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Es claro que todas las personas esperamos mejorar cada día. Tanto los individuos
como las sociedades aspiran a desarrollarse, entendido tal desarrollo como la
posibilidad de pasar del estado actual de cosas a un mejor estado futuro posible.
También es fácil darse cuenta de que cuando mencionamos la palabra desarrollo el
concepto adquiere generalmente una perspectiva económica. Como lo explican y
describen Ekelun y Hérbert en su Historia de la Teoría Económica y su Método, los
diversos enfoques de la noción de desarrollo: keynesianismo, marxismo, liberalismo, y
otros, giran en torno a la historia económica del mundo. (2006) Es en tal contexto que
las teorías del desarrollo tradicionalmente se han basado en el factor económico y
específicamente en datos macro económicos como indicadores del proceso de
desarrollo del ser humano y de las comunidades. Sin embargo, es también fácilmente
perceptible que focalizar el desarrollo en datos puramente económicos no permite
entender exactamente el sentido de esta noción. Y es justamente esa debilidad la que
ha permitido nuevos replanteamientos de la noción de desarrollo que han devenido en
ideas como desarrollo integral, desarrollo sustentable o el buen vivir de la cosmovisión
andina, retomado y adaptado a la época actual.
El Buen Vivir es una idea social movilizadora, que va más allá del concepto de desarrollo
−que se encuentra vigente en la tradición occidental−, pues está asociado a una noción
más amplia de progreso. No se trata de un nuevo paradigma de desarrollo, sino de una
alternativa social, liberadora, que propone otras prioridades para la organización social,
diferentes del simple crecimiento económico implícito en el paradigma del desarrollo.
El crecimiento económico es deseable en una sociedad, pero también importan sus
pautas distributivas y redistributivas. (Senplades, 2013, pág. 16)
Para esto hay que considerar que la Universidad pública, en América Latina, tiene una
historia de resistencia, de lucha por el cambio y la transformación. Desde la reforma
universitaria de Córdoba, Argentina, hasta nuestra segunda reforma universitaria,
llevada a cabo por Manuel Agustín Aguirre, el carácter que permanece es el de cambio
y transformación de la realidad. Adjuntamos el sentido de este último enunciado con lo
que afirmamos al principio del documento, respecto del carácter transformador del
desarrollo. En el contexto descrito de la universidad pública latinoamericana subyacen
dos vertientes fundamentales para asumir una posición: la Educación Popular y la
Pedagogía Crítica. La propuesta actual se fundamenta esencialmente en estas dos
vertientes proponiendo explorar unos ejes que permitan, en el área de la Vinculación
con la Sociedad, que esta Facultad, con la especificidad que le concede el territorio
artístico, apunte a una perspectiva contrahegemónica. Esto nos parece apropiado
entendiendo que el marco legal ecuatoriano, incluida la constitución, estimulan algunos
patrones de cambio y transformación de la sociedad. Al respecto Francisco Hidalgo Flor,
en su ensayo Utopía y Práxis Latinoamericana, dice sobre el proceso constituyente
ecuatoriano que: “El discurso contrahegemónico que emana del proceso constituyente
se complementa con las formulaciones respecto de economía social y solidaria,
construcción de equidades, y las propuestas respecto de plurinacionalidad.” (Hidalgo
Flor, 2011, pág. 91) Lo cual encaja perfectamente en un marco propicio para la
construcción de una Vinculación con la Sociedad que permita ser agente de cambio
social desde la Academia.
Sin embargo, a pesar de que histórica y políticamente está claro el camino, la acción de
las universidades públicas, guiadas por una adormecida y limitada concepción de
democracia, se asumen en la perspectiva de “la lógica de la fábrica donde muchos
obedecen a muy pocos por propio asenso, donde se cuaja el aprendizaje de la
dependencia. Es, entonces, una escuela de subordinación.” (Zavaleta Mercado, 2009, p.
125) Lo cual hace que se sigan consignas institucionales inútiles, bien adaptadas al
simulacro del ejercicio democrático, pero que siguen un camino que evidentemente no
lleva al cambio ni a la transformación de la realidad social. En este sentido la Vinculación
con la Sociedad, como función sustantiva de la Universidad, no puede ser la aplicación
de los esquemas de misión y visión institucionales, sino que debe encontrar una línea
que permita verdaderamente el cambio. De lo contrario se convierte en una actividad
que se queda reducida a la formulación de documentos que son burocráticas evidencias
de descargo, cuya aplicación concreta en la sociedad no tienen ninguna trascendencia.
El otro punto indispensable para tomar en cuenta es la posición que la Vinculación para
la Sociedad tiene en la educación superior en general y específicamente en el contexto
del Ecuador. Al respecto, el desarrollo de la ruta que sigue la universidad ecuatoriana
está marcada por lo desarrollado por Elizabeth Larrea en el documento El Currículo de
la Educación Superior desde la Complejidad Sistémica, en donde establece como ejes
básicos la Docencia, la Investigación y la Vinculación con la Sociedad. (2015) En este
marco nos interesa que la Facultad de Artes de la Universidad Central del Ecuador, desde
su especificidad, integre un verdadero vínculo entre sus labores de docencia,
investigación y acciones que la vinculan a la sociedad. Por ello, el camino correcto para
definir nuestro accionar es pensar desde las artes. En una primera instancia debemos
reconocer que la función del arte varía histórica y socialmente, sin embargo, en relación
y concordancia con las ideas expuestas de cambio y transformación, es la función
transgresora del arte la que pone en funcionamiento una visión activa. El otro polo
funcional del arte es su papel conservador del sistema. En todo caso, para determinar
su función social, hay que entender que:
Por lo cual entendemos que la misma especificidad del arte está situada en la vía del
cambio y la transformación de la sociedad. En este sentido, la presente propuesta
reivindica la Vinculación con la Sociedad desde la academia como un espacio de
articulación de la docencia y la investigación con la realidad social circundante, esto
exige el entendimiento analítico de la estructura social y de las coyunturas que suceden
en ese panorama. Por ello, es importante apoyarnos en lo que ya se ha desarrollado
antes. Tomamos entonces las líneas de investigación propuestas por la Facultad, a saber:
Epistemología del arte, Pedagogías de las artes, Gestión y políticas culturales, Memoria
e historia del arte, Arte, ciencia y tecnología, Arte y cultura en el Sur global, Procesos y
lenguajes artísticos; en las cuales advertimos una necesidad de crear una ruta propia,
tanto en el conocimiento como en el campo de la pedagogía, todas las líneas propuestas
apuntan tácitamente a la construcción de un conocimiento situado. Esa línea, en
concordancia, debería continuar en el campo de Vinculación con la Sociedad. Es por ello
por lo que proponemos el seguimiento de una línea contrahegemónica y
transformadora.
Líneas:
Herramientas:
Pedagogía crítica.
Educación popular.
Estas líneas y herramientas deben aplicarse desde la relación de una experiencia viva,
vital, verdadera de los artistas de la academia con la sociedad. Hablamos de procesos
colectivos que no se definen desde un individuo, desde un escritorio, sino que se realizan
en colectivo. Los procesos aquí enunciados también privilegian al cuerpo como
territorio, pues el arte y el juego están alrededor del mismo y son una oportunidad única
para que la sociedad tenga conciencia y autoestima. Hay que añadir que es sumamente
importante el diálogo academia – comunidad, pues sin este no existe vinculación
posible, ya que establecer el diálogo supone sentirse iguales y no accionar como si la
academia hablara desde arriba y la comunidad recibiera desde abajo. Por último, no
podemos dejar de nombrar la idea de una formación integral en los procesos de
vinculación, es decir, mantener una relación con la comunidad en la que el arte no es el
principio y el fin de todo, sino que coadyuva al crecimiento de la sociedad y de los
individuos teniendo en cuenta todas las otras necesidades y el panorama social que
contextualiza la población intervenida.
Quito, 28-01-2020
Referencias
De la Vega Visbal, M. (2007). http://www.saber.ula.ve. Obtenido de
http://www.saber.ula.ve/handle/123456789/20529
Ekelund, R. B., & Hérbert, R. F. (2006). Historia de la Teoría Económica y su Método. México:
Mc Graw-Hill.
Senplades. (2013). Plan Nacional de Desarrollo / Plan Nacional para el Buen Vivir 2013-2017 .
Quito: Senplades.
Zavaleta Mercado, R. (2009). La Autodeterminación de las masas. Bogotá: Siglo del Hombre
Editores.