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Patogenia
Condiciones de riesgo
Tiroiditis autoinmune
Hepatitis autoinmune
Enfermedad de Addison
Síndrome de Sjôgren
No autoinmunes
Síndrome de Down
Síndrome de Turner
Síndrome de Williams
Infertilidad
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Diagnostico
La sospecha diagnostica se inicia por la presencia de un cuadro clínico sugerente
o por pertenecer a algún grupo de riesgo, ya sea familiar de primer grado de paciente
con EC o portador de alguna condición autoinmune o cromosomopatia asociada. En
casos sospechosos, debe solicitarse serología buscando anticuerpos anti-tTG y anti
endomisio (EMA) 52. Habrá de tenerse en cuenta que ambos test se basan en la
determinación de inmunoglobulinas de tipo IgA por lo que en caso de existir un déficit
de la misma, nos encontraríamos ante un falso negativo. Por lo tanto, será recomendable
la determinación simultánea de IgA, ya que además, éste es más frecuente en sujetos
con EC60.
El diagnóstico definitivo será el anátomo-patológico. Todo paciente con
anticuerpos positivos habrá de derivarse a un gastroenterólogo para la realización de una
endoscopia digestiva con toma de biopsia con el fin de demostrar la presencia de atrofia
vellositaria 60. La biopsia intestinal debe incluir muestras de las distintas partes del
duodeno (al menos 4) y de bulbo (al menos una) 95. Las alteraciones características de
EC incluyen que el epitelio se hace cúbico pseudo estratificado y con el ribete estriado
poco visible o ausente, hay aumento del número de linfocitos interepiteliales (> 25/100
enterocitos), elongación de las criptas y aplanamiento de las vellosidades con
disminución de relación altura V:C, índice mitótico aumentado, e infiltración de la
lámina propria (principalmente por células plasmáticas y linfocitos). Estas
modificaciones han sido clasificadas por Marsh en una graduación de 1 a 3 92;
actualmente el criterio vigente es que para hacer diagnóstico es necesario que el daño
histológico sea grado Marsh 2 o más, y que los grados 0 y 1 no son diagnósticos de
EC78,79
Aquellos que no tienen atrofia vellositaria, se considera que tienen una EC
potencial y no tienen indicación de iniciar tratamiento, sino que mantener seguimiento
seriado por gastroenterologo. 54
Finalmente, en casos dudosos y en aquellos en quienes hay discordancia entre el
resultado de anticuerpos y biopsias duodenales, puede ser de utilidad (especialmente por
su valor predictivo negativo) la determinación de HLA DQ2-DQ8, pues estos
haplotipos están presentes en cerca del 95% de los individuos caucásicos con EC.54
Según criterios revisados de la ESPGHAN (1989), los requisitos actuales
mínimos para establecer el diagnóstico de EC son los siguientes:
Complicaciones
Los pacientes con EC, particularmente aquellos que no han sido diagnosticados
o no se adhieren a una dieta libre de gluten (DLG), son más propensos a desarrollar
complicaciones, entre las que se encuentran las enfermedades malignas como el linfoma
y el adenocarcinoma de intestino delgado o el carcinoma epidermoide de esófago 77. Se
ha reportado un aumento global de muerte por cáncer en pacientes adultos con EC y en
sus familiares, lo que sostiene la importancia clínica de este trastorno.67, 68.
Esprue tropical
El esprúe tropical es definido como un síndrome de malabsorción que se
desenvuelve en personas que residen o residieron previamente en los trópicos, teniendo
varias formas de presentación.1 Esta patología es endémica en el Sur y el Sudeste
Asiático, India, el Caribe, América Central y del Sur, aunque su etiología exacta es
desconocida.2,3
Por otro lado, existen varias hipótesis etiológicas han sido propuestas para el esprúe
tropical, en particular la etiología infecciosa. En ella se argumenta que el esprúe tropical
surge después de un episodio de gastroenteritis aguda asociado a infección que, por
alteración de la flora intestinal, conduce a un sobre crecimiento bacteriano. 2,11,12 Por otro
lado se aislaron bacterias en el yeyuno en pacientes con esprúe tropical, en particular E.
Coli, Klebsiella pneumoniae, Enterobacter y Serratia. 2.11,12,13 Otros estudios asociaron el
esprúe tropical a parasitosis, en particular a Giardia lambdia, Strongyloides stercoralis y
Entamoeba histolytica. 11,13,15,16
Como agentes etiológicos se han incriminado diversos factores como el mal estado
nutricional, la existencia de substancias tóxicas en la dieta que sean capaces de lesionar
la mucosa intestinal, la presencia de una flora anormal en el intestino proximal y
algunas inmunodeficiencias. 6 El mal estado nutricional se considera hoy más bien una
consecuencia y no la causa del esprue, pues por una parte se ha descrito la enfermedad
en individuos sin alteración notoria del estado nutricional, y por otro lado existen
7
pacientes mal nutridos sin alteración en la absorción intestinal. Tampoco se han
podido identificar tóxicos en la dieta que sean capaces de lesionar la mucosa intestinal,
como sí se demostró con el gluten que lesiona la mucosa en la enfermedad celíaca. En la
mayoría de los casos de esprue, sin embargo, se han detectado altos recuentos de
colonias de flora gram negativa en el intestino proximal, que en animales de
experimentación son capaces de producir alteraciones en la mucosa intestinal 8, 9, 10 y que
concuerda con el éxito obtenido en el tratamiento del esprue administrando antibióticos
de amplio espectro. Algunos opinan sin embargo, que esta alteración de la flora puede
ser también consecuencia de la enfermedad y no su causa, pues no se detecta siempre en
todos los casos de esprue. Es posible entonces que sean varios los factores etiológicos
del esprue, entre los que se puede incluir también la deficiencia inmunológica. En todo
caso se considera que el diagnóstico de esprue tropical conlleva siempre la existencia de
algún grado de atrofia en la mucosa intestinal.
Clínicamente, el esprúe tropical puede presentarse de forma severa o moderada, en
este último caso no se manifiesta inicialmente con diarrea, sino con síntomas
gastrointestinales inespecíficos, tales como pérdida de peso, astenia, adinamia, anemia,
glositis y malabsorción1. En general esta enfermedad se caracteriza por diarrea crónica y
malabsorción con déficits nutricionales, a veces con disminución de los niveles séricos
de vitaminas, tales como la A, E y B12, así como de ácido fólico, proteínas, lípidos,
hierro y minerales. 2,11, 12, 13,14
Existen ciertos problemas relacionados con el esprúe tropical, como por ejemplo, la
falta de especificidad con respecto al organismo causante, el origen de su distribución
geográfica y la baja incidencia reportada en niños, así como también el rol que cumplen
las infecciones agudas en iniciar la enfermedad y la interacción de los cambios
observados en la flora intestinal, la morfología de la mucosa, la motilidad intestinal y la
malabsorción de lípidos y folato.11