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Parashá 43 Masei

Números 33:1 – 36:13


Por Dr. S. K. Blad
Prohibida toda reproducción lucrativa.
  
Aliyás de la Torá (cuando Masei es leída por separado):
 
1. 33:1-10
2. 33:11-49
3. 33:50 – 34:15
4. 34:15-29
5. 35:1-8
6. 35:9-34
7. 36:1-13
8. Maftir: 36:10-13
 
Haftará: Jeremías 2:4-2:28; 4:1-2
 
El Código Real (HaTsofen HaMaljutí): Juan 20:1-21:25;
  
Masei
 
Masei es la forma plural posesiva de “masá” que significa “salida”, “punto de partida”, “viaje”, “marcha”,
“estación”. Implica no sólo los lugares donde acamparon los hijos de Israel, sino también las jornadas que
se hicieron entre esos lugares.
  
Primera aliyá, 33:1-10
 
33:2  “Y Moshé anotó los puntos de partida según sus jornadas, por el mandamiento de HaShem, y estas
son sus jornadas, conforme a sus puntos de partida.” – Moshé anotó los 42 (7x6) viajes que los hijos de
Israel hicieron en la estepa. Hay varios propósitos por los cuales estos lugares fueron escritos:
 
1. Fueron escritos para mostrar a la posteridad que la salida de Mitsrayim de millones de personas no es
un cuento. Hay datos específicos de lugares y sucesos, que muestran que realmente estuvieron allí.
La mayoría de los desiertos descritos en este relato eran completamente inhabitables porque allí no
había ni agua ni vida vegetal. Una gran población de hombres, mujeres y niños jamás hubieran
podido sobrevivir de manera natural. Sólo la intervención divina podía sostenerlos en aquellos lugares
inhabitables.

2. Fueron escritos para dar a conocer la bondad del Eterno en medio de una sentencia de tener que dar
vueltas durante 40 años en la estepa. En 40 años sólo hubo 42 viajes. Así que no estuvieron vagando
de un lado para otro todo el tiempo, sino que en varios lugares se quedaron acampados durante
mucho tiempo. Rashí menciona que sólo hubo 20 viajes en 38 años, porque se hicieron 14 viajes
durante el primer año, y ocho viajes después de la muerte de Aharón en el cuadragésimo año.
Además estuvieron en Kadesh durante 19 años. Durante el resto del tiempo estuvieron en 19
campamentos durante 19 años, que corresponde a un promedio de un viaje por año.

3. Fueron escritos para que los hijos de Israel supieran que sus peregrinajes fueron dictados por un plan
espiritual definido.[1]

4. Fueron escritos para que nos acordemos del viaje en el desierto. Cuando estamos viviendo en la
prosperidad hay que recordar los momentos difíciles que nos han llevado hasta allí. Así nos
mantendremos humildes y agradecidos. Si no hubiera sido por el sostenimiento mediante la gracia del
Eterno, nunca hubiéramos podido llegar a donde estamos en estos momentos.

5. Fueron escritos para revelar que en el destino final del viaje número 33 hay un secreto mesiánico.
 
33:3 “El mes primero partieron de Ramsés el día quince del mes primero; el día después de Pesaj, los hijos
de Israel marcharon con mano poderosa a la vista de todos los mitsríes.” – El 15 de Aviv/Nisán empezaron
su viaje. Está escrito que fue el día después de Pesaj. Esto nos enseña que la salida de Mitsrayim fue en
la madrugada del día 15 del primer mes, cf. Deuteronomio 16:1.
1
La palabra Pesaj hace referencia al sacrificio del cordero que fue hecho durante la tarde anterior, es decir,
el 14 de Aviv alrededor de las 15 horas (3 PM).
Hoy en día, en Israel, el 15 de Nisán es llamado el primer día de Pesaj, pero la Torá ubica Pesaj en el día
14 de Nisán, en relación con el sacrificio del cordero.
 
33:6  “Partieron de Sukot y acamparon en Etam, que está en el extremo del desierto.” – Sukot es la
primera parada después de la salida de Ramsés. Esto nos enseña que va a haber una celebración de
Sukot justamente después de la segunda venida del Mesías cuando todos los hijos de Israel que son de
Yeshúa van a ser sacados de las naciones y trasladados en el aire a la Tierra de Israel. Sukot será la
celebración de las bodas del Cordero inmediatamente después del segundo éxodo, que es la redención
final.
 
33:7 “Partieron de Etam, se volvieron a Pi-HaHirot, frente a Baal-Tsefón, y
acamparon delante de Migdol.” – Parece que Baal-Tsefón fue un lugar que
estaba al otro lado del Mar de Cañas, (Mar Rojo). Cuando habla de que
volvieron, significa que no seguimos por el camino normal recto hacia el
oriente, sino que giramos hacia el sur y llegamos a Pi-HaHirot, que estaba
junto al golfo de Aqaba.
 
Segunda aliyá, 33:11-49
 
33:13 “Partieron de Dofká y acamparon en Alush.” – En Alush recibimos el maná por primera vez.
 
33:14 “Partieron de Alush y acamparon en Refidim; allí fue donde el pueblo no tuvo agua para beber.” – En
Refidim fuimos atacados por Amalek.
 
33:15 “Partieron de Refidim y acamparon en el desierto de Sinái.” – En Sinái entramos en el pacto con
HaShem y recibimos la Torá.
 
33:16 “Partieron del desierto de Sinái y acamparon en Kivrot-HaTaavá.” – Kivrot-HaTaavá significa “tumbas
de la codicia”, porque allí sepultaron a los que habían sido codiciosos, cf. Números 11:34.
 
33:18 “Partieron de Jatserot y acamparon en Ritmá.” – Desde Ritmá fueron enviados los doce espías o
exploradores.
 
33:22 “Partieron de Risá y acamparon en Kehelata.” – En Kehelata se rebeló el grupo de Kóraj.
 
33:23 “Partieron de Kehelata y acamparon en el monte Shefer.” – Según el Targum Yonatan, el monte
Shefer era una montaña con frutos hermosos.
 
33:36 “Partieron de Etsión-Guever y acamparon en el desierto de Tsin, esto es, Kadesh.” – Se quedaron
19 años en el desierto de Tsin, que es Kadesh. Allí murió Miryam. Kadesh significa “santificado”. Según el
Targúm Yonatán, el Nombre del Eterno fue santificado aquí cuando Él decretó que Moshé y Aharón no
podían entrar en la Tierra.
 
33:37-39 “Partieron de Kadesh y acamparon en el monte Hor, al extremo de la tierra de Edom. Entonces el
sacerdote Aharón subió al monte Hor por mandato de HaShem, y allí murió, el año cuarenta después que
los hijos de Israel habían salido de la tierra de Mitsrayim, el primer día del mes quinto. Aharón tenía ciento
veintitrés años de edad cuando murió en el monte Hor.” – El monte Hor está situado al lado oriental del
valle de Arabá. Es la montaña de piedra areniza más alta de Edom, al lado oriental de la vieja ciudad de
Petra. Hor significa “montaña”. Hay un lugar que tradicionalmente es reconocido como la tumba de Aharón,
en un monte en el sur de Jordania, cerca de Petra.
 
33:42 “Partieron de Tsalmoná y acamparon en Punón.” – En Punón, los hijos de Israel se quejaron por el
maná y por eso vinieron las culebras.
 
33:49 “Y acamparon junto al Yardén, desde Bet-Yeshimot hasta Avel-Shitim, en las llanuras de Moav.” –
Allí murieron 24,000 israelitas por el pecado de Baal-Peor. Aquí está escrito que el campamento se
extendía desde Bet-HaYeshimot hasta Avel-Shitim, lo cual puede darnos una idea de su tamaño. El
Talmud[2] relata como Rabá bar Janá dijo que había visto ese lugar (desde Bet-Yeshimot hasta Avel-
Shitim) y que mide tres parsaot por tres parsaot. Un parsá  (en plural “parsaot”) mide 4 mil. Rashí
2
menciona que el campamento de los hijos de Israel medía 12 mil, (un mil corresponde a 1,080 metros).
Esto significa que se trata de un total de unos 13 kilómetros de ancho y 13 kilómetros de largo, lo cual
equivale a 168 km2, o 16,800 hectáreas.
 
Tercera aliyá, 33:50 – 34:15
 
33:52 “expulsaréis a todos los habitantes de la tierra delante de vosotros, y destruiréis todas sus piedras
grabadas, y destruiréis todas sus imágenes fundidas, y demoleréis todos sus lugares altos” – Según Rashí,
la palabra hebrea que ha sido traducida como “piedras grabadas”, “mashkiotam”,[3] alude a los templos
paganos, que normalmente tenían el suelo cubierto con piedras de mármol, donde adoraban extendiendo
las manos y los pies. El Targum traduce esta palabra como “sus templos”. 
Este texto nos enseña que el Eterno quiere que haya una sola religión en la tierra de Israel. Toda influencia
pagana está prohibida. Esto implica hoy en día que la Torá prohíbe que haya iglesias católicas en la tierra
de Israel. HaShem prohíbe que haya mezquitas en su Tierra. El templo Bahai que está en Haifa, está
prohibido por la Torá. Toda imagen de Buda, de los santos, de todo dios pagano y de todo objeto de culto
de otras religiones fuera del judaísmo, está prohibida por la Torá en la tierra de Israel. HaShem ordena
eliminar todas estas cosas, pero hoy en día la tierra de Israel está llena de idolatría. Muchos judíos,
musulmanes y cristianos están incluso ganando mucho dinero por medio de los turistas que vienen a visitar
las iglesias, las mezquitas y los museos que están llenos de objetos de culto pagano. Está prohibido, no
solamente tener templos de otras religiones u objetos de su culto, sino también sacar beneficio económico
de la idolatría. Según la Torá, todos los lugares de culto y objetos de culto que no están dedicados al único
y verdadero Eloah, el Eloah de Israel, tienen que ser eliminados de la Tierra. Todas las imágenes fundidas
tienen que ser eliminadas. Si el pueblo judío no lo hace antes, cuando venga el Mesías por segunda vez, la
tierra será purificada de toda religión pagana. Entonces no habrá ni Cristianismo ni Islam en la tierra de
Israel ni en el resto del mundo, sólo el Judaísmo bíblico.
 
33:55 “Pero si no expulsáis de delante de vosotros a los habitantes de la tierra, entonces sucederá que los
que de ellos dejéis serán como aguijones en vuestros ojos y como espinas en vuestros costados, y os
hostigarán en la tierra en que habitéis.” – Los habitantes de la tierra de las siete naciones que no fueran
expulsados se convertirían en aguijones en los ojos y espinas en los costados de los hijos de Israel, como
también está escrito en Josué 23:12-13:
 
“Porque si os volvéis, y os unís al resto de estos pueblos que permanecen entre vosotros, y contraéis
matrimonio con ellos, y os juntáis con ellos, y ellos con vosotros, ciertamente sabed que HaShem vuestro
Eloah no continuará expulsando a estas naciones de delante de vosotros, sino que serán como lazo y
trampa para vosotros, como azote en vuestros costados y como espinas en vuestros ojos, hasta que
perezcáis de sobre esta buena tierra que HaShem vuestro Eloah os ha dado.”
 
En Ezequiel 28:24-26 está escrito:
 
“Y no habrá más zarza punzante ni espina dolorosa para la casa de Israel de ninguno de los que la rodean
y la desprecian; y sabrán que yo soy el Señor HaShem. Así dice el Señor HaShem: Cuando yo recoja a la
casa de Israel de los pueblos donde está dispersa, y manifieste en ellos mi santidad a los ojos de las
naciones, entonces habitarán en su tierra que di a mi siervo Yaakov. Y habitarán en ella seguros;
edificarán casas, plantarán viñas, y habitarán seguros, cuando yo haga juicios sobre todos los que a su
alrededor la desprecian. Y sabrán que yo soy el HaShem su Eloah.”
 
Así que, cuando el shaliaj Shaúl habla de que tenía un aguijón en la carne, que le impedía extenderse, se
está refiriendo a las persecuciones de los incrédulos, que tuvo que sufrir, como está escrito en 2 Corintios
12:7-10:
 
“Y dada la extraordinaria grandeza de las revelaciones, por esta razón, para impedir que me exaltase
desmedidamente, me fue dada una espina en la carne, un mensajero de hasatán que me abofetee, para
que no me enaltezca. Acerca de esto, tres veces he rogado al Señor para que lo quitara de mí. Y Él me ha
dicho: Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy gustosamente me
gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder del Mesías more en mí. Por eso me complazco en
las debilidades, en insultos, en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor al Mesías; porque
cuando soy débil, entonces soy fuerte.”
 
El shaliaj Shaúl no está hablando de una enfermedad física, sino más bien de personas incitadas por un
demonio que siempre le perseguían por dondequiera que iba. Además hay un Midrash, que se asemeja a
3
este texto, que dice que el sumo sacerdote Aharón fue golpeado por un mensajero de hasatán cada vez
que iba a ministrar en el Tabernáculo, recordándole el pecado con el becerro de oro. Todas las
persecuciones y adversidades que el shaliaj Shaúl tenía que pasar fueron para recordarle que había
causado la muerte de los judíos que creían en Yeshúa. El jajam Dan ben Avraham escribe:[4]
 
“Sólo la gracia de Elohim podría absolverle de tan grave ofensa, porque el asesinato con alevosía, como
fue el caso, es penado por la ley divina con la muerte. En realidad, todo el sufrimiento que Shaúl causó en
los días de su ignorancia, lo experimentó luego en carne propia, por lo que “medida por medida” se cumple
aun en los justos. ¿Qué será de los injustos?”
 
34:2  “Manda a los hijos de Israel y diles: Cuando entréis en la tierra de Kenáan, esta es la tierra que os
tocará como herencia, la tierra de Kenáan según sus fronteras.” – La frontera de Israel fue bien definida
por una orden divina. De esta manera nadie puede decir que Israel ha robado de las naciones su terreno.
HaShem, que es el dueño de cielos y tierra, tiene el derecho de dar las tierras a quién desee. La entrega
de la tierra de Kenáan a los hijos de Israel fue jurídicamente justa. HaShem no puede hurtar o cometer
injusticia, como está escrito en el Salmo 145:17:
 
“Justo es HaShem en todos sus caminos, y bondadoso en todos sus hechos.”
 
Aquí no se trataba de un robo de la tierra de otros, porque esa tierra es del Eterno y él había prometido
bajo juramento que la iba a dar a Avraham, Yitsjak, Yaakov y sus descendientes para siempre. Cuando la
medida del pecado de los hijos de Kenáan había llegado al límite perdieron el derecho de vivir, como está
escrito en Génesis 15:16:
 
“Y en la cuarta generación ellos regresarán acá, porque hasta entonces no habrá llegado a su colmo la
iniquidad de los amorreos.”
 
Si los hijos de Kenáan habían llegado al colmo de su iniquidad, ¿cómo entonces podrían tener el derecho
de heredar la tierra de HaShem donde sólo los justos tienen el derecho de vivir? La destrucción de Sedom
y Amorá es un ejemplo delante del mundo entero de que los pecadores no tienen el derecho de vivir en la
tierra de HaShem, como también está escrito en Mateo 5:5:
 
“Dichosos los humildes, pues ellos heredarán la tierra.”
 
Según Filipenses 2:8 la humildad consiste en hacer la voluntad del Padre, como está escrito:
 
“Y estando en esa condición de hombre, se humilló, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte (por
colgamiento) en un árbol.”
 
Así que la humildad consiste en ser obediente. ¿Obediente a qué? A la Instrucción del Eterno, la Torá.
Entonces, según la enseñanza del Mesías, sólo los humildes, los que obedecen la Torá, tienen el derecho
de vivir en la tierra de Israel y sólo los que obedecen la Torá serán los que tendrán el derecho de vivir en la
tierra de Israel durante el reino mesiánico. Los hijos de Israel fueron expulsados de la tierra en varias
ocasiones en la historia por causa de no haber obedecido la Torá. Así que los únicos que tienen el derecho
divino de habitar la tierra de Israel son los que cumplen la Torá de HaShem. Los judíos que viven en
adulterios, robos, homosexualidad, ocultismo y hacen aborto, no tienen ningún derecho ante el cielo de
permanecer en la tierra de Israel. La tierra es para los justos, no para los pecadores. Los árabes que odian
a los judíos y quieren matarnos, no tienen el derecho de vivir en la tierra de Israel, según las normas que el
Único Eloah verdadero, el Eloah de Israel, ha dictado para su tierra.
 
En Éxodo 23:31-33 está escrito:
 
“Y fijaré tus límites desde el mar de Cañas hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el río
(Eufrates); porque en tus manos entregaré a los habitantes de esa tierra, y tú los echarás de delante de ti.
No harás pacto con ellos ni con sus dioses. Ellos no habitarán en tu tierra, no sea que te hagan pecar
contra mí; porque si sirves a sus dioses, ciertamente esto será tropezadero para ti.”
 
Según la Torá, el que sirve a otros dioses no tiene el derecho de vivir en la tierra de Israel. El que sirve a
Alá no tiene el derecho de vivir en la Tierra, ni el que practica el politeísmo católico.
 

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En el Salmo 25:12-13 está escrito:
 
“¿Quién es el hombre que teme a HaShem? Él le instruirá en el camino que debe escoger. En prosperidad
habitará su alma, y su descendencia poseerá la tierra.”
 
En el Salmo 37:22, 29 está escrito:
 
“Porque los que son bendecidos por HaShem poseerán la tierra, pero los maldecidos por Él serán
exterminados... Los justos poseerán la tierra, y para siempre morarán en ella.”
 
Los que quebrantan los mandamientos puestos por HaShem son maldecidos por Él y pierden el derecho
de la tierra, cf. Levítico 26 y Deuteronomio 28.
 
En el Salmo 69:35-36 está escrito:
 
“Porque Eloah salvará a Tsión y edificará las ciudades de Yehudá, para que ellos moren allí y la posean. Y
la descendencia de sus siervos la heredará, y los que aman su nombre morarán en ella.”
 
Los hijos de Israel actuaron bajo un mandato divino en la conquista de la tierra exterminando aquellas
naciones. Todas ellas tenían la misma posibilidad que la ramera Rajav en Yerijó para convertirse de sus
pecados y entregarse al Eloah de Israel, pero se obstinaron en seguir pecando y resistiendo al Altísimo.
Por lo tanto perdieron el derecho de la Tierra de HaShem. Esa tierra ha sido escogida por el Eterno de una
manera especial y la llama Suya, como está escrito en Jeremías 2:7:
 
“Yo os traje a una tierra fértil, para que comierais de su fruto y de sus delicias; pero vinisteis y
contaminasteis mi tierra, y de mi heredad hicisteis abominación.”
 
En Deuteronomio 11:12 está escrito:
 
“Es una tierra que HaShem tu Eloah cuida; los ojos de HaShem tu Eloah están siempre sobre ella, desde
el principio hasta el fin del año.”
 
En Jeremías 16:18 está escrito:
 
“Pero primero, pagaré al doble su iniquidad y su pecado, porque ellos han contaminado mi tierra con los
cadáveres de sus ídolos abominables y han llenado mi heredad con sus abominaciones.”
 
En Ezequiel 36:5 está escrito:
 
“por eso, así dice el Señor HaShem: 'Ciertamente en el fuego de mi celo he hablado contra las demás
naciones y contra todo Edom, que se han apropiado para sí de mi tierra como posesión, con alegría, de
todo corazón y con desprecio de alma, para dejarla como presa.'”
 
En Joel 2:18 está escrito:
 
“Entonces HaShem se llenará de celo por su tierra, y tendrá piedad de su pueblo.”
 
En Joel 3:1-2 está escrito:
 
“Porque he aquí que en aquellos días y en aquel tiempo, cuando yo restaure el bienestar de Yehudá e
Yerushalayim, reuniré a todas las naciones, y las haré bajar al valle de Yehoshafat. Y allí entraré en juicio
con ellas a favor de mi pueblo y mi heredad, Israel, a quien ellas esparcieron entre las naciones, y
repartieron mi tierra.”
 
Este texto enseña que el juicio de HaShem va a caer sobre todas las naciones que han repartido Su tierra.
 
34:12b “Esta será vuestra tierra, según sus fronteras alrededor.” – Otra de las razones por las cuales la
Torá define bien dónde están las fronteras de la tierra es para que se sepa en qué área se aplican los
mandamientos de la Torá que sólo se pueden cumplir en la Tierra de Israel.
Desde el principio de la creación HaShem ha puesto límites que hacen la diferencia entre una cosa y otra.
Ya en el huerto del Edén había límites entre diferentes países. Además HaShem puso un límite entre lo
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que estaba permitido comer y lo que estaba prohibido comer. Estos límites existían antes de que el pecado
entrara en el mundo. Esto nos enseña que no es el pecado que ha causado que la Torá trace límites entre
una cosa y otra. El trazo de los límites es parte de la misma creación. Incluso en el tabernáculo en el cielo
hay diferentes habitaciones y niveles con límites entre ellos. Toda cosa creada necesita límites en los
cuales existir y funcionar, como está escrito en Hechos 17:26:
 
“y de uno hizo todas las naciones del mundo para que habitaran sobre toda la faz de la tierra, habiendo
determinado sus tiempos señalados y los límites de su habitación”
 
La esencia del pecado es traspasar o cambiar los límites, cf. 1 Juan 3:4.
 
Entonces el Mesías no vino para quitar los límites, ni cambiar los límites, sino para ayudar al hombre a
respetar y funcionar dentro de los límites que están marcados por HaShem en la Torá. El que predica a un
Mesías que vino para cambiar o quitar los límites que han sido marcados por el Eterno, está presentando
un falso mesías. La esencia del espíritu del anti-mesías es que cambie los límites puestos por HaShem en
la Torá, como está escrito en Daniel 7:25-26:
 
“Y él proferirá palabras contra el Altísimo y afligirá a los santos del Altísimo, e intentará cambiar los
tiempos y la ley; y le serán entregados en sus manos por un tiempo, por tiempos y por medio tiempo.
Pero el tribunal se sentará (para juzgar), y su dominio le será quitado, aniquilado y destruido para siempre.”
 
En 2 Tesalonicenses 2:3-4, 7-8 está escrito:
 
“Que nadie os engañe en ninguna manera, porque (no vendrá) sin que primero venga la apostasía y sea
revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se exalta sobre todo lo que se llama
dios o es objeto de culto, de manera que se sienta en el templo de Eloah, presentándose como si fuera
Eloah... Porque el misterio de la iniquidad ya está en acción, sólo que aquel que por ahora lo detiene, lo
hará hasta que él mismo sea quitado de en medio. Y entonces será revelado ese inicuo, a quien el Señor
matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida.”
 
La palabra griega que ha sido traducida como “iniquidad” es “anomía”[5] que significa “alegalidad” o “sin
ley”. La palabra griega que ha sido traducida como “inícuo” es “anomos”[6] que significa “alegal”, “uno que
no se sujeta a la Torá”. Aquí se habla del hombre de pecado, el a-legal, y el misterio de la a-legalidad. Este
es el espíritu del anti-mesías, que resiste la ley del Eterno e intenta cambarlo y eliminarlo y sus límites. El
hombre a-legal es un hombre totalmente carnal, como está escrito en Romanos 8:7-8:
 
“la mente carnal es enemiga de Eloah, porque no se sujeta a la ley de Eloah, pues ni siquiera puede
hacerlo, y los que están en la carne no pueden agradar a Eloah.”
 
Lo que va a caracterizar la última generación antes de la venida del Mesías es que no sabrá dónde están
los límites. No sabrán la diferencia entre hombre y mujer, entre jóvenes y mayores, entre lo bueno y lo
malo, entre lo justo y lo injusto, entre la luz y las tinieblas, entre la verdad y la mentira o entre lo permitido y
lo prohibido. HaShem ha marcado en la Torá dónde están los límites, pero el hombre perverso lo tuerce
todo. El hombre perverso enseña que Cristo vino para quitar la ley o para cambiar los límites marcados por
la ley de Moshé. El fin de ese hombre perverso es la muerte.
La parashá de esta semana nos enseña que HaShem pone límites muy bien definidos para Israel y las
naciones. Dichoso el hombre que respeta esos límites.
 
34:5 “Y la frontera cambiará de dirección de Atsmón al torrente de Mitsrayim, y su término será el mar.” –
El torrente de Mitsrayim no se refiere al río Nilo sino a un arroyo que está en la llamada península de Sinaí.
Su nombre actual es Wadi el-Arish. En esta ocasión el pueblo de Israel no recibió todo el terreno que el
Eterno había prometido a los padres. No recibiremos toda la tierra prometida hasta que venga el Mesías
Yeshúa de nuevo.
 
34:8 “Trazaréis una línea desde el monte Hor hasta la entrada de Jamat, y el término de la frontera será
Tsedad” – Según Rashí, la ciudad de Jamat es la que más adelante sería la ciudad siria de Antioquia. En
el libro de los Hechos de los apóstoles hay dos ciudades con el nombre Antioquía, una estaba en la
provincia romana Siria, en la costa, que es la que se menciona en 11:19-27 y 13:1, y la otra estaba en Asia
Menor, en Pisidia, mencionada en 13:14.
 

6
Cuarta aliyá, 34:15-29
 
34:15 “Las dos tribus y la media tribu han recibido su posesión al otro lado del Yardén, frente a Yerijó, al
oriente, hacia la salida del sol.” – La expresión “al otro lado del Yardén” se encuentra en muchos lugares
de las Escrituras, cf. Números 22:1; 35:14; Deuteronomio 1:1, 5; 3:8, 20; 4:41, 47, 49; Josué 1:14, 15 etc.,
casi siempre refiriéndose a la parte oriental, este, del río, donde obtuvieron su territorio las dos tribus y
media. Es interesante ver que, aunque Moshé no estaba ubicado al oeste del río, en la tierra de Kenáan
propiamente dicha, al usar esta expresión, es como si la Torá viniese desde allí. Cuando HaShem redactó
este texto a Moshé, los hijos de Israel todavía no habían pasado el río Yardén, y aun así se habla de la
tierra que esta “al otro lado del Yardén”. Allí estaba Moshé junto con el pueblo. Esto nos enseña que la
Torá sale de la tierra de Israel, y más específicamente desde Tsión, como está escrito en Isaías 2:3b:
 
“Porque de Tsión saldrá la Torá, y de Yerushalayim la palabra de HaShem.”
 
En Amós 1:2 está escrito:
 
“Y dijo: HaShem ruge desde Tsión, y desde Yerushalayim da su voz; los pastizales de los pastores están
de duelo, y se seca la cumbre del Karmel.”
 
Está escrito en texto hebreo de Ezequiel 5:5 y 38:12 que Yerushalayim es el ombligo del mundo, es decir,
el centro de la tierra.
 
Quinta aliyá, 35:1-8
 
35:7  “Todas las ciudades que daréis a los levitas serán cuarenta y ocho ciudades, junto con sus tierras de
pasto.” – Los levitas recibieron 48 ciudades en todo el territorio de Israel. Seis de ellas servirían como
ciudades de refugio. Alrededor de cada ciudad tenían un terreno de dos mil codos en cada dirección. En el
versículo 4 se habla de mil codos y en el versículo 5 se habla de dos mil codos. El Talmud[7] resuelve esta
aparente contradicción diciendo que los primeros mil codos fueron dejados como espacio abierto y los
otros mil codos servían para campos y viñas.
 
Sexta aliyá, 35:9-34
 
35:11 “escogeréis para vosotros ciudades para que sean vuestras ciudades de refugio, a fin de que pueda
huir allí el homicida que haya matado a alguna persona sin intención.” – Si una persona mataba a alguien
por accidente tenía la posibilidad de huir a una de las seis ciudades de refugio, en hebreo “arei miklat”.
Cuando alguien había matado a otro, uno de los familiares más cercanos al muerto tenía la autoridad de
ser el “vengador de la sangre” del muerto, en hebreo “goel[8] hadam” “redentor de la sangre”, para ejecutar
la venganza de HaShem y derramar la sangre de aquel que había matado a su familiar, conforme a
Génesis 9:6 donde está escrito:
 
“El que derrame sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada, porque a imagen de Eloah
hizo Él al hombre.”
 
35:25 “Y la congregación librará al homicida de la mano del vengador de sangre, y la congregación lo
restaurará a la ciudad de refugio a la cual huyó; y vivirá en ella hasta la muerte del sumo sacerdote que fue
ungido con óleo santo.” – Aquí la palabra “congregación” se refiere al corte de justicia, el Beit Din. El
Talmud[9] enseña que en el caso de que el que había muerto no tuviera ningún familiar que pudiera ser el
“goel hadam”, el Beit Din tenía la responsabilidad para proveer con uno. Este goel tenía la autoridad para
matar al asesino en todo lugar donde lo encontrara. Pero si el tribunal juzgaba que el homicida había
matado sin intención, el goel tenía prohibido vengarle dentro del área de la ciudad de refugio. El que había
huido a una ciudad de refugio tendría que estar fuera de su propia casa durante todo el tiempo en que
permanecía con vida el Sumo Sacerdote que estaba en funciones cuando sucedió el accidente. Incluso el
que ha matado a otra persona por medio de un accidente tiene que sufrir un tipo de castigo de cárcel. Esto
nos enseña cuánto HaShem valora una vida humana. No obstante, este tipo de cárcel fue un lugar de
santidad donde vivían los levitas, que dedicaban la mayor parte del tiempo al estudio de la Torá. Pero en el
momento de la muerte del Sumo Sacerdote, la persona quedaba libre para volver a su propia casa y su
propio terreno y el vengador de la sangre perdió su derecho de ejecutarle.
 

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Séptima aliyá,  36:1-13
 
36:6  “Esto es lo que HaShem ha ordenado tocante a las hijas de Tselofjad, diciendo: "Cásense con el que
bien les parezca; pero deben casarse dentro de la familia de la tribu de su padre."” – La herencia de los
terrenos en Israel se daba en primer lugar a los hijos varones. Cuando una hija se casaba podía gozar de
un terreno y una casa en la tribu de su esposo. Sin embargo, en este caso algunas hijas de Israel
recibieron un terreno de su padre, por no tener hermanos. Ellas tenían que casarse dentro de su propia
tribu para que su terreno no pasara a la posesión de otras tribus.
 
“Cásense con el que bien les parezca” – Esto nos enseña que HaShem no ha destinado una sola persona
con la cual se puede casar. En la Torá no existe el concepto de “encontrar la media naranja”. HaShem da
libertad para que uno pueda casarse con la pareja que bien le parezca con tal que sea dentro de la tribu de
uno. El mismo pensamiento se encuentra en 1 Corintios 7:39:
 
“La mujer está ligada mientras el marido vive; pero si el marido muere, está en libertad de casarse con
quien desee, sólo que en el Señor.”
 
Este texto dice que una viuda tiene el derecho de casarse con quien quiera, sólo que en el Señor, es decir,
con uno que tiene la fe de Yeshúa. Por su puesto no tiene el derecho de querer a uno que esté en un pacto
matrimonial con otra persona, porque no puede codiciar el esposo de su prójimo. Una mujer divorciada
tiene el mismo estado que una viuda, porque ya no tiene marido. Por medio del divorcio fue liberada del
varón que antes era su esposo. Este texto no puede ser utilizado para impedir a los divorciados a casarse
de nuevo. Sin embargo, si el esposo es creyente, ella no tiene el derecho de casarse con otro, según 1
Corintios 7:10-11, sino debe buscar la reconciliación con él. Ahora, si el esposo creyente divorciado hace
un nuevo pacto matrimonial con otra mujer, la mujer divorciada se quedará libre para casarse con quien
quiera, de la misma manera como una viuda.
 
Un israelita, por nacimiento o por adopción mesiánica, no tiene el derecho de casarse con uno que no es
israelita, ni con un israelita que no cree en Yeshúa, como está escrito en 2 Corintios 6:14-18:
 
“No estéis unidos en yugo desigual con los incrédulos (que no creen en Yeshúa), pues ¿qué asociación
tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas? ¿O qué armonía tiene el Mesías
con Belial? ¿O qué tiene en común un creyente con un incrédulo? ¿O qué acuerdo tiene el templo de
Eloah con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Eloah vivo, como Eloah dijo: HABITARÉ EN
ELLOS, Y ANDARÉ ENTRE ELLOS; Y SERÉ SU ELOAH, Y ELLOS SERÁN MI PUEBLO. Por tanto,
SALID DE EN MEDIO DE ELLOS Y APARTAOS, dice el Señor; Y NO TOQUÉIS LO INMUNDO, y yo os
recibiré. Y yo seré para vosotros padre, y vosotros seréis para mí hijos e hijas, dice el Señor
Todopoderoso.”
 
Mashiaj en esta parashá
 
33:37-39 “Partieron de Kadesh y acamparon en el monte Hor, al extremo de la tierra de Edom. Entonces el
sacerdote Aharón subió al monte Hor por mandato de HaShem, y allí murió, el año cuarenta después que
los hijos de Israel habían salido de la tierra de Mitsrayim, el primer día del mes quinto. Aharón tenía ciento
veintitrés años de edad cuando murió en el monte Hor.” – En el campamento numero 33 desde la salida de
Mitsrayim murió el Sumo Sacerdote Aharón sobre un monte, el monte llamado Hor, que significa
“montaña”. Él fue un mashiaj, un ungido, el primero que es llamado mashiaj en las Escrituras, cf. Levítico
4:3, 5, 16. Este suceso es una figura profética de Yeshúa HaMashiaj, que también murió sobre un monte, a
la edad de 33 años, que coincide con el número 33 de las jornadas de Israel desde la salida.
 
“murió, el año cuarenta después que los hijos de Israel habían salido de la tierra de Mitsrayim.” – Esto
alude a la muerte y resurrección de Mashiaj 4000 años después de la creación de Adam. En Génesis
13:10 Mitsrayim es comparado con el huerto del Edén. De esa manera hay una conexión entre la expulsión
de Adam y Javá del paraíso y la salida de Mitsrayim de los hijos de Israel. Por lo tanto, de la misma
manera como Aharón, el ungido, murió 40 años después de la salida de Mitsrayim, Yeshúa el Mesías
murió 4000 (100 x 40) años después de la salida de los primeros hombres del huerto del Edén.
Es más, Aharón murió el primer día del 5º mes, exactamente 3 ½ meses después de la fecha de la salida,
el día 15 del primer mes. Los 3 ½ meses aluden a los 3 ½ años de ministerio del Mesías, después de los
cuales murió, y resucitó. Como Aharon murió 3 ½ meses después de la fecha de salida, Yeshúa murió 3 ½
años después de haber empezado su ministerio público.

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Aharón tenía tres años más de vida que su hermano Moshé, que murió a los 120 años. Esos tres años
también nos hablan del Mesías, que tenía tres años y pico de ministerio, que tenía 30 años y pico de edad
cuando murió y que estuvo tres días en el interior de la tierra antes de resucitar. El monte Hor es
mencionado tres veces en el texto.
 
35:19 “El vengador de sangre, (goel hadam), él mismo dará muerte al asesino; le dará muerte cuando se
encuentre con él.” – De esto aprendemos que hay una persona que es llamada “goel hadam”, “redentor de
la sangre” o “vengador”, que tiene la responsabilidad de buscar y ejecutar al asesino.
¿Quién fue el que mató al primer hombre y que por lo tanto es llamado homicida por nuestro Rebe, según
Juan 8:44 y 10:10?  La respuesta es: hasatán.
¿Quién es el familiar más cercano de Adam y Javá? La repuesta es: el Mesías ben Adam, el Hijo del
Hombre, que fue el prototipo que HaShem usó para la creación de Adam.
¿Quién, pues, tiene la responsabilidad de buscar y ejecutar al que asesinó al ser humano? La respuesta
es: Yeshúa HaMashíaj, como está escrito en Juan 12:31:
 
“Ya está aquí el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.”
 
En Juan 16:11está escrito:
 
“y de juicio, porque el príncipe de este mundo ha sido juzgado.”
 
En 1 Juan 3:8b está escrito:
 
“El Hijo de Eloah se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo.”
 
35:25, 28 “Y la congregación librará al homicida de la mano del vengador de sangre, y la congregación lo
restaurará a la ciudad de refugio a la cual huyó; y vivirá en ella hasta la muerte del sumo sacerdote que fue
ungido con óleo santo… porque el homicida debió haber permanecido en la ciudad de refugio hasta la
muerte del sumo sacerdote. Pero después de la muerte del sumo sacerdote, el homicida volverá a su
tierra.” – Tres veces se habla aquí de la muerte del Sumo Sacerdote. Otra vez se encuentra el número tres
en relación con la muerte del Sumo Sacerdote, lo cual es una alusión a la muerte del Mesías. Lo único que
podía liberar al asesino por accidente de su situación de exilio es la muerte del Sumo Sacerdote “que fue
ungido con óleo santo.” La Torá destaca el hecho de que el Sumo Sacerdote había sido ungido para aludir
a Yeshúa, el Ungido, en hebreo “HaMashíaj”. Por medio de su muerte somos liberados de las
consecuencias de nuestros pecados que hemos cometido por error. Querido lector, si estás sufriendo una
“cárcel” por haber hecho cosas terribles por error, debes saber que la muerte de Yeshúa también ha
provisto para que seas libre de esas consecuencias y no serán levantadas en tu contra en el juicio final.
 
35:33 “Así que no contaminaréis la tierra en que estáis; porque la sangre contamina la tierra, y no se puede
hacer expiación por la tierra, por la sangre derramada en ella, excepto mediante la sangre del que la
derramó.” – Aquí vemos la gravedad de un delito de asesinato. Un asesino tiene que ser juzgado por las
autoridades de cada país, para que la justicia del Eterno se establezca en el mundo. Según la ley judía no
se puede juzgar a muerte a una persona que no haya sido advertida por dos o tres personas antes de
cometer un asesinato. La Torá destaca la importancia de no dejar con vida al asesino que haya sido
condenado a muerte, para que no se contamine la tierra de Israel. El derramamiento de sangre inocente en
la tierra es una de las cosas que traen el juicio divino sobre Israel y las naciones. La manera de evitar el
juicio divino por los asesinatos es ejecutar a los asesinos. Si los asesinos no son juzgados correctamente
todo el pueblo será objeto del juicio por la sangre inocente que haya sido derramada en la tierra, cf. 2
Reyes 24:4.
 
Sin embargo, cuando el asesino se arrepienta, no se aplicará la ley en su rigor y el culpable debe ser
absuelto de la pena de muerte y recibir una pena menos severa. Pero donde no hay arrepentimiento hay
que aplicar la ley en toda su fuerza para evitar que la tierra sea contaminada y maldecida.
¿Cómo puede el Eterno perdonar al pecador que se arrepiente si la única manera de hacer expiación por
un asesinato es que el culpable pague con su propia sangre, según este texto? ¿Cómo el Eterno puede
perdonar y absolver al culpable y al mismo tiempo seguir siendo justo?
 
En Proverbios 17:15 está escrito:
 
“El que justifica al impío, y el que condena al justo, ambos son igualmente abominación a HaShem.”
 
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Si un juez justifica al impío está cometiendo un acto abominable para el Eterno. ¿Cómo entonces el Juez
Justo Celestial podrá justificar al impío que se arrepiente y seguir siendo justo? La única respuesta es: Por
medio de un sustituto.
Los animales que murieron en el templo no podían representar plenamente al hombre. No fueron sustitutos
verdaderos. Sólo constituyen una sombra del único y verdadero sacrificio por los pecados de todos los
hombres durante toda la historia, el sacrificio del Cordero de Eloah que quita el pecado del mundo. La
muerte de Yeshúa HaMashiaj es la única base legalmente justa sobre la cual el Eterno puede seguir
siendo justo al perdonar y justificar a un pecador que se arrepiente de su pecado, como está escrito en
Romanos 3:24b-26:
 
“Mashiaj Yeshúa, a quien Eloah exhibió públicamente como propiciación por su sangre a través de la fe,
como demostración de su justicia, porque en su tolerancia, Eloah pasó por alto los pecados cometidos
anteriormente, para demostrar en este tiempo su justicia, a fin de que Él sea justo y sea el que justifica al
que es de la fe de Yeshúa.”
 
La única manera como el Eterno puede demostrar al mundo entero su justicia al perdonar a los pecadores
arrepentidos, es por medio de la exhibición pública de la muerte sangrienta de Aquel que murió en lugar
del hombre, como está escrito en 2 Corintios 5:21:
 
“Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Eloah en
él.”
 
Así que cuando te sientes acusado por tu conciencia que ha sido despertada por el mensaje de la Torá y
por medio de la convicción del Espíritu de Santidad que ha sido enviado para convencer al mundo de
pecado, debes saber, querido lector, que hay un sustituto que sufrió en tu lugar para que no tengan que
venir sobre ti todas las consecuencias mortales de tu pecado. Por medio de tu arrepentimiento HaShem
traspasa la última consecuencia de tu pecado al Sustituto, para que tú no tengas que morir por tus
pecados, sino ser perdonado y justificado. La justificación por fe en la sangre de Yeshúa te pone en una
situación de inocencia delante del Tribunal Celestial y podrás tener paz con Eloah, como está escrito en
Romanos 5:1-2:
 
“Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Eloah por medio de nuestro Señor
Yeshúa HaMashíaj, por medio de quien también hemos obtenido entrada por la fe a esta gracia en la cual
estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Eloah.”
 
¡Bendito sea el Eterno por este intercambio de papeles!
 
En esta Parashá se encuentran los mandamientos números 408 – 413 de los 613:
 
408. Precepto de dar a los leviim ciudades para habitar y ciudades de refugio, Números 35:2.
409. Prohibición de ejecutar a una persona culpable antes de hacerle un juicio, Números 35:12.
410. Precepto para la Corte de Justicia de hacer que un homicida vaya a una ciudad de refugio, y
precepto para el homicida de ir a ella, Números 35:25.
411. Prohibición de que un testigo en un caso capital participe en el juicio, excepto como testigo,
Números 35:30.
412. Prohibición de tomar rescate por un asesino, Números 35:31.
413. Prohibición de tomar rescate de un homicida accidental para que pueda vivir fuera de la ciudad de
refugio, Números 35:32.
 
Y después de haber terminado un libro de la Torá decimos:
 
“Jazak, jazak, ve-nitjazek!” – ¡Sé fuerte, sé fuerte y seamos fortalecidos!
[1]      Bamidbar Rabá 23:3.
[2]      Erubín 55b.
[3]      Strong H4906 maśkîyth, mas-keeth', From the same as H7906; a figure (carved on stone, the wall, or any object); figuratively imagination: -  conceit, image (-ry), picture, X
wish.
[4]      El Código Real, El Nuevo Testamento – versión textual hebraica por D.A. Hayyim, página 536 nota 42.
[5]    Strong G458 ἀνομία, anomia, an-om-ee'-ah, From G459; illegality, that is, violation of law or (generally) wickedness: - iniquity, X transgress (-ion of) the law, unrighteousness.
[6]    Strong G459 ἄνομος, anomos, an'-om-os, From G1 (as a negative particle) and G3551; lawless, that is, (negatively) not subject to (the Jewish) law; (by implication a Gentile), or
(positively) wicked: - without law, lawless, transgressor, unlawful, wicked.
[7]      Sotá 27b.
[8]      Strong H1350 gâ'al, gaw-al', A primitive root, to redeem (according to the Oriental law of kinship), that is, to be the next of kin (and as such to buy back a relative’s property,
marry his widow, etc.): -  X in any wise, X at all, avenger, deliver, (do, perform the part of near, next) kinsfolk (-man), purchase, ransom, redeem (-er), revenger.
[9]      Sanhedrín 45b.

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