Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Summary: This article presents the study of an archaeologic deposit in the Corregimiento
of Santa Rita. Andes. Antioquia, providing information on the processes of site training at
natural and cultural level, transmit us to the you practice agricultural and the managing of
ecosistems, in addition it is identified a cultural sequence that permits to suggest large
occupation phases that reflect cultural change processes and appropriation of the
territory.
1. PRESENTACIÓN
2. ÁREA DE ESTUDIO.
1
Durante la Investigación anterior, para efectos de localización de las áreas de estudio, se utilizó un sistema númerico. La
zona a intervenir en esta investigación, corresponde a la Unidad de Intervención 014, nombrada nuevamente como ‘La
Querida’, que corresponde al nombre de la finca donde se realizaron las excavaciones.
13
cadena montañosa de los Farallones del Citará en las cimas altas de la cordillera
Occidental , y se caracteriza por la presencia de tonalitas y granodioritas de grano fino a
medio con depósitos de cenizas volcánicas en las áreas más elevadas y algunas
intercalaciones de rocas sedimentarias e ígneas. Este tipo de material se localiza en las
vertientes o laderas de las cordilleras en las cuales hay pequeños coluvios y afloramientos
rocosos (IGAC 1987).
14
2.1. Suelos
Los suelos de la zona, están conformados por depósitos cuaternarios tanto de cenizas
volcánicas, provenientes del complejo volcánico Ruiz – Tolima, localizado en la Cordillera
Central, como por capas de ceniza volcánica, dando al relieve un aspecto ligeramente
suavizado haciendo menos fuertes las pendientes.
En el depósito de “La Querida”, los suelos son profundos y moderados, de texturas finas
limoarcillosas a arcillolimosas, y de fertilidad natural moderada a media. Se caracterizan
por tener un material rico en ferromagnesianos, cuarzo bipiramidal, feldespato y escasez
de biotita, vidrio volcánico y fragmentos de matriz, preferencialmente.
El análisis de estos fenómenos en el sitio, se asume desde dos perspectivas: los procesos
naturales que generaron las condiciones actuales del depósito arqueológico, y los eventos
culturales que en diferentes momentos históricos permitieron la sedimentación de los
estratos arqueológicos. Se debe tener presente que la depositación, como un fenómeno
único e irrepetible, aporta información sobre el conocimiento de los procesos de
ocupación de las culturas que influyeron determinantemente en el subsuelo.
Topografía: se utilizó con el fin de localizar las áreas con mayor potencial para la
realización de las diferentes actividades: emplazamiento de viviendas, lugares de
captación de recursos, sitios propicios para cultivo, etc.
entre otros (Hedberg, 1980). Para el efecto se tuvieron en cuenta los resultados de los
análisis de palinología, sobre muestras de suelo obtenidas en el depósito.
De la enorme cantidad de roca recuperada en el depósito, una muy baja proporción fue
considerada dentro de la categoría de artefactos, ellos fueron analizados de acuerdo a sus
características físicas, o por presentar huellas de utilización, y según criterios morfo
funcionales, de acuerdo a su contexto estratigráfico.
La información estratigráfica del lugar, junto con el análisis preliminar de los contenidos
culturales recuperados en 24 pozos de sondeo realizados en el lugar, en términos de
distribución espacial, densidad y variabilidad, permitieron definir dos áreas en La Querida
para ser intervenidas mediante dos pequeñas excavaciones en área, en dos planadas
naturales de 210 m2 y 728 m2 respectivamente: la primera (área 1) ubicada en el sector
Norte en predios de la finca “La Querida” y la segunda (área 2), a 94 m planos de la
anterior en dirección Sur, en predios de la finca “San Gabriel”.
2 Termoluminiscencia: consiste en la detección y medida de la radiación de un objeto en piedra o arcilla y se consigue gracias a las interacciones que la radiación sufre al
atravesar un medio, produciendo en este diversos efectos: ionizaciones, luminiscencia, ennegrecimiento. (Aitken, 1977)
18
La propuesta de análisis esta basada en los mecanismos de interacción entre los grupos
humanos del pasado y su ambiente natural; la dinámica de esta interacción hombre -
medio se hace manifiesta en las características de los paisajes actuales, modelados
mediante la acción de múltiples agentes naturales y procesos de origen antrópico, a través
del desarrollo y aplicación de diversas estrategias culturales adaptativas. Las
transformaciones en el medio ambiente repercuten en los sistemas culturales, y estos a su
vez generan los mecanismos que le permiten adaptarse a las diversas condiciones.
características de los granos de polen asociados a ellos; a diferencia de esta situación, las
mejores condiciones de depositación, están constituidas por la presencia de ambientes
acuáticos y de pantanos, por las condiciones de lenta sedimentación y de preservación
(Butzer, 1989).
Los primeros horizontes muestran una secuencia de cenizas volcánicas provenientes del
complejo volcánico de la cordillera Central en la zona del viejo Caldas, sobre saprolitos
provenientes de la meteorización de las rocas de la formación Penderisco; estos primeros
depósitos dan cuenta de los procesos de formación de suelos dentro de un ámbito
regional amplio, gracias a la fuerte dinámica de emisiones de cenizas de la cordillera
Central, que desde los primeros siglos del Holoceno temprano, se expandieron en un radio
de más de 170 Km de distancia (Monsalve, 1998).
Por su parte el horizonte 2Ab2, representa un largo proceso de formación del suelo y de
ocupación cultural en el lugar, del cual como se ha dicho, durante la etapa de prospección
se obtuvo el reporte de una fecha de radiocarbono de 5870±100 a.p. Los primeros
momentos de formación de este horizonte de suelo correspondiente a la primera porción
23
más baja de horizontes 2Ab, estuvieron marcados por la presencia de unas condiciones
ambientales secas y más frías que en el periodo anterior, lo que se infiere de la
disminución fuerte de los taxa indicadores de humedad y un descenso de los cinturones
de vegetación. El aumento de las poblaciones de los indicadores de zonas abiertas y la
disminución de los elementos de bosque, puede estar relacionado con la actividad
antrópica. (Lozano, 2000)
Si bien se han identificado algunas características ambientales generales para este periodo
de tiempo, de acuerdo con los resultados de palinología, existen dificultades de
interpretación debido a que el aporte de flujos con escombros de otros contextos de
depositación en las laderas, integró materiales “foráneos” y en este sentido, los
palinomorfos identificados, pueden ser representativos de diversos periodos de tiempo,
gracias a la alteración del principio de superposición estratigráfica (Harris, 1989).
Paralelamente con estas condiciones, la ocupación humana del lugar bajo un modelo de
vida de carácter sedentario, bien pudo ejercer cierta presión sobre las zonas de bosques,
con el objeto de adecuar tierras para su beneficio agrícola. En efecto, dentro de la
muestra de granos de polen fósil, resalta la presencia de palinomorfos de Maíz (Zea mays),
representando las primeras evidencias de agricultura en La Querida.
Si bien la estratigrafía del lugar señala que tales fenómenos tuvieron una incidencia
directa únicamente en el área seleccionada para la excavación, por el momento es difícil
24
precisar su magnitud y su relación con los grupos humanos que habitaron el lugar; sin
embargo, a juzgar por la densidad de roca que caracteriza todo el horizonte y las
cronologías asociadas es probable suponer que los antiguos habitantes de La Querida,
pudieron convivir con esta situación.
El hombre como uno de los principales agentes modeladores del paisaje, introduce
deliberadamente materiales orgánicos e inorgánicos para la construcción de viviendas y su
posterior asentamiento, los cuales están sujetos a una constante fragmentación y
degradación mecánica y bioquímica durante y después de la ocupación. Desde épocas
remotas se han excavado pozos para el emplazamiento de los postes para sostener la
estructura de las viviendas, para ser utilizadas como trampas para animales, como lugar
de almacenamiento de comidas o de basuras, como sepulturas, entre otros, por lo general
todos ellos cercanos a los sitios de vivienda, constituyendo esto una manera de alteración
del paisaje.
Este patrón de alteraciones del suelo son parte integral de las transformaciones culturales
y pueden tener diversas funciones, entre ellas almacenamiento de comida ya que con
ellos se preserva de los ataques de los animales, de las inclemencias del tiempo e incluso
de las mismas plantas (Schiffer, 1987). A menudo el análisis de las características de estas
alteraciones, pueden aportar información acerca de los tipos de vivienda y del tipo de
material empleado para su construcción (Butzer, 1989).
de procesos de indudable origen cultural, que transformaron desde épocas tempranas las
características del registro arqueológico desde su depositación inicial.
En relación con el horizonte anterior, el análisis de los taxa señala una alta proporción de
plantas típicas de ambientes por encima de los 2000 msnm, que se mantiene constante;
junto con estas condiciones se presenta un ligero incremento en las condiciones de
humedad. Este horizonte señala la existencia de una amplia cobertura de vegetación de
bosque, al lado de una tendencia a disminuir las áreas con vegetación de zonas abiertas.
(Lozano, 2000)
Al igual que el horizonte 2Ab2, el 2Ab1, registra características similares dado que ambos
participan del mismo proceso de formación que hasta el momento se ha estudiado.
Dentro del análisis correspondiente a este horizonte, se identificaron granos de polen de
Zea mays y de Ipomoea batatas; junto con estos procesos naturales que contribuyeron a
la conformación de un horizonte con abundante roca angulosa, al parecer se produjeron
nuevos eventos que aportaron a la formación de este suelo.
niveles intermedios del horizonte 2Ab1, dando cuenta del grado de alteración de los
estratos subyacentes. A modo de ejemplo puede decirse que únicamente los rasgos 9 y el
17 se extienden hasta el horizonte 3Bwb y 3ABwb respectivamente, cortando
completamente el horizonte 2Ab1.
A diferencia de los horizontes subyacentes, el Ap3 registra unas mejores condiciones que
permitieron un proceso de formación relativamente estable, dado que no obstante los
niveles de alteración esperados por la realización de las prácticas agrícolas, mantiene una
depositación con tendencia horizontal, conservando una ordenación estratigráfica que
guarda el principio de la superposición.
Una fecha de radiocarbono de 1060±50 a.p. (Beta 142341) obtenida en los niveles iniciales
de este contexto estratigráfico permitió reconocer desarrollos agroalfareros tardíos en el
sitio, dentro de los que se destacan evidencias cerámicas similares a las encontradas en la
27
región del Viejo Caldas, que al momento ocupaban también una amplia zona de la
cordillera Central entre las actuales ciudades de Manizales y Pereira.
Por su parte el horizonte Ap2 refleja unas condiciones ambientales que poco difieren de
las identificadas en el horizonte anterior. Los cinturones de vegetación permanecieron
constantes lo mismo que las condiciones de temperatura; igualmente se mantiene estable
la relación entre las especies de bosque y de zonas abiertas, situación que podría tener su
expresión en la existencia de la mayor riqueza de plantas cultivables las cuales incluían
Cucurbitaceae, Passiflora, Ipomoea batatas y Zea mays (Lozano, 2000).
En el caso que nos compete, las características del registro arqueológico, y la imposibilidad
para adelantar estudios especializados en el análisis de la industria lítica de La Querida, no
permiten avanzar en explicaciones orientadas a la comprensión de los cambios producidos
durante el proceso de formación del sitio. En efecto las bajas densidades de artefactos
líticos junto con sus características, no son suficientes para sugerir, la realización de
actividades económicas, que permitiera un cierto nivel de deterioro del paisaje
circundante y menos aún de las condiciones ambientales generales en la zona.
Debe suponerse finalmente que a través de este largo proceso de formación del sitio,
muchos otros factores de origen biológico debieron incidir en la transformación del
registro arqueológico, con mayor incidencia en los horizontes de suelo actuales, a juzgar
por la presencia de raíces abundantes, huellas de bioturbación, nidos de hormigas etc, que
en su conjunto aportan en el proceso de alteración del depósito arqueológico.
28
Esta representada por una muy baja densidad de material cultural recuperado en los
horizontes de suelo 3ABwb y 2Ab2 (33 fragmentos de cerámica, 38 líticos) y 11 estructuras
verticales o rasgos, que seguramente dan cuenta de la intensidad de la intervención
29
Durante la etapa de prospección en 1997, el horizonte 2Ab2 fue datado en 5870±100 años
antes del presente, y la transición con el horizonte 2Ab1 en 3590±70 antes del presente;
como una estrategia para corroborar estas dataciones, una muestra de cerámica
recolectada en la mitad del horizonte 2Ab2, fue enviada para su datación por el método
de Termoluminiscencia, obteniéndose resultados negativos. Al respecto, se anota que tal
muestra no arrojó resultados favorables por “un problema de tiempo”; la bibliografía
sobre problemas al datar con termoluminiscencia, Aitken (1977) comenta que dichos
problemas se deben a la saturación de electrones que se presentan porque la edad de
inicio de saturación es muy antigua, generando errores en la interpretación, pues ésta
depende de las características de termoluminiscencia del mineral y de la dosis – valor.
Dentro de las estrategias de subsistencia de los grupos humanos de esta época, podría
hablarse de manipulación de recursos vegetales del bosque que incluía posiblemente
palmas y cultivos como el maíz, no obstante las bajas densidades de artefactos líticos, que
permitieran inferir actividades económicas, se observa una tendencia tecnológica de
materiales productos de talla, como lascas, raspadores y núcleos agotados en materias
primas de grano medio a fino; resalta dentro de este contexto la aparición de
instrumentos relacionados con el procesamiento de semillas, entre ellos una mano de
moler y dos fragmentos de placas.
3 El término ‘Sistema alfarero’ es una propuesta metodológica de Hector Llanos (1983) entendida como el resultado de un proceso o actividad humana en la que el
artífice articula los elementos formales y técnicos creando un código histórico que permite lograr una identidad cultural.
31
del río Cauca y cañón del río Porce, entre otras regiones, dando cuenta de un amplio
panorama de ocupación (Mora y Flórez, 1997).
Dentro de este contexto, las tierras bajas del litoral Atlántico significan para la arqueología
colombiana, el escenario donde se produjeron los primeros y más profundos cambios en
las estrategias adaptativas, y en la estructura social de los grupos humanos que ocupaban
la región hacia el quinto milenio antes de Cristo, dentro del tránsito de un estilo de vida
itinerante a un modo de vida sedentario.
Esta situación significó entre otros aspectos, mayor dependencia de recursos vegetales
con una dieta más diversificada y estable, establecimiento de una vida aldeana con el
emplazamiento de viviendas permanentes, incremento demográfico y adopción de la
alfarería; esta adquisición representó la posibilidad de transformación de las estrategias
alimenticias por la opción de cocción de alimentos, y la facilidad de transporte y
almacenamiento de otros recursos para la subsistencia (Reichel Domatoff, 1986,
Langebaek, 1992).
En Santa Rita, las evidencias apuntan a la existencia de una segunda fase de ocupación
que está asociada a una fecha de 1760±60 años antes del presente, es decir, 190 después
de Cristo, en la U.I.A. 0224, en la cuenca media del río Santa Rita, a unos 2 Km. de
distancia, en un paisaje de vertientes empinadas, con características similares a la zona de
referencia. El siguiente reporte cronológico más temprano, está ubicado hacia el año 400
de la era cristiana, marcando una continuidad en la ocupación, con una nueva fecha de
530±70 años dentro de la misma secuencia estratigráfica del pozo de sondeo excavado en
la U.I.A. 022.
Para este fase de ocupación se registra en La Querida una fuerte dinámica de intervención
antrópica del paisaje, que en conjunto con las transformaciones generadas por las causas
naturales comentadas (el flujo de escombros), debieron producir una alteración
significativa, como se observa en el registro arqueológico del sitio.
Evidencias de este fenómeno son más claras en los primeros momentos de este periodo,
situación que con el paso del tiempo se va estabilizando, como se observa en la
composición y ordenación de los vestigios que se corresponden con este lapso de tiempo;
mientras que los niveles más profundos registran características homologables al periodo
anterior, gracias a que se corresponden con la transición entre los horizontes 2Ab2 y
2Ab1, que participan del mismo proceso de formación, hacia los horizontes Ap de suelo
actual, el registro arqueológico y en general la horizontalidad de las evidencias señalan
procesos deposicionales que se corresponden con el principio de horizontalidad
estratigráfica (Harris, 1989).
4
Unidad de intervención arqueológica. Categoría de orden metodológico utilizada durante la fase de prospección y que
alude a una unidad de espacio dentro de un paisaje, donde se ejecuta una actividad arqueológica y donde no puede
afirmarse a priori, que corresponda a un sitio arqueológico (Obregón, Agudelo y Hernández, 1998).
34
Si bien se identificaron algunos granos de polen de Zea mays, estos forman parte
integrante de los flujos que contribuyeron a la conformación de un horizonte con
abundante roca angulosa, en sus niveles más profundos. No ocurre lo mismo con el
registro arqueológico de los niveles superficiales de este estrato, donde se registró la
estructura que corresponde al denominado rasgo 17 y en la que se obtuvo una buena
cantidad de raquis de maíz, granos de maíz, posiblemente granos de frijol, cerámica y
algunos artefactos líticos. (Foto 2,3,4,5,6)
A finales de la primera mitad del primer milenio de la era cristiana, las óptimas
condiciones ambientales en La Querida habrían permitido una pauta de ocupación de
carácter permanente, por parte de grupos humanos con una fuerte vocación agrícola y un
modelo de subsistencia que dependía en alto grado del cultivo del maíz; concomitante con
esta situación, este periodo expone la mayor representatividad en la muestra de cerámica,
que de paso podría constituir un indicador del volumen de población que estaría
ocupando el lugar.
Son típicas para este periodo, vasijas del sistema alfarero Intermedio caracterizado por
presentar formas globulares de borde ligeramente evertido y labio plano o redondeado,
vasijas globulares de borde ligeramente evertido engrosado con decoraciones de líneas
incisas en el cuerpo y en el borde, vasijas subglobulares de bordes ligeramente evertidos
engrosados, con líneas incisas o puntos impresos; vasijas de cuerpo cilíndrico de base
ligeramente ensanchada y profunda en relación con la boca, descrita como “urna
cilíndrica” o “Urna columnar bulbosa” y asociada a contextos funerarios (Bruhns, 1990;
Otero, 1992; Santos, 1995; Obregón et al, 1998); vasijas aquilladas, con bordes evertidos
35
reforzados de silueta triangular, y sobre estos, bandas de pintura crema sobre engobe
rojo. (Plancha 3)
Además del cultivo del maíz, la economía de subsistencia de estos grupos pudo incluir el
aprovechamiento de otros recursos vegetales y de proteínas animales, a juzgar por la
obtención de algunos productos de talla, entre ellos, 8 lascas, 2 raspadores, 2 núcleos
agotados y 6 desechos de talla. Al lado de este material se obtuvo también una pequeña
muestra de artefactos relacionados con actividades de manipulación de vegetales, entre
los que se destacan 2 maceradores y 1 placa fragmentada, lo mismo que algunos cantos
rodados pequeños que por su forma, y tamaño se han asumido como instrumentos para
definir el acabado de las superficies en las vasijas de cerámica.
Entre tanto el proceso de ocupación que para este periodo se presentaba en La Querida,
tenía su expresión simultánea en otras regiones del departamento y del país; en un
ámbito regional más amplio puede decirse, que desde los primeros siglos de la era
cristiana, la ocupación simultánea de diversos ecosistemas en varios pisos térmicos a lo
largo de las vertientes de las cordilleras Central y Occidental en el departamento de
Antioquia, en la cuenca media del río Cauca y el macizo central antioqueño, condujo a una
progresiva especialización en la explotación de los variados recursos de fauna, flora y
minerales, y en consecuencia, al establecimiento de patrones de asentamiento acordes
con cada una de las zonas ecológicas ocupadas.
Diversos autores5 señalan que para este periodo, las sociedades agroalfareras que
ocuparon la región se caracterizaron básicamente por un tipo de organización
sociopolítica denominado cacicazgo que tiene su expresión arqueológica en una forma de
hacer cerámica denominada Marrón Inciso (Bennett 1944; Bruhns 1990).
5 Castillo (1988, 1992), Otero (1992), Santos (1993, 1995, 1998), Integral S.A. (1997), Martínez (1999), Agudelo, et.al.
(1998 - 1999).
36
Foto 3
Foto 2
Foto 4
Foto 6
Foto 5
Foto 7
37
Esta amplia cobertura geográfica por pisos térmicos y áreas geográficas diversas, permitió
a las sociedades que dieron origen a la tradición cerámica Marrón Inciso, una de las
principales expresiones arqueológicas de este periodo, el acceso a un amplio espectro de
recursos entre los que se destacan el oro y la sal, elementos que además de dinamizar
enormemente la existencia de contactos culturales regionales de gran escala, señala la
existencia de sociedades complejas de vocación agrícola y minera, con una pauta de
asentamiento diversa, que para el siglo V después de Cristo, habían ocupado una parte
significativa del cañón del río Cauca incluyendo la cuenca montañosa del río San Juan.
Para la cerámica Marrón Inciso, referente al material que identifica a este modelo de
sociedades se reconocen elementos formales y decorativos de gran homogeneidad que se
mantienen en el tiempo y en el espacio, permitiendo el establecimiento de una tradición
alfarera bien particular, que estaría reflejando la existencia de pautas culturales
fuertemente arraigadas, dentro de grupos sociales que controlaban un extenso territorio
que sin precisar límites, podría incluir al norte, las estribaciones de la cordillera Central
hacia el bajo Cauca antioqueño, la región montañosa del Viejo Caldas al Sur, las vertientes
orientales de la cordillera Central al Este y ambas vertientes de las cordilleras central y
occidental al Oeste.
Al lado de esta imprecisión debe decirse que de igual manera el ajuste cronológico de este
periodo de ocupación estaría por precisar; es de anotar que investigaciones recientes han
empezado a mostrar que el límite temporal podría extenderse hasta cerca de un milenio
antes de Cristo (Múnera, Monsalve y Botero, 1998).
En este sentido se identifican dos variantes, una de ellas adscrita a la cuenca del Cauca,
con un área de influencia a través de las vertientes montañosas de las cordilleras central y
38
De todos modos, esta es apenas una propuesta en construcción, a la que poco a poco se
irán integrando nuevos datos de acuerdo con el avance de la investigaciones. Al respecto
resulta interesante la aparición de contextos cronológicos y culturales similares en la
región del viejo Caldas, en el municipio de Santa Rosa de Cabal (Siglo II d.C ). (Múnera y
Monsalve, 1997).
Los horizontes de suelo Ap1, Ap2 y Ap3 representan el contexto cultural que se
correspondería con una tercera fase de ocupación, cuyo límite temporal se extendería
aproximadamente entre el siglo IX y el siglo XVI de la era cristiana. Esta representada por
652 fragmentos cerámicos y 69 líticos; la base del horizonte Ap3 fue fechada en esta
investigación en 1060±50 antes del presente.
la adscripción de dos tradiciones cerámicas bien definidas a cada uno ellos, se desconoce
la naturaleza de las transformaciones culturales entre ambos; aunque a grandes rasgos la
información disponible, permite sugerir algunos elementos de continuidad relacionados
con algunos comportamientos culturales, como por ejemplo el patrón de asentamiento,
igual se identifican rasgos completamente diferenciados en los conjuntos alfareros, en el
aprovechamiento de diversos recursos, en las pautas funerarias y los sistemas de
organización social y política, situación que ha llevado a algunos autores a plantear la
existencia de modelos de sociedades con nuevos modelos de complejización social.
Este último periodo de la ocupación prehispánica en Santa Rita, se extiende entre los
siglos IX y XVI de la era cristiana, abarcando un lapso de tiempo de unos ocho siglos. En La
Querida, tal proceso se refleja en las evidencias culturales que integran los tres primeros
horizontes de suelo actual, identificándose hacia la base del horizonte Ap3, evidencias de
desarrollos agroalfareros tardíos que fueron ubicadas cronológicamente hacia el siglo IX
de la era cristiana (1060±50 a.p.) dentro de los que se destacan evidencias cerámicas
similares a las reportadas en la región del viejo Caldas, donde al momento sus pobladores
ocupaban una amplia zona de la cordillera Central entre las actuales ciudades de
Manizales y Pereira.
De acuerdo con los datos palinológicos, el comienzo de esta época estuvo marcado por
unas condiciones ambientales estables, leve descenso de los cinturones de vegetación
permitiendo inferir condiciones ambientales más frías que las actuales y un crecimiento
continuado de los indicadores de zonas abiertas, situación consecuente con una alta
representatividad de especies cultivables, a juzgar por las frecuencias de granos de polen
relacionados con la producción agrícola de Zea mays, Ipomoea batatas, Cucurbitaceae y
Passiflora.
A diferencia de otras épocas, en las que el registro arqueológico que representa cada fase
se observa menos ordenado, el periodo Tardío constituye una época de estabilidad
relativa en términos de las características del proceso de depositación del material
cultural, que de manera recurrente mantiene una posición horizontal, al parecer porque
40
este proceso tiene lugar en una superficie regular, que podría ser el resultado de un
pisoteo continuado, a diferencia de un contexto de acumulación de basuras, o
intervención por acción antrópica, donde el material arqueológico se encuentra en
diferentes posiciones.
Debe destacarse que los horizontes de suelo relacionados con este periodo de ocupación,
registran las mayores frecuencias de artefactos líticos, alcanzando el 50.9% del total
obtenido, y de esta muestra, una buena proporción de productos de talla, como 12 lascas,
4 raspadores, 3 punzones, 6 núcleos agotados, y 28 elementos que podrían corresponder
a desechos del proceso de fabricación de éstos materiales, lo que indicaría la realización
de actividades económicas, complementarias de la agricultura, de la cual no obstante no
se registran herramientas, que bien pudieron ser abandonadas en otros lugares del
aterrazamiento.
Son típicas para este periodo de ocupación, vasijas del sistema alfarero Tardío,
representado en la vasijas subglobulares de bordes ligeramente evertidos y engrosados
41
con labios redondeados; vasijas globulares con bordes ligeramente evertidos adelgazados
de labio biselado o redondeado, vasijas aquilladas con bordes evertidos directos de labio
biselado y redondeado; cuencos aquillados de borde directo y labio biselado o
redondeado, con decoración incisa en diseños geométricos por encima de la quilla. Se
resalta el carácter culinario de buena parte de la muestra, lo que se infiere por el color de
las superficies y la presencia de costras de hollín (Plancha 4).
Desde esta perspectiva y teniendo en cuenta las zonas de mayor popularidad de las
producciones alfareras relacionadas con este periodo, se podría sugerir, una confluencia
de tradiciones culturales en La Querida, de grupos humanos en un proceso de expansión
desde el macizo central antioqueño, y desde el valle medio del río Cauca en la región
central del viejo Caldas, dando como resultado una diversidad de sociedades con
diferentes niveles de organización sociopolítico.
Tabla 4. Periodos de ocupación en el Suroeste antioqueño
Fase cultural Cronologías Santa Rita a.P. Otras cronologías a.C – d,C Fuente Contexto Evidencias Asociadas
6190 ± 70 4240 a.C. Agudelo, Santa Rita Cerámica con forma y decoración sin identificar
(Beta 114040) et. al. U.I.A – 014
1999
Temprano 5870 ± 100 3920 a.C. Agudelo, Santa Rita Cerámica con forma y decoración sin identificar
(Beta 116594) et. al. U.I.A – 014
1999
1640 a.C. Agudelo, Santa Rita Vasijas de bordes evertidos; superficies pulidas con
3590±70 et. al. U.I.A – 014 engobe rojo y Marrón, decoración incisa fina,
(Beta 116593) 1999 dentada estampada; bordes de silueta triangular
190 d.C. Agudelo, Santa Rita Vasijas de bordes evertidos; superficies pulidas con
1760 ± 60
et. al. U.I.A 022 engobe rojo y Marrón, decoración incisa fina,
(Beta 114043)
1999 dentada estampada; bordes de silueta triangular
1750 ± 50 200 d.C. Martínez, Támesis, Vasijas de bordes evertidos y vasijas aquilladas;
(Beta 122030) 1999 Sitio 9, E:III bandas de pintura crema en los bordes, combinada
con el engobe rojo; decoración incisa.
1570 ± 60 380 d.C. Otero, Jericó, Vasijas de bordes evertidos y vasijas aquilladas;
(Beta 70370) 1992 Abrigo 1 bandas de pintura crema en los bordes, combinada
con el engobe rojo; decoración incisa.
1550 ± 50 400 d.C. Agudelo, LQ C1-2Ab1, Final del horizonte (transicion)
(Beta 142342) et. al. R17
2000
Medio 1520 ± 100 430 d.C. Martínez, Támesis, Sitio Vasijas de bordes evertidos y vasijas aquilladas;
(Beta 122066) 1999 4, Rasgo bandas de pintura crema en los bordes, combinada
con el engobe rojo; decoración incisa.
1470 ± 30 480 d.C. Martínez, Támesis, Sitio Vasijas de bordes evertidos y vasijas aquilladas;
(Beta 122065) 1999 4, E:III bandas de pintura crema en los bordes, combinada
con el engobe rojo; decoración incisa.
1420 ± 70 530 d.C. Agudelo, U.I.A 022 Fragmentos cerámicos de superficies pulidas con
(Beta 114042) et. al. engobe rojo y Marrón, decoración incisa fina,
1998 dentada estampada; bordes de silueta triangular
1380 ± 40 570 d.C. Martínez, Támesis, Sitio Vasijas de bordes evertidos y vasijas aquilladas;
(Beta 122067) 1999 9, Entierro bandas de pintura crema en los bordes, combinada
44
Fase cultural Cronologías Santa Rita a.P. Otras cronologías a.C – d,C Fuente Contexto Evidencias Asociadas
secundario con el engobe rojo; decoración incisa.
1060 ± 50 890 d.C. Agudelo, LQ C1-Ap3 Comienzos de Ap3
(Beta 142341) et. al.
2000
990 ± 70 960 d.C. Agudelo, U.I.A 022 Cerámica con decoración
(Beta 114041) et. al.
1998
Tardío 980 ± 60 970 d.C. Agudelo, U.I.A 002 Vasija con características antropomorfas
(Beta 114038) et. al.
1998
320±60 1630 d.C. Agudelo, U.I.A 011 Bases con impresión de cestería, bordes con
(Beta 114039) et. al. decoración triangular impresión
1998
6. CONSIDERACIONES
7. BIBLIOGRAFÍA
Instituto Geográfico Agustín Codazzi. 1987. “Plancha 186 I – A”, Escala 1: 25.000,
Departamento de Antioquia, Risaralda y Caldas. Plancha 186 I – A 4, Escala 1: 10.000,
Departamento de Antioquia.
Ingeominas. 1984. “Mapa Geológico Preliminar.” Departamentos de Antioquia, Caldas y
Risaralda. Plancha Número 186 – Riosucio. Escala 1:100.000. Texto: Bernardo Calle.
Integral S.A. e Instituto Nacional de Vias. 1997. “Via Alterna de la Troncal de Occidente”.
Sector río Campo Alegre – estadio Santa Rosa de Cabal. Informe final. s.p.
Integral S.A. y EE.PP. de Medellín. 1998. “Gasoducto de Distribución en el Valle de Aburra”
Rescate arqueológico, informe final. s.p.
Lanata, José Luis. 1999. “Según pasan los Años. Los Procesos Naturales de Formación del
Registro Arqueológico en el Sudeste de Tierra del Fuego”. En: Publicaciones
Arqueología. No 49. Centro de Investigaciones de la facultad de humanidades.
Universidad Nacional de Cordoba Argentina.
Langebaek, Carl. 1992. “Noticias de Caciques muy mayores. Origen y desarrollo de
sociedades complejas en el nororiente de Colombia y Norte de Venezuela”. Editorial
Universidad de Antioquia. Ediciones Uniandes. Santa fé de Bogotá, Colombia.
Llanos Héctor y Anabella Durán. 1983. “Asentamientos Prehispánicos de Quinchana. San
Agustín.” FIAN. Bogotá.
Lozano, Gustavo. 2000. “Estudio de polen fósil en sedimentos de la cuenca media del río
Santa Rita, Suroeste Antioqueño”. CORANTIOQUIA. s.p.
Martínez, Luz Helena. 1999. ”Parcelación los caminos del Cartama.” Informe de rescate
arqueológico. Promotores S.A. - corporación GAIA
Monsalve S. Oscar. 1998. “Medio ambiente y dinámica de la ocupación temprana en el
Occidente de Colombia”. Primeras Jornadas Arqueológicas de la Universidad de
Antioquia. Medellín
------------. 1998. “Prospección Arqueología en la cuenca del Rio Aures. Municipio de
Abejorral”. Integral S. A. Medellín.
Mora, Santiago y Franz Flórez. 1997. “Nuevas Memorias sobre las Antigüedades
Neogranadinas. O de la cronología en la arqueología colombiana y otros asuntos.”
COLCIENCIAS. Santafé de Bogotá, D.C., Colombia.
Múnera Luis, Oscar Monsalve y Silvia Botero. 1998. “Nueve Mil Años de Historia en el
Viejo Caldas”. En: Vías Y Desarrollo Social. INVIAS. Bogotá. Pág. 200 – 239.
Obregón, Mauricio y Alejandra Agudelo y Marco Hernández. Mayo De 1998.
“Acercamiento Arqueológico a Sitios Prehispánicos Alrededor de una Fuente Salina.
Corregimiento de Santa Rita, Municipio de Andes.”. Informe Final. Presentado a:
Universidad de Antioquia – Corantioquia. Medellín.
49
Orton, Clive y Paul Tyers y Alan Vince. 1993. “La Cerámica en Arqueología” Editorial
Crítica. Barcelona.
Otero, Helda. 1992. “Dos Periodos de la Historia Prehispánica de Jericó, (Departamento de
Antioquia)”. En: Boletín FIAN. Año 7 No. 2. Bogotá.
Pinto, María y Llanos Héctor. 1997. “Las industrias líticas de San Agustín”. Fundación de
Investigaciones arqueológicas nacionales. Banco de la República, Santa Fe de Bogotá.
Prous, André. 1986 – 1990. “Os artefatos liticos, elementos descritivos classificatorios”.
En: Arquivos do Museu de História Natural. Vol. 11. Universidade Federal de Minas
Gerais. Belo Horizonte.
Raymond Scott, Oyuela-Caycedo Augusto y Patrick Carmichael. 1994. “Una Comparación
de las Tecnologías de la Cerámica Temprana de Ecuador y Colombia” En: Izumi
Shimada. Tecnología y Organización de la Producción Cerámica Prehispánica en los
Andes. Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial. Lima. Pag. 33 – 52.
Reichel – Dolmatoff, Gerardo. 1986. “Arqueología de Colombia. Un texto Introductorio”.
Litografía Arco. Bogotá.
Rodríguez, Camilo. 1988. “Las Tradiciones Alfareras Tempranas en las Llanuras del Caribe
Colombiano (Departamento de Bolivar y Atlántico). Periodización y comparación
cerámica”. FIAN. En: Boletín de Arqueología. No. 2. Bogotá.
Rodríguez, Camilo y Thierry Legros y Cristophe Pauly. 1988. “El Formativo de la Costa
Caribe Colombiana”. Proyecto Arqueológico de las llanuras del caribe. ICAN. Bogotá.
Rostain, Sthepen.1986 – 1990. “Étude d’une chaine opératoire: Les haches em pierre polie
d’Amazonie”. En: Arquivos do Museu de História Natural. Vol. 11. Universidade Federal
de Minas Gerais. Belo Horizonte.
Salgado, Hector y Carlos Armando Rodríguez y Vladimir Aleksandrovich Bashilov. 1993. “La
Vivienda Prehispánica Calima”. Instituto Vallecaucano de Investigaciones Científicas.
INCIVA. Cali. Colombia.
Santos, Gustavo. 1986. “Investigaciones Arqueológicas en el ‘Oriente’ Antioqueño. El Sitio
de los Salados.” En: Boletín De Antropología. Universidad De Antioquia. Volumen 6
Numero 20. Medellín. Pág. 45 – 80.
------------1993. “Una Población Prehispánica Representada por el Estilo Cerámico Marrón
Inciso.” En: El Marrón Inciso de Antioquia. Ed. Universidad De Antioquia. Medellín. Pág.
39 – 55.
------------1995. “Las Sociedades Prehispánicas de Jardín Y Riosucio.” En: Revista
Colombiana de Antropología Vol. XXXII. Santa Fé De Bogotá.
------------1998. “La Cerámica Marrón Inciso de Antioquia. Contexto Histórico y
Sociocultural”. En: Boletín de Antropología. Universidad de Antioquia. Volumen 12 No.
29.
50