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Nicolás Pira Jiménez – 201631907

Duhau, Giglia y Caquimbo: el diseño como fuerza de inclusión o segregación?

La presente reseña busca incorporar y comparar el texto académico de Emilio Duhau y


Ángela Giglia (2008) con el de Sandra Caquimbo Salazar (2008) con el fin de poder entender
como el diseño de las ciudades repercute sobre la cotidianidad de sus habitantes, en especial en
lo que atañe a la discriminación de ciertas poblaciones.

El texto de Salazar (2008) presenta varios pasos lógicos en su explicación (casi empírica)
de como el espacio urbano afecta a sus ciudadanos. Sin embargo, en lo que nos atañe a la
premisa de esta reseña, lo mas valioso que podemos sustraer del texto es la siguiente tesis: “a
través del diseño se puede lograr un cambio cualitativo significativo en los espacios públicos de
áreas habitacionales urbanas, contribuyendo a mejorar las condiciones de vida de su población”
(Salazar, pág. 79). Es aquí donde podemos ver que para la autora, es el diseño del espacio el que
dicta las condiciones que se dan ahí, una precisión importante. A lo largo del texto, y
empíricamente en el caso de Chile, la autora nos cuenta como los espacios urbanos pueden ser
utilizados para cambiar la fabrica social de una ciudad. Por su lado, los autores del otro texto
tomaron una posición un poco distinta, no hablando casi de formas de integración sino mas bien
de la verdadera exclusión que se viven en estos espacios urbanos y como el diseño a veces
incluso es un agravante de la situación. Su aparte “Metrópoli y Urbanidad: encuentros
interculturales o evitaciones mutuas” es un perfecto ejemplo del mensaje que buscan introducir.
Si bien uno podría desgastarse únicamente comparando ambos textos, resulta de mayor provecho
ver si dichas teorías son aplicables a entornos cotidianos de la actualidad.
Parque del Virrey, Edificio Virrey Park.Fuente: Booking.com

Este es uno de mis lugares favoritos para tomar café en la ciudad. Desde un punto de
vista de diseño urbano, el espacio (incluyendo la plaza de al lado) se han vuelto un sitio de
reunión social en temas de ejercicio, salud y entretenimiento. Salazar lo vería como un espacio
para la inclusión social. Sin embargo, y compartiendo mas la posición de los otros autores, es un
espacio totalmente exclusivo, en el cual existe una segregación tacita pero muy evidente;
precisamente el espacio invita a un tipo de personas mientras aleja a otras. El diseño urbano, en
mi humilde opinión, si debe mezclar ambas teorías, por lo menos en una ciudad como Bogotá. Se
necesita de espacios de inclusión para todos sus habitantes, pero sería también injusto que los
barrios que pagan más en impuestos y finca raíz no vean también una inversión fuerte en
espacios únicamente para ellos. Puede sonar un poco egoísta, pero en la realidad, analizando
varias ciudades, es casi imposible encontrar alguna que tenga infraestructura similar en todo su
territorio, alienaría zonas industriales, zonas francas, zonas de interés social, etc. De todas formas
ambas fuentes contribuyeron de manera positiva a un debate al que todavía le queda bastante.

Bibliografía

Duhau, E. & A. Giglia. 2008. Experiencia Urbana, Espacio Público y Metrópoli (pp. 21-64)
En Las reglas del desorden: habitar la metrópolis. México DF: Siglo XXI.
Salazar, S.C. 2008. La calidad del espacio público en la construcción del paisaje urbano: en
búsqueda de un hábitat equitativo. Revista INVI, 23 (62): 75-97. 

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