Frente a la publicación del decreto de urgencia N° 035-2020 (03/04/2020) que establece medidas complementarias para reducir el impacto en la economía nacional, el aislamiento e inmovilización social obligatorio dispuesto en la declaratoria de estado de emergencia nacional, así como para reforzar sistemas de prevención y respuesta sanitaria, como consecuencia del COVID-19 (coronavirus), este Vicerrectorado hace llegar algunas reflexiones acerca de la labor que hoy desempeñan los profesionales de las Ciencias de la Salud, especialmente los Médicos, personal de Enfermería, Obstetras, Químicos Farmacéuticos y Biólogos. La medicina es esencialmente una profesión de servicio desde sus orígenes, el fundamento persistente ha sido y será la orientación filantrópica, - en la denotación prístina del término, no solo de amigo del hombre como lo señala la etimología estricta, sino de amor al prójimo y dedicación plena a su servicio -. En su dimensión social, la tarea esencial de la medicina finca en la educación de la comunidad en y para la salud. “La medicina del mundo de mañana – señala Schipperges – no ha de construir tan solo una técnica curativa de consumada perfección, un fluido mercado de óptimos remedios, un cabal servicio biosanitario dentro de un cerrado sistema asistencial; también, al mismo tiempo, la planificación de nuevos módulos socio – culturales, una sistemática estilización de la existencia humana, una educación biosanitaria bajo criterios médicos, la instauración de un ethos médico, para el mejoramiento de la calidad de vida”. El joven Virchow (1821-1902), quien sería el fundador, partir de la teoría celular, de la patología funcional, a mediados del siglo pasado, esto es casi en coincidencia con los orígenes y desarrollo del marxismo tanto como concepción del mundo cuanto como método de análisis de la realidad social, señalaba : “la Medicina es una ciencia social y la política no es otra cosa que la medicina en gran escala”, al mismo tiempo que concebía, con sorprendente previsión, su lucha social como una tarea educativa, como una manera de instruir y capacitar a los individuos en la preservación de la salud y en la asistencia de la enfermedad. “Los médicos – escribió en el editorial del diario que fundara para difundir estas ideas, Die Medizinische Reform – son los abogados naturales de los pobres y los problemas sociales caen en su mayor parte dentro de su jurisdicción”. Estamos persuadidos que “el Medico en el curso de la historia y aceleradamente en nuestros días, va perdiendo su halo mágico de demiurgo y tiene que acceder, la plenitud, por imperativo de la época, a una discreta pero más eficaz posición de demioergo, esto es, trabajador para el pueblo con una elevada ética de servicio”. Un nivel de vida bajo puede ser tan causal en la enfermedad como un agente etiológico (conocido). La vida diaria y el trabajo tienen que estar protegidos para las mejores condiciones sociales y económicas que promuevan salud y optimicen la calidad de la existencia humana. Al respecto, Manuel Gonzáles Prada decía: “no forman el verdadero Perú las agrupaciones de criollos y extranjeros que habitan la faja de tierra situada entre el pacifico y los andes, la nación está formada por las muchedumbres de indios diseminados en la banda oriental de la cordillera”, reivindicando a la masa y a su “oscura gloria”. Alentó a la juventud con frases conminatorias como: “¡que vengan arboles nuevos a dar flores nuevas y frutas nuevas!”. Y a propósito de las pruebas moleculares para el diagnóstico del coronavirus COVID-19, una de las características de la medicina actual es la molecularización, que comprende la realidad biológico molecular, bioquímico y biofísica de la enfermedad, “la causa inmediata de su génesis y su configuración”. La noción de Peters de “lesión bioquímica” significo un enorme proceso y es en este campo donde la medicina, como ciencia en sentido estricto, va en progreso incesante a tal punto que podría favorecer la reducción epistemológica a “modelos morfológicofuncionales” de orden atómico- molecular. Es indudable que los progresos en este campo revisaran y ampliaran la Nosografía actual. A la luz de la problemática biosanitaria, económica y social que vive el país se hace imperativo el establecimiento de la más rigurosa disciplina y autodisciplina en todas partes, disciplina social entendida como un compromiso cívico, pasa por entender que un portador asintomático o quien padece esta enfermedad del COVID-19 moderado o levemente puede sin embargo contagiar a otras personas adultos mayores o que padecen enfermedades crónicas – diabetes, hipertensión, asma – y que por esa razón el efecto del coronavirus será para ellos devastador. La gran consigna “la lucha contra el COVID” no hay que convertirla meramente en una frase, esta es una verdad indiscutible, histórica desde el punto de vista filosófico. Hay que aprender de las lecciones duras, hay que aprender en serio, intensamente, con firmeza, para la defensa de la salud y de la vida. Hay que desplegar una labor firme, práctica y seria de apoyo a las autoridades locales, regionales y nacionales. Esta experiencia ha sido y es una lección amarga y dura, pero necesaria, provechosa y bienhechora para el país. Se nos ha planteado una cruzada contra esta epidemia del COVID-19, hay que prepararse para ella largamente y en serio. Reiteramos nuestro profundo reconocimiento y agradecimiento a los trabajadores de la salud, Médicos, Enfermeras, Obstetras, Químicos Farmacéuticos, Biólogos y Científicos. Sancristobalinamente. Ayacucho, abril del 2 020