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Lo que no te contaron sobre los pentecostales –

Capítulo I
Publicado el 30/01/2017 por diariosdeavivamientos

“Desde su nacimiento el movimiento Pentecostal de la “lluvia tardía” ha


sido caracterizado por la herejía doctrinal, la exageración, y el engaño.
Comprendo que esas son duras palabras, pero la documentación es
irrefutable. Esto es a causa de que los milagros mesiánicos y apostólicos
de la primer centuria simplemente no están siendo concretados por los
Cristianos hoy. Aquellos que pretenden que los signos apostólicos
Pentecostales han sido restaurados son forzados a recibir como señales
apostólicas a fenómenos ocultistas e hipnóticos tales como el matar del
Espíritu y la embriaguez del Espíritu y la adivinación (que ellos
frecuentemente llaman “palabra de conocimiento”), o son forzados a
exagerar y prefabricar las pretendidas señales.”  (Way of Life
Literature’s Fundamental Baptist)

Este es el prólogo de uno de los tratados de adoctrinamiento de Way of


Life Literature’s Fundamental Baptist. Y digo de adoctrinamiento pues la
intención de este tipo de literatura no es la de motivar al estudio
imparcial, sino la de imponer un pensamiento único con carácter de
infalibilidad, al mejor estilo católico romano: “no piense, no razone, no
discuta, acepte solamente lo que el Magisterio de la Iglesia ha
determinado como regla de fe y de conducta”.

Personalmente no creo que el Movimiento Pentecostal necesite defensa


alguna, su crecimiento vigoroso, su celo evangelístico y misionero, su
amor puesto por obra, sus innumerables mártires; superan cualquier
barrera u obstáculo, interno o externo, a pesar de ser uno de los
movimientos evangélicos más perseguidos y despreciados por los auto-
proclamados “defensores de la sana doctrina” y por las autoridades
seculares.

Pero como este es un blog para gente que le gusta pensar, aunque pensar
a veces implique equivocarse, ya que no somos tan intelectuales como
quisiéramos, ni tan eruditos como debiéramos. Y porque este es un
espacio inter-denominacional donde queda excluido el fanatismo; me
parece justo que una voz se levante para decir ¡cuidado!, no seas hallado
llamando hijo del diablo a un hijo de Dios. Con la ayuda del Señor iremos
capítulo a capítulo viendo en qué consiste este movimiento llamado
pentecostalismo, y hasta dónde son falsas o ciertas las acusaciones contra
él.

Junto con este tratado de adoctrinamiento, tengo otro de igual calibre que
aparte de coincidir en el origen de la denominación que los promueve
(cosa que me apena por el profundo respeto y admiración que siento por
los hermanos Bautistas), también concuerdan en otra cosa: manipular la
Historia. Esto me recuerda a los documentales sobre países de
Latinoamérica que suelen pasar en la televisión de España, siempre
muestran lo peor de estos países: la delincuencia, la ignorancia, los
barrios marginales, la violencia, la pobreza extrema; escasamente
muestran lo mejor, ¿el propósito? Decirle a los españoles: “no se quejen,
ustedes están mejor que el resto del mundo.” Creo que es precisamente
este el propósito de estos tratados de adoctrinamiento, decirles a algunos
bautistas “no se quejen por la falta de vida y vigor de vuestras
congregaciones, ¡mirad! Afuera está lleno de herejía, ¡no se os ocurra
salir de estas puertas!”. No es de extrañar que uno de estos panfletos
propagandísticos termine con esta auto-exaltación: “Durante toda esta
época de error y el crecimiento del movimiento pentecostal, ha habido
una voz clara y distinta entre todas las demás: la voz de los bautistas.”

Honestamente uno se atraganta desde el inicio cuando lee cosas como las
que siguen: “Todo lo que uno podría tildar “pentecostal” en el
cristianismo hoy en día comenzó con una mujer, Agnes Ozman, de
Topeka, Kansas (EE.UU.), que habló incoherentemente en una reunión el
1 de enero, 1901. Luego, el movimiento se desencadenó por medio del
ministerio de un negro, William Seymour, que empezó una obra en
Azusa Street (la Calle Azusa) en Los Ángeles después de haber sido
echado de una iglesia bautista… Estas son las raíces de todas las iglesias
pentecostales y carismáticas que existen en la actualidad: una mujer
de Topeka, Kansas, que habló incoherentemente en 1901, y un
predicador negro que fue echado de una iglesia bautista…”  (Gregory
Alan Kedrovsky – de su panfleto: Las raíces corruptas – La historia del
movimiento pentecostal)

“una mujer… el ministerio de un negro…” Bueno, creo que el


prejuicio está más que evidente desde el comienzo. Y sí, es verdad, “las
mujeres” y los “negros” tuvieron un papel importante dentro del
Movimiento. Por aquella época las mujeres no tenían derecho al voto y la
segregación racial era notoria, pero en el Avivamiento de Azusa donde
tomó consistencia el Movimiento Pentecostal “La línea de color había
sido borrada por la Sangre.” (Frank Bartleman – del libro Azusa Street).

Primeros miembros de la congregación de Azusa


Honra a la historia del Movimiento Pentecostal que un hermano afro-
americano (un negro como lo llama Gregory Alan Kedrovsky) hijo de
esclavos, haya sido el primer pastor pentecostal de la historia.

Citaré con frecuencia el libro Azusa Street, de Frank Bartleman, quien fue
un testigo directo de aquel Avivamiento y narraba los hechos para la
prensa religiosa de la época.

Precisamente sobre él, dice lo siguiente el panfleto de Way of Life


Literature’s Fundamental Baptist

“A pesar de su doctrina de que Dios ha prometido sanidad física,


Bartleman estuvo frecuentemente enfermo, a veces abatido hasta el
punto del suicidio, y su hija mayor, Esther, murió en su niñez a pesar de
su fe en la sanidad.”

Entiendo que alguien que no haya leído el libro Azusa Street puede
comulgar alegremente con esta mentira, pero si lo has leído verás la
falacia de este argumento.

En primer lugar, es verdad que Bartleman siempre tuvo una frágil salud,
lo dice él:
“Mi salud era débil, desde mi niñez. En ese momento escribí en mi diario:
“Mi salud es muy débil, pero creo que viviré para ver terminada mi
obra. A pocos les gusta ir a los lugares difíciles, pero mi tarea es ir donde
otros no quieren ir. Parece que Dios solo puede conseguir un hombre que
no tiene más motivo por el cual vivir que el cielo, para hacer la obra,
porque lo que se necesita es un hombre con esa fortaleza. Me alegra que
Él me use hasta lo último para su servicio. Prefiero gastarme a
arrumbarme; prefiero morir de hambre para Dios, si es necesario, que
engordar para el demonio”. Ese era el espíritu de mi consagración.” 
(Azusa Street)

“A pesar de la debilidad de mi cuerpo, conseguí trabajo como jardinero.


Esto nos proveyó de comida. Yo predicaba con frecuencia en las calles, y
ayudaba en la obra misionera. Mi siguiente trabajo fue cosechar naranjas,
con la ayuda de una escalera, pero tuve que abandonarlo al mediodía de la
primera jornada. El peso de la fruta y la escalera que se doblaba casi me
rompen la espalda. Este era mi punto débil. Conseguí más trabajo como
jardinero y construyendo cercas. Esto no era tan duro. Casi todas las
noches me encontraban en alguna reunión, predicando o testificando. Era
mi vida. Mi primer llamado era predicar. Sufrimos mucho por el frío y la
lluvia, porque solo teníamos un quemador de gas en la casa, tanto para
calefacción como para cocinar. La pequeña Ruth se enfermó con fiebre, y
casi nos habíamos quedado sin comida. El trabajo escaseaba. Prediqué en
la Obra Misionera Peniel, sin mencionar nuestra necesidad, pero
declarando mi fe en que el Señor estaría junto al hombre que había
elegido estar junto a Él. Pasaba mi tiempo libre repartiendo tratados,
haciendo obra personal o predicando en la calle y en las obras misioneras.
Solo descansaba cuando dormía, y muchas veces, en lugar de eso, oraba.”
(Azusa Street)

“Aproximadamente en esos días tuve un terrible ataque de neuralgia en el


estómago. Sentí que moría. Ayuné y oré un día entero, y el Señor me
libró.”  (Azusa Street)

“Antes de volver, enfermé gravemente y estuve toda una noche en cama


con fiebre y escalofríos. Pero fue una experiencia notable. Tenía gripe
(recuerde el lector que en aquella época una gripe podía ser mortal, más
que ahora). Aunque estaba transido de dolor y ardiendo de fiebre, un
poderoso espíritu de oración vino sobre mí. Parecía que fuera dos
personas. Mi cerebro parecía estar aparte, vivo para Dios. Me sentía todo
espíritu. En mi cuerpo, estaba enfermo de muerte. Mis sufrimientos
parecían empujar al alma fuera del cuerpo. Fue una experiencia muy
peculiar. Estoy seguro de que el diablo perdió allí. Mi espíritu parecía
completamente elevado por sobre mi condición física.”    (Azusa Street)

Este es el “perverso, el monstruo de Bartleman” que nos pintan los relatos


anti-pentecostales. ¿Dónde se queja de Dios? ¿Dónde hace alarde del don
de sanidad? Sufre y ora. Y una duda me asalta ¿Dónde amenaza con
suicidarse después de hacerse pentecostal?… No mis queridos amigos
anti-pentecostales, todavía no existían en aquella época ni los MacArthur,
ni los Steve Lawson que garantizaran al cristiano que si comete suicidio
ira igualmente al cielo. Los pentecostales no creen esa herejía.

El periodista Frank Bartleman

¿Quieren saber cómo vivían estos piadosos pioneros pentecostales? Aquí


tienen más, y recuerden que Bartleman para este entonces estaba
dedicado a tiempo completo a la obra, pero no recibía salario alguno:

“…alquilamos a unos amigos dos cuartos sin amoblar, en un primer piso,


sin calefacción, en la calle Temple 1055. Yo tenía poco dinero. Conseguí
algunos muebles. Cocinábamos y comíamos bajo una carpa tendida en el
patio. Sufríamos mucho, porque llovía y hacía frío. Nuestra hija más
pequeña se enfermó, pero Dios la libró. La mies era mucha, pero los
obreros pocos, en esos días; había mucho trabajo misionero a nuestro
alrededor, pero la pregunta era cómo serían suplidas nuestras
necesidades… Vivíamos por fe, ya que no teníamos ingresos.”   (Azusa
Street)

“El 2 de enero testifiqué y ayudé en una reunión que duró todo el día en la
Iglesia Evangélica Metodista de Boyle Heights, a la que llegué a pie, ya
que no tenía dinero para tomar un coche. Estaba muy cansado al volver,
por lo que le pedí al Señor que me llevara en coche, y encontré una
moneda en la acera. Así volví a casa en coche.” (Azusa Street)

“Para esta época, ya mis ropas estaban muy gastadas. En respuesta a la


oración, el Señor me dio, por medio del hermano Marsh, un metodista de
Pasadena, dos juegos de ropa usada, uno liviano y otro más grueso, para
el verano y el invierno. Ambos eran mejores que el que yo estaba usando.
Así que recibí una doble bendición, el doble de lo que había pedido.”
(Azusa Street)

Una pregunta, ¿cuántos ministros hoy se sentirían inmensamente


agradecidos a Dios porque alguien le regalase ropa usada? Por lo visto el
“evangelio de la prosperidad” no tiene sus raíces en Azusa Street.

“Cierta vez, solo teníamos un puñado de porotos (alubias) en la casa. Pero


Dios nos proveyó antes de que termináramos de consumirlos. Un
hermano me trajo una bolsa de papas como resultado de un testimonio
que di en la Primera Iglesia Evangélica Metodista. Vale la pena obedecer a
Dios.”   (Azusa Street)

“En mi hogar éramos probados muy duramente en lo económico. El


dinero era muy escaso. Pero Dios no nos permitía sufrir demasiado.”
(Azusa Street)

“Un día, mientras estábamos fuera, alguien dejó una carga de madera
ante la puerta de nuestra casa. Nunca supimos quién había sido.
Habíamos orado por madera.” (Azusa Street)
“Caminé durante todo el día esparciendo la noticia de la reunión, sin tener
dinero para tomar un coche, y por la noche estaba tan cansado que no
podía dormir. No teníamos ni un céntimo, estábamos atrasados con el
pago de la renta otra vez, pero yo estaba, literalmente, derramando mi
vida en el servicio a Dios. Apenas contábamos con las cosas
indispensables para vivir… Llegamos a un punto en que debíamos tener
dinero para pagar la renta y la comida, o dejarnos morir de hambre.
Mientras me encontraba sentado a la mesa, escribiendo, el Señor me
habló y me dijo que fuera a ver al hermano Geo Crary. La impresión fue
tan fuerte que dejé la lapicera y salí inmediatamente. Después de orar
durante un tiempo con el hermano Crary y su esposa, me dispuse a irme.
Yo no había dicho ni una sola palabra sobre nuestras necesidades. Ellos
me entregaron $ 2,50, aclarando que el Señor me había enviado a ellos
para que me dieran ese dinero.” (Azusa Street)

“Una mañana, poco después de esto, mientras estábamos de rodillas


orando en nuestro hogar, y muy necesitados de comida, el verdulero vino
a vernos y nos dejó cinco dólares en mercadería. No quiso decirnos quién
lo enviaba. Alguien había pagado por esas provisiones para nosotros.”
(Azusa Street)

“En una ocasión en que no teníamos nada para comer en casa, sino un
poco de pan duro, recibimos una carta del hermano Boehmer, con un
dólar. Él estaba en contacto directo con Dios. Posiblemente a los
verdaderos santos les iría mejor si no hubiera tantos fraudes que
traicionaran la confianza. Cada falso pastor, cada engañador en nuestras
filas, hace todo mucho más difícil para los verdaderos siervos.” (Azusa
Street)

¡Qué fácil es estar sentado cómodamente en un escritorio, con los pies


calientes, con un buen abrigo, con el estómago lleno, con un buen café en
la mano, y dedicar el tiempo a criticar a los santos que renunciaron a las
más elementales comodidades para predicar en las calles más peligrosas y
en los lugares marginales! ¡Oh sí, estos “rottweiler” celosos de la “sana
doctrina” son capaces de todo para defender a los huesos secos que
acumulan para sí! 
Pero no se quedan aquí, sino que llegan al colmo de la perversidad al
afirmar que “y su hija mayor, Esther, murió en su niñez a pesar de su fe
en la sanidad.” (Way of Life Literature’s Fundamental Baptist)

Pero dejemos que el mismo Frank Bartleman nos cuente lo sucedido


(todas las citas son de su libro Azusa Street)

“La pequeña Esther, nuestra hija mayor, comenzó a sufrir de


convulsiones, y se fue a estar con Jesús el 7 de enero a las cuatro de la
madrugada. Ella había sufrido toda su vida; era muy débil desde el día
que nació. Esta vez parecía que la voluntad de Dios era llevársela. Me vi
obligado a orar para que se viera librada de tanto sufrimiento… Yo la
había besado esa mañana por última vez, mientras estaba consciente, sin
darme cuenta de que sería el último beso. Nuestros pequeños se nos
escapan muy rápidamente. Aprovechémoslos al máximo cuando los
tenemos con nosotros. Tratemos a los niños con dulzura. La vida ya es
bastante dura con ellos, y quizá tengamos que lamentar su pérdida
cuando sea demasiado tarde. Este es un universo tremendo para el
espíritu infantil, lleno de fuerzas terriblemente malignas. Debemos
protegerlos y ayudarlos todo lo posible. Mi esposa rogaba a la mujer
inconversa que estaba en la casa que arreglara sus cosas con Dios
mientras el espíritu de la pequeña Esther partía; tan grande era la gracia
que le había sido dada. Habíamos esperado que nuestra pequeña familia
jamás se viera quebrada por la muerte. Pero Dios sabía que era lo mejor.”

“La pequeña Esther se deslizó de nuestro lado esta mañana temprano,


para irse con Jesús. Los ángeles la llamaban, y fue a encontrarse con ellos.
Se la llevaron y dejaron nuestros corazones en soledad. Oh, ¡qué vacío
deja su ausencia en nosotros! Pero no nos lamentamos como los que no
tienen esperanza. Ella es salva por siempre jamás. Salva de un mundo
enemigo, de una vida de sufrimiento. Ella era demasiado frágil para el
largo viaje de la vida en este mundo, por eso Dios la libró. Era tan
inocente del mal como era posible serlo. El dolor más grande de su vida ya
terminó para ella.”
“Se ha ido antes, delante de nosotros, ahorrándose el dolor de la partida.
Ha escapado y ahora está segura, mientras que nosotros debemos
continuar la lucha. Su obra concluyó en el fresco de la temprana hora de la
mañana de la vida, y se ha ido al Hogar, sin tener que sufrir el calor del
viaje. Los ángeles la cuidarán mucho mejor de lo que nosotros podríamos,
y será inconcebiblemente más feliz. Por su propio bien, no quisiera
llamarla para que volviera, aunque pudiera. Por eso dejamos su cuerpo
aquí con la plena seguridad de una resurrección gloriosa.”

“Estábamos felices de que hubiera venido a nosotros, aunque solo se


quedó un corto tiempo, y nos rompió el corazón al partir. Hay un alma
más en el cielo. Si nosotros también somos llamados antes de que Jesús
venga, solo nos pesarán los que debemos dejar atrás. Nos regocijaremos
por todos los que se han ido antes. Solo extrañamos a nuestros seres
queridos aquí. Si solo pudiéramos captar una línea de la pura melodía del
cielo, perderíamos el gusto por los sonidos terrenales para siempre. Si
pudiéramos captar un atisbo de nuestros seres queridos que se han ido,
por la “puerta entreabierta”, ya la Tierra no podría contenernos. Debemos
ver las cosas del lado del cielo”

“La hermana Ferguson vino de la Obra Misionera Peniel a consolarnos, al


día siguiente de la muerte de Esther, pero al entrar en el cuarto, se vio
obligada a exclamar: “Pero, ¡el Consolador está aquí!” No teníamos dinero
para el funeral, pero el hermano Geo Studd nos consiguió una parcela
barata de la Municipalidad, en el Cementerio Evergreen, en la sección de
niños… Yo llevé el ataúd, que contenía todo lo que quedaba en la Tierra de
nuestra pequeña querida, sobre mis rodillas, en el coche. Estaba lloviendo
demasiado como para que mi esposa fuera al cementerio. Entonces la
enterramos, en un día oscuro y tormentoso, para esperar la mañana de la
resurrección, donde no habrá nubes ni lamentos. ¡Cuán puro será el aire
de esa mañana! ¡Cuán gloriosos nuestros seres amados! ¡Cómo cantará la
creación toda mientras aparece el Sol de Justicia, con sanidad en sus alas!
No tuvimos coche fúnebre ni el funeral acostumbrado. Pero Dios proveyó,
como lo había hecho durante la vida de la niña.”
¿Es este el relato de un perverso hereje del que podemos burlarnos
diciendo: “¡Ja, miralo, cree en la sanidad y se le muere su hija!”? ¿Dónde
nos dice Bartleman que haya “decretado” o “profetizado” salud sobre la
pequeña? Solo se rindió a la voluntad del Padre.

“Junto a ese pequeño ataúd, con el corazón sangrante, entregué


nuevamente mi vida al servicio de Dios. En la presencia de la muerte,
cuán reales se vuelven las cosas eternas… Prometí que el resto de mi vida
sería dedicado enteramente para Él. Dios hizo un pacto nuevo conmigo, y
yo le rogué que abriera una puerta de servicio rápidamente, para que no
tuviera tiempo de caer en la tristeza. Justo una semana después de la
partida de la pequeña Esther comencé a predicar dos veces por día en la
pequeña Obra Misionera Peniel, en Pasadena.”     (Azusa Street)

He leído muchísimas veces el libro Azusa Street, es uno de mis preferidos,


y debo decir que cada vez que llego a esta parte siento un nudo en la
garganta, no es el relato de un ministro en el entierro de un ser ajeno; son
las palabras de un padre, que me recuerdan a la de tantos santos de la
antigüedad que entregaban a la tierra el cuerpo de sus hijos sin una sola
queja, sin amargura, con plena fe en la resurrección eterna. Por eso me
indigna cuando los manipuladores tuercen la realidad para mantener
cegados a sus seguidores.

No dejes que nadie te tape un ojo para que solo veas una parte de la
Historia, no permitas que nadie te diga qué libros puedes o no leer, que
debes o no creer. Tienes la inteligencia, la razón, la capacidad de análisis
que Dios te dio, no dejes que nadie te ponga la comida ya masticada en tu
boca, como si fueses incapaz de descubrir la verdad por ti mismo. Tienes
las Escrituras, la Historia de la Iglesia, y sobre todo al Espíritu Santo que
te guiará a toda la verdad.

Hay algo tan peligroso como la herejía, y son los que se auto-proclaman
“guardianes del verdadero y puro evangelio”, los “únicos poseedores de la
verdad”, los “defensores de la sana doctrina”; la mayoría de ellos son tan
fanáticos como los herejes mismos. Si has sido liberado del pecado no te
hagas esclavo de los hombres. La mayoría de los grandes avivamientos
comenzaron con personas que se resistieron a creer ciegamente lo que las
“autoridades eclesiásticas” querían imponerles.

Mateo 5:22 Pero yo les digo que todo el que se enoje con su hermano quedará sujeto al
juicio del tribunal. Es más, cualquiera que insulte a su hermano quedará sujeto al juicio
del Consejo. Pero cualquiera que lo maldiga quedará sujeto al juicio del infierno.

Artículo de Gabriel Edgardo Llugdar para Diarios de


Avivamientos

Lo que NO te contaron sobre los Pentecostales –


Capítulo II
Publicado el 06/02/2017 por diariosdeavivamientos

Una de las acusaciones más comunes contra el Movimiento Pentecostal es


que “no tiene raíces históricas”. En su panfleto titulado: Las raíces
corruptas – la historia del movimiento pentecostal – Gregory Alan
Kedrovsky  asegura que:

“El movimiento pentecostal no tiene raíces históricas. El movimiento


pentecostal no existía antes de 1901 d.C.”

Bien, no creo que él haya descubierto la pólvora, pero en eso estamos de


acuerdo, tan de acuerdo como que ni el Agustinianismo existía antes de
Agustín, ni el Luteranismo existía antes de Lutero, ni el Calvinismo antes
de Calvino, ni el Metodismo antes de Wesley… y podríamos continuar así
con cada una de las denominaciones o escuelas teológicas de la
cristiandad. Aparte de que basar el origen de una denominación o
movimiento en la Reforma Protestante del S. XVI no es ningún mérito;
recordemos que ese es un argumento que el Catolicismo Romano usó
contra las enseñanzas de Lutero: “no tienen peso histórico”. Y si
cualquiera de ustedes debate con un católico lo primero que oirán es que
“el Protestantismo tiene sus raíces en el S. XVI, pero el Catolicismo tiene
sus raíces en el S. I ” Por lo tanto, la antigüedad de un movimiento no
garantiza su superioridad, exclusividad, o veracidad.

Un error que está siendo común hoy día, entre las filas evangélicas, es el
énfasis por volver a la Reforma Protestante del S. XVI. Pero si el mayor
énfasis de la Reforma fue volver a las Escrituras ¿Por qué no volvemos a
ellas directamente, y de allí vamos subiendo progresivamente? ¿Por qué
pretendemos pasar todo por el filtro de una Reforma que ya está
desfasada en el tiempo? Y es en ese filtro donde muchos se quedan
estancados, pues para llegar a las Escrituras primero tienen que pasar por
Lutero, por Calvino, por Arminio o por el reformador o teólogo de su
gusto en un proceso descendente. ¿El resultado? Que al pasar por tantas
lentes la interpretación queda desfigurada. ¡Igual que los católicos! Ellos
parten desde el Magisterio vivo de la Iglesia, pasando por Papas, Obispos,
Concilios, Encíclicas, Doctores de la Iglesia… y cuando llegan a la
Escritura la visión es deformada. Observen lo que enseña Roma:

“La interpretación auténtica del depósito de la fe corresponde sólo al


Magisterio vivo de la Iglesia, es decir, al Sucesor de Pedro, el Obispo de
Roma, y a los obispos en comunión con él.” (Compendio del Catecismo de
la Iglesia Católica)

Algunos protestantes se jactan diciendo: “¡nosotros somos Sola


Scriptura!… nosotros tenemos la interpretación auténtica.” Pero
una vez que comienzas a hablar con ellos te salen con “Cánones“,
“Instituciones“, “Confesiones de Fe“, “Salterios“… No, no, no… ¡tú lo que
eres es un Museo de la Reforma!, nada más. Como dijo alguien por ahí
“Unos veneran a un Papa vivo, y otros veneran a un Papa muerto”. 
Que una Denominación Evangélica tenga sus raíces en la Reforma
Protestante no garantiza absolutamente nada. ¿Había alguien más
orgulloso de su linaje que los judíos? Le respondieron (a Jesús): Linaje de
Abraham somos. [Juan 8:33] Sin embargo un poco más adelante el Señor
les responde “Vosotros sois de vuestro padre el diablo” [Juan 8:44]. ¿Y
qué exhortación les hizo el Señor a esos mismos judíos? Ustedes estudian
con diligencia las Escrituras porque piensan que en ellas hallan la vida
eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio en mi favor! [Juan 5:39 NVI]

En La Reforma Protestante no se halla la vida eterna, ella nos dio


testimonio diciéndonos ¡Volved a las Escrituras! El solo hecho de
estudiar y conocer las Escrituras tampoco nos garantizan la Vida, ellas
dan testimonio de Cristo diciéndonos ¡Volved a Cristo! Porque él es la
Verdad, el Camino y la Vida. Todas las demás cosas son señales que nos
indican hacia donde debemos ir, pero quedarnos abrazados a una señal,
besándola y venerándola no significa nada más que estancarnos en
nuestro caminar celestial. 

Desearía que nadie me malinterprete en esto que acabo de decir, damos


gracias a Dios por la Reforma Protestante, por los Reformadores y
escuelas teológicas posteriores, pero la cosmovisión no se limita a ese
período exclusivamente, debemos abarcar toda la Historia de la Iglesia, y
esto incluye Padres apostólicos, de la Iglesia posterior, apologistas, etc,
sin estancarnos perpetuamente en un solo periodo. Y haciendo todo esto
en un sentido ascendente: debemos mirar a la Reforma con los ojos de la
Escritura, y no a la Escritura con los ojos de la Reforma. 

Bueno, pero vayamos al grano, una cosa que debemos tener en cuenta en
relación a lo que sucedió en la calle Azusa es que los pioneros del
avivamiento pentecostal no salieron de un huevo kinder, eran hermanos
y líderes de iglesias metodistas, bautistas, del movimiento de la Santidad
(que en aquel entonces era muy numeroso),  independientes, y de todas
las denominaciones históricas que anhelaban un despertar espiritual
para la nación; motivados intensamente por el Gran Avivamiento de Gales
que en ese mismo entonces estaba sacudiendo Europa. El pentecostalismo
no nació como una denominación sino como un movimiento de
avivamiento dentro de las denominaciones históricas:

“Siguiendo la tradición de la mayoría de los movimientos de renovación o


avivamiento, los primeros pentecostales no se consideraban una entidad
separada. Se consideraban un movimiento “dentro” de la iglesia cristiana,
que Dios había creado para dar vida nueva a un cuerpo demasiado
estructurado y carente de espíritu. Los líderes nunca promovieron la
formación de denominaciones pentecostales separadas. Se referían a sí
mismos y a su movimiento como “no denominacionalistas”  (Vinson
Synan – del libro El Siglo del Espíritu)

Si no se comienza por comprender esto llegamos a conclusiones


equivocadas: el pentecostalismo no es, ni debería ser, una denominación
sino un movimiento de avivamiento. Conozco metodistas-pentecostales,
bautistas-pentecostales, reformados-pentecostales, etc. Entre los
reformados pentecostales destaca la gran Alianza de Iglesias Cristianas
Nueva Vida en Brasil, lideradas por un pastor lleno de sabiduría y piedad
llamado Walter McAlister. 

¿Qué es un Avivamiento? Dejemos que el gran Martyn Lloyd-Jones nos lo


responda:

“Se reconoce generalmente que la mejor forma de definir un avivamiento es


como una vuelta de la Iglesia al libro de Hechos, una especie de repetición de
Pentecostés, el Espíritu derramándose nuevamente sobre la Iglesia. Esto,
naturalmente, es una porción de doctrina imprescindible y esencial.” (Martyn
Lloyd-Jones de su libro Gozo Inefable)

El Movimiento Pentecostal no debe preocuparse por tener o no raíces en


la Reforma del S. XVI, porque no es allí donde debemos volver sino a la
Iglesia del libro de los Hechos. La Iglesia no necesita una Reforma que la
lleve 500 años hacia atrás, la Iglesia hoy necesita imperiosamente un
Avivamiento que la lleve a experimentar nuevamente un Pentecostés, o
solo seremos un Museo en vez de una Iglesia llena de vida.
Es evidente que los hermanos que escribieron estos panfletos anti-
pentecostales se jactan de seguir uno de los baluartes de la Reforma
Protestante: el de la Sola Scriptura. Sin embargo usan sin pudor este
argumento:

“Hasta 1901 y Agnes Ozman no había nada en la historia de la Iglesia que


se parecía al movimiento pentecostal actual. Más bien, el parecer
tradicional hasta 1830 era lo que se llama “la teoría de cesación”.
Según esta enseñanza las cinco señales de Apóstol que Cristo entregó a los
11 en Marcos 16.17-18 cesaron después de la época de los Apóstoles. O sea,
empezando con la primera generación de creyentes después de los
Apóstoles de Cristo (los 12 y Pablo), cesaron las señales de Apóstol y
también la revelación directa (porque con los escritos de los Apóstoles,
Dios cerró el canon de la Escritura; Apocalipsis 22.18-19).” (Las raíces
corruptas – la historia del movimiento pentecostal, de Gregory Alan
Kedrovsky)

La teoría que se conoce con el nombre de “cesacionismo” afirma que los


dones y manifestaciones del Espíritu Santo ya no están vigentes u
operativos en la Iglesia hoy.

Como se supone que uno está hablando con devotos de la Sola Scriptura,
tiene que hacerles la consabida pregunta: ¿Y dónde afirma la Escritura
que los dones cesaron?… Bien, si usted nunca fue al circo, esta es su
oportunidad para ver a un hombre haciendo los malabarismos y
acrobacias más estrambóticas que se pueda imaginar. ¿La razón? No
existe ni un solo pasaje en las Escrituras que afirmen, y ni siquiera
insinúen, que los dones y manifestaciones milagrosas del Espíritu Santo
han cesado. ¡Ni uno solo! ¿Y no se supone que un Solo Scriptura debería
poder afirmar algo solo con la Escritura? Pues como la Biblia no les
respalda en su tesis cesacionista, se sacan de la manga estos argumentos:

“En los tiempos de la Reforma, la “teoría de cesación” seguía siendo la


posición tradicional. Martín Lutero dijo: “Pablo testifica… 1 Corintios
14.22: ‘las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los
incrédulos’. Pero después, cuando la Iglesia ya se confirmó por estas
señales, no fue necesario que esta manifestación visible del Espíritu Santo
continuara.” (Las raíces corruptas – la historia del movimiento
pentecostal, de Gregory Alan Kedrovsky)

¿Se dan cuenta del peligro de poner las raíces en la Reforma y no en la


Escritura? El argumento cesacionista se basa no en lo que dice la
Escritura sino en lo que dijo Lutero: “en la posición tradicional”. De un
triple salto mortal pasan de la Sola Scriptura a la Sola Tradición, ¡como
los católicos romanos! El mismo Martín Lutero está dando aquí su
opinión y no una interpretación exegética de un versículo, es suficiente
con mirar el versículo citado y la explicación dada por el Reformador para
comprobar que una cosa no lleva a la conclusión de la otra. Si las lenguas
son por señales a los incrédulos ¿por qué deberían de haber cesado?, ¿es
que ya no hay más incrédulos en el mundo?, ¿son todos creyentes?.

En su obsesión por demostrar algo que no solo no tiene fundamento


bíblico, sino que es anti-bíblico, los cesacionistas manipulan la Historia de
la Iglesia como un último recurso desesperado. Observen este ejemplo:

“Aun el famoso Agustín dijo: “¿Por qué, se pregunta, no se manifiestan


milagros hoy en día como sucedía en otros tiempos? Yo podría responder
que eran necesarios entonces, antes de que el mundo llegara a creer, para
poder ganar la creencia del mundo” (Las raíces corruptas – la historia del
movimiento pentecostal, de Gregory Alan Kedrovsky)

Bien,  aquí podríamos usar el mismo argumento que en el párrafo


anterior: ¿acaso todo el mundo ha llegado a escuchar el evangelio y a
creer? Y si no es así, entonces ¿por qué deberían cesar los dones? Y por
cierto, Agustín no da una respuesta con la Escritura, noten bien que está
dando su opinión personal.  Hasta aquí todo bien si solo se trata de
opiniones de hombres, pero entonces ¿en qué consiste la manipulación de
la Historia por parte de los cesacionistas?

Agustín de Hipona, o San Agustín como se le conoce generalmente, vivió


del 354 al 430. Pero antes que él existieron otros Padres de la Iglesia o
Apologistas de gran autoridad. Tomemos el caso del obispo Ireneo.
Ireneo de Lyon: No se sabe a ciencia cierta la fecha de su nacimiento,
posiblemente estaría entre los años 125 al 140 (murió en el 202 d.C.) . Sí
se sabe que se convirtió al cristianismo en edad muy joven, y que vio y
escuchó en primera persona al gran Policarpo, obispo de Esmirna y
discípulo directo del Apóstol Juan. Es en los escritos de Ireneo, Padre de
la Iglesia y precursor de la teología, donde encontramos datos de la
operatividad o continuismo de los dones sobrenaturales del Espíritu
durante el siglo II. Estos son los que he encontrado leyendo su magnífico
tratado Contra los Herejes (Adversas Haereses)

“También nosotros hemos oído a muchos hermanos en la Iglesia, que


tienen el don de la profecía, y que hablan en todas las lenguas por el
Espíritu, haciendo público lo que está escondido en los hombres y
manifestando los misterios de Dios, a quienes el Apóstol llama
espirituales, éstos son espirituales, porque participan del Espíritu”
(Ireneo de Lyon de su Tratado: Adversas Haereses – Libro V 6.1)

Comparando a los falsos milagros de los verdaderos que se seguían


produciendo entre ellos, dice:

“No son capaces de dar la vista a los ciegos, ni el oído a los sordos, ni
expulsar a todos los demonios -sino sólo a aquellos que ellos mismos les
meten, si es verdad lo que dicen-, ni curar a los enfermos, cojos y
paralíticos o dañados en cualquier otro miembro del cuerpo como efecto
de alguna enfermedad, ni dar de nuevo la salud a todos aquellos que
enferman por accidente. Muy lejos están de resucitar a los muertos -como
lo han hecho el Señor y los Apóstoles por medio de la oración y como en
algunos casos ha sucedido en la comunidad cuando ha sido necesario,
cuando toda la Iglesia lo ha suplicado con ayunos y plegarias, de modo
que «ha regresado al muerto el espíritu» como respuesta a las oraciones
de los santos-. Ni siquiera creen que esto sea posible; porque, según ellos,
incluso la resurrección de los muertos no es sino el conocimiento de lo
que ellos llaman la verdad.” (Ireneo de Lyon – de su Tratado Adversas
Haereses – Libro II 31.2)
“Por eso sus discípulos verdaderos en su nombre hacen tantas obras en
favor de los seres humanos, según la gracia que de Él han recibido. Unos
real y verdaderamente expulsan a los demonios, de modo que los mismos
librados de los malos espíritus aceptan la fe y entran en la Iglesia; otros
conocen lo que ha de pasar, y reciben visiones y palabras proféticas; otros
curan las enfermedades por la imposición de las manos y devuelven la
salud; y, como arriba hemos dicho, algunos muertos han resucitado y
vivido entre nosotros por varios años.
¿Qué más podemos decir? Son incontables las gracias que la Iglesia
extendida por todo el mundo recibe de Dios, para ir día tras día a los
gentiles y servirlos en nombre de Jesucristo crucificado bajo Poncio
Pilato. Y no lo hacen para seducir a nadie ni para ganar dinero, pues, así
como ella lo ha recibido gratis de Dios, así también gratis lo distribuye.
Y no lo hace por invocación de los ángeles, ni por medio de
encantamientos, ni por otros poderes malvados u otro tipo de acciones
mágicas; sino que de modo limpio, puro y abierto, elevando su oración al
Dios que creó todas las cosas e invocando el nombre de nuestro Señor
Jesucristo, hace todas estas obras maravillosas no para seducir a nadie
sino para el bien de los seres humanos. Pues si hasta hoy el nombre de
nuestro Señor Jesucristo hace tantos beneficios y cura de modo seguro y
verdadero a todos los que creen en él, y no pueden hacer lo mismo los
seguidores de Simón, Menandro, Carpócrates o de cualquier otro,
entonces es evidente que Él se hizo hombre, convivió con la obra que él
mismo había plasmado, realmente todo lo llevó a cabo por el poder de
Dios según la voluntad del Padre de todas las cosas, tal como los profetas
habían anunciado.” (Ireneo de Lyon en su tratado Adversas Haereses –
Libro II 32.3,4,5)

“… porque saben que los seres humanos no reciben de Marco (maestro


gnóstico) el don de la profecía, sino que Dios concede esta gracia desde lo
alto a quienes él quiere; y quienes reciben de Dios este don, hablan donde
y cuando Dios quiere, no cuando Marcos ordena. Aquel que manda es más
grande y soberano que quien le está subordinado; pues lo primero es
propio de quien tiene el gobierno, y lo segundo del que le está sujeto.”
(Ireneo de Lyon – Contra los Herejes – Libro I. 13,3 – 13,4)
La diferencia entre Agustín (S. IV-V) e Ireneo de Lyon (S.II) es que el
primero da una opinión personal de por qué no están sucediendo entre
ellos esos milagros; mientras que el segundo es testigo directo y
autoritativo de operaciones de los dones como: milagros, sanidades,
hablar en lenguas, profecías, etc., y su vigencia aún después de la muerte
de los apóstoles.

También tenemos a Tertuliano quien vivió entre el 160-220. Gran


apologista de la fe cristiana, él creía plenamente en la vigencia del don de
profecía y fue testigo directo de su manifestación. Bien, alguno podría
objetar que luego Tertuliano se radicalizó, y el abuso de las profecías lo
llevaron a extremismos. Pero les recuerdo que Tertuliano escribió en su
etapa más ortodoxa el magnífico tratado El Apologético, en este tratado
dirigido a los magistrados que condenaban a los mártires he encontrado
por lo menos cuatro importantes citas, donde afirma que los cristianos
echaban fuera demonios, como parte normal de la vida cristiana y que con
la expulsión de demonios había sanidad. Por cuestiones de espacio creo
que con tres citas serán suficientes:

“Pues, ¿qué cabe objetar a lo que con tan desnuda sinceridad se muestra?
Si por una parte son verdaderos dioses, ¿por qué mienten diciendo ser
demonios? ¿Sería por obedecernos? Ved cómo está sometida a los
cristianos vuestra divinidad, la que ciertamente no ha de tomarse por
divinidad cuando se ve al hombre sometida y aun a sus enemigos si hacen
algo en su deshonra… Pero todo el imperio y el poder que sobre ellos
tenemos radican en que pronunciamos el nombre de Cristo y
enumeramos todos los castigos que les amenazan y que de Dios esperan
por Cristo, su Juez. Como temen a Cristo en Dios y a Dios en Cristo, se
someten a los servidores de Dios y de Cristo. Por lo cual, al mero contacto
de nuestras manos, al menor soplo de nuestra boca, aterrados por la
imagen y el pensamiento del fuego que les aguarda, salen aun de los
cuerpos de los hombres obedeciendo a nuestro mandato, bien que con
desgana y dolor, avergonzados ante vuestra presencia. Creedles cuando
dicen verdad de sí mismos, así como los creéis cuando mienten.”
(Tertuliano – El Apologético – XXIII)
“Mas, ¿quién os arrebataría a esos enemigos ocultos que por doquier y
siempre devastan vuestros espíritus y vuestra salud, o sea, esos demonios
que nosotros arrojamos de vuestros cuerpos sin pedir recompensa ni
salario? Nos hubiera bastado, en venganza, abandonaros a esos espíritus
inmundos como a bien sin dueño.” (Tertuliano – El Apologético –
XXXVII)

“Y sin embargo, cualquiera que fuere el perjuicio que nuestra “secta”


pueda inferir a vuestros negocios, cabe ser compensado también con
alguna ventaja. ¿Qué caso hacéis, no digo ya de los que arrojan los
demonios de vuestros cuerpos, ni de los que por vosotros, como por sí
mismos, ofrecen sus plegarias al verdadero Dios, pero de los que vosotros
no podéis temer nada?” (Tertuliano – El Apologético – XLIII)

Lo mismo podríamos decir de Justino, del S. II, cuando en su Diálogo con el


judío Trifón afirma:

“Entre nosotros, aun hasta el presente, se dan los carismas proféticos. Por
donde hasta vosotros tenéis que daros cuenta de que los que en otros
tiempos se daban en vuestro pueblo han pasado a nosotros”     (Dial., 82).

Tenemos entonces que la falacia que se esgrime contra el Movimiento


Pentecostal es que “Si los dones cesaron con los apóstoles, entonces todo
lo que hoy se pretenda presentar como un don del Espíritu no es otra
cosa que obra del diablo”

Hemos demostrado que los dones siempre han estado vigentes en la


Iglesia, aunque no siempre en todos lados a la vez y en la misma
proporción. Para terminar este capítulo permítanme dejarles las palabras
de este gran maestro, al que nadie podría acusar de fanático, el Dr.
Martyn Lloyd-Jones:

“Hemos visto anteriormente que ciertas personas creen que los dones se
retiraron al completarse el canon del Nuevo Testamento. Algunas de ellas
llegan a decir que la historia de la Iglesia demuestra claramente que tales
dones fueron suprimidos, y otras afirman de un modo bastante dogmático
que no han vuelto a darse desde entonces: que no ha habido milagros,
literalmente, desde los días del Nuevo Testamento. Y están también
aquellos que van más lejos aún -he leído recientemente algunos de sus
folletos- y dicen que, incuestionablemente, lo que se reivindica como
dones del Espíritu no son otra cosa que manifestaciones del “poder
diabólico”. ¡Y lo escriben con letras de molde! Hay cristianos que
realmente escriben y publican tales cosas…
Pero ellos basan su opinión en este argumento y parecen bastante lógicos.
Dicen que todo esto fue solo para el tiempo de la Iglesia neo-
testamentaria y que acabó con ella; por tanto, cualquier cosa que pueda
parecer un don espiritual a partir de entonces tiene que ser
necesariamente “diabólico”: una falsificación, algo que debemos evitar
corno la peste misma y, ciertamente, algo extremadamente peligroso…
Hemos de cuidarnos, por tanto, de una enseñanza que juzga las Escrituras
y dice: “Esto tiene que ver con nosotros y esto no”… permítanme apelar a
la Historia. Considera esta idea de que todas las manifestaciones y los
dones milagrosos acabaron con la era apostólica. Ciertamente, esto es algo
sobre lo que no tenemos derecho a dogmatizar, ya que contamos con
pruebas históricas claras de que muchos de esos dones perduraron por
varios siglos. Existen testimonios fidedignos de ello en las biografías y los
escritos de los grandes Padres de la Iglesia -Tertuliano y otros—que no
dejan lugar a dudas en cuanto a que esas cosas seguían sucediendo. Pero,
sobre todo -y esto, para mí, es muy importante-, hay muchas pruebas de
que estas cosas ocurrían aun en los tiempos de la Reforma protestante.
¿Has leído alguna vez la biografía de ese gran hombre y erudito llamado
John Welsh, yerno de John Knox? Se cuentan cosas asombrosas, al
parecer bien comprobadas, acerca de él. Existe la tradición -repetida por
los historiadores más moderados- de que en cierta ocasión, cuando se
hallaba exiliado en el sur de Francia, John Welsh realmente resucitó a
alguien. Yo no lo sé, simplemente te presento la evidencia.
Lo único que estoy tratando de decir es que no me atrevería a asegurar
que estas cosas acabaron con la era apostólica y que no ha habido ningún
milagro desde entonces. ¡En realidad no lo creo! Hay evidencia
procedente de muchos de esos reformadores y padres protestantes de que
algunos de ellos tenían un verdadero don de profecía: me refiero a
predecir acontecimientos futuros. Y encontramos, por ejemplo, entre los
confederados escoceses personas, como Alexander Peden y otros, que
dieron profecías precisas y literales de cosas que sucedieron a
continuación.
Permíteme que te lo exprese de la manera más sencilla: creo que lo que
esta generación necesita que se le diga es que “hay más cosas en el Cielo y
en la Tierra, Horacio, de las que puede soñar tu filosofía”. Nuestro peligro
es el de apagar al Espíritu y poner límites al poder de Dios, al Espíritu
Santo.” (Martyn Lloyd-Jones de su libro Gozo Inefable)

Y termina con esta advertencia:

“Cualquiera que esté dispuesto a decir que todo esto terminó con la era
apostólica, y que no ha vuelto a haber ningún milagro desde entonces,
hace una afirmación de lo más atrevida. No solo no hay nada en la
Escritura que diga que todos esos dones milagrosos tenían que cesar con
los Apóstoles, sino que la historia subsiguiente de la Iglesia, creo yo,
desmiente absolutamente semejante pretensión.” (Martyn Lloyd-Jones de
su libro Gozo Inefable)

En los siguientes capítulos estaremos analizando las luces y sombras del


Movimiento Pentecostal, aciertos y errores de los cuales ninguna
denominación o movimiento ha estado exento, y menos en épocas de
avivamientos. 

 ¿No volverás a darnos vida para que tu pueblo se regocije en ti?

Salmos 85:6

Artículo de Gabriel Edgardo LLugdar para Diarios de Avivamientos

Por qué sigo siendo Pentecostal – Lo que no te contaron


sobre los Pentecostales Capítulo III
Publicado el 17/10/2017 por diariosdeavivamientos
“Los pentecostales son nada más que la basura que las otras iglesias han
descartado”  Esta era la opinión de muchos protestantes en la primera
mitad del Siglo XX, cuando el pentecostalismo se extendía, imparable, a
todas las naciones. Hoy, más o menos un siglo después, los pentecostales
han pasado a ser “la basura más codiciada” por aquellas iglesias cuya
única manera de crecer, es pescando en río ajeno.

Estas denominaciones históricas, que ya llevan más de un siglo esperando


y soñando con un despertar espiritual, son las mismas que
menospreciaban a los pentecostales mientras miraban al cielo esperando
su particular “avivamiento genuino”. Pero al igual que los judíos
esperando su “mesías”, les ha crecido la barba hasta el suelo, y la
esperanza se les ha convertido en impaciencia. ¿Cómo pueden pretender
un avivamiento quienes le niegan al Espíritu Santo la soberanía? Sí,
porque negar la vigencia y operatividad de los dones, sin tener el más
mínimo fundamento bíblico para ello, es resistir al Espíritu o apagar el
fuego de su don.

“algunas personas, por naturaleza, tienen miedo de lo sobrenatural, lo


fuera de lo corriente y el desorden. Puedes temer tanto al desorden, y
estar tan preocupado con la disciplina, el decoro y el control, que te hagas
culpable de lo que la Biblia llama “apagar al Espíritu”. No tengo la menor
duda de que ha habido mucho de esto.” (Martin Lloyd-Jones – Gozo
Inefable – Cap. I)

Estas denominaciones, pretenden una especie de avivamiento que sea del


tipo de aquellas señoras elegantes que intentan correr sin despeinarse, es
decir, correr pero que no les afecte mucho; no vaya a ser que se pierda
aquella apariencia que tanto les costó conseguir.

 “¿Qué es un avivamiento religioso? Se reconoce generalmente que la


mejor forma de definir un avivamiento es como una vuelta de la Iglesia al
libro de Hechos, una especie de repetición de Pentecostés, el Espíritu
derramándose nuevamente sobre la Iglesia. Esto, naturalmente, es una
porción de doctrina imprescindible y esencial.” (Martin Lloyd-Jones –
Gozo Inefable – Cap. II)

Estas iglesias, con apariencia de “señoras elegantes”, quieren un


Pentecostés sin el estruendo de un viento recio, sin lenguas como de
fuego y sin manifestaciones sobrenaturales, es decir, no están dispuestas a
aparecer delante del mundo como si estuvieran “llenas de mosto”.
Quieren un Pentecostés, sí, pero que se parezca lo menos posible al
original.

“Vemos que el acento se pone en el sosiego, la sobriedad… Leemos frases


como: “La plenitud del Espíritu no implica tanto una experiencia mística
privada como una relación con Dios”. Todo esto no es sino minimizar el
aspecto experimental de la cuestión… De manera que cualquier impresión
que pueda darse en cuanto a que se trata de una cosa tranquila, sobria y
que pasa casi inadvertida, me parece que raya en lo que el Apóstol
llamaría “apagar al Espíritu”…Y cuando hubieron orado, el lugar en que
estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y
hablaban con denuedo la palabra de Dios… Y con gran poder los
apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y
abundante gracia era sobre todos ellos. ¿Sobrio? ¿Tranquilo? ¿Recatado?
Querido amigo, ¿por qué no prestar atención a las pruebas? Este es el tipo
de cosa que sucede cuando el Espíritu “viene” sobre un hombre. Hasta el
edificio tembló, y esta tremenda exaltación de espíritu tuvo lugar en la
experiencia de los Apóstoles y los demás creyentes.”  (Martin Lloyd-Jones
– Gozo Inefable – Cap. III)

Como pueden ver, uso textos del Dr. Martin Lloyd-Jones, porque no es
alguien a quien podríamos tildar de neófito o fanático; y porque es alguien
imparcial o ajeno al Movimiento Pentecostal.

Pero sigamos con esta bonita, y a la vez muy triste historia…

Al ver que ese tan anhelado “avivamiento sobrio y recatado” no llega,


algunos líderes denominacionales han dejado de mirar hacia arriba y han
comenzado a mirar hacia los costados,  a contemplar los sembrados
ajenos… tan verdes… tan florecidos… tan llenos de frutos… Han
comenzado a poner la mirada en los apriscos ajenos… tan llenos de
ovejitas… tantas multitudes… tantos corderitos… Han observado
fijamente los ríos ajenos… rebosantes de vida… tantos peces… y ¡Eureka!
… Aquellos que antes eran la “basura” ahora han pasado a ser “las
preciosas almas que necesitan de nosotros para conocer la sana
doctrina”… ¿Y cómo le llamamos a esto?… ¿“Pescando en río ajeno”…
“Entrando en las labores de otros”… “Robando en rebaño
ajeno”…“Seduciendo Pentecostales”?… ¡No!… Llamémosle “Nueva
Reforma”, que suena más espiritual.

Es notable ver que quienes más se jactan de interpretar correctamente a


Pablo, se alejaron del espíritu correcto que tenía el mismo Pablo

Romanos 15:17-20  Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo


que a Dios se refiere. Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha
hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y
con las obras, con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu
de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta
Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo. Y de esta manera me
esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido
nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno”

Ay Pablo… Pablo… ¿no ves que solo han llegado a tu capítulo 9 de


Romanos y allí se estancaron?… ¡cómo le vamos a pedir que entiendan el
capítulo 15! Por cierto, ya que a ellos les gusta poner el ejemplo de la
Iglesia de Corinto para atacar a los “pente” -¿Quién fundó esa iglesia? …. -
¿Cuál?… -La de los corintios… –Pablo… –Bien, ¿y quién corrigió sus
excesos? ¿Fue Pedro, Santiago o Juan?… –No, no, ninguno de ellos, fue
Pablo mismo quien los corrigió…

¿Se imaginan a Pedro o a Juan yendo a la iglesia de Corinto a corregir sus


excesos? ¿Qué hubiese dicho Pablo sobre eso? Pedro y Juan tenían
autoridad apostólica, obviamente, pero nunca se habrían entrometido en
fundamento ajeno.

¿Entonces por qué no dejan que los pentecostales nos encarguemos de


nuestras congregaciones? ¿Vosotros fuisteis los pioneros que se
desgarraron las manos arrancado los cardos y espinos para preparar el
terreno y sembrar? ¿Vosotros tuvisteis que soportar la burla y la
persecución de los católicos y de las “denominaciones históricas”?
¿Vosotros sembrasteis día y noche regando con vuestras lágrimas los
surcos? ¿Vosotros os llenasteis de lodo vuestros pies para que ninguna
semilla se perdiese? ¿Vosotros fuisteis hasta los lugares más remotos a
buscar las ovejas más descarriadas, y las trajisteis al redil sobre vuestros
hombros?  ¿Vosotros os preocupasteis de nosotros cuando éramos la
“basura”?… No, no y no ¿Entonces por qué ahora queréis participar de los
frutos que no llevan vuestro sudor? ¿Por qué no enviáis vuestros
evangelistas? ¿No tenéis?… ¿Por qué no hacéis campañas y predicaciones
al aire libre para ganar nuevas almas? ¿Os da vergüenza? Claro, es más
fácil y más fashion hacer conferencias, aplaudirse unos a otros y
felicitarse mutuamente por ser los auténticos portadores del Evangelio,
mientras se afirma descaradamente que América latina no conocía la sana
doctrina… hasta que llegaron ellos.

Y como si esto no fuese suficiente, ahora proliferan los artículos por


facebook, del tipo: “Yo era pentecostal” o “Por qué ya no soy pentecostal”,
donde narran sus dolorosas experiencias aquellos que han sido librados
de tan horrible pasado. Testimonios que me recuerdan a los que suben
los católicos en sus páginas de apología: “Protestante regresa al
catolicismo” Y exhiben al pródigo como un gran trofeo, sin mencionar,
eso sí, que por uno que regresa al catolicismo mil salen de él.

Escribo esta serie de artículos, para demostrar la falacia de los que ahora,
“a salvo en la otra orilla”, nos hacen señas de que abandonemos nuestro
redil y nos unamos a ellos en esta cruzada anti-pentecostal, que no busca
otra cosa que robar frutos ajenos.

Llevo más de 30 años en la iglesia pentecostal, lo suficiente para conocerla


y amarla con sus defectos y virtudes. Desde esta página he atacado
continuamente los excesos del neo-pentecostalismo y del pentecostalismo
clásico, pero desde dentro. No voy a salir corriendo tras una “más joven y
con más curvas”, como hacen estos que mencioné, encandilados por lo
“nuevo”. Estoy tranquilo porque sé que con el tiempo terminarán igual
que donde estaban. Antes estaban bajo “el entusiasmo pentecostal”, y
ahora están entusiasmados “con sus nuevas doctrinas”, solo han
cambiado un entusiasmo por otro, hasta que se aburran de nuevo y se
vayan “con otra”; o simplemente se sumerjan en el letargo de la
frustración del cobarde, es decir, de aquel que no se quedó a luchar sino
que huyó.

Empezaré aclarando algo muy importante, no estoy en contra de quienes


han abrazado un punto de vista doctrinal distinto, hay, gracias a Dios, una
innumerable y creciente cantidad de pentecostales calvinistas o
reformados; maravillosos hermanos llenos de la vida del Espíritu que
están llevando avivamiento a sus congregaciones, y trabajando con el
mismo celo evangelístico de siempre; no se avergüenzan de seguir
llamándose pentecostales, o continuistas, o carismáticos o renovados. No
es para ellos estos artículos.

La primera falacia, como no podía ser de otra manera, es contra el hablar


en lenguas. Afirman que salieron del pentecostalismo porque ellos
mismos “balbuceaban palabras en el culto sin haber quienes las
interprete, y la Biblia dice que si no hay interpretación se debe callar en
el culto”. Bien, la Biblia afirma lo siguiente
1 Corintios 14:27-29  Si habla alguno en lengua extraña, sea esto por dos,
o a lo más tres, y por turno; y uno interprete. Y si no hay intérprete, calle
en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios. Asimismo, los profetas
hablen dos o tres, y los demás juzguen.

Yo les preguntaría, en primer lugar, ¿la Biblia que usaban cuando eran
pentecostales es la misma que la que usan ahora?, y si es la misma ¿por
qué no le hacían caso antes? ¿Es que recién ahora han descubierto estos
versículos? Si antes parloteaban como loros en los cultos, ya sea porque
les agradaba exhibir su “espiritualidad” o por imitación (porque los demás
también lo hacían), era suficiente con dejar de hacerlo una vez que se
comprende lo que la Biblia ordena. Pablo dice que “callen en la
congregación” no que “huyan de la congregación”

El apóstol no solo manda que el que hable en lenguas calle en la


congregación (si no hay quien interprete) sino que también manda:

1 Corintios 14:13  Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en


oración poder interpretarla.

Yo les pregunto a ellos ¿han orado sinceramente a Dios pidiendo poder


interpretar las lenguas que hablaban? ¿Han hecho el intento siquiera?

Pero seamos honestos, el problema de estas personas no es que ahora se


han vuelto más bíblicos, o más decentes y ordenados; sino que se han
tornado más incrédulos y menos bíblicos que cuando eran pentecostales.
Vean, sino. ¿Qué otra cosa manda el apóstol acerca de las lenguas?

1 Corintios 14:39  Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el


hablar lenguas

¿Por qué ahora, que según ellos comprenden mejor las Escrituras,
prohíben hablar en lenguas? Una cosa es decir: no hablamos en lenguas
si no hay intérprete, y otra es prohibirla totalmente. ¿Se dan cuenta como
se han tornado anti-bíblicos prohibiendo lo que la Biblia expresamente
manda no prohibir? Claro, no son tan ingenuos, tienen la respuesta
escondida en la manga, ellos afirman que “no es que prohibamos hablar
en lenguas, solo que eso era para el tiempo de los apóstoles, ahora ya no
están operativas” ¿Sí?, y les pregunto ¿en base a qué texto de las
Escrituras sacan tremendo disparate?

Observen cómo manipulan las Escrituras. Unos versículos más arriba del
que leímos, dice lo siguiente:

1Corintios 14:34  vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque


no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo
dice.

Si uno les pregunta ¿crees que este mandato era para el tiempo de los
apóstoles solamente, o sigue vigente? Responderán inmediatamente:
“¡No, no era solo para la época de los apóstoles, está vigente!”. Bien,
entonces en qué regla de interpretación bíblica se basan para afirmar que,
lo que dice en solo cinco versículos más abajo, ha pasado a ser por arte de
magia ¡solo para la época de los apóstoles! O todo el texto dejó de estar
vigente o todo continúa siéndolo, no una parte sí y la otra no.

“Al parecer, la idea de que estas cosas eran solo para el período neo-
testamentario y no tienen nada que ver con nosotros hoy, es en realidad
culpable del error conocido como “alta crítica”. Este error se sienta en
juicio sobre las Escrituras y dice: “Desde luego, claro, aquello fue algo
transitorio y no se aplica a nosotros”. Tú decides lo que es aceptable y lo
que no lo es: seleccionas a tu gusto. Este argumento hace exactamente lo
mismo.”     (Martin Lloyd-Jones – Gozo Inefable – Cap. IX)

1ª Corintios  14:37 Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo


que os escribo son mandamientos del Señor.  Mas el que ignora,
ignore. Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el
hablar lenguas;  pero hágase todo decentemente y con orden.

¿Desde cuándo el Señor da mandamientos con fecha de caducidad? El


texto apostólico ordena expresamente el “no impidáis el hablar en
lenguas”. Si alguien afirma que el hablar en lenguas era solo para la época
de los apóstoles miente y contradice al apóstol. Y no solo contradice el
mandato bíblico sino que tuerce la Escritura a su antojo, teniendo
arbitrariamente por válido el mandato a las mujeres, y como inválido el
mandato de las lenguas, cuando ambos están presentes en la misma carta,
y en el mismo contexto inmediato.

Si alguien dice que lo que ahora se hace al hablar en lenguas (glosolalia)


no es de Dios sino del diablo, miente. Y no solo que miente, sino que
desobedece a la Escritura, porque por medio del miedo, manipula a sus
seguidores para que rechacen este don. Es decir prohíben, no
directamente sino indirectamente, haciéndoles creer a las personas que, si
hoy hablan en lenguas no es de Dios sino del diablo. “No te prohíbo que
hables en lenguas, pero si hablas, eso no es de Dios”. Ni el diablo mismo
se atrevería a manipular tanto las Escrituras, como ellos. Por cierto, si
ellos hablaban en lenguas cuando eran pentecostales, y el hablar en
lenguas, según ellos, es cosa de demonios, ¿quién les echó fuera los
demonios que los poseían, si en la iglesia donde están ahora tampoco
creen en echar fuera demonios?

Hermanos, detrás de toda esta aparente preocupación por “el orden y el


decoro”, se esconde una nefasta doctrina sin sustento bíblico ninguno: el
cesacionismo. La perversa doctrina que enseña que los dones del
Espíritu eran solo para la época de los apóstoles.

Dejemos que hablen hombres más doctos, observemos cómo el Dr. Lloyd-
Jones refuta a los cesacionistas que tuercen las Escrituras:

“Permíteme darte simplemente un ejemplo de lo que quiero decir. Hace


poco he leído un artículo acerca de este tema que demuestra cómo
hombres con un determinado prejuicio o inclinación están tan
controlados por el mismo que leen en la Escritura cosas que no se
encuentran en ella, y hacen así sus propias deducciones erróneas.
Permíteme que cite parte de ese artículo: “San Pablo apenas menciona ese
don [el autor está hablando acerca de las “lenguas” en particular], excepto
para tratar de regular el comportamiento de aquellos que lo poseen y
frenar el mal uso del mismo”. Luego prosigue: “Sin duda fue esto lo que le
llevó a relegar dicho don al último lugar de la lista de los jarismata y a
instar a sus lectores a intentar ponerlo en perspectiva”. Hasta ahí todo
bien; pero luego añade: “Para él se trataba de algo más bien permisible
que deseable”. ¡Más permisible que deseable! Pero el Apóstol mismo dice,
con bastante claridad, en 1 Corintios 14: “Quisiera que todos hablaseis en
lenguas” (v. 5). ¡Eso no es meramente permisible, sino más bien deseable!
Y luego prosigue: “¿Tiene alguna importancia el hecho de que la iglesia en
Corinto, que al parecer era el único lugar en que esa práctica
prevalecía…?”. ¿Lo ves? Como no se menciona ese don en relación con las
otras iglesias el autor supone que no se daba en ellas. Ahora bien, eso no
es otra cosa que un argumento basado en el silencio, una deducción. Pero
continuemos: “¿Tiene alguna importancia el hecho de que la iglesia en
Corinto, que al parecer era el único lugar en que esa práctica prevalecía,
fuera moral y espiritualmente la menos madura de las comunidades
cristianas primitivas?”. No hay evidencia alguna para decir esto: no
sabemos si la iglesia en Corinto era “la menos madura”. De hecho, existen
buenas razones para pensar que tanto la iglesia en Tesalónica como en
Galacia eran igualmente inmaduras. Todo esto no es más que mera
conjetura: supone leer en las Escrituras lo que no está escrito para
corroborar tu prejuicio particular… Yo creo que la respuesta se encuentra
en las Escrituras mismas, y que si te basas en lo que ellas dicen
descubrirás que no tienes derecho a hacer afirmaciones como esas.
“Quisiera que todos hablaseis en lenguas”, expresa el Apóstol; ¡no se trata,
pues, de algo solamente permisible, sino deseable! Y luego añade: “No
impidáis el hablar lenguas” (v. 39). Sugiero, por tanto, que cuando Pablo
dice: “Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros”,
no solo está reivindicando que sabe más del asunto que ellos sino que
reclama algo de naturaleza experimental y que él experimenta. De modo
que debernos tener cuidado de no intentar eludir estas cosas o
deshacernos de ellas con meras suposiciones.”     (Martin Lloyd-Jones –
Gozo Inefable – Cap. IX)

Que hable ahora el Dr. A. W. Tozer

“Por espacio de una generación, ciertos maestros evangélicos nos han


dicho que los dones del Espíritu cesaron con la muerte de los apóstoles o
al ser completado el Nuevo Testamento. Esto, por supuesto, es una
doctrina que carece totalmente de respaldo bíblico. Sus defensores deben
aceptar plenamente la responsabilidad de estar manipulando la palabra
de Dios.”  (A. W. Tozer – La Vida más Profunda – Cap. 3)

Como pueden ver, hermanos, he usado a dos grandes hombres de la


Iglesia que nunca pertenecieron al Movimiento Pentecostal, uno
calvinista, el otro arminiano; los dos combatieron las mentiras del
movimiento cesacionista. No te dejes engañar por la retórica hueca de los
que, sin sustento bíblico ni histórico, pretenden arrastrarte a su redil para
engrosar sus moribundas congregaciones.

Mantente fiel en el lugar que Dios te puso, el pentecostalismo es un


movimiento con mucha vida, y en donde abunda la vida es normal que
surgan abusos, entonces, si ves abusos corrígelos, primeramente con tu
ejemplo y luego con mansedumbre, dulzura y amor, pero no huyas
cobardemente.  Recuerda que la pureza del Evangelio o la sana doctrina
no se demuestra haciendo conferencias, o “cazando herejes” por Internet,
sino que

Santiago 1:27 La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es


esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y
guardarse sin mancha del mundo.

Artículo de Gabriel Edgardo Llugdar para Diarios de Avivamientos y


Diarios de Avivamientos Pentecostal – 2017

Puedes ver el Capítulo II de esta serie en el siguiente link:

https://diariosdeavivamientos.wordpress.com/2017/02/06/lo-que-no-te-
contaron-sobre-los-pentecostales-capitulo-i

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