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EL PROYECTO MANHATTAN- APROXIMACIÓN MERTONIANA Y CRÍTICA


GEOESTRATÉGICA

Preprint · November 2019


DOI: 10.13140/RG.2.2.20210.25284

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1 author:

Luis Francisco Ochoa Rojas


ASOCIACIÓN COLOMBIANA PARA EL AVANCE DE LA CIENCIA-ACAC
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UNIVERSIDAD EL BOSQUE
DEPARTAMENTO DE HUMANIDADES
MAESTRÍA EN FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
SEMINARIO HISTORIA Y SOCIOLOGÍA DE LAS CIENCIAS
“EL PROYECTO MANHATTAN: APROXIMACIÓN MERTONIANA Y CRÍTICA
GEOESTRATÉGICA”

Por: Luis Francisco Ochoa Rojas


ochoa.filociencia@gmail.com y lochoar@unbosque.edu.co
ORCID iD: https://orcid.org/0000-0003-2632-1657

1. Planteamiento y justificación del tema a desarrollar

El Proyecto Manhattan es la historia de algunos de los científicos más reconocidos del siglo XX que se entreteje
con la industria, el ejército y decenas de miles de estadounidenses que trabajaron en lugares de todo ese país,
Canadá y Gran Bretaña para traducir los descubrimientos y teorías científicas en un tipo de arma completamente
nuevo: la bomba atómica. Cuando se dio a conocer la existencia de este proyecto secreto al pueblo
estadounidense, después de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki en 1945, la mayoría se
sorprendió al saber que existía una operación tan secreta, tan sigilosa, dirigida por el gobierno, con
infraestructuras físicas, una gran nómina y una fuerza laboral comparable a la industria automotriz. En su
momento más intenso de producción, el proyecto empleó a 130,000 trabajadores y, al final de la guerra, había
gastado $ 2.200 millones dólares. (U.S. - DEPARTMENT OF THE INTERIOR. (2017).

Se justifica realizar este trabajo, ya que tales hechos encarnan el cruce de varias disciplinas de estudio. En
primer lugar, los temas correspondientes al fenómeno científico referido al conocimiento de la estructura y
funcionamiento del átomo de los distintos elementos, con sus múltiples propiedades, características y
aplicaciones en lo práctico. En segundo término, las circunstancias históricas en las cuales, tales
descubrimientos se fueron dando; circunstancias referidas a las consecuencias onerosas para Alemania en
territorios e indemnizaciones a los países vencedores de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) derivado del
Tratado de Versalles de 1919, la Gran Depresión en Norteamérica (1929 y años siguientes), el ascenso al poder
en 1933 del Partido Nacional Socialista Alemán (Partido Nazi), cuando Adolf Hitler fue nombrado canciller
del gobierno alemán, generando en el pueblo la ilusión de que habían encontrado al salvador de la nación, con
respecto a la reivindicación de la humillación recibida en la Primera Gran Guerra. Y, por último, conjugado con
los dos anteriores, el conjunto de hechos, ideas y circunstancias sociales que rodeaban los motivos e intenciones
del establecimiento del Proyecto Manhattan, que permiten una mirada desde la perspectiva de la estructura
normativa de la ciencia de Robert Merton, sociólogo estadounidense, contemporáneo de esta trama de saberes,
hechos y circunstancias. Lo anterior, con una visión de la ciencia, la historia y la sociología que tenga en cuenta
el llamado contexto de descubrimiento, para ver la forma en que se generan las ideas o hipótesis y sus logros.

Es por lo dicho arriba que, al incluir el contexto de descubrimiento, en este análisis se relacionan la ciencia con
la sociología. En ese escenario, Robert Merton planteó una sociología estructuralista de la ciencia, que no se
ocupa del contenido de las teorías, sino que se fija en los marcos institucionales de financiación y producción.
De acuerdo con el ethos mertoniano de la ciencia, que se entiende como heredero de la concepción del método
baconiano, el científico en el laboratorio dejaba por fuera cualquier influencia, pero fuera de éste, reconocía la
existencia de una organización institucional en la cual se incluían las prácticas de producción de conocimiento.

Finalmente, el estudio realizado permite apreciar los valores de las comunidades de producción de ciencia y,
sobre todo, el valor cultural, político y económico de la ciencia. Visto de esta forma, este trabajo amerita su
ejecución, pues favorece el cumplimiento de los propósitos del Seminario Sociología e Historia de la Ciencia
dentro del Programa de Maestría en Filosofía de la Ciencia de la Universidad El Bosque.

1.1 Algunos aspectos históricos del Proyecto Manhattan


La ruta hacia la bomba atómica se inició con hallazgos que transformaron la física hasta ese momento conocida.
Al inicio del siglo XX, los físicos construyeron un concepto sobre el átomo, asimilándolo como un sistema
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solar en miniatura, con partículas subatómicas muy livianas cargadas negativamente, llamadas electrones, las
cuales, giraban en órbita alrededor de un núcleo mucho más pesado cargado positivamente.

En 1919, Ernest Rutherford, quien trabajaba en el Laboratorio Cavendish de la Universidad de Cambridge,


registró una partícula de alta energía con una carga positiva emitida desde el núcleo de un átomo. A esta
partícula subatómica la llamó protón. La cantidad o número de protones en el núcleo del átomo identifica el
elemento. El hidrógeno, posee un protón y un número atómico de uno, por ese hecho fue ubicado en el primer
lugar de la tabla periódica de los elementos; y el uranio, con noventa y dos protones, el último. A pesar de lo
dicho, muchos elementos existían con diferentes pesos, incluso mientras evidenciaban propiedades químicas
idénticas. Este descubrimiento fue fundamental y generó importantes consecuencias para la física nuclear, ya
que estos elementos con tales características son los llamados isótopos del mismo elemento, los cuales, podrían
tener propiedades nucleares marcadamente diferentes. (U.S. DEPARTMENT OF THE INTERIOR, 2017. p.
8).

Una tercera partícula subatómica, fue identificada en 1932 por James Chadwick en la Universidad de
Cambridge. Tal partícula fue la que explicó esta diferencia de masa, entre los elementos inestables y sus
isótopos. Dicha partícula se denominó neutrón porque no tiene carga. Como ya se dijo, la masa del elemento
varía y esto se relaciona con la variación del número de neutrones entre los núcleos de átomos del mismo
elemento. Por esa razón teórica y experimental, los átomos del mismo elemento, pero con un número variable
de neutrones se llaman isótopos. Por ejemplo, todos los átomos de uranio tienen 92 protones en sus núcleos y
92 electrones en órbita. El uranio-238, que representa más del 99% del uranio natural, tiene 146 neutrones en
su núcleo. El uranio-235 tiene 143 neutrones en su núcleo, y este isótopo constituye menos del 1% del uranio
natural. (U.S. DEPARTMENT OF THE INTERIOR, 2017. p. 8).

Los avances en la física teórica y en la experimental se estaban realizando en varios países al mismo tiempo.
Es por eso, que un descubrimiento sorpresivo realizado por investigadores en la Alemania nazi a fines de 1938,
transformó totalmente el norte de la investigación nuclear teórica y práctica. Los radio-químicos Otto Hahn y
Fritz Strassmann, descubrieron que cuando bombardeaban uranio con neutrones emitidos por una fuente mixta
de radio y berilio, los productos del experimento pesaban menos que el átomo de uranio original. La fórmula
de Albert Einstein, E = mc2, que establece que masa y energía son equivalentes, permitió inferir que la pérdida
de masa resultante de este proceso debía haberse convertido en energía. Hahn comunicó estos hallazgos a Lise
Meitner, una ex colega que huyó a Suecia para escapar de los nazis. Meitner y su sobrino, Otto Frisch,
formularon una hipótesis en la que calcularon que el núcleo del átomo de uranio se había dividido, creando dos
elementos más ligeros. Esto los condujo a concluir que se había liberado tanta energía, que un proceso que
estaba por ser descubierto debía estar operando. Tomando prestado el término para la división celular en
biología, Frisch le dio el nombre de fisión al proceso. (U.S. DEPARTMENT OF THE INTERIOR, 2017. p. 9).

La fisión del átomo de uranio tenía otra característica importante además de la liberación inmediata de energía.
Esta fue la emisión de neutrones. Cuando se produjo la fisión en el uranio, dividiendo el átomo, también se
emitieron varios neutrones. Los físicos especularon que estos neutrones secundarios podrían colisionar con
otros átomos de uranio y causar fisión adicional, creando una "reacción en cadena" auto sostenible si la masa
de uranio era del tamaño, forma y densidad apropiados, lo que emitiría una cantidad de energía en continuo
aumento. Tal reacción podría generar una gran cantidad de energía, y si no se controla podría crear una
explosión de gran fuerza.

Desde el punto de vista político social, el presidente Roosevelt dio respuesta a la solicitud de soporte
gubernamental a la investigación sobre el uranio de manera rápida pero cautelosa. Designó a Lyman J. Briggs,
director de la Oficina Nacional de Normas, jefe del Comité Asesor sobre Uranio, quien reunió dicho comité por
primera vez el 21 de octubre de 1939. Tal reunión, incluía una representación civil y militar. Allí se debía
coordinar las actividades y analizar el estado de ese momento en la investigación sobre el uranio para
recomendar un papel apropiado para el gobierno federal. Al comenzar 1940, el Comité de Uranio sugirió que
el gobierno federal financiara investigaciones limitadas sobre la separación de isótopos, así como el trabajo de
los físicos Fermi y Szilard sobre reacciones en cadena en la Universidad de Columbia. (UNITED STATES
DEPARTMENT OF ENERGY, 1999, p. 5).
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El apoyo del gobierno estadounidense llevó a desarrollar pruebas y experimentos que incluyeron el trabajo de
separación de isótopos utilizando varios métodos de prueba; el uso de un método electromagnético, iniciado
por Alfred O. Nier de la Universidad de Minnesota, quien utilizó un espectrómetro de masas o espectrógrafo
para enviar una corriente de partículas cargadas a través de un campo magnético; la difusión gaseosa, método
que parecía más prometedor, fundado en el principio de que las moléculas de un isótopo más ligero pasarían a
través de una barrera porosa más fácilmente que las moléculas de una más pesada, este método propuso producir
por gran cantidad de repeticiones un gas cada vez más rico en uranio-235, como lo es el uranio-238 que es más
pesado, el que fue separado en un sistema de cascadas; la separación de isótopos por centrifugado de alta
velocidad, un dispositivo basado en el mismo principio que el separador de crema; y por último, el método de
difusión térmica líquida, proceso de enriquecimiento de uranio que solo llevó a concluir que no valdría la pena
continuar. (UNITED STATES DEPARTMENT OF ENERGY, 1999).

En el terreno político y social vale decir que poco después de que la Segunda Guerra Mundial comenzara con
la invasión alemana a Polonia el 1 de septiembre de 1939, Vannevar Bush, presidente de la Fundación Carnegie,
se convenció de la necesidad de que el gobierno organizara las fuerzas de la ciencia para una guerra que
inevitablemente involucraría a los Estados Unidos. El hizo sondear a otros administradores de ciencias en
Washington y acordó actuar como punto clave para convencer a la administración Roosevelt de que estableciera
una organización científica nacional. Bush hizo una alianza con el asesor más cercano de Roosevelt, Harry
Hopkins; y después de completar su proyecto con las fuerzas armadas y las agencias científicas, se reunió con
el presidente y Hopkins. Sin duda, con la inminente caída de Francia en la mente de Roosevelt, Bush tardó
menos de diez minutos en obtener la aprobación del Presidente y actuar. Aquí se observa la ágil e intensiva
participación de la sociedad civil en la organización de la defensa y del programa científico alrededor de ésta.

Finalmente, el proyecto se empezó a desarrollar en sus fases tecno-cientificas desde 1942 hasta 1946. Estuvo
bajo la dirección del general mayor Leslie Groves del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos,
mientras que el físico nuclear Robert Oppenheimer fue el director del Laboratorio de Los Álamos en el que se
diseñaron las propias bombas nucleares. La unidad militar participante en el proyecto recibió la designación de
Distrito Manhattan, nombre que gradualmente sustituyó el nombre en clave oficial, Desarrollo de Materiales
Sustitutos. (Jones, 1985).

1.2 Algunos conceptos sociológicos de Merton sobre la Ciencia


Los conceptos sociológicos de Robert Merton, que se presentan en este numeral, están consignados en la obra
“La Sociología de la Ciencia” A continuación, se hace tal exposición.
La obra de Merton es notable por concebir la ciencia como una institución social organizada sobre normas que
tipifican el comportamiento de los científicos en el ejercicio de su trabajo. Su propuesta teórica presenta dos
elementos cuya relación proporciona las bases para interpretar la ciencia como una actividad social distintiva.
Primero, el sistema de comunicación y recompensas como una concepción teleológica que le da a los
investigadores de la ciencia un procedimiento único de normas comportamentales y, de esa manera, una
valoración y un reconocimiento socialmente aceptados, en el entendido de la esfera interna independiente de la
ciencia con respecto a la sociedad. Segundo, el ethos científico entendido este como un tratado deontológico
que prescribe las formas en las que opera la construcción de nuevo conocimiento en la actividad científica.
Teniendo en cuenta este panorama general de la propuesta mertoniana, vale iniciar diciendo que, el desarrollo
persistente de la ciencia ocurre solo en sociedades de cierto orden, sujetas a un complejo peculiar de
presupuestos tácitos y restricciones institucionales. Lo que es para la mayoría es un fenómeno normal que no
exige explicación y asegura muchos valores culturales "evidentes", ha sido en otros tiempos y todavía es en
muchos lugares anormal e infrecuente. La continuidad de la ciencia requiere la participación activa de personas
interesadas y capaces en actividades científicas. Este apoyo de la ciencia está asegurado solo por condiciones
culturales apropiadas. Es, entonces, importante examinar aquellos controles que motivan carreras científicas,
que seleccionan y otorgan prestigio a ciertas disciplinas científicas y rechazan o difuminan otras. (Merton, (1977
[1973]), p. 339).
De acuerdo con lo dicho arriba, Merton dice que es necesario entonces mostrar la situación en Alemania desde
1933. País en el que muestra las maneras en que los procesos lógicos y no lógicos se relacionan para modificar
o reducir la actividad científica. De manera parcial, la desaceleración de la ciencia es una consecuencia no
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planeada de los cambios en la estructura política y en el credo nacionalista. En función del dogma de la “pureza
racial”, de hecho, toda la población que no cumple con los criterios impuestos políticamente de ascendencia
'aria' y de apoyo declarado con los objetivos nazis, han sido extraída de las universidades e institutos científicos.
(Merton, (1977 [1973]), p. 340-341).
Contenida en este racismo está la creencia en la degeneración racial a mediante el contacto, ya sea este real o
simbólico. La investigación científica realizada por los de ascendencia “aria” pura que colaboran con no arios
o que incluso aceptan sus teorías científicas está restringida o prohibida. Se ha elaborado una nueva categoría
racial-política para denominar a estos arios fuera de la norma de conducta: la categoría de “judíos blancos”. El
científico más célebre de esta nueva raza simbólica es el físico, Premio Nobel, Werner Heisenberg, quien ha
dicho reiteradamente que la teoría de la relatividad de Einstein constituye una “base obvia para futuras
investigaciones”. Sabiendo el ancestro judío de Einstein. (Merton, (1977 [1973]), p. 341).
Asuntos que llevaron a la reasignación de presupuestos de acuerdo con las visiones políticas que ha fueron
implantando en el régimen nazi en ese momento. Estas circunstancias históricas y sociales condujeron a un
sentimiento de anti-intelectualismo en favor del utilitarismo del conocimiento en Alemania. Tal situación obligó
a la salida de muchos académicos de las universidades de ese país y de otros, con población germánica. Lo que
explica la salida de los miembros del Círculo de Berlín en Alemania y del Círculo de Viena en Austria.
En ese escenario de presión estatal nazi, se considera que los “hallazgos” científicos eran exclusivamente la
manifestación de la raza aria, de la nación alemana. En la medida en que estas enseñanzas doctrinales permeaban
en los ciudadanos comunes, persuadiendo a las personas a generar desconfianza hacia la actividad científica,
así como una minusvaloración del buen nombre del trabajo científico. Lo que luego llevará a pensar que los
descubrimientos son arbitrarios y volubles. Esta forma de anti-intelectualismo fue resistida por los científicos.
Al mismo tiempo, en el frente ideológico, el régimen nazi conllevó un conflicto con los supuestos tradicionales
de la ciencia moderna. Un sentimiento, que según Merton, que el científico asimila desde el comienzo de su
formación se refiere a la pureza de la ciencia.
Lo indicado en párrafos anteriores se deriva de la presión del Estado nazi sobre la labor académica y científica
de las universidades. El cual, exige ante todo lealtades al régimen, afectando gravemente el ethos de la
independencia de la actividad científica. Este contexto de cosas conduce a un conflicto entre el carácter lógico
y empírico que debe tener la práctica científica frente al código político que el régimen nazi impone.
Merton dice que la ciencia no debe convertirse en la criada de la teología, la economía o el Estado ((1977
[1973]), p. 346), debe mantener su naturaleza pura e independiente. Esta exaltación de la ciencia pura se ve, así
como una defensa contra la invasión de normas que limitan las direcciones de avance potencial y amenazan la
estabilidad y la continuidad de la investigación científica como una actividad social valorada. La función de
esta idea es preservar la autonomía de la ciencia. Porque si se asumen criterios científicos adicionales del valor
de la ciencia, en consonancia con las doctrinas religiosas, políticas o la utilidad económica, la ciencia se vuelve
inaceptable en la medida en que vincule estos criterios. En otras palabras, a medida que se elimina el
"sentimiento puro", la ciencia queda sujeta al control directo de otras agencias institucionales y su lugar en la
sociedad se vuelve cada vez más incierto.
El reafirmar el ethos de la ciencia es una tarea importante para la defensa de su pureza. Merton ((1977 [1973]),
p. 357) lo define como un sistema intrincado, con interacciones afectivas, de valores y normas que son
imperativos para los científicos. Las normas se manifiestan a la manera de prescripciones, proscripciones,
preferencias y permisos. Se las da como válidas en función de valores institucionales. Estas prescripciones, son
comunicadas a través del precepto y el ejemplo. Son reafirmadas por sanciones, son interiorizadas en diversos
niveles por los científicos, perfilando sus conciencias. El ethos de la ciencia se lo puede derivar del consenso
moral de comunidad de investigadores, tal como se usa y se tiene por costumbre.
Continúa el autor, expresando que el propósito institucional de la ciencia es la ampliación del conocimiento
validado. Los métodos técnicos utilizados para obtener es propósito suministran la definición de conocimiento
apropiada: enunciados acerca de regularidades empíricamente confirmados y lógicamente coherentes (que son,
en efecto, predicciones). Los deberes institucionales (normas) se desprenden del objetivo y los métodos usados.
Las prescripciones de la ciencia tienen una justificación procedimental, pero son imperativas, porque configuran
un proceso eficiente, así como también porque se reconocen como correctas y buenas. Son normas morales
tanto como técnicas. ((1977 [1973]), p. 358).
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Merton señala cuatro conjuntos de imperativos institucionales: el universalismo, el comunismo, el desinterés y


el escepticismo organizado, como componentes del ethos de la ciencia moderna.
El universalismo, en primer lugar, ubica su expresión en el orden de que las búsquedas de la verdad, cualquiera
sea su origen, requieren ser sometidas a criterios impersonales preestablecidos: la consonancia con la
observación y con el conocimiento anteriormente confirmado. Lo importante en la ciencia no es quién la
practica, sino su contenido, los conocimientos que se obtienen acerca del mundo y de los fenómenos que ocurren
en él. Todos pueden contribuir a la ciencia con independencia de su raza, nacionalidad, cultura o género. Por lo
tanto, todos han de ser tratados como potenciales contribuyentes a la ciencia.
El comunismo, en segunda instancia, el que no se trata del comunismo entendido como ideología política, sino
de un punto de vista según el cual, el conocimiento científico debería ser compartido por el conjunto de la
comunidad científica, con independencia de qué parte de los descubrimientos han sido hechos por unos u otros
científicos. Así pues, todos los científicos deberían tener el mismo acceso a los bienes científicos y debería
haber un sentido de propiedad común al objeto de promover la colaboración. El secretismo es lo opuesto a esta
norma, puesto que el conocimiento que se oculta, que no se hace público no es de ninguna ayuda en el
cumplimiento del objetivo de la comunidad, que el conocimiento certificado crezca.
El desinterés, como tercer componente, supone que los científicos actúan en beneficio de una empresa científica
común, más que por ganancia personal. No obstante, no debe confundirse este “desinterés” con altruismo. De
lo que se trata es de que los beneficios que puedan proporcionar los descubrimientos científicos, sin dejar de
favorecer a quien los realice, no deben entorpecer o dificultar la consecución del objetivo institucional de la
ciencia: la extensión del conocimiento certificado.
El escepticismo organizado, como cuarto y último componente del ethos, quiere decir que las declaraciones o
pretensiones científicas deben ser expuestas al escrutinio crítico antes de ser aceptadas. Este es el valor que
compensa el universalismo. Todos los miembros de la comunidad científica pueden formular hipótesis o teorías
científicas, pero cada una de ellas debe ser evaluada, sometida al filtro de la prueba o la refutación para
comprobar si se sostiene. Las propuestas que superan esa prueba con éxito pasan a formar parte del bagaje
universal de conocimiento científico. El escepticismo es el valor que permite que funcione el desinterés, porque
sin escepticismo es más fácil caer en la tentación de anteponer el interés personal al del conjunto de la
comunidad científica.
1.3 Formulación de la pregunta de análisis
Teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente, surge el siguiente interrogante:

¿Cómo se puede interpretar desde algunas las ideas sociológicas de Robert Merton, el Proyecto Manhattan
sobre la producción de la bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial?

2. Análisis histórico-sociológico y científico del Proyecto Manhattan desde la concepción mertoniana

La historia del Proyecto Manhattan, el esfuerzo por desarrollar y construir la primera bomba atómica continúa
construyéndose. La decisión de los Estados Unidos de usar la bomba contra Japón en agosto de 1945 para poner
fin a la Segunda Guerra Mundial todavía se está mitificando, discutiendo, diseccionando e investigando. La
responsabilidad moral de los científicos, de entonces, también ha seguido siendo un tema a abordar del ethos
de la ciencia en palabras de Merton. Las prácticas de secreto y seguridad consideradas necesarias para el
Proyecto Manhattan se extendieron a través del gobierno estadounidense, en conflicto, no suficientemente claro,
con las nociones de democracia. Desde el Proyecto Manhattan, la empresa científica creció enormemente,
generando lo que más tarde se llamó la Big Science o Megaciencia. En síntesis, el Proyecto Manhattan dejó un
legado de transformación en la relación entre la ciencia y la sociedad en formas que son de gran alcance e
innegablemente relevantes.

Para encadenar la interpretación sociológica ya dicha, es necesario entender que la situación de Alemania luego
de terminada la Primera Guerra Mundial (1914-1918) era desastrosa. Esto debido a que fue la gran derrotada y
debió asumir los costos políticos, económicos, territoriales de indemnización a los países vencedores. Asuntos
que produjeron convulsión social en este país, además de un sentimiento de humillación a su orgullo herido.
Esto produjo la aparición de movimientos nacionalistas, dentro de los cuales surgió el Partido Obrero Alemán,
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el cual fue el predecesor del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán conocido coloquialmente como Partido
Nazi, que fue un partido político activo en Alemania entre 1920 y 1945 cuya ideología se sustentaba en el
nazismo. Fue el partido que con el liderazgo de Hitler llevó a Alemania a la Segunda Guerra Mundial. Durante
el transcurso de ésta es que, en los Estados Unidos, con el apoyo de Canadá y Gran Bretaña, se desarrolló el
Proyecto Manhattan.

De lo anterior, se comprende por qué las consideraciones de Merton acercan del relacionar la ciencia con el
orden social y preocuparse por señalar el ethos de la ciencia como expresión de su ejercicio puro, pues ya
vislumbraba cómo un gobierno de carácter totalitario, como lo era el régimen de Hitler a través del Tercer
Reich, condicionaba a los académicos y científicos a considerar su producción como expresión de la raza aria
y del espíritu de la tradición germánica, la cual debía ser exorcizada de la contaminación racial judía y de otras
minorías que desde hacía unos siglos, habían permeado la cultura teutónica, no solo en Alemania, sino en
regiones de la antigua Checoeslovaquia, Polonia y Austria.

De ahí que su preocupación por el objetivo principal de la ciencia, el incremento del conocimiento, el cual, se
combina con un desprecio por las consecuencias que se encuentran fuera el área de interés inmediato, referidos
a los aspectos sociales que reaccionan para interferir con las actividades originales de la ciencia. Tal
comportamiento puede ser racional en el sentido de que se espera que conduzca a la satisfacción del interés
inmediato. Pero es irracional en el sentido de que derrota otros valores que no son, por el momento,
primordiales, pero que son, sin embargo, una parte integral de la escala social de valores. Precisamente porque
la investigación científica no se realiza en un vacío social, sus efectos se ramifican en otras esferas de valor e
interés. En la medida en que estos efectos se consideren socialmente indeseables, la ciencia está a cargo de la
responsabilidad.

En esa perspectiva se podría decir que, aunque el Proyecto Manhattan fue un desarrollo científico-técnico con
el carácter de Secreto de Estado y que probablemente Robert Merton no conocía de tal empresa tecno-científica
y militar, pues no se hayan huellas documentales que prueben tal cosa. Con las consideraciones sociológicas
aquí presentadas del pensamiento mertoniano, que datan de 1942, se puede intentar hacer una interpretación de
este importante hecho que cambió radicalmente la relación geoestratégica de los distintos países.

En una sociedad liberal, la integración de la ciencia con la actividad social produce normas culturales hacia las
cuales se orienta la actividad de los ciudadanos. En una estructura dictatorial, la integración se realiza
principalmente por la organización formal y la centralización del control social. Aunque el Proyecto Manhattan
se convirtió en una gran actividad secreta que movilizaba a miles de personas que debían jurar acuerdos de
confidencialidad, esto no significaba su adhesión a las prácticas de una sociedad dictatorial. Esto porque existía
un bien mayor, consistente en detener el ascenso y expansión del Tercer Reich en Europa y la expansión
agresiva del Japón en Asia y el Pacífico. Proceso que atentaba contra las sociedades fundadas en los principios
de la libertad y la democracia establecidos en el mundo occidental. La lectura para aceptar este control de
información sobre el Proyecto Manhattan, se basa en favorecer el proceso de producción científico técnica al
margen de no generar confusión y pánico en la población, que de hecho estaba desinformada de los avances
más sofisticados de la ciencia del átomo, que incluso paralelamente se realizaban en Alemania con la
participación de Heisenberg. Aquí los científicos debían mantener su trabajo enfocado en los aspectos del
conocimiento, los ingenieros militares se encargarían de los aspectos prácticos de aplicación de esos
conocimientos. Esto permite entender que dentro del proyecto se establecían varios mecanismos complejos con
diferencias de operación y propósito entre sí. Estas diferencias en los mecanismos no impedían la integración
de planes para la obtención del propósito final: la bomba nuclear. Aquello no impidió tal integración, lo que
facilitó una mayor libertad para la autodeterminación y la autonomía de varias instituciones involucradas en el
proyecto, incluida las actividades de la ciencia. Lo que hace diferencia entre estructura liberal de la sociedad
estadounidense que en la estructura totalitaria del régimen nazi. A través de una organización tan rigurosa, el
estado dictatorial intensifica su control sobre el instituto no político y esto detiene los procesos, de ahí el fracaso
de Heisenberg.

Visto así lo dicho, el ethos científico no se vería afectado dentro del desarrollo del Proyecto Manhattan, ya que,
aunque en principio el universalismo se pudiera ver vulnerado por el carácter secreto de éste, posteriormente se
liberó gran cantidad de información sobre el uso de la energía del átomo. Claro está, como los efectos fueron
devastadores en Hiroshima y Nagasaki, esto originó la limitación del uso de la fuerza el átomo en la fabricación
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de armas de destrucción masiva. Las investigaciones realizadas con los distintos métodos el trabajo de
separación de isótopos utilizando varios métodos de prueba, demuestra, la importancia de la búsqueda de la
verdad y su contenido, los conocimientos que se obtienen acerca del mundo y de los fenómenos que ocurren en
él.

Para el caso del comunismo, como componente del ethos del conocimiento científico, los conocimientos
obtenidos del desarrollo del Proyecto Manhattan, ha sido compartido en lo referente al uso pacífico de la energía
nuclear, por el conjunto de la comunidad científica, con independencia de qué parte de los descubrimientos han
sido hechos por unos u otros científicos. Esto con aplicaciones en los que la tecnología nuclear se utiliza en
varios tópicos de la vida cotidiana. En el contexto del desarrollo internacional, los servicios de la Organización
Internacional de la Energía Atómica OIEA, sustentan los esfuerzos colectivos dirigidos al uso pacífico de la
ciencia y la tecnología nucleares. Cuentan para ello con el apoyo de laboratorios especializados del OIEA en
Seibersdorf (Austria) y Mónaco, así como del programa de cooperación técnica, redes y colaboraciones con
asociados. Mediante la asistencia del OIEA, las técnicas nucleares se emplean en diversos ámbitos, tales como
medio ambiente, alimentación y agricultura, salud, aplicaciones industriales, energía y agua, entre otros.

En referencia al desinterés, se puede decir que este el elemento del ethos del conocimiento científico se hace
evidente en el Proyecto Manhattan pues no existía una pretensión personal de ambición de ganancia por el saber
producido, justamente por ser un complejo militar-industrial científico que iba más allá de los intereses
personales. Al contrario, estaba vinculado con la defensa de las sociedades libres y democráticas, de las cuales
los Estados Unidos se ubicaba a la vanguardia en el campo de los aliados en la Segunda Guerra Mundial frente
al peligro de una dictadura mundial nazi.

Por último, con respecto al escepticismo organizado, en el Proyecto Manhattan todos los miembros de la
comunidad científica que participaron pudieron formular hipótesis o teorías científicas a través de las distintas
propuestas para aislar los isótopos, procesos en los que cada una de ellas debió ser evaluada, sometida al filtro
de la prueba o la refutación para comprobar si se sostenía, hasta que se obtuvo la manera óptima que permitió
pulir el diseño de la bomba que al final se produjo. Las propuestas que superaron esa prueba con éxito pasaron
a formar parte del bagaje universal de conocimiento científico, aunque en este caso manejado bajo el carácter
secreto o limitado, en razón de la no proliferación de armas nucleares.

Vale agregar que, después de que Hitler fue derrotado y Alemania se rindió en mayo de 1945, más de cien
científicos del Proyecto Manhattan firmaron una petición en busca de una demostración del arma antes de usarla
en una ciudad japonesa (recuérdese que se usó por primera vez el 6 de agosto 1945). Pero la decisión de usar
las bombas no se rigió por las opiniones de los científicos o los argumentos morales, sino por consideraciones
militares y políticas. Después de la guerra, y en algunos casos por el resto de sus vidas, los científicos del
Proyecto Manhattan estuvieron fuertemente representados en los esfuerzos de mantenimiento de la paz y
desarme internacional, a través de instituciones como las Conferencias de Pugwash sobre Ciencia y Asuntos
Mundiales, el Boletín de Científicos Atómicos, la Federación de Científicos atómicos (ahora la Federación de
científicos estadounidenses) y la Asociación británica de científicos atómicos. Otros científicos continuaron
trabajando para el gobierno, en armas nucleares o en control de armas. (Atomic Heritage Foundation, 2013, p.
7).

Hasta aquí la interpretación desde una visión mertoniana del Proyecto Manhattan. La cual se queda muy corta
con respecto a lo que ha venido sucediendo con el desarrollo de la ciencia y la tecnología en los marcos de la
historia del siglo XX y XXI. Es por eso que a continuación se presenta una visión alternativa de carácter
geoestratégico, que indudablemente en la época del Proyecto Manhattan ya existía en alguna medida.

2. Visión crítica geoestratégica de la tecno-ciencia

El presente apartado se hace respondiendo a la solicitud hecha por el docente titular del seminario Historia y
Sociología de la Ciencia, en el sentido de que el autor de este documento, plasme su propia concepción sobre
objeto de análisis, para que éste no quedará como un mero ejercicio académico de repetición de un autor. En
atención a ese requerimiento, viene a continuación la siguiente interpretación que se fundamenta en una
concepción del poder geoestratégico de las naciones con mayor poder económico, cuya condición está
relacionada con altas tasas de producción tecno-científica y capacidad militar, tanto ofensiva como defensiva.
8

Visión que se distancia del concepto sociológico expresado por Merton sobre la ciencia, los científicos y el
ethos de la investigación científica.

Teniendo en cuenta lo dicho, a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI se ha dado un gran crecimiento de la
producción científica y tecnológica, entendida ésta como el conjunto de productos generados a través de
actividades relacionadas con la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación (I+D+i). Tareas
efectuadas por investigadores en ciencias básicas y en tecnologías. Tales productos habitualmente son:
artículos, patentes, libros, capítulos de libros, comunicaciones, entre otras (Jiménez, 1992).

Dicho crecimiento se ha corroborado con la aplicación de métodos matemáticos y estadísticos para el estudio
de la literatura científica, constituyéndose en el núcleo de una técnica métrica llamada bibliometría la que
mediante diferentes indicadores facilita el saber sobre la información relevante de las publicaciones científicas,
tal como se indica en los trabajos de Leydesdorff y Milojević (2015), López y Terrada (1992), García (2013) y
Gómez y Rodríguez (2014). Dicha técnica es parte de una nueva ciencia denominada cienciometría la cual
puede ser definida como el estudio de la medición de la producción científica y su análisis. Los componentes
de tal estudio incluyen la medición del impacto, el análisis de las estadísticas de referencia de artículos para
establecer el impacto de las revistas e institutos de investigación, el análisis estadístico de las citas científicas,
el mapeo de temas de investigación científica y la generación de indicadores para utilizarlos en la formulación
de políticas y en la gestión del conocimiento. Ahora bien, se hace necesario explicar cómo es que se hace tal
producción, cuál es la organización y la infraestructura económica, política y social en la que reposa y se
dinamiza ésta. Asunto que se tratará más adelante.

Para establecer los antecedentes de lo expresado arriba, vale indicar que entre 1900 y 1945 (final de la Segunda
Guerra Mundial) el desarrollo de la ciencia y la tecnología se efectuó en paralelo, con varios canales de relación
entre las dos. Las características de dicho desarrollo, según Ortíz, Uribe y Segovia (2012), se centraron en:

•La revolución paradigmática en las ciencias físicas, la matemática y la lógica.


•La aparición de la Big Science1 con el Proyecto Manhattan [que es objeto de la primera
parte de este documento].
•El uso de combustibles y poder energético (turbina a gas en locomotoras, petróleo,
electricidad, poder atómico).
•El desarrollo de la industria e Innovación (mejoramientos en hierro y acero, materiales
de construcción, plásticos, fibras sintéticas, hule sintético).
•Incremento en la producción de alimentos y agricultura.
•Desarrollo de la Ingeniería Civil.
•Incremento de la Tecnología Militar.
•Desarrollo de Transporte / Comunicaciones.
•Desarrollo de Tecnología farmacéutica y médica. (Ortíz, et. al. 2012).

En la segunda mitad del siglo XX se desarrolló una era de tecnología en favor de la carrera espacial, la cual,
estuvo bajo la amenaza de una guerra nuclear entre Estados Unidos y la Unión Soviética, países que resultaron
empoderados después de la Segunda Guerra Mundial. “Aunque las bombas no hayan sido usadas en una guerra
desde esa época, las armas han tenido un gran desarrollo. Esta tecnología contribuyó a la polarización de dos
poderes mundiales, que se esforzaron por ser precavidos.” (Ortíz, et al., 2012). En este período surgieron otros
combustibles alternativos: Energía Nuclear de Fusión del Hidrógeno del Agua y la Energía Solar. Además, se
dio la aparición de:

• “Turbina a gas (aviones a reacción; barcos, locomotoras de ferrocarril y automóviles).


•Materiales (nuevos usos para viejos materiales, plásticos, fibras de vidrio, fibras de
carbono, cerámicas resistentes a altas temperaturas).

1
La ciencia de grandes conglomerados de infraestructura, científicos y técnicos, llamada big science (‘gran ciencia’) en inglés, es un
término usado por los científicos y filósofos de la ciencia, originalmente propuesto por Derek de Solla Price (1986), aunque ya había sido
propuesto en 1961 por Alvin Weinberg cuando dirigía el Oak Ridge Laboratory. Especialmente utilizado en los temas de la Historia de la
ciencia y de la tecnología. Con este concepto, se describen y engloban una serie de cambios en la investigación científica y tecnológica
ocurridos en los países industrializados durante y con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial.
9

•Automatización y Computadoras (ingeniería de control, automatización y computación).


•Producción de Alimentos (métodos rápidos de secado en frío y de irradiación para
preservar alimentos; mecanización de granjas; pesticidas y herbicidas; acuacultura e
hidroponía).
•Ingeniería Civil (técnicas de ingeniería de control, maquinaria excavadora y removedora
de tierra, construcción de apartamentos en bloque, equipos del hogar).
•Comunicaciones (televisión, transistor, nuevas técnicas de impresión, nuevos
dispositivos ópticos -lentes zoom-, técnicas físicas como el láser).
•Tecnología Militar (reestructuración de estrategias por las armas nucleares liberadas por
misiles balísticos; helicóptero y una amplia variedad de vehículos armados).
•Exploración Espacial (Sputnik primer satélite artificial puesto en el espacio por la Unión
Soviética en 1957, que inició la carrera del espacio, nave Vostok –URSS- con Yuri
Gagarin en 1961, Programa Apolo –USA- que puso en la luna el 20 de julio de 1969 a
Neil Armostrong y Edwin Aldrin; reparación de los lentes del Telescopio Espacial
Hubble).
•Transporte (aviones a propulsión)”. (Ortíz, et al., 2012).

En la explicación sobre el origen y desarrollo de la ciencia como una gran industria, de Solla Price planteó que:
“In the atomic and space era, science is rapidly becoming far too important to be left to the scientists. Part of
the reason for this is that scientists have displayed incredible ingenuity over the ages in furthering their self-
interest.” (1986, p. 135). Esto dicho en otras palabras, significa que los grupos detentadores del poder
económico y político se dieron cuenta que la ciencia se estaba convirtiendo rápidamente en un asunto público
demasiado importante y estratégico para el manejo y conducción de las acciones humanas a gran escala. Lo
cual, no podía ser dejado en manos de los científicos. Se puede decir que, en parte la razón de que esto haya
sucedido, es que los científicos en ese momento mostraron una increíble ingenuidad con respecto al uso final
de los resultados de la ciencia, centrando su atención principalmente en la promoción de su propio interés
científico, sin tener en cuenta los desafíos y posibilidades de tipo económico, político y militar de sus hallazgos.
Ingenuidad que parece, según lo expuesto en la primera parte de este texto, también acompañaba la concepción
sociológica de la ciencia en Robert Merton en su publicación de 1942.

Hoy el cuerpo de científicos se constituye en un ejército de investigadores con un sistema jerárquico, que lo
establece las autoridades de los estados2, las corporaciones con apéndices de investigación y los grupos de
interés disciplinar, que tienen vínculos corporativos con las instancias de poder, mediante las entidades
académicas de los especialistas. Al respecto, Bauer dice que: “Cada vez más la organización corporativa de la
ciencia ha llevado a monopolios del conocimiento, que, con la ayuda involuntaria de los medios de
comunicación de masas acríticos, efectúan un tipo de censura. Puesto que las organizaciones científicas
controlan la financiación de la investigación, al negar fondos para el trabajo poco ortodoxo [fuera de sus
concepciones paradigmáticas], funcionan como cárteles de investigación, monopolios de conocimiento. Un
aspecto relacionado de la ciencia contemporánea es su comercialización” (2004, p. 643). Características que
acompañan la gestión de los institutos de investigación públicos o privados asociados a corporaciones militares,
industriales y en menor medida universitarias. Por eso los científicos actuales no son autónomos en su trabajo
y producción, dependen del interés de las corporaciones de investigación, de la financiación de las mismas, de
los planes, programas y proyectos que se formulen en función de las dinámicas de la economía y de los sistemas
de defensa.

Münch (2015) coincide con Bauer (2004) en que en el ambiente de la expansión mundial de la New Public
Management (NPM), el evidente cambio de las instituciones de educación superior en empresas que compiten
por los científicos, los estudiantes y el dinero para la investigación, le da combustible al dispositivo de operación
de consolidación del monopolio en la tecno-ciencia. Monopolio que se articula con el poder económico de la
producción y los sistemas de defensa.

2
En el caso de Colombia se establece una jerarquía de investigadores de tres niveles: senior, asociado y junior. Luego de éstos, existe un
extendido escalafón de integrantes en grupos de investigación que comienza con “estudiante de doctorado” y culmina con “integrante
vinculado”. (Colciencias, 2017, p. 109).
10

La Investigación Aplicada, el Desarrollo Experimental y la Innovación3, en los sistemas de defensa, han sido
desarrolladas por empresas privadas a lo largo y ancho del planeta. La expresión base tecnológica e industrial
de la defensa “ha sido utilizada en forma creciente por la visión norteamericana en numerosos estudios de tipo
económico o estratégico. En Europa, de manera oficial se comenzó a usar desde 2007, básicamente en dos
documentos: en el titulado «Estrategia para una Base Tecnológica e Industrial de Defensa Europea», hecho por
la Agencia Europea de Defensa (EDA), y en el texto «Estrategia para una industria europea de la Defensa más
sólida y competitiva»” (Bartrina y Ramos, 2015, p. 154).

Es necesario tener en cuenta que el crecimiento económico de Europa y de los Estados Unidos en la segunda
mitad del siglo XX, tuvo mucho que ver con la reconstrucción de los países que habían recibido los golpes de
la Segunda Guerra Mundial. Tal situación incrementó la dinámica de la producción estadounidense, generando
mayor ingreso y cantidad de trabajadores al sistema económico. Es de esa manera como se consolida el uso
sistemático de la ciencia y la tecnología dentro del proceso de producción. Proceso en el cual, la punta de lanza
la establecieron corporaciones privadas al servicio de los sistemas de defensa, en el marco de la Guerra fría,
produciendo lo que se llamó como el complejo industrial militar.

Tabla 1
Principales contratistas de guerra en el mundo
Fuente: http://defensenews.com/

Un ejemplo de lo anterior, es la publicación que periódicamente se hace sobre asuntos de defensa 4, allí aparecen
los datos de la lista de los 100 principales contratistas en este ámbito (Tabla 1). La información proviene de los
datos anuales que las empresas suministran, de la investigación de analistas especializados y del personal de
Defense News. Las empresas son contactadas por esta agencia de noticias y se les solicita completar una
encuesta que informa sus ingresos anuales totales y los ingresos derivados de defensa, inteligencia, seguridad
nacional y otros contratos de seguridad nacional. Corporaciones que se dedican a la investigación de punta en
asuntos que cubren diversas ciencias básicas y tecnologías, para solventar las necesidades y prospecciones de
fuerzas militares de las grandes potencias.

3
La investigación aplicada consiste también en trabajos originales realizados para adquirir nuevos conocimientos; sin embargo, está
dirigida fundamentalmente hacia un objetivo práctico específico. (Traducido del Manual de Frascati 2015, p. 45). El desarrollo
experimental consiste en trabajos sistemáticos que aprovechan los conocimientos existentes obtenidos de la investigación y/o la
experiencia práctica, y está dirigido a la producción de nuevos materiales, productos o dispositivos; a la puesta en marcha de nuevos
procesos, sistemas y servicios, o a la mejora sustancial de los ya existentes. (Traducido del Manual de Frascati 2015, p. 45). La innovación
se refiere, según Schumpeter (1934), citado por el Manual de Oslo (2005, p. 32), a un proceso de “destrucción creadora”, en el cual las
nuevas tecnologías reemplazan a las antiguas, dando lugar a cambios, los que pueden ser radicales o incrementales.

4
https://www.defensenews.com/
11

Vale decir, que de acuerdo con Echeverría (s.f., p. 5) las nuevas formas de producción de riqueza y conocimiento
han trasformado dramáticamente las relaciones de poder y la distribución de la riqueza en los países, continentes
y negocios. El poder militar, para señalar un caso paradigmático, requiere un alto desarrollo tecno-científico e
informacional. Desarrollo que requiere examinarse con cuidado, ya que esta no sólo sirve para crear, descubrir,
inventar y construir, sino también para aniquilar y destruir.

La recomposición de las relaciones de poder y de distribución de la riqueza, coincide con el hecho de que, a
mediados de los años 80, por iniciativa de Estados Unidos y la Gran Bretaña, se comenzó a generar un proceso
de globalización económica, consistente en la creciente integración económica e interdependencia de
economías nacionales, regionales y locales alrededor del mundo, mediante una intensificación de intercambios
comerciales de bienes, servicios, tecnologías y capital. Asunto que hizo más intrincado y complejo el proceso
de producción de las actividades científicas y tecnológicas, generando un tejido inseparable entre la
investigación básica de las ciencias, la investigación aplicada y la investigación transdisciplinar de los conjuntos
de las nuevas ciencias5. Es por ello que surge el concepto de tecno-ciencia. “El término “tecno-ciencia” lo usó
Bruno Latour en 1983 tan sólo para abreviar la interminable frase de “ciencia y tecnología”. Otros muchos
autores han usado ese mismo término de manera omnicomprensiva.” (Echeverría, 2005, p. 10).

El actual sistema de tecno-ciencia se refiere en la visión de Echeverría (2005), a una modalidad de actividad
científica y tecnológica que es necesario analizar. Su planteamiento se enmarca en una perspectiva evolutiva y
radica en el hecho de reconocer que sigue habiendo ciencia y sigue habiendo tecnología. Esto en referencia a la
tradición cultural, en la cual, la ciencia y la tecnología, entendida como ingeniería, continúan con un desarrollo
independiente en cada una de las áreas disciplinares habitualmente conocidas; sin embargo, al mismo tiempo,
en tal proceso, se ha producido un cambio, una combinación orgánica de gran complejidad, estructural y
productiva entre ciencia y tecnología, para su avance y progreso.

En otras palabras, ha surgido una nueva rama evolutiva en la producción de conocimiento y generación de
posibilidades de transformación del mundo natural, social y artificial: la tecno-ciencia. Esto significa que los
avances en investigación básica, por ejemplo, en astronomía, en biología molecular y en física de nuevos
materiales, se alcanzan gracias a que se han desarrollado complejos dispositivos electrónicos, mecatrónicos,
computacionales, robóticos e informacionales. Al mismo tiempo el avance en las tecnologías, para la generación
de nuevos dispositivos de operación, observación, medición, comparación de magnitudes, cálculos,
transformaciones, entre otros, requieren de los conocimientos de última generación de las ciencias básicas y de
otras tecnologías pre-existentes. Lo cual hace de la tecno-ciencia un complejo de producción industrial del
conocimiento, para el propio conocimiento, pero también para la producción económica de bienes y servicios.
Es la “economía basada en el conocimiento”, esta

“es una expresión acuñada para describir la actual tendencia, en economías desarrolladas,
hacia una mayor dependencia del conocimiento, la información y la alta cualificación, y
hacia una creciente necesidad, por parte de las empresas y el sector público, de acceder a
todo ello. El conocimiento y la tecnología han aumentado en complejidad, incrementando
a su vez la importancia de las interrelaciones entre empresas y otras organizaciones para
adquirir conocimiento especializado. En paralelo con este proceso, la relevancia de la
innovación en el sector servicios en las economías desarrolladas, también ha aumentado.”
(Manual de Oslo, 2005. p. 31).

La aparición de la tecno-ciencia además de haber cambiado las ciencias y las tecnologías, ha ayudado a generar
una gran transformación económica y social. Se trata de la consolidación de las ciencias y tecnologías de la
información y la comunicación (TIC), que se iniciaron en las últimas décadas del siglo XX y que,
previsiblemente, se seguirán desarrollando durante el siglo XXI. La vinculación entre la tecno-ciencia y la
emergente sociedad de la información junto con la revolución industrial 4.0 es plena. Tal revolución está
relacionada con la automatización en de tipo cibernético, en interconexión web, del proceso productivo

5
Los conjuntos de las nuevas ciencias son conocidas hoy como ciencias que estudian problemas que reúnen varias de las antiguas
disciplinas científicas analíticas (física, química, matemática, etc.), las cuales aparecen con nombres como: ciencias de la tierra, ciencias
del espacio, ciencias de la vida, ciencias de la computación, ciencias de la salud, ciencias de la complejidad, ciencias de los grandes datos
y ciencias cognitivas.
12

industrial a gran escala. El término “se utiliza de manera generalizada en Europa, si bien se acuñó en Alemania.
También es habitual referirse a este concepto con términos como “Fábrica Inteligente” o "Internet industrial".
En definitiva, se trata de la aplicación a la industria del modelo "Internet de las cosas" (IoT). Todos estos
términos tienen en común el reconocimiento de que los procesos de fabricación se encuentran en un proceso de
transformación digital, una "revolución industrial" producida por el avance de las tecnologías de la información
y, particularmente, de la informática y el software.” (Del Val Román, s.f. p. 3). Desarrollo y logro tecno-
científico que se vislumbra en aceleración constante, debido a la emergencia de la superconductividad de la
información a través de las tecnologías 5G.

Visto el desarrollo anterior y admitiendo la hegemonía del sistema económico del capitalismo global, es
necesario decir que la formación de talento humano en investigación, desarrollo tecnológico e innovación
(I+D+i), exige darse en el marco de las relaciones entre ciencia, tecnología y sociedad. Requiere que se enfoque
en el entrenamiento de investigadores en ciencias básicas, especialistas en investigación aplicada y gestores del
conocimiento para el diseño y desarrollo de bienes y servicios. Lo cual obliga a acercar a la academia con la
producción en los distintos sectores y subsectores de la economía, los negocios nacionales e internacionales,
las instituciones públicas de planeación y demás organizaciones sociales. Cosa que ocurre preferentemente en
los países que poseen la hegemonía económica y militar.

El porqué de la afirmación anterior, se debe a que como la Gráfica 1 lo muestra, el conjunto de la sociedad es
una dinámica de sistemas complejos interconectados, en los que la producción económica que involucra la
industria en la extracción de materias primas, producción agrícola y pecuaria, el procesamiento de materiales
para todas las necesidades productivas, la producción industrial de bienes y la producción de servicios para el
bienestar, se vincula con la generación de riqueza, a través del trabajo, usando conocimientos y dispositivos
tecno-científicos, que implican investigación, desarrollo e innovación (I+D+i). Ese uso se realiza mediante el
puente de la ingeniería, cuya tarea es articular mediante el diseño y la innovación, las nuevas respuestas a las
necesidades de la sociedad y las oportunidades para mejorar la calidad de vida, así como el desarrollo de nuevos
negocios para generar trabajo y riqueza.

Gráfica 1
Sistema complejo de economía y sociedad
Fuente: Callaos (2008)

Pero en un nivel más amplio del sistema expuesto, también hay un papel para la meta-ingeniería, para lo cual,
se usará aquí la visión de Enright y otros (2002), en la que hacen referencia a un marco de desarrollo de software,
denominado Rapid Realtime Development Environment, como la ingeniería de un proceso de ingeniería (p.52).
Esto debido a que los propios procesos de ingeniería, requieren su propio rediseño y desarrollo con el apoyo de
las ciencias de la computación. Lo cual propende a hacer los procesos y protocolos de la tecno-ciencia, junto
13

con la producción económica, más eficientes en medio de la complejidad de relaciones que se establecen entre
estos universos de conocimiento y acción humana. Esta meta-ingeniería rediseña los procesos productivos
globales en los cuales redefine y planifica el uso de las nuevas tecnologías para la producción de bienes y
servicios, mediante la innovación de la inversión financiera en nuevos mercados, en la financiación de
investigación científica y tecnológica de punta. Proceso en el cual articula el sistema productivo con el sistema
educativo que se soporta en la ciencia y la tecnología. Aspectos que son la base material y de gestión del poder,
de minorías con respecto a las mayorías, tanto al interior de cada país, como entre países.

Siguiendo la presentación del sistema, es necesario decir que, en la producción de bienes y servicios en la
industria y las organizaciones de negocio, las nuevas tecnologías, los nuevos diseños, los nuevos productos y
los nuevos desarrollos, se apoyan en el papel de las ingenierías y la meta-ingeniería, como mecanismos para
instrumentalizar los logros de la tecno-ciencia. Lo cual conduce a la creación de dominio, riqueza y bienestar
como ya se ha indicado, lo que a su vez soporta y financia la acción de las ingenierías en un ciclo de
realimentación.

Como ya se dijo la actividad científica hoy está conectada con el desarrollo tecnológico (tecno-ciencia). Por eso
para el mejoramiento de la capacidad productiva de los países y las regiones, se requiere que, en los procesos
educativos de nuevo talento humano, se efectúe una intensa formación en tecno-ciencia.

La capacidad productiva, entendida como el vínculo que existe entre lo que se ha producido y los medios que
se han empleado para conseguirlo (mano de obra, materiales, energía, etc.), la cual suele estar asociada con la
eficiencia y con el tiempo: cuanto menos tiempo se invierta en lograr el resultado anhelado, mayor será el
carácter productivo de la empresa, región o país; se puede obtener mediante la combinación entre talento
humano, infraestructura productiva de base tecno-científica y capacidad financiera.

Lo anterior, en el ámbito mundial se orquesta a través instituciones internacionales como ONU 6, Banco
Mundial, Fondo Monetario Internacional y la OCDE7, quienes sintetizan y formulan las orientaciones y
tendencias de la economía global. En tales orientaciones se va decantando el papel de la producción tecno-
científica de los distintos países, según sus capacidades de operación.

La ONU en la Agenda de Desarrollo post 20158 enfatiza acerca de la necesidad de que el crecimiento económico
esté articulado con la sostenibilidad eco sistémica. Afirma que uno de los resultados más importantes de la
Conferencia Río+20, fue el acuerdo logrado por varios de los Estados Miembros para alcanzar objetivos de
desarrollo sostenible, que resultara como mecanismo para focalizar acciones coherentes en tal desarrollo.
Concepto que se asocia siempre a los logros de la tecno-ciencia.

Esto exige a un acercamiento entre los Estados (a través de los gobiernos en funciones) con la sociedad civil
(empresas, sector financiero, trabajadores, organizaciones sociales y demás grupos de interesados) en los todos
los países; y con mayor énfasis en aquellos en los que aún evidencian déficit productivo, como es el caso de
Colombia. De ahí, la necesidad que las instituciones de investigación tecno-científica y educativas estén aliadas
con las empresas (sector productivo).

Esta organización macro de la economía y la sociedad, está permeada por los intereses de grupos de poder
financiero, que se respaldan en el poder político y militar de gobiernos e instituciones supranacionales. Estos
intereses se expresan de manera especializada en la génesis de teorías y conceptos sobre el progreso, desarrollo,
cohesión social, sostenibilidad, competitividad, etc., que corresponden a formas de abordar la realidad social,
histórica y económica, de determinadas maneras (derivadas de la tecno-ciencia), con el propósito de favorecer
el sistema productivo imperante. Lo anterior, bajo el manto de objetividad científica y tecnicismo metodológico
de tales teorías y conceptos.

Ahora bien, debido a la reconfiguración de las relaciones geoestratégicas una vez caída la Unión Soviética,
conjuntamente con la liberalización de los mercados propugnando por una globalización económica y cultural,

6
Organización de las Naciones Unidas.
7
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. En inglés: OECD (Organization for Economic Co-operation and
Development)
8
http://www.un.org/es/development/desa/development-beyond-2015.html
14

los países de América Latina y el Caribe, experimentaron importantes cambios en sus modelos de gobierno y
de gestión pública. En dichas transformaciones vale destacar la reorganización de la planificación para el
desarrollo. A pesar de que a finales del siglo XX se mantuvo en muchos casos la planificación sectorial,
territorial y urbana, en casi todos los países perdió fuerza el uso de la misma, en procesos más integrales
relacionados con las condiciones del desarrollo nacional. Esta nueva manera de entender y efectuar la
planificación, ha implicado un aprendizaje colectivo para poder fortalecerla y consolidarla como práctica
habitual en distintos gobiernos.

En este proceso de consolidación y aprendizaje de la gestión pública y de su institucionalidad, han aunado


esfuerzos distintas organizaciones multilaterales en la expansión de las metodologías y tecnicismos de
planeación para la generación de los imaginarios de aceptación y participación acrítica del modelo productivo
hegemónico. Entre ellas, aparecen de nuevo la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE)
y el Banco Mundial, así como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Centro Latinoamericano de
Administración para el Desarrollo (CLAD), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe CEPAL,
mediante el Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (ILPES). (ONU-
CEPAL, 2017, p. 22).

En el caso particular de Colombia, dentro de su sistema de planeación económica y social se acostumbra, como
en otros países, a formular un Plan Nacional de Desarrollo dentro de cada período presidencial. El último plan
que está comenzando9 la necesidad de incrementar la productividad de Colombia en el mencionado marco de
la competitividad, se convierte en un asunto de crucial importancia, pues, según los defensores de la
globalización, la economía del país enfrenta una situación de baja productividad, en un ambiente de una
supuesta estabilidad macroeconómica, una mayor apertura comercial, un mayor flujo de inversión extranjera y
una percepción positiva del rol del sector privado como agente de la transformación productiva. Aspectos para
los cuales el incremento de financiación de la tecno-ciencia, se constituye en eje transversal del Plan para
generar mayor productividad y competitividad económica en el mercado global. Eso explica la reciente
aparición (2019) del Ministerio de la Ciencia, Tecnología e Innovación.

Por todo lo anterior, se considera que el análisis sociológico del Proyecto Manhattan desde Merton, hecho en
la primera parte, se queda muy corto para comprender el mega-sistema global de la tecno-ciencia como el
complejo industrial-militar que hoy maneja los destinos del planeta. En la perspectiva expuesta en este numeral
es incuestionable el papel estratégico de tipo económico y militar que jugó el gobierno estadounidense al
financiar este gran proyecto que inauguró lo que hoy se conoce como la mega-ciencia, en el escenario de la
Segunda Guerra Mundial. Prueba de ello es que para la terminación de esta guerra se hicieron varios encuentros
entre los líderes aliados vencedores del tercer Reich, entre los cuales se destaca la Conferencia de Yalta, que
fue la reunión que mantuvieron antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial (del 4 al 11 de febrero de 1945)
Iósif Stalin, Winston Churchill y Franklin D. Roosevelt. Ellos, como jefes de gobierno de la Unión Soviética,
del Reino Unido y de Estados Unidos, respectivamente, en dicha reunión partieron la torta del poder mundial.
Lo cual permite explicar por qué a partir de ese momento, suele considerarse como el comienzo de la Guerra
Fría, período en el cual la competencia tecno-científica entre los dos grandes bloques de poder mundial, fue uno
de los rasgos característicos de ese tiempo. Atributo que aún se mantiene con la emergencia de China, India,
Japón, Pakistán y algunos otros países, que ahora compiten con Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia. Eso
significa que el papel de la tecno-ciencia es un asunto permanente desde hace casi un siglo; por lo tanto, hacía
mucho tiempo que la ciencia había perdido su carácter ideal e inocente, que Merton aún en esos tiempos le
daba.

9
Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022.
15

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