Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Para otros usos de este término, véase Espejo (desambiguación).
Espejo egipcio. Louvre.
Reflexión de los rayos de luz en un espejo plano.
Esquema de un reflector.
Índice
1Historia
2Fórmulas físicas
3Folclore
4Galería
5Véase también
6Referencias
7Enlaces externos
Historia[editar]
Los espejos como utensilios de tocador y objeto manual fueron muy usados en las
civilizaciones egipcia, griega, etrusca y romana. Fue usado en la cultura hebrea,
era parte de la fuente de metal que estaba a la entrada del Tabernáculo de la
Reunión. Al lavarse los sacerdotes, podían ver sus imperfecciones (Éxodo 38:7-9;
30:18; escrito aproximadamente en el 1447 a. C).
Se elaboraban siempre con metal bruñido, generalmente cobre, plata o bronce, a
este proceso se le conoce como plateo. Tenían forma de placa redonda u oval,
decorada ordinariamente con grabados o relieves mitológicos en el reverso (los
romanos carecen de grabados, pero no de relieves) y con mango tallado para
asirlos cómodamente; de ellos, se conservan todavía muchos ejemplares en
algunos museos arqueológicos. Durante la alta Edad Media, apenas se hizo uso
del espejo, hasta que en el siglo XIII se inventó la fabricación de los de vidrio y
de cristal de roca sobre lámina metálica (o con amalgama de plomo o estaño que
son los espejos azogados), sin dejar por esto de construirse los de solo metal
hasta el siglo XVIII.
El espejo, como mueble de habitación, empieza con el siglo XVI, pues aunque
durante los dos siglos anteriores se citan algunos ejemplares históricos apenas
era conocido y su uso era poco corriente. En dicho siglo, se presenta con marco
elegante y pie artístico y ocupa lugar distinguido en el salón como objeto movible y
de dimensiones reducidas. Hacia fines del siglo XVII las fábricas venecianas
logran construir espejos de gran tamaño y desde entonces sirven como objetos
singularmente decorativos en los salones, en los que ocupan un lugar destacado.
Los espejos modernos consisten en una delgada capa
de plata o aluminio depositado sobre una plancha de vidrio, la cual protege el
metal y hace al espejo más duradero. Este proceso se conoce como plateado.
Los primeros espejos utilizados por los humanos fueron probablemente pozos de
agua oscura, sin gas o agua recolectada en un recipiente primitivo de algún tipo.
Los requisitos para hacer un buen espejo son una superficie con un grado de
planitud muy alto (preferiblemente, pero no necesariamente con una alta
reflectividad), y una rugosidad de la superficie más pequeña que la longitud de
onda de la luz. Los espejos fabricados más antiguos eran piezas de piedra pulida,
como la obsidiana, un vidrio volcánico natural. Los ejemplos de espejos de
obsidiana encontrados en Anatolia (la actual Turquía) se han fechado alrededor
del año 6000 a. C. Los espejos de cobre pulido fueron hechos a mano en
Mesopotamia desde 4000 aC, 2 y en el antiguo Egipto desde alrededor de 3000
aC. Los espejos de piedra pulida de América Central y del Sur datan de alrededor
del año 2000 aC. en adelante.
Fórmulas físicas[editar]
Para una imagen formada por un espejo parabólico (o esférico de pequeña
abertura, donde sea válida la aproximación paraxial),3 se cumple que: , en la
que f es la distancia del foco al espejo, s la distancia del objeto al espejo, y s' la
distancia de la imagen formada al espejo, se lee:
«La inversa de la distancia focal es igual a la suma de la inversa de la distancia del
objeto al espejo con la inversa de la distancia de la imagen al espejo» y , en la
que m es la magnificación o agrandamiento lateral.
Folclore[editar]
El espejo ocupa un lugar importante en la mitología y las supersticiones de
muchos pueblos. La imagen que en él se refleja se identifica a menudo con
el alma o espíritu de la persona: de ahí por ejemplo que los vampiros, cuerpos sin
alma, no se reflejen en él. Cuando un moribundo está a punto de dejar este
mundo, es común que se cubran los espejos, por temor a que el alma del
agonizante quede encerrada en ellos.
El espejo se concibe, así, como ventana al mundo de los espíritus. La leyenda
urbana de Verónica aprovecha ejemplarmente esta visión. Viceversa, el mundo de
los espíritus tiende a imaginarse como una contrapartida especular del de los
vivos. Lewis Carroll desarrolla magistralmente la idea del espejo como entrada a
un mundo inverso en la segunda parte de las aventuras de Alicia.
El espejo es también objeto frecuente de consulta: se le juzga capaz de mostrar
sucesos y objetos distantes en el tiempo o el espacio. En el cuento
de Blancanieves, el espejo tiene la facultad de hablar y responde a las preguntas
que le fórmula la madrastra. J. R. R. Tolkien retoma con su célebre «espejo
de Galadriel» la tradición del espejo capaz de mostrar el futuro. En la novela Harry
Potter y la piedra filosofal, de J. K. Rowling, aparece el espejo de
Oesed (Deseo leído a la inversa), que no refleja la imagen de quien lo contempla,
sino sus deseos más profundos.
También es notable el Espejo de la Sabiduría (en el que se refleja «todas las
cosas del cielo y de la tierra excepto el rostro de quien se mira en él»), descrito
por Oscar Wilde en el cuento «El pescador y su alma».
Galería[editar]
Cornucopia
Espejo trumeau
Espejo retrovisor
Espejo de mano
Espejo frontal
Espejo de dentista
Bola de espejos
Espejo de señales
Cocina solar
Esfera reflectante
Espejo deformante
Laberinto de espejos
Espejo de telescopio
Véase también[editar]
Espejo plano
Espejo curvo
Espejo parabólico
Espejo perfecto
Espejo dieléctrico
Retrorreflector
Referencias[editar]
1. ↑ Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua
Española (2014). «espejo». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
Madrid: Espasa. ISBN 978-84-670-4189-7.
2. ↑ History of Mirrors Dating Back 8000 Years, Jay M. Enoch, School of Optometry,
University of California at Berkeley
3. ↑ Bruno Rossi (1978). Fundamentos de óptica. Reverte. pp. 68 de
488. ISBN 9788429141405. Consultado el 24 de febrero de 2018.