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PARCIAL 2
En la actualidad la economía del sector publico orienta sus objetivos a la asignación eficiente de
los recursos, la distribución de las rentas y la estabilidad económica. En América latina la
financiación y organización de los servicios sociales ha tenido grandes cambios lo cual ha
significado cambios sustanciales en las funciones del Estado y algunas organizaciones ciudadanas,
así como en los medios para satisfacer las necesidades sociales, las que también han venido
modificándose en el transcurso del tiempo. El factor de la focalización como forma de superación
de la pobreza se ha convertido en un punto de discusión esencial. Dentro del marco actual la
focalización se considera una estrategia para alcanzar mayor eficiencia y equidad en las políticas
sociales, planteando así un marco de discusión si la focalización o la universalización de los
servicios sociales.
Para contrarrestar este enfoque el texto finanzas públicas en América latina desarrollado por
Cesar Giraldo, se desenvuelve en el tema expresando que la provisión de bienes sociales por parte
del Estado dentro de la lógica racional del mercado lleva a eliminar los subsidios de oferta e
imponer los subsidios a través de la demanda. Al restringir esas transferencias estatales a
entidades públicas, para incentivar a que obtengan recursos mediante la venta de bienes y
servicios los encamina hacia la eficiencia y la libre elección de los usuarios. Los subsidios a la
demanda no es más que redirigir los recursos estatales a los usuarios pobres, mediante la
focalización para que puedan acceder a ellos dándoles un papel activo. Estas políticas de
focalización no solo llevan a la eficiencia a través de la competencia en la provisión sino, además,
es un instrumento para alcanzar un número mayor de familias sin caer en altos costos fiscales.
Este argumento se materializa en el principio de maximizar el bienestar del peor, ya que dar este
tratamiento especial a los más vulnerables garantiza la igualdad. Para evitar el sesgo los
reformadores actuales señalan que se trata de seleccionar bien a los específicamente pobres y
dirigir los subsidios hacia allí: subsidios puntuales, que atacan de manera temporal una necesidad
específica, y no subsidios permanentes que modifiquen el comportamiento de los agentes
económicos. Se trata de un ejercicio de focalización que es una forma de asignación de recursos
públicos que introduce menos distorsiones en el mercado, es decir, es más neutral (usando las
categorías neoclásicas). Sin embargo, el hecho de que los subsidios sean a la demanda, y
focalizados a los pobres, no significa entonces que el comportamiento de los pobres no se
modifique. El nivel del ingreso no constituye un problema porque la equidad exige igualdad de
oportunidades y no necesariamente igualdad en los resultados. Sin embargo, la focalización puede
perjudicar la inclusión porque tiende a generar una actitud pasiva que alienta la exclusión las
políticas basadas en la focalización es precisamente que suponen un papel pasivo de quienes
reciben los subsidios. “Mirar los beneficiarios de la focalización como pacientes en vez de agentes
puede erosionar el esfuerzo de remover la pobreza en varios sentidos … los beneficiarios toman
una actitud pasiva y ello puede significar la mayor fuente de distorsión en la asignación de los
recursos” En general lo que se plantea es que el Estado no debe ser el único actor de la política
social. Se hace necesario que otras fuentes se hagan presentes en su financiamiento, que en este
caso serían privadas, incluyendo formas que involucren la participación directa de los
beneficiarios.
Nuestra posición se plasma en sistemas híbridos como es el caso del financiamiento y entrega de
sistemas de salud en chile; el FONASA tiene dos modalidades, una “institucional” y otra de “libre
elección”. Bajo la modalidad institucional, los beneficiarios tienen acceso a consultorios de
atención primaria en las clínicas municipales y a los hospitales públicos para los casos más
complejos. También tienen derecho a medicamentos gratuitos. Sin embargo, el acceso a los
hospitales requiere un co-pago de entre 0 % y 50% de la tarifa, dependiendo del ingreso. Como
consecuencia, bajo esta modalidad, el nivel y calidad de beneficios que se recibe no está
relacionado con el nivel de la cotización. Así, dos individuos que pagan distintos niveles de premios
y co-pagos reciben el mismo tratamiento. Bajo la modalidad de libre elección, los beneficiarios
tienen acceso a los oferentes de servicios públicos y también a los privados afiliados al FONASA.
Bajo esta segunda modalidad de “libre elección”, los beneficiarios aportan al costo de sus servicios,
según un escalafón de co-pagos que es independiente del ingreso. Así, la focalización debe ser vista
como un instrumento de la universalización más que como un sustituto de ella. Que puede cumplir
funciones básicas como: desarrollar programas de asistencia social con vocación universal dentro
de ciertos grupos sociales, adaptar los programas a las características específicas de algunos
sectores y servir como puente hacia los programas universales, como ocurre con los subsidios
condicionados. La universalización como instrumento para combatir la segmentación en el acceso
de distintos grupos sociales a diferentes servicios y prestaciones problema tiende a ser agudo en
las políticas focalizadas.