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1.

APLICACIONES DE LOS SUPERCONDUCTORES


La superconductividad tiene numerosas aplicaciones. Hoy en día la principal utilidad de
un superconductor es la producción de campos magnéticos muy intensos. Estos campos
son generados por potentes imanes fabricados con bobinas de cables superconductores
(electroimanes superconductores). Este es el caso de los imanes que se utilizan en
grandes instalaciones científicas, como los aceleradores de partículas, en frenos
magnéticos, y en medicina, como los aparatos de resonancia magnética nuclear. Por otro
lado, los campos magnéticos intensos son necesarios para controlar los reactores de
fusión nuclear, aún experimentales, que serían una forma alternativa de producción de
energía no contaminante.
La posibilidad de tener materiales con resistencia nula permitiría almacenar muy
eficientemente la energía eléctrica, por ejemplo, con cables que conducen la electricidad
sin pérdidas de energía.
También se desea utilizar electroimanes superconductores para la levitación de trenes de
transporte o de carga. Sin embargo, se requieren algunas innovaciones técnicas antes de
poder completar un diseño comercial. Por otro lado, desde el descubrimiento del
llamado efecto Josephson, con superconductores se pueden fabricar también detectores
ultrasensibles de campos magnéticos.
En resumen, podemos clasificar las aplicaciones de los superconductores en cuatro
vertientes: su uso en material eléctrico, en medicina, en transportes y en formas de
producción.
1.1 Conducción eléctrica.
Los cables superconductores pueden transportar corriente continua sin pérdidas.
Trabajando con corriente alterna siempre hay pérdidas de energía, pero son
órdenes de magnitud más bajas que en el caso de los conductores
convencionales de cobre o aluminio.
Una vez que la electricidad se mueve por un superconductor(figura1), lo hará
para
siempre, potencialmente sin pérdidas de energía. Por esto, los superconductores
aumentan significativamente la eficiencia energética de los procesos de
producción y transporte de la electricidad.
Los cables superconductores no sólo ahorran energía al no producir calor, sino
que también permiten una mayor compactación de las redes de conducción de
electricidad y admiten la transferencia de mucha mayor potencia que un cable de
cobre con el mismo voltaje, de vital importancia ante la creciente saturación de
la red eléctrica y los consecuentes apagones.
Además, no producen altos campos electromagnéticos en sus proximidades ni
efectos térmicos. Por todo esto los cables se pueden enterrar en vías subterráneas
ya existentes.
Figura 1: cable superconductor.
1.2 Campos magnéticos intensos.
Gracias al efecto Josephson, los superconductores pueden utilizarse para medir
campos magnéticos. Esto se logra mediante un dispositivo llamado SQUID
(Superconducting Quantum Interference Device). Es uno de los dispositivos
superconductores (figura 2) más utilizados y es el instrumento más sensible que
existe para medir una gran cantidad de magnitudes físicas: campos magnéticos,
cambios espaciales de campos magnéticos, susceptibilidades magnéticas,
voltajes
muy pequeños y desplazamientos microscópicos. Existen dos tipos de este
dispositivo: el SQUID de corriente directa (cd) y el SQUID de radiofrecuencia
(rf).

Figura 2: SQUID.
Estos dispositivos pueden emplearse para medir la actividad neuronal y la
cardíaca, así que pueden utilizarse para diagnosticar enfermedades. Por ejemplo,
los magnetoencefalogramas registran la actividad cerebral mediante la detección
de los campos magnéticos del cerebro. Esta actividad se ve alterada por
determinadas enfermedades como el Alzheimer. Los campos magnéticos
generados (figura 3) son muy débiles por lo que es necesario disponer de
sensores kiextremadamente sensibles y precisos. Gracias a los SQUIDS es
posible realizar mapas funcionales
de gran precisión.
El hecho de que por hilos superconductores de menos de 1 mm de diámetro
puedan circular cientos de Amperios sin pérdidas, los hace ideales para construir
y operar bobinas para generar campos magnéticos muy intensos (superiores a 2
Teslas). Esta característica es la que permite su utilización en los equipos de
resonancia magnética(figura 4) nuclear instalados en los hospitales
Esencialmente, el campo magnético intenso que
genera el superconductor estimula que el núcleo de los átomos emita radiación.
Esta radiación se usa para producir la imagen de una sección transversal del
cuerpo de un paciente o de sus órganos internos.
De hecho, no sólo se obtiene la forma y la densidad de un órgano, sino que esta
técnica es capaz de analizar químicamente el tejido que se está revisando. La
ventaja de este procedimiento es la detección temprana y los diagnósticos
precisos de las enfermedades o anormalidades en el tejido humano.

Figura 3: sistema magnético.

Figura 4: Aparatos de resonancia.


1.3 Sistema de transporte.
En 1933 Meissner y Ochsenfeld [Meissner] midieron la distribución del flujo
magnético en el exterior de materiales superconductores que habían sido
enfriados por debajo de la temperatura crítica en presencia de campo magnético
(no tan intenso como para perder el estado superconductor). Lo que se esperaba
es que el campo quedara atrapado como en el caso de un conductor perfecto,
pero no es esto lo que sucede, sino que por debajo de la temperatura crítica, se
vuelven diamagnéticos, cancelando todo el flujo en su interior, incluso después
de haber sido enfriados en presencia de campo. Este experimento fue el primero
en demostrar que los superconductores son algo más que materiales con una
conductividad perfecta. Tienen una propiedad adicional que un material con
resistencia nula únicamente no posee, un superconductor tipo I nunca deja que
exista un campo magnético en su interior (Figura 5).

Figura 5: Efecto meissner.

Actualmente el uso de la superconductividad en los transportes es muy limitado,


pero se espera que los materiales superconductores tengan un gran impacto en
este ámbito.
Los motores superconductores (figura 6) pueden utilizarse en automóviles. Un
motor de un automóvil eléctrico estándar utiliza bobinas de hilo de cobre.
Debido a que el cobre se calienta fácilmente por resistencia eléctrica, un alambre
de cobre transmite sólo un valor limitado de la corriente, lo que significa que es
difícil obtener un gran par de torsión. Un cable superconductor, por otro lado,
puede conducir la electricidad con resistencia cero, lo que permite que una gran
densidad de corriente fluya sin pérdidas. Mediante el uso de bobinas de alambre
superconductor, un coche superconductor hace que sea mucho más sencillo
obtener continuamente grandes pares y utilizar la energía de la batería de manera
eficiente, lo que contribuye al ahorro de energía en comparación con un coche
eléctrico convencional.
Figura 6: motor superconductor.

En el ámbito ferroviario los superconductores pueden utilizarse para construir


trenes que levitan (figura 7) sobre vías magnéticas. Los superconductores se
colocan en los bajos del tren y pueden utilizarse en la levitación de dos formas.
En el tren maglev de Japón los superconductores se utilizan para generar campos
magnéticos y el tren levita sobre las vías por levitación magnética aprovechando
que los polos magnéticos iguales se repelen. Por el contrario, en el prototipo de
tren urbano que se está construyendo en Brasil, se utiliza la levitación magnética
superconductora.
La levitación magnética es una de las aplicaciones más conocida de los
materiales
superconductores. Al colocar un material superconductor a temperatura
ambiente sobre una configuración de imanes, el campo magnético penetra
totalmente en el superconductor. Después de enfriarlo con nitrógeno líquido y
alcanzar la temperatura crítica, es decir, el estado superconductor, casi todo el
campo magnético permanece dentro del superconductor, es decir, "recuerda" el
campo en el que ha sido enfriado y se opone a cualquier variación del mismo. Si
en este estado tratamos de alejarlo del imán, encontraremos una fuerza atractiva
entre ambos, de manera que el superconductor arrastrará al imán.
Si se coloca el superconductor a una cierta altura del imán y lo enfriamos, éste
no sólo recordará el campo, sino también la altura en la que se mantendrá
levitando mientras esté por debajo de la temperatura crítica.
Los sistemas de propulsión convencionales limitan la seguridad y la velocidad
de los trenes. Por este motivo, los trenes que utilizan la levitación magnética son
más seguros y pueden alcanzar altas velocidades.
Figura 7: Tren de levitación.

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