Juan Pablo Duarte y Díez (26 de enero de 1813, Ciudad Colonial, Santo
Domingo, España Colonial; 15 de julio de 1876, Caracas, Venezuela), fue un
profesor, militar, político y activista liberal dominicano.1 2Es, junto a Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella, uno de los Padres de la Patria y fundadores de la República Dominicana. Ideó y presidió la lucha de varias organizaciones civiles-político-militares clandestinas como La Dramática, La Filantrópica y la más conocida, La Trinitaria, creadas para luchar contra la invasión haitiana y por la independencia de la República Dominicana.3 Duarte supervisó y financió en gran medida la guerra de independencia llevada a cabo por sus compañeros de lucha, lo que derivó en su ruina económica y la de su familia, poseedora de amplias riquezas provenientes de los negocios de comercio marítimo que realizaba su padre.45 Su visión liberal se vio socavada por las élites conservadoras, que pretendían someter el país a las potencias coloniales y volver al regionalismo tradicional. Sin embargo, sus ideales democráticos han servido como principios rectores para la mayoría de los gobiernos dominicanos. Su iniciativa lo convirtió en un mártir político a los ojos de las generaciones posteriores. Salomé Ureña Díaz de Henríquez (21 de octubre de 1850 - 6 de marzo de 1897) fue una poetisa y educadora dominicana, siendo una de las figuras centrales de la poesía lírica del SIGLO XIX e innovadora en la educación de las mujeres en su país, influenciada por la escuela positivista y la educación normalista de Eugenio María de Hostos, de quién fue alumna aventajada. Sus obras se centraron en el amor a la Patria y en su entorno familiar.
Nació en Santo Domingo, el 21 de octubre de 1850. Fue hija del abogado y
también escritor Nicolás Ureña de Mendoza y Gregoria Díaz de León, quien junto a su abuela y tía maternas dieron a su hija sus primeras lecciones educativas. A temprana edad, entró en contacto con la literatura. Su padre le enseñó las obras clásicas de autores españoles y franceses que ayudaron a la joven Salomé a desarrollar su propia carrera y el arte de la declamación junto a su hermana Manuela, recitando en español, francés, inglés y latín. Comenzó a escribir versos a los quince años de edad, publicando posteriormente sus primeras obras a la edad de diecisiete años, con una huella característica de espontaneidad y ternura. En 1867 publicó sus primeras obras bajo el seudónimo de «Herminia», nombre que usó hasta 1874. En años posteriores, incluyó en sus poesías temas autobiográficos, como se puede ver en Mi Pedro, dedicada a su hijo, tal vez su poema más cariñoso, en La llegada del invierno y un libro que se hizo muy popular llamado Esteban, donde habla de su país, su familia, las plantas y flores. Ureña murió de tuberculosis a la edad de cuarenta y seis años, siendo enterrada en la iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes y trasladada en 1972 al Panteón de la Patria.12