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Ezra tiene diecinueve años, va a la Universidad en su


pueblo natal de obreros, y aún vive con su madre. Todo
es muy normal… excepto que Ezra es gay, y “normal” no
es lo que quiere o necesita. El romántico en él anhela un
amor del tipo libro de cuentos, pero ciertamente no
espera encontrarlo en una fiesta que se inicia en un viejo
terreno detrás del campus. Es entonces cuando conoce a
Nick. Ezra no cree en el amor a primera vista, pero hay
una primera vez para todo.

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NADIE cree en eso, ya sabes. Es una gilipollez. Nunca
ocurre. Igual que Santa Claus, el hada de los dientes, el
hombre en la luna y todo eso que te cuentan cuando eres
un niño.
Bueno, tal vez sí. Y tal vez no.
Porque la forma en la que sucede, casi podrías
pensar que era real. Se siente real, gravilla bajo las huellas
de los neumáticos y capós de chapa calientes de coches
rugiendo y humeando. El intenso olor a gasolina casi te
deja sin sentido. Hay latas frías de cerveza, Coca Cola y
limonada fuerte1 siendo repartidas, y mejor te llevas la
tuya propia porque quien sabe que mierda les habrán
mezclado. Menos un chico allí, está enganchado, tiene
canicas por ojos y nada en la cabeza. Diciendo algo que
nadie está escuchando y agitando su cerveza en el aire.
Hay rock fluyendo del estéreo de alguien, no puedo
escuchar la letra con el ruido; la gente hablando, chicos
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1
Limonada Fuerte (Hard Lemonade) es limonada mezclada con cerveza.
gritando, dinero cambiando de manos –mantén tu culo
lejos de esos, son los traficantes. No hay demasiados en
esta multitud, barrio equivocado, pero con muchísima
gente–. Huele a maría en los alrededores, los porros
rulando de unos a otros. No hay problemas graves aquí,
sólo fácil diversión –excepto por un chico, y sus amigos se
están ocupando de él, eso parece. Tremendo gilipollas;
puesto hasta el culo de heroína o de algo.
Charlan; un par de ellos están bailando –mira esas
chicas, prácticamente se tienen en el bolsillo la una a la
otra. Joder–. Es un descampado, un aparcamiento junto
al campo de futbol de la universidad. Algunos de los
chicos han traído pelotas para más tarde, pero no las
usarán a menos que las cosas se relajen, y éstas aún están
animándose. Nadie está haciendo mucho porque están
esperando, ¿ves? Esperando a que llegue la noche.
Entonces las cosas se despejarán. Estamos a mediados de
verano y hace más calor que follando bajo un plástico,
pero las noches son suyas sin exigirlas, y cada uno tomará
lo que es gratis.
El sol está tan brillante que te derretirá los ojos si
miras, y tienes que tener cuidado con todos los coches
porque lo reflejan. Quédate de pie en el campo al borde
de la multitud y cien dagas solares te apuñalarán la cara, 5
lanzadas por los espejos retrovisores y las llantas de
aluminio. Pero el mundo está girando rápido, y el sol está
a quince centímetros por encima del horizonte; puedes
verlo desaparecer del cielo.
Se llama Ezra, y está sentado en el capó del coche
de alguien bebiéndose una Coca Cola que se ha traído él
mismo porque no es ningún idiota. Se ha dado un paseo
con un par de amigos para venir y unirse a la fiesta con un
montón de desconocidos, y piensa, eh, vale, ¿qué más
hay por hacer? y tiene razón, no hay nada más que hacer,
nada en absoluto excepto sentarse en la sala de estar con
el ventilador encendido al máximo, viendo viejos
reestrenos en la tele. Lo siento, mamá, hay cosas mejores
que hacer. Espera que ella lo entienda. Está pensando en
ella ahora mismo, jugueteando con su pendiente y viendo
el sol ponerse. Él no solía pasar de su madre así, pero a
veces necesita hacerlo, y se siente mal por eso, porque
ella es buena con él.
Le da un trago a su Coca Cola, pero se ha calentado,
y la Coca Cola caliente no es mejor que el pis gaseoso de
un perro. ¿Qué otra cosa va a beber entonces? La gente
le pone cosas a las bebidas en todo momento –mierda
peligrosa, demasiado peligrosa–. Él no quiere
engancharse y acabar como aquel chico de allí, no el 6
primer chico sino otro, cantando una canción sobre lluvia
y mujeres desnudas y desnudándose con los ojos
cerrados. Joder, eso es raro.
Otros coches siguen uniéndose al corrillo,
levantando el polvo de la grava y abrumando el aire. Hay
treinta, cuarenta, cincuenta personas dando un paseo,
bailando y hablando, y en realidad nadie conoce a nadie,
pero eso no importa. Así es como son los jóvenes:
multitudes nocturnas y cerveza fría en asientos de coches
calientes. Quizá besándote así como así, con alguien a
quien no conoces, alguien que te llamó la atención –
besándote y follando sin importar lo que pase más tarde,
sólo el ahora–. Ezra le da otro trago a su Coca Cola. El
brillo del sol se refleja en el pendiente que lleva en la
oreja.
La conversación se hace cada vez más fuerte; está
empezando a oscurecer. Alguien sube el volumen de la
música y todos empiezan a reírse; es alguna emisora
cutre de los sesenta, no metal como pensaban.

¿La cambio? La voz destaca sobre las demás,


pero la gente dice que no, que la deje, que les gusta, que
es divertida, que está bien. Empieza una canción en la
que la única palabra que se entiende es “guay”, y les
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encanta, todos están diciendo guay, es guay, tío, ¡sí!
El sol le está dando a Ezra en los ojos, así que se
gira, inclina la cabeza y se acaba su Coca Cola, caliente y
asquerosa pero sin adulterar de cualquier manera. La lata
hace ese pequeño sonido como “clin” cuando golpea el
suelo porque cae en una especie de montón de grava al
borde de la rueda de alguien. Ahora se están pasando
cigarros, una cajetilla de Camel o de alguna otra marca.
Ezra coge la cajetilla y un cigarro y se lo pasa a esa chica
que está allí, esperándolo. Lleva barra de labios brillante,
tiene un piercing en el ombligo y tetas de niña pequeña,
pero se los tira a casi todos, y tío, tiene un culo apretado.
El tipo hacia el que se dirige de nuevo le pone la mano en
el bolsillo trasero, y Ezra pone los ojos en blanco, porque
meter mano es como, de poca clase. De todas formas, no
es que él fuera a meterle mano a una chica alguna vez. Él
es un tío para los tíos. ¿Es por eso por lo que viene aquí?;
no hay nadie que no esté invitado. En la universidad, hay
grupos y tú perteneces a uno y te quedas en ese grupo y
fuera de los otros, pero aquí –el verano no tiene reglas–.
Está pensando todo eso y buscando el mechero por
sus bolsillos cuando alguien grita,

¡¿Misty2?! ¿Estos son putos Mistys?

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Misty es una marca de cigarrillos manufacturados en USA y desarrollados
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exclusivamente para las mujeres.
Sí, ¿Y? Grita alguien más.

¡Eso es un cigarro de maricones! Grita el


primero.

¡Tráenoslos aquí entonces! Dicen unas cuatro


personas que no se encuentran muy lejos de donde está
Ezra sentado. Hay de todo tipo de chicos allí, con los
brazos sobre los hombros y en las caderas, vestidos con
vaqueros apretados y camisetas sin mangas. Algunos de
ellos son más evidentes, si te fijas. Como Eliot, el travesti
de la universidad, y él es el chico que gritaba más fuerte.

¡Bueno, venid a por ellos! Dice el Señor Los-


Mistys-son-para-maricones, y Eliot pasa por delante de
Ezra pavoneándose con una minifalda de cuero negro, un
top turquesa, medias de red, y botas de tacón de aguja;
que me jodan si no está desfilando material para
Seventeen3.

Mis cigarros de maricones, s'il vous plait, dice


Eliot arrastrando las palabras y extendiendo la mano. El
chico de los Mistys se ríe y se los da, y Eliot saca uno y lo
sujeta entre sus dedos.

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Seventeen es una revista para adolescentes. Esta revista es principalmente para
mujeres jóvenes de las edades de 13-20. El contenido de Seventeen incluye
información y consejos sobre moda y tendencias, celebridades, la belleza, el cuidado
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de la piel, cabello y maquillaje, y estilos de vida.
¿Fuego? Le pregunta.

Jodida reina. El tío pone los ojos en blanco y


saca el mechero, chasqueándolo y encendiendo el
cigarro. Eliot le da una calada y le echa el humo al tío
justo en la cara, pero con clase, como en alguna película
antigua.

Yo prefiero “princesa”. Sonríe y vuelve a


caminar entre la multitud, balanceando sus caderas todo
el camino. Eso se lleva un aplauso, y pensarías que estaba
planeado, por la forma en la que lo representaron. Ezra
sonríe, encendiéndose su propio cigarro y mirando al
oeste hacia el sol que se pone lentamente. Todavía se
están uniendo más coches; deben ser todos los chicos del
pueblo. Estos no son fijos, están aquí durante una hora o
así antes de encontrar a otra pandilla. La mayoría de las
veces acaban yéndose a la ciudad, porque allí hay mayor
movimiento.
Así que ahora hay gente por todas partes, y el
volumen de la música está puesto realmente alto, y es
graciosísimo porque son los Beach Boys, que son como
prehistóricos, y esas chicas bailando son impresionantes,
realmente lo son, y no porque ambas estén bailando. Ezra
se coloca el cigarro en la boca, y está a punto de darle 10
una calada, y ahí es cuando ocurre.
Chorradas, estás pensando. Eso es sólo algo que la
gente inventó hace mucho tiempo porque la vida es un
calvario hasta que te mueres y querían sentirse mejor
consigo mismos.
Tal vez sí. O tal vez no. Porque la forma en la que
ocurre, probablemente pensarías que es real.
Se llama Nick, y está de pie al sol, metiéndose en el
bolsillo las llaves de su coche y dando media vuelta, los
cristales de espejo de sus gafas de sol plateadas destellan
a Ezra en los ojos. La mano de Ezra se queda inmóvil, y la
colilla del cigarro quema, y Nick esta allí con el sol en su
pelo, y ¡bang! Como una bala, como la ruleta rusa, eso es
todo. Se miran el uno al otro constantemente; como un
verso de la canción que está sonando.
Nick se acerca, Ezra se desliza hacia un lado, y Nick
se coloca sobre el capó del coche junto a él como si se
hubiesen puesto de acuerdo para encontrarse allí.

Nick, dice en el primer aliento; su voz es


plácida pero muy clara.

Ezra, dice Ezra, porque esa es la forma en la


que estas cosas funcionan en las cálidas noches de verano
cuando eres joven. Él conoce un poco a Nick, lo ha visto
por del campus, por lo que no es tan extraño que se
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miren el uno al otro. Nick tiene músculos. No músculos
fornidos de atleta, sino músculos que se ven duros y
fuertes y rellenan muy bien esa camiseta que lleva
puesta. Tiene el pelo rubio oscuro y unos pómulos
bonitos y las orejas perfectas –¿Por qué orejas perfectas?
Se pregunta Ezra– y una boca amplia delicadamente
esculpida. Tiene una pulsera plateada en la muñeca,
creada para que se vea como una fina cuerda trenzada.
Reluce con la fuerte luz amarilla.
El sol cae como cae una pelota por el borde de una
mesa de Ping-pong y desaparece de pronto, dejando este
cielo luminoso sin luz alguna. La gente lo nota al unísono
y se quedan callados por un minuto, y Simon & Garfunkel
están sonando de fondo, cantando acerca de su
pueblecito. Entonces las sombras llegan desde el lado
oriental y el brillo se oscurece, y ahora es oficialmente de
noche.

Impresionante, dice un gótico, aplicándose una


nueva capa de barra de labios negra.

¡Sí! Los chicos del estéreo se animan, y ponen


la música a tope.
Los no fijos, buscadores de fiesta, realmente lo
viven a tope; agarran a la gente de la multitud y empiezan 12
a bailar con ellos. De donde sea que las bebidas estén
llegando, están llegando de nuevo, las están pasando, y
nadie sabe quién les está dando las cosas, pero las cogen
de todas formas. La música está martilleando y las latas
están sudando escarcha en manos ya sudadas, y todo el
mundo está bailando a su bola, algunos hip-hop, otros
ballet, y un montón de bailes exóticos por parte de las
chicas, generalmente balanceándose hacia atrás y hacia
adelante con una persona en sus brazos.
A Ezra le colocan una cerveza en la mano, abierta, y
él piensa, que te follen, no soy tu portavasos, y la tira al
suelo. La espuma brota y cae sobre la grava con un sonido
de llovizna, y cuando se gira, ve que Nick le está mirando,
y se sonroja como un niño pequeño.

Ya no necesitas a estas, le suelta, en busca de


algo que decir, y alargando el brazo, le quita a Nick las
gafas de sol.

No, acuerda Nick con esa plácida voz, y se


acerca un poco más . Supongo que no.
Jesucristo bendito, ¡mira esos ojos! Ezra tenía la
sensación de que podría pasar toda la noche sólo
mirándolos sin hacer nada más, y es extraño, porque con
los otros siempre se besaba antes de que las cosas 13
pudieran empezar a ponerse incómodas, y ahora –ahora
es como si nunca se fueran a complicar, nada con este
chico será nunca complicado, al menos no esta noche–.
La maría también está haciendo su ronda, el humo
suave y enfermizo se está rizando en el aire y todos le
están dando una calada o dos. El chico que tiene el porro
se inclina para pasárselo a Nick, y Nick no lo coge; Ezra
piensa que quizá está un poquito demasiado perdido en
su propio mundo; quizá un poquito –bueno. Lo que sea–.
Ve que el chico tensa la cara con irritación. Ahora él tiene
que levantarse para pasarlo. Lo pasa de manera
equivocada, y la chica del piercing en el ombligo lo coge
por la punta que está encendida y grita y lo tira al suelo, y
su novio, se está riendo y negando con la cabeza.

¡No tiene gracia! Le grita ella . ¡Duele!

Ay Dios Él le besa la punta del dedo que se ha


quemado . ¿Mejor? Le dice bromeando.

Cállate y muévete, le dice ella, pero sí, está


mejor, porque le mete a él la mano en el bolsillo trasero y
lo toca, y eso le hace moverse de verdad.

¿Quieres? Pregunta Nick. Ezra no necesita


preguntar . ¿Quiero qué? Es una de esas noches en
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las que todo encaja y tú eres parte de todo eso, o quizá
todo es parte de ti, o tal vez ese chico con el que estás
habla coherentemente y estar con él hace que todo lo
demás sea entendible, si eso tiene sentido.
Se levantan y caminan sin rumbo fijo hacia el medio
de la multitud, dándole patadas a la grava apartándola de
su camino, y el crepúsculo proyecta sus sombras en el
suelo.

La radio se para por un segundo y dice, Estáis


escuchando a KRQT.

Sí, sí, dice el chico que controla el volumen .


Pon música.
Ezra se ríe de eso, y se escucha a través de la
multitud, a una chica riéndose más fuerte que el resto
borracha como una cuba; el tipo de risa que
generalmente acaba con alguien sujetándote la cabeza
mientras vomitas.
Ezra está agradecido de que la risa sea al borde de
la multitud, y entonces todos dicen, ¡Sí! Porque los
primeros acordes de “Light My Fire4” están vibrando en
los altavoces. Esto es una fiesta; hay bebidas, hay gente,

4
Light My Fire (en español enciende mi fuego/deseo) es una canción de la banda
norteamericana The Doors, de su álbum de debut, grabado en septiembre de 1966, y
lanzado en enero de 1967. Alcanzó el número uno en la lista Billboard de Singles pop
15
en 1967.
hay música, vamos a bailar. Hay todo tipo de gente por
ahí cantando, y otros están ocupados encendiendo
fuegos –del de verdad y del estilo que se enciende en los
asientos traseros– y el parpadeo de los mecheros parece
que va sincronizado con la música. Los ojos de Nick
cambian de color, lo cual Ezra acaba de notar. Él puede
bailar también, lo que es menos importante; todo el
mundo puede bailar. Sin embargo, no todos pueden
hacerlo con vaqueros ajustados.

Tía, no podríamos estar más colocados. Oh, a


los drogadictos les está encantando esto y la maría está
desapareciendo rápido, y más dinero cambia de manos
en los alrededores del grupo. Nick le está mirando, no ha
dejado de mirarle, y Ezra simplemente le devuelve la
mirada. ¿Qué pasa con este chico?
La canción ha terminado y está sonando otra, y
ellos aún están bailando, en realidad no, más bien sólo
están moviéndose un poco de lado a lado y mirándose el
uno al otro. La gente está chocándose con ellos y
rozándolos al pasar y pidiendo bailes y cosas, y ellos no
están escuchando nada en absoluto, no están para nada
interesados; el mundo es invisible para ellos.
El cielo se ha vuelto púrpura por los bordes y
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amarillo anaranjado en la parte por donde se ha puesto el
sol, y una ligera brisa sopla sobre los hierbajos en la
parcela y le seca a la gente el sudor de la espalda. Calor,
demasiado puto calor, pero está refrescando. Está
anocheciendo. Suben la música, circulan las bebidas, la
gente se está emparejando para más tarde; así es la
noche. Es la noche de verano, y les pertenece. Es un
sentimiento puro, tío, poderoso. Con esa sensación
interior nada puede dañarles. Nada va a ir mal aquí,
ahora, con “Moondance” retumbando en sus oídos (¿no
era una emisora de los sesenta?) y con las manos en las
caderas del otro, cerveza y tabaco en su aliento, oliendo
como a sexo y a perfume barato.
Esta canción se acaba también, y Nick deja de
bailar, mira a Ezra algo pensativo y dice, como si fuese
por la tarde después de clase, como si estuviese planeado
de antemano, como si fuese totalmente normal decirle
eso a un extraño que conoces en una multitud, Vamos
a dar una vuelta en el coche.
Ezra no se ha hecho ni una sola pregunta desde que
levantó la vista y vio a Nick, y no está empezando ahora.
Ezra simplemente se va con él a su coche.
Sí, es una mierda; piensa en una nueva palabra para
esto. Esto es sólo algún estúpido cuento para niños
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cachondos, que aún no llegan a adolescentes y piensan
que follar y amar es lo mismo porque los dos verbos
llevan cuatro letras5.
Bueno, tal vez sí. O tal vez no. Porque la forma en la
que está ocurriendo, incluso dirías que es real.
Nick tiene que hacer alguna maniobra cuidadosa
para salir del aparcamiento, pero luego salen y se
incorporan a la carretera, y la música se va apagando
mientras se alejan. Es un descapotable y la capota está
bajada; el viento sopla en el pelo de Ezra y llena su pecho
con aire que no está cargado con un centenar de olores,
un aire que es claro, sombrío y limpio. Nick le mira sin
ningún motivo y esboza esa sonrisa fácil, como si fuera
una cita que ya tenían planeada. Ezra sonríe también y se
siente como si conociera a Nick desde siempre, como si
desde siempre fuese media hora.

¿A dónde vamos? Le pregunta después de


unos diez minutos conduciendo.

A ese sitio que yo conozco, dice Nick, y le


sonríe otra vez, lo cual le hace a Ezra sentir un cosquilleo
en el estómago, y que se sonroje otra vez como un niño
pequeño.

5
Fuck y Love; follar y amar, estos verbos en inglés evidentemente los forman cuatro
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letras.
Las luces de un 7-116 les llama la atención, y Nick
disminuye la velocidad. ¿Tienes sed?
Ezra se encoge de hombros porque, sí, tiene sed,
pero no va a montar un número por eso. Nick entra y se
detiene de todas formas, y desaparece ahí dentro. Ezra
apoya el codo en la parte de arriba de la puerta del coche
y observa a la cálida brisa dispersar los envoltorios de las
pajitas por el asfalto. Qué va a ser, ¿Más Coca Cola?
¿Cerveza? Nick no es lo suficiente mayor para eso; quizá
no le pidan el carnet de identidad a Nick, pero no
apostaría por ello. De repente Ezra se nota la boca
pegajosa, y desea que Nick se de prisa ya, porque ahora
está realmente sediento, y no de una forma que él pueda
ignorar.
Nick vuelve a salir, la luz fluorescente detrás de él le
hace parecer sólo una sombra en la puerta automática, y
ha conseguido uno de esos vasos gigantes y algo más que
Ezra realmente no puede ver. Entra de nuevo en el coche
y los coloca en el suelo entre sus piernas y las de Ezra,
arranca el coche y de nuevo se ponen en camino. Ezra
casi dice algo antes de que se le ocurra lo que no quiere
6
7-11 (7-eleven) es una cadena multinacional de tiendas de conveniencia, fundada en
1927 en Dallas (Estados Unidos). Es la cadena de tiendas de abastecimiento más
grande del mundo. El grupo está especializado en la venta minorista de artículos
básicos de alimentación, droguería y prensa, pero su oferta varía dependiendo del
19
país.
hacer ni tiene por qué, y eso en verdad es una puta
mierda, porque siempre tienes algo que decir, incluso
cuando la única razón por la que has venido es dejar a
este tío contar tus dientes con su lengua. Nunca más que
eso, no tocamientos o manoseos, no masturbarse el uno
al otro, no nada, sólo besos, pero cuando eso es todo lo
que has conseguido, aprendes a hacer que dure. Todo el
año escolar, haces que dure, cuando el chico que te hizo
un chupetón no va a mirar en tu dirección y el chico que
juraba que eras hermoso deja que sus compañeros del
equipo de fútbol te den una paliza.
No es un pueblo grande; justo demasiado lejos de la
ciudad para ser un barrio y demasiado cerca para ser
cualquier cosa grande por sí mismo. ¿Por qué construirlo
cuando puedes conducir los veinte minutos hasta la
ciudad, donde ya está todo? Un pueblecito mono, en
cierta medida agradable, en realidad, en cierto modo
bonito. Generalmente un sitio de clase media, con
algunos indicios de desgaste y borrachos y putas en los
barrios mediocres y en decadencia del Valle. Así que
conduce durante treinta minutos y estás fuera del pueblo,
en el campo que lo rodea, el cual es sobre todo césped
salvaje y algunos árboles por aquí y por allí.
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Las luces de la ciudad son justo ese brillo hacia el
sur, que resplandece en el cielo oscuro, y las luces del
pueblo están a sus espaldas. Nick se sale de la carretera
con un traqueteo que espabila a Ezra, porque está como
mirando al espacio y pensando en cosas y realmente no
está prestando atención. Ahora el coche tropieza con un
bache, y otro bache, y otro; de repente empieza a ir suave
otra vez. Hay un pequeño camino de tierra que está muy
descuidado, no conduce a ningún sitio en particular.
Conducen a través de este terreno hacia un grupo de
árboles, Nick le da la vuelta al grupo de árboles y aparca
el coche.

Aquí dice Nick, suave pero lleno de algo


importante, diciendo aquí, este sitio, este es mío. Los
grillos están cantando en la hierba y la brisa agita las
hojas de los árboles. Ezra mira alrededor y escucha, siente
su pulso en sus oídos, y dice que sí con la cabeza.

Aquí, repite. ¿Aquí qué? ¿Por qué aquí? ¿Qué


se supone que significa eso? Bueno, no significa nada, no
es algo que se pueda expresar con palabras. Si hubiesen
palabras para expresarlo, sería algo como, aquí, este sitio,
esta noche, este minuto y todo lo que conlleva y todo a
nuestro alrededor y entre nosotros y tú, tú, estamos
juntos. Es como, respirar. Esto es vida. 21
Nada de eso es en lo que Ezra está pensando; él
está pensando que tiene sed y ¿Qué diablos hay en ese
vaso de todas formas? Así es que le pregunta: ¿Qué
hay en el vaso?
Nick se inclina y coge las cosas, y son dos botellas
de agua mineral de la marca Aquafina y el vaso está lleno
de hielo picado.

Sujeta esto, dice, le da el vaso a Ezra; Jesús, es


uno de esos monstruos de casi litro y medio. Desenrosca
el tapón de la primera botella y echa el agua en el vaso.
Eh, agua helada –es mejor que la Coca Cola o la cerveza o
nada de eso–. Hacen falta las dos botellas de agua para
llenar la maldita cosa, y entonces le vuelve a poner la
tapa y le mete una pajita a través del agujero que tiene
arriba, y dice….
Bueno, realmente no dice nada. Más bien mira a
Ezra. Como diciendo, ¿Te parece bien? Así es que Ezra
chupa en la pajita y toma un largo, largo trago; se le hiela
el cerebro, ay, maldita sea, has dado en el clavo. Como
diciendo, sí, bastante bien, gracias. Y después le acerca el
vaso a Nick y levanta las cejas como diciendo, ¿Quieres un
poco? Salvo que sea más que eso; es casi como
coquetear, pero coquetear son cosas de niños, y esto 22
parece serio. Intenso, extraño, poniéndose serio sobre la
marcha. Este tío no va a besarle y luego dejarle plantado.
Ezra no sabe lo que este tío va a hacer en absoluto. Pero
será diferente, eso es seguro.
Nick tiene las manos calientes; lo nota cuando Nick
coge el vaso y toma un trago. Él las tiene frías porque
estaba sujetando la cosa todo el rato mientras Nick la
estaba llenando, por lo que ahora tiene los dedos un
poquito entumecidos, pero se olvida de ellos por un
minuto, mirando la forma de la boca de Nick. Nick deja de
beber, levanta la vista y sonríe, y antes de que a Ezra le dé
tiempo de parpadear, se está levantando y subiéndose
por el parabrisas del coche al capó. Así es que Ezra le
sigue, porque esa es la forma en la que están yendo las
cosas, se escurre un poco cuando se sube de modo que la
mano caliente de Nick tiene que agarrarlo por el brazo
para evitar que se caiga y se rompa el puto cuello. Desde
esa altura, no es probable, pero esa adrenalina empieza a
correr justo de la misma forma y lo pone todo nervioso
por un minuto. Se siente enganchado, como ese stripper
adicto a la heroína, pero en el buen sentido, porque la
mano de Nick está todavía en su brazo. ¿Se habrá
escurrido a propósito para conseguir eso, eh? Nick le pasa
el agua de nuevo.
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Mira eso. Señala hacia arriba, así que Ezra
mira, todavía chupando de la pajita, y hostias, eso es un
montón de estrellas. Ezra nunca antes ha visto tantas
estrellas juntas en el cielo. Están prácticamente unas
encima de otras, peleándose por el espacio; la parte por
encima de él en este momento tiene más estrellas de las
que podría contar si se quedara toda la noche.

Guau, dice, lo cual es quizá una cosa estúpida


para decir, pero eso es lo que él quiere decir, porque
guau. Hay un gran universo ahí fuera, tío. Durante el día,
está simplemente el sol, la lluvia, la Tierra y donde vivas.
De noche, es como que todas esas estrellas están en esta
galaxia, y hay como cien millones de galaxias, y eso es
justo todo lo que sabemos hasta el momento porque el
universo es tan enorme, que probablemente nunca
llegaremos hasta el final, si es que tiene un final. Nada de
esto se puede explicar con palabras, al igual que nada de
lo que él sentía antes se podía explicar con palabras,
simplemente es así. Guau, como él ha dicho.
Le da el vaso a Nick, que de hecho no tarda mucho
en ponerle la mano encima y darle un trago. Su mano
está sobre la mano de Ezra, y su otra mano está sobre el
brazo de Ezra, descansando ligeramente, calentando esa
24
zona. Ezra suelta el vaso, y Nick suelta la mano de Ezra,
poniéndola en su propia rodilla.

Mira eso, dice después de un minuto,


señalando otra vez. Ezra mira hacia arriba y ve estrellas
como purpurina derramada sobre la alfombra de Dios.

¿Qué? Pregunta él.

Eso, dice Nick, y Ezra sigue su dedo hasta una


estrella realmente brillante allí arriba.

¿Qué es eso? Él quiere saberlo. Es interesante.


No cree haber visto eso antes.

Venus, le dice Nick. Ezra le mira como


diciendo, me estás tomando el pelo, y Nick le mira a él y
mueve la cabeza como diciendo, no, de verdad , es
Venus, dice de nuevo, volviendo otra vez la cabeza
hacia ello.

La cosa más brillante en el cielo.

Eh, dice Ezra, curioso ahora . ¿Qué es eso,


entonces? Señala hacia otra estrella brillante, más
arriba.

Eso…. Nick echa un vistazo, considerándolo, y


Ezra piensa, que raro es esto, estoy sentado sobre su 25
coche y mirando las estrellas; es como una puta pareja.
Lo que le hace acercarse un poco más, de modo que
puede sentir el calor en la piel de Nick.

Eso es Antares, decide Nick . Porque si miras,


Marte está, justo allí. Señala otra vez hacia algo que a
Ezra le parece la misma cosa pero no puede ser porque
está aún más arriba.

¿Cómo sabes eso? Pregunta Ezra, mirándole de


nuevo. Nick baja la mano y se encoge de hombros.

Me gusta la astronomía, dice Nick, como


avergonzado, como si hubiese dicho algo que no quería
decir y deseara no haberlo dicho. Ezra no sabe qué decir,
y tiene el presentimiento de que si dice algo, la mano que
está sobre su brazo dejará de estarlo y eso será el final de
esto, simplemente el final. Él no quiere eso, así que
vuelve a coger el vaso y bebe.

¿Y dónde está Orión? Pregunta después de


tragar; eso está bastante lejos, ¿verdad? Debe estarlo,
porque Nick se ríe un poco y desliza esa mano hasta la de
Ezra.

Eso es en invierno, le corrige Nick, y Ezra dice:


ah y siente el calor de la mano de Nick, calor en todo el
cuerpo, y no le importa no saberlo, porque es una razón
26
para que Nick se lo enseñe.
Los grillos se han callado, y es como si hubiesen
apagado un interruptor –todo en silencio, justamente
así–. Ezra está pensando por primera vez lo diferente que
es esto en comparación a donde estaban antes y se
pregunta que estará pasando allí. Probablemente más de
lo mismo –gente bailando y hablando, algunos
metiéndose en peleas, otros dándose el lote. Los que han
bebido demasiado estarán vomitando, y los drogados
estarán desmayados en el suelo. Música y luces y humo
de tabaco–. Aquí, hay estrellas y todo está tranquilo y hay
un vaso encerado con agua helada sudando escarcha.
Aquí, hay una mano sobre su mano como si nadie lo
hubiera hecho antes, algo dulce, acariciando su dedo
pulgar. Aquí, es diferente, pero él prefiere estar aquí.

¿Vienes mucho aquí? Mira detenidamente el


terreno, tratando de encontrar una forma de girar su
mano. Un poco así –no, de esta manera– y un poco –
joder, esto no es tan fácil–. Desplaza su peso hacia su otro
brazo y lo intenta de nuevo.

A veces, dice Nick, y entrelaza sus dedos con


los de Ezra como si fuera la cosa más fácil del mundo.
Ahora se están sujetando las manos, como niños de
párvulos en el patio de recreo; ese chiquillo bobo que
hace que a Ezra se le enciendan las mejillas. Se siente 27
extraño, porque él no es de los que se sonrojan; no se ha
sonrojado nunca antes con un chico. Nunca ha sujetado
manos, tampoco. ¿Qué será eso que se siente tan íntimo,
tan personal? Algo en eso se siente como más que
simples besos, quizá porque no se los están dando, y no
se están diciendo “te quiero”, se están diciendo “me
gustas”. Un montón de cosas se están diciendo esta
noche sin hablar mucho.

¿Vas a ser astrónomo? Pregunta Ezra después


de un rato, y reajusta sus piernas sobre el capó del coche.
El pulgar de Nick está acariciando el de Ezra de una forma
distraída, y las últimas fases del crepúsculo se purpuran
desde el oeste.

No, dice simplemente. Ezra le mira, como


diciendo, ¿Por qué no? demasiadas matemáticas.
Nick sonríe un poco, y Ezra sonríe también.

Sí, él está de acuerdo. Ambos miran al cielo.


Jesús, todas esas estrellas. Puede ver incluso la Vía
Láctea.

Carpintero, dice Nick de repente. Las pequeñas


estrellas se reflejan en sus ojos.

28
¿En serio? Ezra está sorprendido; no pensaba
que la gente fueran todavía carpinteros. Nunca se oye
hablar de ellos, de todas formas.

Me gusta hacer cosas con mis propias manos,


explica Nick, y su voz se suaviza al final, otra vez con
ese tono vergonzoso, ese que decía tanto, ese que hace a
Ezra querer… no sabe qué. Abrazarle o algo. Él aprieta la
mano de Nick en su lugar.

Que interesante dice en voz baja, y Nick le


aprieta la mano también. Esto es tan diferente a cualquier
cosa que haya vivido antes. ¿Cómo podría sentirse mejor?
Alguna pequeña parte de la cabeza de Ezra está diciendo
“no puede ser, tienes diecinueve años, vamos, se
realista”. Pero el resto de él no se está preguntando nada
en absoluto.

¿Y tú qué? Nick se gira hacia él. Sus ojos son


grises en la tenue luz, buscando los de Ezra, y no de la
manera en que lo hacían los de los otros, sino realmente
buscando una respuesta. Quiere saberlo; le importa. A
Ezra se le vuelve a sonrojar la cara.

Bueno… eh… dice, y no puede pensar en nada


más durante una larga pausa. Nadie le ha preguntado
nunca antes, en realidad no quieren saberlo. 29
No lo sé, dice al final, negando con la cabeza. El
pulgar de Nick titubea, e inclina la cabeza como diciendo,
¿no? Ezra se encoge de hombros y afortunadamente está
lo suficientemente oscuro como para esconder ese
estúpido sonrojo. Coge el agua otra vez para tener algo
que hacer, porque tío, es incómodo estar simplemente
sentado y sonrojándote con alguien así mirando todos tus
movimientos. Demasiado rápido, sin embargo, y la tapa
se dispara y el agua le chorrea por toda la parte frontal de
la camisa.

¡Jesucristo! Dice, y su voz hace la cosa más


vergonzosa del mundo; se le quebranta, como si tuviera
catorce años de nuevo. Chilla. Se siente como un idiota, y
cuando Nick intenta poner aparte el vaso, él lo vuelve a
tirar –puedo ocuparme de mí mismo, gracias– y esta vez
salpica a Nick por completo, y esto se está poniendo cada
vez mejor.

Lo siento, está diciendo, y moviendo la


cabeza . Lo siento, yo no quería… lo siento. Oh,
mierda. Ahora la cosa esta fastidiada. Si no hubiese
cogido la puta cosa desde el principio, esto no hubiese
ocurrido. Puta mierda, se dice así mismo. Estúpido hijo de
puta con mierda en vez de cerebro. ¿Por qué no has
podido dejar las cosas donde estaban? Lo cual es, como,
30
muy duro decirse eso así mismo, pero la disparidad,
temas diversos y la forma en que Nick le estaba mirando,
esto era serio, algo iba a pasar de verdad, y hasta ahora
no había pasado nada. Así es que no deja de disculparse
porque se siente como una mierda,

Lo siento mucho de verdad, yo…

No te preocupes. Le dice Nick . Está todo


bien, de verdad, es solo una camiseta. La puedo secar,
aquí… E intenta coger el vaso otra vez, intenta ponerlo
abajo, pero Ezra no está pensando y no lo suelta, y el
agua helada se derrama por el reborde del vaso y le
salpica en las manos, cayendo también en el capó del
coche bajo ellos.
Ezra está deseando no haber dejado nunca la
multitud, porque allí habría sido mucho más fácil
simplemente levantarse e irse. No tiene a donde ir; aquí,
va a necesitar que lo lleve en el coche. Joder, esto es
humillante.
Y Nick simplemente empieza a reírse.

Oh, tío, dice Nick, y coge el vaso, lo inclina y


vierte el agua allí al lado sobre la hierba. Los pequeños
pedazos de hielo hacen un sonido como plip-plip y se
deslizan entre las hojas hasta el suelo.
31
Lo siento, repite Ezra avergonzado mientras
Nick se está sentando de nuevo. Todavía se está riendo,
serenamente, como… de forma cariñosa. Agradable.
Mueve la cabeza y mira por encima de su hombro para
lanzar el vaso al asiento trasero, y Ezra se acuerda de
pronto de que aún se están sujetando las manos, porque
Nick se separa por un momento para sacarse la camiseta
por la cabeza.
Ezra está tan sorprendido, ni siquiera mira en al
menos un minuto. Nick enrolla la camiseta, la lanza al
asiento trasero también, y se sacude el agua de los dedos.

Por Dios, susurra. Nick se seca las manos en


sus vaqueros y observa a Ezra, como por debajo de las
pestañas, y esboza esa pequeña sonrisa que de alguna
manera quiere decir que todo está bien, que no pasa
nada . Estás todo mojado, le dice a Ezra en voz baja, y
no de una manera que quiera decir “eres idiota” sino
simplemente indicando los hechos.
Ezra baja la vista y se mira así mismo y a la forma en
que la camiseta fría se adhiere a su piel. Los grillos están
cantando de nuevo, la brisa ha muerto en el aire
sofocante, y un millón de billones de estrellas están
brillando en el pequeño charco de agua que hay en el 32
capó. Puede sentir la respiración de Nick no demasiado
lejos de su oído, y sí, él está todo mojado, y no pasa nada.
Se quita su propia camiseta, la hace una bola y la lanza
hacia la parte de atrás. Ésta golpea el asiento con un
ruido sordo.
Levanta la vista y vuelve a sonreír, y la mano de Nick
se desliza otra vez sobre la suya. Se miran por un minuto
y apartan la mirada, y simplemente se quedan así durante
un rato, desnudos hasta la cintura y sujetándose las
manos, mirando hacia el cielo y al campo y entre los
árboles y hacia cualquier sitio menos el uno al otro,
porque están esperando. Hay momentos para este tipo
de cosas, ya se sabe. A veces ocurren y a veces esperas,
pero si no esperas, realmente no ocurren. No hay que
forzar las cosas. Es la forma más fácil de estropearlas.

¿Cuál es aquella? Pregunta Ezra después de un


rato escuchando a los grillos. Señala hacia el cielo y Nick
sigue su dedo.

¿Aquella? Pregunta, señalando justo a la


derecha.

No. Ezra le coge la mano; te hace preguntarte


si se ha equivocado a propósito. Podría ser. Nick se pone
más cerca, y Ezra dice: aquella y se acerca de manera
33
que no hay espacio entre ellos y la piel de Nick
presionada a la suya le transmite calor.

Oh, dice Nick . Eso es Venus otra vez. Él


huele como a algo cálido, con un toque de sudor. Los
músculos de su brazo destacan con las sombras.

¿En serio? Como si Ezra no lo supiera ya. Ha


estado pasando todo ese rato, mirando al cielo. Ezra se
pregunta brevemente si podrán volver a ver las estrellas
en ese espacio vacío; probablemente no. Deja que su
mano se deslice hasta la muñeca de Nick y nota ahí la
pulsera.

Sí, sólo que ha estado… Los ojos de Nick se van


hacia la mano de Ezra y bajan por su brazo, hacia su
hombro, hacia su cara moviéndose, termina
distraídamente. Sus ojos están mirando directamente a
los de Ezra, y esta vez no apartan la mirada.
Y quizás no creas en ello, pero quizá deberías.
Porque la forma en la que ocurre, jurarías que es real.
No es como antes. Nada de esto lo es. Si fuera como
antes, todo habría acabado por ahora, y nunca habrían
dejado el aparcamiento. Pero esto es diferente; él es
diferente, con sus ojos oscuros en el crepúsculo. Él tiene
esa boca dulce y suave, suave como la de una chica, y
34
hebras de ese pelo rubio oscuro sobre la frente. Y su
aliento es caliente como el resto de él, rozando el tabique
nasal de Ezra. Se llama Nick y conoce las estrellas y le
gusta hacer cosas con sus manos.
Bajan los brazos. La mano de Ezra aún está en la
muñeca de Nick. Es como si estuviese con la multitud,
solamente observando y siendo observado y dejando el
mundo desvanecerse. Los grillos se quedan callados de
nuevo, y su voz es suave en el silencio repentino.

Quiero besarte. Otra cosa que es nueva acerca


de esto. Porque él simplemente no puede asumirlo, como
siempre ha hecho, no hay preguntas, no hay respuestas.
Es por los chicos que pasan de él y van a su encuentro en
el aparcamiento; que son para besar y olvidar porque no
valen nada para él. No, esto es importante. Nick es
importante, sentado tan cerca, y sus ojos como los de un
tigre y su boca como la de una chica y su respuesta como
algo que Ezra nunca ha sentido, otra cosa que no pueden
explicar las palabras excepto quizá “te quiero”.

Vale, dice él, y parpadea.


¿Ahora qué? Se pregunta Ezra sin preguntarse
realmente, intentando con alguna parte de su cabeza
averiguar qué hacer. Bésale simplemente, piensa, pero no 35
es eso, no, esto tiene que hacerlo bien. Tiene que
trabajárselo. Tiene que rozar su muñeca y acercarse un
poco más para que Ezra pueda sentir sus alientos
mezclarse, un poco más cerca para que sus caras se
rocen, un poco más para frotar su mejilla contra la de
Nick, eso es. Y plantarle un prudente beso fantasma en la
comisura de esa boca.
Levanta la vista lentamente. La muñeca de Nick se
gira y entrelaza sus dedos con los de Ezra otra vez, dando
un ligero y caliente suspiro. Como diciendo, sí. Eso está
bien.
Entonces Ezra gira la cabeza y se detiene, sus labios
apenas rozándose, dudando durante un largo minuto
antes de dejarse llevar.
La boca de una chica, quizá, pero ninguna chica ha
besado nunca así, tenían los labios sin apenas presionarse
como si no fuera nada y acabaron como si lo fuera todo y
hubieran agotado todo el aire de la noche. Ni siquiera
esas chicas bailarinas han besado así, calor y suavidad y
mareos. Así es que Ezra pone su mano contra la mejilla de
Nick para estabilizarse. La deja ahí cuando se separan,
dejando como un hueco entre su mano y la cara de Nick y
tratando de respirar y realmente no queriendo. La pulsera
36
de Nick destella cuando él toca la cara de Ezra, Ezra la ve
de reojo mientras su mano se desliza por la nuca y el
cuello de Ezra.

Oh, dice Ezra, lo dice como alivio al sentir los


dedos de Nick suavemente en su pelo. Oh, sí. Oh tío. Oh,
joder, esto es muy, muy nuevo. Pero oh, tan bueno. La
mejilla de Nick está caliente bajo la palma de su mano, y
mientras él se acerca de nuevo, la fuerte línea de su
maxilar es un ancla en esta sensación de calor a la deriva,
caliente. Él está muy caliente. Los otros, besaban con
dureza y rápido –van a sacar el mayor provecho que
pueden, como follar con sus bocas porque no pueden
hacer nada del resto–. Esto es lento y suave y un tipo
diferente de intensidad, el aire entre ellos es como una
cortina invisible, y el único modo de atravesar la cortina
es unir sus bocas y besarse.
La mano de Nick se desliza hacia la parte de arriba
de la columna vertebral de Ezra, y Ezra está realmente
contento de que se hubieran quitado las camisetas
porque si no tendrían que estar quitándoselas ahora.
Quiere la mano de Nick sobre su piel, como, justo ahí,
como rascándole un poco con las uñas. Él mueve su mano
hacia la curva del hombro de Nick, aprieta un poco, y se
apoya en él. Sus labios hacen esa especie de pequeño y
suave sonido de succión cuando se separan y se juntan 37
otra vez, y otra vez, y está como empujando a Nick hacia
atrás, y está perdiendo el equilibrio, así es que baja la
mano y…
¿Qué mierda…?
Él se sienta y Nick se pone derecho también, y las
estrellas brillan hacia él desde el brillante y oscuro charco
de, coño, se había olvidado de la jodida agua helada.
Hablando de arruinar la situación, pon tu mano en un
poco de agua fría. Que tú has derramado. Lo cual no es el
tipo de cosas que quieres recordar cuando estás besando
al primer chico que realmente quieres besar y la cosa se
está calentando. Puta agua fría. Maldita sea.
Pero Nick, se está riendo otra vez y moviendo la
cabeza, como el novio de la chica con el piercing en el
ombligo, simplemente encantador, y le coge a Ezra la
mano mojada y tira de ella un poco, como diciendo,
vamos, y se baja del coche. Así es que Ezra le sigue e
intenta no mojarse el culo en ese maldito charco mientras
se desliza por el capó. La hierba está alta, por encima de
sus rodillas, suave y apacible, y la luz es suficientemente
fuerte como para proyectar las sombras en el suelo,
aunque sólo sean manchas oscuras difuminadas.
Nick se lo lleva hacia los árboles, todavía sujetando 38
su mano mojada, y Ezra no sabe si la humedad es por el
agua o si esa mano le está sudando tanto como la otra.
Siente otra vez ese cosquilleo en el estómago, pero más
intenso, como volteretas y cosas, y se siente bien y mal y
asustado, todo a la vez, pero él quiere eso.
La hierba es más corta alrededor de los árboles, y
hay una raíz grande que sobresale de la tierra. Nick da
algunos pasos y la rodea, y Ezra también, Nick se sienta,
pero despacio, como sin estar muy seguro de que eso es
lo que tiene que hacer. Ezra no está seguro en absoluto,
salvo que tiene ese vago conocimiento de lo que viene si
sigue su ejemplo, y no sabe si eso hace que se sienta
mejor o peor. Así es que se sienta y se siente de ambas
formas y traga saliva realmente fuerte, la mano de Nick se
suelta de la suya por lo que el aire de la noche se la
enfría.
¿Ahora qué? Mierda, ¿va a ser así toda la noche,
con el puto “Ahora qué, Ahora qué” dándole vueltas a la
cabeza como un disco rayado? A quién le importa lo que
sea ahora. Deja de pensar en todo. Excepto que del dicho
al hecho hay mucho trecho, porque, por así decirlo, no
puede dejar de pensar, y todo en lo que está pensando
es: en la fiesta, la música, las estrellas, el vaso encerado,
los envoltorios de las pajitas en el pavimento del 7-11, la
piel de Nick, su pelo, sus ojos, sus vaqueros ajustados, sus 39
hombros y la forma en la que besa, sus orejas perfectas,
su pulsera y la forma en la que el sol se reflejaba en ella
en ese aparcamiento. Y la pasta de dientes en su aliento,
y la pureza del sudor brotando furtivamente a través del
desodorante que se está disolviendo con el calor, y esas
pestañas largas y gruesas, de color rubio oscuro como su
pelo, y, y, y la forma en la que está como bajando la
mirada y desviándola que le hace a Ezra querer decir algo
como “te quiero,” aunque no esté seguro de que sea
verdad.

Eh, le dice en su lugar, así que Nick levanta la


vista. Tiene que ser valiente, simplemente sumergirse,
dejar de merodear por el borde de la piscina. Echarle
valor y acabar de una vez, después las cosas irán por sí
solas. ¿Verdad? He dicho ¿Verdad? Bueno, a la mierda lo
que pienses tú, se dice a sí mismo, y sus labios en cierto
modo se posan en la mejilla de Nick. Nick se sobresalta un
poco y gira la cabeza así que los labios de Ezra se deslizan
sobre los suyos, y sus bocas están un poco abiertas por lo
que se pueden notar el aliento mutuamente. No sabe a
nada, es cálido y húmedo, teñido por el humo del cigarro.
La humedad de la boca de Nick está justo, está justo junto
a la suya, Y Ezra está tan asustado por un minuto, que no
puede moverse. 40
Él ha hecho esto antes como cien veces. O al menos
veinte. Sólo te inclinas y metes tu lengua en su boca como
si fuese tu boca y tu lengua le perteneciera. Así de simple.
Él las ha probado con sabor a cerveza y a whisky escocés,
y a sal, y a Pepsi, y a tabaco normal y mentolado, y a
pastillas para la tos y Cristo sabe que más. Él ha explorado
el interior de las mejillas de otras personas y les ha
dejado contar sus dientes con la lengua, y les ha puesto
las manos en el pelo, y les ha dejado apretarle los
hombros, las caderas, el culo, como si él le perteneciera a
ellos y ellos les pertenecieran a él. Él ha besado a toda
clase de gente y ninguno de ellos le importó una mierda.
Así que no importó si la había cagado, y no importó si
realmente no les había gustado o si realmente no le había
gustado a él, y simplemente no importó en absoluto. A la
mayoría de ellos nunca les ha vuelto a tocar; con algunos
de sus amigos ha hecho más. Pero son como folla amigos
o algo. Solamente porque, porque es mejor estar con
alguien que estar solo. Para fingir que quizá eres feliz
cuando no lo eres y deseas tener a alguien a quien besar,
alguien a quien quieres besar, alguien que te volvería a
besar, alguien a quien besar por el único motivo de que te
gusta.
Y joder, ahora tiene a uno, y sus dientes están lo 41
suficientemente cerca como para tocarse, y sabe que este
es el tipo al que quiere y al que ha estado esperando, el
tipo al que volverá a besar, besarle por ningún motivo,
besarle por que le gusta, en público, donde cualquiera les
pueda ver.
Joder, ahora tiene a uno, y le asusta saberlo, tanto.
El amor no son fuegos artificiales, galletita, le repite
cansinamente el pequeño hijo de puta en su cabeza. Es
este nuevo extraño y pesado sentimiento en su pecho
que es bueno y malo y diferente, diferente, diferente, y la
sensación del cálido aliento saliendo de la boca de Nick
entrando en la suya. Respira hondo como si estuviera
haciendo paracaidismo y se atreve a tocar el labio inferior
de Nick con la punta de su lengua.
Y encuentra la lengua de Nick esperándole. Justo,
como, un parpadeo. Lengua de gatito. Nick está tan
asustado como él. Tiene ese leve temblor en la mandíbula
y una línea de sudor brillando en su garganta.
Bueno, de todos modos, es mejor que estar
asustado él solo.
¿Todavía no crees en ello? Tienes que ser una
madre fría para no creerlo, a estas alturas. Al menos un
poquito. Porque la forma en la que está ocurriendo es
definitivamente real.
42
Sí, es real, porque si no lo fuera, entonces Ezra
querría morirse ahora mismo antes de despertarse. Y si es
un sueño, es el puto sueño más húmedo que él haya
tenido nunca. No porque las cosas se estén volviendo
salvajes envueltas en sudor y manos y tela vaquera. Esa
es la forma en la que transcurren sus sueños. Sino porque
las cosas son justo así, mezclando sus alientos con sus
labios rozándose y sus lenguas tal vez lo suficientemente
valientes como para intentar eso otra vez. Tal vez lo
suficientemente valientes como para quedarse un rato
más. Húmedas, calientes, suaves, las puntas de las
lenguas ligeramente temblorosas, tocándose,
probándose.
La mano de Ezra sabe hacer más de lo que Ezra hace
y sale por sí misma y encuentra la de Nick, entrelazando
sus dedos otra vez y ese movimiento le anima a rellenar
la distancia y deslizar toda su lengua dentro de la boca de
Ezra. El corazón de Ezra sabe menos que su mano y deja
de latir fuerte, y su mente se queda totalmente en
blanco, y cuando su radar mental empieza a funcionar
otra vez, tiene su otra mano entre el pelo de Nick y todo
lo que puede saborear es, es todo lo que él nunca supo
que quería. Y los filos de los dientes de Nick derechos y
duros, los caninos ligeramente afilados y resaltados por 43
los molares, con sabor a pasta de dientes y el olor de la
hierba alrededor de ellos; el suave interior de las mejillas
de Nick, una pequeña y extraña cicatriz hacia el frente
como si tal vez se hubiera cortado el frenillo; su lengua,
caliente y maravillosa y dejando que la de Ezra haga lo
que quiera, jugar, empujar, explorar.
Él nunca ha besado a nadie así. Ni siquiera a
Antoine, el guapísimo chico negro que a veces le besa
detrás de las escaleras en la universidad. Ni siquiera
Dylan, que tiene el pelo largo y rubio y lo mantiene hecho
una trenza de princesa. Ni siquiera Eliot, que trata a Ezra
como si fuera de oro. Nunca ha besado como si no
necesitara respirar. Nunca se ha inclinado hacia delante
de manera que el otro se incline hacia atrás, y más hacia
atrás, y más hacia atrás, mientras están inmersos en un
vértigo húmedo y oscuro que se extiende desde sus labios
hasta sus cerebros. Todos quieren dominar, todos
quieren llevar las riendas, pero este chico está como
haciendo lo que Ezra quiere, es al contrario, y cuanto más
hacia atrás se inclina más le gusta a Ezra.
Pues sí, al final realmente tienen que respirar, y
Ezra se separa lo suficiente como para que puedan
hacerlo. Nick está casi tendido bocarriba con sus dedos
agarrándose a la base del cráneo de Ezra y la mano de
Ezra extendida bajo sus omoplatos. No respiran tanto 44
como jadean, intentando encontrar el oxígeno en la
fuerte oscuridad, y las estrellas se reflejan en el brillo de
los ojos de Nick, y el aire es cálido, calmado y turbio en la
noche.

Nick, susurra Ezra, probando a decir el nombre


como cuando te pruebas unos vaqueros nuevos. Se ajusta
en su boca fácil y extrañamente, como un sabor al que no
está acostumbrado. Una suave sílaba que descansa sobre
la densa y alta hierba.

Nick, susurra otra vez, bajando la cabeza y


presionando sus labios con los de él. El brazo de Nick
rodea su cuello y le empuja hacia abajo, y en el enredo de
sus lenguas, respira una vez más. Nick. Hay tantas cosas
esta noche que no se pueden expresar con palabras, pero
esa palabra lo cubre todo. Si la voz en su cabeza pudiera
seguir hablando, le diría que esa es la cosa más estúpida
que ha pensado hasta ahora, pero se ha quedado
realmente callada en ese rincón racional, ahí, sin decir
nada. Incluso sin preguntarse nada. Tal vez él la ha
matado. Cumpliendo una especie de esperanzas.
Es una cosa extraña, coincidencias como esa,
incluso han estado ocurriendo toda la noche. Porque sus
bocas se están moviendo lentamente una contra la otra y 45
la resbaladiza humedad de los labios de Nick sobre los
suyos se aferra y se desliza y presiona estupendamente,
no es besar por besar como los otros sino dar, dando
siempre más a este sentimiento elevado y chispeante en
la sangre de Ezra. Dando paso a que Ezra se incline
porque es lo que él quiere y lo que Ezra quiere, de
manera que los dos brazos de Nick rodean el cuello de
Ezra y las manos de Ezra están ahuecadas en los hombros
de Nick. Dando y dando, y Ezra está tan inmerso en
devolver que incluso no se da cuenta de cuando Nick está
totalmente tendido en el suelo y Ezra está, como,
doblado sobre él con esos pequeños trozos de hierba
presionando en el dorso de sus manos. Él simplemente
sigue inclinándose hasta...
A propósito, es extraño como algunas cosas como
ésta suceden.
Los grillos empiezan a cantar otra vez, y sus pieles
se frotan, su pecho contra el de Nick, y el aire entre ellos
es húmedo y las estrellas arriba son grises y el zumbido
de los grillos aumenta y disminuye como una canción de
dos notas, y permanecen inmóviles. Se miran el uno al
otro como la primera vez, treinta segundos de eternidad.
El sudor brota en las líneas de las palmas de las manos de
Ezra. La hierba aún presiona en el dorso de sus manos.
Nick le está mirando cauteloso, expectante, y ahora son 46
sus ojos los que se preguntan “¿Ahora qué?”. Un
pequeño soplo de brisa levanta un mechón de pelo de su
frente, haciéndolo temblar antes de caer otra vez en su
sitio. Ezra siente un escalofrío deslizarse por su espalda.
¿Ahora qué? Bueno, ellos saben ahora qué; simplemente
no saben qué hacer al respecto. No es como si estuviesen
viviendo en una película, donde estas cosas que
simplemente ocurren siempre sin que nadie se pregunte
cómo. Es la vida real –caray, que concepto– y ninguno de
los dos ha hecho esto antes, y ellos saben lo que quieren
pero no cómo llevarlo a cabo, y están demasiado
nerviosos y avergonzados para admitirlo.
Así es que improvisan con la esperanza de que las
cosas salgan bien por casualidad. Ezra no está seguro de
si lo que hace es lo siguiente que debe hacer, pero es algo
que puede hacer, en todo caso, y la forma en la que el
pecho de Nick presiona contra el suyo cuando se levanta
indica que tal vez ha sido el paso correcto. Ahora sus
pieles están presionando una contra la otra, están como
pegadas, un poco sudorosas, pero esto es mejor que
besar, es más íntimo que sujetarse las manos. Los brazos
de Nick rodean los hombros de Ezra, y Ezra siente los
latidos del corazón de Nick a través de su piel. Se quedan
así durante un buen rato, cinco minutos buscando valor y 47
preguntándose qué coño es eso que los tiene tan
asustados.

Yo estoy… Comienza Ezra, y tiene que aclararse


la garganta. Mira hacia otro lado y le vuelve a mirar, y el
corazón de Nick late con más fuerza en su pecho.

Quiero decir que, ¿estás tú…? Se calla, y su


corazón le está bombeando muy rápido, se le empieza a
adormecer la muñeca, atrapada bajo el hombro de Nick, y
toda la facilidad de no pensar en esto hace unos minutos
ha desaparecido totalmente. Un millón de pensamientos
le están bombardeando el cráneo.

Sí, acaba diciendo Nick con esa voz tranquila


que puede que esté algo temblorosa, así es que está
haciendo un muy buen trabajo escondiéndola. Ezra da un
suspiro como muy tembloroso, y no se molesta en
esconderlo.

Sí, está de acuerdo. Se siente mejor ahora, de


alguna manera . Yo, eh, empieza otra vez, tratando
de mover la muñeca sin molestar a Nick, pero Nick lo nota
y se mueve.

Oh, lo siento, yo no…

No, no pasa nada. Ezra libera su muñeca. 48


Bueno, que tal si yo… Nick concluye ese
pensamiento girándose hacia un lado, y Ezra está tan
sorprendido que todo lo que puede decir es:

Oh, lo cual ha dicho ya antes y es una cosa


estúpida para decir, de todas formas. La sangre le vuelve
a circular por la mano, notando un fuerte hormigueo, y el
suelo está duro bajo sus costillas, y la hierba es suave bajo
su mejilla, y sus brazos todavía están alrededor de Nick
sólo que ahora está mirando fijamente a sus ojos, los
cuales han vuelto a cambiar de color y son de un extraño
tipo de verde en la tenue luz.
Dice el dicho que, el corazón quiere lo que el
corazón quiere, y la cabeza no es parte de esa ecuación.
Afortunado, porque Ezra no está pensando con claridad
todo eso, o tal vez está pensando demasiado y con
demasiada claridad en algo en lo que no necesita pensar,
sino hacer. Como Nike, ya sabes: simplemente hazlo7.
Deja de preguntarte por qué o cuando o cómo o lo que
diablos sea. Está justo aquí entre los brazos de Nick, y es
como si todos y cada uno de sus sueños se estuvieran
haciendo realidad, todos los deseos que le ha pedido a las
estrellas fugaces, todos los momentos en los que él ha
mirado con nostalgia a otra gente. Está aquí, es ahora,
49
7
Nike (la marca deportiva) tiene como eslogan: just do it (simplemente hazlo).
está ocurriendo esta noche, y sí, está realmente asustado,
pero si no lo aprovecha ahora, no volverá a ocurrir.
El valor es muy parecido a montar en bicicleta; no
te preguntes cómo. Sólo dalo por sentado, estate
agradecido por ello, e intenta que tu culo no acabe en el
suelo.
Así es que cuando, por ningún motivo en particular,
Nick se acerca un poco más, Ezra se traga el nudo que
tiene en la garganta, levanta sus caderas y rompe el hielo,
presionando hacia arriba justo contra él. Piensa que
probablemente es la cosa más atrevida que ha hecho
jamás. Eso, o tal vez deslizar su mano por la espalda de
Nick hasta su pelo y empujarle hacia él para juntar otra
vez sus bocas. Nick hace ese sonido de sorpresa como
“¿Eh?” que Ezra atrapa con su lengua; le ha quitado las
palabras de la boca. Tiene ganas de reírse. Sí, reírse, justo
como una niña, porque está tan excitado, todo está muy
subido de tono.
Y él no es el único que se está esforzando; Nick le
esta besando de nuevo y moviendo su cabeza para dejar
caer pequeños besos alrededor de la boca de Ezra, desde
su labio superior hasta su garganta, en cualquier sitio;
como si no le importara mientras que esté haciendo algo.
50
Su pulso va tan rápido, que Ezra lo siente en su propia
piel, en su propia sangre, y entonces Ezra se vuelve
realmente atrevido y empuja otra vez a Nick sobre su
espalda, y se olvidan de que están casi en estado de
pánico, porque se sienten bien.
Tienen que parar por un segundo como para
reorganizarse, y Ezra desliza sus rodillas sobre el
estómago de Nick para ponerse a horcajadas sobre sus
caderas antes de bajar por el pecho de Nick y a esa boca
de chica, preparado para su, esperando su, rojo violáceo
en las sombras borrosas.
Están jadeando, esos suspiros profundos y
relajados, como si hubiera más aire del que ellos saben
controlar, si no es entre besos, donde no hay aire en
absoluto. La pequeña voz que Ezra esperaba que hubiera
muerto sigue diciendo que podría respirar por la nariz y
así no se sofocaría, pero a él no le importa que pueda o
no. No quiere. Respirar ahora es como una distracción.
Respirar requiere un tiempo que él quiere emplear en
aprender el sabor de la boca de Nick y la curvatura de su
garganta. Pero respirar hace que el pecho de Nick se
hinche y se deshinche bajo el suyo, casi en sincronía con
el canto de los grillos, y eso es una cosa buena. Cosas
buenas, demasiado buenas, la pequeña voz dice riéndose,
y Ezra jura que va a encontrar alguna forma de asesinarla, 51
pero después. Ahora mismo, tiene otros asuntos de los
que ocuparse, unos condenadamente importantes.
Como el hecho de que cada centímetro de su piel
note cada centímetro de la piel de Nick.
Y el hecho de que cada centímetro de la piel de Nick
note cada centímetro de la suya.
Y el hecho de que esos vaqueros ajustados que lleva
puestos estén realmente ajustados.
Y el hecho de que, eh, bueno, los de Ezra también lo
estén, de lo cual probablemente Nick se acaba de dar
cuenta a estas alturas.
Si fuese un sueño húmedo –y Ezra todavía medio
piensa que lo es, porque las cosas que son demasiado
buenas para ser de verdad nunca son de verdad– si fuese
un sueño húmedo, los besos se volverían hematomas y
las manos de Nick se deslizarían hasta la parte trasera de
sus muslos, y Nick le rodearía y le quitaría la ropa, como
hacen en las películas, y nada podría atascarse o
enredarse. Todo podría ocurrir o desaparecer como por
arte de magia, y entonces sentiría el peso de Nick en su
pecho, y Nick se lo follaría, tan fácil como eso. Por lo que
Ezra ha oído, sería tan fácil como eso, pero Ezra la
mayoría lo ha oído de Eliot, el cual perdió la virginidad,
52
por decirlo así, el mismo año que empezó en serio con el
travestismo. Lo que quiere decir que, Eliot sabe bastante
del tema. Para él, no es una cosa del otro mundo.
A Ezra le da la espina de que hay mucho más de lo
que Eliot le ha contado, y oye, ya sabes, ahora que lo
piensa, eso suena a como que debe doler. Pero tal vez no,
tal vez Eliot tiene razón y sólo está siendo un coñazo
porque él es un virgen de diecinueve años y está
asustado, medio congelado. Sólo sigue moviéndose
porque parar sería peor. Quizá no es él el que tiene que
preocuparse en absoluto; Nick no lo ha volteado aún, y no
parece tener mucha prisa en hacerlo. De hecho, Nick
parece estar contento donde está. Lo que demuestra que
no es un sueño, porque en los sueños, Ezra siempre acaba
debajo.
No lo voltea, no lo sujeta, no le besa lo
suficientemente fuerte como para hacerle daño; en todo
caso, Nick le besa más suavemente, con más cuidado,
como si tuviera miedo de que Ezra le interrumpa si
intenta algo más. Sus dedos están como cerrándose en un
puño flojo y relajados sobre los hombros de Ezra, una
mano se arrastra hasta el pelo de Ezra. Todo esto, todo lo
que hace es… cuidadoso, en cierto modo, no el
imprudente de la imaginación de Ezra que ve, quiere, y 53
toma lo que quiere. Y eso casi que mejora la situación,
porque demuestra que este tío tal vez se preocupa más
de lo que él está pensando ahora mismo, tal vez se
preocupa de lo que Ezra está sintiendo. Tal vez se
preocupa de que Ezra esté entrando un poco en pánico y
está yendo despacio y con cuidado por él. O, ya sabes, tal
vez no, tal vez él está asustado también, y está haciendo
esto por él mismo. Pero Ezra siente la forma en la que esa
mano sigue alisando su pelo, suave y agradablemente, y
piensa que tiene razón sobre la primera forma.
Así es que se calma un poco y deja de preocuparse
sobre eso, y saca otra vez su mano de debajo de la
espalda de Nick para ahuecarla detrás de su cabeza y
levantarlo, para acercarlo más a él. Él no le besa fuerte
tampoco. Nunca le ha gustado besar fuerte. Eso es
molesto, le hace daño en los labios. Pero besa
apasionadamente, lo cual es mejor. Muy
apasionadamente; sellando sus labios de manera que el
aire no pueda interferir, tocando con su lengua los
dientes posteriores de Nick y luego dejando a la lengua de
Nick trenzarse con la suya en este difícil, caliente y oscuro
trabajo. Moviendo su otra mano para tocar la cara de
Nick, la yema de su dedo pulgar acaricia su pómulo
mientras su mandíbula se mueve lentamente. 54
Su corazón está empezando a hacer esa cosa lenta y
silenciosa cuando levanta la cabeza, como si hubiese
olvidado como bombear y estuviese averiguando como
hacerlo de nuevo. Los ojos de Nick están medio cerrados
y su respiración es poco profunda, y hay un poco de sudor
en su pelo y una dureza en esos vaqueros empujando
contra la pierna de Ezra que va completamente con y
contra la forma en la que Nick parpadea y mira de nuevo,
con los ojos dulcemente abiertos llenos de sombras.
Inocente como un niño, pero muy, muy adulto.
El efecto conjunto de esa mirada empuja de nuevo
en el muslo de Nick, sintiéndose incómodo y bien, y algo
avergonzado. Porque, sí, eso es para lo que han venido
aquí los dos, y a él le gusta este tío, y teniendo una
erección justo encima de su pierna es evidente que le
gusta, pero todavía, es como privado. Al menos, él siente
como que debería serlo. El sexo debe ser ordenado y
limpio y suave; mecánico y perfecto como en Hollywood,
sin vergonzosas partes del cuerpo con las que tengas que
tratar y sin líos blancos pegajosos que después tengas
que limpiar. El sexo no debería ser algo en lo que tengas
que pensar, porque Ezra está pensando otra vez, y sobre
todo en cosas como “Que hará él si yo… quizá yo no
debería… pero que tal si… él a lo mejor…” No son frases 55
completas; su mente está centrada en otra parte, si lo
pillas. Son sólo semi-pensamientos sin forma que pasan
por su cabeza por la noche junto con los sueños que
terminan en las sábanas.
Nick es quien realmente empieza todo esto, y no
porque él tenga la intención, tampoco. Sólo se retuerce
un poquito porque hay una raíz oprimiendo su espalda, y
eso duele un poco, y se retuerce directamente en Ezra, y
los ojos de ambos se abren de par en par, porque tío,
deben de haber sido estúpidos por no haber hecho eso
antes. Es como, guau, una sacudida intensamente
cosquillosa fundiéndose abajo de sus caderas y corriendo
caliente por las venas de las piernas. Parpadean, y Ezra,
está lleno de coraje esta noche, como los fumetas
puestos hasta las cejas de metanfetamina que piensan
que pueden hacer cualquier cosa. Inclina un poco sus
caderas y presiona la erección de Nick sólo para ver si
vuelve esa sensación.
Esta se dispara por las piernas de ambos, por sus
caderas, sus pulmones, y este ardor comienza en la boca
del estómago de Ezra.

Oh, dicen ambos a la vez, bajo y sorprendidos.


Sí, eso lo resume bastante.
56
Entonces Ezra lo hace de nuevo, más duro esta vez
y la suave voz de Nick se convierte repentinamente en un
sonido que no es ninguna palabra. Bueno, que pasaría
si… piensa Ezra, bajando la cabeza; Los labios de Nick
parecen más llenos, sabe más cálido, y sus caderas se
alzan de golpe reflexivamente para encontrarse con las
de Ezra, que hace su propio sonido agudo en la oscuridad
de la garganta de Nick. Finalmente, esa voz se calla –
como si Ezra pudiera incluso oírla a través de la bruma
que abrasa su cerebro– no está ahí para decirle que hacer
o qué está haciendo mal. No lo está haciendo mal; ¿Haría
Nick un sonido como ese si lo estuviera haciendo mal?
¿Nick arquearía la espalda como, oh joder, que-bueno-
que-bueno-haz-eso-otra-vez, y hacer, oh-joder-oh-dios-
oh-Jesús?
Y esto es con los vaqueros aún puestos. Joder.
Puedes llamarlo hormonas, puedes llamarlo lujuria.
Puedes llamarlos adolescentes impulsados por el sexo, y
que todo esto es sólo el calor de la noche. Pero sigue
escuchando. Porque la forma en la que sucede, dirías que
es real.
La forma en la que sucede, se giran sobre sus
costados de nuevo, sus manos vagando por todas partes y
57
sus piernas están enredadas en un nudo óseo y muscular,
rodillas chocando, talones tocándose, ¿puedes creer que
todavía llevan puestos los zapatos? Así que los pies de
ambos están, como intentando arrancarse los zapatos,
sacándoselos con las puntas de los pies, mientras sus
cerebros no están ayudando en absoluto porque están
perdidos en el problema de intentar besarse y respirar al
mismo tiempo. Consiguen quitarse los zapatos en un par
de minutos, logrando patearse las espinillas uno al otro
por lo menos dos veces, mascullando algo como
“mmsrrie” cada uno en la boca del otro –bueno, es difícil
hablar sin una lengua– y ahora sus pies descalzos se están
haciendo amigos allí abajo, haciendo carantoñas como
sus manos, los pies de Ezra se enrollan alrededor de la
parte posterior de la pantorrilla de Nick y la encuentra
caliente, suave, lisa…
Espera, se trata de la tela de los vaqueros. La mente
de Ezra reacciona a él como, no me preguntes, no
recuerdo, y Nick se detiene bruscamente y separa su
boca.
Y así es como ocurre, la cual no es la forma en la
que Ezra pensó que sería.
No se sacan sus vaqueros y se envuelven el uno al
otro de nuevo, todo sudor, besos con la boca abierta y
58
sangre borboteando en sus venas.
No luchan el uno con el otro y se aferran a cualquier
piel a la que sus manos puedan alcanzar.
Nick no lo voltea, y él no voltea a Nick, y nadie está
jodiendo a nadie ahora mismo.
No, Nick le toca la cara muy suavemente,
deslizando su dedo hacia abajo de su mandíbula y la
mano de Ezra se trenza ligeramente en el espeso pelo
rubio de Nick, y se quedan tumbados y tranquilos por un
espacio muy reducido.
¿Yo? ¿O tú?
Lo que quieras.
Ambos. Ninguno. Estoy asustado.
No tenemos que hacer esto.
Quiero hacer esto.
Esto crepita entre ellos como una radio estática,
preguntado y respondido por ambos. Permanecen muy
quietos.
Los grillos se vuelven a callar, y por la emoción de
sus pensamientos, Ezra puede sentir su pulso en sus
oídos. Uno-dos, uno-dos, uno-dos.
59
Esto no está bien, apenas lo conozco, sólo lo
conozco desde hace tres horas, apenas lo conozco, no
puedo hacerlo, tengo diecinueve años, no puedo, no
debería entregarme así, no debería esperar hasta que sea
mayor, no debería esperar hasta amar a alguien, no lo
amo, no lo hago, lo hago, esto no está bien, apenas lo
conozco, tengo diecinueve, que pasa con el SIDA, y con
los condones, y con mamá, y con que tenga diecinueve
años, nunca lo he hecho, tengo diecinueve, apenas lo
conozco, tengo miedo.
Uno-dos, uno-dos, uno-dos.
Creo que lo amo.
Uno-dos, uno-dos, uno…
Besa como… besa de maravilla.
Cuando ellos se dejan ir esta vez, la noche está a su
alrededor pero no más entre ellos.
Nick empuja a Ezra suavemente sobre su espalda.

Sólo dime… susurra él.

Sí, susurra Ezra de vuelta. La Vía Láctea es


como polvo blanco lanzado en el oscuro púrpura.
Oh, Dios, por favor no dejes que duela demasiado. 60
Pero Nick no está haciendo eso, sólo está como…
tranquilizándolo. Pequeños besos en la boca, con las
palmas alisando desde los hombros de Ezra bajando por
sus brazos, moviéndolas hasta su cintura, y deslizándolas
arriba y abajo, arriba y abajo, más pequeños besos en la
cara, entrecortado, confundido, como si no estuviera muy
seguro de lo que está haciendo. Tal vez cinco, diez
minutos de esto, hasta que el corazón de Ezra se ralentice
y su respiración se estabilice.
Sus dedos son delgados sobre el estómago de Ezra;
largos y delgados. Dedos de pianista, piensa Ezra a
propósito de nada, y quiere reírse, y tal vez lo haría si esto
no fuera tan serio. Pero entonces esos dedos de pianista
se mueven rozándolo hasta su ombligo y le hacen
cosquillas, y esta pequeña risa borbotea en la parte
posterior de su garganta.

¿Qué? Vacila Nick, como si pensara que ha


hecho algo mal. O peor, algo estúpido.
Nada, dice Ezra, y se siente mejor sin razón.
Sonríe un poco y se muerde el labio . Cosquillas,
explica.

Oh, dice Nick con su propia sorprendida


sonrisa, realmente no porque sea divertido, sino porque 61
esa no es la respuesta que esperaba. E incluso lo vuelve a
hacer, esta vez a propósito, para que Ezra se ría y se
retuerza tratando de esquivarlas.
Ahora, se sonríen el uno al otro durante unos
segundos. Nick se dobla y besa a Ezra en la mejilla,
dulcemente. Levanta la mirada, torpe y tímido, y Ezra se
ruboriza, como por cuadragésima vez, pero no de color
cereza como un niño avergonzado. Se sonroja
dulcemente, como ese beso, y profundo; oscuro, serio y
contento.

Me… dice suavemente. Me gustas, realmente


me gustas. Y sonríe tímidamente y algo confundido, y
feliz.

Sí, susurra Nick, y le devuelve la sonrisa.


Y Ezra sabe que ahora es real, porque no siempre
fue así, ni siquiera en sus sueños; alguien que sabe lo que
quiere decir y quiere decir lo mismo que él.
Levanta el brazo hasta tocar la nuca de Nick y tira
de él de nuevo hacia abajo, y la boca de Nick ya está
abierta para él cuando se tocan. Weeee-oh-weeee-oh-
weeee, chirrían los grillos en el campo.

Mmmmm, dice Ezra bajo en su garganta, sin 62


querer, y el sonido zumba contra los dientes de Nick. Se
separan lentamente, todavía chupándose el labio
superior el uno al otro. Nick pasa una mano
distraídamente por el costado de Ezra. Parpadea cuando
sus dedos terminan en la pretina de Ezra y tira de una
trabilla como si eso hiciera que los vaqueros salieran. Esto
tensa el tejido sobre la entrepierna de Ezra, con
seguridad, y Ezra recuerda realmente rápido qué está
sucediendo aquí. Nick desliza un dedo dentro de la
cinturilla y la pequeña brisa enfría el sudor allí, y la uña de
Nick roza un poco de piel de Ezra.
Oh, Dios, ¿va a doler? Eliot dice que no duele.
El dedo de Nick ha desaparecido, y los diez están
trabajando en el broche a presión de los vaqueros de
Ezra, intentando retorcerlo como un botón porque el
botón de los vaqueros de Nick, no es de broche a presión,
y el broche a presión no se está aflojando y no puede
averiguar por qué. Pero sus manos están justo ahí.
Rozando. Topando con su entrepierna. Dedos que a veces
accidentalmente empujan así que Ezra está intentando
duramente no corcovear sus caderas derecho a ellos,
porque eso sería caliente e impaciente y no relajado, y no
quiere que Nick piense que no tiene ningún autocontrol.
Las yemas de los dedos rascan ligeramente, y el
63
talón de una nerviosa palma se instala ahí. Nick tiene el
ceño fruncido como pensando, ¿qué cojones pasa con
estos vaqueros? Y hay un límite de lo que chico puede
soportar, ya sabes, antes, bueno. Ezra no quiere que pase
hasta que sus vaqueros estén quitados al menos, así que
se empuja sobre uno de sus codos y dice

Es un broche a presión, y agarra la cabeza de


Nick y lo besa, entonces las manos de Nick dejan de
moverse por un jodido segundo. Como, Cristo. A ese
ritmo, va a correrse incluso antes de que Nick empiece a
tocarlo. ¿No le dijo Eliot que ese es el problema con los
vírgenes? Algo relacionado con que ellos saben cómo
correrse pero no cómo hacer el viaje final. Algo por el
estilo. Que te den, Eliot, murmuró Ezra en su cabeza. Voy
a hacer este puto viaje final. Voy a hacerlo un viaje de puta
madre. Busca a tientas su propio broche a presión y lo
abre, con los ojos cerrados. Está algo orgulloso de eso,
porque aún está besando a Nick e intentando tomar
respiraciones más profundas.

Está bien, jadea Nick en su oído cuando se


separan . Está bien.
Toma una gran y profunda respiración y apoya las
manos en el suelo a ambos lados de las caderas de Ezra.
Ezra aún está apoyado sobre su codo, y están lo 64
suficientemente cerca como para que sus frentes casi se
toquen, y los ojos de Nick están de un verde más oscuro y
claro y preciosos y mirando a los de Ezra.
Oh, Dios, no creo que duela, por favor no dejes que
duela.
Otra vez con los besos, cuidadosos y tímidos,
porque eso es una cosa que al menos no es nueva y
aterradora, juntando los labios ligeramente; ese romance
infantil del capó del coche de nuevo. Siguen haciéndolo
mientras que la mano de Nick encuentra la cremallera de
Ezra y la baja. Algo más inofensivo que pensar sobre el
zumbido que hace la cremallera, surcando la noche.

Yo no, susurra Nick repentinamente; besos,


empieza a bajar con cuidado la pretina de Ezra.

Yo no, ehhh. Beso. El aire es fresco sobre la piel


de Ezra, y los dedos de Nick rozan sus caderas
nerviosamente.

Realmente no sé… Beso, beso. Ezra clava el


codo en el suelo mientras levanta las caderas para que
Nick tire más de sus vaqueros.

Quiero decir… Beso, y su voz con un tono


nervioso, y echándose hacia atrás para sacar los vaqueros
de Ezra el resto del camino. Se sienta sobre sus talones, 65
con los vaqueros en sus manos, y Ezra está mirándolo,
apoyado en su codo con la polla dura y anhelante, y su
corazón martilleando una y otra vez, no-dejes-que-duela,
no-dejes-que-duela. Nick aprieta el puño en la tela
vaquera, y su voz se eleva en la primera palabra como si
fuera a llorar o algo, pero luego se vuelve suave de nuevo,
tan clara como el agua en un vaso de cristal.

No puedo… quiero decir, no sé cómo, y no me…


gusta, no quiero… quiero decir… Sus dedos retuercen la
tela, y mira a Ezra impotente, como diciendo,
¿comprendes? Lo cual Ezra no hace, porque no tiene ni la
menor idea de donde está viniendo esto.

Quiero decir, sé un poco, pero… no mucho, y yo


realmente… Él se rinde; es demasiado humillante decir
algo como eso en voz alta, y un pequeño guijarro le está
pinchando en el codo a Ezra, y una parte de su cerebro se
está preguntando por qué no existe una palabra cortés
para el pene, repasando los catorce términos del argot
del baño de chicos que él sabe, y haciéndose con todos
los buenos por el porno de alquiler económico y no
mucho más, lo cual hace el estar tendido aquí desnudo en
el suelo más incómodo. La otra parte de su cerebro
escucha la pregunta en voz de Nick y piensa en doblarlo
de espaldas, doblarlo de espaldas, doblarlo de calla de
una puta vez, cerebro, ya he captado el mensaje. Y él
66
siempre esperó que en cierto modo fuera al revés,
porque con cada chico que alguna vez besó esperó
doblarse para ellos, y ahora este está ofreciendo doblarse
para él, o quizás no ofreciendo tanto como pidiendo
permiso. Y Eliot nunca ha hablado de esto, de ninguna
manera, porque parece que está intentando no estar
asustado y no tiene ni idea.

Eh. Ezra se pone derecho, llegando a él, en


realidad, como reclinándose un poco antes de sentarse
hacia adelante . Eh. Hay pequeños guijarros
clavándosele en las rodillas, demasiados, y qué raro es
esto, ¿estar caminando de rodillas bajo un árbol por la
noche, desnudo como el día que nació con la polla en
cierta medida alzándose en ángulo? Es realmente,
realmente raro, eso es lo que es, y la mirada de Nick está
confundida y preocupada y a la vez arrepentida, y ya
sabes, también es un virgen de diecinueve años, así que
coño, al menos están en esto juntos. Su pulsera brilla
débilmente en la luz que refleja el pendiente de Ezra, y
tiene las orejas perfectas y los músculos duros y
hermosos y las pestañas suaves y una boca de chica.
Oh, Dios, prometo que intentaré no hacerle daño.

Eh. Piensa que necesita una palabra diferente, 67


pero una que sea verdaderamente suave e intimidatoria,
del tipo, eh, está bien, te entiendo perfectamente. Pone
ambas manos sobre la cara de Nick, ahuecándola e
intentando ser amable; no está acostumbrado a ser
amable de esta forma.

No voy a… hacerte daño, no termina la frase. Lo


besa, y Nick hace un jadeo un poco gracioso, como si
quizás fuera a llorar pero no más que eso. No lo haré,
beso, persuadiendo a la boca abierta de Nick con la punta
de su lengua; No lo haré, lo prometo. Con los labios
pegados y los brazos de Nick envueltos alrededor de su
cuello, Nick se echa hacia atrás y Ezra en la parte
superior, pero más hacia un lado, aún en cierta medida de
rodillas junto a él, trocitos de hierba en el dorso de las
manos; presionando un húmedo beso al lugar detrás de la
oreja de Nick donde el pelo es corto y crespo. Lo prometo.
Y ahora es su turno para luchar con los vaqueros,
pero Nick dice,

Botón sin vacilar, así que lo único que tiene


que hacer es torcerlo para abrirlo, lo cual, ahora que ha
pasado el momento embarazoso y Nick está de espaldas
debajo suya, no es tan fácil de hacer. Porque esos
vaqueros, se aferran a Nick como una segunda piel,
literalmente. Ezra lo había notado, de todos modos, pero 68
es totalmente inevitable y demasiado real para ser un
sueño. A menos que sea el sueño de Nick, que podría ser,
porque cuando Ezra logra bajar la cremallera, Nick está
seriamente mojado por él. Y si ese es el caso, a Ezra no le
importa ser el sueño de Nick. Eso envía un repentino
culebreo bajando en espiral a sus piernas, tener a alguien
que te desee de esa forma. Como, realmente lo desea.
Pero desear de verdad y ser deseado no hace el
quitar los vaqueros más fácil; prácticamente tiene que
desollarlos de la piel de Nick porque el sudor está
haciendo que se peguen, y Nick está sobre sus codos
intentando ayudar, y Ezra se impacienta y tira de ellos
para sacarlos realmente rápido entonces eso hace que
Nick pierda el equilibrio y un codo cede. Eh, tiene un
tatuaje alrededor del tobillo. Parece un brazalete de
espinas. También tiene los tobillos delgados, tobillos de
chica al igual que su boca de chica. Es un diseño
realmente chulo. Ezra sabe donde lo consiguió, y Nick
está luchando para apoyarse en su otro codo.
Ezra levanta la vista y ambos se miran parpadeando.
Eliot dice que los dedos en primer lugar, tienes que
prepararlos, los dedos y luego, mierda ¿no necesitamos
algún tipo de lubricante? ¿La saliva servirá? Eso espero.
69
Ehh, dice él, realmente feliz. Se puso los ojos
en blanco a sí mismo. Supongo que sólo…
Besar es algo bueno, decide él. Sé besar.
Lo que acaba con ambos en el suelo, con los brazos
de Nick cruzados sobre sus hombros, dedos rascando ese
pelo rubio una y otra vez, algo así como rascándole las
orejas a un gato. Sin estar prestando atención,
simplemente baja, moviéndose entre las piernas de Nick,
y se encuentra con el brillante descubrimiento de que la
polla humana es realmente, realmente sensible,
especialmente cuando tocas la de otra persona.
Nick descubre lo mismo, qué sorpresa, y exhala
duro y rápido. Ezra sacude la cabeza haciendo que sus
ojos se reenfoquen y se apoya sobre Nick antes de que
puedan hacer eso otra vez, porque él tiene la idea de que
un poco más de eso y Eliot estaría en lo correcto; gran
destino, pero un viaje corto. No, no va a dejar que
suceda. Esta es su primera vez, y va a hacer esto bien,
incluso si esto casi lo mata, que podría, porque su polla
está palpitando y tiene un potente deseo de saltarse la
parte de follar y dejar esto así.

70
Autocontrol, se dice a sí mismo, mordiéndose el
labio. Autocontrol. Eliot dice que los dedos primero; de
acuerdo.

Yo, ehh… Nick está mirándolo totalmente


inmóvil con los ojos abiertos como platos . Sólo dime
si… si quieres que me detenga o algo…. Ezra se detiene;
no hay mucho que decir en situaciones como esta
¿verdad? No a menos que estés en Hollywood, donde
tienen todas las frases adecuadas para cada ocasión. Que
le den a Hollywood entonces. Está aquí en un campo a
más de treinta kilómetros del pueblo, a punto de hacer
algo entre hacer el amor y cometer un suicidio, y no hay
frases correctas.
Intenta no pensar mucho en donde está poniendo
su dedo. Nick se ve limpio, seguro, y huele a limpio; una
persona que se ducha todos los días. Eso es alentador, al
menos, pero aún es un poco… bueno, repulsivo. Su polla
es una cosa; sus dedos son otra. Agradece que el resto de
su cuerpo esté ahogando lo que piensan sus dedos, de lo
contrario no podría…

¡Cristo! Aúlla Nick. Ezra se congela, hasta el


segundo nudillo de su dedo índice.
71
¿Qué? Pregunta, vagamente molesto por el
borde de pánico en su voz.

Sólo… Nick respira hondo.

Tú no… quiero decir, puedo par…

¡No! Ezra está aterrado, y tanto como


aparentemente lo está Nick. Él traga y niega con la
cabeza . No, no pares, dice más levemente.
Entonces Ezra empuja lentamente su dedo el resto
del camino, estando alerta de la reacción de Nick y Nick
cierra los ojos como un drogata colocado. La humedad en
su polla –¿por qué no existe una palabra cortés? Buena
pregunta– está incluso más mojada, y él está mirando a
Ezra sin tener que hacer alguna otra cosa, sólo quedarse
así. Por supuesto, cuando Ezra mete un segundo dedo
ahí, cambia de opinión realmente rápido, y por la forma
en que se ve, a Ezra casi no le importa usar sus dedos
ahora. Levanta la mirada hacia Ezra, sus mejillas
totalmente sonrojadas y sus ojos completamente
abiertos, y lo quiere a él, está ahí en su cara, lo quiere a él
y Ezra lo quiere a él también y desliza ese tercer dedo –
Eliot dice que son tres y entonces– dentro sin pensarlo
dos veces.
72
Está algo estirado, incluso puede sentir eso, y Nick
está muy callado debajo de él. Ezra vacila.

¿Duele? Susurra él. Nick niega con la cabeza, a


duras penas, como si tuviera miedo de moverse.
El problema con los vírgenes es…
Esto no es un problema, en cuanto a lo que a Ezra
concierne. Y si Nick no puede evitarlo y se corre, es
porque Ezra se lo hizo. Ese es un sentimiento cojonudo.
Oye a su corazón en sus oídos de nuevo, pulsando a
través de su cerebro. Uno-dos, uno-dos, uno-dos. Desliza
los dedos fuera lentamente, trata de hacer esto último.
Uno-dos, uno-dos, uno-dos. Saliva es lo único que tiene
para que funcione, no tiene nada más. Escupe en la palma
de su mano, pero no lo suficiente, así que chupa toda la
saliva de su boca y escupe otra vez; bueno, puede ser que
esto sirva.
Uno-dos, uno-dos.

Dime si duele, susurra él. Los ojos de Nick


están tan vidriosos, parece drogado. Él asiente
vagamente, como si en realidad no estuviera escuchando.
Uno-dos, uno-dos, uno-dos.
73
Ezra unta la saliva a lo largo de su longitud, eso y su
propia humedad, tratando de ignorar las terminaciones
nerviosas que quieren olvidarse de Nick y seguir haciendo
sólo esto. Tiene que utilizar sus dedos para guiarse,
porque Dios no equipa esa parte del cuerpo con una
brújula, y Nick vuelve a cerrar los ojos.
Uno-dos, uno-dos.
Allá va. Nick aprieta con fuerza entre los dientes su
labio inferior.

¿Duele? Jadea Ezra; control, control, aguanta


un minuto. Nick niega con la cabeza lentamente.
Uno-dos, uno-dos, uno-dos.
A mitad de camino, oh… Dios… ya no está oyendo a
su pulso, sólo lo siente palpitar a mitad de camino en
Nick, caliente y apretado, y la piel del labio de Nick se está
volviendo blanca.
Uno-dos, uno-dos, uno-dos.
Una pequeña gota roja brota del labio de Nick y se
desliza por su barbilla en una delgada línea, mientras Ezra
empuja, casi dentro, casi listo, casi…
Uno-dos, uno-dos…
74
Uno.
Creo que lo amo.

LAS ESTRELLAS son frías en el oscuro cielo, sobre el hosco


calor de la noche. De vuelta en el aparcamiento del
campus, la fiesta está subiendo de tono, la música lo
suficientemente alta como para oírse a tres bloques de
distancia y los coches de policía empezando a patrullar la
zona para impedir a los bebidos conducir borrachos. La
maría se ha acabado, el suelo está enmoquetado con las
colillas de los cigarros, la gente está desapareciendo
detrás de las viejas gradas de acero y volviendo con
hierba en el pelo. Las bailarinas se están enrollando y
sacándoles el dedo a alguien que les está chiflando. Eliot
está bailando con el señor los-Mistys-son-para-maricones,
que tiene que admitir que para ser un chico, Eliot tiene
unas piernas de infarto. La luz es áspera y lánguida al
mismo tiempo, empañada con las farolas y los faros, cuya
luz perfila los bordes de las latas de cerveza y arde en las
puntas de las agujas medio enterradas en la arena. La
chica del piercing en el ombligo lleva puestas un par de
gafas envolventes plateadas que alguien dejó en el capó 75
de un coche, y su novio le está diciendo que parece una
mamarracha usando gafas de sol por la noche. Un chico
manosea su larga trenza rubia sobre su hombro y le
pregunta a su amigo que donde fue su otro amigo. Los
ojos negros del amigo absorben la noche como su piel
terciopelo oscuro.

Lo vi irse con ese otro chico, dice él,


encendiendo un cigarrillo.

¿Qué otro chico? Dylan quiere saber. Antoine


se encoge de hombros . Ah, que le den, dice Dylan
con un movimiento de su mano . Dame eso, le quita
el cigarrillo.

SUDOR en el pelo, los músculos de sus brazos, la espalda


arqueada, los labios abriéndose, su grito haciéndose eco
en la boca de Ezra, caderas sacudiéndose
compulsivamente, calor húmedo derramándose entre
ellos y dentro de él, Ezra empujando adentro, adentro,
adentro, hasta que se funde con la piel de Nick y esto
nunca empezó y nunca va a terminar, no es una ola a la
que ambos se suben, es un haz de luz que continua para
siempre, para siempre…
76
Colapsa sobre el pecho de Nick, y se estremece por
él, con las replicantes corrientes eléctricas bajando del
mejor orgasmo de su vida, y sin estrellarse y abrasarse,
simplemente descendiendo, con la respiración pausada.
Aún ahora, pequeñas ondas pasando como un rayo por su
sangre, desde el cuero cabelludo hasta la planta de los
pies, perdiendo impulso pero lentamente, hasta que la
sensación se esfuma.
Dios, de repente se encuentra cansado.
Él sale, por así decirlo, y se mueve a un lado de Nick
un poco de costado, con una pierna aún envuelta
alrededor de él. Pone la cabeza sobre el hombro de Nick y
siente su latido no muy lejano, aún martilleando por el
esfuerzo. Pone la mano sobre el lugar sin ninguna razón
que el entienda, tal vez porque parece tan vulnerable,
esta cosa salvaje, martilleando en una jaula de huesos. La
respiración de Nick disminuye un poco, y un poco más, y
de alguna manera hace que sus músculos trabajen para
acercarlo tanto que está de costado, frente a Ezra.
No se dicen nada. No hay nada que decir. Sólo se
mueven más cerca hasta que sus frentes se tocan, y
entonces el mundo se queda en blanco.
77
EL CUERPO pierde la noción del tiempo mientras duerme.
Se despiertan casi al mismo tiempo, primero Ezra, y sabe
que han sido al menos cuarenta minutos. Tal vez una
hora. La respiración de Nick es suave y tranquila, caliente
sobre su hombro, y Ezra se sienta lentamente,
parpadeando confusamente a lo que lo rodea. Las
estrellas parecen surrealistas allí arriba, parte de un
mundo al que ya no pertenecen. Esas estrellas que Nick le
estaba mostrando, debió haber sido hace tres horas. Tío,
se sentía como una vida. La vida de otra persona.
Se gira cuando siente a Nick despertarse, cabello
rubio enredado y pestañas espesas y suaves, y un tatuaje
alrededor de su tobillo, y la pulsera en su muñeca.
Músculos que se deslizan bajo su piel y ojos adormilados
y desorientados. Grises de nuevo en la penumbra, no ese
verde vivo, y se despereza como un gato, arqueando la
espalda con los brazos sobre la cabeza. Parpadea hacia
Ezra y esboza esa tímida e insegura sonrisa, y Ezra quiere
decir “te quiero” otra vez y no puede, porque tiene miedo
de que sea verdad y a la vez tiene miedo de que no lo sea,
y ahora Nick está despierto, está asustado de que este
sea el fin de esto. Tal vez fue sólo cosa de aprendizaje
para ambos; ya sabes, adquirir algo de experiencia. Tal
vez no significa nada más que eso. Tal vez no debería y 78
estaba equivocado por pensar que debería.
Así que no dice nada, sólo sonríe de vuelta, pero su
corazón no está en eso. Y no dice nada mientras se ponen
los vaqueros de nuevo y tratan de limpiar el escamoso y
reseco desorden de sus estómagos. No dice nada
mientras caminan hacia el coche, pero ve a Nick moverse
con cuidado, como si quizá le doliera, y se muerde la
lengua sobre la cuestión. ¿Estás bien? ¿Te hice daño? No
quería hacerte daño, no quería, nunca te lastimaría,
nunca.
Se dice a sí mismo que tal vez sólo es el
sentimiento; ha oído decir a los chicos heteros que las
chicas hacen esto mucho. Ellas se corren, y piensan que
es eso, que significa amor, cuando realmente, no lo es,
sólo significa… bueno, no significa nada. Es sólo un
orgasmo.
Pero la forma en la que él…
Se muerde el interior de la mejilla y mira a través
del parabrisas mientras Nick arranca el coche y conducen
por el camino cubierto de maleza. Pasan los baches cerca
de la carretera, y Nick se estremece en cada uno, Y Ezra
quiere, quiere tantísimo tal vez estirarse y tocar el brazo
de Nick y preguntarle si está bien. Pero la noche de
alguna forma… ha acabado para ellos, ahora, y tal vez
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esto no significó nada en primer lugar.
Eh. Se gira, y Nick lo está mirando, levantando
las cejas . ¿Estás bien? Pregunta. Ezra esboza la
pequeña y desganada sonrisa de nuevo y simula que él
mismo no quiere preguntar lo mismo.

Claro, agregó tranquilamente, y vuelve a mirar


hacia la carretera. Empieza a jugar con su pendiente otra
vez. Nick tiene un tatuaje alrededor de su tobillo. Sabe
que va a recordar eso y desearía no hacerlo. Quizá ahora
que está “hecho”, él vaya más allá con los otros chicos, y
sienta ese sentimiento con ellos, y una vez que se mezcle
con otros hasta no recuerde donde y cuando. Pero va a
recordar ese tatuaje. Y la pulsera. Y la forma en que el
viento está peinando el cabello de Nick ahora mismo,
zarandeando pequeños pelos de un lado a otro. Va a
recordar eso. Aprieta fuerte el lóbulo de su oreja y lucha
contra las ganas de llorar. Llorar es de niños. Él ya no es
un niño.
El letrero naranja y blanco del 7-11 brilla como una
señal de un mundo acabado. Todo es diferente. Todo lo
que mira. El olor del aire. La sensación de sus vaqueros.
Se acuerda de repente de que su camiseta está en el
asiento trasero, tirada allí hace cien años. Se pregunta si
debería alcanzarla y decide dejarla allí. De todas formas,
no puede alcanzarla desde el asiento delantero. 80
¿Dónde vives? La voz de Nick lo sobresalta, y le
mira.

Ehh… Su memoria servicialmente en blanco .


En Down Kirby, dice finalmente a unas tres
manzanas de Sadler; gira… a la izquierda.

De acuerdo. Nick asiente con la cabeza. Ezra


puede ver las luces del estadio desde aquí.
De igual forma en la que su corazón estaba latiendo
antes ahora está derrumbándose. Rápido. Esto es todo.
Cada calle que pasan es una más cerca de la puerta de su
casa y luego se acabó. La noche ha acabado, y nunca
volverá a ver a Nick. Bien, quizás esto sea una
exageración. Lo va a ver de nuevo en la Universidad y
esas cosas. Pero únicamente verlo. Nunca… nunca nada
más. No tener la esperanza de más. Nunca tener la
esperanza de nada; entonces cuando no llegas a nada, no
te sientes decepcionado. Tío, eso es frío. Pero ya se está
preparando para eso. Esperando a que Nick lo deje en
casa y se aleje en la noche, esta noche, esta, noche
perfecta que nunca se repetirá.
El coche gira a su calle. Una casa, dos, tres, quiere
que Nick conduzca toda la calle sin que se detenga; quizá
si le digo, oh, que vivo en otra calle diferente, 81
deprimente. Sólo para estar con él un poco más, ¿sabes?
Pero ahí está su casa, justo ahí, con el fresno en el patio y
no sabe cómo lo hace, pero consigue que su voz coopere.

Ahí, dice. Nick disminuye la velocidad y se


detiene a la entrada, dejándolo. El motor muere con un
silbido cuando tuerce la llave de la ignición.

Bien, dice suavemente, mirando a Ezra. Ezra


suspira.

Bien, repite él, sin mirar a Nick.

Supongo que, ehh… Nick vacila. La manija del


coche está pegajosa y caliente en el agarre de Ezra.

Sí, contesta él, y empuja la puerta para abrirla.


Mierda, piensa mientras sus pies tocan el pavimento.
Dejó los zapatos en ese campo. Su madre no va a estar
muy feliz sobre eso. Pero es demasiado tarde para volver
por ellos ahora. Para cualquier cosa que dejara allí.

Yo, ehh… buenas noches, dice torpemente,


mirando en algún momento sobre la cabeza de Nick.

Buenas noches, dice Nick suavemente,


sonando casi triste. Ezra se gira y se dirige por el pequeño
camino de cemento hacia a puerta principal.
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No lo veré alejarse, se dice así mismo. Será más fácil
así.

¿Ezra?
Se congela. Nick no ha dicho su nombre ni una vez
en toda la noche. Está de pie al final del camino. Ezra
puede ver su tatuaje y su pulsera y lo que sostiene en las
manos. Camina lentamente hacia él.

Pensé que podrías… Nick le da su camiseta,


aún ligeramente húmeda. Ezra la coge, lentamente, como
si el aire fuera agua y tuviera que nadar por ella. Nick no
la suelta, sin embargo, así que la están agarrando entre
los dos, y Ezra está mirando muy serio la pulsera de Nick y
otra vez trata de no llorar, porque siente que los ojos le
arden y se siente inestable y no quiere tener que entrar.

Ezra, dice Nick de nuevo. La barbilla de Ezra


está temblando, y joder, está llorando o casi; si se mueve
lo más mínimo, esas lágrimas se van a derramar.

Ezra, susurra Nick, y la camiseta se apretuja


cuando él cierra el espacio entre ellos. Ezra no se había
dado cuenta antes que los dos tienen la misma altura y
que ninguno tiene que agacharse o levantar la vista para
que sus labios se encuentren. Las lágrimas se acrecientan
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en la humedad de sus pestañas y se enjugan allí bajo la
respiración de Nick. Él tiene la mano en ese pelo de nuevo
antes de que se dejen ir, y Nick choca sus frentes juntas,
como los gatos.
Respiran por un minuto y Nick le besa de nuevo.

Parece que ambos olvidamos nuestros zapatos,


¿eh? Susurra él. Ezra esboza una vacilante sonrisa.

Eso creo, susurra él de vuelta. Su mano está


frotando distraídamente la nuca de Nick, y tira de Nick
hacia delante para otro beso. Un último beso, se promete
a sí mismo. Luego dejaré que se vaya.
Los brazos de Nick se deslizan a su alrededor
cálidamente, y la camiseta cae en una bola húmeda a sus
pies. Se mecen juntos un poco, vertiginosamente, y Ezra
pone la mano a un lado de la cara de Nick.

¿Conoces ese campo de juego? Pregunta Ezra


cuando finalmente se separan . ¿El de al lado del viejo
campo de golf?
Nick sonríe, se suelta de él y se agacha para recoger
la camiseta. La aprieta en las manos de Ezra.

Sí, dice él, y le da un beso a Ezra en la mejilla.


Se gira y camina de vuelta hacia su coche.
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¿Nos vemos mañana? Dice él. Ezra sonríe.
Sí, acuerda. Nick empieza a salir marcha atrás,
y Ezra piensa en algo.

¡Espera! Grita él. Nick frena, y Ezra se acerca


corriendo . ¿A qué hora? Pregunta.

Cuando quieras, dice Nick descaradamente, y


vuelve a sonreír . ¿A las diez y media?
Ezra se sonroja y abraza la camiseta a su estómago.
Bien, dice él, y verdaderamente rápido, agacha la
cabeza para un último beso que aterriza accidentalmente
en la nariz de Nick. Nick se ríe e inclina la cabeza hacia
arriba, Ezra apoya la mano en la puerta del coche.

Tengo que irme, ya sabes, Nick se burla


suavemente, tocando la mejilla de Ezra . Tus vecinos
van a llamar a la policía o algo.

¿A quién le importa? Ezra los descarta, pero se


retira al fondo de la acera.

A las diez y media, dice Nick, arrancando el


coche.

En el campo de juego, añade Ezra, y lo ve


alejarse. Se detiene en el stop del final de la calle y mira
sobre su hombro y se despide agitando la mano. Ezra
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también se despide de él con la mano, aunque no sabe si
Nick puede verlo.

A las diez y media, Susurra a la calle vacía. Él


alza la vista. Las luces del pueblo desdibujan el cielo y
hacen invisible la mayor parte de él. Él se gira de todos
modos, mirando. Debía tener razón sobre…
Allí.
La más brillante en el cielo.

A las diez y media, susurra de nuevo, se mete


la camiseta bajo el brazo y entra en casa.

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A.J. MARS es una nativa del suroeste actualmente
en un exilio verde de la roca roja y el cielo azul de Nuevo
México. Ella trabaja en publicidad y sueña con espacios
abiertos; sus personajes viven donde vaga su mente. Sus
intereses incluyen coches viejos, pantalones vaqueros
azules, la etnología, y la leyenda urbana. La adición de
hombres guapos enamorados a alguno de esos siempre
es una mejora. A.J. está casada con dos gatos y posee
demasiados zapatos.

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