in telectual. Per sigu e m ostrar cóm o las opcion es
Med io Natural), mi entras qu e la arqueolo gía «h um anística» o «cul- te oréti cas específicas qu e los arque ólogos toman individu almente,
tural» lo es por la Aca dem ia Británica y el Patrona to de In vestiga - adq uieren sentido dentro de un contex to más ge nera l de carácter
ció n en Art es y Humanidades. Los teó ricos, a menu do se s ienten cult ura l, socia l y po lítico, así com o aca dé m ico. E ste libro prete nde
com o Casan d ra , consta nte mente ofrecien do lo qu e entiend en co m o ta m bién mostrar de fo rma más clara que en anteri ores ten ta tivas
profundas reflexiones y prediccion es y al mi sm o tie m po igno rados las relacio nes en tre teo ría y práctic a a rqueológicas , A tal fin se ha
en todo mo mento po r los responsables de tom ar decisiones. ad opt ado un a estructura a propós ito, Co n una aproxim ación h ist ó-
'-

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12 T EOR I,\ .'\RO l JEO IÚ ( ;(CA. UNA I NTIH HH i('U Ú N I' R E h \ { 'I( ) 13

ric a que ati ende de entra da a la Nueva Arqueología y a la s reac- emanan de la im porta ncia conced ida a det erminad os co n tex tos o
cione s que susci tó, para proseguir co n los deb at es del m om ento prob lem áti cas; es decir, las creen cias filosóficas so n, en pa rt e, res -
presente, puest as a gr u pos de problemas , debiendo ser co mp ren d idas co mo
Hay muchas área s de in terés que han qu edado fuera del libro ta les, en vez de tratar de co ncederles una a pariencia intelectual.
de ruta. Por eje mplo , só lo se abarca la arq ueolog ía anglo-am erica- Los op on entes in telectuales de cada uno de noso tros no son tod os
na; im portantes tradi ci on es del pen samiento arqu eológico en un os in ep tos charl atanes, ni todos los co mpa ñeros de nuestra mi s-
América Latina , Asi a , África y Euro pa co nti ne nta l n o ban sido ma cu erda , una m aravilla de sa b ios. Con tod o, hay que recordar
a bo rdadas . Una vez m ás , he de decir qu e so bre es tos lem as se han que ell o no sign ifica qu e ciertas posiciones no deban salir inm u nes
realizado algunas sugerenc ias de lectura en el a parta do ded icad o a a la crít ica . Por e jem plo , las me tas y puntos de partida de la Nue -
la bibliografía co m en tada. va Arqueología aparece n más claros cu an do se contem pla n en tér-
Se ha di ch o más a rriba que este libro pret end e ser un a guía m inos del co ntext o intele ctual y p r ác tico de su m om ento, en pa rti-
para "el estudi a nt e »; me re fiero a estudi ante en un sentido amplio. cular co n relación al tipo de arqueo logía qu e se hacía hast a ento n-
Distintos arque ólogos q ue hacen arqueología práctica y tr a bajan ce s. Su énfasis e n In idea «ci encia» es, as í, inteligible en aquel co n-
fuera de la universidad m e han informado de su int erés po r los de- texto (véase ca pítulo 2). Este tipo de observacio nes ayuda a l es tu-
ba tes teoréti cos y de la importancia de los mi sm os para su traba- diante a enten der los orígenes y el ímpetu qu e adquiri ó la Nueva
jo. No cabe dud a de qu e hay u n núm ero importante de ellos qu e se Arqueología. Ello no significa qu e el programa de la Nueva Arqu eo-
sienten alie nados por lo que para ellos es un exce so de pret encio- logía no co nlleva ra problem as intelectu al es y prácticos.
sidad y un inn eces ario oscurantis mo, que , s in embargo, parecen La ado pció n de un tono informal y la o m isión de referen cias
cons us ta nciales co n el escenario te órico. Aunque personalm ente deta lladas a pie de página es deliberada , La intención ha sido ha -
no subscriba este punto de vista, deb o recono cer qu e es muy habi - cer m ás claro s los a rg um en tos y facilitar la lectura . Mu ch os au to-
tu al. Esté en lo cierto o no, confío qu e lo que van a encontrar aquí res «académi cos » hemos sid o advertidos de la necesidad de a ba n-
les sea de ayuda . donar el uso de la primera perso na en nu est ros tex tos para apare-
Al intentar exam inar las d istintas perspectivas teoréticas he d u- ce r m ás ne utral es y distante s , así co rno ev itar u n tono informal o
dado en tr e optar por un a nálisis neu tro , objetivo de las diferen tes po lémico . Todo ello puede ser muy válido en ocasiones. Aqu í, sin
corri entes de pen sami ento o de sarrollar mi s propi os puntos de vis- em bargo, la in tención es in struc tiva y n o eru d ita en un sent ido res -
ta necesariamente po lémi cos. El producto final creo qu e se sitúa , tringido.
au n a m i pesar, en un pun to inter m ed io entre am bos extrem os . Una de mis cu estiones clave, particularmente en el cap üul o pri-
Elec tivame nte, la ela bo ració n de un an álisi s totalmente objetivo es m ero, ha sido dar a entender q ue lod os los a rq ue ólogos u tilizan la
intelectual m en te una entelequ ia ; los puntos de vista más parci ales teo ría , qui eran o no. Pa ra dejar la idea clara y proporcionar eje m-
y ses gad os sobre cualq u ier tema académi co acostum bran a prove- plos, a m enudo h e aport a d o citas de au to res «a teó r ico s» declara -
nir de aquell os qu e a bierta ment e proclam an que su posición es dos y las he com en tad o para se ñal ar las teorías y presuncione s im-
neutral, distan te y desinteresada . Además, sería insincero afi rmar plícitas en tal es text os. En m uch os casos las citaciones provenían
qu e el lib ro ha sid o es cr ito desde una neut ralidad desinteresada . del primer lib ro que tenía a mano . Deb o puntualizar qu e las crít i-
Es obvio que el interés por la teor ía va de la mano de u n apasio- cas vertida s a prop ósi to de tales ejemp los no so n ataque s perso na-
na do convencimi ent o de su importancia y de la proxim idad a de- les a sus au tores . A veces, la necesidad de usar ejem plos prá cticos
terminadas opini ones, m ás o menos polémi ca s, dentro del ámbito . par a clarificar una cu esti ón teór ica choca con el deseo de evitar la
Por otro lado, si que remos entender el lugar que ocupa boy la percepci ó n de una crítica pe rsonal y desh o nest a .
teoría, cualquier repaso a la extensa variedad de posic iones inte- Este texto se basa en parte en notas tomadas al h ilo de las cla-
lectu ales debe procurar ser razonablemente co m pre nsivo con to- ses impa rtidas a div ersos cu rso s en las universid ades de Shcffield,
das las partes , Tal co m o R. G. Collin gwood se ñal ó co n relación a Larnpet er y Durham . Los estudi antes de la s tr es uni versidades m e-
la historia de la filosofía , la mayoría de las po siciones tcorétic as re cen m i agra decimiento po r su s res puestas constructivas y enri-
14 TEORÍi' ARQUEO LÓG.lCA. L: N /\ I\: TRO DUCU ÓN

qu eced ora s. Algunos estud ian tes de Durha rn quizás se recono zcan
en los di ál ogos r eproducidos en a lgu no s de los ca pítulos, por lo
qu e les pi d o discu lpas.
El libro fue en parte co ncebid o mi entr as realiza ba una esta ncia
en la Un iversi dad de Ca lifo rn ia en Berkcley co mo in vest igador in-
vita do durante la primavera de 1995. Quisiera agradecer a Meg
Co nk ey, Cr is tine Hastorf, Marcia-Ami Dob re, Margot Win er y otros
m uch os m ás, dem asiado numerosos pa ra menciona rlos a todos
aqu í, su h osp ita lidad duran te el tiempo que pasé en Califo rnia y C APiT ULO l
po r hacer mi esta ncia allí tan provechosa y agra da b le. También
q u isie ra agradecer a la Un ivers idad de Dur ha m hab erme co nced i- EL SE NTIDO COMÚN NO BASTA
do tal licencia de es tu d ios y de fo r ma m ás ge neral po r a poyarme
en mi ca m bia nte visió n sob re la arqueo logía a Jo largo de estos úl-
timos siete años . La a rqueo logía p uede ser muy ab u rrida, penosa y pesada físi-
Debo ci ta r tam b ién a la gen te qu e ha revisado el texto, a lgunos cam ente. Cada año ex cava m os m iles de ya c im ie ntos , algunos con
anón im os, y han opinado sob re el mi smo, pues to q ue sin sus co- paci en ci a dolor osa hasta em bo rra- la m e rite, otro s con gran e in-
m entarios la obra serí a m ás dogm áti ca, ten dvía m iras much o más d ign a prisa. Cada a ño pasamos u n fr ío que nos llega a los tu éta nos
es trec has y sería mucho m en os co mprens ible. E n este ca pít ulo in- o s om os comid os a pico taz os po r los insec to s mi entras visitam os
cluyo especia lm ente a Rand y McGu ire, Jim Hil!, Chris Tilley y E li- un montícu lo poco atracti vo s ituado en m ed io de la nada . A va rios
sa beth Brumfiel. Ro bert Prcu ce l y lan Hodder revisaron el últim o kilómetro s del resta uran te o el a lbergue m ás próxim o intentamos
bo rra do r de for m a pro fun da . Dom ini c McN a mara m e proporcion ó In ost rarnos intere sad os mien tras la lluvia cae a cántaros y algún
la ci ta ció n de Fouca ult del ca pítu lo 6. a fa mado profeso r, cuyo mej or trabajo ya tiene más de veinte años,
Dentro del Dep art amento de Arqueol ogía de la Un ivers idad de d iserta sobre lo que fue enco ntrad o en la ca la 4B. Cada a ño pro-
Durham, Helena Harnerow, Colin Haselgrove, Antho ny Hard ing, d ucimos m iles de int erminables e insul sas m emor ia s de excava-
Simon J am es, Sam Lucy y Martin Millett leyeron el primer borra- c i ón .Y nos preocupamos por la pre ci si ón de in nú meros planos y
dor y reali zaron co m entarios IT1UY o portun os . Algunas con versa- d iagram as, así corno po r cotejar largas listas de obj etos para llen a r
ciones con m i p ad re, C. David Johnson, sobre filosofía de la cien- con ellas una mi crofich a q ue m uy pocos llegarán nunca a co ns ul-
cia sirviero n para cla rificar diversos pun tos. Más co nversaciones ta r o usar. ¿Por qué ?
co n Chris TayJor, Pa ul Ever son y David St ock er si rvieron para in- Pod ríamos usar el di nero invertido en hosp it al es, o qu izás des-
fo rm ar la d iscusi ón so bre Bodiarn del capít ulo 10; sin em bargo, via r parte del d inero para escribir una versión más en tretenida .Y
los posibles er ro re s que pued an detect arse so n todos de m i res- fictici a sob re el pasado, sentados en una te r raza mi entra s tom a-
ponsa bilid ad . Joh n Davc y y Tess a H arvev, de la em presa ed ito ra , se m os el sol. Si tuviéra mos in qu ietudes ide ológica s muy serias q ui-
co mpo rta ro n con m igo pacientem en te, an im á ndome en to do mo- z ás crearíamos una brigada internaci ona l para luchar a favor de la
m ento y a pareciendo siem p re a p unt o para pro porcio narme cual- liber tad en a lgu na parte. Cada una de esas a lte rnativas tiene su
quicr tip o de ayuda . Mi mujer Becky hizo co me ntarios a los s uce- atractivo pero nosotros 110 hacernos esas cosas. Segu irnos co n lo
si vos borradores , co rrigió el man u scri to final, y, m ás important e nu es tro com o siempre hemos hech o.
a ún , m e a poyó em ocio nal e intelectualme nte en todo momento; Una de la s razo nes por las que no hacemos es as cosa s es po r-
sin ta les a poyos, este libro nunca hu biera vist o la luz. En retorno . que la arqueologta es algo muy importante , El pasad o ha muerto, ya
es pero qu e este lib ro le acl are por qué los arque ólogos constituyen no exis te, pero es algo m uy podero so. Es tan poderoso que un a na-
un ramillet e tan peculia r de seres humanos , aunque sé que ella ya ció n ente ra (Zim babwe) pu ed e tomar el no mbre de un yaci m iento
tien e a l res pecto su s propias te orí as . Gracias a to dos . arqueo lóg ico . Es tan poderoso que los yacim ien to s arqu eológico s
E l. S E NTI DO lOJ\1l JN N O B/\ ST,\ 17
T EORí A ARQCEOLÓGLCA. CNA II\TR OD UCCl Ót-:
16
la m etodología cu bre n el «cóm o» . Así, la teoría cu bri rí a los moti-
h an de ser vigilados por la po licía para expulsar de ellos a los i LJ- vos que nos impulsan a sele ccion ar un de termin ado lugar para ex-
trusas. Es tan poder oso que inclu so gru pos de obj et os pa rt iculares cavar y el m ét odo la man era en que 10 hacem os . Sín em bargo,
com o los fragmentos del fri so del Parte nón co nstituyen el argu - como teoría y m étod o es tá n ínti mam en te rel acionad os, mu chos ar-
m ento de importa nt es di spu ta s intern acionalcs , queólogos pensarnos que es ta d ivisíón tan element a l es demasi ad o
La prcgunta «¿po r qué hacem os arqueolo gía?» se relacion a nc- pobre.
cesali am en te con la pregunta «¿por qu é la arqueología - el es tu- Para dar un eje m plo de las rela c io nes ent re teo ría y método po -
di o del pasado a través de sus restos m a wli ales- es tan im por- dríamos exa m inar di ferent es métod os de in vestiga c i ón de la es tra -
ta nte para nosotros?». y ello nOS co nd uc e otra vez a la cuestión del tifica ción soci a l a partir del regis tro arqueológico . Pod rí am os uti-
«n osotros». de nu est ra iden tidad ¿q u iél1CS SO lJ10S ? Y es ta s cuest io- lizar el m étodo de co mparar tu mbas «ricam ente - provistas de
n es son to d as teór icas. ofrendas, co n tu mbas senc illas sin apenas decora ci ón . Es evidente
en este eje rcicio q ue se presu ponen ciertas ideas o teor ías acerca
de la natural eza de la cs tra t íficac íón soci al (que la es ca la socia l se
Definiciones de «t eo ría» re flejará en el trata m iento q ue el cue rpo del di fu nto recibe , qu e los
bienes mat eri a les se di stribu yen de forma desigu al dent ro del co-
"Teo ría» es una pa labra difí cil de definir. Forzosam ent e deberé lectivo socia l y q ue ello es tá relacionado direct am ente co n la desi -
volver a tratar est e tema en el ca p ítulo final, pue sto que di stint os gualdad social, ctc .). Estas ideas son en sí m ism as de nat ural eza
pu ntos de vist a ico r éü cos defin en «te orí a » de manera disti nta . Las teórica .
diferentes defin iciones no pue den se r exploradas a fon do sin pre- Qui zás la teoría y el mét od o son la m ism a cosa y no pued en se -
viam ente explicar tales puntos de vista. pararse; qu izás ha n de sep ararse si la arqueo logía qu iere ser u na
Por Jo tanto, en vez de ava nzar aquí una definició n co mple ta de discipl in a rigu rosa ca paz de co ntra star sus teo rías co n la inform a-
teoría la po spond" é hast a el últim o capítulo. Mientras tanto , se ña- c i ón o bte nida de la excavación. És te es un deba te sobre el que se -
laremos qu e muchos arq ue ólogos incluirían dcntro del alca nce del fa rá necesa r io ret ornar e n el ca p ítu lo 4 .
concepto de teoría las 'llut ivaciolles de la práct ica de la arqu eolog ,
así como el context o so cial y cultu ral de la arqu eología . Segura- S ient o entrometerme, pero toda esa discusión sobre la teoria y el m étodo
mente ta m bién se referirían a la problem ática de la int el1Jrew ó ón . demuestra claram en te. la est érilv aburrida qu e es la teoria. Usted se ha per-
La mayoría de los arque ólog os es tarían de acu erdo en qu e la for- dido en defini cion es y semántica s in habe r mencionado Wl solo hech o cml -
ma de interpretar el pasado imp lica as pectos teoréti cos en un sen- creto acerca del pasado. Empiezo (/ pens ar qu e ojalá 110 hubiera em pezado a
tido amplio. Por e jemplo , se podrían citar teorías gene rales rel a- leer este libro, pu esto qu e. hubiera aprovech ado m ejor el tiempo CO/1 ol ras
cionadas co n la evolució n social y biológica , o problemas asoci a- lecturas. La teoria es irrelevante CO Il relación a la práctica de la arqueología;
dos a la form a de co n trastar las hipótesis formu ladas o in cluso de- só lo hay que utilizar el sentido com ún.
batir sobre cómo hay qu e int erpretar los camh ios es tilísticos o
decorativos observados en los objetos. Ah, se trata de Roger, el eterno empírico. (Roger es u n alumno de
Ex iste un desacu erdo acer ca de si deter minados co nce pto s hay la Universidad del Nort e, en Inglaterra, aunque personas co mo Ro-
que consider a rl os «teo ré licos » o si, en ca m bio, se tra ta d e mer as ger se pueden enco ntrar en cualquier parte. Roger se apas ionó por
adaptacio ne s técnicas o formas de trabajar, comprens ibles fuera la arqueología cua ndo era ni ño recorriendo los luga res co n ruinas
del a \ca nce de la teoría. Unos, por ejem plo, co ns idcran la es trati- de castillos de su co marca y vis ita nd o muchos otros yaci m ien tos
" grafía , las técn icas de e:<cavación Y registro, y el uso de m ét odos arqueoló gicos. Antes de en trar en la universid ad ya realizó algunos
estadísti co s co m o pro ble mas «teoréti cos», mi en tra s qu e o tros los trabajos de au xiliar de excavación y cola boró co n un museo . A Ro-
consideran simplc ln entc cuestiones "p r á cticas») o «técn icas», La gel' le gusta ver y tocar cl m aterial que sal e de una excavac ió n y le
teoría y el método a menudo se confun den . Podríam os pensar en en canta dis cu tir acalorad am ente co n su s cole gas sob re cuestiones
un sentido estricto qu e, si la teoría cubr e el «porqué », el m éto do o
EL SE\J']'IDO CO.I'\llLN ' 0 IJAS']'l\ 19
18 TEORíA AROlJEOLÓGICA. U;:...¡A INTRODUCCIÓN

2. NECESITAMOS COTEJAR UNA INTERPRETACiÓN DH PASADO COi'


como las técnicas de seriación. Ahora que está en segundo año le
OTRA, PARA DECIDIR CUÁL ES LA .'-'1ÁS SÓLIDA
ha tocado hacer una asignatura de teoría. Con la cabeza llena de
fraseología accrca de la teoría dc alcance medio, dc hermenéutica
La arqueología sustenta en parte su credibilidad intelectual en
y de postestructuralismo, parece que aquello que tanto le apasiona
su capacidad de distinguir entre «buenas» y «malas» interpreta-
ahora se le cae de las manos.) ciones del pasado. ¿La gente que vivió en este lugar eran cazado-
Si alguien quiere saber por qué la teoría es perLinente con rela-
res-recolectores o eran alienígenas procedentes del planeta Zog?
ción a la práctica arqueológica, quizás mejor que me siga mientras
¿Cuál es la interpretación más sólida?
examino cuatro posibles razones. Es imposible decidir cuál es la interpretación más sólida sólo a
partir de la base del «sentido COllTÚn)). El sentido C0111Ún puede su-
gerir, por ejemplo, que aceptarnos la explicación que abarca al ma-
1. N~CES1TAMOS JLSTJHCAR LO QUt' HACt'MOS yor número de hechos, Puede haber miles de pedazos de cerámica
que daten del primer milenio antes de nuestra era en un yaci-
Nuestra audiencia (los demás arqueólogos, la gente que trabaja
miento, pero otro hecho -una datación del año 750 de nuestra era
en otras disciplinas, el «público en generaL» precisa tener una
a partir del estudio de los anillos de crecimiento de los árboles-
idea clara de nuestra parte de por qué nuestra investigación es im-
puede sugerir que aquellos test.imoriios son «residuales» o que fue-
portante, de por qué valc la pena financiar1a, del valor que tiene
ron abandonados durante un período anterior. En la práctica, cada
escucharnos. Hay mil posibles respuestas a ese reto de la justifica-
día de trabajo como arqueólogos nos toca decidir en qué orden
ción, por ejemplo: colocamos los hechos que tenernos, qué grado de importancia adju-
dicarnos a las diferentes pruebas de las que disponemos. Cuando
• El pasado es intrlnSeCanlente importante, por lo que necesi
así obramos usamos, queramos ü no, criterios teoréticos para de-
tamos saber del mismo por sí mismo. cidir qué hechos son importantes y qué otros no lo son tanto.
• Necesitamos conocer de dónde venimos para saber adónde
Un buen ejemplo de la insuficiencia del sentido común a la
nos dirigimos. El conocimiento del pasado favorece un mejor en-
hora de decidir entre una explicación floja y una explicación sólida
tendimiento del futuro. en arqueología proviene de las debatidas «líneas de conexión». Es-
o Sólo la arqueología aborda la profundidad temporal necesa-
tos trazados fueron descubiertos por Alfrecl Watkins en los años
ria para generar generalizaciones interculturales acerca de los pro-
veinte cuando observó que muchos vacimientos arqueológicos an-
cesos culturales de largo a\cance. tiguos en Gran Bretaña podían enlazarse mediante líneas rectas.
o La arqueología es un instrumento de la rcvolución cultural
La hipótesis de que los lugares arqueológicos antiguos se asenta-
que ayuda a en1ancipar a la gente de las ideologías represivas.
ban a lo largo de líneas rectas pudo ser fácilmente probada a base
de trasladar a un mapa estos antiguos monumentos y trazar unas
Existe la probabilidad de que se discrepe por lo menos en uno
rectas entre ellos. Watkins sugirió que estas líneas representaban
de jos argumentos precedentes y se esté completamente de acuer-
vías de comunicación prehistóricas. La comunidad profesional de
do con, al menos, otro. Esto no cambia el hecbo de que cada aY-
arqueólogos respondió al unísono que se trataba de un disparate.
gunlento es una proposición teorética que necesita de justificación,
El sentido común indicaba que los pueblos prehistóricos, que vi-
que requiere ser debatida antes de darla por aceptada o rechazada.
vieron miles de años antes de inventarse la escritura y establecer-
Ninguno de los argumentos reseñados es evidente por sí mismo, ni
se las bases de la geometría, eran demasiado primitivos como para
tiene que ver con el sentido común. Verdadcranlente, pocas cosas
trazar sobre el paisaje tales sofisticadas guías. Watkins estaba
en el mundo son obvias si se exan1inan de cerca, aunque a 111uchos
convencido de que con su libro hacia una auténtica contribución
políticos les gustaría que lo viéramos de otra forma. al progreso de la arqueología) pero sus investigaciones, serias .Y
sinceras, fueron desautorizadas y su trabajo considerado el propio

IL
20 T EOR ÍA AROUEOLÓ GJCA. UNA 1:<T ROD l" e C1Ó," 1;1. .'-'I :,'\J r 1I)f) ( ., lM l 'N r\ () H,\ ST !\
21
de un luná tico que se sitúa en los m ismos lím ites de lo que es la dc nucsr n », prejuicios y nuestros a pri o ris m os, no pOI' ello no d e-
verdadera arq ueologfa. Algu no s a ut ore s po steriores retomaron sus hem os int entarl o.
tesi s y las ampliaron sugirien do qu e las líneas esc o nd ía n un sig ni -
tlcado religioso y un poder mí s tico.
Hoy está cla ro que los pueblos prehi stóricos podían haber sid o 4. No TENEM OS «~ECE smA D» DE LA T EO RÍ A, YA QUE E N REA LI DAD
perfecta m ente capa ces dc reali za r tra zados de es te tipo. El cri terio LA USAM OS Sl EM PRE, NOS GUST/.' o NO
original b asado en el sentido co mú n qu e utilizaro n lo s arqueólo-
gos pa ra desautorizar las tesis de Wa tkin s no ca be d uda de que no Dicho ele o tra manera , todos sa m a s un os teóric os. Éste es el
era válido . pun to clave . El rn ás lento auxiliar de excavación, el m ás ab urrido
Las lín eas de co nex ión no existen . Fue dem ost rado por Tom limpi ad o r de cerámicas , el m ás despistado ayudan te técn ico de la-
Williamso n y Liz Bcllamy en el estu dio Ley U nes ¡,1 Ouestion qu e horatori o, todos son unos teó ric os en el se n tido de qu e tod os uri li-
a na lizó estadísticam ente tales posibles lín eas y mostró que la den- I.an en su trabajo , teorías, co nce ptos. ideas y presu ncion es. (La
sidad de Juga res arqu eo lógicos sobre el paisaj e bri tánico es tan teo ría pu ed e h a berles sido impuesta por el director del proyect o o
alta que cualquier posib le línea trazada en cua lquier parte, nece sa - po r la en tidad patrocinadora del proyec to , pero no por ello deja de
riamen te tropicza co n un ci er to nú m ero de ya cim ien tos . A Wi- ser tcoría .) De form a sim ilar, el texto más descripti vo o la mem o-
lIia m son y Bellam y, probar el error les co stó un enor me trabajo. ria m ás seca ta rnbi én son teoréti cos . Cualquier person a que man e-
debi endo hacer u so de sofis tica dos m étodos estadíst ico s. je una pal a en u n ya cim ien to se fía para real iza r Sil trabajo de las
La m oral eja del deb ate sobre las líneas de co nexió n e nseñ a que teorías q ue ha bla n de los ca m bios de color Ji textura del suelo y de
lo que di stingue una explicación floja de una de sólida no es una la es trati grafía ; los criterios de pu blicación que dete rm ina n el peso
simple cu estión de «sentido co m ún ». Quisie ra argüir que s i quere- relat ivo y el ord en adjud icados a los informes sob r e ce rám ica y
mo s realmente com pren de r q ué es lo qu e alimen ta el deba te de las sobre o tro tipo de tes tim onios en un a monografía de yac im ien to
lín eas de conexión debe ríam os fijarnos en la tr adicion al división dependen de un juicio so bre lo qu e es m ás sign ificati vo del y ací-
de la a rq ueo logía británica entre cla ses de arq ue ólogos. En su miento, j uici o que a s u ve z descansa sobre criterios pro venientes
tiempo, Wat kins fu e tild ado de vu lgar amateur; hoy día , la tradi - de la t eoría.
ción de los busca dores de líneas de co nex ión co ntinú a viva entre Por lo tanto, cua lq uier arqueólogo que nos habl e de que su tra-
lo s círculos ( alternativos» que nnran con recelo a los arque ólogos bajo es ajen o a la teoría, de qu e él no está particularm ente intere-
profesiona les. sado en la teo ría . o de qu e él hace arque ologfa «a u téntica» po r
op osición a la arque ología de lo s «teóricos de moda ». rea lm ente
no dice toda la verdad. Ex isten tantos teóricos C0 l110 arqueólogos ,
3. D EB EM OS SER MUY Cl. AROS EN NUESTRO TRABAJO aunque mu cho s de es tos ú ltimos en mascare n su s a pr iorismos teo-
DE ARQUEÓLOGOS réticos co n la etiq ueta del pragma tismo o del sentido común.
Com portá ndose de esta forma, sostengo qu e es tos arqueólogos evi-
Es deci r, debem os ser mu y abiertos sobre nues tras razones, tan la r esponsa bilidad qu e les afe cta de dej a r claros los fun dam en -
n uestros pu ntos de vista y nuest ro s prejuicios y no pretender disi- tos in telectual es de su tra bajo, pret endi endo así esco nder del exa -
mularlos o a fir ma r que no existen . Se trata de una re gla básica de men cr ít ico las p resunciones teorét icas que utili za n .
todo di scursos aca dém ico , aunque no siem pre es seguida. Lewis Más aú n, la pret ensión de ser a teóri co es un inten to de im po-
Binford, una personalidad sobre la que volverem os a habl ar en el ner una es pecie de m achismo en la práct ica arqu eológica . Como
capítu lo que sigue, decía que tod os los científicos de cualquier d is- verem os en el ca pítulo 8, la prác tica arqueológica está asociada a
ciplin a n ecesit an ser m uy co nscientes de las p resunci ones que rea- noc iones de género so bre lo que tien e valor o no lo tien e. Po rque,
lizan si quieren de verda d ser productivos. Au nque no hace falta a l m enos en el mundo anglo-a mericano, siempre hay algu na cos a
añ adir qu e nunca podrem os ser com plet amente explíci tos acerca de vagam ente femeni no (y por lo tanto im plícitament e con sidera-
1·:1 . :-.L N T I I H I ( '(I I\H I\: NO BA STA 2."l
22 T EO ¡Ú A ARQ UE( j l.( ) (i1 l'1\ . L N A I NTI{( ) OI ICCl Ú N

do de segund o ra ngo) en el habl a r de , en e! di scutir acerca de, o en reg las , sea n im plí citas o explíc itas , so n de natu ra leza teórica . Los
el trata r de ra zonar claram en te y explícit am ente so bre. hech os so n imp ort an tes : sin em bargo, sin teo ría , los hech os pcr-
manccen co mpleta mcnte m udos .
t íJ. he oído lo sllf/eicl1te sob re todo eso; usted en/pieza a abusar. Esta ria Tomcm os el e jemplo del d istingu ido p ro fesor de Arq u eolog ía
dispuesto a conceder que todos a co Stll l71hra m D.'>· a u tilizar la teoría en u n que asegura escri be basándose en los hechos únic a m en te y usand o
cierto sentido, pero al [inal de la [o rna tla lo que cuenta son los hechos, los el sentido com ún, claro está . Veamos qué hace realmente : A tal [ i n
datos ex traídos. he escogid o el sig uiente tcxto :

No vaya d iscutir ahor a acerca de si la información , tal cua l a pa- Es im po rt a nte su braya r que la cultura romano-bri t áníca se basó
rece, existe indep endi entem ente de la teorí a , pu es tiempo te nd ré en un a eco no m ía mo ne taria. En el s ud este de Ingla terra la m on ed a
para ello. Su po nga mos por e! m om ento qu e los d at os existen real- ya era co no ci da a n tes de la con q uis ta , sin em bargo los ro manos fue-
me nt e. ¿A qu é nos conducen? Hay una infinidad de hech os q ue la ron res ponsa bles de difu nd ir su ci rculació n po r toda la isla , haci én-
arqu eología pon e de reli eve. Est á n amonton a dos a mil lon es en mu- dose pr es en te hasta en las m ás sencilla s transacc iones . Po dem os
scos y en armarios de labora torio, y a parecen en largos list ados de imagi na r ha sta q ué pun to el uso d e la mon eda penetró la vida co-
datos. Una muest ra: veamos algunos de estos hech os inco ntestables: m ercial de to d o el terri to r io po r el hecho de q ue S t ' ma n ifiest a has ta
en los luga res m ás h umildes y en las más remo tas pa rles de la pro -
vincia. (Alcoc k. 1976: 174).
o El vaso qu e so st engo tiene 600 a ños.
• En Virginia se enco ntró ce rá m ica colonial.
o En el cas tillo dc Ma idcn , en Dorset, Inglaterra , se exhu m ó un
Un a prim era presu nci ón ieoré tica que o bservam os en es te tex-
to es que ideas co rno «t rans acci ón » o «vida co merci al» , qu e sólo
esqu eleto co n u n proyecti l aloja d o en la esp ina dorsal.
obtien en su sen tid o m od ern o hacia finales del siglo XVJlI , puedan
o La Edad del Bro nce preced e a la Edad del H ier ro.
aplica rse a Gra n B ret a ña ro m ana s in más explicacion es . De ello se
o Tika l fu e u n importa nte centro ce re m onia l para los a ntiguo s
siguc q ue el a uto r del texto es pera del lecto r q ue u tilice s u expe-
m aya. ri cnci a m od erna so bre tra n sa cc io nes y vida co merc ia l - regidas
o Es muy ha bit ual enc o ntrar un gran nú m ero de fra gm entos por la eco nom ía de mercado , de slig adas d c la s relaciones socia les,
de pipas de cerámi ca en los yacimi entos po sterio res a 1500. in ter mediadas por u na uni dad COmún de cam bio- pa ra en tende r
o En la regió n de Dord o ña, en Francia , hay mu ch as cue vas co n el senti do de la frase. Ésta y otras presunciones pod rán o no se r
arte rupes tr e . verdaderas, pero en cualq uier caso son de n atu ra leza teorética .
o En e! cañón de El Chaco las aldeas se co nstruían antigua - La segunda en un a pres un ció n de l tipo «alcance m ed io »: esto
mente usa nd o la piedra co mo materi al. es , q ue aso cia di rectamen te hech os part iculares a teo ría s generales
(véase ca pítulo 4). Alcock pre supo ne qu e la presencia d c un de ter-
Las fra ses que acaba mos de leer, ¿añaden algo a un co noci m ien- m inado n úmero de mo neda s en diferentes tipos de ya ci m ientos
to autént ico de! pas ad o, a una explicación coheren te de cará cter ar- (nótese el uso de un a jerarqu ía im plícita de yaci m ientos a rqueo ló-
qucológico? No. Amonto nar hechos simplem ente y espe rar a que de gicos qu e equ iva le a una jera rq u ía social, asumid a más que de-
estos hechos sa lga un rela to ord ena do sobre el pasado es com o po- m ostrada : «los lugares más h u m ildes ») refleja de forma preci sa el
ner a un grupo de mo nos fren te a u nas máquinas de escr ib ir y es- rango de lo qu e Alcock den omina «actividad o vida com ercia l".
pera r a que aparezca n las ob ras com pletas de Shakespearc, Por supu es to que reco nocem os qu e «actividad co mercia l» es una
Lo que nos hace arqueólogos, e n las antí podas de sim ples reco- figu ra teo rét ica m en te mucho más co mp lcja. E l rela to de Alcock
lectores de tra stos viejos , es el conjunto de regla s qu e usamos para p uede ser tot a lm en te cierto o no ta n c iert o , o qui zás se tra te sólo
transforma r los hech os en rela tos co heren tes so bre el pa sad o ; de un retrato ace pta ble o m ínimamente válid o; ello deb erá ser ob-
rel atos que, para noso tros los arque ólogos , «tienen sentido » y que jet o de deb ate en tre los espccia lis tas del p erí od o. En cua lq uier
(esperamos) ta m bién lo ten gan pa ra la gente en gene ra l. Y tal es ca so , se trata de u n rela to cla ra m en te te órico.
24 I'J·: O]{!A AI{U I I I·:( )l JH ; l l :¡\ . l ) ~ 1\ I NT R( )IIl ;<, '( 'l ( , N 1-.1 . S I:,NT Jl l () C'OM I.'.'\ ' /'\0 BASTA 25
Pod rí a se gu ir an ali zand o el texto, pero lo d icho es su fici ente de la se riació n, de las téc n icas científica s de dataci ó n , in cluso de
para m ostrar có mo in cluso la prosa a parentem en te más clara y la ha bilid ad práct ica , a su vez en parte intuitiva , de di ferenciar ni -
transparente es co nde tra mpas de la teo ría . veles por el asp ect o del suelo qu e apare ce bajo la pala . Es ra zona -
ble pensar, pues, qu e la vert ient e teórica de nuestro trabajo - usar
Todo esto es plau sible y COHv itlcc lZ l e; sin em bargo, la teo ría me sigue pa- los peq ueños fragment os de Informaci ón o btenidos para generar
recien do poco atract iva. Los teóricos parece que C0 I1S1{lII f e l11el1te u sa l1 un o un di scurso acerca del pasado en toda su riqueza y co mplej idad-
jerga incomprens ible, escriben eH I Ul estilo imp enetrable y 1l 1ll 7Cll obtienen de ba se r a la fuerza tan d iftc íl co m o aqu ellas o tras ra rea s de ca-
nada tangible. Puede llegar a persuadirm e de que IUI.v algún punto a [avor de rácter prácti co . De hech o, ha de ser una de la s tareas intele c tua-
la teoría, pero /10 co ns eguirá que lo qlf(~ los teó ricos escrib en lile pare zca in - les 111ás exi gentes que co m o gé ner o hu m a no nos h aya m os nun ca
teresante J' no m e irrite . planteado.

No, no pued o . Yo ta mbi én me irrito an te mu ch os textos teó ri - Creo que usted ha caído en su propia tram pa. S igue habiendo la sospe-
cos, de la mi sma form a qu e me irri to ante tod o tipo de textos so - ch a de que la jerga se u se para mlxtiiicar, pa ra crear Wl lengu aje de exclu -
bre arqueología. Pero déj arnc deci r que has saca do algu nas cues- sión por el que el lego en la ma teria se sien ta encogido.
tiones que vale la pen a retorna r.
Pri m ero , ¿por qu é je rga? Las palabras de sign ifica do es pe c ífico Hav una cierta verdad en esta acus ación . Ciertas formas de re-
no están co n finadas a la teoría de la arqueología. Cada área den- tóri ca 'académ iea se usan , intenci onada mente o no, para es ta ble-
tro de la arque o logía tiene S llS tér m inos de referen cia espec íficos: cer una frontera entre el gru po de los inicia do s y los dem ás . No de-
en es te se n tid o, la jerga es el ojo del observador. Los t érminos es- fiendo esta práctica qu e todos los int ereses sec to ria les dentro y
pecíficos que uso co mo teó rico o co mo especialista en arq u itectura fuera d e la a rq ueología ut ilizan.
tradicio nal pued en parecer una jerga para cl especialista en med io Fin almente, pregon ar qu e hay qu e «escr ibir claro » es co m o dar
ambiente, y los del es pecia lista en med io am bien te pu eden pa re- por se n tado qu e se escribe aceren de algo conc reto , En o tras pala-
cerm e a mí una jerga . Hay, sin em bargo , un problema m ás pro- bras , que hay en algún luga r un mund o externo, rea l, co n unas
fundo detrás de un a acusación de u so abus ivo del lu engu aje técni - ciertas caract erísti cas esen ciales y concretas q ue el lengu aje pued e
co . Parece que detrás de ta l acusa ción hay la p resunción de que de scribir de una for m a m ás o men os clara y neu tra. En cualqu ier
siem pre se puede expresar lo que se p retende cn un lengu aj e «cla- caso, se esté describ iend o la imp ortancia de u nos vasos o sugi-
ro, simple y fácil». La arqueología tien e qu e ver con nu evas id eas riendo cómo deb e de haber sid o la vida en la Eda d de l Bronce, se
acerca del p asad o. Como ex presa mos ideas m ed ia nte palabras , re - está tratando de asunt os altame nte d iscu tibles . El pas ado no exis-
sult a muy apropiado u sa r n uevas palabras para in vitar al lect o r a te fue ra de nuestras m entes . Nunca lo he tocad o, ni m e he dad o de
pensar de forma di stinta . bruces con él.
Las sociedades hu ma nas han sido y co ntinúa n siendo algo m uy La teoría es di fícil. Si uno ac epta que tod os so m os unos teóri-
com ple jo. Como parte del mundo natural, com par ten aspec tos de cos , ento nc es lógica mente la teoría a rq ueo lógica no ha de resultar
es ta co m plejidad y además poseen en sí m is mas una co mp lejidad ni m ás ni men os difíci l que cua lqu ier ot ra ra ma de la arqueología.
so cial y cultu ral propia . No acostumbramos a qu ejamos cua nd o Porque la arqueología en sí m ism a ya es di fícil. Nos hem os pro-
un q uím ico o u n biólogo usan IIn lenguaje técn ico; en ca mb io , sí puesto un a ta rea enor m emen te intirn idatori a . Queremos llegar a
lo hacemos cuando lo hace un arque ólogo q ue pretende explicar- entender a las sociedades h umanas que hace m iles de años desa-
se. Lo que quiero deci r es q ue no pa rece qu e nos extra ñe q ue re- parecieron, cuya s costum bres, valo res y actit udes fu eron , muy
sulten di fíciles de com prender y de dominar las técnicas m ás de- probablemente, m uy dist intas de las nu estra s. Y lo hem os de h acer
puradas de la prácti ca arq ueo lógica; ta l es la naturaleza de nu est ra sin poder habl ar con aq uella gente. Y a ún m ás d ifícil, qu ere m os
d isc iplina . Estamos prepara dos para esfo rz arnos en dom in a r el saber el porqu é de su s avance s y re trocesos , queremos en ten de r
lenguaje y el manejo de la es tra t igr afía , de las ma tr ices de Harris, cómo se m anifestó en ello s el ca m bio . Y los úni cos m ateriales de
26 TEOR i A ;\!{ (J l ' 1':<) I.Ú ( j ! C!\ . LINI\ I N T R() l) t1<'( 'ION E L SE NTlJJ O COM U:-; N O B AS tA 27

q ue d ispone m os p a ra ta n inm en sa rarea son u nos p ocos restos de Comprend er la teoría


basura que olvidaron por el ca m ino , a menudo cas i to ta lm ente
;1
~1
co nvertidos en polvo. No es una ta rea fáci l; el deseo de que sea Bien, atín me siento bastante incomodo con In teoría, aunque esto." pre-
parado para segu ir u n poco m ás hacia adelante con todo ellu. ¿Hacia dónde
una tarea in telectu al m en te llevadera es com pr en sible, aunqu e es no s dirigim os a parti r de este punto?
un poco ingen ua . I
La teoría es tam bi én un a ta r ea d ifíci l por o tra s razo nes que tie- El res to de es te libro in tent a d ilumin ar a lgu nas de las pri nci-
nen men os que ver co n la jcrga que co n la práctica acadé mica . Los pales tendencias de la teo ría de la arqu eología, empezand o po r los
teóricos a m en udo dicen una cos a y h acen o tra. Un artícu lo de teo- años sesenta hasta ho y mi sm o. Para pro cu ra r ob ten er la máxima
rí a proclam a qu e es tá a bo rdando un as unto desd e una perspectiva claridad voy a adop tar d os es tra teg ias.
nu eva . cuando . de hech o, es tá ut iliza ndo la misma vieja perspect i- Pri m e ra , voy a habl a r de ve z e n cu a n do a rn plia rnc n te a ce rca de
va de siempre de forma disfrazada . Otro ar tícul o acusa a un rival los desar roll os acaecidos en o tras d isciplin as y en el pensam iento
de una serie el e ini quidade s tc orét ica s para lu ego h acer exacta- intel ect ual en su con jun to . Co nsec ue nte mente, pod rá p arecer a los
men te lo mi smo , au nq ue usa nd o un len guaje di fere n te, a r q ue ólogos pr áct icos que se incluye n la rg os párrafos e in cl u so
Todo esto conduce a m i tes is fina l: la teoría es d ifícil porque re- su bcapít ulos q ue poco tien en que ver co n ellos. La razón po r la
q uiere pensar po r un o mism o. Cua ndo un alum no redacta un tra- que propon go este en foqu e res ide en el hecho de qu e la arqueolo-
bajo de clase sobre. po nga mos po r caso, la cerám ica de los pobla- gía acostu m bra a to mar dé prestad o de otra s di scip linas d ctcrm i-
dores nat ivos del sudoeste a mer icano , está a uto ri zado a utilizar nad as ideas. En este pro ceso, las idea s a menu do so n modi ficadas
una se rie de hechos que obtiene de los manuales reco mendad os. e incluso d istorsionadas. Por lo tan to será preciso ir a la fu en te
Ta l lis ta de hech os, o para se r más preciso s, tal r ep etición de lo s origi n al p ara analizarl as de form a clara y co mpre nder con preci-
hech os na rrad os po r los manuales, pued e dar lu gar a una nota no s ión có mo ha n s id o u tili za das po r pa r te de los a rq ue ólogo s y qu é
muy bu ena, en a usencia de análisis crít icos o de cua lq uier mues- a busos se han producido. No es tá de más adve rt ir q ue habrá q ue
tra de un pensam ien to pro pio , au nque ello no im pi de que el alum - ten er p aci en cia con el texto y ava nz ar aunq ue sea pesada me n te a
no pueda segu ir adelante. Sin emb argo, cu an do se escri be un en- tr avés de un m at eri al qu e puede con siderarse a priori ir rele vante ,
sayo de teorí a , tal proceder resu lta intolerable. Cuando se manejan para a l fin al e nco ntrar la ex pl ica c i ón de su pertinen cia con rela -
ideas a bstractas es particu larm ente difí cil regu rgitar cos as copia- ción al pensa mi en to arq ueo lógic o .
das de lo s libro s sin hab erlas co mpren dido a fo nd o, y más aún Segun da , voy a exa m ina r hist óricam en te el desarrollo de la reo-
cuando un a utor pretende rebati r a otro . ría , cen tr ando la a tenci ón, en primc r lu gar, en los orígen es de la
Pen sar po r u no m is mo es algo que cua lqu ier alum no de ar- Nueva Arq ueología y a co ntinuación en las reacc iones susci ta das.
q ueología (o de cua lquier o tr a di scipli na crít ica) debería tra tar de Pien so q ue si se co mp re nde el co ntexto h is tórico de u na serie de
hacer. En últ im a in st ancia es la ún ica ju sti ficación de una forma- co rr ien tes , tal es com o la Nueva Arqueología o la arq ueología post-
ci ón en el ám bito de las humani dades. En u na é poca en qu e la Ior- procesu al , uno pue de m ás fácilmen te simpa tizar co n sus objeti vos
maci ón se conteIn pia cada vez más corn o un a mercanc ía , cuando el y qu eda rse co n los prin ci pios .Y preocupaciones que las susten ta n.
conoci mien to pue de co mprars e y venders e en el m ercad o . la id ea Meti d os en contexto podemos m ás f ácilmente co m pre nder los ras -
de una for m ació n com o aprend iza je de las habil idades ab stractas gos característicos de la arq ueo logía contemporánea situándola en
del pensar crí tica m ente se en cue n tra m á s amen azada qu e n un ca . su sitio, en vez de emplaz a rla e n el vac ío.
Quizás es este co ntexto cu ltura l lo que ha provocado la d ureza de El próxim o ca pítu lo es ta rá ded ica d o a estud iar la Nue va Ar-
los pron unciami ent os contra la teoría de los últimos tiempos . queología ; los tres qu e le siguen a a nalizar los problemas que giran
alrededor de las nociones de «ciencia » y «an tropo logía )} que la
¡(ueva Arqueo logía sus ci tó . Los interrogan tes q ue la Nueva Arq ue-
o logía s usc itó so n , a m i pa re cer, a bs olu ta m e nte decisivos para la
prácti ca y para la te oría a rq ueo lógic a contem po ráneas.
184 TE() l{í l\ ,\ RO l fE( ) LOG ICi\. LN,\ I ~TR ()Il L< T llJ l\i

nados con lo q ue aca bamos de ver, a la evo lución y a la ec o logía .


Si sc di ce qu e u n a cultu ra sc h a ad apt a d o a un medio externo , ¿có-
mo p o d re mos conocer c óm o era rea lm en te es te m edio? Los rec ur-
sos y los riesgos de es te med io se perfilan m edian te técn icas pro-
ce dentes de la c ienci a occi de n ta l. Pero s i es tas técnicas so n una
construcción socia l, ¿c6 nl o se pu ed e afi rmar que sirven para car-
togr afiar de un a fo rm a neutra y obj eti va los recursos qu e ofrec e el
medio? Una 1'0 1'111 3 distin ta de hacer la m ixrna o bjeci ón es a tacar
el esell cía lis ll l() : s i se d esmo nta la id ea de qu e el cue rpo humano C APiT lI LO 10
tiene ciertas necesidades .y deseos «na tura les » o (, biológ icos », el
me d io a m bient e ya no pod rá in terp re ta r se co m o un co nj unt o d e ARQ UE OLOGÍA E HI STORIA
recursos , m uc ho s de los cuale s sirven pre ci sanh.~ n le pa ra saciar ta-
les ncces id.u tes .v deseo s .
Una terce ra o bjeció n que se diri ge de forma específica a los En Nortea rnérica pred o mina la idea d e que la di sciplina he r-
model os de la evolución bio lógica sos tiene que es 1l1U.V di fícil es- mana de la arq ueología es la antro po logía ; para mu chos a llí, la a r-
pec ificar c u ál es la «unidad de sc lecc l ón » aprop iada, y de qué fo r- qu eo logía, o es antropología o no es nada . En Eu ropa, la mayor ía
m a se tran s m iten los ca r a c ter es cu lt urales. Algunos afir m a n , si- de los arqueólo go s piensan que la di sciplina h erm ana de la ar-
gu iend o a Da rw in , que la única unid ad de selec c i ón vá lida es el in - queologí a es la h is to ria . Esta dife ren cia refl eja u na interpre ta ci ón
d ivid uo. Pero es d il'ícil ve r de q u é for ma los ca ra cteres c u lt u ra les d ist int a de lo q u e es el objeto de la arqu eo log ía. La a rqu co logía en
pasan de un a ge neraci ó n a la si gu ien te s i rech a zamos la idea de la No rtcam éríca es p rehistoria ba st a las primera s co lo nias europeas
sociob iolo gía d e qu e la transmisi ó n es tam bi én gen é tica . Algu nos de lo s siglos XV , XV I Y XVII . Exi st e allí u na floreciente y vibra nte
evolucion ista s com o Du nnell a r gu yen que la u n id ad de sel ec ci ón «ar queolo gía hi s tó rica » del p er iodo in icial de las colonias y d e los
es el Icnotipov n o el ind ividu o , y qu e la t ra nsm isió n de ca rac te res s iglos s ubs igu ie nte s ha sta el XIX, pero num éricam ente la arqueolo -
es c u lt u ra l en vez de ge né tica . Éste es un de bat e que sig ue vivo e n gía hi s tór ica es mino ri taria frente a la a rq ueología d e la p reh ist o-
el se no de la a rq ueo logía evo lu c io n is ta . ria. En ca m b io, el hori zonte histór ico es mucho más tem p rano e n
El deba te sobre evolu ci ón y ecol ogía es, en mi op in ión , un b u en E ur opa. Los es tu diosos de la hi s tori a eu rope a di sp on en de textos
e jem p lo de la falta de com un ica c ión en tre la s difer e n tes escuelas hi s tóricos qu e ha blan de la E dad d el Hi erro , y los a rqueólogos es-
del pensamient o arqu eo lógico d e los a ñ os noven ta . E n un co ngre- p eci ali zad os en es te o en posteri ores period os to ta liz an a lgo 111ás
so de arqueo logía recie n te men te celebra do ex is tía la pos ib ilidad d e de la mitad del p e rsona l que tra baj a e n la s u n iversidades bri t áni-
e sco ge r en tre as is tir a un a ses ión so bre «Da rw in , sexo y aJin1Cn la- c as o Po d ria m o s es tim a r que la mitad a proximad a m en te de las ex-
ció n », por u n la do , .Y so b re «Herm en éu tica d el cue r po », por o tro. cavacion es que tien en luga r en Europa se reali zan en ya cimi ent os
Difí ci lmcntc se veía n las m isr na s caras en las dos se siones; así, los arqueológicos de los pe ríodos rom ano y posterior es. Tod os es tos
protagon istas del debat e en am b os lad os ten ía n la im pres ión d e a rq u eó logos utilizan textos his tóric os y se relacionan con departa-
qu e tod a la razón es taba de s u pa rte y de que no n ecesita han sus- m enta s de h is tor ia a ntigua. La his toria d e la di verge ncia entre los
c ita r el tipo de cr íticas qu e haría el o tro lado . a r queólo gos e uropeos y nort eamericanos va a lgo m á s all á de la
sim ple a dscripción departamenta l (l d el tipo de alia dos qu e preci-
san . CO!1l 0 vimos en el capít ulo 2, esta d iscord ante configu ra ción
di scipl in ari a co nt ri b uyó a que la Nu eva Arq ueología imp a cta ra d e
fo r m a di stinta e n a m bos mund os. Asim ismo, exp lica la cont inu a-
da p rospe ri dad y va rie dad de e n foques lrist ór ico-cu uu ralcs tradi ..
cio nales en Gran Bretañ a.
10(1 I I 'J HU ,. \ ,\ !{ U l ' I ': ( l] .f h ; j( . \ . 1 , .\ 1\ 'j'I, tltll '( ( 'lll t\; \¡ , (II II Ji ( )l ,I ·\ r: II L' ;I()I{I ,\ I Ki

En es te capítu lo pr et en d o ex a mina r a lgu no s d I..' lo s e n foqu es La E scu ela d e lo s Anua le s


tcoré ti cos di fere nciado s q ue pro d uce la relaci ó n e n tre la a rq u colo -
g ía :v la h is to ria . Pero a n te s d ebemos [ija rn os e u la s d ifere ntes E n p ri m e r luga r, la Escu..: la d e lo:; An ual es a m p lió los int e reses
perspec ti va s que presen ta la teo r ía y la pract ica d e la h is to r ia . l.a s de los his to r ia do res ha st a el p u n to d l' iu c lui r lod os lo s a s pe c tos de
pos ic iones tco réticas e n tre los h ist oriado res s o n ta n va r ia d as C0 l110 la s socieda des del pa sado . No só lo d e b ía in te resa r la maq u ina ció n
las que presenta n lo s a rq ueól og os. Y has ta c ie rto pu n to. JO :-j d cha - po lítica de Ia:-; el ites . sino tarnbi én la cconom fu , la soc ied a d v el
tes in te rno s so bre teo ría his tóri ca corren e n p a rale lo :t los d ebates pe nsam ien to . E n es te se n tido . los AIlIl(J /c!."; cor u ri b uvc ro n a que la
suscita d os den tro de la a rq u eo lo g ía . h is tor ia fu era rllús a nt ro po lóg ica y p ro ce su al , es to cs, que se p reo-
cupara por la comprensi ón del co nj u nto dd sis te m a c u ltu ra l y n u
só lo de explicar ci ertos s ucesos pol ít ico s.
La historia t radiciona l En segund o lu gar; la Esc ud a d e los An unh-s amp lió e l int e ré s
históri co ha ci a la comprens i ón d e la na tu raleza del tie mpo . Los
!\ mu c ho s hi s to ri ud o rc -, k·~ ~ tlS! ¡ 1 s itu a r la s ]'~\Í~: l: S de su d isc i- histo r iadores rr a d icio n ules t e udia u a co nte m p lar la s u ce si ón te ru-
p lina en el sigl o XIX, ju n to a fig llra s com o l' l hi xu ni ado r a lem án p ora l en lérnlillos de lx u ullns, trn tad os. na ci m ie n tos , co ronacione s
Rankc. Ranke ..ulo p t ó lo q ue hoy po dría cons ide ra rse UII c m p iri- v tu lk -cimi cru o s d e 1I1 () I HlrC <.l ~ . La l a n .'''1 d e los h ís to riudores se li-
c is rno estrec ho : pret endi ó ex p lica r [.. 1 hi st ori a «141 1 U H Il O realm e n te mi taba a d csci'ibir es te tipo de a co n tec iu u e utos. La E sc uel a de los
s uced ió ». La ta re a de los h istori udo re » de final es del :-: ig lo X'IX CO Il- Ann a lcs lla m ó la a tenc ión sob re los pr o cesos 111ás profundos q ue
s is t ió en a m a sa r m ont a ña s d e hec hos. se s ucede n e n el la r go p la zo v que e nglo lx u : lo s a co ntec im ie ru ox
Asocia d o con el e n foq ue cm p iricis ta ~. cícrr a rue n re i nduc ti vi sra part ic nla rc s . Bajo el man to su pe rfi c ia l de ha ta lla s v trat ados d es -
se desarroll ó u n a hi storia conce bid a co m o narrati va ce nt rada en c u b r ieron tende n ci a s ~-' ci clos d e s ig ni fica d o eco nóm ico . a m b ie n ta l
los aco n tec im ient os pnl íticos . Los histori ad ores tra d icio na les co n- )' d e m o g rá fico . Según Hraud c l, la his to ri a pod ía co n te m p la rse evo -
taban la his toria ; de m anera que mu c ho s lib ros de h isto r ia tra d i- luc ionando e n tre s esca las o ci clo s:
cionales pres en tan a m u elo de gu i ón u n in ic io, u n des a rrol lo ~I un
desenlace. Cierta m en te pu ed e urgu m cn ta rs c qu e mien t ra s los h is - 1. La escala d e los a contc cirni cn tos . o histoire cve neinentielle .
toria d o re s tradici on ale s n egaban (v s igue n negando ) s u ads crip- 2. Los ciclo s a m ed io plazo, C0 111 0 p or e jem p lo los cic los eco-
ción ZI supu esto te órico a lgu n o, en la realid ad seguían la s rc g las de nómicos,
la narrativa y' la s t éc n ica s del gu io n ist a , Cosa s q ue han s id o int eli- 3. Los ci clos la rgos o «estru ct u ra s de lar ga du r ación » (la /OJl -
gentem ente caracte ri zada s por el his t o r iador H avden Whi tc . gu« tlu n:« de lo s c a mb ios c lim áticos . ge og rá Ficos ).
La his toria políti ca tra d ici o nal co n tin úa escri b ién dose hoy día .
Sin embargo , e n el p re.... c ru c siglo se h a produc ido un a a m p liaci ón Nótese la si rn ilitu r] e nt re la n oción de lar ga du ra c i ón de los AIl-
del h orizo nte del pe nsa m ie n to h is tórico ha c ia d is ti nt a s d irec c io nes n ales con el co nc e p to arq ueo lógico d e p roces o COlllO ten den cia
d e tal mag n itud. q ue e n este m o men to es im posible d a r c u m p lid a su byace n te a la va r iab ilidad es pecí fic a (capítu lo 2)_ N ótc nsc asi-
c uen ta de tod o . Un ejem plo d e es ta a m pl iació n de la s pe rs pec t ivas m ismo las dos áre a s d e d eba te s usci t ad as po r el pensami ento d e
es la escu ela d e hi s to riud u rcs lran ccscs d e los ' 1 111U I1t' ....· (d e no m ina - lo s Annales co n cla ros para lelos e n la teoría a rqueo l ógica :
d a así por s u publi caci ón .1.III1(/les: Fc o nonr ias.., Sociedadc... -. Civil i-
raciones¡ que inclu ve a h ist ori ad ores d e la ta lla d e Ma rc Bloch , L ¿C uá l de la s tres escala s tem po ra les es d ominan te ? Ca d a
Fcrd ina nd Llrau dcl, E m m a n uel Le Rov-Lad urie y J a cqu cs Le, Go ff. esca la te mpo ra l pu ede tener su propia ló gica : au nq ue p ueden in-
La Escuela de los Anua les ha s id o ci t a da 11l U Y a m en u do po r los ar- tcrsccc ion ar e n coy u ntu ra s determ in a da s. Brau dc l t endi ó a creer
queó logos C0 1110 u na fuen te de inspiraci ón para la a rq u eo lo gía, que la larga du ra ci ó n m ed ia tiza b a los otros dos cic los : en ca m b io ,
por lo qu e es aco ns ejab le r evisar, a u nq u e s ea de form a b reve , sus ot ros h is to r ia d or es d e Annnles pen sa ron qu e lo s t re s ci clos in ter a c-
teorías. cionaban entre s í, p OI' lo q ue nin gun o de los tres er a do m in ant e.
I~~ I EOR I!\ i\ 1< U IJU JI.i'H ;1 ( '1 \, 1' '...:\ 1 ''I'I~()l ll :( '( 'J( lN ,\ I{ ( Jl Ol :, ( I I ,( )( ;[ ¡\ J': 111.'-i'l'l l l{ l , \ I K \)

2. ¿ Qu é p apel reser vam os a la co nc ie ncia d e los ind ividuos? base d e sa ca r pa rtido a l a pa ra to es ta d ístico . ce n tránd ose en proce -
Algu nos histor iad ore s s u g ir ieron q ue lo qu e el lo s de n ominaba n sos com o los cielos demográfi co s, la evo lución d e la s ta sas de fer-
mentalidad p odía co ns t itu ir u n o de los e lemen tos n et amente im - tilidad , ct c. , y utili zando u n lengu aj e sa ca do de la teoría d e siste -
p lica dos e n e l c icl o d c la r ga d u ra ci ón . Por e jem p lo, Lc Go ff se re- m a s para co m pre nde r las relacion es e n tre las va ria bles e n j ue go .
fería a u n a «m en ta lid a d medi e val ) q ue abar ca ba ci nco s iglos , de La s ana logías interculru rales fueron utilizada s por eje m plo pa ra
forma q ue ha bía est r uc t u rad o la s a ct itu d es de la ge n te de la E dad co m pa ra r la Euro pa d e a n tes de la revolu ci ón ind us tr ial v la Eu -
Media co n r el a c ió n a la s realidades econ óm icas v el mund o n a - ropa en pl en o proceso indust ri al , con las soc ieda de s mode rna s «e n
tu r a l. desarrollo ».
Emmanuel Le Roy-L a d urie , e n su libro dedi cado a lo s ca m pe- Pero la N ueva Hi s tor ia S oci a l se clio cue n ta ráp ida m en te de
sinos d el Langu edoe n os propo rciona un ejem p lo in teres a n te de las que los elemen tos cla ve d e la s res pues tas a la s c ues tio ne s que se
a p orta ciones d e los Anuales . Le Roy- La d u ri e es tu d i ó la vid a de hacía d eb ía en co n tr arlos en el «se n tim ie n to», e n la «m e n ta lida d »,
las comunidades campesinas d el su r de Fr a ncia, uti liza n d o abu n - es decir , en el do mi ni o de la co nc ie ncia. Un bu en eje m plo de ello
dante eviden cia c uantit a tiva, por eje mplo so bre la nu t rici ón de los es la pretensi ón d e 1<.-1 Nu eva Hi st o r ia So cia l d e pro fund iza r en los
campesinos y so bre los jo rn al es d ia rios pe r cib ido s . Utilizó u n m o- cam b ios de p a trón de lus cas a m icn ros . No hab ría mane ra d e e n-
del o vagam ente sistém ico pa ra profund iza r en la evo lución d e la tender bien lo s res ul ta dos es tud rs ticos q U l' mu estran ca m b io s e n la
población, fijándose e n lo s c iclo s de crec im ie n to , es ta blida d y edad d e con tr aer 111 atri rno n iu s in a ten der a los ca m bios de ac titu-
con tra cc ió n, IIcga ndo a la co ncl u sión d e que la s va ri a bles m edio- des y a la evo lu c ión d e Jo s se n tim ie n tos (p o r ejem p lo, el c a m b io de
a m bien ta les , fund ament a lm entc el cl ima , ten ían una g ra n im p or- a ctitud con rel a ci ón a los hij os ilegítim os , o ha ci a el papel del pa-
tanc ia. S u in fl uye n te lib ro Montaillou se convirt ió e n un h ito d e la dre, o el asce nso d e la noci ón moderna d e a mor rom ánuco) .
lite rat ur a h istó r ica por s u ej em p la r recon s tr u cci ón d e las mcn ta li- Como re s u lta do de to do ello , los hi st oria dor es d irigie ro n su
dades de los ca mp es inos. El tra baj o de Le Rov-Laduri c, y e n ge ne - atenci ón ha cia otras formas d e e vid e ncia con el tln d e ex plora r la s
r al el pen sami ent o de los An nales , sitú a e n el ce n tro d e lo s deba - a ctitudes de las ge ntes. Así. se incl uye ro n CO ll10 lu erues no es ta -
tes sobre la hist oria la ten s ión e n tre m ed io a m bie n te y sociedad dís ticas la s pub lica ci o nes so bre modales v com po rt um ieru o, los in-
que la arqueología y la s cie ncias hu m an a s e n ge n e ra l ta mb i én co n - formes judicia le s y ec lesiás ticos o la s de scri pci o ne s literar ia s .v
tem pla n . poé tica s sobre se ntim ie n tos y cond uc tas.
Al mi s m o tie mpo , los hi stori a d ores se hi ciero n eco d el arg u -
mento que reivindicaba la in e xist e nc ia de una verdad hi st ór ica ob-
La revolución lingüís ti c a jetiva . Si los se ntimi entos que su byacían en el hech o d e casa r se de-
bí an ser explorados, n o había lu ga r a discusión de qu e difer ir ían
En los úl timo s tiem pos ha habido un ca m b io qu e n os ha lleva - d e una p erson a a o tra . Po r lo ta n to , n o p od ía exis tir una ú n ica po-
d o más Jeja s aún d el di scur so h is tórico tradicional : la llamada «re - sib le re spu esta co r rec ta a la p regun ta ¿.qué representab a ca sa r se
voluc ió n lingü ís tica ». Un a buena form a d e explica r es te ca m b io es e n Ingla ter ra e n el s iglo XV II ?, p ues to que podía haber tanta s idea s
seguir la evolu ción de la lla m ada «histo r ia soc ia l" en In glaterra . y exper ienci as d is u rua s co rno pe rso nas a fec ta das . Cualqu ier inter-
En los a ños sesen ta , e n paralelo co n la Nueva Arqueo logía y 1" pretac ió n sob re la fo r m a d e pe nsar d e la gen te con res pe c to a rea-
Nueva Ge ografía , y baj o 1" infl uenci a d e la Esc uela de lo s An u a les . lida d es co tid ia nas co mo u na boda só lo podía ser su b je tiva , cu a nd o
los h istoriadores qu e trabajaban e n la ór bita d el lla m a do G ru po de m á s que se ha cí a d esde un a época, la socied a d actua l, ta n d istin ta
Ca m b ri dge para el Es tud io de la Pobla ción y la Estru ct u ra Soc ia l y con id eas sob re e l m atrimon io tan diferentes a las de en to nce s.
d irigieron la a te nci ón ha cia n uevas á re as de co noc im ie n to , m uy Los h is tor ia d o res sociales con te m p la ro n la d iso lu ción de los
alejadas de la hi stori a tradi cion a l. Algu nos lla m aro n a es te movi- hechos obj eti vo s has ta el p u n to d e que a lgu nos , en tra ba jo s r e-
m ie nto la «Nueva Hi stori a Socia l». La Nueva His to ri a Socia l bus- ci entes, han llega do a ce r ti fica r la « lTI U C I1c)) de la hi stor ia social.
có una respues ta a las di n á m ica s de la s sociedades d el pasado a Diversos hi s to ria d ores a rguyen qu e no se p uede d ispon er de n in -
IYU TU}]{J..,\ ,\RUl'I'J>IJH,ll'i\. [,'\.;\ j"ll~() lll((I()N
AROI:EOL()(;L\ F IIlSTOI{IA I () I

guna «realidad social», va que «lo que pasaba» en cualquier situa- dosa. Y fue precisamente la forma que tuvo Gordon Childe de con-
ción histórica dada esLú abierto a múltiples interpretaciones, ~/ la cebir sus primeros trabajos de historia cultural, que luego al final
vida social de la gente se construía en el marco de creencias y' for- de su vida describió críticamentc en su Retrospect (1958).
mas de entender el mundo, de signo cultural y' por 10 tanto, varia- Algunos arqueólogos de nuestros días vuelven otra vez a las
ble. Siendo creencias e ideas un elemento variable, podían « leerse» ideas y métodos de la Escuela de Jos Annales para encontrar la ins-
de forma distinta, de la I11iS111é\ manera que podía «leerse» de for- piración que les falta. Enfatizan el interés de los /vnnales por las
111<1 distinta el ma terial arqueológico, tal corno vimos en el capítu-
diferen tes escalas temporales ~y por las interacciones entre los 1113-
lo 7. En vez de una sociedad objetiva dotada de una existencia teriales :y el mundo de las mentalidades, en el que ningún rasgo es
concreta, temamos un conjunto an101'rO de creencias culturales. Y dominante. Finalmente, muchos postprocesualistas, cnrre los que
C01110 deua» de la «realidad social. existe la percepción cultural, me incluyo, han encontrado inspiración en los métodos y teorías
de la Nueva Historia Social nació ... la Nueva Historia Cultural. de los historiadores involucrados en la Nueva Historia Cultural.
Esta incursión por la teoría histórica csLú siendo breve e in-
cornplcta en extremo. Sin embargo, quisiera señalar, llegados a
este punto, dos cosas en especial: Arqueología histórica
!,i
1. La historia del pensarniento arqueológico corre en paralelo En la prinlera parte de este capítulo me fijé en la relación entre I

a la historia del pcnsumieuto histórico \' a la de las ciencias hu- historia y arqueología en abstracto; en este apartado quiero aten-
manas en genera l, aunque la tenninologia usada pueda variar. der a sus interacciones en la práctica, a partir de distintos enfo-
2. Hay distintas forma-, de penxarn iento histórico y teorías ques de la arqueología de los períodos históricos. Mí definición de
muv distintas sobre el método histórico. Por lo tanto, no basta con arqueología histórica difiere de la de muchos arqueólogos nortea-
decir «dcbcriamos rechazar cualquier Iorma de hacer historia» o mericanos, para quienes se refiere exclusivamente al periodo que
alternativamente, «deberíamos adoptar métodos históricos conve- sigue al año lSUü. Yo, en cambio, examinaré también ejemplos sa-
nientemente seleccionados y contrastados», sin especificar qué 1I
cados de la arqucología antigua y medieval.
métodos tenernos en mente \' sin examinar estos métodos denrro Gran parte de la arqucología tradicional se ha visto aliada de la
de su propio contexto disciplinario. Si bien las teorías de otras dis- historia tradicional. En particular, los arqueólogos que estudian el ji
I •
ciplinas pueden constituir una fuente fructífera de ideas frescas, mundo antiguo o la Alta Edad Meclia europea tratan con ámbitos 1,
:11
no hay posibilidad de salvacián para el pensatniento arqueologico del discurso histórico que, con excepciones, son todavía conside- 11'
que se interesa por los métodos de otras disciplina.',' si la unidad de rablementc tradicionales, fundamentalmente en lo que se refiere al
nietodos protesado por estas otras disciplinas es ilusoria, se eslé ha- alcance dc la disciplina. En muchos casos, los arqueólogos a los
blando de los métodos de las ciencias naturales, de la historia o de 1,1
que nos referimos estudiaron lenguas clásicas o historia y llegaron
la crítica literaria. a la arqueología movidos por el deseo de atacar problemas histó-
ricos quc venian delimitados de antemano por la metodología his- :il'
I1
Como era de esperar, contemplamos C61110 distintas escuelas de tórica (tradicional): ¿Qué rey está enterrado en Sutton Hoo? ¿Có- I!
teoría arqueológica se han vuelto en busca de aliados. hacia la rno era el foro dc Roma? ¿Cuándo fue abandonada esta aldea me-
práctica vigente de la historia. Jacquctta l Iawkes escribir: una idea dieval?
sobre la arqueología que se ha hecho famosa: «sean cuales sean I 1
Subordínación a los relatos históricos ha significado subordi- I

los métodos científicos empleados. la m era final de la disciplina si- nación a los modelos tradicionales de la historia cultural y a un
gue siendo histórica: la descripción en el tiernpo de acoritccirnicn- enfoque normativo de la cultura. El típico ejemplo es la historia de
I

tos" (JIawkcs, 1968: 258). Incluso en el momento ele escribir esta la colonización anglosajona de Inglaterra. El historiador del si-
JI
[rase se trataba va de la descripción de una de las posibilidades ele glo VITT, Beda, nos cuenta quc tres grupos de colonos distintos lle-
la práctica histórica. y no precisamente de la más amplia o nove- garon a Inglaterra en el siglo v: los anglos, los sajones y los jutos.
192 T EO Rl i\ ,\ RV l.I H H ,( )(;¡ ( '1\, ti NA J\JTI {OIll I( '( ' I( ) '\I !\ IH ) (.' !: I )I, ( )( ; I A r: JI IST O R I,\ 1'1.1

Beda n os e xp lica dón de se es ta b leci ero n y qué re ino s Fundaron . cri ta com o do cume nt a ci ó n d e alca nce m ed io. Recordem os qu e
Un a ge neraci ón d e a rque ólogos tradi cionales se d ed icó H ex a m ina r Bin ío rd ha b ía ha b lado de la p os ib ilida d dc co ns u lt a r fu e ntes de in -
lo s aju ares de los en te rra m ie n to s en las áreas señal ada s y los in- form a ci ón indepen die n tes p a ra elab or a r argu m e ntos ( r ob u stos »
ter p r e tar on comparán dolos co n los en terra m ien tos h a llados en el (capítul o 4). E n el paleolít ico, B infor d estu dió el co m po r tam ie n to
norte de Alem a n ia y el s u r d e Din am arca . Pu esto que Beda nos ex- de pla n tas y animales. Algo p a r ecido podía h ace rse para los pe río-
plicó que e l co ndado d e Kent fue colo niza do por lo s j u ta s , el m a - dos h is tó r icos , pe ro e n es te caso se ría n lo s docum entos escr ito s los
teria l arq u eo lógi co proced ente d e Ke nl fue e tiq ue ta do com o «Ju - que de berían servir; Los reg is tros de a d uana s y pue rt os, por ejem -
ta », y se busca r on y e nc o n tra ro n parale los es tilís ticos d e lec ha si- plo, exp lica n lo q ue se im po rt a ba y lo qu e se export a ba y los pre-
mi lar o ligera m en te m ás te mpra na e n m a teri al es descubiertos en c io s qu e se pa gaban , un a d ocurnentaci ón q ue pu ed e co m pa ra rse
la Jutla ndia dan esa. con los r est os dc m ercan cía s y d e s u s em bala jes que descu bri m os
Aunque se t r a ta dc hi stori a c ultu ra l basada en teorías sobre en lo s vert ed eros.
procesos m igr a to ri os ,v 110 en e l d ifu sion is rn o , lo s paral eli sm os co n Ot r os arqu eól ogos. e n cambio, se interesaro n m ás po r la o fer ta
la h istoria cu lt ural d e la p rehi st o r ia son obvios . Tra bajos rec ien tes del p en sa m ie n to po stproccsu al , e inte r pretati vo pa ra o bt ene r' m o -
han c rit ica do es te m odel o , sea bu scando minimiza r el impa cto y el de los al ternativos de integra ci ó n de la ar q ueología y la historia .
número d e posible s colo n lza d o rcs llegados en el s iglo v, se a en fa- Pa ra el pensam ien to p ostproce sua l el context o es s u m a mente im -
tizando el ca m b io soc ia l ocurrid o a n ivel d e la s es tru ct uras d e es- por ta nt e , co rn o se re corda rá . Los docu me ntos interpre tado s d e c~ ­
ca la m enor y n o ta nto debid o a las mi gracio n es a gra n esca la. ta Form a p od rí an p roporcionar u n tipo es pecial d e in formac i ón
contcxtual , po r eje m p lo, so b re las p ersona s in d ivid ua les o so bre
sus idea s sob re el género . Hem os visto ya u n eje m p lo d e es te tip o
La arqueologí a hlst úrica y los te xtos de trab a jos : mi d iscusión so bre el hall de aquella ca sa inglesa de la
E dad Med ia ta rd ía (ca p ítu lo 7). Sob re este tip o de e n foq ue se ha
Durante los años sesen ta y se te nta , un gr u po de a rq u eó log os trabaja do m ucho ú ltimamente, es pecia lm en te e n países co n irn-
norteameri canos se ded icó a ada p ta r la s idea s el e la Nue va Ar- pronta co lon ia l como Su d áfri ca y Estados Un idos .
queol ogía a l es tu d io arq ueo lógico d e períodos h istó ri co s, sigu ien - La arqu eo lo gí a his tór ica en ge ne ral no se d ej a, sin e mb arg o,
do el co n sejo de Bin io rd de q u e: «los es p eci a lista s en este ca m po enc asilla r fácilm en te por etiqu etas tcor ética s como las qu e a m e -
deber ía n uti liza r los m étodos d e con t r a sta c í ón y evalu a ción qu e nudo id en tifica n a los a rqu eólo gos de la pr eh is to r ia . La arqu eo lo-
so n habitual es e n tre los a rque ólogos d e la prehistor ia » ( 1977 : 169). gía d e los cas tillos nos proporc ion a un bu en ejem p lo de cómo la
Vimos un e je mp lo d e es te en roq ue cn el trab ajo real izad o por arqueología hi st óric a no sigue fá c ilme n te las regla s es ta bleci das .
Ho dges y su a n álisis sis té mi co d el co m er cio dura nte la Alta Edad
Me d ia . (ca p ítu lo 3).
Los tra ba jos resu ltantes fueron innovadore s en el se ntido de q ue CASO 6: El. CASTILLO B ODIAM
intentaron h a cer ge ne r alizaci o ne s y adop tar u na visión cercan a a la
an tro p ologí a qu e h u ía de las d escripciones histór ica s tradici onal es. E n In gla ter r a se d eb at e desd e hace much o tiempo la fu nció n el e
Por ejemplo , el tra baj o ele Kathleen Deagan y otro s e n Sa ínt Au- los castill os med ie vales . Los ca stillos eran grandes co ns tr ucci o nes
gu stin e, Flor id a - u n a ciu da d qu e en los siglos XV II y XVIll es ta ba desti n a d as a los pod erosos , que co m b in a ba n unos usos res ide ncia-
ha bitada por di stin tos gru pos é tn icos-, b uscó en los m a te r ia les ar- les para los se ño re s y s u corte de servidore s, con u n os u sos d efen-
q ueológ icos tipologías a soc iada s a estos di stin tos gru pos étn icos . El sivo s ejemplificados por la s torr es , los mu ro s a lm ena dos , los pu en-
objetivo era, e n pa rt e , elaborar una d efin ición de e tn ic id a d más r i- tes levad izos y el foso .
gu rosa , basada en la identifica ci ón d e varia bles cu an tita tivas . La in ter p re taci ón tradicional de los cas tillos ha ven ido de la
Una de la s posib ilida des u tilizada s por la arqueol ogí a hi stórica m ano d e er u d i tos con cie rta form a ción milit ar, La evo l uc i ón d e
pa ra atender al r e to de renova ció n fu e tr atar la docum enta ci ón es- la arqu it ect u ra de los cas tillos ha sid o interp r e ta da en re lació n al
194 TEüRf A AROtir:OLÓ(';ICA. I JN,\ I N 'II{(II Jl ;( '( '[ O N /\]{(JlJEutUG ]A E I I JS'l'U R. I A I YS

progreso expe rimen tado po r las técni cas de ataque y defensa; así,
parece que de form a in in te rru mpida a lo largo de los a ñ os , a taque
y defen sa experim e n ta n un prog reso tecnológico que los lle va el un
a lto nivel de so fistica c ió n. Para explica r la hi s to ria de los cas tillos
se ha u tilizado d o c u m en ta c i ón h ist órica (narracio nes sobre cual-
q u ier aspecto ) y docum en tac ión a rq ueo lóg ica (evo lució n de la 101'-
ma de la s to rres , muros .v puerta s...) vert idas ca si literal ment e. No
es de ext rañ a r, por ello , q ue m uch os lihro s so bre cas tillos co ns is-
ta n en u na na rraci ón de co nte nido hist óri co en la qu e los castillos
in divid ualizados se muestran cn im ágenes vívidas y co loris tas.
E n estas histor ias, los documen tos co ns tituyen el m eo llo. Así,
pueden a menudo empezar co n una defin ición so bre lo que es un
castillo, basada en textos (gen era lm ente en la tín) e n los qu e se de-
finen los co ncep tos de castrun i y castellum. Luego vien e e! estud io
de los rasgos de carác ter m ilitar; Los aspectos resid encia les reci -
li le.; . 10. 1. fl1w}.;.en [rontal del castillo Bodiam .
ben m en os a tención y el pa isaje alred edor - las a ldeas y gra n jas
fuera de las murall as- todavía menos a tención.
Simplifica ndo, podr ía mos decir q ue los cas tillos se abordan gc-
neral mente desde la perspectiva hist órico-cultura l, enfatizando as -
pect os co mo infl ue ncia , co n tac ro y d ilu sión de ide as n uevas so bre Los es tud iosos militares han llamado la at enció n so bre la pro -
arquitectura milit a r; Esta narrativa, basada especia lment e en la do - life ra ci ó n de ele m entos m ilit ares : las sae te ras que dom in an la s
cu m eruaci ón esc rita, ra ra m ente se cues tiona y m en os se co ntrasta. vías de a proximación , las to rres gemelas que fl anquea n la entra da ,
Na da pa recido a un en fo que «p roce su al» a lo s estudios sobre cas- etcétera Pero en part icular lla m a la atenció n el hech o de qu e el
tillos se ha intentado n unca . castillo se sitúe dentro de un pequ eñ o la go rec ta ng u lar artificial-
En los últim os a ños, algu nos hist oriad ores y arqueólogos ha n mente creado. E l lago es una m uestr a de sta cada de ingeniería hi-
em pezado a pregu n tar se cosa s co m o: ¿y la d im ensión social de dráulica, puesto qu e las ag uas están con ten idas por gruesos muros
es os castillos?, ¿podrían ser las fun cion es señoriales (jurídicas, re- de tierra prensada a ambos lados, que o bran co mo re presa. Aparen-
sidenciales) tan important es co mo las es tric ta me nte m ilita re s o es- tem ente const ituye un form idable obstácu lo para cualquier a ta -
tr atégica s? Algun os ha n id o m ás lejos v se han preguntad o sobre la cante . La princip al entrad a al cas tillo se sitúa mi rando en ohlicu o
d imens i ón sim bó lica de es te tipo de es tructu ra s: ¿no se rá que mu- a un co stado del lago, por lo que los a ta cantes q ue da n expuestos al
TO S a lmenados y torres , en vez de tener que ver con necesidad es fu ego lanzado desde los muros alm enados.
m ilita res ti enen que ver co n el ima ginari o ca ba lleresco de la elite Est e ti po de a nálisis ya es aparen temen te co nvincente de su ca -
m ilitar? rácter de fo rt a leza ; sin e mba rgo, aú n q ueda la prue ba fina l que
El cas tillo Bod iam , a di ez m illas de la costa sur de Inglaterra , pro ced e de la documentaci ón h ist ó rica: una licencia de fo rtifica-
en Sussex (fig uras 10.1 .Y 10.2) fue co nstru ido en la déca da de mil ció n . Traduci do del la tín , es ta blece sin género de dudas que s ir
trescientos ochenta por s ir Edward Dalyn gry gge , un a n tiguo so l- Ed ward Dalyn grygge obtuvo u na licencia en octu bre de 1385 «pa -
dado en la gue r ra de los Cien A ños , La interpretación del cas tillo ra fortificar con muro de pied ra la casa ele la propiedad de Bo-
se centró en la pregun ta: ¿se tr a ta de un cas tillo-fo rta leza verda- d iarn , situ ada ju nto al mar... y co nstr uir y cu bri r un cas tillo para la
deram ente defensivo, co m o pret enden los estu diosos mili ta res , o defensa de! campo ad yacent e y para p od er resistir a los enem igos
se trata de una construcci ón s im bó lic a CO Il1ü últ i rn a rn e n te apun- del rey ". Se trata de un documento claro e irr efuta ble sob re el pro-
tan algunos estudioso s? pósito m ilitar del castillo.
196 TE ORíA A RQ UEO L{) ( i1C \ . lJ ~ A I I\:T I{ OJ}l ( "( "l! l f\; ARU L' r.O I.oG iA E HIST O R IA 1\17

Pero reci entemen te se ha n leva n ta d o voces co n tra es ta int er-


' , ~·
~
. ¡;j tl p retaci ón, que han procedido de tres fu entes distin ta s:

1. De un a rc lcc tura d e la a r qu it ect u r a d el ca s tillo . Ch a rle s


Co u lson h a d em ost rado co nv incen tem en te qu e la s ca ra c ter is tica s
ap arente me n te m ilita re s del ca s tillo era n una s im u lac ión . Las sae -
tera s n o está n b ien em pla za d a s. pues to qu e no do minan u n ca m po
d e fuego s u fic ie n te men te efec tivo , Otras a be rt u ra s del m uro son
impra ct icables pa ra e l u so d e la ba llesta o e l arco; e l parapeto no
es fá cilm ente a cce sib le d esd e el in teri or, et c.
2. De u n es tu d io d e tallado del p a isaje alred ed o r del ca stillo ,
llevad o a cabo de [arma in de pend ien te, que h a m os tr ado cos as in -
200 i:1
50
te resantes. Pr ime ro , qu e la represa es del todo inde fe ndi ble; se gú n
600 1;1
...",., va ri as es timaciones , p odría provocarse una ro tura e n u n a sola no -
.--_.,,,,-. ~; ¡
c he por una doce n a d e ho m b res , E l la go no es jo s u ficien temen te
i . . , -<1;,_-.-.., ,., ",. p rofu nd o a e rec tos d e de fe nsa , m ás bi en se tra ta de u na ca pa su - ,'1
¡,:
~ ,~·· :;'. d-/ !
.--~~_. - ~,~I\ .'..:~'''~. ~;.1;' ~. , .<\, . ,;,:..;i\,,¡ "' - ..--- ~~
1 / '\ '"...... . ,. p er fic ial de a gu a co m o las que se ve n e n los jard in es orn a men ta les ,1,
:
"';;'" 11 J. del sigl o XVllL Mús a llá d e l la go se ve el zócalo de r ell en o d e un 'j

/ "'Ifii\ , \\ ' ''---';''' : .1, .i ' , gr a n jardín , qu e in c luye un a platafor m a de sde la cual el cas tillo 1, 1

"~ " j
,-''''' ',,,··.:2'',";; ./ \: \ , p od ía co n templa rs e desde una posición sobrcclcvada.

:'". ' ' ' .;Y'~ \ ''. \\


!I";I
\ " ;: :".. n ! '.' '\ 3 . De u n a re lcct ura del permi so de fortifica ci ón , Bod ia rn n o
,l·,

/);;-1 :' KJí


l ' ' U-~~'I
L:.: \ ." es tá «ju n to a l m a r» , s ino a d ie z m illa s de la cos ta . Docu m e ntos de :1:

~Jt~~~:/; ", , ~
es te tipo no pued en tomarse a l pie de la let ra co m o p odría n s upo-

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~v' ~.•,,,::::. ~ :.~..- ,
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1
:' ." ' ':Ir , : \ l ;,~\
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' \ . " . . . : ',

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" ' I\"'\~~~
' . ·",·,'
n er lo s p re h is to ria d orcs . Cou lso n s ugiere que la p rodu cci ón d e es-
te ti po d e docum en tos es ta ba r ela ci on a da con el siste m a ca ba lle-
resco d e conceder h onore s, y que la s referencia s a la fu nc ión de-
fen siva d el ca s tillo formaban pa r le de l código de los va lo res cab a -
llerescos . Es cribe Cou lso n:

\: ¡;;;:~ .:;,-;;:~. ..:" ..:-:'. lr,nt~~ , ~


I - -

:: El pe nsar m ecánicament e en los efectos ilu so riam cn te de fens ivos


I F'" c- ,"
~ . .._-., i
I .
,n,
•• j1 .
pa ra im a gina r unas ca us as mil itares ha llevado en el cas o del casti-
llo ello: Bod ia m a ha cer una lec tura literal ele la famosa licen cia el e o c-

,~..
§ ,
t u b re de 1385... Como que no se han est ud iad o ele m od o siste m á ti-
I!' li'
. ~,'.: : ..... :'.' :.' . ... .~ .: ¡ ~"
lfZ¡ . '\ ;."" . .. . ""'" co este tipo de licen cias de for tifi cación [...] se I/(U1 realizado m u ch os
, 11\\ --" ju icios equivocado s, eH parte ta m b ién por una [alta de contpren si án
;. \I~ ) ...------.J:"::'-<.':';".' .. del valor del contex to (Coulson, 1992: la curs iva es m ía) .

''''''''E
,,;-; .. \I~
'' ' ?j ~.......---
..;¿:~' ~~
' " ' ~'' ~ : ~~:;,~;~:,? ~~i7::.. ~ ~~'
.. .' '. " ,~.
'~'" ......~- - '"""--
E l conocim iento deta llado d e la docu m en ta ción m edi eval d e
. BOO,'. ""9' ' -- ~.~.,~ ~ ...... "~"¡.",
"'"~,." ~ ~'..::" _ ____ .............. ..,,, ,5 . .... Co u lson y su exp er ien cia , a d qu irid a indu c tiva m en te co m o p a rl e d e
s u prácti ca CO ll10 h isto r ia dor, co nlleva que ten ga u n m ejor «oj o»
FIG. 10.2. Castillo Bodiain: " fallo del entorno del castill o. qu e otros autor es en el m anej o d e d ic h a docu m enta c ió n ,
198 T EOR IA AR Q UEOLÓ<.i ICI\ , I JN I' I NT1U JlIl H "( "I( ')N AI{I) I II'Ol,( le ¡l A E I UST O R IA ILJ LJ

Pero esta interpret a ci ón no es u na m a ne ra de de cir qu e (d o Este d ebate so bre el castillo d e Bodi am y la m á s exte nsa tra di-
sim bólico es m á s impo rt ante qu e lo milita n >: c ión paisajista de la c ua l forma p a rl e n o sigue la s reglas es ta b leci-
das por la teorí a arq ueo lógica . Aunqu e qu e a lgunos e nfoques so n
Lo m ás in teli gen te es re sist ir se a la ten tación d e califica r co rn o de con ten ido m á s o m e nos hi s tó r ico-cu ltu ral, no p uede d eci rse
sim ul ación este elem en to o es te o t ro , () tomarlo s po r pu rament e Iuu - que exista nin guna aprox imac i ón «procesual» al caso de Bodí am .
cionales (e n el se ntido de res ponder a la fu nci ón de fe ns iva ). Se uu - Na d ie ha intent ado fo r malmen te caracte r izar Bodi am e n relación
la d e u na habili do sa co mb inación q ue exp resa ... to d as las co mplejas a la jerarquía d e los asen ta m ie n tos ha b ido s. Tampoco se ha in ten-
aso cia ci o nes se ñorial es d e la id ea m edi eval d e cas tillo , que in cluye n tado estudiar d e forma sis te má tica el p ai sa je alred ed or del castillo.
la disu asión an te cualqu ier a taq ue... las p uertas dob les de las ha b i- Tampoco Coulson es un post pro cesua list a reconocid o: su arg u -
taciones, lo s «ag ujeros asesino s », los tr es ras trillo s, son p u ra íun fa-
men tac ión está sa lp icad a d e juici o s d e va lor es téticos, apro p ia d os
t-rona d a cuando la s puer tas la te ral es so n ta n d ébiles. No resp o nd e ti
la ló gica militar el hech o de tri plica r lo s pri ncipa les ce rrojos cua ndo
al discu r so de u n a hi stor ia d e la arquitectura trad ici onal q ue sue-
se deja un acceso corto y directo a u na pue rta traser a m uy sencilla . na bas ta nte ex trañ o a a lgu ie n co n fo rm ación de a rq ueólogo de la
En cualquier caso, e l co nju n to responde a una lóg ica psicológica prehistoria (Bodi a m es un ca s tillo d e «agrad a b les p roporcio nes »,
muy p otente : es t á más ce rca d e Jea n Fro issart (q u izás ta m bién de «ele gan te », «a p ar ca do co n gusto »), E n mi op in ió n . los a rg u men tos
Fran z Kafka ) qu e de Vcgetius o d e Monsicur d e Va ub a n . El elernc n- de Coulson ga n a rí a n peso si hu b iese co nc ed ido má s a te nció n a la
lo mágico es aq uí alus ivo y rom án tico ... La idea ele «Fort ifica ci ón» teoría, es d ecir. si hubie ra co nsi derado , p OI' eje mp lo. qu é gru pos
er a tan m et afí sica co mo ma teri a l; u na cue sti ón d e imaginer ía y tic sociales h a b r ía n s ido ca paces de in terpre ta r el sim bolis mo de 8 0-
simbolismo y no sólo de tecnología (Co ulso n. 1992: 66, 83) . d ia m , o es tu d iad o con m ás pro fund id ad el a n ta goni s mo e ntre
cam pes inos y se ñores .
¿Qué lecci o ne s teor éticas podemos sa ca r de la h is toria de 8 0-
di am? Primera , que los a rg u mentos se ce n tra n en el a ná lis is formal
m ás que en el cua nt ita tivo . En o tras pala bra s. que los es t u d io sos Co n clusión
discuten, no sobr e los n úmero s, como hi ciero n cu a ndo trata ban de
las proporciones r elativa s de d iferen tes tipos de útiles en u n d eter- La teo rí a a rqu eológica cas i se h a agota do deba tie ndo cier tos
mina do complej o m u s te riense , como vim os en el ca pítu lo 3, sino ca sos típicos (como el d e los megalitos , el d el a r re rupest r e o la
sobr e la form a . r efi érase a la forma del lago o a la de la s sae teras. cuestión musteri ense). Ha ten dido a r efu giar se en la preh istoria
Esta form a de es tud iar la s cosas d eriva de una tradici ó n a rqueoló- p or vari a s r a zo n es. En p rim er lu gar , p orqu e la pr ehist ori a se p er -
gica que en este lib ro se trata poco. La lla m ad a «t ra d ici ó n d el pa i- ci be como «pura » a r queo logía . E n segu ndo lu gar, porqu e la m ayo-
saje histórico inglés » es una escuel a d e p ensamient o que tie ne po r ria de la s histori a s de la a rq ueo logía con te mpla n [os perí odos hi s-
referencia a l historia do r loca l W. G. Hoski ns, s u fundad or, La tra- tóricos com o a lgo secu ndario con relación a l núcleo de la cu es-
di ci ón pai sajist a resalta la im porta ncia de l aná lisis em p ír ico y de - tión, que es el desarroll o de la c ro nología d e la preh istoria. Es in te-
tall a do de p orc iones del pai saje . qu e la s con te m p la corno docu- resante notar. ya que sa le e l tem a de pasada , qu e tal es hi st oria s de-
m entos co m p lejos en lo s qu e están «in scr ita s» la s di s tin ta s rases b erían r eescribi rse: por ejem plo , los m ed ieva listas europeos del si-
d e su ocupaci ón , in tegrándose así los e n foques hi s tó ri co . a rq u eo- glo X IX c on ocían perfecta m ent e la es tra tigra fía d e los ed ifici os ,
lógico y geográ fico. El m éto do es inductivo y s us prac tica ntes mos trada c u idad osame nt e por la a rq ue ología y la documenta ron .
mues tran cierta hostilid a d a la «gr a n teo r ía ». Este pu n to de vista En tercer lu gar. la insist enci a d e la Nueva Arq ueo logía e n los pro-
tiene sus puntos fuer tes y sus pun to s débi les: enfatiza la in terdi s- cesos a la rgo pla zo tendi ó a m argi n ar la s pe rspectivas a corto pla -
cip lin a r ied ad y la a ten ción a l d eta lle , p or u n lado, per o es a n ecd ó- zo del a rqu eól ogo h istó rico .
tico en su enfoqu e. Es to es, ha ce u so de eje mplos bi en tra baja dos La historia d e la a rqueología h ist órica mu estr a que no es n ec e-
pero co n ced e poca import ancia a su re presenta tiv ida d. E n defini - sar io que nos a fer r emos a la idea d e la pre h istoria como «p ur a»
tiva , adolece de ri gor teóri co . arqueología , y que la a rqueología de los perí od os históricos ta rn-
200 TEOIÚA ARQUEOL()(;ICA. LN/\ l'\1TIHlIH,I('('I()\l

bién pone de relieve la existencia de complejos problemas de in-


terpretación. Además, la in!lueneia transversal de disciplinas dife-
rentes (arqueología, historia, literatura, ctc.) abre la posibilidad de
desarrollar debates teoréticos inesperados que enriquezcan el dis-
curso arqueológico en su conjunto.

CAPÍTUJ.O 11

ARQUEOLOGÍA EN UN MUNDO POSTMODERNO

Estoy contundido. Esuuuos a pt ntto de acabar el libro .v la palabra que


más circula en es/os tiempos, «postniodernismo», apenas ha sido nombra-
da. Oigo continuamente hablar de postnuulernismo, pero nadie me ha expli-
cado {/[lrl lo que significa exactamente, .\' mucho menos por qué es impor-
tante para la arqueología.

Bien, es cuestión de ponerse manos a la obra y explicar todo


eso, aunque sea brevemente. Pero antes, corno siempre, debo pa-
sar por la teoría, si no, no habrá manera de aclarar las implicacio-
ncs del postmodernismo para con la arqueología.
La «condición postmodcrna» ha sido definida por el filósofo
francés Francoi« Lyotard como de incredulidad hacia las metana-
rrativas, Lvotard sugiere que la condición postmoderna es jo que
caracteriza al conocimiento en las sociedades capitalistas occiden-
tales.
Una metanarrativa es un discurso serio que se plantea como
reivindicación de la posesión de una verdad absoluta. Pongarnos
algunos ejemplos de metanarrativas:

1. La creencia en el progreso científico, en que nuestra visión


del mundo mejora de forma progresiva gracias al uso del método
racional. En este sentido, el postrnodernismo contempla la fe en la
Ciencia como una metanarrativa.
2. Cualquier sistema total sobre la evolución social que per-
mite contemplar a las sociedades evolucionando de una fase a
otra. Por ejemplo, la creencia en el marxismo científico que sos-
tiene que mediante una ciencia objetiva de las sociedades se pue-
de contemplar la evolución de estadios sucesivos en la historia hu-

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