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Boaventura de Sousa Santos LA AFIRMACION DE LAS EPISTEMOLOGIAS a DEL SUR IMPERIO COGNITIVO Pee Re) CeCe con EY Concelusién ENTRE EL MIEDO Y LA ESPERANZA Spinoza, las dos emociones basicas di Seeriedo y la esperanza. La pected ee ae experimentamos las posibilidades que'surgen de las srt fai SPs entre el miedo y la esperanza, El miedo y la esperanza no s distribuyen del mismo modo entre todos los grupos sociales, = s si dos hist6ricos. Hay grupos sociales en los que el miedo su eat de tal modo a la esperanza que el suceder del mundo les ieee delante sin que puedan hacer que el mundo suceda. Viven ala ex- |__ pectativa, pero sin esperanza. Hoy estan vivos, pero en tales con- | diciones que mafana podrian estar muertos. Hoy alimentan a sus hijos, pero no saben si mafiana podrén hacerlo. La incertidumbre en la que viven es descendente, porque el mundo pasa ante ellos y poco pueden hacer: Cuando el miedo es tanto que la esperanza desaparece por completo, la incertidumbre descendente se con- vierte en su opuesto: en la certeza del destino de tener que sufrir el mundo, por més injusto que sea. Existen otros grupos sociales en los que, en cambio, la esperanza supera de tal manera al miedo que el mundo se les presenta como un campo abierto de posibili- dades que pueden gestionar segtin les parezea. La incertidumbre en Ja que viven es ascendente en la medida en que tiene lugar entre opciones portadoras, en la mayoria de los casos, de resultados de- seados. Cuando la esperanza es tan extrema que pierde todo el sentimiento de miedo, la incertidumbre ascendente se vuelve su eee la certeza de quien tiene como mision apropiarse del “mundo, _ Entiempos normales, la mayoria de Jos grupos sociales vive “entre aquellos dos extremos. Sus vidas estan marcadas por mas © 400 EL FIN DEL IMPERIO CoGNITIVS menos miedo, mas o menos esperanza, y viven periodos en los que predominan las incertidumbres descendentes y periodos en los que predominan las incertidumbres ascendentes. Esas €pocas se diferencian por la relativa preponderancia del miedo o la esperanza y de las incertidumbres derivadas de las relaciones entre ambos. Sin embargo, parece que estamos entrando en un tiempo anormal, un periodo en el que la interdependencia dei miedo y la esperanza pa- rece desaparecer a consecuencia de la creciente polarizacin entre el mundo del miedo sin esperanza y el mundo de la esperanza sin miedo. Un porcentaje cada vez mayor de la poblacién mundial se enfrenta a riesgos inminentes para los que no hay pélizas, 0 si las hay, son financieramente inasequibles, como sucede en el caso de riesgos como el de muerte en el contexto de un conflicto armado de los que las victimas, civiles inocentes, no son participantes ac- tivos; el riesgo de enfermedad causada por el uso masivo —tanto legal coma ilegal— de sustancias peligrosas; el riesgo de violencia causado por cl prejuicio racial, sexista, religioso, xendfobo y otros; el riesgo de ver saqueados sus propios escasos recursos, ya sea el salario, la pensién de jubilacién o la casa hipotecada (politicas de austeridad, en nombre de crisis financieras sobre las que la gente no dispone de ningiin control); el riesgo de ser expulsado de su propia tierra en nombre de objetivos de desarrollo llamados prioritarios de los que no se derivara ningin beneficio para las personas en cuestidn; el riesgo de precariedad laboral y el riesgo de frustracidn de las expectativas relativas a la estabilidad de empleo necesarias para hacer planes (invertir en el futuro) para uno mismo y para la respectiva familia. Este es el gran mundo de la experiencia del miedo sin esperanza. En cambio, grupos sociales mas pequefios (el Hamado «1%» de 1a poblacién del mundo, de hecho, menos que eso) acumulan cantidades escandalosas de riqueza, ademas de un poder econémico, social y politico tan desproporcionado y anti- democratico que les permite estar asegurados ante practicamente cualquier riesgo posible. Fse es el pequeiio mundo de la experien cia de la esperanza sin miedo. Esta polarizacién tiene una larga historia, a pesar de haberse vuelto mas transparente en los tiltimos tiempos y quizd mas virulen- ta, Como afirmé Kenneth Burke de manera muy acertada, nuestro tiempo se adhicre a «un concepto demasiado restringido de utili- dad que incluye rigores 0 costes de los que incluso las sociedades mas primitivas se libraron» (1954: 269). Este hecho se debe a una CORcLUsION 401 caracteristica sin precedentes de la polarizacién de la riqueza en nuestros dias: su aura epistemoldgica, el aura de la verdad, A través de esa aura, el «capitalismo y la barbarie» de nuestro tiempo no necesian, a la luz de las alternativas disponibles, obtener el con- sentimiento de amplias mayorias; basta con su resignacién ante el hecho de que no existan alternativas. Si la resignaci6n no resulta en conformismo, hay una manera alternativa de obtenerla, que consiste cn encontrar chivas expiatorios, como inmigrantes, refu- giados, musulmanes, los pobres que no merecen més porque si son pobres es por su culpa, y asi sucesivamente. Usar a esas personas como chives expiatorios es una forma mis elaborada de resignacion porque gracias a ella el actual estado de cosas adquiere un doble valor de verdad: es el tinico estado de cosas valido y, por tanto, esta permanentemente amenazado por extrafios; en otras palabras, por Seres ontoldgica y culturalmente degradados 0, en todv caso, por sc res politicamente ilegitimos. Resignarse y buscar chivos expiarorios constituye el grado cero de la democracia, incluso de la democracia liberal de baja densidad. Esto cuando los oprimidos eligen sistem4- ticamente a los opresores y las victimas eligen a los victimarios. En gran medida, este es cl mundo construido por la ciencia mo- derna y por el miro —basado en el progreso de la ciencia, inclu- yendo la ciencia econémica— de que todos los problemas sociales y politicos tendrian soluciones técnicas. Este mito atin subsiste entre hosorros, ahora exacerbado por la revolucion de las tecnologias de la informacion y la comunicacién, Sin embargo, el mito empieza a perder credibilidad. Empieza a estar claro que la ciencia se encuen- fra presa en su propia circularidad: la ciencia solo resuelve proble- mas que la propia ciencia define como cientificos. Las dimensiones politicas, éticas y. culturales de los problemas cientificos, por mas evidentes que sean, escapan a la ciencia. En esa jaula de hierro de cierre cognitivo, cualquier espacio concedido a la consideracién de alternativas significa jugar con posibilidades cientificamente des- Conocidas y, en consecuencia, con cajas de Pandora politicas. Si {a alternativa al conocimiento riguroso es la ignorancia, se puede concluir que la alternativa al statu quo sera el caos, el colapso de la sociabilidad y la gobernabilidad. Asi pues, el argumento central de este libro es que cualquier intervencién que tenga el objetivo de interrumpir este tipo de politica requiere la interrupcin de la ep’ temologia subyacente. Esto significa que la intervenci6n episte: molégica también cs una intervenci6n politica, A esa interrupcién 402 EL FIN DEL HPERIO COGNITIVE la Namo epistemologias del Sur. Basandome en ellas, defiendo que no faltan alternativas en el mundo. Lo que realmente falta es un pensamiento alternativo de las alternativas. Este es el camino mas seguro para recuperar la esperanza en nuestro tiempo. No esperanza sin miedo, sino esperanza lo suficientemente resiliente como para no dejarse vencer por el miedo sin esperanza. Las epistemologias del Sur constituyen un amplio panorama de conocimientos posabisales, metodologias posabisales y pedagogias posabisales cuyo principal objetivo es producir una exigencia radi- cal de la democratizacion del conocimiento, una reivindicacién de democracia cognitiva. Las epistemologias del Sur conciben la demo- cracia cognitiva como una condici6n necesaria para la justicia hist6- rica, econémica, social, politica, racial, érnico-cultural y de género. Sin una democracia cognitiva radical, los avatares de la conformi- dad y la busqueda de chivos expiatorios seguiran construyendo pe- quefias comunidades cerradas para la esperanza sin miedo de unos pocos y grandes guetos para el miedo sin esperanza de muchos. Ese ¢s el apartheid de la nueva era contra el cual solo se puede luchar y que solo se puede destruir si cada vez son més las personas que se dan cuenta de que el miedo sin esperanza de las mayorias sin poder proviene de la esperanza sin miedo de las minorias con poder. Las epistemologias del Sur se proponen contribuir para que pase eso. ‘Como he argumentado en este libro, las epistemologias del Sur parten de dos premisas: 1. El conocimiento del mundo excede en mucho el conoci- miento occidental del mundo. 2. La experiencia cognitiva del mundo es extremadamente diversa, y la prioridad absolura que se le concede a la ciencia mo- derna implicé un epistemicidio masivo (la destruccién de conoci- mientos rivales entendidos como no cientificos) que ahora exige resarcimiento. De ahf que no exista justicia social global sin justicia cognitiva global. Los anilisis que realizo en este libro de acuerdo con estas pre- misas me permiten adelantar las siguientes conclusiones. De hecho, mas que de conclusiones, se trata de temas para futuros programas de investigacién. No debemos esperar a que el Sur epistémico antiimperial dé lec ciones al Norte global. Tras cinco siglos de contactos asimétricos y cONciusion 403 de mestizajes, seri mas correcto pensar en modos y lugares policén- tricos de aprendizaje y desaprendizaje. La resistencia contra la injus- ticia, la exclusién y la discriminacién que el Norte global capitalista, colonialista y patriarcal impone al Sur global se debe considerar un aula insurgente global. La credibilidad de cualquier forma de conocimiento se valorara segtin su contribucién al refuerzo de la resistencia y a la prevencion de la resignacién. Asi pues, las expe- riencias sociales se rescataran y se valoraran de modos capacita- dores, es decir, de modos que refuercen las luchas contra las tres principales formas modernas de dominacién: el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado. La idea de modos y lugares policéntricos de desaprendizaje y aprendizaje no significa que la autorreflexividad profunda que se practica en el Norte global y el Sur global sea la misma. Teniendo en cuenta el epistemicidio histérico, en el Norte global la autorre- flexividad se debe centrar en la idea y el valor de la diversidad, en el reconocimiento de modes diferentes de conocer y de ser. Debera incluir una reflexién sobre la experiencia no occidental de la ¢s- piricualidad. Espiritualidad y no religion, es decir, lo trascendente en lo inmanente. En el Sur global, después de tanta expropiacién y violencia, la autorreflexividad se debe concentrar en cémo repre- sentar el mundo como propio y en como transformarlo de acuerdo con las propias prioridades. La autorreflexividad prospectiva se debe basar en la autoestima que se deriva de tanta resiliencia ante tanta adversidad sufrida durante tanto tiempo. Situar la resistencia y la lucha en el centro de comunidades epistemolégicas emergentes no implica, de ningun modo, que los grupos sociales oprimides sean tomados en cuenta apenas cuan- do luchan y resisten. Esto significaria un reduccionismo moderno inaceptable. Las personas hacen otras cosas mas alla de resistir y luchar, gozan de la vida, a pesar de las condiciones precarias, cele- bran y cultivan la amistad, la cooperacién; y algunas veces deciden también no resistir y desisten. Ademas, las relaciones de domina- cién también implican otras relaciones que van mas alla de las mismas relaciones de dominacién. El enfoque en la resistencia y en la lucha tiene por objetivo expandir las posibilidades para esos nuevos, y cada vez mas necesarios, conocimientos confrontacio- nales. La experiencia de las luchas de liberacién que tengan como fin la autodeterminacién enriquecera la perspectiva global sobre las luchas actuales y fucuras. 404 EL FIN Dee INPERLO COGNITIVS La linea abisal que divide el mundo entre sociabilidad (y sub- jetividad) mecropolitana y sociabilidad (y subjetividad) colonial Mrevalece hoy tanto como en el tiempo del colonialismo historico. Pos querras civiles, las guerras itregulares, el racismo feros, ia vio" Las guerrarra las mujeres, la vigilancia masiva, la bruralidad poli- tent Jos repetidos ataques xenofabos, los refugiados que cruzan toda Europa, América Latina, Asia y Africa —todos son testigos de la presencia polifacética de la linea abisal—. Los que estan de Ut Pro lado de la linea no se consideran verdadera o comple- en lave humanos, por lo que no son tratados'como si lo fucran: haremras no se confronte esta linea abisal, no sera posible ana ice riaa liberacion. Deberiamos aprender democracia desde la perspectiva de los esclavos y los trabajadores esclav zados; debe- perspeCiprender ciudadanta desde la perspectiva de los no ciuda- cers te cefugiados, los trabajadores migrantes indocumensados ¥ los sujetos coloniales; deberiamos estudiar el concoPy® de so- yond civil desde la perspectiva de los excluidos abisalmente ¥ Gue viven en condiciones de fascismo social; deberfamos valorar Gee Shes humanos desde la perspectiva de grandes grupos de poblaciones consideradas subhumanas 0 desde la perspectiva de la naruraleza- Frat reas cognitivas no se pueden Ilevar a cabo de acuerdo con lus premisas de las epistemologias del Norte, pues estas son responsables de la reproduccion y Ia legitimacisn de la linea abisal. se Poneyos saberes que son necesarios para denunciar y luchor se tits exclusiones abisales tendran que fandamentarse en las cpistemologias del Sur y avanzar a través de la practice de sociolo- las de las ausencias, de sociologias de las emergencias, de ecologias Bias de etic la traduceiGn intercultural y de la arcesania de las practicas. Esos saberes son posibles gracias a metodologias no ex- Prictivistas y a pedagogias posabisales. Las primeras tienen come Batiivo el saber con como alternativa al saber sobre ¥ constitvit relaciones entre sujetos del conocimiento como alrernativa a rela~ se aciontre sujetos y objetos. Las segundas pretenden ampliar la Copropiedad de saberes transformadores y liberadores- De qué (oP o Pt deben aprender y ensefiar una sociologia de las auscncias (producida por la Iinea abisal) y una sociologia de jas emergencias Cl todavia no, el futuro en forma de presente)? {Como re deben ce oer y valorar la narrativa de los olvidados, la voz de los silen- reedos y ef lenguaje de lo que se ha vuelto impronunciable? cONneLUSION 405 La mayor parte del conocimiento que circula por el mundo es relevante para las vidas de las personas es oral y artesanal. Sin embargo, nuestras universidades y centros de investigaci6n valo- ran casi exclusivamente el conocimiento escrito y cientifico. Los conocimientos escritos y cientificos (las ciencias y las humanida- des) son valiosos siempre que se integren en las ecologias de sabe- res, que se desarrollaron con el objetivo de reforzar las luchas de los oprimidos y de sus aliados contra el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado. Sin embargo, deben ser desmonumentalizados, ora- lizados, por asi decirlo, siempre que sea posible. Se deben crear archivos insurgentes. La centralidad de la resistencia y la lucha exige nuevas concep- ciones de lo politico. Las disciplinas y las categorias analiticas esta blecidas por las ciencias y las humanidades modernas nos impiden detectar y valorar la artesanfa de las practicas de resistencia. Si es verdad que la comprensién del mundo excede en mucho a la com- prensién eurocéntrica del mundo, entonces sera razonable admi tir que la transformacién emancipadora y liberadora del mundo puede acabar por no seguir el guion producido por el pensamien- to ctitico eurocéntrico y por la respectiva acciGn politica. En ese caso, desapareceran algunas de las dicotomias mas paralizantes ¥ contraproducentes de ese mismo guion. A lo largo de este li- bro he confrontado varias de esas dicotomias: cultura/naturaleza, individuo/comunidad, mente/cuerpo, raz6n/emocion, inmanente/ trascendente. Con respecto a la accién més especificamente po- Iitica, se eliminaron dos dicotomias: luchas materialistas/luchas posmaterialistas y reforma/revoluci6n. Con relacion a la primera, teniendo en cuenta que el capitalismo nunca funciona de manera aislada y siempre en articulacién con el colonialismo y el patriar- cado, las epistemologias del Sur muestran que es contraproducen- te privilegiar en abstracto una u otra fase de la dominacién. Al ser rehenes de la teoria politica critica eurocéntrica, los debates actuales sobre el mérito relativo de las luchas materialistas y pos- materialistas no son capaces de reconocer que optar por uno de esos dos tipos de lucha cquivale a optar por ninguno. En cuanto a la dicotomia reforma/revolucién, segin las perspectivas de las epistemologias del Sur, los caminos de la no conformidad que se sitdan en el centro de la sociologia de las emergencias parecen producir un espacio mucho més rico para la rebelién insurgente: ruinas-semilla, zonas liberadas y apropiaciones contrahegem6nicas. 406 EL FIN DEL IMPERIO COGNITIVE Cuando observamos el pasado con los ojos del presente, ni encontramos ante cementerios inmensos de fururos abandonados. luchas que abrieron nuevas posibilidades, pero que fueron neutra- lizadas, silenciadas o desvirtuadas, futuros asesinados al nacer o incluso antes, contingencias que decidieron la opcién vencedora, atribuida después al sentido de la historia. En estos cementerios, los fururos abandonados son también cucrpos sepulcados, a menu- do cuerpos que apostaron por futuros equivecados o inutiles. Los veneramos o execramos en funcién de si el futuro que quisieron coincide © no con el que queremos para nosotros. Por eso lloramos a los muertos, pero nunca a los mismos muertos. Para que no se piense que los ejemplos recientes se reducen a terroristas suicidas, mértires para unos, terroristas para otros, en 2014 hubo dos ce- lebraciones del asesinato del archiduque Francisco Fernando y de su esposa, Soffa Chotek, en Sarajevo, que condujo a la Primera Guerra Mundial. En un barrio de la ciudad, bosnios croatas y mu- sulmanes rindieron homenaje al monarca y a su esposa, mientras que en otro, serbobosnios hicieron lo propio con quien los asesin6, Gayrilo Princip, e incluso le levantaron una estatua. A principios del siglo xxt, la idea de futuros abandonades pa- rece obsoleta, tanto como la propia idea de futuro. El futuro parece haber aparcado en el presente y estar dispuesto a quedarse aqui indefinidamente. La novedad, la sorpresa, la indeterminacion se suceden tan ivialmente que todo lo bueno y lo malo eventual- mente reservado para el futuro ocurre hoy. El futuro se anticipé a sf mismo y cayé en el presente. El vértigo por el paso del tiempo es igual al vértigo por Ia pardlisis del tiempo. La banalizacién de la innovacién va a la par con la banalizacién de Ia gloria y del hortor. ‘Muchas personas viven esto con indiferencia. Hace mucho que:de- sistieron de hacer acontecer ¢l mundo y se resignan a que el murido acontezca. Son los cinicos, profesionales del escepticismo. Hayysin embargo, dos grupos muy diferentes en tamano y suerte para los cuales este desistimiento no es una opcidn. an El primero esta constituido por la aplastante mayoria de la‘po- blacién mundial. Desigualdad social exponencial, proliferaci6mde fascismos sociales, hambre, precariedad, desertificacion, expulsion de tierras ancestrales codiciadas por empresas multinacionales;"¢l brutal aumento del feminicidio, guerras irregulares especializadas en matar poblaciones civiles inocentes, etc., todo esto hace quetma parte creciente de la poblacién mundial haya dejado de pensar'en CONCLUSION 407 el futuro para ocuparse de la supervivencia del mafana. El ma- fiana inmediato es el espejo del futuro en el que al futuro no le gusta mirarse, pues la imagen que refleja es la de un futuro repetiti- vo, mediocre, banal y poco inspirador. El segundo grupo es tan minoritario como poderoso. Se imagina haciendo acontecer el mundo, definiendo y controlando el futuro indefinida y exclusivamente para que no haya ningdn futuro alter- nativo. Este grupo esta constituido por dos fundamentalismos. Son fundamentalistas porque se basan en verdades absolutas, no admi- ten la disidencia y creen que los fines justifican los medios. Los dos fundamentalismos son el neoliberalismo, controlado por los merca- dos financieros, y el Daesh, los yihadistas radicales que se autopro- claman islamicos. A pesar de ser muy diferentes, e incluso anta- g6nicos, comparten caracteristitas importantes. Ambos se basan en verdades absolutas que no toleran la disidencia politica, ya sea la fe cientifica en la prioridad de los intereses de los inversores y en la legitimidad de la acumulacién infinita de riqueza que esta permite, ya sea la fe religiosa en la doctrina del califa que promete la liberacién de la dominacién y humillacién occidentales. Ambos pretenden garantizar cl control del acceso a los recursos naturales mas valorados. Ambos causan un inmenso sufrimiento injusto con la justificacién de que los fines legitiman los medios. Ambos recurren con la misma sofisticacién a las nuevas tecnologias de la informa- i6n y la comunicacién para difundir su proselitismo. El radicalis- mo de ambos es del mismo quilate y el futuro que proclaman es igualmente distépico: un futuro indigno de la humanidad. éAcaso es posible un futuro digno entre los dos fururos indignos que acabo de referir: cl minimalismo del manana y el maximalismo del fundamentalismo? Pienso que si, pero la historia de los tltimos cien afios nos obliga a multiples cautelas. La situacién de la que partimos no es brillante. Comenzamos el siglo Xx con dos grandes modelos de transformacién progresista de la sociedad: la revo- lucién y el reformismo; y comenzamos el siglo Xxt sin ninguna de ellos. La Revolucién rusa radicaliz6 la opcién entre los dos modelos y le dio consistencia politica prictica. Con la Revolu- 6n de Octubre quedé claro para los trabajadores y campesinos (clases populares, dirfamos hoy) que habia dos vias para alcanzar un futuro mejor, que se avizoraba como poscapitalista, socialista. O la revolucién, que implicaba ruptura institucional (no necesaria- mente violenta) con los mecanismos de la democracia representati- 408 EL FIN DEL IMPERIO COGNITIVC va, quiebra de procedimientos legales y constitucionales, cambios brascos en el régimen de propiedad o en el control de la tierra; © el reformismo, que implicaba el respeto por las instituciones demo- Srdticas y el avance gradual en las reivindicaciones de los trabaja- Gores a medida que los procesos electorales les fuesen siendo mas favorables. El objetivo era cl mismo: socialismo. “Tras el fracaso de la Revolucién alemana (1918-1921), se fue construyendo Ia idea de que en Europa y Estados Unidos (el Primer Mundo) el reformismo serfa la via preferida, mientras que en el ‘Tercer Mundo (el mundo socialista soviético se fue construyendo como el Segundo Mundo) se optaria por la via revolucionaria, como Socedié en China en 1949, 0 por alguna combinacién entre las dos Stas. Entretanto, con la subida de Stalin al poder, 1a Revolucion vies se transformo en una dictadura sanguinaria que sacrificé a sus mejores hijos en nombre de una verdad absoluca, que se imponis cor la maxima violencia posible. O sea, la opcién revolucionaria so transforms en un fundamentalismo radical que precedié a los Gue acabo de mencionar. A su vez, a medida que se iba liberando er colonialism, el Tercer Mundo empezaba a comprobar que el toformismo no guiaria nunca al socialismo, sino mas bien, como veicho, a un capitalismo de rostro humano, como el que estaba vi scndo en Europa tras la Segunda Guerra Mundial. El Movi- tient de Pafses No Alineados (1955-1961) proclamaba su inten- rien de rechazar tanto el socialismo soviético como el capitalismo ental. eae caida del Muro de Berlin, los dos modelos de transfor: macién social colapsaron. La revolucién se transformé en un fun- sear entalismo desacreditado y caduco que se desmorond sobre suis propios fundamentos. A su vez, el reformismo democratico fue perdiendo el impulso reformista y, con ello, la densidad democra- Pew El reformismo pas6 a significar la lucha desesperada pars "0 perder los derechos de las clases populares (educacin ¥ salud pu- Blicas, seguridad social, infraestructuras y bienes ptiblicos, como el agua) conquistados en el periodo anterior. F reformismo fue asi languideciendo hasta transformarse en un cnte escualido y desfi- gurado que el fundamentalismo neoliberal reconfigur por medio Se un lifting, convirtiéndolo en el Gnico modelo de democtat de exportacién, la democracia liberal transformada en uh inscrumen- to del imperialismo, con derecho a intervenir en paises ‘enemigos jiciado trofeo- » Acivilizados y a destruirlos en nombre de tan cod! sens: CONCLUSION 409 Un trofeo que, al ser entregado, revela su verdadera identidad: una ruina iluminada con luces de ne6n, transportada en la carga de bombarderos militares y financieros (ajuste estructural), estos limos pilorados por los CEO del Banco Mundial y el Fondo Mo- nerario Internacional. En el estado actual de esta andadura, la revolucién se convirtié en un fundamentalismo semejante al maximalismo de los funda- mentalismos actuales, mientras que el reformismo se degrad hasta ser el minimalismo de la forma de gobierno cuya precariedad no le permite ver el futuro mas alla del inmediato manana. 7Son estos dos fracasos histéricos la causa directa o indirecta de esta opci6n que nos aprisiona, entre fundamentalismos distépicos y mananas sin pasado mafiana? Mas importante que responder a esta cuestion, es crucial saber como salir de aqui, la condicién para que el fururo sea otra vez posible. Avanzo una hipétesis: si histéricamente la revolucién y la democracia se opusicron y ambas colapsaron, tal vez la solucion esté en reinventarlas de modo que convivan articu- ladamente. En otras palabras: democratizar la revolucién y revolu- cionar la democracia. La artesania de las practicas propuesta por las epistemologias del Sur tiene en el punto de mira ese mismo objetivo. Ese sera el tema de mi préximo libro.

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