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ala revolucién rante casi un to de siglo el imen fascista Del fascismo espués de la Mar cha sobre Roma, del 27 de octubre de 1922, el fascis- ‘mo asciende al po. der y en él se mantendré hasta su caida definitiva, en 1945. En toda esta etapa hay que distinguir dos periodos: el primero, que va de 1922 a 1928, es el del ‘‘tascis. ‘mo plebeyo” y durante él actia como fuerza social predominante la pequefia burguesia; el segundo, que abarca de 1928 hasta la cai- a, se caracteriza por el desplaza: miento de le pequefia burguesia Y por la afirmacién, organizada bor el fascismo, de la hegemonia del capital monopolista. ‘Ascenso y caida del “fascismo plebeyo” | primer gobierno encabezado por Mussolini es una coalicién que inclu- ye a los represen tantes politicos del capital medio, ‘Comienza entonces el copamiento del aparato del estado por el fas: cismo, proceso que culminaré con {as leyes ultrafascistas de 1926, La politica econémica de Musso. fini, en este periodo, seré la de contemporizar con el! capital me- dio y la de realizar algunas con- cesiones a la pequefia burguesia, 4 pesar de las presiones del gran capital, a través de la poderosa Cofindustria, a favor de una poli- tice que acelere la concentracién y centralizacién del capital. Durante el verano de 1923 se acentuaron las tensiones entre el la derecha"" (Rocca) y el ala izquierde del fascismo (Farinacci, Rossoni), mientras en todos los estratos de la administracién pi- blica se incorporaban superviso- res fascistas, lo que practicamen- te duplicaba los puestos de la administracién. En 1926 fueron disueltos todos los partidos poli ticos dando origen al régimen de partido dnico. A partir de ese momento el gobierno estuvo com- puesto exclusivamente por fas- Cistas. ‘A medida que supera la resisten- cia del capital medio el fascismo toma las primeras medidas en beneficio del gran capital: deroga- cién de la ley sobre el carécter Nominativo de los titulos negocia- bles, privatizacién de los servicios telefonicos y de los seguros de vida, liberacién de les alquileres, modificacion regresiva del régi ‘men impositivo y suspension de los proyectos de reforma agraria. A mediados de 1924, cuando ei regimen ain no estaba definiti vamente consolidado, se produce el asesinato del lider socialdemo- crata Matteotti, hecho que provo- Card la ultima reaccién del pueblo italiano contra el fascismo. Se crea entonces, una situacion de relativa pardlisis en el aparato fascista que no es aprovechada Por la oposicién, cuyos diputados se retiran del parlamento y for. ‘man uno paralelo en el Aventino que no afecta mayormente al ré- gimen. En enero de 1925 el régi- men se consolida y Mussolini pro: nuncia un discurso en el que asu me toda la responsabilidad por el asesinato de Mattectti. Durante el afio 1926 se produc la ofensiva del “ala izquierda’ fascista en procura de Ia “'segun- da revolucién anticapitalista”. Reivindican la necesidad de im: plantar un estado corporativo, a través de corporaciones de las distintas ramas de la produccién donde estén representados patro- Res y obreros. EI gran capital resiste esta ofensiva manteniendo la autonomia de su organizacion corporativa, la Cofindustria. En octubre de 1925 se firma el acuerdo del Palacio Vidoni, entre la Cofindustria y la Confederacion de Sindicatos Fascistas, mediante el cual se reconoce a estos uilti- ‘mos como Gnicos representantes de los obreros en la discusion de los convenios de trabajo. Este es el golpe final para el sindicalismo socialista. Quedaron definitiva- mente abolidos los comités de fabricas, a los cuales los sindica listas fascistas intentaron rem: plazar por sindicos fascistas q controlaran y vigilaran la activi- dad de los industriales. Pero és- tos se opusieron frontalmente por temor a que la medida cercenara el derecho de propiedad y obsta- culizara la gestién de la empresa. A partir de entonces se consoli la Cofindustria y quedan defini vamente sepultados los intentos 545 Dos imagenes de la Marcha sobre Roma, en octubre de 1922. En los primeros afios de la década del veinte el ‘‘fascismo plebeyo”’ otorga algunas concesiones a la pequena burguesia y la mediana industria, del capital medio de estructurar tuna organizacién corporativa que lo diferencie del gran capital y que le permite asumir una de- fensa mas eficaz de sus intereses. Finalmente, en 1928, culmina la ofensiva del gran capital contra el “fascismo plebeyo"” cuando Mus- solini obliga 2 Rossoni 2 abando: nar su puesto de secretario ge- neral de los sindicatos fascistas. El periodo de estabilizacién del fascismo pesar de ser el fas- cismo el organiza- dor de la hegemo- nia politica del gran capital, mantiene siempre una relativa autonomia con respecto a él. El partido fas- cista seré siempre un partido de masas y recurriré permanente- mente a la movilizacion de las mismas. Los 800.000 miembros con que contaba en 1928, se ha- bian transformado en 3.000.000 en 1940. Por otra parte, contra. riamente a lo que afirman los au- tores que hacen el planteo del “totalitarismo fascista”, el fascis: mo nunca se fusioné con el apa- rato del estado. En su primer periodo en el poder es el Partido Fascista el que domina las ramas del aparato represivo de estado (ejército, policia, administracion) aun cuando se producen impor. tantes luchas entre el partido y las diversas ramas de! aparato. Durante el segundo periodo, el del fascismo estabilizado, es el apa- rato de estado, que ha sufrido transformaciones, el que subordi na al Partido Fascista. Como dice Poulantzas “el predominio del aparato de estado no se realiza de cualquier modo [...] es una ra: ma particular del aparato repre- sivo de estado la que domina las otras ramas y asi al conjunto de los aparatos de estado, incluso los aparatos ideol6gicos. Esta rama lo es ni el ejército-ni la burocra- cia administrativa; es la policia politica. Cuando se une al térmi no ‘policia’ el de politica no es simplemente para indicar la im: portancia de la represion politica, sino para sefalar el papel ideol6- ico capital que corresponde a la rama policiaca del aparato tado fascista. E! tascismo | biecido ve acompafiado igual te de una reorganizacion de relaciones en el seno de los ratos ideolégicos de estado. primer lugar es la mutua au mia relativa de esos aparat ue, paralelamente a su aul mie relativa respecto del aps Tepresivo de estado, queda s tida_a revision.” Los apar ideolégicos de estado que ten una funcién principal durant fascismo serén: el Partido Fa ta, la familia y los medios de municacion de masas. “El pat fascista —-escribe Poulanta: sive a la vez de correa de su dinacion estricta de ios apar ideolégices al aperate repres de eslabén de cohesién cer lizada de les aparatos ideol que domina, Habiendo ser antes el partido fascista dem de contro! del aparato de est deviene en adelante de mai esencial al medio de contro los aparates’ ideologicos po aparato de Estado." La familia se convierte en uni las piezas esenciales de los ratos ideoldgicos de estado < ‘su papel en la formacién gd ideologia autoritario-jerarquice fascismo. La escuela y la igh pierden importancia como ap tos ideoldgicos: la escuela nu pudo ser fascistizada por com fo en italia y la iglesia, 2um mantuvo muchas de sus pr gativas, tue permanenters Controlada por el aparato fas La policia politica (OVRA) deg dia directamente de los dirigs fascistas y sus atribuciones « amplisimas, extendiéndose @ pensas del cuerpo de policia sico (carabineros). La policie litica se prolongaba a traves MVSN (Milicie Volunteria Ge furidad Nacional. Esta fue latinamente depurada de los mentos "izquierdistas” Que Bian partcipado en Io locke fascismo por el ascenso al a En 1927 la milicia paso 2 cuerpo armado del estado. tamente dependiente del Durante el fascismo se un importante. desarrollo fuerzas productivas en Ital fundamental pesada, en es a década de 1930 y debido a la politica de rearme bélico. La dustria italiana, que producia a costos muy superiores a los del mercado mundial, se hizo relati- vamente eficiente debido al portante proceso de concentracion y centralizacién del capital. La roporcién de la produccién in- dustrial en el producto nacional pasé de 25,3 % en 1921 a 31,8 Por ciento en 1929 y a 34,1 % en 1940. EI indice de desarrollo del capital en la industria, entre 1920 y 1939, fue de 2,58, mientras que en la agricultura era de 1,50. El fascismo encontré una fuerte re- sistencia entre los. propietarios agrarios semifeudales del sur, dado que la expansion plena del capital monopolista era incompa: tible con la supervivencia de for- mas feudales y semifeudales. De- bido a ello los propietarios de la tierra del sur se fueron transfor- mando en terratenientes capitalis- tas y los aparceros se transfor- maron en obreros agricolas. Esta Penetracién masiva del capitalis- mo en la agricultura permitié una notable elevacién de la produc: cidn. La cosecha de cereales pas6 de 4,85 millones de toneladas en 1909-13 a 7.59 millones de tone: ladas en 1935-39, y esto permitié el autoabastecimiento en la pro duccién de alimentos. La politica econdmica del fascis- mo beneficié, dentro del bloque ‘en el poder, al gran capital y a los capitalistas agrarios del norte, desplazando al capital medio y a los propietarios agrarios del sur, que, hasta el advenimiento del fascismo, habian ejercido la hege: ‘monia politica. La pequefia-burguesia, clase-apo- yo, base de masas del fascismo, fue en realidad bastante perjudi- cada en sus intereses econémicos por la politica fascista. Los sala- rios reales de los empleados (pe- quefia-burguesia_dependiente) descendieron _significativamente. El mismo deterioro. sufrié la pe: quefia-burguesia independiente urbana y rural (campesinos par. celarios, arrendatarios medios y equefios). No obstante la peque- fia-burguesia siguié adhiriendo con firmeza al fascismo, hecho que se explica por razones pol tico-ideolégicas. En efecto, el c: racter especifico de la ideclogia fascista es la afirmacién indirecta de la ideologia imperialista (del gran capital) a través del predo- minio directo de la ideologia pe- quefio-burguesa. "Si la ideologia imperialista. —sefiala Poulant- zas— parece en contradiccién con tas formas ‘normales’ de la ideologia_pequefio-burguesa (jus: ticia social, electoralismo, etc.), puede perfectamente correspon: der a las formas revestidas por la ideologia de una pequefia burgue: sia en rebelién (movimiento fas: cista), 10 cual no es el caso de la ideologia liberal clasica. Del feti- chismo del poder al estado fuerte, del_nacionalismo agresivo y exe: cerbado a la estadolatria y al culto del ‘jefe’, del antiparlamentaris. mo al corporativismo y al autor tarismo, otros tantos rasgos co- munes de la ideologia imperialista y de la pequefia-burguesia en re: belién; rasgos comunes que giran principaimente en torno del papel del estado." Sin embargo, estos puntos en comtin de ambas ideo logias, dentro de la ideologia fas- cista, no deben hacer olvidar las contradicciones internas de la misma, debido en ultima instancia a las ‘contradicciones entre los intereses del gran capital y los de la pequefia-burguesia. En defini: tiva esta contradiccién entre. la situacién econdmica de la peque- fia-burguesia y su adhesion poli: tico-ideolégica al fascismo se pro- cesard a través de una paulatina ruptura de los lazos de represen. tatividad entre la pequena-burgue- sia y el fascismo, ruptura que solo se hard manifiesta hacia el mo: mento de la caida del fascismo. El movimiento obrero turante los primeros afios del régimen fascista se produjo la liquidacién defi nitiva de las organi: zaciones sindicales y politicas de la clase obrera. La C.G.L. (Con federacién General del Trabajo), dirigida por los socialistas de de- recha, siguié existiendo hasta 1926, a pesar de haber disminui do notabiemente su influencia, y ello dificulté el avance del sind calismo fascista. De todas mane: ras su politica de no ent miento al régimen no le para sobrevivir. El fascism esitaba controlar férreame la clase obrera. “La C.G. apunta Horowitz— realiz6 : timo congreso en diciemb 1924. Fue un conjunto de nes sombrias y pesimistas. guna de las facciones ni la tia confederalista ni los ma listas ni los comunistas vei guna esperanza de mejorar futuro inmediato [...] Pai dos los propésitos practic derecho de huelga habia c de existir en 1925 y los acu firmados con sindicatos de G.L. eran todavia una rareza fin, en enero de 1927, la cién disolvié la C.G.L.’ No tante, la fraccién comunista central sindical, de_limitad influencia, condené la autod cién y llam6 a proseguir Ia sindical en forma clandestin C.G.L. se afilid a ta Interna Sindical Roja y acompafié en lante los virajes politicos de mintern. A fines de 1922 habia 508 desocupados en Italia. La ¢ habia pasado de 2.000.00 afiliados a 800.000 y los efes del P.S.1. habian caido de 7: en octubre de 1922 a 10.08 abril de 1923. También el (7.000 miembros) perdia om tes aceleradamente. En noviembre de 1922 se # en Mosc el Cuarto Congres la IC, donde se planted te tica de fusién de todos los dos obreros no socialdemées Jo cual, en Italia, significa pulsar ia fusion del PCI y Para ello se formé una de fusién integrada_por Scoccimaro y Gramsci por y Serrati, Tonetti y Maffi PSI. Posteriormente el de fusién se debilité debi detencién de Serrati y al cionismo de la derecha (Nenni) y de la izquierda (Bordiga). Comienzan manifestarse los primeros mas de ruptura politica diga y Gramsci, quien pasa mar parte del Comité €; a IC. En febrero de 1923 duce una ola de det militantes comunistas en incluido Bordiga, y la cién queda profundamente desar- ticulada. Terraccini es el encarga do de dirigir a reorganizacion apoyado desde Mosci. Se refuer- za el peso del grupo Ordine Nuovo ‘con la entrada de Togliatti y Sco: ccimaro al Comité Ejecutivo del Pcl. la politica de Frente Unico fue desde el comienzo resistido por la tendencia de Bordiga, mayoritaria en el PCI. En abril de 1923 Bor diga, desde la carcel, escribe un manifiesto contra la politica de Frente Unico que provoca una gran confusién entre los militan- tes del partido. Simultaneamente Gramsci, desde Mosc, esboza una linea de aplicacién de fa poli- tica de fa IC, en lucha a la vez con la derecha (Tasca) y con fa iz: quierda (Bordiga). La vacilacién del resto del grupo Ordine Nuovo diticulta el trabajo politico de Gramsci, que comienza a aceptar la idea de reorganizar el partido desde Mosct. ""Habiendo sido de tenido el Ejecutivo del partido — escribe Gramsci— en Moscu se esperaron en vano durante un mes y medio informaciones que estableciesen con exactitud cémo habian ocurrido los hechos, con qué limites habia chocado la po- Vicia al destruir ta organizacion, {qué medidas habia tomado el Eje cutivo en libertad para reanudar los vinculos de organizacién y re- construir el aparato del partido. Después de una primeta carta en la que se decia que todo habia sido destruido y que la central del partido habia de reconstituirse no se recibieron mas informaciones concretas sino tinicamente cartas polémicas sobre la cuestién de la fusién, escritas con un estilo que parecia tanto mas arrogante e itresponsable cuanto mas su au- tor habia creado, con la primera carta, la impresién de que el par- tido no existia mas que en su per- sona [se refiere a Bordiga]. Se planted brutalmente la cuestion del valor del centro del partido italiano. Las cartas recibidas fue- ron criticadas duramente y se me Pregunté qué podia yo sugerir [...] Yo también estaba bajo la desastrosa_impresion de las car tas [...] Por esto legué a decir que si se consideraba que la si- tuacién era realmente la que apa- recia objetivamente en el material de que disponiamos, seria mejor acabar de una vez y reorganizar 2! partido desde fuera con elemen os nuevos elegidos por la Inter: nacional. Asi es que en la Cuarta Conferen cia del CE. ampliado de la IC (junio, 1923) se discute la “‘cues- ti6n italiana” y Gramsci acuerda con Zinéviev organizar un nuevo CE. italiano que elimine la mayo ria bordiguiana. A causa de esto Togliatti asume l2 direccién del partido en Italia. Por sus cartas de la 6poca es visible que Gramsci temia este “acto de autoridad”” (asi llamé a la reorganizacién). La estructura del PCI seguia sien: do golpeada: en setiembre es de tenido en pleno el nuevo C.E. en Milan, pero es puesto en libertad tres meses después. Lentamente se va recuperando el PCI: a co: mienzos de 1924 sus efectivos han aumentado a 12.000 miem: bros. Bordiga, que ha salido en libertad sigue conservando la ma yoria en el Comité Central y en la base del partido, a pesar de haber perdido el control del C.E.; con- tinda con su politica de oposicién a la linea de la IC, para lo cual escribe un nuevo manifiesto. La intervencién desde arriba de la IC sobre el PCI habia provocado descontento entre as bases del partido y sobre ese malestar se apoya Bordiga en su pugna con el centro de la IC. Por otra parte, frente al ultraizquierdismo de Bor diga, “la derecha del PCI —escr be Sacristn—, inspirada en el empirismo de Tasca, concebia la politica de fusion de la IC como liquidadora del PCI y del PSI y for: macién de una corriente popular socialcomunista. Esta vision liqui dadora empujaba al niicleo del centro (0 sea al equipo gramscia- nto de Ordine Nuovo a coincidir con el grupo izquierdista, pese a la diferencia politica cada vez mas patente entre ellos. Y asi To gliatti, Scoccimaro y Terraccini es. tuvieron inicialmente dispuestos a firmar el manifiesto de Bordiga en funcién de la lucha contra la de- recha. Gramsci, en cambio, que eviden temente habia ya elaborado su vision politica de la situacion y habia reconocido el principio de la “lucha en dos frentes”, se opu- 80. resueltamente al_manifiesto rollo histérico en curso ¥ I sidad de preservar ia unidad de te IC. El incidente del mantiesto —de larga gestacién, pues Rube dos versiones de él, gracias =f terés de Bordiga por arrastrar = los ordinovistas— acabé de hacer cuajar en Gramsci la decision Ge reconstruir la direccién del PCL sobre la base del nucleo de Or dine Nuovo. Asi lo escribié expli- citamente en carta a Togliatti: "¥o creo que nuestro grupo debe que- darse a la cabeza del partido por- que estamos realmente en la linea del desarrollo histérico.”” Tras va rios incidentes, el grupo de Ord ne Nuovo siguié a Gramsi, no fir mé el manifiesto de Bordiga, se separé asi claramente de este y senté las bases del nuevo niicleo dirigente del PCI. El ingeniero Bordiga era hombre de pensa miento esquematico y mecaniciste pero al mismo tiempo poseia un cardcter integro, tenaz, combativo y generoso de sus energias. Los hombres de Ordine Nuovo apre: ciaban mucho esas. caracteristi cas, especialmente al contrastar las con 2 conducta, mucho més reservada, de los dirigentes dere: chistas, como Tasca 0 Graziadei Las respetaban, ademés, porque Bordiga habia sido el mas eficaz promotor de la constitucién del PCI, y hasta el simbolo del parti: do ‘durante los primeros. anos. Gramsci era entonces mucho me nos conocido que su apreciado contrincante. Todo esto explica que, aun después de la dura ba: talla que libré contra él desde 1923 hasta 1926, Gramsci siguie ra su amistad con Bordiga en el comin destierro de Ponza, y que. todavia en 1930, un afio antes de expulsarlo, la direcci6n togliattia nna del PCI hiciera gestiones para recuperar a Bordiga.” La con cepcién de Bordiga sobre la revo- lucién siempre tuvo fuertes con notaciones jacobinas y blanquis tas, de alli que pensara al partido ‘como una superslite de rewolucic: narios profesionales que dineien en coyunturas revolucionariss 2 una masa amorfa © inorgsmca. la década de 1930 y debido a la politica de rearme bélico. La in- dustria italiana, que producia a costos muy superiores a los del mercado mundial, se hizo relati vamente eficiente debido al im. portante proceso de concentracién ¥ centralizacién del capital. La roporcién de la produccién in: dustrial en el producto nacional pasé de 25,3 % en 1921 a 31,8 or ciento en 1929 y a 34,1 % en 1940. EI indice de desarrollo del capital en la industria, entre 1920 y 1939, fue de 2,58, mientras que en la agricultura era de 1,50. El fascismo encontré una fuerte re: sistencia entre los propietarios agrarios semifeudales del sur, dado que la expansién plena del capital monopolista era incompa: tidle con la supervivencia de for. mas feudales y semifeudales. De- bido 2 ello los propietarios de la tierra del sur se fueron transfor mando en terratenientes capitalis- tas y los aparceros se transfor. maron en obreros agricolas. Esta Penetracién masiva del capitalis- ‘mo en fa agricultura permitié una notable elevacion de la produc Gién. La cosecha de cereales pasé de 4,85 millones de toneladas en 1909-13 a 7,59 millones de tone. ladas en 1935:39, y esto permitio el autoabastecimiento en la pro- duccién de alimentos. La politica econémica del fascis. mo beneficié, dentro del bloque en el poder, al gran capital y a los capitalistas agrarios del norte, desplazando al capital medio y a los propietarios agrarios del sir, gue, hasta el advenimiento del fascismo, habian ejercido la hege- ‘monia politica. Le pequefa-burgue: ‘yo, base de masas del ‘fue en realidad bastante perjudi ada en sus intereses econémicos Bor la politica fascista. Los sala. es reales de los empleados (pe. jia_dependiente) significativamente. deterioro sufrié la pe. eguesia independiente ¥ rural (campesinos par. errendatarios medios y No obstante la peque: siguié adhiriendo al fascismo, hecho or razones poli- En efecto, el ca- e Ia ideologia fascista es la afirmacién indirecta de la ideologia imperialista (del gran capital) a través del predo- minio directo de la ideologia pe- quefio-burguesa. "'Si la ideologia imperialista. —sefiala Poulant. zas— parece en contradiccién con las formas ‘normales’ de la ideologia pequeno-burguesa (jus- ticia social, electoralismo, etc.), Buede perfectamente correspon: der a las formas revestidas por la ideologia de una pequefia burgue- sia en rebelién (movimiento fas- cista), 10 cual no es el caso de la ideologia liberal clasica. Del feti chismo del poder al estado fuerte, de! nacionalismo agresivo y exe cerbado a la estadolatria y al culto del ‘jefe’, del antipariamentaris- ‘mo al corporativismo y al autori- tarismo, otros tantos rasgos co: munes de la ideologia imperialista y de la pequefia-burguesia en re belién; rasgos comunes que giran principalmente en torno del papel del estado.” Sin embargo, estos puntos en comin de ambas ideo: logias, dentro de la ideologia fas- cista, ‘no deben hacer olvidar las, contradicciones internas de la misma, debido en ultima instancia a las ‘contradicciones entre los intereses del gran capital y los de la pequefa-burguesia. En defini tiva esta contradicci6n entre la situacién econémica de la peque- fia-burguesia y su adhesién poli- tico-ideolégica al fascismo se pro cesard a través de una paulatina ruptura de los lazos de represen- tatividad entre la pequefa-burgue- sia y el fascismo, ruptura que solo se hard manifiesta hacia el mo- mento de la caida det fascismo. El movimiento obrero uurante los primeros afios del régimen fascista se produjo ta liquidacién defi- nitiva de las organi: zaciones sindicales y politicas de la clase obrera. La C.G.L. (Con- federacién General del Trabajo) dirigida por los socialistas de de: recha, siguié existiendo hasta 1926, a pesar de haber disminut- do notablemente su influencia, y ello dificulté el avance del sindi calismo fascista. De todas mane- ras su politica de no enfrenta: miento al régimen no le sirvié para sobrevivir. El fascismo ne- cesitaba controlar férreamente a la clase obrera. “La C.G.L. — apunta Horowitz— realiz6 su Gl- timo congreso en diciembre de 1924. Fue un conjunto de sesio- nes sombrias y pesimistas. Nin- guna de las facciones ni la mayo- ria confederalista ni los maxima listas ni los comunistas vei guna esperanza de mejora futuro inmediato [...] Para to- dos los propésitos practicos el derecho de huelga habia cesado de existir en 1925 y los acuerdos mados con sindicatos de la C. GL. eran todavia una rareza. Por en enero de 1927, la direc: cién disolvié la C.G.L._ No obs: tante, la fraccién comunista de la central sindical, de limitadisima influencia, condené la autodisolu: cién y llamé a proseguir la lucha sindical en forma clandest C.G.L. se afilié a la Inter Sindical Roja y acompafé en ade. lante los virajes politicos del Ko- mintern. A fines de 1922 habia 500.000 desocupados en Italia. La C.G.L. habia pasado de 2.000.000 de afiliados @ 800.000 y los efectivos del P.S.I. habian caido de 73.000 en octubre de 1922 a 10.000 en abril de 1923. También el P.C.| (7.000 miembros) perdia militan- tes aceleradamente. En noviembre de 1922 se realizé en Moscui el Cuarto Congreso de fa IC, donde se planted la poli- tica de fusién de todos los parti- dos obreros no socialdemécratas, Jo cual, en Italia, significaba im: pulsar la fusin del PCI y el PSI. Para ello se formé una comisién de fusién integrada por Tasca, Scoccimaro y Gramsci por el PCi y Serrati, Tonetti y Maffi por el PSI. Posteriormente el proyecto de fusién se debilité debido a la detencién de Serrati y al obstruc: cionismo de ta derecha del PS! (Nenni) y de la izquierda del PCI (Bordiga). Comienzan entonces a manifestarse los primeros_sinto- mas de ruptura politica entre Bor. diga y Gramsci, quien pasa a for. mar parte del Comité Ejecutivo de la IC. En febrero de 1923 se pro. duce una ola de detenciones de militantes comunistas en_ Italia, \cluido Bordiga, y la organiza: 0 sea, una concepcién totalmente dial.” Esto parecia abservario con opuesia 2 a de Gramsci, o que cierto tem pero lo, consderabe Frente al Palazzo estaba en la base de sus frecuen- inevitable dado que "hay que te i tes enfrentamientos. nner en cuenta la situacion de su- Venezia de Roma perioridad en que se encuentran Fee = Camaradas rusos, los cuates 4/74 multitud se.da jramsci, atti y el [...] cuentan con una masa de cj ore Fepaioteuiiasucceuanmes (hognee escuchar Ia precisa. Por eso sus orientacio: palabra del Duce, fnes se basan en un fundamento nla histérica carta Material que nosotros no podre: Que Gramsci dirige mos conseguir hasta después de 2 Togliatti y Terra. 12 revolucion y eso da a su supre- fini desde Viena, el macia un cardcter permanente y Gnue febrero ‘de dificilmente vulnerable". Conti- 1924, pasa revista a una serie de na advirtiendo a Terracini el pe. problemas de la coyuntura de la Wigro que significa el manifiesto lucha de clases. Refiriéndose al de Bordiga dado que “es el co: problema de la lucha de fraccio- mienzo de una batalla a fondo es en el seno del PCUS Gramsci contra la Internacional y que en tiende en ese momento a inclinar.¢! Se pide la revisién de todo el $e por las posiciones de la Opo. desarrollo tactico ocurrido desde Sicién de Izquierda: ‘Todo el el Tercer Congreso”, y prosigue Mundo sabe ‘que ya en 1905. afirmando: “niego resueltamente Trotski pensabs que podia verifi. que la tradicién del partido sea la ‘carse en Rusia una revolucién so. que se refleja en el manifiesto. Se cialista y obrera, mientras que los trata de la tradicion de la concep: Bolcheviques pensaban solo en _cidn de uno de los grupos que han establecer una dictadura politica formado nuestro partido, pero no Gel proletariado aliado con los de una tradicion del partido”. Eempesinos, dictadura que sirvie. Posteriormente Gramsci criticaba de continents al desarrollo dee! modelo de organizacion y de Sspitalismo. sin tacar a este en su tuncionamiento partidario que ha fora econdmica, También es bia predominado bajo la direccion jesto que en noviembre de bordiguiana, planteando el proble: S17, mientras Lenin con la ma. ma del aislamiento del partido del partido habia pasado a CON respecto a las masas y su bu: fin de Trotski'y pensa- rocratizaci6n: “El error del par “ocupar no sélo el gobierno po. tido ha consistido en poner en é> sino también el industrial, primer plano y abstractamente el ev y Kamenev se mantuvie. problema de la organizacion, lo a opinion tradicional del cual, ademés, ha significado solo @ [J En la reciente po. [2 creacién de un aparato de fun- producida en Rusia se cionarios ortodoxos para con la Gue Trotski y la oposicion concepcién oficial. Se creia y se i femen seriamente una sigue creyendo que la revolucion @ Ie vieja mentalidad, 10 depende solo de la existencia de desastroso para la revo. un aparato asi. y se llega incluso "Piden una mayor interven. creer que esa existencia puede ‘elemento obrero en la determinar la revolucién. El par. partido y una disminu. tido ha carecido de actividad orga es poderes de la burocra- nica de agitacion y de propagan- Mieren en el fondo asegurar da, lo cual habria debido mere su carécter socia: cernos, en cambio, la mayor preo: pedir que se cupacion, y facilitar la formacién 2 esa dictadura de verdaderos especialistas_en ‘continente de un ca. este campo [..] Toda pattici desarrollo.” Luego pacién de las masas en la activi fa necesidad dad y en la vida interna del par ismo en el fun: tido que no fuera la de las gran fia ICy reconocia des ocasiones y por orden formal dela IC dan al del centro se ha visto como un hhegemonia de peligro para la unidad y para la fizacion mun. centralizacién. No se ha conce: Bido el partido como resultado de un proceso dialéctico en el cual Convergen el movimiento esponta- neo de las masas revolucionarias, ¥ la voluntad organizada y direc. tiva del centro, sino como un algo en el aire que se desarrolla por ‘si mismo y en si mismo y al cual llegaran las masas cuando la si- tuacién sea propicia y la cresta de la oleada revolucionaria alcance Su altura o bien cuando el centro del partido considere que debe abrir una ofensiva y se incline hasta las masas para estimularlas y llevarlas a la acci6n”. Esta pro. funda critica de Gramsci a la es. tructura del partido italiano ponia sobre el tapete el problema fun- damental de la politica y la orga. nizacién de los partidos comunis tas de Europa Occidental, y puede decirse que en sus aspectos fun: damentales conserva plena vigen cia hoy en dia. Asi, hacia refe rencia a la especificidad de la so. iedad occidental con respecto a la rusa en el sentido del fuerte de. sarrolio del nivel ideol6gico de la superestructura: "'el desarrollo de! capitalismo ha determinado la for- macién no solo de amplios estra- tos proletarios, sino también, y por lo mismo, de la aristocracia Obrera, con sus anexos de buro. Cracia sindical y de grupos social. demécratas. La _determinacién, que en Rusia era directa y lanzaba a las masas a la calle al asalto fevolucionario, en occidente se complica con todas estas sobres. tructuras politicas creadas por e! superior desarrollo del. capitalis. mo, hace mas prudente y mas lenta la accién de las masas y exi Be. por tanto. al partido revolu. Cionario toda una estrategia y una tactica mucho mas complicadas y de mas respiro que las que ne. esitaron los bolcheviques. en el lo comprendido entre marzo ¥ noviembre de 1917". Por ulti mo, Gramsci termina dando indi. aciones concretas sobre formas organizativas y trabajo politico referencia a la necesidad de el ultraizquierdismo, e tener en cuenta las contradi Giones en el seno de la burguesia en Ia medida en que estas pueden Ser aprovechadas por el proleta- fiado para el derrocamiento del fascismo, de abandonar Ia ilusién de que Ia caida del fascismo sera 552 Intervencién de Gramsci en la Comisién Politica Preparatoria del Congreso del Partido Comunista de Italia (Acto de la reunién, fines de 1925) (fragmento) Gct Broletariado, empezando después del V Congreso mundial ¥ del Ejecutivo ampliado de abril de 1925. Hay una analogis tan, damental entre el trabajo de “‘bolehevizacion” que hoy te estd realizando y la accién ejercida por Carlos Marx en el movimicnts obrero. Se trata, hoy como entonces, de luchar contra toda dese viacién de Ia doctrina y de la practica de la lucha de clase revo. lucionaria, y la lucha se desarrolla en el campo ideologica, on el organizativo y en el que se refiere a la tactica y a lo strate, gia del partido del proletariado. Pero en nuestro partido is dics cusién mis amplia se ha tenido en el plano organizalivo: ose ce explica porque hoy es és Parecen inme- todos los camaradas, ineluso a los menos preparados para una discusién puramente teories Todos los puntos de desacuerdo que existen entre la Central del partido y Ja extrema izquierda pueden reunirse alrededor de tres problemas. fundamentales: 1. El problema de las relaciones entre el Centro dirigente del partido y la masa de los camaradas inscritos en él 2. El problema de las relaciones entre la clase obrera y las demas clases anticapitalistas, x Todas esas relaciones deben establecerse de un modo exacto Si se auiere Megara Ja conclusion histérica de la dictadure del Proletarlado. Pues para Megara esa conclusion es necesarie Gue Ia clase obrera s snte de la lucha anti- a la clase obrera en problemas indicados se relaciona, pues, con el problema fands mental de Ja realizacion de Ia tarea revolucioner Comunista Con los dos primeros problemas se vincula la cut naturaleza del partido y de los érganos que lox diigen. Cont gideramos que al definir el partido ex hoy necesario suorayer ol juecho de que es una “parte” de la clase abrera, mientves, gee Meatrama iequierda deseuide y subestima este lado de la defi, nictén del partido, para dar, en cambio, imporiancia fandanen, {at al hecho de que et partici ex un “srgana™ de la close brag Nuestra posicién deriva del hecho de que consideramos que hee Que dar el mayor relieve a Ia circunstancia de que el wert S58 Unido a la clase obrera no slo por. vincules ideologies, sino también por Iazos de cardcter ‘‘isico”. Y esto ects cece: Heccha relacién con las tareas que deben atribuirse al. partido Fespecto de la clase obrers, Sgzin Ja extrema izquierda, el proceso de formacién del. par- tido es un pr La diversa sencercion Meva a determinar de modo diverso la tuncién'y" lee tareas del partido, Todo el trabajo que el partido debe reclizns Ferg Uevar el nivel politico de las masas, ‘para convencerle Hevarlas al terreno de la lucha de clase revolucionary {ibestimado y obstaculizado por la errada concepeion de ek trema izquierda, por la separacién inicial que produce entre 3] partido y la clase obrera, La eauivoeada coneepeién que tiene la extrema izquierda de In naturaleza del partido tiene innegablemente un caracter de cla. se, No ya que, como ocurrié en el Partido Socialists, se tients & dar el predominio en la organizacién politica del prolelsrie do a la influencia de otras clases, sino en el sentido de que ce da una estimacién equivocada del peso que deben tener en el partido los diversos elementos que lo componen. La concepcin de la extrema izquierda, que pone en el mismo plano a los obreros ¥ a los elementos que proceden de otras clases sociales y no se preocupa de salvaguardar el caracter proletario del par- tido, corresponde a una situacion en la cual los intelectuales eran Jos elementos politica y socialmente mas avanzados, y es- taban, por tanto, destinados a ser los organizadores de la clase obrera. Hoy, segiin afirmamos nosotros, los organizadores de 1a lase obrera’ deben ser los obreros mismos. Por tanto, al definir el partido hay que subrayar particularmente la parte de la de- finicién que da importancia a la intimidad de las relaciones que existen entre el partido y a clase de la cual surge. Este problema de naturaleza tedrica ha dado pie a ja discusion sobre la organizacién por “células”, o sea, segtin la base de la roduceién, Este ha sido incluso el’ punto’ tocado por el mayor himero de camaradas en la discusién preparatoria del Congreso, Todos los argumentos de caracter practico que hacen itil e in- dispensable la transformacién de las organizaciones del partido sobre la base de las células han sido, pues, ampliamente expues~ tos, y los camaradas los conocen. La extrema izquierda presenta ‘objeciones, las principales de las cuales consisten en una so- brestimacion del problema que estriba en superar Ia concu- rreneia entre diversas categorias obreras, 0 sea, el problema de Ja unificacién clasista del proletariado. Es verded que existe ese problema, pero es un error hacer de él un problema fun- damental que haya de determinar la forma que el partido dé @ su organizacién, Ademas, ese problema ha encontrado ya en Italia una resolucién en el terreno sindical, y la experiencia ha demostrado que la organizacién por fébricas permite luchar con Ja mayor eficacia contra todo residuo de corporativismo y de espiritu de categoria, En realidad, si el problema que la ex- frema izquierda parece presentar como fundamental y que de- termina sus preocupaciones fuera de verdad un problema csen- cial en el actual periodo histérico en Italia, entonces realmente Jos intelectuales estarian organizativamente en la vanguardia del movimiento revolucionario. Pero no es as Otra cuestién fundamental os 1a de las relaciones que deben stablecerse. Este es un problema que no puede ser resuelto sino, ‘por el partido de le clase obrera mediante su politica. En ningun pais puede el proletariado conquistar y conservar por tanto, tiene que conseguir ‘el poder con sus solas fuerza: Glisdos, 0 sea, tiene que evar a cabo una politica que le per~ tmita oponerse en cabeza de las demas clases que tienen intere- ‘enticapitelistas y guiarlas en la lucha por derribar la socie~ “Gea burguesa, La cuestion es de particular importancia en donde el proletariado es una minoria de Ia poblacion Gadora y esta distribuido geograficamente de tal modo que pensar en Ievar adelante una lucha victoriosa por el ‘sino después de haber dado una solucion exacta al_pro~ de sus relaciones con Ja clase de los campesinos. En el futuro nuestro partido tendra que dedicarse de un mo- sr al planteamiento y la resolucién de este problema. So demas, exige una reciprocidad entre el problema de Ja ide obreros y campesinos y los problemas de la organi- ide la clase obrera y del partido; estos iiltimos se resolve- ‘Gacilmente si el primero se encuentra en vias de solucién. ide Ia alianza entre los obreros y los campesinos "ys planteado por la Central del partido, pero no puede ue todos los camaradas hayan comprendido ‘'en 1s y tengan Ia capacidad de trabajar por su resolucién, mente en las zonas en que habria que trabajar mas y “Sea en el sur. Asi, por cjemplo, la extrema izquierda ‘ia accién que la Central ha desarrollado con Mi- ide la izquierda campesina del Partido Popolare. “demuestran que la extrema izquierda no entiende Jia importancia del problema de las relaciones ado ¥ las demas claves anticapitalistas, La_ac- led= por el partido con Miglioli se ha realizado, con lia finalidad de abrir camino a la alianza en- © lex campesinos para la lucha contra el capi- ‘el Estado burgués. seguida inmediatamente por la dictadura del proletariado. Grams: ci veia licidamente las raices profundas de la pervivencia del reforr i mina la opimién de que fs recu- peracién proletaria mo puede tiene que producirse mss que eo beneficio de nuestro partido Ye creo, en cambio, que en €f mo mento en que se produce es recuperacién nuestro partido = guird siendo minoritanio, que i mayoria de la clase obrers Seauirs a los reformistas y que los Bar gueses demécratas liberales tem drén todavia mucho que decir. No dudo de que la situacién es act vamente revolucionaria ni de que, por tanto, nuestro partido conse guiré esa mayoria en un tiempo determinado; pero ese periodo, que acaso no sea largo cronolégi camente, sera, sin duda, denso en fases suplementarias que tendre- mos que prever con una cierta exactitud para poder maniobrar y para no caer en errores que prolonguen os, sufrimientos del proletariado.” Indudablemente Gramsci minimizaba la fortaleza del fascismo, posicién compartida por todos los comunistas de Euro: a en esa época. A principios de 1924 la relativa recuperacién del PCI se manifies- ta en la aparicién del periédico LUnita en Milan y la reaparicion quincenal de L'Ordine Nuovo en Roma, dirigido desde Viena por Gramsci. En las elecciones gene- rales de abril de 1924 el PCI ob: tiene el 3,5 % de los votos (19 diputados, Gramsci por Venecia). En la segunda quincena de mayo se realiza en la ciudad de Como la Primera Conferencia Nacional del PCI en preparacién del Tercer Congreso. Togliatti presenta el in- forme politico y Gramsci ataca la politica ultraizquierdista, pero la mayoria de los delegados siguen a Bordiga, quien continda tenien do una gran autoridad en la base del partido, que cuenta ya con cerca de 20.000 miembros y su: pera por primera vez en efectivos al PSI. En junio se realiza el quinto Con- greso de la IC. A partir de este momento el centro de la Inter- nacional comienza a intervenir abiertamente en los partidos na- 553 “El desarrollo del capitalismo ha determinado la formacién no solo de amplios estratos proletarios, sino también de una aristocracia obrera, con sus anexos de burécratas sindicales y de grupos socialdemocratas,' Antonio Gramsci. cionales. Togliatti y Bordiga pa: san a formar parte del C.E. de la IC, se nombra desde Mosca un nuevo C.E. con mayoria de LOrdine Nuovo, y éste, posterior mente, elige a Gramsci secretario general del PCI. En la segunda mitad del afio Gramsci viaja por todo el pais con el objeto de reor. ganizar el partido, cuyos efecti vos siguen creciendo en una co- yuntura favorable ante la paralisis del fascismo después del asesi- nato de Matteotti. En noviembre los diputados comunistas que se habian retirado al Aventino vuel: ven al parlamento para utilizarlo como caja de resonancia. En enero de 1925 el fascismo re- toma la ofensiva politica aumen. tando la represion y dificultando enormemente el trabajo politico de comunistas y socialistas. En marzo Gramsci asiste al quinto C.E. ampliado de la IC. Alli se produce su ruptura con Trotski la asimilacién de Bordiga a la nea de Trotski. Pocos meses des: pués los bordiguianos se consti tuyen como fraccién y envien una carta a L'Unita anunciando la formacién de un “comité de enlace de Ia izquierda del parti: do". La IC responde inmediata: mente condenando por fraccionis- mo al grupo de Bordiga y orde- nando Ia disolucién del comite. Gramsci trata de evitar una rup- tura y para ello se reine con Bor- diga en Napoles, pero no llega @ un acuerdo politico, Aunque el PCI se fortalece en lo que se refiere a su organizacién, la promulgacion de las leyes ul trafascistas (supresin de comi- siones internas, prohibicién de hhuelgas, ilegalidad a los sindica- tos no fascistas) lo obliga a una actividad totalmente clandestine. En esas condiciones, el Tercer Congreso del PCI (enero de 1926) debe ser realizado en Lyon (Fran: cia). Es el primero que se realiza desde el ascenso del fascismo al poder. Gramsci presenta el infor- me politico, en el que plantea la necesidad del frente Unico, la alianza obrero-campesina y la im- posibilidad de uchar por la dic tadura del proletariado como al- ternativa inmediata al fascismo. Gramsci diferenciaba el bloque de las clases dominantes —formado Por el capital monopolista, los grandes propietarios agrarios y el capital medio— y el bloque de las clases explotadas, integrado Por la clase obrera y los campe- sinos. Planteaba la existencia de contradicciones en el seno de las clases dominantes y afirmaba que ello podia favorecer la caida del fascismo, pero no daba cuenta de la hegemonia del capital monopo: lista en el seno del fascismo dado que lo incluia en igualdad de con diciones a los agrarios. Es en este congreso que Gramsci plantea por primera vez, en su justa medida, €1 problema del campesinado me. ridional y de la alianza obrero. campesina, asunto que habia sido soslayado ‘siempre en el seno del partido, Los bordiguianos se ‘cponen de piano a las posiciones de Gramsci: niegan la necesidad del frente unico y plantean la lu- cha por la inmediata dictadura del proietariado. Cuando se reali- za la votacién la posicién de Gramsci es apoyada por el 90 % de los delegados. Se elige en: tonces el nuevo C-E., que es ‘in. tegrado por Gramsci, Togliatt Scoccimaro, Terracini, Ravera, Longo, Ravazzoli, Camilla y Grie: co. Gramsci es nombrado secre- tario general y Togliatti represen- ta al PCI en el CE. de la IC. El Congreso significé, por un lado, el triunfo definitive de la IC sobre Bordiga (quiz4 quien mas resistio la politica de subordinacion de los partidos nacionales al centro de Ia Internacional) y con ello el final de la llamada “‘cuestion ita: liana". Por otro lado significé la consolidacién del grupo dirigente del PCI proveniente de L’Ordine Nuovo. En marzo Bordiga planted en el C.E. de la IC. la libre orga: nizacién de fracciones en el seno de los partidos comunistas, pro: Puesta que fue rechazada de plano. En ese afto, 1926, las iuchas en el_seno del PCUS repercutian fuertemente sobre el partido ita liano. En octubre, el Burd Poli tico encomienda a Gramsci la re- daccién de una carta al Comité Central del PCUS con el fin de hacer un llamado a la unidad del partido. Decia Gramsci: “Hoy no sentimos ya la seguridad del pa- sado; nos sentimos inevitablemen- te preocupados; nos parece que la actitud actual de! bloque de =o" Serine ee CTE ASI OfL HOSTRO DIRETTORE fnerzica protesta del prvletariate fiorentine posicién y la virulencia de las polémicas exigen la intervencién Ge los partidos hermanos [...] Jes masas trabajadoras quieren ver una nica unidad de combate ue trabaje en la perspectiva ge neral del socialismo. Solo en cuan. to las masas occidentales euro- eas ven 2 Rusia y al partido ruso Sesde este punto de vista acep: tan gustosamente y como un he- cho historicamente necesario que

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