Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
You Wish (Mandy Hubbard) PDF
You Wish (Mandy Hubbard) PDF
Capítulo 1 Capítulo 22
Capítulo 2 Capítulo 23
Capítulo 3 Capítulo 24
Capítulo 4 Capítulo 25
Capítulo 5 Capítulo 26
Capítulo 6 Capítulo 27
Capítulo 7 Capítulo 28
Capítulo 8 Capítulo 29
Capítulo 9 Capítulo 30
Capítulo 10 Capítulo 31 3
Capítulo 11 Capítulo 32
Capítulo 12 Capítulo 33
Capítulo 13 Capítulo 34
Capítulo 14 Capítulo 35
Capítulo 15 Capítulo 36
Capítulo 16 Capítulo 37
Capítulo 17 Capítulo 38
Capítulo 18 Capítulo 39
Capítulo 20 ¡Visítanos!
Capítulo 1
Traducido por LizC
L
a gente dice que soy el tipo de persona que ve el vaso medio vacío.
Supongo que tienen razón, porque nunca he entendido por qué
alguien puede ver un vaso medio lleno cuando claramente hay algo
que falta. Pero, de nuevo, tal vez sea porque me pasé el verano pasado
trabajando en un restaurante, y un vaso medio vacío significaba que me
estaba quedando atrás.
Cualquier cosa sería mejor que estar sentada aquí. Estábamos a sólo
un mes de nuestro segundo año, y cada día discurre más lentamente
que el anterior. Y la voz monótona del Sr. Gordon y los chirriantes
sonidos de los marcadores de pizarra no están ayudando en las cosas.
Me estiré y rasqué las medias de red que llevaba puestas. Tienen una
costura en el interior de mi rodilla y me estaban volviendo loca. Nunca
me había puesto estas cosas antes, y ya estaba lamentándolo. Creo que
podría quitármelas en el baño.
No es que esté tratando de ser toda una gótica o emo ni nada así,
tampoco. Simplemente disfruto de ser un poco menos como la oveja en
la parte superior de la escala social, si sabes a qué me refiero. La
primavera pasada, cuando Old Navy comenzó a transmitir aquellos
anuncios de vestidos de verano, lo presentaron por completo en un
alegre despliegue de feminidad. Puedo predecir sus ropas como si
llevara un tablero de la tendencia de ello. Todo lo que necesito es un
anuncio de Gap y un número de Seventeen, y tendré trazados todos sus
conjuntos para la próxima semana.
En ocasiones, cuando me siento particularmente valiente, incluso les
balo como una oveja, aunque ninguno de ellos parece entender lo que
estoy haciendo. Nicole por lo general se esconde detrás de un grupo de
casilleros o de la vitrina de trofeos y se ríe histéricamente, incitándome.
Así que me compré estas medias para usar con mí vestido Old Navy,
salvo que compré el vestido de marinero azul y blanco a rayas, aquel
que estuvo al 50 por ciento de descuento después de dos semanas
porque nadie lo estaba comprando. Y definitivamente hay una razón
para la que nadie lo estuviera comprando, porque cuando me lo pongo,
siento como si alguien va a gritarme: “¡limpia las cubiertas, marinero!”
Hoy estaba usando pantalones vaqueros, que son tan apretados que
pienso que debe haber utilizado un calzador para entrar en ellos —
¿existe tal cosa como un cuerno trasero? — y dos capas de camisetas
sin mangas de encaje con una chaqueta de color rosa encima. Además,
tiene un collar de perlas tan largo que llega hasta su ombligo. Como si
las perlas fueran a hacer parecer a su atuendo elegante o algo así.
Ni siquiera estoy segura de dónde salió eso, pero por la mirada que me
dio cuando la puerta se cerró, me imagino que es una victoria. Incluso
con la puerta cerrada, podía oír sus sandalias de cuña gruesa a medida
1 Ahoy: término que puede ser utilizado como un saludo, una advertencia o una
despedida.
que pisoteaba lejos, haciendo suficiente ruido como para despertar a los
muertos.
Me río de mí misma al entrar en una cabina del baño, pero ahora sé que
no puedo quitarme las medias. No hay manera de que le de la
satisfacción, incluso si el cambiarlas tuviera nada que ver con ella.
Maldita sea. Ahora he desperdiciado mis puntos de crédito extra y mis
piernas van a seguir picándome todo el día. Esto se perfila en la
perfección.
Antes de que pueda decidir que odio mis oídos, también, Nicole entra,
sus pequeños y lindos botines traquetean sobre los azulejos del baño
blanco.
—Como que olvidé tu fiesta de hoy. Quiero decir, sólo por, como, un
segundo. Ben y yo salimos el sábado pasado y me habló de esta gran 9
idea que tuvo para nuestro aniversario del tercer mes y como que
acordé ir antes de que me diera cuenta que era el mismo día de tu fiesta
—dice, todo en un apuro, y luego abrió por completo la llave, de modo
que el agua golpea sus manos y empieza a salpicar grandes gotas de
agua jabonosa por encima de todo el mostrador negro moteado.
Me agarré del borde del mostrador, a pesar de que estaba todo mojado.
—¿Adónde vas?
Probablemente tenía una buena razón para esto. Como que acaba de
enterarse que ganó la lotería y tiene que estar allí esta noche para
reclamar el cheque en persona.
Todo lo que puedo hacer es mirar. Simplemente parece tan mal que ella
me esté pidiendo permiso para zanjarme, como si hubiera alguna
manera de rechazarla sin ser toda una quejumbrosa.
Aquí está la cosa sobre mis dulces dieciséis: mi mamá es la persona que
la quiere, no yo. Incluso se gana la vida como planificadora de eventos,
y ha estado hablando de mi fiesta de dulce dieciséis por oh, sí, mil años.
Cuando era pequeña, eso sonaba como muy divertido, y nos
sentábamos por ahí hablando de lo genial que sería.
Pero las cosas cambian, y así mismo las personas, y la idea de una
fiesta con volantes girando en torno a esta servidora, es ahora mi peor
pesadilla. He estado diciéndole desde hace más de un año que no quiero
más esta fiesta, que prefiero una cena tranquila, pero no ha servido de
nada. Me va a dar una fiesta, me guste o no.
—¿Está bien? ¿En serio? —dice, levantando la voz una octava. Es casi
tan agudo que sólo las porristas podrían oírlo.
Sólo asiento con la cabeza. Voy a tener que aguantar, sonreír y soportar
hasta que llegue. Mi cumpleaños es sólo una noche. El verdadero
problema es que sé que Nicole está pasando más y más tiempo con Ben,
y cada vez menos tiempo conmigo, y no hay nada que pueda hacer al
respecto.
Hace tres meses y cuatro días antes ―el 19 de junio, para ser exactos―
me habría muerto de felicidad por estar sentada al lado de Ben. Quiero
decir, finalmente, tenía la oportunidad de hablar con él.
Claro. Y los ponis vuelan. Así que, por supuesto, siempre hablábamos
de lo caliente que es Ben, y yo nunca revelé mis sentimientos más
profundos, y eso fue todo.
Hasta el 19 de junio.
Tal vez el 19 de junio fue el día en que Nicole decidió que ya no quería
ser tímida, el momento del cambio. Es más fácil ver ahora, en
retrospectiva, que hay una vieja Nicole y una nueva, y el 19 de junio es
el día justo en el medio de todo esto.
Conozco a Nicole mejor que nadie en el mundo, y por eso sé que a pesar
de que se muestra tímida, una vez que está cerca de alguien el tiempo
suficiente, se adapta enseguida. Y ella consiguió ser pareja de Ben en el
tenis de mesa y pasaron dos semanas jugando juntos.
Gracias a Dios.
Nicole quería pasar la mayor parte del día en la orilla, tendida a lo largo,
comiendo Doritos y leyendo una de sus novelas románticas. En aquel
entonces estaba usando medicamento para el acné que hacía a su piel
muy sensible a la luz, por lo que estaba untada en la capa más gruesa
de protector solar 60 FPS que he visto alguna vez. Era realmente
paranoica acerca de nadar y dejar que se le quitara con el agua.
Supongo que la única cosa peor que una cara llena de acné es una cara
quemada por el sol llena de acné.
Hay un acantilado en ese lado del río, cerca de unos veinte metros de
altura. La gente salta allí arriba de él, pero tienes que apuntar por este
pequeño agujero para nadar perfecto, de lo contrario chocarás contra
las rocas a unos seis metro bajo la superficie del agua, probablemente
rompiéndote una pierna.
Ese día conocí a Ben, estaba allí con otros tres tipos, todos ellos
mirando hacia abajo en el agua con los ojos llenos de preocupación.
Supongo que él no era el temerario aún, no el que ahora es. No reconocí
a ninguno de ellos, ni siquiera a Ben, pero me enteré más tarde que
iban a Thunder Mountain, la otra escuela intermedia en la ciudad.
El cabello de Ben era aún más claro en ese entonces, rayado por el sol y
más largo de lo que lo lleva ahora. En una especie de corte en cuenco, 15
casi lo suficiente para meter detrás de la oreja. Llevaba pantalones
cortos azules y rojos, su cuerpo delgado, con solo una pizca de
músculos que más tarde desarrollaría.
—¿Me temo que voy a tener que demostrarte cómo se hace? Has estado
aquí una hora y media. —Levanté una ceja, decidida a no mostrar que
él me estaba poniendo más nerviosa que el salto.
Podría haber dado la vuelta, decirles a los chicos que estaba tan
asustada como ellos estaban.
Suspiraré internamente por lo menos una vez por minuto y, sin querer,
suspiraré en voz alta por lo menos media docena de veces. Me
imaginaré la cara de Nicole más veces de lo necesario, tratando de
recordarme a mí misma por qué no puedo coquetear con él. Supongo
que debería resultarme irónico que la misma razón por la que no puedo
salir con él es casi la única razón por la que él sabe quien soy ahora. Si
él no estuviera saliendo con Nicole, no estoy segura de que incluso me
reconociera en la multitud.
Él se ríe.
—Buena. Tú ganas.
—Así que ustedes van a alguna cena de lujo esta noche, ¿eh?
—Sí. Se supone que la comida es increíble, y tiene una vista del mar. Se
supone que es un lugar muy divertido. Nicole estaba emocionada.
He sabido eso durante dos años, desde que oí a uno de sus amigos
desearle un feliz cumpleaños en el pasillo fuera del gimnasio.
Para mañana.
Ben se inclina hacia mí, tan cerca que puedo oler su colonia picosa. Se
abalanza sobre mí y tengo que esforzarme para mantener los ojos
abiertos en lugar de cerrarlos, y tomar respiraciones profundas y
entrecortadas.
P
ara el momento en que mi hermano tocó por tercera vez en mi puerta
esa tarde, me había quedado sin tácticas. No tenía más opción que ir
abajo y enfrentar a la multitud de gente que se había reunido para
mis dulces dieciséis. He estado escuchando el zumbido de voces,
esperando que mi madre estuviera tan ocupada con la planeación de la
fiesta que ni siquiera recordará que mi presencia era un elemento
requerido.
No estoy usando el atuendo que ella escogió para mí. Era demasiado
femenino. Me conocía lo suficientemente bien para no comprarlo en
rosa, pero la falda azul tenía flores blancas de aspecto hawaiano y un
volante ligeramente asimétrico. Y me compró tacones.
O es el vestido o los tacones, pero no hay modo de que use los dos. No
20
estoy de humor para lidiar con una discusión de gran escala, así que
espero que se conforme con que no esté usando medias de red, y estos
estúpidos tacones blancos por lo menos combinan con mi vestido
veraniego de marinero. Morí un poco por dentro mientras los abrochaba
alrededor de mis tobillos.
También ambos somos de pecho plano. Creo que tal vez tengo una
media pulgada más que él en ese departamento. Totalmente patético.
—No es como si ella vaya a dejarte saltarte toda la fiesta, así que sólo
baja y ahórranos a todos un dolor de cabeza, ¿lo harás?
Un DJ está tocando música pop realmente mala bajo la carpa, una luz
estroboscópica destellando y la bola de discoteca destellando en el piso
vacío. Las mesas redondas, flanqueadas con sillas blancas plegables, se
alzan por todo el lugar, cada una de ellas con un arreglo floral rosa de
centro de mesa.
Me contó como cientos de veces cómo ella nunca tuvo una fiesta de 22
dulces dieciséis. Y ahora pienso que sé como hubiera lucido si ella
hubiera tenido una.
2
Sweet Sixteen: es un reality show de MTV que narra la organización de fiestas de
dieciséis de alto nivel por parte de sus protagonistas.
3
High School Musical: es una película musical estadounidense estrenada el 20 de
enero del 2006 por el canal Disney Channel y ganadora de un Emmy.
—Bueno, sabes que nunca he hecho unos dulces dieciséis, así que
tendrás que tener paciencia conmigo si los detalles no son adecuados.
Sólo házmelo saber y arreglaré todo, puedo hacerlo, ¿de acuerdo?
4
MIA: (Missing in Action) Perdido en combate, desaparecido.
Pero han pasado años desde que eso sucedió, y ahora nada es lo
suficientemente bueno. Si ella construye su nombre en un evento, tiene
que agregar otro y otro, hasta que cada día de la semana consiste en
ella corriendo alrededor en frenesí. El refrigerador esta lleno con restos
de pizza y comida china para llevar, y casi nunca duerme en su cama.
No creo que alguna vez se haya tranquilizado lo suficiente para usar ese
gran Jacuzzi que tiene instalado en su joya de dormitorio principal.
—Está bien.
5
Aqua—Net: laca para el pelo.
—¡Por supuesto! Esto es hermoso, Linda. Simplemente hermoso.
Aunque necesitaremos más flores para la fiesta de Janae. Y justamente
estábamos diciendo que la fuente de ponche parece un poco…
¿anticuada?
—Sí, Kayla quería la fuente. Tú sabes cómo pueden ser nuestras chicas,
¿verdad?
Apreté mis dientes. No ayudaría decirle que todo esto fue idea de mi
mamá, porque eso sólo me haría ver como una niña de doce años.
Lo extraño es, una vez quise ser amiga de Janae. De vuelta a la escuela
primaria, ella era una niña dulce y normal. La encontré en el patio de
recreos una vez, tratando de devolver a su nido a un bebé pájaro caído.
Combinamos fuerzas y ella distrajo al conserje mientras yo tomaba
prestado un taburete y corría de regreso al patio de recreo con él.
Sostuve el destartalado taburete mientras Janae trepaba y ponía al
pájaro de vuelta a su nido, y luego nos dimos una palmadita en la
espalda por nuestro compromiso con el bienestar de los animales. 26
Por un par de días, las cosas fueron un poco diferentes. Trabajamos
voluntariamente juntas en una tarea de deletreo, e incluso me ofreció
que me sentara con ella en el almuerzo un día. Pero un par de días
después, el año escolar terminó y nunca intercambiamos números
telefónicos, y ese fue el verano en que le crecieron senos y se volvió una
esnob. Creó que fue a Francia o algo, lo que explicaría la inclinación por
los saludos con besos en el aire de su madre.
Por una vez, estoy sin palabras. La sonrisa de Janae se amplia mientras
se da cuenta de que mi habitual réplica de tiro rápido no se ha
materializado.
—¿Por qué eres tan perra? —siseé. Puedo sentir mi cara arder, pero ni
siquiera me importa.
Bueno.
Si fuera del tipo del vaso medio lleno, quizás diría que la cosa buena
acerca de mi dieciseisavo cumpleaños es que cada futuro cumpleaños
estaba destinado a ser mejor.
P
or las siguientes dos horas y media estoy de pie en el borde del patio,
mis brazos cruzados, intentando desesperadamente no mirar a todos
con el ceño fruncido, incluyendo a mi mamá. Ella me dio un visto
bueno y me mostró una sonrisa grande y deslumbrante mientras
pasaba, una pila de tarjetas de presentación en una mano.
Ella está lista y perfecta, como siempre, ningún cabello fuera de lugar,
ni una manchita de suciedad en su chaqueta roja hecha a la medida.
Pero ella nunca haría eso. Porque nunca habla conmigo, solo me habla.
Estoy tan molesta con Nicole ahora mismo. Ella debería haber llegado
dos horas atrás, pero no hay señal de ella.
Me plantó por una cena elegante y me dejó padecer esta fiesta sola, y ni
siquiera tiene la cortesía de enviarme una disculpa. Si estuviera aquí,
podríamos poner los ojos en blanco por todas estas ridículas cosas, y
ella podría pretender no sentirse bien y yo podría actuar como si
necesitara pasar el rato adentro con ella. El DJ podría seguir adelante
tocando esa horrible música, y mi mamá podría seguir entreteniendo
clientes.
¿Qué cosa más importante podría estar haciendo ahora mismo como
para no venir? ¿Comiendo un suflé? ¿Mirando dentro de los
conmovedores ojos azules de Ben? ¿Pasando sus dedos con perfecta
manicura por su perfecto cabello rubio en punta?
Cada vez que alguien dobla la esquina de la casa, entrando al patio por
la verja lateral, mi corazón se acelera por un milisegundo y me animo,
esperando que sean Nicole y Ben
6
Shia LeBeouf: Es un actor estadounidense conocido por protagonizar la película
Transformers.
Pero nunca lo son.
Oh, Dios. ¿Ella estaba imitando “Slim Shady”? Por favor, haz que ésta
no sea mi vida.
Es rosa. Con flores blancas glaseadas cayendo por los cuatro niveles.
Dieciséis velas—cuatro en cada nivel—están encendidas y brillando.
Creo que he visto este mismo pastel en un episodio de Made7 en MTV.
Mi mamá está de pie a mi lado, una sonrisa en su cara tan grande que
creo que su cara podría agrietarse.
7
Made: Es un show de MTV en el que las personas quieren mejorar en algún aspecto
sea físico o personal y un entrenador se encarga de ayudarlos en la categoría que
eligieron.
Nicole y Ben han llegado finalmente, tres horas después de que la fiesta
empezara. Están parados al final de la multitud, vestidos con
demasiada elegancia para mi cumpleaños, así que sé que vinieron
después de su cena elegante. Ben se ve un poco incómodo en una
camisa blanca y corbata roja, mientras que Nicole se ve cómoda en una
vestido rojo sin magas y tacones aguja plateados. Debe estar
congelándose, pero esta parada ahí como si fuera Agosto y no finales de
Septiembre.
―¡Bien!
Después apago las velas con un soplo largo y a todo pulmón. Mientras
lo hago, siento como si el viento se estuviese llevando toda mi vida,
como una pila de hojas secas.
Capítulo 5
Traducido por Lore_Mejía
C
uando mi alarma suena, es todo lo que puedo hacer para no
aplastarla con un martillo. De hecho, si tuviera un martillo a la
mano, tal vez lo haría.
Rosa.
Tal vez pueda salir por el frente de la casa y usar el elemento sorpresa
para apropiarme de sus armas y usarlas contra él. Años jugando a la
hermana menor me han enseñado que el cerebro es más poderoso que
la fuerza, especialmente si hablas de mi cerebro y su fuerza.
Me pongo una esponjosa bata azul que tiene nubecitas por todos lados.
Fue un regalo de navidad, que es por lo que no obtuve la que era negra
que tenía unas lindas calaveras color lima por todos lados. 33
Bajo las escaleras de dos en dos y estoy en la puerta frontal en
segundos. La abro tan silenciosamente como puedo, camino por la
entrada de baldosas de pizarra y bajo las escaleras. Camino a través del
césped, la hierba húmeda por el frio rocío bajo mis pies descalzos.
Camino de puntillas en el jardín. Mi hermano probablemente está al
otro lado del rododendro de arbustos, mirando a la esquina de la casa,
esperando que salga por la puerta de atrás.
Y les juro que tenía un cono de helado pintado en sus cuartos traseros.
Tres bolas. Cono de azúcar.
Me restriego los ojos unas cuantas veces. Esto no es real, ¿o sí? ¿Será
que el pequeño se escapó de una granja local? ¿Quién le hizo eso?
Paso por el cobertizo del jardín y miro dentro, pero el poni no está ahí
tampoco. El portón lateral está abierto por el otro lado, así que camino
hacia el frente de la casa y me paro en la acera. Miro en ambos
sentidos, bajando la calle, pero no lo veo.
Cierro mis ojos por un largo rato, casi esperando sentir el aliento
caliente y los bigotes otra vez, pero no pasa nada. El poni se ha ido.
—Oh.
—¿Mamá?
—Mm-hmm…
Mi mamá se ríe.
E
n el segundo que paso por las puertas dobles y a los anchos pasillos
alfombrados de la SE, Nicole me embosca.
—¿Cualquier concierto?
Tuerzo mis labios arriba a un lado y le doy una mirada larga y dura. Tal
vez si tuviera noventa y nueve otros amigos, por lo menos podría darle
el tratamiento del silencio durante un día o dos, pero mi decisión ya se
está debilitando.
—Te lo juro.
37
—Bien. —Descruzo los brazos. Es triste lo rápido que acababa de
rendirme. Pero, obviamente, no era su intención llegar tan tarde. Y
estoy más enojada por la estúpida fiesta de lo que estoy con ella—.
¿Cómo estuvo tu cena de aniversario?
Se ilumina.
—La comida fue tan increíble. Pedí esta cosa risotto y oh, Dios mío, se
me hace agua la boca sólo de pensar en ello. ¡Y la vista! Está justo en el
Puget Sound, cerca de Point Defiance. Tienen una terraza, pero estaba
cerrada por el invierno. Sin embargo, las ventanas miran directamente
por encima del agua, y puedes ver todos los ferris y barcos de vela y
esas cosas. Podría haberme quedado mirando toda la noche. ¡Y Ben dijo
la cosa más divertida sobre el camarero! Seguimos riéndonos de ello
todo el rato durante la cena y en un momento realmente escupí la sopa,
pero Ben fue tan bueno acerca de eso y fingió que no se dio cuenta. Fue
tan lindo. También hablamos de ti, sabes. Ben cree que eres una
rebelde. Es su palabra, no la mía.
Argh.
Su sonrisa resplandece.
Nicole se ríe.
—Mi mamá está haciendo que todos vayamos a visitar a mi abuela esta
noche, pero ¿qué tal si nos juntamos mañana? Podemos repasar los
diagramas celulares. 38
Asiento con la cabeza y entramos en clase, la pelea por mi fiesta casi
olvidada.
Ha descubierto que ya no es una geek. Así que ahora sólo tengo que
esperar a que se dé cuenta de que yo todavía lo soy, y entonces
probablemente me abandonará. Si lo de ayer era una indicación, las
cosas se están poniendo calientes y pesadas con Ben, mientras que
nuestra amistad está más distante que nunca.
Tomé esta asignatura ya que sonaba menos tortuosa que una de esas
clases de FFA agrícolas o teatro o, Dios no lo quiera, coro. Pero como
que resulta medio aburrida. Al parecer, no tengo ninguna visión.
Así que ahora tengo menos de dos semanas para terminar este
proyecto, y a medida que esto ocurre, voy a tener un gran
sobrexposición de nada. ¿A qué otra cosa puedo tomarle fotos que me
represente? ¿Una habitación grande y vacía? ¿Un teléfono que nunca
suena? ¿Un día de la agenda de mi mamá que tiene exactamente cero
tiempo para mí en esto? ¿La parte posterior de la cabeza de Nicole
mientras se aleja o peor aún… besándose con Ben?
―Genial.
D
i vueltas y vueltas en la cama esa noche, soñando con Ben y Nicole
besándose, cámaras gigantes persiguiéndome alrededor con
brillantes destellos de luz y miles de fuentes con ponche rebosando
líquido rosa. Excepto que el líquido era lava y pasé todo el sueño
huyendo de ella. Para el momento en que abro mis ojos, estoy
completamente de mal humor. Lo que necesito es una IV8 de cafeína y
cerca de cien donas de Krispy Kreme9.
¿Qué demo…?
Bolas de Chicle.
Millones de ellas.
8
IV: vía intravenosa
9
Krispy Kreme: red de tiendas famosa por sus donas y café
Lo único que puedo hacer es mirar, mi mejilla todavía aplastada a la
alfombra tipo Berber. Todos estos chicles debieron costar cientos de
dólares. ¿Robó mi hermano un camión de caramelos?
Me siento un poco, haciendo una mueca de dolor dado que esa caída no
se sintió bien, y consigo una mejor vista de mi habitación.
Él definitivamente va a caer.
10
Benadril: medicamento sedante
podría tener una luz intermitente de neón solo para señalarse en este
desastre. Espero que mi hermano se dé cuenta que es total y
completamente responsable de limpiar este lugar. Necesitará como
cientos de bolsas para basura y palas quita nieve.
—No pretendas que no sabes. —En una buena medida, le doy una
pequeña patada con mi pie. Sus manos salen como flechas y agarra mi
tobillo. y antes de que pueda quitarlo, da un tirón y termino en el suelo
cerca de él.
11
Midol: píldora para las molestias menstruales
Me cruzo de brazos y lo miro. ¿Por qué no tuve una hermana? ¿Una
sabia y útil? Apenas y puedo estar en la misma habitación con mi
hermano sin querer estrangularlo o al menos tomar unas pinzas para
su entrecejo.
Su mirada es totalmente vacía, sin sonrisa satisfecha, sin risa, sin ojos
nerviosos mientras se da cuenta que lo he descubierto. Hmm. Esto no
tiene sentido.
Él se encoge de hombros.
Casi.
—Como sea. Voy a la escuela. Es mejor que esto se haya ido para la
hora que llegue a casa. Ya sé que probablemente estés realmente
ocupado con alimentar a personas sin hogar y rescatar gatitos en
problemas de los árboles, pero espero que lo recojas.
P
ara el momento en que termina la escuela, no me siento como si
quisiera ir a casa. Parece que toda la casa se está volviendo una zona
de desastre y si mi hermano todavía no ha terminado de limpiar las
bolas de chicle, seguro como el demonio que no quiero aparecer a
tiempo para ayudar. La evasión siempre ha sido mi mejor mecanismo
de sobrevivencia. ¿Por qué detenerme ahora?
Nicole dice que las noches de exposición y las careras de Ben son largas
y aburridas, ruidosas y sucias. A Ben no le importa si ella va, porque no
es como si pudieran hablar algo. Medio me mata saber que tienen tan
poco en común. He pasado tanto tiempo evitando estar alrededor de
ellos dos al mismo tiempo, que en verdad no entiendo su relación en
absoluto.
Ni siquiera sé si ella lo ama como yo. Y si lo ama, ¿por qué no está
aquí? Aunque reconozco a dos personas de la escuela sentadas en la
fila delantera, no me miran ni me hablan. Nicole nunca sabrá que
estuve aquí, porque nunca aparecerá, y Ben está usando un casco y
montando a un millón de kilómetros por hora.
Sus botas son casi hasta la altura de la rodilla, con un patrón de color
que hace juego con su camisa y pantalones. Usa gafas sobre su gran
casco así que ni siquiera puedo ver su rostro.
Salta en una rueda por lo que deberían ser treinta metros, luego cae
sobre la rueda delantera y cambia a una marcha más alta mientras se
avecina el banco delante de él. Monta por alrededor de medio círculo,
subiendo más alto por la pared hasta que está cerca de los bordes y la
49
única cosa sosteniéndolo contra la suciedad es la velocidad y fuerza
centrípeta. Para el momento en el que sale de la curva, está poniendo la
tercera marcha y dirigiéndose a una serie de pequeño resaltos. Se lanza
del primero y navega por encima de los dos siguientes sin tocar el suelo,
luego aterriza y rápidamente ejerce presión en el motor. El salto frente a
él es agudo y anguloso y mientras llega a la cresta, la motocicleta vuela
en el aire. Ben saca ambas piernas de los soportes y las pone en el lado
derecho de la moto haciendo esa extraña caminata de tijeras. Se las
arregla para regresar su pierna izquierda al lado correcto quedando a
horcajadas sobre la moto de nuevo justo cuando aterriza.
No sé cómo Nicole puede aburrirse con esto. Ben hace otro salto y
voltea su moto hacia un lado por un minuto, a propósito, y luego la
endereza de nuevo justo a tiempo para aterrizar. La multitud grita y
aplaude. Me pongo de pie con ellos y gritó con todos mis pulmones,
aplaudiendo y silbando.
Ben es uno de los mejores motocrocistas del área. Dice que no quiere
meterse en circuitos verdaderamente intensos todavía, pero
definitivamente podría. El primer día de clase de matemáticas, vi todos
esos stickers en su carpeta y le pregunté sobre ellos. Dijo que la tienda
de motos local prácticamente le da todo lo que necesita a cambio de
poner sus stickers en su moto y un parche en su camisa. Le creí. Es
bueno en eso.
—¿Hola?
—¿Dentista? Pensé que dijiste que era una cita con el doctor.
—Oh. Bueno, yo, huh, estoy medio ocupada en este momento. ¿Qué te
parece mañana?
—Sí, mi mamá dice que los chicos de paisajismo no están al día. Así
que… yo me quedé atrapada con esto. ¿Podemos trabajar en el
diagrama mañana? —pregunto de nuevo.
—No puedo. Tendremos que hacer esto el fin de semana o algo así.
No debería estar aquí, mirando al único chico que nunca podré tener.
Quiero decir, ¿cuánto tiempo voy a verlo desde lejos y obsesionarme con
él, todo el rato escondiéndolo de mi mejor amiga?
No estoy de ánimo para estar aquí más tiempo. Tengo que detener esto.
Tengo que dejar de desear estar con él. Es estúpido pasar por esto. Tal
vez puedo hacer una clase de fuera-de-vista, fuera-de-mente. Tal vez
puedo simplemente aprender a superar mi enamoramiento y dejar que
Nicole esté con él y sólo olvidar que Ben Mackenzie siquiera existió.
Uh-oh.
52
Capítulo 9
Traducido por Little Rose
E
l poni está corriendo, saltando y divirtiéndose como nunca. Levanta
los cuartos traseros, se retuerce y da vueltas en el aire con las
piernas tan levantadas que podría haber hecho piruetas.
Se me seca la boca.
Va a uno de los saltos más largos, con sus pequeños cascos resonando,
y luego se yergue y relincha pareciendo orgulloso de sí mismo mientras
salta una y otra vez como si fuera el dueño de la montaña.
O reina quizás. Después de todo, es rosa. Sigue dando vueltas, con sus
piernitas sacudiéndose sin prestar atención a la destrucción que está
provocando en mi pobre corazoncito.
53
Una moto resuena, y dejo de mirar al poni. Un corredor, obviamente
que no vio que la pista está ocupada por un caballo en miniatura
tremendamente rosa, está acelerando en su dirección.
Ups.
Quiero cerrar los ojos y bloquear esa voz —la voz de Ben— pero sé que
no lo haré desaparecer. Por lo que levanto la mirada. Se ha quitado el
casco, por lo que su cabello rubio está todo desordenado, y tiene una
ceja alzada mientras mira el poni. Sus ojos azules están brillando con
intensidad, como si hubiera cien bromas que quisiera contar. Tiene un
lado de su traje de corredor llenos de barro, gracias a que el otro chico
lo golpeó e hizo caer.
—Em… ¿no?
—¿No?
—Sonaba como una.
—No.
—Oh, eh, supongo que ese es mi pie para irme. Quiero decir, tengo
tarea y esas cosas, y de todas formas es una caminata larga a casa así
que mejor…
—¿Viniste caminando?
—Sí. ¿Pero cuánto es? ¿Sólo dos o tres millas? Menos de cuarenta y
cinco minutos. Y el clima está lindo. —Y quizás en algún lugar pueda
dejar tirado mi poni.
—Creo que puedo retroceder con la camioneta hasta allí —comenta Ben
señalando un montículo de tierra—. Y quizás podamos convencer al
poni de subirse.
—De acuerdo.
—Su carruaje espera —dice con una sonrisilla en sus labios perfectos.
—Tiendo a pensar que una hora con la señorita Vickers y dos docenas
de problemas de trigonometría solucionarían el ego de cualquiera.
—¿Eh, Kayla?
—Em, hay un paredón del otro lado de aquella cerca. Retrocede con tu
camioneta hacia allá y abriré la puerta.
—No importa.
Toca la bocina una vez mientras sale a la calle y cierro la puerta con
tanta fuerza y velocidad que cruje. Y luego inspiro muy hondo, y por
primera vez en media hora, no me falta el aire.
59
Capítulo 10
Traducido por Susanauribe
C
uando me despierto a la mañana siguiente, abro sólo un ojo
lentamente y miro alrededor de la habitación. Después del poni… y
las bolas de chicles... me siento como si estuviera a punto de ser
emboscada. Pero las bolas de chicle no han aparecido. Gracias a la
estrella de la suerte por eso. No sé lo que él hizo con ellas, pero mi
hermano hizo algo por primera vez en su vida. Y una mirada por la
ventana revela que no hay un poni comiéndose nuestro césped
perfectamente verde.
Saliendo de mi armario. 60
¡En serio! Si mi hermano ha hecho algo más… una pequeñita ínfima
cosa adolescente, le voy a decir a mamá. La vida ha sido loca desde que
él regresó y todo es su culpa.
Una regla. Me quedó ahí con eso extendido como una espada, todavía
escondida detrás de la silla. Tal vez si soy bastante afortunada, puedo
hacer algunas estrellas arrojadizas de clips de papel.
La extraña chica sólo está relajada en el suelo, con las piernas
cruzadas, usando el atuendo más horrible que he visto: medias a rayas
rojas y blancas, un vestido de algodón azul y un delantal blanco. Su
cabello de color fresa es rizado y está suelto cayendo hasta la mitad de
su espalda en grandes rizos alborotados, trozos de ellos saliendo por
todas partes. Ella tiene una sombra de pecas oscuras por el puente de
su nariz, y labios tan llenos que no parecen naturales. Parece de mi
edad. Excepto que no parece preocupada en lo más mínimo por haber
sido atrapada en mi armario. Si ésta es la novia a larga distancia de mi
hermano, en verdad tiene muy mal gusto. De nuevo, ella está saliendo
con él, así que parece que tal vez ella es quien necesita ayuda.
—Sentarme —dice ella, como si debería ser obvio. Ella pestañea unas
cuantas veces y me mira de la manera más extraña, como si no debería
ser yo quien estuviera de pie en mi propia habitación.
61
—Sí, ¿pero por qué estás sentada en mi armario?
—No, no vives aquí —digo, dando un paso hacia adelante. Ella necesita
salir de mi armario—. Ahora. ¿Qué cree que es esto, Narnia?
—¿Anna qué?
—Sólo Anna.
—¿Te conozco de alguna parte? —Mi voz suena más temerosa de lo que
me gustaría, y aclaro mi garganta.
Ella se ríe un poco, y por alguna razón me molesta. ¿Quién es ella para
reírse cuando ella es la invasora?
¿Huh?
Tal vez una vara sería suficiente, pero esta regla se siente más delgada y
delgada en mis manos.
—He estado en esa caja por cinco años —dice, señalando la caja blanca
en la parte trasera de mi armario—. No es ni de cerca tan cómoda como
era tu cama.
Ella se agarra del borde de mi cama y se arrastra a sus pies hasta que
está de pie en sus completa altura, lo cual parece bastante cerca de mi
metro sesenta. No suelta el poste de mi cama de cuatro postes. En
verdad, luce un poco temblorosa. Como esos caballos que ves en Animal
Planet justo momentos después de que aprenden a caminar.
Está vestida como mi viaje muñeca Raggedy Ann. ¿Es por eso que
estaba hablando sobre esa caja? ¿Ella escarbó entre mis cosas y vio mi
vieja muñeca?
Cruzo mis brazos, molesta. ¿Cree que puede venir aquí y burlarse de mí 63
por mi obsesión de un tiempo con mi muñeca Raggedy Ann? ¿Es cómo
se supone que sea?
—Siempre te gustó.
Ella se encoge y finalmente suelta mi cama para poder poner sus manos
en sus caderas. Se balancea un poco pero se queda de pie. Dios,
¿estaba bebiendo cerveza en mi armario?
Mis ojos se abren grandes. Nunca le dije a nadie sobre eso. Cuando
tenía diez, tenía un enamoramiento total de un policía de veinte años
que salía en el área de paso de peatones frente a la escuela. Cruzaría
una y otra vez sin otra razón, probablemente volviéndolo loca. Ni 64
siquiera nunca le he dicho a Nicole sobre él; era vergonzoso.
—Solías decir que ibas a casarte con él y vivir en una casa con una
cerca de estacas blancas. Y que él protegería…
Ella me frunce sus cejas y me da una mirada de “bueno, duh”. ¿Por qué
es que me siento como la estúpida cuando ella está vestida como una
muñeca gigante?
Ann suspira.
Una lógica.
Miro detrás de ella y veo la caja blanca donde mi muñeca había estado,
pero está vacía.
66
Capítulo 11
Traducido por PaulaMayfair
N
i siquiera voy a mitad del camino a la escuela en el momento que
debería estar subiendo las escaleras del frente. No estoy caminando
tanto como estoy arrastrando los pies, aturdida, sumida en los
pensamientos sobre el extraño desarrollo de la mañana.
Antes: normal.
No.
13
Raggedy Ann: es un personaje de ficción creado por el escritor e ilustrador Johnny
Gruelle para una serie de libros para niños pequeños. Es una muñeca de trapo con
vestido blanco y con pelo rojo de lana.
14
My Little Pony: es una línea de coloridos ponis de juguete producidos por la
compañía Hasbro, dirigidos principalmente a niñas pequeñas. Los diferentes ponis se
identifican por sus cuerpos y sus crines de colores, así como por un símbolo en uno o
en ambos lados de sus cuartos traseros.
Imposible.
Estoy parada ahí, mis ojos todavía fuera de foco, mi respiración tan
fuerte que mi pecho comienza a agitarse, como si hubiera terminado de
correr un kilometro y medio en educación física.
No tenía a nadie...
No, no, no. Eso es estúpido. Ella es un ser humano, no una muñeca.
Mi fiesta fue hace tres días. Cada día un nuevo deseo ha aparecido.
Primero el poni, luego el chicle, ahora Raggedy Ann cobra vida.
Podría haber una explicación lógica para esto, ¿cierto? Como alguien
que escuchó lo que dije en la fiesta y está jugándome una broma.
Quizás mi hermano y sus amigos se unieron porque tienen muy poco 69
que hacer, y esta broma es realmente extraña.
70
Capítulo 12
Traducido por Vero
C
uando tiro para abrir la puerta del armario, Ann está sentada en el
suelo mirando al techo con el pelo extendido a su alrededor. Tiene
una cuerda de varios colores que ha sido atada en un lazo y está
jugando cat's cradle16, o al menos intentándolo, ya que está hecho para
dos personas. En su lugar parece más bien una maraña de nudos
atados alrededor de sus dedos.
—Por supuesto que no. ¿Por qué iba a mentir? —Me mira a través de
sus espesas pestañas, como si estuviera siendo la ridícula.
Se encoge de hombros.
—Quizás. Sólo estoy feliz de estar fuera de esa caja. Es súper oscuro
ahí, ya sabes. Podrías al menos haberla dejado entreabierta.
—Creo que eres uno de mis deseos —le digo, luego de un largo
momento de silencio—. Quería que fueras real cuando era pequeña.
—Hace unos días dije que quería que todos mis deseos de cumpleaños
se hicieran realidad. Y ahora lo hacen. Uno cada día.
—¿Qué?
Y Ben estaba allí, varias mesas más allá, almorzando con sus amigos.
Así que cerré los ojos, pedí el deseo y apagué la bengala.
D
esde que ir a trigonometría significa sentarme junto a Ben, decidí
saltear esa también. Estoy segurísima que sólo un deseo se vuelve
realidad cada día. Pero no estoy dispuesta a probar esta teoría. No
todavía, de todos modos.
Cuando llego al comedor, ella está en la fila por una ensalada, hablando
con Breanna Mills, una de las porristas. Ugh. Siempre pensé que Nicole
odiaba a Breanna, pero ellas están riendo juntas sobre algo, y está
claramente lejos de arañarle los ojos a la chica.
17
Rageddy Ann: personaje de ficción creado por el escritor e ilustrador
estadounidense Johnny Gruelle, originario de Illinois (1880-1938), en una serie de
libros para niños pequeños. Es una muñeca de trapo.
poco más inquieta de lo normal, o quizás es sólo su cabello. Luce como
si se lo hubiera rizado hoy, lo que no creo que haya hecho nunca antes.
El cabello de Nicole es tan liso y recto que nunca tiene rizos.
—¡Gracias! Me tuve que levantar como a las cinco para rizarlo. Encontré
este genial y nuevo aerosol para el cabello.
Perfecta.
—Guau. Te ves...
Su sonrisa se ensanchó.
—Tengo una historia realmente loca para contarte —le digo, una vez
que se ha rendido a ser mejor amiga del dictador. 76
—¿Sí? —Nicole está masticando su ensalada y mirando fuera de la
ventana.
Uh.
Código rojo.
Oh, Dios, ¡probablemente les esté diciendo que vive conmigo! Éste es el
final de la vida como la conocía.
77
19 Día D: es un término usado genéricamente por los militares para indicar el día en
que se debe iniciar un ataque o una operación de combate. Históricamente, se utiliza
el término día D para referirse al 6 de junio de 1944, día en el que comenzó a
ejecutarse la denominada Operación Overlord.
Capítulo 14
Traducido por Otravaga
M
e toma el período completo del almuerzo para esconder a Raggedy
Ann de nuevo en mi casa, con un severo sermón sobre quedarse
donde está. Regreso a clases justo cuando el último timbre está
sonando, con mi estómago todavía vacío borboteando en señal de
protesta. Ann ha subido un nivel en la lista de personas que no me
agradan justo ahora.
Es mi mamá. Extraño.
—¿Kayla?
—Ajá.
—¿Qué?
—Nada, mamá.
—Te doy todo, Kayla. Trabajo duro por nuestra familia. No olvides eso.
—Se enteró de que falté a clases hoy y quería sermonearme por eso.
—Patético.
—Sí. Ella trata de actuar como si fuese la mamá del año. Tan fastidioso.
Yo podría llevar puesto un disfraz de pollo gigante a la escuela todos los
días y ella ni siquiera lo sabría a menos que alguien se lo dijera.
Nicole asiente.
Esa noche juramos que sin importar lo que pasara, incluso si ambas
teníamos novios, regresaríamos este año en algún disfraz realmente
estúpido y nos burlaríamos de todo el asunto. Sabíamos que si
teníamos novios, ellos tenían que ser del tipo guay para seguir nuestras
travesuras tontas.
—Quiero decir, si usamos tiaras y todo, nos podríamos burlar tanto del
baile como de la reina de la fiesta de ex-alumnos. Doble propósito.
—Dudo que tengan una mejor selección. Este lugar es enorme. Estoy
segura que hay algo aquí. ¿Y si vamos como muñecas gigantes? —
pregunto, volteando para mirar a Nicole. Está mirando fijamente un
disfraz unisex de tocino y huevos.
—¿Ah?
—Me refiero a todo el asunto —dice ella. Su teléfono está vibrando, así
que lo abre. Le toma cerca de quince segundos mandar algo en un
mensaje de texto, y luego lo cierra de golpe.
Nicole ya no está metida en la idea del disfraz. Puedo decirlo. Sólo estoy
parada aquí, esperando que admita que va a deshacerse de mí y de los
disfraces y va a ir al baile con Ben, usando un vestido brillante y
tacones.
20
Raggedy Andy: personaje de ficción creado por el estadounidense Johnny Gruelle
en 1920 para Raggedy Andy Stories, historia en la que se introdujo al hermano de
Raggedy Ann vestido con un traje de marinero y un sombrero.
—¿Todavía estás en esto o estás cambiando de idea?
—Por supuesto que estoy en esto. Hemos hablado de esto por un año.
No hay forma de que vaya a abandonarte de nuevo, lo juro. Prometí que
iba a compensarte por perderme tu cumpleaños, ¿recuerdas? Es sólo
que no hay nada aquí. Vamos a conseguir batidos. Hay un salón al lado
de Orange Julius que vende este impresionante aerosol para rizar
activado por calor.
Toda esa última frase sólo me da ganas de poner los ojos en blanco,
pero no lo hago, simplemente la sigo fuera de la tienda, con mi corazón
hundiéndose a medida que dejamos atrás los disfraces.
Tal vez para mi autorretrato del proyecto de fotografía sólo tome una
foto de un gran agujero vacío, porque así es como me siento.
82
Capítulo 15
Traducción SOS por Jo y Zeth
C
reo que soñé que Ann y el poni huían a México, pero en su lugar, me
despierto temprano un viernes por la mañana con ella inclinada
sobre mi cama mirándome fijamente a los ojos, su nariz tocando la
mía.
Ella no se mueve cuando abro mis ojos, tampoco. Sólo sonríe de esta
manera que me crispa los nervios porque está a centímetros de mi cara.
—¡Creí que nunca despertarías! —dice, sus ojos verdes destellando más
amplios, por lo que sus gruesas pestañas rozaban sus cejas.
Aún si, dicho extraño era una vez una muñeca. O tal vez especialmente.
Ann se encoje de hombros y se deja caer en el suelo.
—He pasado los últimos seis años durmiendo, estoy lista para la
aventura.
No puedo fingir como si no tuviera nada que ver con el poni, pero a
menos de que consiga que los deseos se detengan, cosas locas van a
continuar sucediendo, y mi mamá va a notar que hay sólo una cosa que
todas tienen en común: yo.
Me deslizo en la esquina en mis calcetines justo cuando mi mamá esta
saliendo del lavadero.
—Buenos días —dice ella, una ceja alzada. Creo que ya sabe que sucede
algo. ¿Cuándo una chica de dieciséis corre a la cocina para hablar con
su mamá?—. ¿Qué le pasó a tu barbilla?
—¿Huh? Oh, nada. —De pronto quemaba, como una gran letra
escarlata. Debo actuar casual. Pongo una mano en mi cadera y me
inclino en el mostrador—. Um, así que, estaba pensando en aplicar
para… —mi voz se desvanece. ¿Softbol? No hay forma en que lo crea.
¿La obra escolar? Probablemente no— capitana del equipo de debate.
—Oh. Um, sí. Quiero decir, bueno, me refería a que iba a aplicar para el
equipo de debate con la capitana. La capitana… está encargada de las
pruebas.
–Sí. Voy a…
—¿Zanahorias?
—Sí. Realmente me gustaría una buena zanahoria de desayuno. —Por
alguna razón, flexiono mis bíceps mientras lo digo, como si una
zanahoria fuera a darme enormes músculos. Genial.
Tal vez mi mamá quiera boletos para el show de armas mientras estoy
en eso.
Whoo chico, tal vez debería haber sido yo la que persiguiera el poni
mientras Ann pretendía ser una compañera de clases. Pero parece
completamente no entender el arte de actuar calmada, y dudaba que
86
pudiera sacar siquiera treinta segundos de hablar con mi mamá. Esto
era evidenciado por el hecho de que está aleteando sus brazos como
una gallina en este mismo momento.
21 My Little Pony.
—¡No! Está bien, ¿ves? —Tomé un gomoso mordisco y lo mastiqué con
una gran sonrisa y un sonoro y revuelto estómago. Esto es asqueroso,
como goma de mascar con sabor a zanahoria.
Claro.
Necesitaba un plan.
—Sólo vas a tener que quedarte aquí todo el día —digo, levantando la
mirada hacia Ann—. Con el poni.
Pft. No le debo nada a una muñeca y a un My Little Pony. Son ellos los
que arruinan mi vida. Pero no digo eso en voz alta.
Sin embargo, al final recibí mi recién salida licencia. Mi foto era terrible,
y es simplemente un papel temporal hasta que la real llegue por correo,
pero tengo una licencia para conducir. Con toda la mierda que está
ocurriendo ahora, parece un poco decepcionante. Pero de cualquier
manera, tengo una licencia, y no puedo esperar para mostrársela a
Nicole. Eso tendrá que esperar hasta Fotografía porque me perdí
Biología. Mi madre me dejó en la escuela a tiempo para los últimos
veinte minutos de la clase de matemáticas.
Así que, ¿quién dice que mi deseo de quince años no ocurra hoy?
Una bola de chicle amarillo brillante. Gira por todo el piso entre los
escritorios de mi fila, finalmente deteniéndose cuando choca con las
zapatillas Adidas negro opaco de un chico. Estoy tan enferma de estas
estúpidas cosas apareciendo por todas partes. Juro que no estaba en
mi bolsillo hace diez minutos.
Genial. He estado aquí por dos minutos, y él ya sabe que algo pasa.
Pretendo no notarlo, como si tomara cada onza de concentración el
escribir dos oraciones. Ben finalmente regresa su atención hacia la
maestra. Si pregunta por qué lo estoy tratando como si tuviera peste
bubónica, no estoy segura de que le diría. “Oh, lo siento, pero de
acuerdo a mi hada madrina, ¡definitivamente vas a besarme hoy!”
Recuerdo todas las cosas geniales que Nicole ha hecho por mí a lo largo
de los años. Una vez, cuando estábamos en un tonto viaje al campo,
rompí por la mitad mis vaqueros porque pensé que sería genial tratar de
escalar la escultura de un soldado de metal. No lo fue. Para hacerme
sentir mejor, ella rasgó un gran hueco en los suyos, y de esta manera,
su ropa interior de lunares quedaba expuesta. Si supieran cuán tímida
Nicole era, cuán totalmente mortificada se ponía por las cosas más
simples, entenderían que ése fue un asunto muy, muy, grande.
También, estaba la vez que les dijo a sus padres que no iría a
Disneylandia a menos de que yo también fuera. Y esa vez que me ayudó
a pintar mi nuevo cuarto verde lima, y luego a repintarlo de morado
ciruela cuando decidí que ese verde lima nos daba dolores de cabeza.
Fuimos y volvimos en nuestras bicicletas hasta la ferretería como una
docena de veces, recogiendo pedacitos de pintura y comprobándolos
bajo la luz natural de mi cuarto.
No puedo vivir con esto. Tengo que buscar la forma de terminar con los
deseos.
Entiendo italiano.
Mi padre nos dejo hace siete años. Cuando el divorcio fue definitivo, no
perdió tiempo y se mudó a Italia. Sus padres aún viven ahí, y él tiene
doble ciudadanía. Estudió en una universidad aquí en Estados Unidos, 93
que fue donde conoció a mi madre. Supongo que mudarse a otro lado
en la ciudad o a otro estado no era suficiente para él. Había puesto un
mar entre él y nosotros, la familia que aparentemente ya no quería.
22 Rinomato: renombrado.
—¡Oh! —digo, mis ojos abriéndose de golpe para encontrarse con la
mirada del Señor Martin—. Perdón, es, eh, simplemente es muy extraño
para mi escuchar, eh, con claridad el italiano. Estoy simplemente
escuchando.
—Posso parlare bene nell’italiano. Non oh bisogno dei sottotitoli per capire
il film.23
23 Posso parlare bene nell’italiano. Non oh bisogno dei sottotitoli per capire il
film: También hablo italiano. No necesito de los subtítulos para entender la película.
24 Grazie: Gracias.
Capítulo 16
Traducido por dark heaven
P
ara el momento en que acabó el día, había pasado por todas mis
clases, aún no había visto a Nicole y Ben me había dado una extraña
mirada mientras pasaba por el pasillo. Todo lo que quiero es llegar a
casa y tirar mi colcha por encima de mi cabeza y fingir que nada existe
fuera de la puerta de mi dormitorio, incluso si eso significa bloquear a
Ann.
Corro a través del resto del campo de béisbol, reuniéndome con ella
antes de que hiciera todo el camino hasta la escuela. Miro detrás de mí
y me doy cuenta de que varios estudiantes están parados en el
estacionamiento cercano, mirando.
—Estaba aburrida ahí. Y el poni tenía hambre de algo más que viejas
zanahorias. No iba a ir al campus, lo juro. Sólo alrededor.
—Bien. Voy a averiguar con qué alimentar a esa cosa esta noche. Pero
tienes que volver al cobertizo.
25
Mannaggia: oalabra en Italiano que significa Maldición.
Ann hace pucheros.
Hasta ahora.
Sabía que ese estúpido pastel era problemas. Con sus cuatro capas de
grandes remolinos helados, de flores rosas, velas de lujo...
Miro hacia ella. Está bien, es en cierta forma muy tierna. Especialmente
cuando menea sus labios contra mi bolsillo, como si tuviese un regalo
allí y estuviera reteniéndolo.
—Déjalo —le digo con una sonrisa, empujando la nariz del poni lejos.
Parece que se molesta, y me pellizca.
—¡Ay! —Salto adelante unos metros, fuera del alcance de los dientes del
poni. La maldita cosa sólo me mordió.
—¿A dónde vamos? —pregunta Ann, acelerando sus pasos para ponerse
al día.
—Está bien, está bien, cálmate. No voy a deshacer todo. Te voy a excluir
cuando pida mi deseo —le digo.
Excepto que no creo que realmente pueda hacer eso, porque no puedo
arriesgarme a estropear la disolución de mi deseo al tratar de excluirla.
Cuando abro la puerta del cobertizo, descubro que está aún más
desordenado de lo que estaba esta mañana. El poni ha, ewww,
totalmente defecado aquí. Y las bolsas de chicle se encuentran en una
situación aún peor, derramadas por todas partes.
Apenas hay espacio para el poni. Pero no tenemos otra opción, así que
lo encerramos en el cobertizo con un cubo de agua y un montón de
hierba recogida a mano y cruzamos los dedos para que no coma nada
del chicle y se enferme, porque eso sería exactamente lo que necesito
para poner la cereza en la cima de todo este lío.
Genial. Así que ahora tengo que averiguar dónde mi mamá consiguió mi
pastel. Y para el momento en que llegue a casa esta noche, será
demasiado tarde para salir en otra expedición. Voy a tener que pasar a
través de al menos otro deseo más.
—¡Esto esta tan bueno! —succiona tan duro del sorbete, que parece que
estuviera haciendo cara de limón agrio y el vaso rápidamente baja a la
mitad. 100
Me olvidé de explicarle sobre el cerebro congelado, y pronto se hace
evidente que ella lo tiene porque arruga la cara y cierra los ojos. Lo que
me hace reír.
Así que tal vez es un poco molesta, pero al menos también es algo
divertida. Con Nicole siempre plantándome, he estado saliendo sola
todo el tiempo, lo que sólo hace demasiado deprimente salir a comer o
al cine. Prefiero arrancarme las uñas de los pies con un par de alicates
u organizar mi armario que ir al cine o al teatro sola.
26
¿Ciao, cosa mi consiglierebbe?: (Italiano) Hola, ¿Qué me recomienda?
Puedo ver el ligero cambio en la camarera. Ella obviamente respeta mis
locas habilidades para hablar en italiano porque se para un poco más
erguida y su sonrisa se vuelve un toque más auténtica.
—Un piatto di gnochi con mozarela fresca è il risotto ai carciofi è ottimo 27.
—Mi sembra fantastico, allora prendo il risotto e per lei invece, gli
gnocchi28.
—Qualunche l’antipasto?29
—Non grazie30.
—Fue un deseo.
27
Un piatto di gnochi con mozarela fresca è il risotto ai carciofi è ottimo:
(Italiano) Un plato de ñoquis con mozzarella fresca o un risotto con alcachofas, son
muy buenos.
28
Mi sembra fantastico, allora prendo il risotto e per lei invece, gli gnocchi:
(Italiano) Suena fantástico. Pediré el risotto y para ella los ñoquis.
29
Qualunche l’antipasto?: (Italiano) ¿Quiere algún aperitivo?
30
Non grazie: (Italiano) No, gracias.
Dejo caer el tenedor y agarro mi servilleta. Se dobló para parecer un
triángulo un poco extraño. Me concentro en ella y la desenvuelvo en mi
regazo, con cuidado de suavizar las arrugas.
—Se fue un año después de que mi mamá te regalara a mí. —Hago una
pausa—. Lo siento, eso suena raro.
Se encoge de hombros.
—Cierto.
—No lo sé. Quiero decir, un minuto él está allí y al día siguiente solo no
lo esta. Apuesto a que nunca miró hacia atrás, tampoco. No tuvo
sentido entonces, y aún no lo tiene. No veo cómo él pudo solo dejarnos y
nunca volvernos a ver.
Por otra parte, no estoy segura de que alguien hubiese pensado en darle
de comer tampoco, ¿verdad? Tal vez eso es porque se supone que ella es
una muñeca. No una chica viva sentada en la mesa frente a mí,
relamiéndose sonoramente los labios mientras que sus mejillas se inflan
como las de una ardilla.
—Es de mala educación masticar con la boca abierta —le digo—. Y los
codos no deben estar sobre la mesa.
103
—¿Qué se supone que debo hacer con ellos? —pregunta, todavía
mostrando la comida a medio masticar mientras levanta los codos y los
pone en un ángulo extraño, como un pollo.
—¡Gracias!
—¿A quién?
—A tu padre.
—Sí, pero…
Oh, no.
¿Siempre hace esto? ¿Vestirse como una muy femenina princesa 104
cuando no estoy alrededor? ¿O sólo cuando está en citas?
Ella mueve la espalda tan rápido que la mesa salta, y su vaso de agua
se empieza a balancear hacia atrás y adelante. Su mano se dispara para
atraparlo, pero en cambio, ella lo derriba y se derrama sobre la mesa y
se desliza sobre mi regazo, empapando mis jeans.
Tomo medidas drásticas en mis labios para no gritar y arrebato las
servilletas de la mesa y empiezo a retirar los excesos de agua fuera de
mis jeans.
Ann está sentada allí, con los ojos abiertos, su rizado cabello rojo sale
en ángulos extraños y su horrible vestido azul arrugado y torcido.
Nosotras logramos salir antes de que Ben y Nicole tengan oportunidad 105
de ver de lo que se trata el alboroto.
Sus ojos son en realidad su mejor característica. Tal vez con mejor ropa,
pelo no rizado y cerca de mil años de lecciones de etiqueta, ella sería
algo bonita.
—¿Y?
Me burlo.
—¿El ballet no existe para los de dieciséis años? —Me mira con los ojos
muy abiertos, completamente seria—. ¡Eso es tan triste!
—No, lo hace.
—Espero que sí. ¡Cuando tenía diez años, mi deseo más ferviente eras
tú!
Caminamos hasta mi auto y Ann rodea el lado del pasajero. La miro por
encima del techo, protegiendo mis ojos del sol del otoño.
—Mira, no hay nada de que hablar aquí. No tengo diez años como
cuando me conociste. Y tú no eres una muñeca, tampoco. Así que
vamos a pretender que eso —señalo al restaurante— no sucedió. Y deja
de hacer tantas preguntas, ¿de acuerdo? Tal vez no viví en una caja
durante los últimos cinco años, pero eso no significa que yo sepa más
que tú.
—No —le digo. Dios, me acuerdo de eso. Tenía todos los carteles que se
han hecho, los que no tenían color, y con esmero los pintaba con los
marcadores que suministraban. Mi habitación estaba prácticamente
empapelada con unicornios, perritos, escenas de béisbol, prados y
arcoíris.
—¿Karaoke?
Me río. Solía tener fiestas épicas de danza en mi habitación, arruinando
la ridícula música pop, cantando con mi cepillo para el cabello. Ann y
sus amigos de felpa servían como mi audiencia.
—Ann, en serio. Era una niña entonces. Una realmente muy estúpida.
Soy mucho más sabia ahora.
Ann vuelve su atención hacia las nubes que pasan por encima.
—No, no lo hago.
108
Capítulo 17
Traducido por Susanauribe
E
sa noche, aprendo que Ann es una persona que se toma toda la
cama. Pensé que sería buena y compartiría mi cama tamaño queen
con ella en vez de hacerla dormir en el Berber. He hecho eso una o
dos veces, y esa alfombra no es cómoda en absoluto. Así que tomé mi
saco de dormir del armario del pasillo para ella, y luego doblé mis
sábanas por la mitad para mí, y cuando me quedé dormida en la noche,
ella estaba cerca de la pared mientras yo estaba cómodamente
acurrucada con mi almohada. Todavía no es el amanecer, pero no
puedo dormir más. Estoy colgando del borde de la cama, mi almohada
ha sido lanzada al suelo sin piedad, mis sábanas robadas por Ann.
Es dolorosamente perfecto.
Voy a la cama y le quito una de las sábanas a Ann, luego me hago una
bola en el suelo y miro al techo. Me dejó llevar por una hora o dos pero
no por mucho, porque me encuentro observando cuando la habitación
se vuelve más ligeramente iluminada. Cuando ya no lo puedo soportar
más, me siento y la miro.
Parece bastante cómoda, tendida diagonalmente en el colchón,
acurrucada dentro de un saco de dormir, mi colcha encima. Tiene dos
almohadas, una debajo de su brazo y otra debajo de su cabeza.
Me agacho y recojo la regla del armario junto a mí y la toco con eso. Sus
ronquidos se convierten en un extraño gorgoteo durante un minuto,
pero luego continúa el sonido de madera siendo serrada.
Lo que sea.
Senos.
Tengo senos.
Er, no creo que ni siquiera tenga un sostén que sostengan estas cosas.
Trago y doy pasos hacia adelante hasta que estoy directamente frente al
espejo.
Uh, oh.
Suspiro, sin mover mis ojos de mi reflejo. Una noche de pizza, por
supuesto. Me pregunto si alguna vez volverá a comer con nosotros.
Lo que sea.
Subo mis manos y se ciernen encima de mi pecho. No creo que pueda
tocarlas. Eso es tan… extraño. Porque en verdad no son realmente
mías, per se. Son…
Senos mágicos.
Perfecto.
Gruño y dejo caer mis manos hacia la encimera de nuevo. El vapor está
comenzando a llenar la habitación, y la parte superior del espejo ya está
empañándose. Me inclino en la encimera y me acerco tanto al espejo
como puedo, y luego observo mi propia camiseta.
Apuesto que tenía doce años cuando deseé esto. Supongo que los chicos
y chicas de doce años piensan lo mismo, porque odiaba tener el pecho
plano. Nicole fue una que tuvo pecho rápido, y me sentía tan tonta
junto a ella. Todos los chicos miraban sus senos, ignorándome por
completo, su mejor amiga con cuerpo de hombre.
¿Cómo voy a ocultar esto? Todos van a pensar que me estoy rellenando.
Y ni siquiera de una forma sutil, tampoco. He pasado de una copa A, a
al menos una C. Tal vez D.
T
ardo veinte minutos buscando en mi armario algo que le vaya bien a
Ann, sin mencionar algo que me cubra el pecho.
Ella termina con una camiseta celeste bebé que no uso desde el octavo
grado y un par de vaqueros desgastados. Parece ser más pequeña que 113
yo, por lo que tengo que encontrarle un cinturón para que no se le
caiga.
Pero para cuando llevamos diez minutos en el auto con las ventanillas
abajo, su cabello ha enloquecido, un poco como Bob Patiño en Los
Simpsons. Ann pasa todo el viaje riendo por la forma en que se vuela
alrededor de su cara, intentando sin éxito contenerlo desde el cuello.
Estaba tan distraída por mis nuevos pechos que olvidé decirle a mi
mamá de la panadería. No quiero esperar otro día, por lo que iremos al
plan B: haré mi propio pastel, una mini réplica perfecta de mi
monstruosidad de dulces dieciséis. Le haré de cuatro pequeños niveles
y lo decoraré con flores de azúcar y pondré cuatro velas en cada piso. Si
tengo cuidado, seguramente podré hacer que se vea similar al pastel de
cumpleaños.
Luego haré que Ann me cante el “Feliz cumpleaños”, soplaré las velas y
cuando abra los ojos, ella se habrá ido, mi pecho se encogerá, no estaré
maldiciendo en italiano cuando esté molesta, el poni estará en su
granero imaginario de plástico y la goma de mascar ocupará las
máquinas expendedoras de todos lados.
—Tiene que ser blanca. Como ésta. —Sostengo una con una foto de una
torta blanca.
Arrojo dos cajas en el carrito y luego meto lo que estoy segura es mezcla
blanca. Podría haber sido amarilla.
Me inclino para tomar la mezcla amarilla del estante de abajo. Cuando
me apoyo, mi nuevo pecho golpea el estante y media docena de cajas de
mezcla para torta caen ruidosamente al suelo.
Las miro, considerando dejarlas ahí, luego suspiro, las levanto y las
pongo en su lugar. Cuando me pongo de pie, tengo que sujetarme al
carrito para no tropezar.
Llamativos.
Para cuando nos vamos, he gastado cuarenta y cuatro dólares del
dinero de mi cumpleaños y los veinte que mamá dejó en la mesa. Allí va
la cena de pizza de mi hermano. Pobrecito, va a comer burritos de
nuevo.
Uso los últimos seis dólares que tengo para un par de hamburguesas de
queso, que Ann y yo devoramos camino a casa.
Porque resulta que tener todo lo que siempre deseaste es bastante caro.
116
Capítulo 19
Traducido por Agus
A
nn y yo sacamos las jarras de medir, las cucharas y unos pocos
cuencos gigantes. Pongo MTV, el cual, increíblemente, está pasando
videos musicales. Katy Perry justo está entrando en escena
presentando alguna otra estética y enérgica canción pop.
Probablemente tiene una coreografía con un cuenco de frutas más
tarde.
—¡Nunca había horneado una torta antes! —dice, levantando los brazos
de golpe. Sus manos golpean una de las cajas de mezcla y esta cae
fuera de la encimera de granito y aterriza en el suelo de baldosas de
mármol travertinos con un fuerte tortazo. 117
Al menos aún no estaba abierto.
Frunzo el ceño.
Asiente entusiasmadamente.
—Oh. Um, bueno. —No estoy segura de qué decir. Ann tiene una
memoria espectacular. Cambio de tema—. Uh, bueno, necesitamos
poner la mezcla blanca en este cuenco y la amarilla en ese y sacar todos
los grumos, porque no sé dónde puso mi mamá el tamizador.
Mi mamá tenía esta cocina gourmet diseñada y equipada con aparatos
de lujo, porque hace un tiempo a ella realmente le gustaba cocinar. Yo
lo amaba también.
No les decíamos que comida era. Simplemente los hacíamos abrir las
bocas en el momento justo y aceptar la cuchara llena de lo que
hubiéramos hecho.
Suspiro y froto mis ojos. Dejo mi cuenco a un lado y agarro los moldes
para torta, después los cargamos con pasta para rebozar y los ponemos
en el horno.
—No es instantáneo.
—Oh.
Me pregunto que sería tener ese tipo de posibilidad brillante, ese tipo de
extensión sin fin de los sueños. Simplemente elegir algo y ser bueno en
ello.
Ann está encima de mi hombro y mira, está tan cerca que puedo sentir
su respiración. Confié en ella con el glaseado, el cual créanme, es difícil
dejárselo hacer. No quiero que esto se arruine. Ella usa un cuchillo para
la mantequilla, y los resultados no son bonitos, pero este hace el
participantes (que pueden ser cualquier número de jugadores), deben retirar bloques
de una torre por turnos y colocarlos en su parte superior, hasta que ésta se caiga
trabajo. Quizás debería haber puesto algo de Martha Stewart35 en vez
de MTV.
Continúa mirándome.
Me toma diez minutos enseñarle la canción. Uno pensaría que al ser tan
repetitiva como lo es, debería haber sido más rápido, pero ella está
realmente preocupada en hacerlo bien. Supongo que yo debería estarlo 121
también.
Deseo que cada deseo que he hecho nunca se haya vuelto realidad.
Con una larga inhalación, abro mis ojos y apago cada vela en un solo
intento.
Deseando.
Esperando.
Ann está cortando la torta con el cuchillo para la mantequilla que usó
para el glaseado.
122
Capítulo 20
Traducido por carmen170796
P
asé la mayor parte de esa noche mirando el techo de mi cuarto,
escuchando a Ann roncar y tratando de pensar más deseos para
poner en la lista. Si no puedo detenerlos, sería lindo si al menos
supiera qué es lo que está por venir. Uno pensaría que si ya he gastado
un preciado deseo de cumpleaños —solamente tienes uno por año,
después de todo— al menos recordaría que pedí.
36CEO: (Chief executive officer), director ejecutivo de una empresa, el cargo más alto
de una compañía.
—¿A dónde vas?
—A la biblioteca.
Mi mamá suspira.
Me quedo boquiabierta.
—¿Por qué tienes que ser tan desagradecida? Te doy todo lo que
quieres, y aun así insistes en usar la misma ropa vieja y andrajosa y
quejarte todo el tiempo.
—¿De verdad, mamá? ¿Me hiciste una fiesta o le hiciste una fiesta a tu
compañía? Porque fue difícil notar la diferencia.
Está bien, eso es malvado. Estiro el brazo y paso mis dedos por una
alambrada mientras camino, mi mente divagando mientras giro la 125
esquina, yendo directo a la ciudad. La cordillera de las Cascadas se alza
a la distancia. Aun cuando la mayoría de los árboles son de hoja
perenne, también hay de hoja caducas, y el resultado son salpicones de
rojo brillante y naranja tostado iluminando las cumbres. Más allá a la
distancia, la nevada cima del Monte Rainier sobresale en el horizonte.
Ew.
Me alegra que no tenga que caminar mucho. La biblioteca esta tal vez a
dos kilómetros de mi casa a través de una zona de bonitas residenciales
al otro lado de la calle Cole, la principal calle de la ciudad, con sus
pequeñas cafeterías y tiendas de antigüedades. Este chico mirándome
lascivamente me hace desear haber conducido, pero pensé que si
caminaba, me daría más tiempo lejos de casa, de Ann y todo lo demás
que está pasando.
—Ok, ahora sé que me has confundido con alguien más. No tengo una
casa en la playa.
Estoy caminando cada vez más rápido, y este rarito esta manteniendo el
ritmo, deslizándose en su convertible amarillo. Incluso marchando
lentamente, el motor es ruidoso, retumbando y vibrando en el aire
alrededor de nosotros.
—¿Cuál es tu nombre?
Se ríe.
—Ken.
Me esfuerzo mucho para conseguir que Ken me deje sola, pero él sigue
deslizándose cerca de la acera, llamándome por varios nombres de
mascotas y tratando de convencerme de que, en realidad, soy Barbie.
Correcto.
Apenas puedo lidiar con la Raggedy Ann de la vida real. ¿Qué voy a
hacer con Ken? Al menos no cree que vivimos juntos. Y él tiene un auto.
Gruño y pongo mis ojos en blanco pero me doy por vencida. Si eso hace
que deje de fastidiarme por el resto del día, podré descubrir qué hacer
con todo esto. Ken salta fuera del auto, da la vuelta y me abre la puerta
del pasajero. Él se queda de pie cuando entro y luego cierra la puerta
mientras me abrocho el cinturón.
Entonces, Ken es un caballero. Qué raro. Pensé que sería más del tipo
de idiota futbolístico, del tipo que no nota si pasa toda una tarde
hablando de sí mismo y aplasta latas contra su cabeza.
—Uh, ¿no?
129
—Siempre dices eso. Creo que tomas tus turnos de azafata demasiado
en serio. Deberías divertirte más.
¿Turnos de azafata?
Me volteo para ver la danza de los árboles con la brisa de otoño, y una
sonrisa empieza a jugar en las comisuras de mis labios, hasta que se
vuelve demasiado y sonrió para mí. No hay manera de que pueda
extrañar jugar con el Ken.
Hago un gesto con mi dedo como una severa bibliotecaria o algo así.
Frunce el ceño.
Madge. ¿Lo dije bien? ¿O era Midge? Hmmm. Mis días de Barbie fueron
hace mucho tiempo. Por si acaso, pestañeo, ensanchando mis ojos de
una manera inocente, y hago un puchero.
Decido seguir.
Antes de que pueda salir del auto, se inclina hacia adelante y me besa,
sus enormes labios, perfectamente suaves y húmedos, lo cual me
parece asqueroso por alguna razón, presionando contra los míos.
—Bien. —Sus ojos están fijos, observando a Ken salir del terreno, el
tubo de escape de su auto deportivo acelerando al máximo mientras los
neumáticos chirrean sobre el asfalto—. ¿Quién es ese?
Ben se voltea para mirarme, y estudio sus ojos, tratando de evaluar sus
emociones. ¿Está celoso?
Aprieto los dientes. No se supone que quiera que Ben esté celoso.
Carson era su apellido, ¿cierto? Todos los detalles sobre Barbie son
bastantes confusos.
—¿Están juntos?
Me sigue más allá de los estantes con las novelas de romance, más allá
de la sección de niños, más allá de la docena de estantes de libros de
referencia, hacia un sofá en la esquina trasera de la librería, donde una
gran ventana ilumina el lugar. Nos sentamos en lados opuestos, un
cojín entre nosotros.
Se encoge de hombros.
—Mira, somos amigos, ¿verdad? Sólo pensé que el chico era un poco
extraño. Puedes tener algo mucho mejor.
—¿Entonces, es tu novio?
—¿Sólo qué?
—No importa.
Ben agarra su propio libro y lo abre. Unas cuantas hojas de papel salen
volando y caen al suelo. Una de ellas se desliza bajo mi pie. Me agacho
para recogerla, reconozco la letra de Nicole para cuando mis dedos
están rozando la página, pero Ben la agarra antes de que pueda ver que
dice.
—Gracias.
C
uando Nicole se acerca a mí al día siguiente en la escuela, todo lo
que pude hacer fue mirarla. Incluso desde una docena de pies de
distancia, pude decir que está usando un rímel más oscuro de lo
habitual, y que los bordes de sus ojos tienen una evidente mancha de
lápiz de ojos. Su cabello estaba rizado una vez más, y hoy llevaba una
—me atrevo a decir— minifalda vaquera desgastada, más una remera
negra de cuello V con una camisola de encaje azul por debajo. Llevaba
un par de botas, también, diferentes a las que usó la semana pasada.
Eran negras, con adorables pequeñas tiras que zigzagueaban por toda
la punta. El año pasado ella se vestía más como yo, con un montón de
sudaderas y vaqueros, y casi siempre usaba Converse37. Quiero decir,
no es como si yo esperara que ella me consultara antes de irse hacer 134
sus compras de regreso a clases, pero es sólo un poco... extraño. Ver su
transformación justo frente de mí, y ni siquiera dirigiéndome la palabra
o dándole mucha importancia a esto.
Pasé quince minutos esa mañana con Ann, probando la idea del
vendaje. En realidad no funcionó. Quiero decir, eso básicamente le
añadía unas cuantas capas a mi gran busto, así que esencialmente solo
las hizo más grandes. Me rendí y fui con el sujetador deportivo.
Así que ahora sólo sigo sentada con las piernas cruzadas en una
postura inclinada sobre mi libro, con la esperanza de que nadie lo note.
Vi a Janae caminando por el pasillo, y me encorvé aún más. Soy
—Oye —dice Nicole, sentándose a mi lado. Ella tenía una nueva cartera,
también. Es gigantescamente grande, de cuero color verdemar con un
puñado de hebillas extra. ¿Quién es esta chica y qué hizo con mi BFF38
totalmente antifashion?
Ella nunca había hecho eso antes. Nunca se preocupó por mis
escandalosas payasadas, nunca le importaron mis estupideces. Duele
un poco, pero lo hago a un lado. Probablemente estoy siendo paranoica.
—Así que. . . ¿qué hay? —digo, apoyándome hacia atrás en mis manos.
Muy tarde, me doy cuenta que esa posición no ayuda en nada a ocultar
a mis grandes senos. Hoy estoy usando pantalones a rayas y una
holgada camiseta descolorida retro. Una realmente retro, no un plagio
de American Eagle39 a la moda. La encontré en una tienda de segunda
mano a setenta y cinco centavos. Esperaba que el factor holgado
ocultara los senos, pero solo parece funcionar si me encorvaba hacia
adelante.
—No mucho —dice Nicole. Ni siquiera notó mi dilema. Ella parecía estar
136
embelesada observando a la multitud de estudiantes que pasaba por
allí, empujándose en el abarrotado pasillo. La primera campana sonaría
en cualquier momento.
Ella asiente con la cabeza a alguien, una leve sonrisa en sus labios,
pero no puedo ver quién es porque una Janae de gran tamaño está
bloqueando mi vista mientras se pavonea en el pasillo.
Era como si hubiera olvidado que tenemos el primer período juntas, que
normalmente caminamos a la clase uno al lado de la otra. De que nos
veremos en el almuerzo, porque siempre comemos juntas. De que
nosotros tenemos Fotografía juntas esta tarde. Solamente un “te veré
esta noche”. ¿Qué pasa con eso?
La foto de Ben.
Todo lo que quería hacer era rellenar mi cara totalmente del condenado
pastel indeseado, lavarlo con Coca-Cola y ver lo más estúpido en la
televisión que pueda encontrar.
Arrugué mi frente.
—¿Qué tutú?
—¿Por qué?
138
—No lo sé. Nunca llegué a relacionarme con ninguna de las cosas que
hiciste. Yo simplemente tenía que permanecer quieta y ver o escuchar
las historias.
—Sí, pero otra vez, no llegué a participar en eso. Creo que disfrutaría
pintando.
—Eso es lo que los artistas utilizan. —Moví mi mano como meh41, pero
eso no la detuvo.
—¡No lo sé!
Me reí.
—¿Eso crees?
Me siento y suspiro.
—Está bien. Creo que puedo encontrar algunos viejos libros y lápices de
colores, o tal vez sólo marcadores. Te lo dije. Mi mamá guarda todo.
Ann saltó en posición vertical, con los ojos ardiendo por la excitación.
—Esos son míos —dice él, como si tuviéramos diez años o algo así, y yo
solamente le hubiera robado su posesión más preciada.
Me encojo de hombros.
—Cállate —digo, sin levantar mis ojos de los Legos. Voy a construir una
nave espacial. No tengo ni idea de por qué.
—Hay esta cosa en la cocina. En forma de caja. Esta fría en el interior, 141
como un casquete polar42.
Esto pudo haber sido normal para nosotros una vez, antes de que él se
marchara al colegio, pero no he pasado más de diez minutos en la
misma habitación que mi hermano por, oh, nunca.
Se encoge de hombros.
—Tal vez. Pero eso parece un paso hacia atrás. Se supone que debo
estar en WSU43.
Él me miró.
—¿En serio?
Asiento. 142
—Sí. La hermana de Nicole vive allá, y creo que es bastante barato.
—Nop.
—¿En absoluto?
—No lo sé. Yo sólo... no lo sé. —Me concentro en cerrar los tres Legos
amarillos juntos.
—¿Huh?
—Lo prometió cuando cumplí los trece, que podría conseguir una
pistola BB45 y que él me iba a enseñar cómo disparar.
Trece.
Chase se levanta.
Supongo que no soy la única que todavía está cabreada con mi papá.
P
ongo mi plato en el fregadero arriba del de Chase. En la televisión
siguen emitiendo La sirenita. Está cantando sobre tenedores.
No se me había ocurrido hasta ahora, pero tal vez había una factura o
una tarjeta de negocios o algo de la panadería. Si mi mamá no estaba
alrededor para preguntarle, lo mínimo que podía hacer es husmear
buscando respuestas.
Haríamos helados con toda clase de dulces mezclados y ella nos diría de
sus planes mientras organizamos las carpetas y los folletos en sobres.
Era, posiblemente, la única actividad familiar feliz que hicimos desde
que mi papá se fue. Si la ayudábamos, ella nos dejaba tener nuestras
habitaciones desordenadas. Ella cedería en hacer las camas, lavar los
platos. Nos necesitaba para que las cosas funcionen.
No la ayudo más.
Todavía estoy sentada en su silla golpeando con mis pies la alfombra de 145
plástico, cuando suena el timbre.
Tal vez es Hansen viniendo a darme una serenata o UPS con una
entrega especial o Everlasting Gobstoppers. Esta maldición sería mejor
si hubiera deseado cosas buenas. Un auto nuevo y brillante, ¿nadie?
Me giro hacia la puerta, tratando de averiguar quién está del otro lado
del vidrio ovalado.
No puedo decir quién es, entonces la abro. Y en ese momento, los
pectorales de Ken están en mi cara. Había esperado que él no supiera
dónde vivía. El hecho de que lo sepa parece un poco escalofriante.
Luego, de nuevo, no hay reglas en esta tierra mágica. Si pueden llover
chicles y puedo hablar italiano, parece que nada está fuera de cuestión.
Miro hacia arriba y veo sus dientes blancos deslumbrantes cuando sus
gruesos labios se tuercen en una sonrisa.
—Hey, cosita dulce —dice, inclinándose para besarme. Me inclino hacia 146
atrás y el termina como untando la línea de mi mandíbula con baba.
Impresionante.
—Uh, hola —digo. Mis ojos se mueven rápidamente hacia Ann. Está
positivamente radiante de alegría, como si este nuevo novio mío fuera la
mejor noticia que recibió desde el día en que cobró vida. Realmente,
luce más aliviada de lo que nunca ha estado. Sus ojos están brillantes
de emoción, y prácticamente está temblando mientras mira el brazo de
Ken deslizarse alrededor de mi cintura. Miro hacia abajo por el
vestíbulo. Si mi hermano saliera y viera a Ken, nunca oiría el final de
esto.
Oh, cierto.
—Creo que es posible que alguien los recogiera. Quizás alguien los
acogió —dice él, dándome un ceño fruncido de simpatía—. Estoy seguro
de que están en buenas manos ahora.
147
Correcto, porque a quién conoces que no esté en el mercado por un
panda, una cebra y un cachorro de león.
Ken no se mueve, solo se queda parado ahí como una perfecta escultura
de hombre, mirándome fijamente. Está de espaldas a Ann, y la atrapo
mirando hacia abajo, estudiando su espalda y luego su trasero.
—Creo que podríamos salir esta noche —dice, sus ojos parpadeando
hacia la puerta. Él sabe qué le voy a dar calabazas.
Trago. Ken es más perceptivo que Ann, más… como humano. Ann no es
la bombilla más brillante48, pero Ken es difícil de engañar.
—¡Iré! —dice Anne, saltando hacia adelante—. Tengo que salir de esta
casa. —Extiende sus brazos con una floriruta, y sus nudillos golpean la
puerta—. ¡Ow! —Sacude su mano y da una especie de saltitos de arriba
hacia abajo mientras chilla un poco.
47My Little Ponny: es una línea de coloridos ponis de juguete producidos por la
compañía Hasbro dirigidos principalmente a niñas pequeñas. Se identifican por el
color de sus crines y un símbolo.
48One crayon short of a full box: frase usada para dar a entender que la persona a la
—Okay, ¡bien! Podemos ir todos al Mall. Una hora. Pero después de eso,
Ann tiene que ayudarme a estudiar.
—¡Genial!
—Voy al Mall, regreso más tarde —grito a mi hermano, quien ahora está
a medio camino hacia abajo del vestíbulo, yendo en mi dirección.
149
Capítulo 23
Traducido por Jo
P
ara el momento en que nos detenemos en el Centro comercial de
South Hill, mi cabello es un titánico desastre y mi estómago se ha
enredado en como noventa y nueve dolorosos nudos. Ken maneja un
Jeep hoy —probablemente corresponde a mi teórico Jeep— y quitó la
parte de arriba. Ken realmente debería volver a California, donde los
autos como este tienen sentido. Es casi octubre, no realmente lo
suficiente cálido para este tipo de vehículos, y creo que ahora hay
algunas hojas naranjas en el suelo de algunos de los árboles que
pasamos.
Está apuntando una camiseta rosa pálida con cuello ovalado. Alguien le
ha puesto un ancho cinturón blanco alrededor de la cintura y
emparejado con unos jeans y tacones.
—Si la compro para ti, tienes que cuidar al poni todo el día mañana de 151
nuevo. Sin quejas. —Su cabeza se inclina hacia arriba y abajo y
aplaude.
—¡Trato!
Ken dijo que necesitaba más Leche Muscular. Ew. Así que Ann fue con
él a recoger un botellón. Había estado escéptica de que pudiera pagar
algo, pero resulta que Ken viene equipado con sus propias tarjetas de
crédito. Qué sorpresa.
—¿Kayla?
Ben.
Ben está sosteniendo una gran bandeja roja con un plato de comida
china rellena hasta arriba en el medio. Está usando unos jeans 152
descoloridos y una suelta, descolorida camiseta negra Kawasaki. Hace
que su cuerpo luzca ejercitado, muscular.
Tal vez debería meter el Cinnabon en mi boca tan rápido como pueda y
alejarme antes de que mi tropa de desquiciados muñecos aparezca. No
había planeado alejarlos de mi vista, pero mantenerme al ritmo de Ann
y alejarme de los brazos de Ken era muy difícil. Quería un descanso. Y
algo de azúcar.
Me encojo de hombros.
¿Huh?
—¿Filarmónica?
Él asiente.
—Sí, vamos con otras parejas en como dos semanas. Creo que está
convencida de que iré horriblemente mal vestido. Así que estoy
intentando encontrar algo que usar que no sea, como, físicamente
doloroso. ¿Crees que los jeans estarán alguna vez bien en un concierto?
¿Cómo si me compro nuevos o algo?
Su rostro cae.
—¿Tú crees?
Y yo no estoy invitada.
—¡Azúcar! —grita Ken mientras sube las escaleras del patio de comida y
se une a mí y a Ben en la mesa—. Siento que haya tardado tanto.
Debe ser falsa, mi sonrisa. Debe ser más allá de falsa, porque por
dentro estoy avergonzada y entrando en pánico mientras Ken tira una
silla a un lado mío y Ann toma la otra.
Genial. Riman. Así de asombroso es esto. Gah, ¿cómo es que cada vez
que Ken está alrededor solo puedo pensar es en asombroso esto y
asombroso aquello?
154
Ann hace su sonrisa de cachorrito y estira su mano para sacudirla con
Ben, de alguna manera golpeando su tenedor de plástico y enviando por
el aire un trozo de pollo del General Tso. Ben lo esquiva a tiempo y
aterriza detrás de él en las baldosas blancas. Mitad espero un
exagerado efecto de sonido splat cuando cae, pero es casi silencioso.
—Hay que mantener a estos bebés alimentados —dice Ken, bajando las
bolsas.
Y luego sucede.
—Oh sí, eso sería completamente asombroso, amigo —dice Ben, con un
fuerte acento de surfista. Luego realmente flexiona bajo su camiseta,
apuntando sus brazos.
Quiero estar enojada con él o al menos molesta, pero todo lo que puedo
pensar es en todas las cosas tontas que le he dicho a Ken pretendiendo
que soy Barbie, y no puedo evitar pensar que tenemos el mismo sentido
del humor.
Eso no significa que quiero sentarme aquí y ver si esto va a algún lugar,
sin embargo.
—Um, creo que nos deberíamos ir —digo—. Cierto… ¿cariño?
¿Por qué no pensé en eso antes? Si rompo con él, problema resuelto.
Él levanta la mirada.
—Claro, meloncito.
Ken está inclinado sobre el borde, una mano sosteniendo mi brazo, sus
ojos anchos con preocupación.
Salgo de la fuente lo más rápido que puedo, pero es difícil y mis piernas
no están cooperando.
Normal-pez.
Porque aparentemente, había una vez en que deseé ser una sirena.
E
l martes gasté veinte minutos de mi tiempo alimentando con pasto al
estúpido poni. Pienso que debería dejar de alimentarlo, parecía a
punto de estallar.
Sentada en su mesa.
Sin mí.
Digo, en cierta forma me alegro por ella. Siempre supe que le agradaría
a las personas si les daba una oportunidad, hablara con ellos, saliera
de su caparazón. Pero ella estaba demasiado asustada para hacer eso,
siempre escondida detrás de su cabello, esperando que nadie la
escrutara porque sabía que su piel no era perfecta.
49
Moutain Dew: es una gaseosa.
Y ahora había cambiado 180°. Era la Señorita Popularidad.
Esto era una porquería. ¿Por qué yo no puedo hacerlo? ¿Buscar nuevos
amigos? ¿Dejar de apoyarme sólo en Nicole?
—Ya lo hice. Pensaba que podría tomar unas cuantas fotos geniales
para mi habitación.
—¿Ya lo hiciste?
Está empezando a odiar las puntas de sus pies. Era difícil decirlo en el
cuarto oscuro, pero parecía que estaban pintados con un tono brillante 163
de color rosa. También usa tacones, nada extremo, pero aun así,
tacones con un orificio en la punta que permitía ver sus dedos.
—¿Por qué has estado actuando tan raro estos días? —pregunto,
incapaz de detenerme a mí misma.
Me mira, pero no con sorpresa, mas bien preocupada.
Resoplo.
Sacude su cabeza.
—¿Qué hay de malo en vestirme mejor? ¿En ser hermosa, por una vez
en mi vida?
—¿Estás bromeando? Por supuesto que lo quería. Pero ser popular está
fuera de cuestión si tu cara es un gran barro, ¿no crees?
—Sí. Es sólo que era muy difícil agradarles cuando tú estabas alrededor
y…
La foto de Ben.
No, no, no, no. Algo tenía que pasar en la siguiente mitad de segundo.
Un terremoto, un incendio. Lo que sea.
—Wow —dijo—. Wow. —Su voz era amarga, puro enojo. Y dirigido hacía
mí.
Mi mandíbula cae.
167
Capítulo 25
Traducido por otravaga
P
ara el momento en que llego a casa esa tarde, me siento como si
hubiese sido girada en círculos alrededor y ya no supiera en qué
dirección es hacia arriba. No sé qué hacer respecto a Nicole, respecto
a los deseos, respecto a cualquier cosa.
Eso no es bueno. Después del estallido con Nicole, la última cosa que
quiero es otra confrontación.
—Eh… ¿no?
—¿Nada… en el garaje?
No sé qué hay en el garaje. Pero sea lo que sea… no puede ser bueno.
Así que, o ella ha estado agobiada por algo durante horas o yo estoy
metida en un problema grande, realmente grande, y ella ha cancelado
todo lo que tenía que hacer en la noche. No estoy segura de cual
escenario es más favorable.
La sigo al garaje, con mis pies sintiéndose más pesados con cada paso,
hasta que es como si mis extremidades estuviesen llenas de arena.
Eso es parte de lo que selló el trato con Ben. Yo quería una motocicleta,
él tenía una.
Pft. No puedo detener el escape de aire, que suena como una risa
amarga.
—¡Tal vez! ¡Pero si tal vez me hubieses prestado aunque sea una pizca
de atención, te habrías dado cuenta que no soy una de esas chicas!
Se cruza de brazos.
—¿A qué te refieres con que si prestara atención? ¡Me rompo el trasero
trabajando por esta familia!
—¡Kayla!
Mi ira arde y la miro a los ojos, pero lo que veo se retuerce a través de
mí.
Porque veo algo ahí que no estoy segura de haber visto jamás.
—Pero…
V
oy de camino a mi habitación, echando humo por este estúpido y
completo desastre de día, cuando veo algo en la encimera.
La agenda de mi mamá.
Para deshacer los deseos, para deshacer este desastre en el que estoy
metida.
Betty’s Bakery está gravado en la parte superior con una letra color
borgoña.
Como eso no va a pasar, es hora de llevar este plan a otro nivel. Ann y
yo vamos a ir a Betty’s Bakery, que resulta estar fuera de un centro
comercial completamente diferente al que habíamos ido la última vez. Al
menos ahora tengo la tarjeta en el bolsillo y sé a dónde voy.
Miro por el rabillo del ojo a Ann. Casi tengo miedo de escuchar lo que va
a decir. Los limpiavidrios duramente pueden manejar el torrente de
agua. Pongo mi atención en el camino.
—¿Qué?
—¿Para siempre?
Me burlo.
—No, pero probablemente por lo menos durante dos semanas. Será más
tiempo si vuelvo a meterme en problemas.
—¿Qué quieres decir con que si llevo una cita? ¿Ken no es mi cita? ¿O
no piensa que es mi cita?
Me doy un manotazo en la cara y luego abro los dedos para poder ver
entre ellos.
—Te lo dije, estoy castigada. Además, tal vez me esté metiendo agujas
calientes debajo de las uñas ese día. Tendré que verificar mi calendario
y avisarte. 176
—Oh, vamos, tienes que ir. Si no vas, Ken probablemente no vaya.
La miro de reojo.
Ella asiente.
—¿Cómo? ¿Cuándo?
Mis manos aprietan el volante. Miro sin pestañear las gotas de lluvia
que caen en la autopista, haciendo que las luces rojas traseras se vean
borrosas. La dinámica entre Ann y yo se está volviendo cada vez mas
difícil. Es como si ella fuera Pinocho y estuviera lista para conseguir su
independencia. No sé cómo manejar eso, cómo mantenerla escondida.
El silencio cae entre nosotras. Solo quedan los sonidos mudos de la 177
radio y de la lluvia. Enciendo el direccional y tomo la próxima salida.
Un gran semicamión ruge al pasar por nuestro lado y Ann salta.
—Te lo dije, no puedo. Pero podemos arreglar que Ken vaya contigo.
Aún no le he dicho que forma parte de los deseos que voy a deshacer.
¿Cómo empezaría? ¿Oh, por cierto, diviértete hoy porque puede que sea
tu último día? Eso iría bien.
Bueno, no hay si. Solo hay cuando funcione, la vida volverá a ser
normal. Puedo pedirle perdón a Nicole y alejarme para siempre de Ben.
Sigo la línea de dulces color pastel hasta el mostrador, donde hay una
mujer pequeña de cabello grisáceo, tiene un teléfono entre el hombro y
el oído, y está escribiendo una orden.
—Por favor, necesito esa tarta —digo metiéndome las manos en los
bolsillos, llevo puestos unos jeans que mi mamá me compró. Es un
poco extraño sentirme tan… normal. Se ajustan bien, sin huecos o
rasgaduras o tinta visible.
Al menos esos están hechos de mezcla de pudin, y tal vez si compro uno
blanco con rosado…
—Um, gracias.
—¿Qué quiere decir eso? ¿Todo desaparece después del último deseo?
—¿Disculpa?
—Acaba de decir que se acabará el lunes. ¿Quiere decir que apenas
reciba el deseo número catorce se acabará? ¿Desaparecerán en el
olvido? —pregunto, dando un paso hacia ella.
—¡Sí lo hizo! ¡Sé lo que está sucediendo! —Mi voz sube de volumen,
frenética. La mujer retrocede hasta que esta recostada contra el
mostrador detrás de ella—. ¡Dígame cómo arreglar esto!
Extiende sus manos, como si hubiera sido rodeada por una manada de
perros salvajes. Como si yo estuviera loca o algo así.
—No, por favor, está bien. Solo necesito ayuda. Uno de esos deseos no
se puede cumplir o mi vida se acabará.
—Señorita, no tengo ni idea de lo que me está hablando. Tiene que irse 181
o haré que la saquen.
Tal vez debería estar feliz. Ahora sé que Ann, Ken y el poni no estarán
acechando mi vida para siempre. Pero lo único en lo que puedo pensar
es en besar a Ben y traicionar a mi mejor amiga.
¡No puedo creerlo! ¡Qué desastre! Si ella tiene razón, no hay manera de
deshacerlo. No hasta que reciba el último deseo.
Odio mi vida.
Ann entra al coche y se abrocha el cinturón. Yo me quedo de pie junto a
la puerta del conductor, la lluvia me empapa la camiseta. Mis piernas
empiezan a cosquillear, pero aun así no me muevo.
¿Pude haber deseado alguna cosa peor que las que ya han pasado?
182
Capítulo 27
Traducido por dark&rose
P
ara el momento en que llego a casa de la panadería, estoy tan
frustrada por todo, que quiero gritar y arrancarme el pelo.
Le digo a Ann para compruebe el poni y luego entre. Pone mala cara,
pero estoy tan furiosa que ni siquiera me preocupa.
Me hago con otra caja y unas cuantas muñecas Barbie salen volando,
ensuciando el suelo del armario con sus cinturas perfectas y sus
piernas largas y su lustroso pelo rubio, pelo que no se parece en nada
al mío.
Va a suceder. Voy a besar a Ben y nunca seré amiga de Nicole otra vez.
Pero es mío. Tal vez soy otra persona ahora, pero una vez, todo esto fui
yo. Simplemente decidí no ser esa persona.
Porque por primera vez, por fin me he dado cuenta de algo: yo elegí
esto.
Elegí estar más enojada con mi mamá que con mi padre, cuando por lo
menos ella lo está intentando.
Elegí poner todas estas cosas en cajas y pretender que no eran nada
menos que lo que soy ahora mismo.
Elegí esto.
Bajo la mirada a mis Converse por un minuto, y luego de nuevo miro al
armario.
Puedo tomar una serie de imágenes: unos cuantos trajes que mi madre
me ha comprado, pero nunca he usado, un par de mis antiguas
zapatillas de ballet, algunas de mis libretas de calificaciones, un par de
estandartes de la escuela, y una serie de fotos de los regalos de
cumpleaños que otras personas me compraron.
185
Capítulo 28
Traducido por Areli97
E
l miércoles resulta ser un absoluto desastre. Nicole ni siquiera mira
en mi dirección, mucho menos habla conmigo. E inclusive no sé si
quiero hablar con ella. ¿Le debo una disculpa por nuestra pelea? ¿O
ella me la debe a mí?
Deja de girar y casi cae de la silla. Sus ojos parecen un poco chiflados y
malhumorados, así que sé que está mareada y no ha notado mi ceño.
La casa de Janae.
Increíble.
—No lo hago.
Mis ojos llamean y quiero estrangular a Ann. En cambio, tomo una
profunda y calmante respiración, relajando mis puños.
—Empieza por el principio. ¿Cómo sabes acerca de esta fiesta y por qué
te dio su dirección?
—¿Hola?
—¿Qué?
—No soy estúpida. Me quedan algunos días, cuando mucho. Así que, te
guste o no, voy a ir a esta fiesta.
—No sé. Quizás desea secretamente que ustedes dos fueran mejores
amigas.
—No —dice Ann—. No voy a gastar más tiempo sentada dentro de estas
cuatro paredes. Me voy a volver loca.
E
sto es una locura. Sólo vayamos a casa —digo, agarrando la mano de
Ann y tratando de empujarla lejos de la majestuosa terraza delantera
de Janae. Casi golpeo uno de los grandes pilares blancos.
Pero antes de que lograra conseguir que mis pies llegasen fuera de la 191
terraza, la puerta se abre. Janae, esta vistiendo pantalones rojos
ajustados y botas de cuero hasta las rodillas, junto con un jersey de
cuello alto color crema, y nos sonríe.
—¡Ey, chicas! ¡Pasen!
Ben va a besarme.
Sigo a Janae a través de la parte trasera de la casa, donde los sonidos 192
pesados de un ritmo se intensifican y empiezan a mezclarse con los
murmullos de conversaciones.
—La comida y las bebidas están allí —dice Janae, moviendo su mano
vagamente en dirección hacia la cocina—. Y el baño está en el segundo
piso a la derecha.
—Okey.
Ella está de pie cerca de dos chicos en la sala. Uno de ellos esta
deslizando una banda sobre su muñeca para que ella pueda jugar con
el Nintendo Wii. Otro está totalmente mirando su trasero.
—Todd —dice él, con otro de esos asentimientos. Su oscuro cabello está
un poco con exceso de gel. No del estilo de Ken sobre-gelificado, pero
como si pudiera hacerlo sin esa cantidad de producto de cabello—.
Gusto en conocerte —dice él, lanzando la pelota en la pantalla al otro
lado de la red.
50Molino: en el texto original esta Mill (que significa molino), es como un juego de
palabras y por eso dice que rima, al traducirlo pierde un poco el sentido.
—Tendré que estar de acuerdo —dice, perdiendo otra pelota.
Escucho el timbre sonar otra vez, y Janae se levanta del sofá donde
estaba siendo acortejada y va a abrir la puerta.
Asiento.
—Definitivamente. 196
No esperaba que esta chica, alguien quien apenas conozco, fuera una
aliada.
—Quiero decir, duh. Tendrías que faltar a la escuela por varios días, al
menos, para recuperarte. He querido hacer las cosas con suplementos
por un tiempo, pero no se cual funciona. ¿Cuál usas tú?
Oh.
Miro mientras ella susurra al oído de una chica cerca de ella y asiente
en mi dirección. Me cambio de banco mientras miro a Ann reír y Bill o
Will o Phil desliza un brazo alrededor de ella. No sé de donde vienen,
pero bolas de chicles empiezan a caer, golpeando el suelo con fuertes
crujidos. Deben ser una docena, rodando en diferentes direcciones.
—Un tipo en la puerta dice que anda contigo. ¿Sabes que esta fiesta no
es una cosa de invitación abierta, cierto?
—Uh, ¿quién?
Ken.
—No sé qué te hizo pensar que perteneces aquí, pero no. Así que entre
más pronto tú y tu bizarro novio salgan fuera de mi vista, mejor.
Ella se gira.
—No.
La última cosa que veo mientras miro atrás hacia la sala es a Nicole,
mirando sorprendida, rodeada por las caras de burlas del resto de la
lista de los más populares.
199
Capítulo 30
Traducido por Kathesweet
A
nn y yo nos deshacemos de Ken y caminamos a la casa del poni.
Cuando ella se dirige al patio trasero para encerrar al poni, no le digo
nada. Voy directo al garaje y abro la gran puerta y saco la moto.
―¿Adónde vas?
Ben.
Suspiro. Creí que quizás podía colarme aquí y montar un rato, pero no
puedo, no en frente de Ben. Quedaría como una tonta.
Estoy a punto de cambiar a reversa cuando Ben detiene su moto y se
gira para mirar hacia mí.
Oh, rayos. Mis luces están encendidas, pero en este ángulo, difícilmente
puede reconocer la camioneta.
Ben se sube sobre la barandilla y salta hacia el suelo, las hebillas de 201
sus botas traqueteando. Salgo de la camioneta y trato de alisar las
arrugas de mi suéter de cuello V.
Olvidé cambiarme.
Rayos.
Ben camina hacia mí, y noto la manera sutil en que sus ojos bajan un
poco, sólo por un latido del corazón, antes de encontrar mis ojos. Está
echándome un vistazo completamente. Trato de no sonreír o sonrojarme
o dar señal de que lo noté.
Asiento.
—¿Vas a montar?
—No seas tonta. Voy a tomar mi rampa, y puedo enseñarte unas cosas.
Sacudo mi cabeza.
—Oh.
Una vez que la correa está asegurada, él se aleja, así puede verme a los
ojos. La visera sobresale, así que está al menos a treinta centímetros,
pero parece tan cerca. Pone una mano sobre cada lado del casco y lo
inclina hacia atrás un poco para obtener una mejor vista de mis ojos.
No puedo respirar.
Recoge las gafas y las desliza sobre el casco y aprieta la correa elástica.
Luego retrocede, y lucho con los guantes. Cuando están sobre mis
manos, asiento, como si estuviera lista para ir por ello.
Levanto la mirada.
Ben ríe.
Giro la llave, pero por supuesto nada pasa, porque Ben sabe de qué
está hablando. Ben saca la barra de metal que yo ni siquiera había
notado, y trato de ponerla en marcha cuatro veces, pero la cuarta vez
mi pie se desliza y la gran palanca de metal golpea mi espinilla. Duele.
Nuestras piernas están medio enredadas, una de las mías puesta entre
las suyas, y puedo sentir la hebilla de su bota hundiéndose en mi
pantorrilla. Mis caderas deben estar a sólo unos centímetros debajo de
las suyas, presionando hacia él. Uno de sus brazos está envuelto a mí 205
alrededor, así que puedo sentir el peso de su mano sobre mi espalda
baja.
Sin embargo, incluso a través de la tinta de suciedad, puedo ver los ojos
de Ben, azul cristal, mirando directamente hacia mí.
Estoy feliz de que Ben no pueda ver mi cara cuando me giro un poco, 206
usando el casco para oscurecer mi expresión. Ni siquiera sé cuál es mi
expresión, porque hay demasiadas emociones rugiendo en mi interior:
anhelo, dolor, miedo, y amor ciego completo y totalmente.
—¿Entonces la dejaste?
—No. Ella me dejó. Quiero decir, me agarró fuera de guardia, pero tenía
razón. No había nada real entre nosotros.
Sigo mirando el lugar donde sus dedos tocan el suéter de color carmesí.
Él lo nota y lentamente suelta mi brazo.
Aun cuando perdí la cuenta, estoy segura que nos hemos tocado
demasiado. Nunca olvidaré esta noche. La repetiré una y otra vez en mi
mente esta noche.
Ben no dice nada, y de alguna manera dudo que lo que acabo de decir
tenga algún sentido para él.
Tengo que arreglar todo con Nicole antes de que pueda hablar con Ben
sobre cualquier cosa. Y los deseos tienen que salir del camino.
Ben carga la moto por mí, y me paro a un lado mientras la ata, rápida y
fácilmente, sus manos hábiles trabajan mucho más rápido que las mías
lo hicieron cuando la cargué.
D
urante todo el siguiente día en la escuela, Nicole parecía no
hablarme. Me pasé el almuerzo en el cuarto oscuro, intentando
revelar las fotos para el proyecto, pero estaba tan distraída que no
llegué a nada bueno. Cuando la campana sonó, me dirigí al gran baño
bajo el pasillo, mi mochila repleta de mis cosas, la eché sobre mi
hombro.
Me detengo.
Eso es Janae.
209
Pero eso… no es.
Recuerdo que deseé por este momento. Cuando tuve doce años, el acné
de Nicole realmente se puso en marcha. Supongo que si ella consiguió
busto prematuramente, obtuvo el acné que iba con eso. Janae estaba
perfeccionando sus tácticas de chica mala para entonces, y para los
próximos años, había hecho a Nicole estallar en lágrimas por un
tiempo.
Por tanto, deseé que Janae supiera que era estar sufriendo de algo que
ella no tendría control, para hacer que todo el mundo lo viera y la
juzgaran y se rieran de ella.
—Oh —dije. La palabra parecía tan grande, haciendo eco en las paredes
del baño—. Um, disculpa.
Ella no puede saber por qué lo lamento, por qué me estoy disculpando, 210
pero no puedo detener la palabra de todos modos. Porque en alguna
parte de mi realmente lo lamento. El dolor en sus ojos es tan real como
el dolor de Nicole había sido. Ha sido por años.
Janae parpadeó unas cuantas veces para limpiar las lagrimas de sus
ojos.
Me encojo de hombros.
—¿Has sacrificado una oveja o algo? ¿Otra parte del cuerpo para
mejorar, tal vez?
Oh. Está bien, bueno, que responder a eso. Ella estaba definitivamente
tratando de insultarme.
Supongo que algunas personas sólo nunca cambian, incluso con la 211
intervención de deseos.
—No sabía que los esteroides hicieran eso, sin embargo. ¿Estás segura?
—La voz es nasal, molesta. No la reconozco.
—No sé, pero Miranda la vio cambiando en EF53, y dijo que sus pechos
eran realmente grandes, no se veían como si ella tuviera relleno. ¿De
qué otra forma consigues eso grande durante la noche? Eso es
totalmente anormal.
—¿Por qué?
Las risas de las chicas, llenaban el cuarto. Estoy furiosa. Quiero salir de
la cabina, pero cada momento que espero hacer que parezca mas difícil
delatarme.
Hay cerca de miles de cosas que podría decirles justo ahora. Podría
ofrecerles algo de queso de cabra, menearles mis pechos, decir algo
sarcástico.
Uh, oh.
Es Ken. 212
—Hola cariño —dice—. Quiero disculparme por la noche anterior. No
me di cuenta de que era una especie de cosa de la escuela.
—Lo sé, pero Ann dijo que ella había estado aquí antes, así que pensé
que tal vez no sería un gran problema si sólo pasaba.
—Sí. Lo es.
—No puedo decir que estoy sorprendido. Has estado actuando extraña
estos días. 213
Aclaro mi garganta, porque es como si no se da cuenta de que esta
todavía acercándose a mí.
Sube una ceja. Es difícil de ver porque su rosto esta tan cerca del mío.
—Tal vez.
Y ahora lo sé.
N
o duermo nada en toda la noche. Ni un simple, solitario momento.
Escucho la lluvia afuera de mi ventana abierta, escucho los
ronquidos que provienen de Ann, e intento no agitarme y dar
vueltas, porque sé que nunca estaré cómoda sin importar cómo yazca.
Tan pronto como el sol se levanta por la cima de las montañas Cascade,
bajo de mi cama y me pongo unos jeans, una vieja camiseta con un
unicornio de aspecto rabioso y una sudadera sencilla negra. Peino mi
aburrido cabello castaño hacia atrás en una cola de caballo mientras
salgo hacia el patio trasero para buscar al poni.
No llegamos a ningún lugar cerca del parque, sin embargo, porque hay
un auto en la entrada.
Una voz llega hasta mí. Alguien está de pie en la galería de la entrada.
—Kayla.
Está usando unos jeans azules oscuros y nuevos, con un suéter claro y
una chaqueta de deportes y algún tipo de mocasines de cuero con
borlas. Luce como un completo yuppie55.
—Papá —digo, mi voz temblorosa, insegura. Odio eso. Quiero parecer 216
indiferente, segura, natural con el hecho de él estando aquí. En su
lugar siento que estoy girando por dentro por todas partes. ¿Estoy feliz
de que esté aquí? ¿Emocionada por verlo? ¿O quiero que se vaya? ¿Y
por qué es tan difícil para mí saber cuál de las opciones quiero?
Estudio sus ojos grises como el acero. No sé qué quiero ver allí.
Respuestas, tal vez. Sí, quiero respuestas. Pero no estoy segura de que
haya una respuesta en el mundo en el que estaría bien lo que él hizo.
Asentí.
Supongo que él dijo eso. Tal vez. Pero no me gusta la manera en que
dice “siempre dije”, como si estuviera siempre alrededor para decir algo
siquiera, menos que me daría mi propio auto. Sólo hablo con él en
ocasiones especiales, y la última fue hace casi un año.
—No.
—¿Qué?
Pienso en todas esas estúpidas veces en que observé a los papás de otra
gente. Todas esas veces en que Nicole rodó sus ojos por su papá, y yo
secretamente deseaba poder hacer eso, pero no tenía motivos para
hacerlo. Para que mi papá sea molestoso tenía que estar por aquí, y no
lo estaba.
Creo que supe que debí haber deseado esto en algún momento. Debí
haber cerrado mis ojos tan fuerte como podía y deseado que volviera,
luego soplado las velas, esperando que realmente pasara. Debí haber
creído que si lo quería lo suficiente, él simplemente aparecería, justo
como en mis sueños y fantasías.
Ya no más.
—No.
—Kayla…
Está dentro de mí, justo donde estaba cuando era pequeña y My Little
Pony reinaba supremamente, antes de que la vida se diera vuelta de
arriba abajo, antes de que todos avanzaran y me dejaran atrás. De
alguna manera perdí el poder de ser feliz, pero lo estoy recuperando.
219
Empezando desde hoy. Hoy, me elijo a mí.
Capítulo 33
Traducido por Paaau
E
n fotografía, más tarde ese día, paso la hora intentando convertir mi
aluvión de fotografías en un autorretrato. Ajusto más arriba la
ampliadora y expongo uno de los negativos ante el papel fotográfico
sólo por unos segundos. No lo suficiente para obtener una imagen
clara… eso tomaría varios segundos más. Luego, cambio el negativo por
otro nuevo y lo expongo por unos pocos segundos. Encuentro una de
las mejores fotografías de mis Converse, y expongo esa también.
Pero en medio de todo eso, está una masa de negro sobre expuesto. Se
ve un poco desastroso, que es lo que esperaba. Al exponer tantas
fotografías una encima de la otra, el papel fotográfico ha tenido
demasiada luz en él, volviéndose negro.
Saco una hoja de papel fotográfico, pero no expongo nada en él. Quiero
que sea una hoja satinada y normal de color blanco.
221
Capítulo 34
Traducido por PaulaMayfair
D
espués de fotografía, camino penosamente hasta las gradas de
madera pulida en el gimnasio. Hay un obligatorio show de porristas
pre-bienvenida. Yo realmente odio estas cosas y todo lo que
representan, pero estoy esforzándome por permanecer neutral.
Tal vez debería haber guardado mi borrón y cuenta nueva para el lunes, 222
hacer la totalidad de los pequeños pasos. Esto es más que un gran salto
para la humanidad. Esto es épico.
Me alegro de que los dos últimos deseos pasaran este fin de semana.
Con un poco de suerte van a ser discretos y sólo podré esconderme en
mi habitación, esperando a que todo termine. Una vez que se hayan ido,
voy a tener que pensar seriamente cómo hacer que mi vida vuelva a
encarrilarse y deshacer el daño que han hecho a todo el mundo a mí
alrededor.
Las gradas de madera crujen bajo mis pies. Algunos de mis compañeros
están claramente evitando mirarme a los ojos, porque no quieren que
me siente cerca de ellos. Probablemente están esperando que yo no les
hablara. Supongo que no son conscientes de mi borrón y cuenta nueva.
Mi boca se seca cuando veo a Ben subir las gradas. Él está tan ocupado
buscando su camino entre los puestos atestados que no me ve, así que 223
me encorvo y como que me apoyo en mi codo con una mano sobre el
lado de mi cara, mi pelo barriendo hacia adelante y enmascarándome.
Mi respiración se vuelve un poco superficial mientras se acerca.
Por desgracia, yo sólo soy casi suertuda. Se sienta detrás de mí. No creo
que se haya dado cuenta de que estoy delante de él, así que me quedo
quieta, rogando que este sea el tipo de asamblea realizada con las luces
apagadas, aunque parece bastante fuera de lugar, ya que esto es un
show de porristas pre-bienvenida.
De mala gana, sigo adelante, pisoteando los pies, sintiendo el ruido bajo
a través de mí. Me siento tonta, pero sigo de todos modos, decidida a
salir de mi norma.
Pero Ben se ve tan sorprendido como yo. Mira hacia abajo, a mí por un
segundo, obviamente no tenía idea de qué tan cerca de mí se sentó, y
luego de regreso a Nicole de nuevo. Su boca está floja, todo su cuerpo
está quieto, inmóvil. Él ni siquiera parpadea.
—Todo tiene tanto sentido ahora —dice, su voz un poco más baja.
Nicole está pateando tan alto que es una maravilla que su pierna
completa no se disloque en la cadera y salga volando a la multitud.
Me vuelvo a ver otra vez a Nicole. Es difícil ver cualquier otra cosa, verla
ahí abajo es increíble.
Se encoge de hombros.
Todo este tiempo no era Ben robándosela lejos en todo, eran las
animadoras. No puedo creer que ella haya hecho esto y ni siquiera me 226
digiera, o a él, sobre eso.
Y yo no lo soy.
¿Por qué no me lo dijo? ¿Por qué habría de salir para el equipo y luego
unirse y sin siquiera decir una palabra? No es algo que se mantenga en
secreto… llevan su equipo a la escuela los días de partido. Ellas están
en el anuario.
227
Capítulo 35
Traducido por Suri
D
espués de que los aplausos por el espectáculo de las porristas ha
disminuido, y la mayoría de los niños se han dirigido a casa, me
siento sobre el capó del auto de Nicole por lo que parece una
eternidad. Y ni siquiera sé por qué. No sé si quiero regañarla o pedirle
perdón. Todo lo que sé es que quiero respuestas.
Nicole finalmente sale de las puertas del gimnasio, con un bolso de lona
negra colgado sobre su hombro uniformado. Una gran E granate está
estampada a través del pequeño escote en V del suéter manga larga. Su
falda blanca plisada, del tipo que se balancea y ondea mientras camina,
y sus impecables medias blancas combinan con sus zapatillas blancas y
granate. Sus piernas lucen bronceadas, bastante bronceadas, creo que
ella fue al salón con el resto de la cuadrilla.
—Tengo que ir a cenar con todas las otras chicas —dice ella, caminando
directamente a la puerta del lado del conductor.
No me bajo del capó. Solamente balanceo mis piernas alrededor, así que
la afronto y mis pies caen abajo por el neumático.
—¿Cómo pudiste no decírmelo? —Creo que lo digo con ira, porque mis
palabras salen como una mezcla entre furiosa y resentida—. ¿Cómo
pudiste sólo abandonarme por ellas y ni siquiera decirme? ¡He estado
caminando alrededor de la escuela durante semanas y apuesto a que
todos sabían menos yo!
Ella mira sus manos, gira las llaves entre sus dedos. Muerde su labio
inferior y mira hacia mí a través de sus pestañas, y luego hacia abajo a
sus manos.
Abro la boca para hablar, pero no puedo decir las palabras. Yo sé lo que
habría dicho.
Y me habría equivocado.
Ella está retorciendo las llaves con tanta fuerza en sus manos que creo
que el llavero puede romperse.
—No sé, todavía estoy aquí, de pie, esperando a que empieces a burlarte
de mí por esto.
Porque ella realmente cree eso, verdaderamente está esperando a que 230
me empiece a reír de ella.
Antes de Ann, antes del poni, antes de que todo quedara al revés, tal
vez realmente lo hubiera hecho. Sólo reírme de ella, decirle que era tan
estúpido.
Pero Nicole no sabe eso. Supongo que hay muchas cosas que no le he
contado tampoco.
Cierra los ojos por un segundo y toma una respiración profunda, para
relajarse.
—Nicole, yo… Dios, nunca quise ser esa clase de amiga. 231
Sólo encoge un hombro y sigue girando sus llaves.
Trago, odiando cuánta razón tiene en todo esto. Odiando que esto
quiera decir que ella ha pasado días, semanas, meses agonizando sobre
ello y nunca me he dado cuenta. Me quedé atrapada en esta caja y
luego esperé a que Nicole subiera directamente conmigo.
Ella se calla entonces. Tal vez está sorprendida de que esté de acuerdo
con tanta facilidad. Tal vez si las últimas dos semanas con Ann y Ken y
los juguetes idiotas esto no hubiera ocurrido, yo no estaría tan abierta a
esto.
—Porque la cosa es que he estado saliendo con alguien nuevo por las
últimas semanas. Alguien… de fuera de la ciudad. Y ella ha abierto mis
ojos a un montón de cosas.
—Sí.
Ella no habla, sólo cambia su peso hacia atrás y hacia adelante varias
veces.
Miro a Nicole y le doy lo que espero sea mi mirada más sincera, porque
ella tiene que saber que le estoy diciendo la verdad.
Nicole pone una mano en su cadera vestida por la falda. Su otro puño
apretado en su bolso de lona, sus nudillos tornándose pálidos.
Entonces sonríe con la sonrisa brillante de una porrista y lanza sus
brazos alrededor de mí. Su bolso de lona azota alrededor y golpea al
auto.
Sonrío.
Ella me sonríe.
Mi sonrisa vacila.
—Oh, um, creo que estoy castigada.
—Lo sé, te dije que las últimas dos semanas han sido una locura.
—No es broma.
—Creo que mejor me pongo en marcha. Podemos salir tan pronto como
me levanten el castigo.
—¿Ah?
—No sé. —Sacude la cabeza y luego mira hacia el cielo. Pone su bolso
en el suelo y se aleja de mí por un minuto—. Te gusta, ¿verdad?
¿Realmente te gusta?
—Nicole, yo nunca…
Abro la boca para decir algo, pero no sé lo que quiero decir. Puedo ver a
Nicole luchar con esto. Solamente cabeceo.
—No sé. Quiero decir, nunca fue realmente sobre él. Creo que sabía
desde el principio que me gustaba la idea de tener un novio más de lo
que él me gustaba. Es sólo que me tomó hasta ahora admitirlo.
Puedo sentir todo alrededor de mí, con agudeza. Las irregulares rocas
por debajo de mis zapatillas, la suave brisa a través de mi rostro, el
punto que sigue sanando en mi barbilla en donde la puerta del armario
234
se me había enterrado durante el día de gumball.
—A la mierda con ese estúpido código. Estoy aquí de pie diciéndote que
te lo mereces.
—¿Lo juras?
M
ientras conduzco por los caminos rurales tranquilos, la radio
apagada mientras miro hacia el parabrisas, no puedo evitar desear
que la pista estuviera a más de tres kilómetros, así tendría tiempo
de idear un plan de juego.
Cierro mis ojos y trago. Esta no es la forma en que se suponía que debía
salir.
Dejo que mis ojos se cierren para la siguiente parte, porque la idea de
verlo rechazarme es simplemente demasiado.
Nada más que silencio sigue. Arrugo mi nariz y luego abro un ojo para
verlo. Él parece divertido.
Lo golpeo en el hombro.
—¡Ben!
Se ríe y se inclina hacia mí, hasta que parece tan cerca que creo que
puede besarme.
—Sí. Bueno, quiero decir. —Se levanta otra vez, parece tener dudas—.
No quiero herir a Nicole. Ella podría creer…
Se para derecho.
—¿De verdad?
Asiento.
—Lo sé, es un poco extraño para mí también. Pero ella jura que está
bien.
—¡Ben!
Se ríe.
Río.
—Hecho.
Quiero ser esa chica que fui el día que lo conocí, de pie al borde del
acantilado.
Quiero saltar.
Porque cuando finalmente bese a Ben, no quiero que sea a causa del
deseo. No quiero que Ben esté bajo alguna clase de hechizo, no quiero
que sea conducido a besarme porque tiene que hacerlo. Quiero que sea
real y quiero saber qué hará, cuando su cabeza está despejada y está
sólo en mí, no en los deseos.
239
Capítulo 37
Traducido por Vero
A
nn está roncando otra vez. Eso es lo primero que noto.
Por otra parte, un montón de cosas podrían estar dentro de esa caja.
Hasta donde sé, los duendes Keebler se esconden allí.
Pero nada parece estar en movimiento, así que empujo la tapa abierta y
miro dentro.
No sé si hay algún ritmo o razón en estos deseos, pero parece que han
ido llegando en el orden correcto. Hace una semana hubiera visto éste y
hubiera puesto los ojos en blanco y las hubiera metido debajo de la
cama.
Pero hoy, mis dedos están deseando que se deslicen en mis pies, para
bailar sobre el suelo, para saltar en el aire.
Me siento en el suelo y meto la tapa debajo de la caja y saco las
zapatillas. Me retiro las medias sueltas y grandes que he estado usando
durante toda la noche y deslizo mis pies en las zapatillas de color rosa.
Me paro en ellas apuntando un dedo del pie y luego el otro. Miro a Ann
durante un largo momento para estar segura de que todavía está
durmiendo, y luego levanto un dedo del suelo y sostengo mis brazos con
tanta gracia como puedo manejar, y entonces giro en un pequeño
círculo, la pirueta más desorganizada que el mundo haya visto jamás.
Tal vez podía hacer esto. Tal vez podía hacer un intento.
Si ella puede hacer eso, ¿por qué no puedo inscribirme para ballet de 241
nuevo?
Doy vueltas alrededor otra vez, y luego otra vez y otra vez, hasta que
estoy tan mareada que no puedo estar más de pie y termino
estrellándome contra la cama y luego rebotando y cayendo al suelo.
—¿Qué diablos estás haciendo? —Se frota los ojos y trata de empujar a
algunos pocos mechones rizados de su rostro.
C
uando la campana de la puerta suena al mediodía, giro para abrirla y
veo a Nicole parada en el pórtico con una gran caja gris de leche en
sus brazos. Sonrío y la tomo mientras ella me sigue a mi habitación.
Nicole sonríe.
Llevo la gran caja, que juro pesa cuarenta libras, hasta el baño del
pasillo. Bajo la tapa del inodoro y la coloco encima, fisgoneando el
contenido. Secador de cabello, un set de rizadores calientes, cepillos
redondos, tenacillas de rizar, laca para el pelo y montones y montones
de maquillaje.
Sé que está cambiado y que nunca será la chica que era hace un año,
pero no puedo evitar pensar en que tal vez no sea algo malo, tal vez es
una mejora importante. Ella está feliz ahora, lista para tomar el mundo,
y me siento un poco inspirada.
—Lo es. Su casa es, como de un cuarto del tamaño de la tuya, sabes. Te
sorprenderías de la cantidad de rebajas y cosas que consigue. Su
guardarropa completo probablemente cuesta unos cientos de dólares y
ella sigue siendo una de las mejor vestidas en la escuela.
—Sí. Creo que sería genial. Ella no es tan mala como piensas. En
realidad podría agradarte.
Ann extiende sus opciones de ropa sobre la cama, y Nicole y Ann van de
regreso al baño. Mientras están quejándose sobre su cabello, me saco
mi camiseta y tiro del top fucsia sobre mi cabeza.
Cuando camino hacia el baño para ver cómo luzco, el rostro de Nicole se
ilumina. 244
—Te dije que se vería muy bien.
Puede que no sea un hada madrina, pero si tengo un lindo vestido para
Ann esperando en mi armario. Ella luce perfecta, más hermosa que lo
que podría haber imaginado. Es un elegante vestido esmeralda, con
delicados tirantes y ligeramente acampanado, la falda fluye hasta
detenerse justo antes de las rodillas de Ann. Tiene una especie de gasa
superpuesta que le da a la pálida piel de Ann un tipo de calidad etérea.
Creo que Ann también está realmente nerviosa, porque por una vez en
su vida, no está rebotando alrededor como una niña. Está sentada
aún, un poco pálida pero serena, alcanzando y tocando ocasionalmente
su cabello.
Sus ojos llamean un poco, traicionando sus nervios, pero asiente con la
cabeza.
Tiro de la puerta y doy un paso al costado para que Ann sea la primera
cosa que Ken vea.
—¿Nos vamos?
—No la traigas de regreso muy temprano —bromeo. Ann estalla con otra
sonrisa nerviosa. Creo que podría derretirse en una piscina de ellas en
cualquier segundo.
C
uando despierto la mañana siguiente, mi cuarto está demasiado
brillante, incluso a través de las gruesas cortinas verdes. Parpadeo
unas pocas veces, preguntándome si he dormido pasado el mediodía,
pero el mundo está silencioso. Demasiado silencio para que sea
mediodía.
Nieve.
Está frío al tacto. Deben haber hecho menos de 30 grados bajo cero
anoche. Me siento tonta y mareada, como un niño levantándose en la
mañana del día de Navidad.
Me giro para despertarla, tal vez golpeándola con una almohada, pero
mi estómago cae y la sonrisa se derrite de mi rostro cuando me doy
cuenta de que ella ya no está en mi cama.
La cama está vacía. Completamente carente de la extraña pelirroja que
he llegado a conocer y a querer.
Camino hacia el armario, como si por alguna razón ella fuera a estar
sentada en el piso allí. Pero no está. El gran montón de juguetes y
basura que saqué de los estantes hace un par de días, seguían
amontonados en la alfombra Berber.
Esto era lo que quería, al menos, había sido lo que quería. Pero me
siento un poco vacía mientras camino de regreso a la casa, la nieve
crujiendo bajo mis pantuflas.
Me doy la vuelta, justo a tiempo para ver a mi hermano, sus ojos más
brillantes de lo que he visto en semanas, formando otra bola de nieve en
su mano. La tira, como un lanzador, y explota en mi bata antes de
poder procesar lo que está haciendo.
Mi hermano camina hacia mí, sus manos vacías, su pecho baja y sube,
nuestros ojos se encuentran y sonríe. 250
Luego extiende su mano y me levanta.
—¡Oye!
—Es justo.
Hay un montón de bagels en una canasta, así que tomo uno, saco un
gran pedazo y lo meto a mi boca. Probablemente me vea como una
ardilla, como Ann y ese Cinnabon, pero aún me siento un poco
deprimida por todos esos deseos acabándose, y quiero llenar ese vacío,
y la comida en la única cosa en la que puedo pensar.
Anoche, Ann y Ken decidieron sacar al poni del cobertizo y dar una
caminata. Ella se quedó fuera por otra hora y media más y cuando
volvió, hablamos por otra hora o algo así, pasadas las dos de la
mañana. Nos recostamos en mi casa y miramos el techo, y ella habló
sobre su cita y de lo romántico que es Ken.
—Tengo algunas reuniones hoy, así que tengo que volar —dice ella, aún
sin mirarme.
Me pregunto si ha mirado afuera ya, si sabe que están cayendo los
copos de nieve más grande que he visto.
Asiento, pero mi boca está tan llena que no puedo hablar. Ella no se da
cuenta. Está frunciendo el ceño ahora, pasando las hojas de su agenda.
La imagen, una de total concentración, es una que he visto millones de
veces antes.
Su cabeza aparece.
—¿Sí?
—Lo siento. Por lo… que dije. Sé que estás haciendo lo mejor que
puedes y que me das todo.
—Estaba pesando que quizás podías elegir una película. Algo que Chase
pueda tolerar. Tomaré un poco de pan de ajo y podemos comer
espaguetis. Estaré en casa a las siete.
M
andy Hubbard, también conocida como Amanda Grace, se crio en
una granja a las afueras de Seattle donde se negó a usar tacones
hasta su fiesta de fin de curso. Los odió tanto, que no volvió usar
un par en cinco años. Vaquera de corazón, le gusta montar a caballo y
quad, además de cantar los éxitos más recientes de la música country.
Prada y Prejuicio es su primera novela. Continuando su labor con You 254
Wish, Drive y Ripple.
Staff de Traducción
carmen170796 Paaau Susanauribe
Kathesweet Lore_Mejia
Jo Little Rose
255
staff de Corrección
Marce Doyle* ☽♏єl Clau12345
Ilusi20 Majo
Recopilación y revisión
Marce Doyle*
Diseño
Agus
¡VISITANOS!
256