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TEMA 3: El medio es el mensaje, y la escritura reestructura la conciencia

Estos dos autores "dialogan" sobre las características que asumen los medios
de comunicación cuando se introducen en una cultura determinada.
Principalmente, Marshall Mc Luhan y Walter Ong coinciden en que los medios
modifican nuestro complejo psicofísico en la medida en que los vamos
naturalizando, incorporando a nuestras vidas, se van volviendo "invisibles".

El medio es el mensaje

Marshall Mc Luhan escribió dos textos sumamente importantes en la década del


60´. En 1962 publica “La Galaxia Gutemberg”, donde afirma que la
interiorización de los medios de comunicación provoca un desequilibrio en los
sentidos del hombre. Sostiene que es la incorporación del alfabeto fonético la
que hace que se pase del oído al ojo, de la cultura oral a la visual. Pero esto
entra en crisis con la Revolución electrónica, donde el hombre vuelve a ser
involucrado en todos sus sentidos en el proceso de comunicación.

De ahí nace otro de sus conceptos, uno de los más criticados: el de la "aldea
global". Con esto, Mc Luhan quiere decir que gracias a la comunicación
electrónica, el hombre vuelve a su condición tribal de la aldea – caracterizada
por lo oral y co-presencial – pero a una escala planetaria, dada la globalización
de las comunicaciones.

Es por esto que el divide la historia de la humanidad en tres edades:

 La comunicación natural oral y gestual


 La edad de la tiranía de la visión iniciada por la escritura alfabética y la
imprenta
 La edad de la transmisión eléctrica con el retorno de todo el espectro
sensorial

En 1964 publica otra de sus obras mas importantes: “Comprender los medios de
comunicación”. Aquí va más allá en su línea de pensamiento y afirma que los
medios son extensiones de las capacidades del hombre y que toda nueva
tecnología introduce en nuestros asuntos una nueva escala.

Nace su conocida frase “el medio es el mensaje” con la que expresa que el
mensaje es el cambio de escala que introduce el medio en los asuntos
humanos, las consecuencia mentales y sociales que trae aparejadas.

Es decir, no son tan importantes los contenidos de la comunicación como los


medios que vehiculizan esa comunicación.
El hecho de que exista determinado medio en la sociedad ya deja una impronta
particular, y la sociedad no es la misma estando ese medio. Esto está
directamente vinculado con el concepto anterior, por cuanto nuestra relación con
esos medios modifican nuestra realidad y nuestra forma de ver el mundo que
nos rodea. Mc Luhan afirma en este sentido que la interiorización de los medios
de comunicación provocan un desequilibrio en los sentidos del hombre.

Coincidiendo con la no neutralidad de la tecnología, Mc Luhan afirma que


"cualquier medio tiene el poder de imponer sus propios supuestos al incauto", y
luego, "la predicción y el control consisten en evitar este estado narcisista
subliminal". El autor ejemplifica con el lugar de preponderancia que tuvo la
escritura y la lectura en la cultura de Occidente: "lo racional ha significado para
Occidente lo uniforme, continuo y secuencial", y "se ha confundido la razón con
el saber leer, y al racionalismo con una sola tecnología". Por el contrario, en la
edad eléctrica -continúa Mc Luhan- el hombre parece volverse irracional para
Occidente. La electricidad acabó con la secuencia, volviendo todo ‘instantáneo’.

Siguiendo con este razonamiento, llama la atención la afirmación del autor: "la
imprenta creó el individualismo y el nacionalismo en el siglo XVI", lo cual Ong
luego va a reafirmar, al decir que la escritura habilitó el nacimiento del
pensamiento racional y el distanciamiento del sujeto hacia el objeto de estudio,
de la misma manera en que el lector se distancia de lo leído, lo cual aparece
dispuesto en forma ordenada y fragmentada delante de sus ojos, sobre un trozo
de papel (el pensamiento "claro y distinto" del que hablaba Descartes). Además,
Ong sostiene que mediante esta separación entre el conocedor y lo conocido, la
escritura posibilita una introspección cada vez más articulada que abre la psiquis
al mundo externo e interior, por lo tanto hace posible las grandes tradiciones
religiosas introspectivas.

Finalmente, Mc Luhan sostiene que los efectos de la tecnología no se producen


al nivel de las opiniones o de los conceptos, sino que modifican los índices
sensoriales, o pautas de percepción, regularmente y sin encontrar resistencia.

La escritura reestructura la conciencia

En la misma línea de pensamiento, Walter Ong, en "Oralidad y escritura" (1982)


pone el acento en la ruptura que significó para la humanidad la escritura. Sin la
escritura el pensamiento escolarizado no existiría ya que no podría pensar como
lo hace, la escritura transformó la conciencia humana. La escritura establece un
lenguaje libre de contextos porque el discurso escrito está separado de su autor.
No hay manera de refutar un texto directamente, siempre dice exacta/ lo mismo.

Ong sostiene que las mismas objeciones que se hacen hoy a las computadoras
se les hicieron antes a la escritura:
- la escritura destruye la memoria
- la escritura debilita el pensamiento
- un texto escrito no produce respuestas; no puede defenderse
La escritura, la imprenta y la computadora son todas ellas formas de
tecnologizar la palabra. La escritura es una tecnología.

Ong concluye que las tecnologías son artificiales, pero lo artificial es natural para
los seres humanos.

Las tecnologías no son sólo recursos externos, sino también transformaciones


interiores de la conciencia.

Los instrumentos externos que utiliza la inteligencia se interiorizan y forman


parte del propio proceso reflexivo. Interiorizada adecuadamente la tecnología no
degrada la vida humana sino que la mejora, su uso puede enriquecer la psique,
desarrollar el espíritu.

Los griegos lograron algo de primordial importancia psicológica al crear el primer


alfabeto completo con vocales. Havelock opina que esta transformación
decisiva, casi total, de la palabra – del sonido a la imagen – dio a la cultura
griega el predominio intelectual sobre otras culturas de la antigüedad.

Mediante la separación del conocedor y lo conocido la escritura posibilita una


instrospección cada vez más articulada (pensar el caso de las lenguas muertas:
Latín culto, sánscrito, árabe clásico, hebreo rabínico – que ya no se usaban
como lenguas madres de nadie, reduciendo la interferencia del mundo vital
humano)

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