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Capítulo I
Publicado el 30/01/2017 por diariosdeavivamientos
Pero como este es un blog para gente que le gusta pensar, aunque pensar
a veces implique equivocarse, ya que no somos tan intelectuales como
quisiéramos, ni tan eruditos como debiéramos. Y porque este es un
espacio inter-denominacional donde queda excluido el fanatismo; me
parece justo que una voz se levante para decir ¡cuidado!, no seas hallado
llamando hijo del diablo a un hijo de Dios. Con la ayuda del Señor iremos
capítulo a capítulo viendo en qué consiste este movimiento llamado
pentecostalismo, y hasta dónde son falsas o ciertas las acusaciones contra
él.
Junto con este tratado de adoctrinamiento, tengo otro de igual calibre que
aparte de coincidir en el origen de la denominación que los promueve
(cosa que me apena por el profundo respeto y admiración que siento por
los hermanos Bautistas), también concuerdan en otra cosa: manipular la
Historia. Esto me recuerda a los documentales sobre países de
Latinoamérica que suelen pasar en la televisión de España, siempre
muestran lo peor de estos países: la delincuencia, la ignorancia, los
barrios marginales, la violencia, la pobreza extrema; escasamente
muestran lo mejor, ¿el propósito? Decirle a los españoles: “no se quejen,
ustedes están mejor que el resto del mundo.” Creo que es precisamente
este el propósito de estos tratados de adoctrinamiento, decirles a algunos
bautistas “no se quejen por la falta de vida y vigor de vuestras
congregaciones, ¡mirad! Afuera está lleno de herejía, ¡no se os ocurra
salir de estas puertas!”. No es de extrañar que uno de estos panfletos
propagandísticos termine con esta auto-exaltación: “Durante toda esta
época de error y el crecimiento del movimiento pentecostal, ha habido
una voz clara y distinta entre todas las demás: la voz de los bautistas.”
Honestamente uno se atraganta desde el inicio cuando lee cosas como las
que siguen: “Todo lo que uno podría tildar “pentecostal” en el
cristianismo hoy en día comenzó con una mujer, Agnes Ozman, de
Topeka, Kansas (EE.UU.), que habló incoherentemente en una reunión el
1 de enero, 1901. Luego, el movimiento se desencadenó por medio del
ministerio de un negro, William Seymour, que empezó una obra en
Azusa Street (la Calle Azusa) en Los Ángeles después de haber sido
echado de una iglesia bautista… Estas son las raíces de todas las iglesias
pentecostales y carismáticas que existen en la actualidad: una mujer
de Topeka, Kansas, que habló incoherentemente en 1901, y un
predicador negro que fue echado de una iglesia bautista…” (Gregory
Alan Kedrovsky – de su panfleto: Las raíces corruptas – La historia del
movimiento pentecostal)
Citaré con frecuencia el libro Azusa Street, de Frank Bartleman, quien fue
un testigo directo de aquel Avivamiento y narraba los hechos para la
prensa religiosa de la época.
Entiendo que alguien que no haya leído el libro Azusa Street puede
comulgar alegremente con esta mentira, pero si lo has leído verás la
falacia de este argumento.
En primer lugar, es verdad que Bartleman siempre tuvo una frágil salud,
lo dice él:
“Mi salud era débil, desde mi niñez. En ese momento escribí en mi diario:
“Mi salud es muy débil, pero creo que viviré para ver terminada mi
obra. A pocos les gusta ir a los lugares difíciles, pero mi tarea es ir donde
otros no quieren ir. Parece que Dios solo puede conseguir un hombre que
no tiene más motivo por el cual vivir que el cielo, para hacer la obra,
porque lo que se necesita es un hombre con esa fortaleza. Me alegra que
Él me use hasta lo último para su servicio. Prefiero gastarme a
arrumbarme; prefiero morir de hambre para Dios, si es necesario, que
engordar para el demonio”. Ese era el espíritu de mi consagración.”
(Azusa Street)
“El 2 de enero testifiqué y ayudé en una reunión que duró todo el día en la
Iglesia Evangélica Metodista de Boyle Heights, a la que llegué a pie, ya
que no tenía dinero para tomar un coche. Estaba muy cansado al volver,
por lo que le pedí al Señor que me llevara en coche, y encontré una
moneda en la acera. Así volví a casa en coche.” (Azusa Street)
“Un día, mientras estábamos fuera, alguien dejó una carga de madera
ante la puerta de nuestra casa. Nunca supimos quién había sido.
Habíamos orado por madera.” (Azusa Street)
“Caminé durante todo el día esparciendo la noticia de la reunión, sin tener
dinero para tomar un coche, y por la noche estaba tan cansado que no
podía dormir. No teníamos ni un céntimo, estábamos atrasados con el
pago de la renta otra vez, pero yo estaba, literalmente, derramando mi
vida en el servicio a Dios. Apenas contábamos con las cosas
indispensables para vivir… Llegamos a un punto en que debíamos tener
dinero para pagar la renta y la comida, o dejarnos morir de hambre.
Mientras me encontraba sentado a la mesa, escribiendo, el Señor me
habló y me dijo que fuera a ver al hermano Geo Crary. La impresión fue
tan fuerte que dejé la lapicera y salí inmediatamente. Después de orar
durante un tiempo con el hermano Crary y su esposa, me dispuse a irme.
Yo no había dicho ni una sola palabra sobre nuestras necesidades. Ellos
me entregaron $ 2,50, aclarando que el Señor me había enviado a ellos
para que me dieran ese dinero.” (Azusa Street)
“En una ocasión en que no teníamos nada para comer en casa, sino un
poco de pan duro, recibimos una carta del hermano Boehmer, con un
dólar. Él estaba en contacto directo con Dios. Posiblemente a los
verdaderos santos les iría mejor si no hubiera tantos fraudes que
traicionaran la confianza. Cada falso pastor, cada engañador en nuestras
filas, hace todo mucho más difícil para los verdaderos siervos.” (Azusa
Street)
No dejes que nadie te tape un ojo para que solo veas una parte de la
Historia, no permitas que nadie te diga qué libros puedes o no leer, que
debes o no creer. Tienes la inteligencia, la razón, la capacidad de análisis
que Dios te dio, no dejes que nadie te ponga la comida ya masticada en tu
boca, como si fueses incapaz de descubrir la verdad por ti mismo. Tienes
las Escrituras, la Historia de la Iglesia, y sobre todo al Espíritu Santo que
te guiará a toda la verdad.
Hay algo tan peligroso como la herejía, y son los que se auto-proclaman
“guardianes del verdadero y puro evangelio”, los “únicos poseedores de la
verdad”, los “defensores de la sana doctrina”; la mayoría de ellos son tan
fanáticos como los herejes mismos. Si has sido liberado del pecado no te
hagas esclavo de los hombres. La mayoría de los grandes avivamientos
comenzaron con personas que se resistieron a creer ciegamente lo que las
“autoridades eclesiásticas” querían imponerles.
Mateo 5:22 Pero yo les digo que todo el que se enoje con su hermano quedará sujeto al
juicio del tribunal. Es más, cualquiera que insulte a su hermano quedará sujeto al juicio
del Consejo. Pero cualquiera que lo maldiga quedará sujeto al juicio del infierno.
Un error que está siendo común hoy día, entre las filas evangélicas, es el
énfasis por volver a la Reforma Protestante del S. XVI. Pero si el mayor
énfasis de la Reforma fue volver a las Escrituras ¿Por qué no volvemos a
ellas directamente, y de allí vamos subiendo progresivamente? ¿Por qué
pretendemos pasar todo por el filtro de una Reforma que ya está
desfasada en el tiempo? Y es en ese filtro donde muchos se quedan
estancados, pues para llegar a las Escrituras primero tienen que pasar por
Lutero, por Calvino, por Arminio o por el reformador o teólogo de su
gusto en un proceso descendente. ¿El resultado? Que al pasar por tantas
lentes la interpretación queda desfigurada. ¡Igual que los católicos! Ellos
parten desde el Magisterio vivo de la Iglesia, pasando por Papas, Obispos,
Concilios, Encíclicas, Doctores de la Iglesia… y cuando llegan a la
Escritura la visión es deformada. Observen lo que enseña Roma:
Bueno, pero vayamos al grano, una cosa que debemos tener en cuenta en
relación a lo que sucedió en la calle Azusa es que los pioneros del
avivamiento pentecostal no salieron de un huevo kinder, eran hermanos
y líderes de iglesias metodistas, bautistas, del movimiento de la Santidad
(que en aquel entonces era muy numeroso), independientes, y de todas
las denominaciones históricas que anhelaban un despertar espiritual
para la nación; motivados intensamente por el Gran Avivamiento de Gales
que en ese mismo entonces estaba sacudiendo Europa. El pentecostalismo
no nació como una denominación sino como un movimiento de
avivamiento dentro de las denominaciones históricas:
Como se supone que uno está hablando con devotos de la Sola Scriptura,
tiene que hacerles la consabida pregunta: ¿Y dónde afirma la Escritura
que los dones cesaron?… Bien, si usted nunca fue al circo, esta es su
oportunidad para ver a un hombre haciendo los malabarismos y
acrobacias más estrambóticas que se pueda imaginar. ¿La razón? No
existe ni un solo pasaje en las Escrituras que afirmen, y ni siquiera
insinúen, que los dones y manifestaciones milagrosas del Espíritu Santo
han cesado. ¡Ni uno solo! ¿Y no se supone que un Solo Scriptura debería
poder afirmar algo solo con la Escritura? Pues como la Biblia no les
respalda en su tesis cesacionista, se sacan de la manga estos argumentos:
“No son capaces de dar la vista a los ciegos, ni el oído a los sordos, ni
expulsar a todos los demonios -sino sólo a aquellos que ellos mismos les
meten, si es verdad lo que dicen-, ni curar a los enfermos, cojos y
paralíticos o dañados en cualquier otro miembro del cuerpo como efecto
de alguna enfermedad, ni dar de nuevo la salud a todos aquellos que
enferman por accidente. Muy lejos están de resucitar a los muertos -como
lo han hecho el Señor y los Apóstoles por medio de la oración y como en
algunos casos ha sucedido en la comunidad cuando ha sido necesario,
cuando toda la Iglesia lo ha suplicado con ayunos y plegarias, de modo
que «ha regresado al muerto el espíritu» como respuesta a las oraciones
de los santos-. Ni siquiera creen que esto sea posible; porque, según ellos,
incluso la resurrección de los muertos no es sino el conocimiento de lo
que ellos llaman la verdad.” (Ireneo de Lyon – de su Tratado Adversas
Haereses – Libro II 31.2)
“Por eso sus discípulos verdaderos en su nombre hacen tantas obras en
favor de los seres humanos, según la gracia que de Él han recibido. Unos
real y verdaderamente expulsan a los demonios, de modo que los mismos
librados de los malos espíritus aceptan la fe y entran en la Iglesia; otros
conocen lo que ha de pasar, y reciben visiones y palabras proféticas; otros
curan las enfermedades por la imposición de las manos y devuelven la
salud; y, como arriba hemos dicho, algunos muertos han resucitado y
vivido entre nosotros por varios años.
¿Qué más podemos decir? Son incontables las gracias que la Iglesia
extendida por todo el mundo recibe de Dios, para ir día tras día a los
gentiles y servirlos en nombre de Jesucristo crucificado bajo Poncio
Pilato. Y no lo hacen para seducir a nadie ni para ganar dinero, pues, así
como ella lo ha recibido gratis de Dios, así también gratis lo distribuye.
Y no lo hace por invocación de los ángeles, ni por medio de
encantamientos, ni por otros poderes malvados u otro tipo de acciones
mágicas; sino que de modo limpio, puro y abierto, elevando su oración al
Dios que creó todas las cosas e invocando el nombre de nuestro Señor
Jesucristo, hace todas estas obras maravillosas no para seducir a nadie
sino para el bien de los seres humanos. Pues si hasta hoy el nombre de
nuestro Señor Jesucristo hace tantos beneficios y cura de modo seguro y
verdadero a todos los que creen en él, y no pueden hacer lo mismo los
seguidores de Simón, Menandro, Carpócrates o de cualquier otro,
entonces es evidente que Él se hizo hombre, convivió con la obra que él
mismo había plasmado, realmente todo lo llevó a cabo por el poder de
Dios según la voluntad del Padre de todas las cosas, tal como los profetas
habían anunciado.” (Ireneo de Lyon en su tratado Adversas Haereses –
Libro II 32.3,4,5)
“Pues, ¿qué cabe objetar a lo que con tan desnuda sinceridad se muestra?
Si por una parte son verdaderos dioses, ¿por qué mienten diciendo ser
demonios? ¿Sería por obedecernos? Ved cómo está sometida a los
cristianos vuestra divinidad, la que ciertamente no ha de tomarse por
divinidad cuando se ve al hombre sometida y aun a sus enemigos si hacen
algo en su deshonra… Pero todo el imperio y el poder que sobre ellos
tenemos radican en que pronunciamos el nombre de Cristo y
enumeramos todos los castigos que les amenazan y que de Dios esperan
por Cristo, su Juez. Como temen a Cristo en Dios y a Dios en Cristo, se
someten a los servidores de Dios y de Cristo. Por lo cual, al mero contacto
de nuestras manos, al menor soplo de nuestra boca, aterrados por la
imagen y el pensamiento del fuego que les aguarda, salen aun de los
cuerpos de los hombres obedeciendo a nuestro mandato, bien que con
desgana y dolor, avergonzados ante vuestra presencia. Creedles cuando
dicen verdad de sí mismos, así como los creéis cuando mienten.”
(Tertuliano – El Apologético – XXIII)
“Mas, ¿quién os arrebataría a esos enemigos ocultos que por doquier y
siempre devastan vuestros espíritus y vuestra salud, o sea, esos demonios
que nosotros arrojamos de vuestros cuerpos sin pedir recompensa ni
salario? Nos hubiera bastado, en venganza, abandonaros a esos espíritus
inmundos como a bien sin dueño.” (Tertuliano – El Apologético –
XXXVII)
“Entre nosotros, aun hasta el presente, se dan los carismas proféticos. Por
donde hasta vosotros tenéis que daros cuenta de que los que en otros
tiempos se daban en vuestro pueblo han pasado a nosotros” (Dial., 82).
“Hemos visto anteriormente que ciertas personas creen que los dones se
retiraron al completarse el canon del Nuevo Testamento. Algunas de ellas
llegan a decir que la historia de la Iglesia demuestra claramente que tales
dones fueron suprimidos, y otras afirman de un modo bastante dogmático
que no han vuelto a darse desde entonces: que no ha habido milagros,
literalmente, desde los días del Nuevo Testamento. Y están también
aquellos que van más lejos aún -he leído recientemente algunos de sus
folletos- y dicen que, incuestionablemente, lo que se reivindica como
dones del Espíritu no son otra cosa que manifestaciones del “poder
diabólico”. ¡Y lo escriben con letras de molde! Hay cristianos que
realmente escriben y publican tales cosas…
Pero ellos basan su opinión en este argumento y parecen bastante lógicos.
Dicen que todo esto fue solo para el tiempo de la Iglesia neo-
testamentaria y que acabó con ella; por tanto, cualquier cosa que pueda
parecer un don espiritual a partir de entonces tiene que ser
necesariamente “diabólico”: una falsificación, algo que debemos evitar
corno la peste misma y, ciertamente, algo extremadamente peligroso…
Hemos de cuidarnos, por tanto, de una enseñanza que juzga las Escrituras
y dice: “Esto tiene que ver con nosotros y esto no”… permítanme apelar a
la Historia. Considera esta idea de que todas las manifestaciones y los
dones milagrosos acabaron con la era apostólica. Ciertamente, esto es algo
sobre lo que no tenemos derecho a dogmatizar, ya que contamos con
pruebas históricas claras de que muchos de esos dones perduraron por
varios siglos. Existen testimonios fidedignos de ello en las biografías y los
escritos de los grandes Padres de la Iglesia -Tertuliano y otros—que no
dejan lugar a dudas en cuanto a que esas cosas seguían sucediendo. Pero,
sobre todo -y esto, para mí, es muy importante-, hay muchas pruebas de
que estas cosas ocurrían aun en los tiempos de la Reforma protestante.
¿Has leído alguna vez la biografía de ese gran hombre y erudito llamado
John Welsh, yerno de John Knox? Se cuentan cosas asombrosas, al
parecer bien comprobadas, acerca de él. Existe la tradición -repetida por
los historiadores más moderados- de que en cierta ocasión, cuando se
hallaba exiliado en el sur de Francia, John Welsh realmente resucitó a
alguien. Yo no lo sé, simplemente te presento la evidencia.
Lo único que estoy tratando de decir es que no me atrevería a asegurar
que estas cosas acabaron con la era apostólica y que no ha habido ningún
milagro desde entonces. ¡En realidad no lo creo! Hay evidencia
procedente de muchos de esos reformadores y padres protestantes de que
algunos de ellos tenían un verdadero don de profecía: me refiero a
predecir acontecimientos futuros. Y encontramos, por ejemplo, entre los
confederados escoceses personas, como Alexander Peden y otros, que
dieron profecías precisas y literales de cosas que sucedieron a
continuación.
Permíteme que te lo exprese de la manera más sencilla: creo que lo que
esta generación necesita que se le diga es que “hay más cosas en el Cielo y
en la Tierra, Horacio, de las que puede soñar tu filosofía”. Nuestro peligro
es el de apagar al Espíritu y poner límites al poder de Dios, al Espíritu
Santo.” (Martyn Lloyd-Jones de su libro Gozo Inefable)
“Cualquiera que esté dispuesto a decir que todo esto terminó con la era
apostólica, y que no ha vuelto a haber ningún milagro desde entonces,
hace una afirmación de lo más atrevida. No solo no hay nada en la
Escritura que diga que todos esos dones milagrosos tenían que cesar con
los Apóstoles, sino que la historia subsiguiente de la Iglesia, creo yo,
desmiente absolutamente semejante pretensión.” (Martyn Lloyd-Jones de
su libro Gozo Inefable)
Salmos 85:6
Como pueden ver, uso textos del Dr. Martin Lloyd-Jones, porque no es
alguien a quien podríamos tildar de neófito o fanático; y porque es alguien
imparcial o ajeno al Movimiento Pentecostal.
Escribo esta serie de artículos, para demostrar la falacia de los que ahora,
“a salvo en la otra orilla”, nos hacen señas de que abandonemos nuestro
redil y nos unamos a ellos en esta cruzada anti-pentecostal, que no busca
otra cosa que robar frutos ajenos.
Yo les preguntaría, en primer lugar, ¿la Biblia que usaban cuando eran
pentecostales es la misma que la que usan ahora?, y si es la misma ¿por
qué no le hacían caso antes? ¿Es que recién ahora han descubierto estos
versículos? Si antes parloteaban como loros en los cultos, ya sea porque
les agradaba exhibir su “espiritualidad” o por imitación (porque los demás
también lo hacían), era suficiente con dejar de hacerlo una vez que se
comprende lo que la Biblia ordena. Pablo dice que “callen en la
congregación” no que “huyan de la congregación”
¿Por qué ahora, que según ellos comprenden mejor las Escrituras,
prohíben hablar en lenguas? Una cosa es decir: no hablamos en lenguas
si no hay intérprete, y otra es prohibirla totalmente. ¿Se dan cuenta como
se han tornado anti-bíblicos prohibiendo lo que la Biblia expresamente
manda no prohibir? Claro, no son tan ingenuos, tienen la respuesta
escondida en la manga, ellos afirman que “no es que prohibamos hablar
en lenguas, solo que eso era para el tiempo de los apóstoles, ahora ya no
están operativas” ¿Sí?, y les pregunto ¿en base a qué texto de las
Escrituras sacan tremendo disparate?
Observen cómo manipulan las Escrituras. Unos versículos más arriba del
que leímos, dice lo siguiente:
Si uno les pregunta ¿crees que este mandato era para el tiempo de los
apóstoles solamente, o sigue vigente? Responderán inmediatamente:
“¡No, no era solo para la época de los apóstoles, está vigente!”. Bien,
entonces en qué regla de interpretación bíblica se basan para afirmar que,
lo que dice en solo cinco versículos más abajo, ha pasado a ser por arte de
magia ¡solo para la época de los apóstoles! O todo el texto dejó de estar
vigente o todo continúa siéndolo, no una parte sí y la otra no.
“Al parecer, la idea de que estas cosas eran solo para el período neo-
testamentario y no tienen nada que ver con nosotros hoy, es en realidad
culpable del error conocido como “alta crítica”. Este error se sienta en
juicio sobre las Escrituras y dice: “Desde luego, claro, aquello fue algo
transitorio y no se aplica a nosotros”. Tú decides lo que es aceptable y lo
que no lo es: seleccionas a tu gusto. Este argumento hace exactamente lo
mismo.” (Martin Lloyd-Jones – Gozo Inefable – Cap. IX)
Dejemos que hablen hombres más doctos, observemos cómo el Dr. Lloyd-
Jones refuta a los cesacionistas que tuercen las Escrituras:
https://diariosdeavivamientos.wordpress.com/2017/02/06/lo-que-no-te-
contaron-sobre-los-pentecostales-capitulo-i