Está en la página 1de 58

Página |1

EFIP I
DERECHO
PRIVADO I

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


Página |2

SUB EJE TEMATICO N° 1


LA PERSONA HUMANA

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


Página |3

Cuando hablamos de “persona”, hacemos alusión a una categoría jurídica, a una


calidad que contiene en sí misma la aptitud de ser portadora de derechos.

Así las cosas, se puede deducir que la palabra persona hace referencia a la
personalidad jurídica –la investidura jurídica de la que goza el sujeto–, a la aptitud,
la disposición potencial para tener derechos, para adquirirlos, para ser sujeto
activo o pasivo de las relaciones jurídicas. Hombre hace referencia al sustrato o
soporte biológico de las personas humanas, que, para estar protegido, necesita de
esa personalidad jurídica.

Por último, la expresión sujeto de derecho alude a las personas cuando están
interactuando en interferencia intersubjetiva, por ejemplo cuando le están dando
vida a un contrato.

1. DERECHOS Y ACTOS PERSONALISIMOS


CONCEPTO:

Los derechos personalísimos son “los que recaen sobre ciertos aspectos o
manifestaciones de la personalidad del hombre para proteger su libre
desenvolvimiento” Ejemplo de ellos son: el derecho al honor, a la intimidad, a la
libertad, a la integridad física, etc.

Estos derechos subjetivos no sólo tienen reconocimiento expreso en el Código


Civil y Comercial; el derecho supranacional de derechos humanos
constitucionalizado (art. 75 inc. 22 CN) establece las bases fundacionales del
régimen de los derechos personalísimos, toda vez que la dignidad personal como
sus emanaciones (intimidad, imagen, identidad, honor y derechos sobre el propio
cuerpo) son reconocidos de manera explícita en la Convención Americana sobre
Derechos Humanos y en otros instrumentos supranacionales.

CARACTERES:

Estos derechos son absolutos, extrapatrimoniales, inalienables, innatos


relativamente disponibles por las partes. Otro carácter es que la vulneración de
ellos da derecho a su titular a reclamar la prevención y reparación de los daños
conforme lo estipulado en los arts. 1708 a 1780 inclusive del Código Civil y
Comercial.

A. Son absolutos porque se dan contra todos, erga omnes, ya que todos y
cada uno de los miembros que constituyen la comunidad jurídicamente
organizada están obligados a respetar la persona de los demás.
B. Extrapatrimoniales carecen de contenido patrimonial pero tienen
repercusión económica o patrimonial en caso de su violación.
C. Inalienables estos derechos están fuera del comercio, no pueden ser
objeto de cesión o transferencia.
D. Innatos porque surgen en el origen de la persona por su solo carácter de
su ser individual, existe una unión inseparable entre el sujeto y el objeto del
derecho

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


Página |4

E. Son relativamente disponibles por las partes pues, de conformidad al


art. 55 del Código Civil y Comercial, se puede disponer de los derechos
personalísimos bajo ciertas condiciones: que medie consentimiento por el
titular de los derechos, que éste no sea contrario a la ley, la moral o las
buenas costumbres.
Asimismo, prevé que el consentimiento no se presume, es decir que debe
otorgarse en forma clara, ya sea expresa, tácita, o incluso por vía de
silencio, y “es de interpretación restrictiva, y libremente revocable”

2. ATRIBUTOS DE LAS PERSONAS

CONCEPTO

“Las cualidades o propiedades de un ser constituyen sus atributos”. Son “aquellos


elementos propios y característicos que encontramos en todas las personas.”

La persona, en tanto tal, posee ciertos atributos que son sus cualidades
esenciales. Éstas son inherentes y consideradas a priori de la persona, es decir
que comienzan con su existencia.

Estos atributos de la persona humana son: capacidad, nombre, estado y domicilio.


A toda persona individual le es inherente la capacidad, cualidad que la distingue
como sujeto potencial de derechos y deberes; el nombre que la individualiza, el
estado que la sitúa en el medio familiar en el que se desenvuelve y el domicilio
que la sitúa jurídicamente en un lugar determinado.

NATURALEZA

Los atributos no son derechos ni deberes, sino “cualidades inherentes a la


calidad de la persona” que no se adquieren luego, sino que son contemporáneos
a la persona, a su existencia, y la acompañan toda su vida protegiéndola e
identificándola.

CARACTERES

A. Son necesarios e inherentes a las personas: no se concibe que la


persona humana pueda carecer de alguno de estos atributos por cuanto, la
determinan en su individualidad.

B. Son únicos: una misma persona no puede poseer más de un atributo de


cada clase en un momento determinado. Así, la persona humana no puede
ser capaz e incapaz a la vez de adquirir un derecho, no puede tener más
estados civiles familiares del mismo orden, por ejemplo soltero-casado.

C. Son indisponibles: no pueden ser transferidos, pues están fuera del


comercio.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


Página |5

D. Son inmutables: sólo se modifican cuando se verifica el supuesto


normativo que así lo prevé.

E. Son imprescriptibles: por cuanto no se adquieren ni pierden por el


transcurso del tiempo.

NOMBRE. NOCIÓN. RÉGIMEN LEGAL. ACCIONES DE PROTECCIÓN.

NOMBRE

NOCIÓN

El nombre es el atributo de la persona que la identifica y la individualiza del resto.


Está compuesto por dos elementos: el pronombre o nombre de pila (o
apelativo) y el apellido (o cognomen o patronímico). Ambos cumplen funciones
diferentes; el nombre de pila individualiza a la persona en su familia y el apellido la
individualiza en la sociedad.

REGIMEN LEGAL

RTICULO 63.-Reglas concernientes al prenombre. La elección del prenombre está


sujeta a las reglas siguientes:

a) corresponde a los padres o a las personas a quienes ellos den su autorización para
tal fin; a falta o impedimento de uno de los padres, corresponde la elección o dar la
autorización al otro; en defecto de todos, debe hacerse por los guardadores, el
Ministerio Público o el funcionario del Registro del Estado Civil y Capacidad de las
Personas;
b) no pueden inscribirse más de tres prenombres, apellidos como prenombres,
primeros prenombres idénticos a primeros prenombres de hermanos vivos; tampoco
pueden inscribirse prenombres extravagantes;

c) pueden inscribirse nombres aborígenes o derivados de voces aborígenes


autóctonas y latinoamericanas.

Es dable señalar que el APELLIDO, nombre familiar o patronímico, es la


designación común a todos los miembros de una misma familia, que, unido al
prenombre, identifica a la persona humana, conformando su nombre propiamente
dicho. Así, el apellido designa el grupo familiar, pues cada individuo lleva el
apellido que le corresponde en razón de su pertenencia a dicho grupo.

El art. 64 del CCCN prevé que el hijo matrimonial lleva el primer apellido de
alguno de los cónyuges; en caso de no haber acuerdo, se determina por sorteo
realizado en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas. A pedido
de los padres, o del interesado con edad y madurez suficiente, se puede agregar
el apellido del otro. Asimismo, dispone que, en caso de que un mismo matrimonio
tuviera muchos hijos, todos deben llevar el mismo que se haya decidido para el
primero.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


Página |6

Ahora bien, en el caso del hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial, éste
lleva el apellido de ese progenitor.

Si la filiación de ambos padres se determina simultáneamente, se sigue la regla


establecida para los hijos matrimoniales en cuanto a que llevarán el primer
apellido de alguno de los cónyuges.

Si la segunda filiación se determina después, ambos padres deberán acordar el


orden de los apellidos. A falta de acuerdo, será determinado por el juez según sea
el interés superior del niño.

Para el supuesto de la persona menor de edad sin filiación determinada, se


establece que debe ser anotada por el oficial del Registro del Estado Civil y
Capacidad de las Personas con el apellido que esté usando o, en su defecto, con
un apellido común (art. 65) o bien, si la persona tiene edad y grado de madurez
suficiente, puede solicitar la inscripción del apellido que esté usando (art. 66).

Apellido de los cónyuges.

Por otro lado, en relación al apellido de los cónyuges, el art. 67 dispone:


“Cualquiera de los cónyuges puede optar por usar el apellido del otro, con la
preposición “de” o sin ella”.

La persona divorciada o cuyo matrimonio ha sido declarado nulo no puede usar el


apellido del otro cónyuge, excepto que, por motivos razonables, el juez la autorice
a conservarlo.

El cónyuge viudo puede seguir usando el apellido del otro cónyuge mientras no
contraiga nuevas nupcias, ni constituya unión convivencial (art. 67).

Como se advierte, en materia de apellido y matrimonio, el Código posibilita a que


cualquiera de ellos pueda utilizar el apellido del otro con o sin la preposición “de”.

Cambio del prenombre y del apellido

Los arts. 69 y 70 del Código Civil y Comercial receptan la posibilidad del cambio
del prenombre y del apellido sólo de mediar, a criterio del juez, justos motivos.
Al respecto el art. 69, formula una enunciación de justos motivos:
a) cuando el seudónimo hubiese adquirido notoriedad;
b) por “la raigambre cultural, étnica o religiosa”;
c) por “la afectación de la personalidad de la persona interesada, cualquiera sea
su causa, siempre que se encuentre acreditada”.

Así, para lograr el cambio del nombre y/o del prenombre, es precisa la
intervención del Poder Judicial y esa es la regla, con excepción de los dos
supuestos contemplados en el último párrafo del art. 69.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


Página |7

En tales casos no se requiere la intervención judicial y se consideran justos


motivos cuando se pretende “el cambio del prenombre por razón de identidad de
género y el cambio de prenombre y apellido por haber sido víctima de
desaparición forzada, apropiación ilegal o alteración o supresión del estado civil o
de la identidad.

El cambio de nombre tramitará “por el proceso más abreviado que prevea la ley
local, con intervención del Ministerio Público”, debiendo “publicarse en el diario
oficial una vez por mes en el lapso de dos meses”, a fin de que presenten las
oposiciones y se soliciten informes respecto de “las medidas precautorias que
existieren con relación al interesado”. Una vez inscrita en el Registro de Estado
Civil y Capacidad de las Personas, será oponible a terceros.

ACCIONES DE PROTECCIÓN.

El Código Civil y Comercial prevé:

“Art. 71. Acciones de protección del nombre. Puede ejercer acciones en defensa
de su nombre:
a) aquel a quien le es desconocido el uso de su nombre, para que le sea
reconocido y se prohíba toda futura impugnación por quien lo niega; se debe
ordenar la publicación de la sentencia a costa del demandado;
b) aquel cuyo nombre es indebidamente usado por otro, para que cese en ese
uso;
c) aquel cuyo nombre es usado para la designación de cosas o personajes de
fantasía, si ello le causa perjuicio material o moral, para que cese el uso.

En todos los casos puede demandarse la reparación de los daños y el juez puede
disponer la publicación de la sentencia.

Las acciones pueden ser ejercidas exclusivamente por el interesado; si ha


fallecido, por sus descendientes, cónyuge o conviviente, y a falta de éstos, por los
ascendientes o hermanos.”

Así, las acciones para proteger el nombre son tres:

- LA ACCIÓN DE RECLAMACIÓN O RECONOCIMIENTO DEL NOMBRE:


Procede cuando el nombre (nombre de pila, apellido o ambos) que una
persona legítimamente tiene derecho a portar es desconocido o negado por
un tercero o cuando se le desconoce a una persona el derecho que tiene de
imponer un nombre a otra. Ej. adolescente en caso de reconocimiento o
adopción. • Se ejerce por el titular del derecho al nombre. • Pretende el
reconocimiento del nombre que tiene derecho a llevar y el cese de la actitud
obstativa del tercero que impide su uso legítimo

- LA ACCIÓN DE IMPUGNACIÓN, O USURPACIÓN DEL NOMBRE:


Procede cuando una persona utiliza como seudónimo como seudónimo e
ilegítimamente un nombre ajeno.
Requisitos:
Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046
Página |8

a) Uso ilegítimo o arbitrario del nombre de otra persona.


b) Que la acción sea ejercida por el titular legítimo del nombre usurpado.
c) Existencia de un interés, interés, no se requiere perjuicio efectivo (sería si
presupuesto de la acción por daños).
Su objetivo es lograr que la sentencia prohíba al demandado continuar con
el uso de dicho nombre. Por tratarse de obligación de no hacer y por tanto
no susceptible de ejecución forzada, podría caber la imposición de
astreintes. Eventualmente la sentencia decidirá además la reparación de
daños y perjuicios. Ej. caso de Florencia de la V

- LA ACCIÓN DE SUPRESIÓN DEL NOMBRE: debe mediar un uso


indebido por parte del demandado del nombre de otra persona para
individualizar una cosa o un personaje de fantasía y dicho uso provocar un
perjuicio material o moral. El efecto de la sentencia es el cese de dicho uso
indebido.

Por último y en orden a quiénes pueden interponer estas acciones, se establece


que el titular exclusivo es el interesado y, si éste ha fallecido, podrá ser ejercida
por sus descendientes, cónyuge o conviviente, y a falta de éstos, por los
ascendientes o hermanos.

DOMICILIO

NOCIÓN

El ordenamiento jurídico requiere situar a la persona en un determinado lugar, aun


cuando no actúe necesariamente allí. Domicilio, en sentido jurídico, es el lugar
que la ley considera como centro o sede legal de la persona.

CLASES

Como veremos seguidamente existen distintas clases de domicilio, el domicilio


general y el especial.

El domicilio general es el atributo, cualidad o propiedad inherente a la persona


que representa su indispensable asiento o sede legal para el ejercicio de sus
derechos y cumplimiento de sus obligaciones.

Este domicilio general puede ser legal, es decir instituido por la ley o real, que es
la efectiva residencia de la persona en un cierto lugar con ánimo de permanecer
allí. El domicilio general sea legal o real, es necesario, ya que no puede faltar en
ninguna persona y es único ya que una persona no puede tener más de un
domicilio general.

Por último decimos que el domicilio general es mutable, es decir que es


modificable, ya sea por cambio en la capacidad de las personas (por ejemplo, un
menor que cumple la mayoría de edad pasa de domicilio legal a domicilio real) o
por un cambio en la de su situación (por ejemplo: una persona que es designada

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


Página |9

en un puesto de funcionario público y que requiere trasladarse, cambia de


domicilio real a domicilio legal).

El domicilio real, definido en el art. 73 del CCCN, es donde la persona humana


tiene su residencia habitual. Ahora bien, si ejerce actividad profesional o
económica, lo tiene en el lugar donde la desempeña para el cumplimiento de las
obligaciones emergentes de dicha actividad.

También se considera domicilio real el lugar de desempeño de la actividad


profesional o económica para las obligaciones nacidas de éstas.

Este domicilio toma en cuenta la efectiva residencia de la persona, es voluntario,


pues sólo depende de la voluntad del individuo, y, además, es de libre elección e
inviolable (art. 18 CN).

El domicilio Legal

El art. 74 del CCCN define el domicilio legal como el lugar donde la ley presume,
sin admitir prueba en contra, que una persona reside de manera permanente para
el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones.

Así, prevé los casos de personas que tiene domicilio legal:


a) los funcionarios públicos tienen su domicilio en el lugar en que deben
cumplir sus funciones, no siendo éstas temporarias, periódicas, o de simple
comisión;
b) los militares en servicio activo tienen su domicilio en el lugar que lo están
prestando;
c) los transeúntes o las personas de ejercicio ambulante, como los que no
tienen domicilio conocido, lo tienen en el lugar de su residencia actual;
d) las personas incapaces lo tienen en el domicilio de sus representantes.

Este domicilio es forzoso, en tanto la ley lo impone independientemente de la


voluntad del interesado; es ficticio, pues el sujeto puede no estar allí presente; es
excepcional y de interpretación restrictiva, pues sólo funciona en los casos
previstos por la ley; y es único, en tanto es una clase de domicilio general u
ordinario.

Por último y en relación al domicilio especial, cabe poner de relieve que éste no
es un atributo de la persona, sólo lo es el general en todas sus clasificaciones.

El domicilio especial es el que las partes de un contrato eligen para el ejercicio de


los derechos y obligaciones que de él emanan (art. 75).

Este domicilio produce sus efectos limitados a una o varias relaciones jurídicas
determinadas, es decir, tiene eficacia sólo para aquellas relaciones jurídicas para
las que ha sido instituido. Es elegido libremente por las partes y el domicilio
convenido tiene fuerza de ley para los contratantes, es decir que tiene efecto
vinculante, salvo que, por acuerdo común de partes, lo modifiquen.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 10

Este domicilio es temporario en principio y se termina cuando la situación finaliza.


Por eso no se puede decir que éste sea un atributo de las personas, sino que
puede faltar. Un ejemplo de domicilio especial es, en el caso de las sociedades
que poseen este tipo de domicilio, el de la jurisdicción en el que se encuentra
constituida; además pueden tener una sede diferente donde funciona.

El domicilio especial participa de los siguientes caracteres:


a) no es necesario, pues la persona puede no tener constituido domicilio
especial alguno;
b) puede ser múltiple, porque la persona puede tener varios domicilios
especiales;
c) es voluntario, convencional, transmisible tanto a los sucesores
universales como a los singulares.

CAPACIDAD

NOCIÓN

La capacidad es uno de los atributos más importantes de la persona. Como se


expuso anteriormente, este atributo forma parte del concepto mismo de persona;
la capacidad de derecho siempre está presente.

CLASES

La noción de capacidad no se agota en la capacidad de derecho –atributo de la


persona– puesto que comprende también la capacidad de hecho o de obrar, que
consiste en la aptitud de las personas físicas para ejercer por sí mismas los actos
de la vida civil.

CAPACIDAD DE DERECHO

El artículo 22 del CCCN define la capacidad de derecho:

“Toda persona humana goza de la aptitud para ser titular de derechos y deberes
jurídicos. La ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples
actos, o actos jurídicos determinados.”

Así, la capacidad de derecho se define como la aptitud de que goza toda persona
humana para ser titular de derechos y deberes jurídicos.

CAPACIDAD DE EJERCICIO

Por su parte, el artículo 23 define la capacidad de ejercicio o de hecho, y prevé:

“Toda persona humana puede ejercer por sí misma sus derechos, excepto las
limitaciones expresamente previstas en este Código y en una sentencia judicial”.

La capacidad de ejercicio es la aptitud para ejercer derechos por sí mismo.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 11

La capacidad tiene los siguientes caracteres:


a) las reglas que gobiernan la capacidad son de orden público y no pueden
ser modificadas por voluntad de los particulares;
b) es principio general que tanto las incapacidades como las restricciones a
la capacidad son la excepción;
c) las restricciones a la capacidad son de interpretación restrictiva.

ESTADO:

El estado es un atributo propio de las personas físicas y hace referencia a la


posición o rol que ocupa una persona en la sociedad, por ejemplo estado civil,
o en una familia, por ejemplo estado de padre, de hijo, etc.

Caracteres:
El estado participa de los siguientes caracteres:
a) las normas que regulan el estado de las personas son de orden
público; no pueden ser modificadas por la voluntad de los
interesados;
b) oponible erga omnes;
c) generalmente es recíproco o correlativo, porque a cada estado de
una persona le corresponde el de otro que resulta correlativo;
d) es inalienable, es decir intransmisible;

3. PERSONAS POR NACER

IMPORTANCIA JURÍDICA DE LA CONCEPCIÓN

El artículo 19 del Código Civil y Comercial prevé:

“Comienzo de la existencia. La existencia de la persona humana comienza con la


concepción”.

De conformidad al mencionado artículo, la concepción determina el momento a


partir del cual se es persona, es decir que el sujeto tiene personalidad jurídica y
goza de protección de la ley.

Así, el Código Civil y Comercial subsume el concepto de vida humana con el de


persona en el sentido técnico del término, reconociendo su comienzo en el
momento mismo de la concepción. De esta manera, se considera que hay persona
durante todo el proceso de gestación: desde su inicio hasta el nacimiento y, luego,
habrá persona humana desde ese instante hasta la muerte. En igual línea, Vélez
Sarsfield declaraba en la nota a su art. 63, que “las personas por nacer, no son
personas futuras, pues ya existen en el vientre de la madre”.

Ahora bien, esta solución no podría haber sido diferente a la adoptada, toda vez
que el art. 4.1 del Pacto de San José de Costa Rica, establece: “... Toda persona
tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y,
en general, a partir del momento de la concepción…”.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 12

El dispositivo de jerarquía constitucional (art. 75 inc. 22 CN) asigna tutela jurídica a


la vida humana desde este momento de la concepción. Así se visualiza con
claridad que, bajo el enfoque de la jerarquía normativa, de conformidad a la pauta
del art. 31 de la CN, la asignación de personalidad al ente natural no puede ser
ubicada por nuestra legislación común, en momento posterior a éste.

Lo propio puede afirmarse sobre la Convención de los Derechos del Niño, que en
su art. 1°, establece que “niño” es todo ser humano menor de dieciocho años de
edad. Con respecto al comienzo de la vida, la Convención nada aclara, pero sí lo
hace la ley 23.849 –la de ratificación del Tratado–en su art. 2, el cual declara que,
con relación al artículo 1º de la Convención sobre los Derechos del Niño, la
República Argentina entiendo por niño a todo ser humano desde el momento de la
concepción y hasta los 18 años. Repárese que lo que goza de jerarquía
constitucional es el texto de la Convención junto a la ley de ratificación porque,
como bien lo señala el art. 75 inc. 22 de la carta magna, cada Tratado adquiere
jerarquía constitucional “en las condiciones de su vigencia”, incluyendo así a la
ratificación como una unidad que debe ser considerada de ese modo a la hora de
valorar las disposiciones con jerarquía constitucional.

ARTICULO 20.-Duración del embarazo. Epoca de la concepción. Epoca de la


concepción es el lapso entre el máximo y el mínimo fijados para la duración del
embarazo. Se presume, excepto prueba en contrario, que el máximo de tiempo del
embarazo es de trescientos días y el mínimo de ciento ochenta, excluyendo el día del
nacimiento.

Siendo el momento de la concepción clave para el reconocimiento de derechos y


obligaciones en el campo del derecho civil, la legislación se interesa por
determinar cuándo comienza y, a la vez, entender que desde ese momento —la
concepción— se da inicio a otra situación o estado: el embarazo.
El CCyC sigue la postura adoptada por la legislación civil anterior que establece,
iuris tantum, un plazo máximo y mínimo de duración del embarazo. Así, un
embarazo no puede durar más de 300 días ni tampoco menos de 180 días, salvo
prueba en contrario. Este lapso se cuenta sin contabilizar el día del nacimiento.
Sucede que si se pretende establecer un lapso temporal determinado, también se
debe dejar en claro si se computa o no el día del nacimiento, dejándose en claro
—como lo hacía el art. 77 CC— que este no debe tenerse en cuenta a los fines del
cómputo en cuestión.
Esta modalidad en cómo se computa el plazo de embarazo y su íntima relación
con la época de la concepción, se debe a que se carece de certeza sobre el día en
que ocurre la concepción —sinónimo de anidación—. Es por ello que se toma
como parámetro un dato fáctico ineludible: el día del nacimiento. Es desde allí —
sin contar ese día— que se debe contabilizar los 300 días como plazo máximo de
embarazo o 180 días como plazo mínimo.
Como se trata de una normativa que no ha traído ninguna controversia, el CCyC
mantiene en esencia el derogado art. 77 CC. Por otra parte, esta disposición no se
encuentra afectada ni condicionada por el debate en torno a qué se entiende por
concepción cuando se trata de personas nacidas del acto sexual o del uso de las
TRHA; siendo que el plazo será el mismo, a computarse desde el nacimiento del

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 13

niño y para atrás, a los fines de conocer cuál es la duración del embarazo.
De conformidad con el principio general que introdujo la ley 23.264 —que todas
las presunciones en materia filial son iuris tantum—, el CCyC mantiene el mismo
sistema, por lo cual, para toda afirmación relativa a hechos no precisos —como
son la concepción y el embarazo—, se establece un determinado lapso temporal,
que lo es siempre y cuando no se pruebe lo contrario.
Como se mencionó al comentar el art. 19 referido al comienzo de la existencia de
la persona humana, la interacción entre concepción y embarazo es de suma
importancia en el CCyC por su refuerzo de la trascendencia de la concepción
como sinónimo de anidación. Sucede que sin concepción-anidación, nunca podría
existir embarazo. En otras palabras, tratándose de técnicas de reproducción
humana asistida, si el embrión no es implantado en la persona jamás se podrá
anidar (concepción) y por lo tanto, no habría posibilidad de embarazo alguno. Solo
transfiriéndose el embrión en la persona se puede relacionar la noción de
concepción con la de embarazo tal como lo hace el articulado en análisis.
El CCyC no introduce modificaciones sustanciales sino que mejora la redacción. El
art. 77 CC, según la ley 23.264, no explicitaba que el plazo mínimo y máximo se
refería a la época de la concepción. En la nueva redacción, se aclara de manera
expresa que la época de la concepción es el lapso de tiempo que transcurre entre
el plazo mínimo y máximo del embarazo; es decir, entre los 300 días de máximo y
los 180 días de mínimo que sí establecía el CC y que mantiene la legislación civil y
comercial.
Por último, cabe destacar otra modificación de tipo metodológico. El CCyC primero
regula lo relativo al plazo de duración del embarazo y la época de la concepción y,
en el articulado que le sigue (art. 21), la incidencia o importancia del nacimiento
con vida. Por el contrario, en el CC era a la inversa. Se entiende que es más
adecuado o correcto la modalidad que observa la nueva legislación debido al
orden cronológico: primero se debe aludir a las cuestiones referidas a la
concepción y embarazo, y después al nacimiento, siendo esta la secuencia
temporal que acontece en la realidad.

4. AUSENCIA DE LA PERSONA.

DEFINICIÓN

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 14

Término jurídico que se refiere a la incertidumbre o indeterminación acerca de la


existencia de una persona, sin poderse precisar si está viva o muerta.

El Código Civil y Comercial contempla en seis artículos (79 a 84) las normas
sustantivas y procedimentales correspondientes a la simple ausencia y al
procedimiento previsto a los fines de obtener tal declaración. El fin último de esta
regulación es la protección del patrimonio del ausente, pues lo que se pretende es
la designación de un curador especial a los bienes para que estos puedan ser
administrados en debida forma mientras dure el estado de ausencia.

PRESUPUESTOS JURIDICOS

AUSENCIA SIMPLE (Art. 79)

“Si una persona ha desaparecido de su domicilio, sin tenerse noticias de ella, y sin
haber dejado apoderado, puede designarse un curador a sus bienes si el cuidado
de éstos lo exige. La misma regla se debe aplicar si existe apoderado, pero sus
poderes son insuficientes o no desempeña convenientemente el mandato.”.

REQUISITOS:

- La persona haya desaparecido de su domicilio, sin que se tenga noticias


sobre su existencia;
- Haya dejado bienes que exijan protección;
- No haya dejado apoderado o que los poderes del apoderado del ausente
resulten insuficientes o que éste haya incurrido en un desempeño
inconveniente de su mandato.

Como se advierte, la ley no exige que haya transcurrido plazo alguno para
peticionar ante el juez competente la declaración de ausencia simple, ni que la
desaparición se vincule con un hecho extremo del cual se presuma la muerte del
ausente; sólo se impone que existan bienes para cuidar, de manera tal que se
adopten aquellas medidas necesarias para proteger el patrimonio del ausente.

MUERTE PRESUNTA- RÉGIMEN LEGAL. CASOS Y TÉRMINOS.

La presunción de fallecimiento, al igual que la muerte, constituyen supuestos


jurídicos extintivos de la persona humana. Así, los efectos de la sentencia judicial
Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046
P á g i n a | 15

que declara el fallecimiento presunto son idénticos a los de la muerte, pero la ley
establece diferencias fundadas en la eventual reaparición del declarado muerto
presunto y en la necesidad de proteger sus intereses.

El Código prevé distintos supuestos, ya sea porque se ha perdido totalmente la


noción o los datos del paradero de una persona durante un tiempo prolongado o
porque la persona se haya encontrado en circunstancias en las que se presume
su muerte.

Así, el Código contempla en el art. 85 el caso ordinario y en el art. 86 los


supuestos extraordinarios.

Caso ordinario de Muerte presunta: (Art. 85)

“La ausencia de una persona de su domicilio sin que se tenga noticia de ella por el
término de tres años, causa la presunción de su fallecimiento aunque haya dejado
apoderado.
El plazo debe contarse desde la fecha de la última noticia del ausente”.

Casos extraordinarios de Muerte presunta: (Art. 86)


Se presume también el fallecimiento de un ausente:
a) si por última vez se encontró en el lugar de un incendio, terremoto,
acción de guerra u otro suceso semejante, susceptible de ocasionar la muerte, o
participó de una actividad que implique el mismo riesgo, y no se tiene noticia de él
por el término de dos años, contados desde el día en que el suceso ocurrió o pudo
haber ocurrido;
b) si encontrándose en un buque o aeronave naufragados o perdidos, no se
tuviese noticia de su existencia por el término de seis meses desde el día en que
el suceso ocurrió o pudo haber ocurrido.

Efectos de la declaración de Muerte presunta:

Efectos patrimoniales, los artículos 90 y 91 regulan sobre el punto.

Así, tenemos que, dictada la declaratoria, el juez mandará abrir, si existiese, el


testamento que hubiese dejado el desaparecido; los herederos y los legatarios
deben recibir los bienes del declarado presuntamente fallecido, previo inventario.
El dominio se inscribirá en el registro correspondiente (Registro de la Propiedad,
Registro de la Propiedad del Automotor) con la prenotación del caso, a nombre de
los herederos o legatarios que podrán hacer partición de los mismos, pero no
enajenarlos ni gravarlos sin autorización judicial.

Ahora bien, si, entregados los bienes, aparece el ausente o se tiene noticia cierta
de su existencia, queda sin efecto la declaración de fallecimiento, procediéndose a
la devolución de aquéllos a petición del interesado.

La conclusión de la prenotación se encuentra regulada en el art. 92. Éste prevé


que la prenotación queda sin efecto transcurridos cinco años desde la fecha

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 16

presuntiva del fallecimiento u ochenta años desde el nacimiento de la persona.


Desde ese momento puede disponerse libremente de los bienes, es decir que los
herederos y legatarios pasan a tener el dominio pleno.

Efectos sobre el matrimonio:

Según el art. 435 inc.“b”, la declaración de ausencia con presunción de


fallecimiento es una causal de disolución del matrimonio, por lo que el otro
cónyuge podrá contraer nuevo matrimonio.

Reaparición del presunto muerto:

Ahora bien, si el ausente reaparece, puede reclamar:


a) la entrega de los bienes que existen en el estado e que se
encuentran;
b) los adquiridos con el valor de los que faltan;
c) el precio adeudado de los enajenados;
d) los frutos no consumidos.

SUB EJE TEMATICO N° 2


LA INCAPACIDAD

1. INCAPACIDAD NOCIÓN. CLASIFICACIÓN.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 17

Tal como señaláramos anteriormente, la capacidad es uno de los atributos más


importantes de la persona. Este atributo, como hemos expuesto, forma parte del
concepto mismo de persona, pues la capacidad de derecho siempre está
presente.

Existen diferentes tipos de capacidades: la de derecho, que es atributo de la


persona, y la de hecho o de ejercicio, que no es un atributo, puesto que puede
faltar por completo.

La capacidad de derecho, también llamada capacidad de goce, se define como


la

“…aptitud de que goza toda persona humana para ser titular de derechos y
deberes jurídicos. Esta aptitud se vincula con la personalidad humana, por ello
decimos que es un atributo y por lo tanto no puede concebirse una incapacidad de
derecho absoluta, porque sería contrario al orden natural. (Borda, 2008).

Por otro lado, la capacidad de hecho o de ejercicio es la


“…aptitud o grado de aptitud de las personas físicas para ejercer los derechos de
los que se es titular o para ejercer por sí los actos de la vida civil.”.
Es decir que, en este caso, sí se pudieron adquirir ciertos derechos, pero, por
alguna situación en especial, no se los puede ejercer sino es a través de un
representante.

Esta capacidad está expresamente prevista en el art. 23 del código, que establece
“Capacidad de ejercicio. Toda persona humana puede ejercer por sí misma sus
derechos, excepto las limitaciones expresamente previstas en este Código y en
una sentencia judicial.”

INCAPACIDAD DE EJERCICIO

CONCEPTO. CARACTERES.

Tal como sostuvimos, debe partirse de que la capacidad es la regla y la


incapacidad la excepción.
Consiste en la falta de aptitud o en la imposibilidad del sujeto para realizar por sí
mismo actos jurídicos válidos, pero esta ineptitud legal puede suplirse a través del
instituto de la representación, previsto en los arts. 100 y 101 del código único.

Las incapacidades de hecho –de ejercicio o de obrar–han sido establecidas en


interés mismo del incapaz y por ello la ley ha procedido con un criterio tutelar.
Esta incapacidad es susceptible de grados, ya que una persona puede carecer de
capacidad de hecho de manera absoluta, o bien, sólo para determinados actos
jurídicos.

ENUMERACIÓN LEGAL.

El art. 24 del Código Civil y Comercial dispone:

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 18

PERSONAS INCAPACES DE EJERCICIO:

a) la persona por nacer;


b) la persona que no cuenta con la edad y grado de madurez
suficiente, con el alcance dispuesto en la Sección 2ª de este
Capítulo;
c) la persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la
extensión dispuesta en esa decisión.

c. La persona incapaz por sentencia judicial. Este supuesto implica que,


mediante sentencia, se puede restringir la capacidad para determinados actos,
debiendo partirse siempre del presupuesto de la capacidad, y que sus limitaciones
son de carácter excepcional. Cuando la persona se encuentre absolutamente
imposibilitada de interaccionar y expresar su voluntad, el sentenciante puede
declarar la incapacidad y designar un curador. Por último, comprende a los
inhabilitados por prodigalidad, a quienes se les designará un apoyo para el
otorgamiento de actos de disposición ente vivos y en los demás actos que
determine la sentencia.

2. DISTINCIÓN ENTRE MENOR DE EDAD Y ADOLESCENTE.

DEFINICIÓN

Menor de edad es la persona que no ha cumplido dieciocho años (18) y


adolescente, la persona menor de edad que cumplió trece años (13).

ARTICULO 25.-Menor de edad y adolescente. Menor de edad es la persona que no


ha cumplido dieciocho años.
Este Código denomina adolescente a la persona menor de edad que cumplió
trece años.

Es decir que todas las personas, desde su nacimiento hasta que cumplen
dieciocho años, son “menores de edad”, especificando la denominación de
“adolescente” a la persona menor de edad que ha cumplido la edad de trece años.

La diferente categoría entre menor de edad y adolescente parece tomar el


antecedente de la Ley de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños
y Adolescentes (Ley 26.061), creando una categoría jurídica no prevista por la
Convención de los Derechos del Niño, que integra nuestro ordenamiento jurídico
dentro del bloque federal de constitucionalidad y define al niño como “todo ser
humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le
sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad”. De tal modo, en nuestro
ordenamiento jurídico, los “adolescentes” son indudablemente niños, sin que el
Código pueda afectar este carácter, por estar consagrado en una norma de
jerarquía superior.

EL DERECHO A SER OÍDO.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 19

El artículo 26 del Código Civil y Comercial, en concordancia con el art. 12 de la


Convención de los Derechos del Niño y con la ley 26.061, consagra el derecho de
los menores a ser oídos, el que implica que, siempre que los menores tengan
edad para poder expresar una opinión con fundamento, deben ser escuchados y
debe ser tenido en cuenta su parecer.

De esta forma, se contempla y reafirma un importante protagonismo del niño, en


cuanto se le reconoce mayor intervención en los actos que le competen y afectan.
Este reconocimiento implica destacar la autonomía de la voluntad del sujeto, a
pesar de su condición de menor.

En definitiva, se establecen las condiciones de participación de los menores en los


procesos judiciales que le conciernen, teniendo en cuenta el juez el grado de
madurez, reconociendo en forma progresiva su capacidad sobre la base de la
regla del discernimiento, en particular en aquellos casos en los que pudiera haber
conflictos de intereses entre el menor y sus representantes legales.

DECISIONES EN MATERIA DE SALUD.

a) TRATAMIENTOS NO INVASIVOS

El artículo 26 del código unificado establece una presunción de que el adolescente


de entre trece (13) y dieciséis (16) años puede y se considera facultado para
aceptar y consentir por sí mismo ciertos tratamientos, siempre que estos no
resulten invasivos ni comprometan su estado de salud o provoquen un riesgo
grave en su vida o integridad física.

Esta presunción funcionará siempre que el adolescente pueda comprender los


aspectos esenciales relativos a la práctica propuesta, aun que, de ser necesario,
una última determinación siempre quedará en manos de los tribunales. Por lo
general, será el médico tratante quien decida acerca de la aptitud del tratamiento,
con base en criterios que desde el ámbito médico se van pautando.

b) TRATAMIENTOS QUE COMPROMETEN LA SALUD DEL MENOR

Ahora, si se trata de un tratamiento que compromete su estado de salud o está en


riesgo su vida, el adolescente debe prestar su consentimiento con la asistencia de
sus progenitores, y, en caso de existir un conflicto entre ambos, se resolverá
judicialmente teniendo en cuenta el interés superior del niño y la opinión médica
respecto de las consecuencias de la realización del acto.

c) LOS CUIDADOS DEL PROPIO CUERPO DEL MAYOR DE DIECISÉIS AÑOS

Por último, el art. 26 establece que la persona mayor de dieciséis (16) años es
considerada como un adulto para las decisiones sobre el cuidado de su propio
cuerpo.
De esta manera, se reconoce una anticipación de la capacidad de los menores
para dar consentimiento o asentimiento para ciertos actos de intrusión en su
cuerpo.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 20

En el caso de desacuerdo entre el menor, el médico y los padres, deberá


intervenir la justicia a fin de que se valore la situación concreta del sujeto.

3. NOCIÓN DE PERSONA CON CAPACIDAD RESTRINGIDA Y CON


INCAPACIDAD

Previo a establecer la distinción entre personas con capacidad restringida y con


incapacidad, es dable señalar que el art. 31 del Código Civil y Comercial establece
reglas generales en materia de restricción a la capacidad.

Estas reglas generales que se agrupan en la norma rigen todo lo referido a las
restricciones al ejercicio de la capacidad jurídica de las personas, y son producto
especialmente de la aprobación de la Convención sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad (ley 26.378) y de la Ley Nacional de Salud Mental (ley
26.557).

Manteniendo el criterio biológico-jurídico, el art. 32 del código unificado prevé dos


supuestos diferenciados: a) incapacidad de ejercicio relativa, que alcanza los
actos señalados en cada sentencia y b) incapacidad de ejercicio absoluta.

A partir de los trece años (13) se puede restringir judicialmente la capacidad de


una persona cuando ésta padece una adicción o alteración mental permanente o
prolongada de entidad suficiente (elemento biológico), y se estime que de no
restringirle la capacidad pueda ocasionar un daño a su persona o a sus bienes
(elemento jurídico); o excepcionalmente declarar la incapacidad “cuando la
persona se encuentre absolutamente imposibilitada de interaccionar con su
entorno y expresar su voluntad por cualquier modo, medio o formato adecuado y
el sistema de apoyos resulte ineficaz”.

PRESUPUESTOS JURÍDICOS Y FÁCTICOS

La persona con capacidad restringida es, por regla, una persona capaz y sólo no
podrá ejercer por sí sola determinados actos que se especifiquen en la sentencia
(art. 24 inc. “c”).

El juez, en la sentencia debe designar el o los apoyos que estime convenientes,


siempre tratando de limitar lo menos posible la autonomía de la persona, favorecer
las decisiones que respondan a las preferencias de la persona tutelada y, de esta
manera, garantizar el respeto de los derechos de la persona protegida.

El o los apoyos que se designen no tienen por misión sustituir la voluntad del
sujeto, sino todo lo contrario; promueven la libertad, la autonomía, “la
comunicación, la comprensión y la manifestación de la voluntad de la persona
para el ejercicio de sus derechos”.
Ahora bien, se considerará una persona incapaz de ejercicio absoluta cuando:
a) se encuentre imposibilitada de interaccionar con su entorno y expresar su
voluntad por cualquier modo, medio o formato adecuado y

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 21

b) el sistema de apoyos cualquiera que fuere resulte ineficaz. En este


supuesto, el juez deberá designarle un curador para que represente al incapaz,
siendo de aplicación los arts. 138 a 140 (curatela).

Es dable señalar que, si no se dieran estos requisitos esenciales, corresponderá


una sentencia de capacidad restringida y no una declaración de incapacidad
absoluta.

PROCEDIMIENTO PARA SU DECLARACIÓN

La declaración de incapacidad, sea ésta absoluta o restringida a determinados


actos, no procede de oficio, sino que es necesario que las personas legitimadas a
tal fin lo soliciten.

ARTICULO 33.-Legitimados. Están legitimados para solicitar la declaración de


incapacidad y de capacidad restringida:
a) el propio interesado;
b) el cónyuge no separado de hecho y el conviviente mientras la convivencia no
haya cesado;
c) los parientes dentro del cuarto grado; si fueran por afinidad, dentro del segundo
grado;
d) el Ministerio Público.

El artículo 33 del Código Civil y Comercial establece quiénes son las personas
legitimadas y, en primer lugar, autoriza al propio interesado a iniciar la acción. De
ser éste quien lo solicite, deberá presentarse con abogado; de no hacerlo, se le
deberá nombrar un asesor que lo represente.

También se encuentra legitimado el cónyuge no separado de hecho y el


conviviente mientras la convivencia no haya cesado, es decir, la unión basada en
relaciones afectivas de carácter singular, pública, notoria, estable y permanente de
dos personas que conviven y comparten un proyecto de vida común, sean del
mismo o diferente sexo (art. 509).

Asimismo, están legitimados los parientes dentro del cuarto grado, sea que se
trate de un parentesco por naturaleza, por métodos de reproducción humana
asistida o por adopción, en línea recta o colateral y, si fueran por afinidad, sólo
hasta el segundo grado.

Finalmente, se prevé que puede iniciar la acción el Ministerio Público.

Se sostiene que la enumeración que realiza el mencionado artículo es taxativa de


las personas que se hallan facultadas para peticionar la declaración de
incapacidad. Sin embargo, en caso de tratarse de personas que no están
legitimadas para iniciar la acción, podrán hacer una presentación ante el Ministerio
Público, a fin de que evalúe la posibilidad de iniciar el proceso.

ENTREVISTA PERSONAL. IMPORTANCIA

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 22

El conocimiento personal del juez con el interesado debe ser obligatorio y no


facultativo. Es por ello que la entrevista personal prevista en el art. 35 del CCCN
no será una facultad sino un deber indelegable en cabeza del juez, quien deberá
asegurarla en cada proceso y previo a dictar cualquier resolución, salvo las
medidas cautelares que puede ordenar en caso de urgencia para garantizar los
derechos personales y patrimoniales de la persona (art. 34).

En la audiencia, deberán concurrir el interesado, el Ministerio Público y al menos


un letrado que ejerza la defensa técnica de la persona.

Esta entrevista es de fundamental importancia, ya que el juez tomará contacto


personal con el padeciente para garantizarle el goce o ejercicio en igualdad de
condiciones con los demás y para darle un trato más personalizado y humanitario,
así como la garantía de acceso directo al órgano de decisión.

INTERVENCIÓN DEL INTERESADO. COMPETENCIA

La persona en cuyo interés se lleva adelante el proceso es parte y, como tal,


puede aportar todas las pruebas que hacen a su defensa.

Así, la persona podrá comparecer con un abogado particular y, en caso de no


hacerlo, necesariamente se le deberá designar un defensor que ejerza su defensa
técnica desde el inicio del proceso.

En relación a la prueba que puede acercar al proceso, rige el principio de amplitud


probatoria, pudiendo aportar todos los elementos que hagan a su defensa. Por
ejemplo, podrá proponer el nombramiento de un perito médico que actúe
juntamente con los designados de oficio como medida que hace a la defensa de
su capacidad.

Por otro lado, el art. 36 contiene una norma de competencia procesal y establece
que el juez competente para entender en la causa es el correspondiente al del
domicilio de la persona o el de su lugar de internación.

VALOR DEL DICTAMEN DEL EQUIPO INTERDISCIPLINARIO

Previo al dictado de la sentencia es imprescindible el dictamen de un equipo


interdisciplinario. Este dictamen es una prueba necesaria pues, sin su realización,
no podrá arribarse luego al dictado de una sentencia válida.

Luego de la valoración del dictamen interdisciplinario, el juez debe resolver con


relación al ejercicio de la capacidad jurídica, considerando especialmente la
voluntad, deseos y preferencias de la persona, y procurando que la afectación de
la autonomía personal sea la menor posible.

De tal modo, la sentencia puede: a) desestimar la acción; b) restringirla capacidad


del sujeto y c) declarar la incapacidad.
La sentencia que limite o restrinja la capacidad debe señalar los actos y funciones
que la persona no puede realizar por sí misma y, a fin de que tome las decisiones

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 23

pertinentes, le designará los apoyos que considere necesarios e indicará la


modalidad de actuación, es decir, si la función debe ser cumplida por dos o más
personas, si la actuación debe ser conjunta o indistinta, o si la validez de los actos
jurídicos requieren del asentimiento otorgado por el apoyo.

Asimismo, la sentencia que disponga la incapacidad deberá indicar los curadores


que se designan (puede ser una o más personas), permitiendo que la persona
capaz pueda designar quién ejercerá su curatela, ya sea mediante una directiva
anticipada (art. 60), ya sea descubriendo su verdadera voluntad por alguna
manifestación (art. 43). En una palabra, la sentencia que limite la capacidad, ya
sea en forma total o parcial, es un verdadero estatuto de cómo debe actuar la
persona del incapaz.

REGISTRACIÓN DE LA SENTENCIA

La sentencia que restrinja la capacidad y los sistemas de apoyo que se designen


deben ser inscriptos en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas,
debiendo dejar constancia marginal en la partida de nacimiento de la persona.
Este régimen, lo que pretende es dar publicidad de la sentencia y, a su vez,
resguardar los derechos de terceros que contraten con la persona a la que se le
ha restringido su capacidad jurídica.

Una vez que las restricciones sean dejadas sin efecto, o bien modificadas por una
nueva sentencia dictada, se deberá ordenar la inmediata cancelación o inscripción
registral, respectivamente.

REVISIÓN

La sentencia puede ser revisada en cualquier momento, a instancias del


interesado.

Asimismo, se impone al juez la carga de impulsar de oficio la revisión de los


términos de la sentencia en un plazo no mayor a tres años, a partir de la
realización de nuevas evaluaciones interdisciplinarias y tras haber entrevistado
nuevamente en forma personal al interesado; de lo que se desprende el rol activo
que se le asigna al juez. En caso de que ello no ocurra, será el Ministerio Público
quien deberá instar a que se lleve a cabo la revisión.

El plazo de los tres años es un plazo máximo; es posible instar su revisión con
anterioridad si las circunstancias del caso así lo aconsejan.

CESE DE LA INCAPACIDAD

El cese de la incapacidad o de la restricción a la capacidad debe decretarse por el


juez que la declaró, previo examen de un equipo interdisciplinario integrado, que
dictamine sobre el restablecimiento de la persona.
El juez competente para declarar el cese de las restricciones será el mismo que en
su momento las había impuesto.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 24

El juez, ante la solicitud de los legitimados –quienes podrán promover un nuevo


procedimiento para determinar el cese de las restricciones a través del dictado de
una nueva sentencia–, podrá disponer el cese total de las restricciones, o bien,
que éste sea sólo sea parcial, en cuyo caso se podrá ampliar la nómina de actos y
funciones que la persona podrá realizar por sí misma o con asistencia de los
apoyos.

Cuando la sentencia haya sido de incapacidad, en el marco del


procedimiento para el cese se podrá dictar una nueva sentencia:
a) que resuelva el cese total y definitivo de la incapacidad;
b) que confirme la situación actual; o
c) que convierte la incapacidad en capacidad restringida, debiendo especificar
las restricciones y nombrando el o los apoyos necesarios.

Cuando la sentencia haya sido de “capacidad restringida”, la nueva


sentencia podrá:
a) resolver el cese total de las restricciones;
b) ampliar o disminuirla nómina de actos que la persona podrá realizar por sí
sola y si requiere de nuevos apoyos;
c) mantener la situación actual sin modificaciones.
De acuerdo a lo dicho anteriormente, sea la sentencia que se dicte deberá
inscribirse en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas para la
debida oponibilidad a terceros.

4. INHABILITADOS.

NOCIÓN. PRESUPUESTOS FÁCTICOS.

De conformidad al art. 48 del Código Civil y Comercial, podrán ser inhabilitados los
pródigos, es decir aquellos a quienes, por la mala gestión de sus bienes, en el
sentido de dilapidar, malgastar, expongan el patrimonio familiar a que se vea
menoscabado.

El mencionado artículo define a la persona del pródigo como aquélla que padece
una alteración funcional permanente o prolongada, física o mental, que, en
relación a su edad y medio social, implica desventajas considerables para su
integración familiar, social, educacional o laboral.

Lo que la ley pretende es justamente proteger al grupo familiar –es decir a las
personas del cónyuge, conviviente, hijos menores de edad o con discapacidad–de
la pérdida del patrimonio, legitimando a promover la inhabilitación al cónyuge,
conviviente, ascendientes y descendientes.

En definitiva, para que proceda la inhabilitación se requiere: personas a quienes


proteger y prodigalidad en la gestión del patrimonio por parte de la persona que se
pretende inhabilitar.

EFECTOS DE LA DECLARACIÓN.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 25

Declarada la inhabilitación, se restringe la capacidad jurídica de la persona, quien


ya no podrá ejercer libremente determinados actos por sí misma. Así, no podrá
ejercer actos de disposición entre vivos, sí los de última voluntad, y para aquéllos
requerirá contar con un apoyo que lo asista. Además de estos actos, el apoyo
deberá asistir al inhabilitado en todos aquellos actos que hayan sido indicados por
el juez en su sentencia de inhabilitación.

La figura del apoyo es necesaria a fin de evitar que el inhabilitado realice actos de
otorgamiento que puedan perjudicar la integridad del patrimonio y perjudicar así a
las personas del cónyuge, conviviente e hijos menores o con discapacidad.

El juez, en la sentencia, deberá establecer las condiciones de validez de los actos


y la modalidad de actuación del apoyo, debiendo inscribirse esta sentencia en el
Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas a fin de resguardar a los
terceros que contratan con la persona del inhabilitado.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 26

SUB EJE TEMATICO N° 3


PERSONA JURIDICA

3.1 PERSONA JURÍDICA

NOCIÓN

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 27

El artículo 141 del Código Civil y Comercial precisa el concepto de persona


jurídica. Dispone que

“Son personas jurídicas todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico les
confiere aptitud para adquirir derechos y contraer obligaciones para el
cumplimiento de su objeto y los fines de su creación.”

Según Buteler Cáceres (2000), las personas de existencia ideal son abstracciones
que se originan en la realidad social y representan la posibilidad de los hombres
de unir sus esfuerzos en pos de un fin común; por ello, estos entes se encuentran
provistos de personalidad jurídica y están dotados de capacidad para adquirir
derechos y contraer obligaciones.

CONCEPCIÓN DE LA PERSONALIDAD DE LAS PERSONAS JURÍDICAS.

El principio de la personalidad diferenciada está consagrado explícitamente en el


art. 143 del código, que establece que la persona jurídica tiene una personalidad
jurídica distinta de la de sus miembros y ellos no responden por las obligaciones
contraídas por la persona jurídica, salvo en los casos previstos en la ley.

Así, se consagra el principio de separación de patrimonios entre la persona


jurídica y sus miembros, que es uno de los ejes rectores de la personalidad de las
personas jurídicas. Este principio opera en relación a los bienes de titularidad de la
persona jurídica, que, por ende, no pertenecen a ninguno ni a todos sus
miembros, y en relación a las obligaciones, ya que ninguno de sus miembros, ni el
conjunto de ellos, es responsable por éstas.

Este principio sólo se puede dejar de lado ante circunstancias excepcionales


previstas en el Código Civil y Comercial o en otras leyes especiales o generales,
como la Ley 19.550 de Sociedades o la Ley 24.522 de Concursos y Quiebras.
(Rivera y Medina, 2014).

INOPONIBILIDAD DE LA PERSONALIDAD JURÍDICA.

Cuando el accionar de la persona jurídica esté destinada a la consecución de fines


ajenos a la persona jurídica o constituya un recurso para violar la ley, el orden
público y la buena fe, o para frustrar derechos de cualquier persona, procede la
inoponibilidad de la persona jurídica, es decir que, en tales casos, la actuación del
ente se imputará directamente a los socios, asociados, miembros, controlantes
directos e indirectos que la hicieron posible, quienes responderán solidaria e
ilimitadamente por los perjuicios causados (art. 144 CCCN).

Es decir que la inoponibilidad de la personalidad jurídica opera en un doble


sentido:
a) la imputación diferenciada, esto es, atribuye la actuación al miembro del
ente en su propia persona;

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 28

b) la limitación de la responsabilidad, debiendo responder el miembro ilimitada


y solidariamente por los daños causados

CLASIFICACIÓN

Las personas jurídicas se clasifican en públicas y privadas.

La distinción de las personas jurídicas en públicas y privadas tiene gran interés


práctico. Lloveras de Resk(1995) entiende que son personas jurídicas públicas
aquellas que son titulares de poderes o prerrogativas públicas. Mientras que son
personas jurídicas privadas las que no los poseen, lo cual determina que las
personas públicas sean reguladas principalmente por el derecho público, y que las
personas jurídicas privadas lo sean por el derecho privado respectivo, sobre todo
en orden a su creación, organización y funcionamiento (Lloveras de Resk, 1995, p.
302). Esta afirmación no importa desconocer que las personas jurídicas públicas
pueden desarrollar parte de su actividad en el ámbito del derecho privado y las
personas jurídicas privadas pueden hacerlo en el campo del derecho público, con
lo cual cada una de estas personas se regirá por la rama del derecho que
corresponda a esa actividad.

ARTICULO 146.-Personas jurídicas públicas. Son personas jurídicas públicas:

a) el Estado nacional, las Provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los


municipios, las entidades autárquicas y las demás organizaciones constituidas en
la República a las que el ordenamiento jurídico atribuya ese carácter;
b) los Estados extranjeros, las organizaciones a las que el derecho internacional
público reconozca personalidad jurídica y toda otra persona jurídica constituida en
el extranjero cuyo carácter público resulte de su derecho aplicable;
c) la Iglesia Católica.

ARTICULO 148.-Personas jurídicas privadas. Son personas jurídicas privadas:

a) las sociedades;
b) las asociaciones civiles;
c) las simples asociaciones;
d) las fundaciones;
e) las iglesias, confesiones, comunidades o entidades religiosas;
f) las mutuales;
g) las cooperativas;
h) el consorcio de propiedad horizontal;
i) toda otra contemplada en disposiciones de este Código o en otras leyes y cuyo
carácter de tal se establece o resulta de su finalidad y normas de funcionamiento.

3.2 ATRIBUTOS DE LAS PERSONAS JURÍDICAS.

NOCIÓN.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 29

Hemos señalado que la persona jurídica tiene personalidad jurídica y que, por
ende, posee atributos: el nombre para individualizarse, el domicilio para
determinar la ley aplicable y la jurisdicción donde puede demandar o ser
demandada, la capacidad siempre de derecho y limitada al objeto para el que se
constituyó y el patrimonio, a los fines del cumplimiento de sus fines.

NOMBRE. RÉGIMEN LEGAL.

El nombre o razón sociales un atributo de las personas jurídicas, toda vez que es
necesario a los fines de su individualización y designación que permita
distinguirlas.

De acuerdo a lo normado en el art. 151 del Código, el nombre debe reunir los
siguientes requisitos:
a) aditamento de la forma jurídica utilizada para que los terceros conozcan
la naturaleza y extensión de la responsabilidad, por ejemplo “SRL”, “SA”.
b) cumplir con los recaudos de veracidad, novedad y aptitud distintiva, ello
así a los fines de que se distingan entre las personas jurídicas.
c) no contener términos contrarios a la ley, el orden público o las buenas
costumbres.
d) no inducir a error sobre la clase u objeto de la persona jurídica.
e) la inclusión en el nombre de la persona jurídica del nombre de personas
humanas requiere la conformidad de éstas, que se presume si son sus
miembros.

Domicilio y sede social.

En el estatuto de las personas jurídicas deberá consignarse obligatoriamente el


domicilio y la sede o dirección, esto es, no sólo la ciudad o localidad sino también
la calle, número y designación de la unidad funcional si la hubiera.

Por otro lado, el precepto establece que la persona jurídica que posee muchos
establecimientos o sucursales tiene su domicilio especial en el lugar de dichos
establecimientos, pero sólo para la ejecución de las obligaciones allí contraídas.

Por último, prevé que, para el caso que se quiera cambiar el domicilio, debe
modificarse el estatuto, y si se quiere cambiar la sede, puede ser resuelto por el
órgano de administración.

Las notificaciones que se realicen en la sede inscripta de la persona jurídica serán


vinculantes, aunque ya no funcione allí, pues lo que se pretende es proteger los
derechos de terceros que contraten con el ente social.

PATRIMONIO

El patrimonio constituye un elemento esencial de la persona jurídica; es un atributo


y, consecuentemente, no se concibe la idea de persona jurídica sin patrimonio.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 30

Es por ello que el artículo 154 del código de fondo estatuye: “la persona jurídica
debe tener un patrimonio”

Así, el patrimonio comienza a formarse desde el mismo momento en que los


socios se comprometen a realizar aportes y es el conjunto de bienes de la persona
jurídica con el cual la sociedad actúa y afronta el pasivo que lo integra.

Este patrimonio no se confunde con el de los individuos que concurren a


conformar el sustrato material de la entidad.

CAPACIDAD DE DERECHO.

La capacidad vinculada a las personas jurídicas se refiere sólo a la capacidad de


derecho o aptitud para ser titular de derechos y deberes jurídicos y ejercer por sí o
por otros los actos inherentes a los derechos de los que se es titular. La noción de
capacidad de obrar es absolutamente ajena, pues estos sujetos de derechos
siempre actuarán a través de sus órganos o representantes.

La regla general en materia de capacidad de las personas jurídicas es que tienen


capacidad de derecho para todos los actos y todos los derechos que no les estén
expresamente prohibidos.

Esta capacidad, sin embargo, tiene sus limitaciones en razón del principio de
especialidad y de la naturaleza de las cosas.

a) El principio de la especialidad: significa que las personas jurídicas tienen


capacidad para celebrar aquellos actos inherentes a la finalidad para la que ha
sido creadas, es decir en función de su objeto y su fin. De tal modo, no pueden
celebrar actos que nada tengan que ver con su objeto de creación, pero ello no
significa que no puedan ejecutar los que son convenientes o necesarios para la
mejor obtención de aquél.
b) Limitaciones impuestas por la naturaleza de las cosas: las personas
jurídicas no pueden ser titulares. (Reconocimiento de hijos, Deber de
alimentos)

REPRESENTACIÓN. NOCIÓN. RÉGIMEN LEGAL.

Las personas jurídicas desarrollan su actividad por medio de personas físicas que
actúan en su nombre y por su cuenta, de modo tal que su gestión es atribuida a la
misma entidad.

Así, las personas jurídicas actúan a través de sus órganos, es decir aquellas
personas autorizadas a manifestar la voluntad del ente y a desarrollar la actividad
jurídica necesaria para la consecución de sus fines.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 31

El artículo 159 establece una pauta general a la cual debe adecuarse la conducta
de los administradores sociales, disponiendo que los administradores deben obrar
con lealtad con la persona que les encarga la función de administrar sus intereses
y con diligencia, es decir con idoneidad, con aptitud profesional para el exitoso
desenvolvimiento de la clase de actividad que constituye el objeto social.

El deber de obrar con lealtad tiene por fundamento la obligación de fidelidad del
mandatario (art. 1324 CCCN), que se extiende a todos los casos de
representación de intereses ajenos, y el deber de buena fe (art. 9 CCCN).

El deber del administrador de actuar con diligencia debe examinarse según las
circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar, debiendo tenerse en cuenta
los siguientes aspectos: 1) La dimensión de la sociedad. 2) El objeto social. 3) Las
funciones genéricas que le incumben y las específicas que le hubieran confiado. 4)
Las circunstancias en que debió actuar. 5) La aptitud que es común encontrar en
personas que administran negocios similares.

3.4 RESPONSABILIDAD CIVIL.

Responsabilidad contractual y extracontractual

La responsabilidad civil por daño, entendida en sentido amplio, incluye tanto la


responsabilidad dimanada del incumplimiento de obligaciones contractuales
cuanto la proveniente de los daños causados por los actos ilícitos obrados polos
administradores o representantes de la persona jurídica.

Así, los administradores y representantes de la persona jurídica son responsables


ilimitada y solidariamente frente a la persona jurídica, sus miembros y terceros, por
los daños causados por su culpa en el ejercicio o con ocasión de sus funciones
(arts. 160y 1763 del CCCN).

Responderán ilimitadamente con todo su patrimonio por los daños que produzcan
a la persona jurídica, pues quien causa un daño debe repararlo, y solidariamente
entre los administradores que faltaren a sus obligaciones de lealtad y diligencia en
los casos de administración plural.

Para que surja la responsabilidad, es necesario que hayan ocasionado un daño


causado ya sea por dolo o culpa, en el ejercicio o con ocasión de sus funciones.
El daño se considera ocasionado en ejercicio de la función cuando existe
congruencia entre el daño y la actuación propia de la esfera de competencia del
órgano, cuando es el resultado directo del desempeño de la función. El daño se
causa con ocasión de la función cuando el hecho que lo produce es extraño por su
índole, contenido o naturaleza, a la actividad propia del órgano de la persona
jurídica, aunque mantiene alguna vinculación con ésta. Es decir, son actos ajenos
a la función propiamente dicha, pero que sólo han podido cometerse por el órgano
de la persona jurídica en esa calidad. (Tagle, 2002).

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 32

Por último, debemos señalar que la responsabilidad de los administradores


respecto a la persona jurídica es de naturaleza contractual, y es extracontractual
respecto de los terceros. (Rivera y Medina, 2014).

SUB EJE TEMATICO N° 4


EL OBJETO DE LA RELACIÓN JURÍDICA PRIVADA

En las relaciones que tienen por contenido los derechos personalísimos o los
derechos humanos, el objeto está dado por las diversas manifestaciones o
proyecciones que integran la personalidad de la persona humana, como su honor,
libertad, integridad física o espiritual; en las que tienen por contenido los derechos

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 33

subjetivos potestativos, el objeto está dado por el conjunto de deberes y


prerrogativas de los padres para la educación y pleno desarrollo de la
personalidad de sus hijos. En las que tienen por contenido los derechos reales, el
objeto es la cosa, objeto material susceptible de valor, sobre las que se ejercen las
facultades o prerrogativas del titular.

Por otro lado, en las relaciones jurídicas que recaen sobre derechos personales o
de crédito, el objeto se proyecta sobre la conducta del deudor, denominada
prestación y por último, en los derechos intelectuales el objeto es la obra científica,
literaria o artística, la expresión de ideas, procedimientos, es decir, el producto del
intelecto humano.

En una palabra, objeto de las relaciones jurídicas puede ser: cosas, hechos u
objetos inmateriales. (Tagle, 2002).

4.1 CONCEPTO DE BIENES Y COSAS.

BIENES: Todos los objetos materiales e inmateriales susceptibles de tener un


valor económico. Es el género.

LAS COSAS: se las define como los objetos materiales susceptibles de tener un
valor.

El artículo 16 del código único prevé que los derechos individuales pueden recaer
sobre bienes susceptibles de valor económico. Los bienes materiales se llaman
cosas y las disposiciones referentes a las cosas son aplicables a la energía y a las
fuerzas naturales susceptibles de ser puestas al servicio del hombre.

DISTINTAS CLASIFICACIONES.

Importancia e interés práctico


El Código Civil y Comercial contiene varias clasificaciones de las cosas
consideradas en sí mismas: a) muebles e inmuebles; b) cosas divisibles e
indivisibles; c) cosas principales y accesorias; d) cosas consumibles y no
consumibles; e) cosas fungibles y no fungibles.

La importancia de estas clasificaciones radica en que, según el estatuto que reciba


la cosa, el régimen jurídico que se le aplique variará.

Así por ejemplo, la distinción entre muebles e inmuebles tiene importancia


desde diferentes aspectos:

a) Por un lado, la determinación de la ley aplicable. Las cosas inmuebles


se rigen por la ley del lugar de su situación (art. 2663 del CCCN),
mientras que las cosas muebles se rigen por el domicilio del demandado
si se trata de las cosas que lleva consigo o son de uso personal, o bien
por el lugar de situación de los bienes(arts. 2665 y 2666 del CCCN).

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 34

b) También tiene incidencia en relación al régimen de prescripción


adquisitiva, que es un modo de adquirir el dominio por la continuación de
la posesión en forma pública, pacífica, continua e ininterrumpida durante
el tiempo que establece la ley. Así, las cosas inmuebles se adquieren
por la posesión continua de diez años cuando ésta es con justo título y
buena fe (art. 1898 CCCN) o bien, veinte años sin necesidad de título y
buena fe por parte del poseedor (art. 1899 CCCN). Ahora bien, el
dominio sobre cosa mueble se adquiere por la simple posesión de
buena fe, salvo que se trate de cosas muebles hurtadas o perdidas, en
cuyo caso el dominio se adquiere por la posesión continua y de buena fe
de dos años (art. 1898).Si no hay justo título y buena fe y se trata de una
cosa mueble registrable, se adquiere si se posee durante diez años (art.
1899).

c) Asimismo, esta clasificación influye en los derechos reales. Así por


ejemplo, el derecho real de propiedad horizontal sólo puede recaer
sobre inmuebles (art. 2037), tal como el derecho de superficie (art. 2114)
y el de hipoteca (art. 2205). En tanto, el derecho real de prenda sólo
puede recaer sobre cosas muebles no registrables o créditos
instrumentados (art. 2219).

En relación a la división de cosas fungibles y no fungibles, habrá contratos


como el de locación, en virtud del cual se entrega a otra persona el uso y goce
temporario de una cosa a cambio del pago de un precio en dinero (art. 1187); el
alquiler o arrendamiento deberá recaer sobre una cosa no fungible, es decir sobre
una cosa que conserve su individualidad, pues la persona que recibe una cosa
para usarla estará obligada al término del contrato a restituir la misma cosa que le
fue entregada y no otra. Lo mismo sucede en el comodato, acerca del cual, el art.
1533 expresamente establece “hay comodato si una parte se obliga a entregar a
otra una cosa no fungible, mueble o inmueble, para que se sirva gratuitamente de
ella y restituya la misma cosa recibida”.

Mientras que el contrato de mutuo, por ejemplo, sólo puede recaer sobre cosas
fungibles, pues el mutuario, al término del contrato, no estará obligado a devolver
lo mismo que recibió sino igual cantidad de cosas de la misma calidad y especie
(art. 1525).

La distinción entre cosas consumibles y no consumibles tiene importancia


debido a que determinados contratos sólo pueden tener por objeto a las primeras
y otros únicamente a las segundas, como el mutuo y el comodato,
respectivamente.

Además, la distinción es importante en materia de derechos reales, pues el


usufructo sólo puede recaer sobre cosas no consumibles, puesto que el
usufructuario y el usuario pueden usar y gozar de la cosa ajena sin alterar su
sustancia

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 35

CRITERIOS DE DISTINCIÓN.

El Código Civil y Comercial realiza una clasificación de las cosas:


a) Cosas consideradas en sí mismas; distingue inmuebles y muebles,
cosas fungibles y no fungibles, cosas principales y accesorias, cosas
consumibles y no consumibles, frutos y productos, entre otros.

b) Bienes con relación a las personas; distingue los bienes pertenecientes


al dominio público, al dominio privado del Estado y los bienes de los
particulares.

INMUEBLES Y MUEBLES.

Art. 225: Inmuebles por su naturaleza. Son inmuebles por su naturaleza el


suelo, las cosas incorporadas a él de una manera orgánica y las que se
encuentran bajo el suelo sin el hecho del hombre.

Art. 226: Inmuebles por accesión. Son inmuebles por accesión las cosas
muebles que se encuentran inmovilizadas por su adhesión física al suelo, con
carácter perdurable. En este caso, los muebles forman un todo con el inmueble y
no pueden ser objeto de un derecho separado sin la voluntad del propietario.

No se consideran inmuebles por accesión las cosas afectadas a la explotación del


inmueble o a la actividad del propietario.

Son inmuebles por su naturaleza: el suelo, es decir la corteza terrestre, lo


incorporado orgánicamente a él, como los vegetales, y lo que está debajo de él, es
decir los árboles, ríos, minerales enterrados, etc.

Son inmuebles por accesión: las cosas muebles que se encuentran


inmovilizadas por su adhesión física al suelo con carácter de perdurabilidad, como
son todas las clases de construcciones, casas, edificios, obras de infraestructuras
en general. Las cosas muebles que se incorporan de manera permanente a todas
estas construcciones, como las estufas de una casa, las ventanas de un edificio,
las barandas, etc. son también inmuebles por accesión, mientras permanezcan en
esa condición (Rivera y Medina, 2014).

El precepto mencionado (art. 226) establece la regla general de que “los muebles
forman un todo con el inmueble y no pueden ser objeto de un derecho separado
sin la voluntad”, por lo que, celebrado un negocio jurídico sobre el inmueble, todo
lo que esté en él, adherido e inmovilizado con carácter perdurable, forma parte de
la contratación, salvo acuerdo en contrario.

No se consideran inmuebles por accesión: las cosas que se adhieren


transitoriamente al suelo (una carpa), ni las afectadas a la explotación del
inmueble o a la actividad del propietario, como ser las semillas puestas

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 36

intencionalmente por el dueño del inmueble, o los utensilios o máquinas de


labranza, los animales puestos para el cultivo, entre otros.

Art. 227: “Cosas muebles. Son cosas muebles las que pueden desplazarse por sí
mismas o por una fuerza externa”

Este concepto engloba las cosas que pueden transportarse fácilmente de un lugar
a otro, movidas ya por una influencia extraña, como son los automóviles, o por sí
mismas, como son los animales que se denominan semovientes.

COSAS DIVISIBLES Y NO DIVISIBLES.

En cuanto a las primeras, según el art. 228:

Cosas divisibles. Son cosas divisibles las que pueden ser divididas
en porciones reales sin ser destruidas, cada de las cuales forma un
todo homogéneo y análogo tanto a las otras partes como a la cosa
misma.
Las cosas no pueden ser divididas si su fraccionamiento convierte en
antieconómico su uso y aprovechamiento. En materia de inmuebles,
la reglamentación del fraccionamiento parcelario corresponde a las
autoridades locales.

Concepto:

Una cosa es divisible cuando se da la triple circunstancia consistente en que de


hecho puede dividirse y, además, las cosas obtenidas como resultado de ese
proceso por un lado forman un todo homogéneo y por otro son análogas a las
demás partes y a toda la cosa.

La primera característica es poco importante puesto que casi no hay cosas que no
puedan dividirse materialmente, por algún tipo de proceso más o menos
complicado. En este sentido, sólo los átomos no serían divisibles, aunque esta
misma circunstancia puede hoy en día ponerse en duda ya que por lo menos en
teoría se pueden conformar partículas subatómicas a partir de la división de los
átomos.

La segunda y tercera características sí son decisivas a la hora de aprehender el


concepto de divisibilidad de las cosas: el que las cosas obtenidas formen un todo
homogéneo y, además, sean análogas a las demás partes y a toda la cosa. Estas
particularidades deben presentarse conjuntamente porque de lo contrario
podríamos llegar a conclusiones desacertadas, como sostener que un automóvil
es divisible pues se pueden separar el volante, las ruedas, las puertas, etc., y
estos son objetos que forman un todo homogéneo. Ello es cierto, pero no alcanza
para considerarlo divisible puesto que además las cosas obtenidas deben ser
análogas a las demás partes y a toda la cosa, requisito que no se cumple en la
especie ya que un volante no es análogo a una puerta ni a un automóvil, aun
cuando en sí mismo forme un todo homogéneo.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 37

En principio son divisibles todos los inmuebles, regla que admite excepciones.
El dinero es divisible y, en general, lo son los granos y los líquidos.
Las cosas que perderían su esencia de ser divididas, como un libro, son
indivisibles.

Limitaciones a la posibilidad de dividir las cosas:


El segundo párrafo del artículo en comentario determina limitaciones a la
posibilidad de dividir las cosas, al decir que no pueden ser divididas si su
fraccionamiento convierte en antieconómico su uso y aprovechamiento.

Es decir que aun cuando una cosa pueda ser de hecho dividida y, además, las
cosas obtenidas sean análogas entre sí y respecto del todo, tendrá el carácter
jurídico de indivisible si la división convierte en antieconómico su uso. Esta
circunstancia no es exclusiva de los inmuebles, pero se aprecia particularmente en
ellos: de acuerdo a las características productivas de la tierra, una superficie
menor a determinada área la convertiría en antieconómica porque el costo de
hacerla producir superaría al beneficio. No se puede hacer generalizaciones en
este punto, puesto que el carácter antieconómico de la explotación de una fracción
depende de la fertilidad del suelo: cuando éste es de excelente calidad, muy
pequeñas superficies pueden conformar una unidad económica, mientras que
cuando es infértil, la extensión de la unidad económica debe ser mucho mayor. Es
por ello que, con toda razón, se deriva a la reglamentación local el fraccionamiento
de la unidad económica inmobiliaria: depende de las características de cada suelo
y de cada clima determinar cuál es la cantidad de tierra mínima que puede
razonablemente ser explotada, lo que el código denomina "fraccionamiento
parcelario".

Para que una cosa sea divisible deben darse los siguientes presupuestos:
- Que la cosa pueda dividirse de hecho.
- Que las cosas obtenidas formen un todo homogéneo.
- Que sean análogas a las demás partes y a toda la cosa.

Las cosas no podrán ser divididas, aunque se den todos los requisitos
desarrollados anteriormente, si su división convierte en antieconómico su uso.
Esto puede ocurrir con una colección de monedas, por ejemplo, o con la división
de la tierra en parcelas que impidan su adecuado aprovechamiento (en tal caso,
ello dependerá de las características del suelo, pues puede influir, para determinar
si es divisible o no, cuán fértil sea la tierra o la extensión del terreno o el clima).

COSAS CONSUMIBLES Y NO CONSUMIBLES.

Dispone el art. 231:

Cosas consumibles. Son cosas consumibles aquellas cuya


existencia termina con el primer uso. Son cosas no consumibles las
que no dejan de existir por el primer uso que de ellas se hace,

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 38

aunque sean susceptibles de consumirse o deteriorarse después de


algún tiempo.

Así pues, existen dos clases de cosas consumibles:

a) Las cosas que se extinguen con el uso que de ellas se haga,


como los alimentos.

b) Las que dejan de existir para su propietario, como el dinero.

Las cosas no consumibles no se extinguen con el primer uso, aunque puedan


consumirse o deteriorarse por el uso más o menos prologado, como los muebles
de una casa, la vestimenta, etc.

FRUTOS Y PRODUCTOS.

Dispone el art. 233:

Frutos son los objetos que un bien produce, de modo renovable, sin
que se altere o disminuya su sustancia.

Frutos naturales son las producciones espontáneas de la


naturaleza. Ejemplo crías de los animales.

Frutos industriales son los que se producen por la industria del


hombre o la cultura de la tierra.

Frutos civiles son las rentas que la cosa produce.


Las remuneraciones del trabajo se asimilan a los frutos civiles.

Productos son los objetos no renovables que separados o sacados


de la cosa alteran o disminuyen su sustancia.

Los frutos naturales o industriales y los productos forman un todo con


la cosa, si no son separados.

EL PATRIMONIO.

DEFINICIÓN.

Conjunto de bienes susceptibles de valoración económica del que es titular la


persona, junto con las cargas que lo gravan, responde al concepto de patrimonio
general, al que se contrapone el de los patrimonios especiales, conjunto de bienes
afectados a un fin determinado y sometidos a un régimen especial.

4.2 CARACTERES.

El patrimonio general presenta los siguientes caracteres:

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 39

Es único e indivisible: la persona no puede ser titular de más de un


patrimonio general.

Es inalienable e intransmisible: no puede ser enajenado ni transmitido en


su totalidad como unidad.

Es idéntico a sí mismo: las variaciones en los elementos singulares que lo


componen no alteran al patrimonio como unidad o universalidad jurídica.

Por otro lado, los patrimonios especiales son conjuntos de bienes que están
afectados a un fin determinado y sujetos a un especial régimen legal. En cuanto a
sus caracteres, podemos decir:

Su existencia depende de la ley: la voluntad del titular de los bienes no es


suficiente por sí sola para crear un patrimonio especial, sino que se trata de
supuestos previstos por la ley.

Está sujeto a un régimen legal especial: el patrimonio especial es independiente


del patrimonio general, los bienes que lo integran sólo responden por
determinadas deudas. (Tagle, 2014).

Podemos citar, como ejemplos de patrimonios especiales, el patrimonio de la


sociedad, el patrimonio del causante mientras se mantiene separado del
patrimonio de los herederos, patrimonio del fideicomiso, entre otros.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 40

SUB EJE TEMATICO N° 5


LA CAUSA FUENTE DEL ACTO JURÍDICO

5.1 HECHO JURÍDICO.


CONCEPTO.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 41

Los hechos jurídicos son todos los acontecimientos que, según el ordenamiento
jurídico, producen el nacimiento, modificación o extinción de relaciones o
situaciones jurídicas (art. 257 CCCN).

Cuando nos referimos a los hechos jurídicos como causa eficiente, debe
entenderse que el suceso o acontecimiento está previsto de antemano por la ley,
para que, según las circunstancias y siempre que se reúnan los requisitos que
impone una determinada norma, produzca efectos jurídicos.

Por ejemplo, el nacimiento con vida es causa eficiente porque, luego de que se
produce, el ser humano adquiere automáticamente, con carácter definitivo e
irrevocable, la personalidad jurídica.

Los hechos jurídicos se clasifican en hechos externos o naturales y hechos


humanos .Los primeros son aquellos en los que no interviene para nada la
conducta humana, como el nacimiento, la muerte, la destrucción natural de una
cosa, el derrumbe de un edificio por un terremoto, etc. Estos ,si bien son hechos
en los que no intervino la voluntad del hombre, son jurídicos en tanto producen
consecuencias para el derecho.

Los hechos jurídicos humanos son voluntarios o involuntarios. Se considera


que son voluntarios si son realizados con discernimiento (capacidad general de
razonar, de conocer, que aumenta a medida que el sujeto crece o madura),
intención (la posibilidad de dirigir la voluntad hacia lo querido o deseado sobre la
base del discernimiento) y libertad (la posibilidad de movimiento, libertad física, y
la posibilidad de decidir sin presión externa, libertad moral). Los hechos
involuntarios, son los ejecutados sin discernimiento o sin intención o sin libertad y
no producen obligaciones salvo que causaran daño en otro y se enriqueciera con
ello el autor del hecho; la obligación se producirá según la medida de ese
enriquecimiento.

Los hechos voluntarios, a su vez, se dividen en lícitos e ilícitos, según sean


conformes o contrarios a la ley. Los hechos voluntarios ilícitos pueden ser: delitos
(se supone la intención de causar un daño) o cuasidelitos (se causa el daño
aunque no haya habido intención; es por culpa: imprudencia, negligencia o
impericia), y los lícitos son los actos jurídicos y pueden serlos simples actos lícitos.

Diferencia entre simple acto lícito y acto jurídico:

Simple acto lícito como la acción voluntaria no prohibida por la ley, de la que
resulta alguna adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones
jurídicas” Art. 258. Ej. Pared medianera, alambrado campo, escribir una canción.
Acto jurídico y refiere que “es el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato
la adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas.”

5.2 VOLUNTAD JURÍDICA:


CONCEPTO.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 42

La voluntad individual, mirada en sí misma y a través de su ejercicio efectivo, a


través de su declaración y condicionada de antemano por la ley, es el factor
predominante destinado a reglar las relaciones jurídicas de carácter privado.

Enunciación de los elementos internos y externos

El artículo 260 del Código Civil y Comercial prevé:

“Acto voluntario. El acto voluntario es el ejecutado con discernimiento, intención


y libertad, que se manifiesta por un hecho exterior”.

Los actos voluntarios son aquellos ejecutados con discernimiento, intención y


libertad, presupuestos estos que integran el elemento moral o interno del acto
voluntario, además del elemento material o externo, que es la manifestación de la
voluntad.
Cada elemento interno, como se verá, puede verse obstado por determinadas
circunstancias como la minoridad, la declaración de incapacidad o vicios, o el
error, dolo o violencia, que afectarán a uno o varios de esos elementos,
ocasionando la involuntariedad del acto.

EL DISCERNIMIENTO.

CONCEPTO.

EL DISCERNIMIENTO se refiere a la aptitud general de conocer, es decir, a la


madurez intelectual para razonar, comprender y valorar el acto y sus

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 43

consecuencias. Se trata, en definitiva, de tener una conciencia cabal de nuestras


propias acciones, de su conveniencia e inconveniencia, de su bondad o maldad,
de su licitud o ilicitud (Buteler Cáceres, 2000).

Esta aptitud depende del grado de madurez que se haya alcanzado y puede faltar
por la edad o por cuestiones de salud mental.

CAUSAS OBSTATIVAS DEL DISCERNIMIENTO

El artículo 261 del código único reza

“Acto involuntario. Es involuntario por falta de discernimiento:


a) el acto de quien, al momento de realizarlo, está privado de la razón;
b) el acto ilícito de la persona menor de edad que no hay cumplido diez
años;
c) el acto lícito de la persona menor de edad que no ha cumplido trece
años, sin perjuicio de lo establecido en disposiciones especiales.”

La falta de discernimiento determina la falta de aptitud del sujeto para hacer uso
de la autonomía privada y no se produce a raíz de vicio alguno sino por una
circunstancia inherente a la aptitud intelectual general del sujeto.

Las causas que obstan el discernimiento pueden agruparse en dos grandes


grupos: aquellas que presuponen un desenvolvimiento insuficiente de la
inteligencia y las que importan considerar que el sujeto no estaba en pleno uso de
sus facultades intelectuales al realizar el acto (privación de la razón, punto “a”).

Respecto a la privación de razón, ésta puede ser de dos clases según la falta de
razón refleje alguna clase de patología más o menos permanente o bien un
oscurecimiento del intelecto temporal o accidental y sólo relacionado con el acto
en cuestión; circunstancias que incidirán en los extremos a acreditar en un
eventual juicio y, todo ello, debiendo tener en cuenta los alcances concretos de la
inhabilidad del sujeto en caso de que hubiera sido objeto de una declaración
(Rivera y Medina, 2014).

En relación a la edad, debe señalarse que, de acuerdo al sistema que adopta el


Código Civil y Comercial, según el cual se presume, sin admitir prueba en
contrario, que las personas obran con discernimiento a partir de determinadas
edades, éstas deben ser capaces de distinguir entre actos lícitos y actos ilícitos.

En el caso de actos ilícitos, la ley ha entendido que el ser humano capta antes la
noción de lo bueno y de lo malo que la apreciación de lo que para él puede ser
conveniente o inconveniente y, por ello, presume, sin admitir prueba en contrario,
que los menores mayores de diez años tienen discernimiento para ejecutar actos
ilícitos y por ende habrán de responder por sus consecuencias, es decir que
responderán civilmente con su propio patrimonio. Esto, sin perjuicio de la
responsabilidad de los padres y del derecho de repetición que, en razón de este
discernimiento, estos tienen contra sus hijos (art. 1754 CCCN).

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 44

En cambio, respecto de los actos lícitos, la ley considera que se tiene


discernimiento desde los trece años, pero no para todos los actos, sino sólo para
que aquellos que la ley expresamente les permite realizar, como ser: la persona
adolescente de entre trece y dieciséis años puede tomar decisiones respecto de
aquellos tratamientos que no resultan invasivos; a partir de los dieciséis años,el
adolescente puede tomar decisiones sobre el cuidado del propio cuerpo (art. 26
CCCN);puede ejercer profesión si ha obtenido título habilitante aunque sea menor
de edad (art. 30 CCCN).

LA INTENCIÓN.

CONCEPTO.

Se ha definido la intención como el discernimiento aplicado al acto concreto de


que se trata. Es representarse los motivos determinantes de la acción y tener
conocimiento concreto del estado de casos (Buteler Cáceres, 2000).

Es la conciencia plena y cabal del acto de los alcances de un acto determinado.

LA LIBERTAD.

CONCEPTO.

La libertad consiste en el imperio de sí, en la posibilidad de elección sin coacción,


en la determinación propia, la independencia de la voluntad. Consiste en la
posibilidad de elegir entre distintas opciones sin presiones de ninguna naturaleza.

Este concepto comprende dos aspectos: la libertad física y la libertad moral o libre
albedrío.

Así, la libertad moral es la espontaneidad en la determinación adoptada por la


persona, sin ningún influjo extraño que pueda torcerla o desvirtuarla.

La libertad física es el poder material de hacer lo que de antemano se ha resuelto


hacer, o bien, abstenerse de hacer lo que de antemano se ha resuelto no hacer.

ELEMENTO EXTERNO

La manifestación de la voluntad. Nocion

Tal como hemos señalado anteriormente, la voluntad jurídica debe manifestarse a


través de un hecho exterior. Esta exigencia luce razonable, dado que, de no existir
alguna exteriorización, el mero suceso interno no puede ser valorado por el
ordenamiento.

Los diversos modos de manifestación de la voluntad

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 45

a) Manifestación verbal. La manifestación de la voluntad por medio de la


palabra hablada, si bien es un medio que traduce exactamente la
voluntad interna del emisor, tiene el inconveniente de que éste puede
más tarde negar o alterar lo dicho, haciendo muy difícil probar su
existencia, por lo que sólo se utiliza en actos de menor importancia.

b) Manifestación escrita. Ésta se traduce en la exteriorización de la


voluntad en un cuerpo de escritura que contiene la voluntad de quien la
emite. Es la que mayores garantías ofrece, ya que da certeza plena,
pudiendo estar contenida en instrumento público o privado. Es la más
conveniente sin dudas, pues, al quedar consagrada por escrito, adquiere
fijeza y por ende otorga seguridad, ya que facilita la prueba de la
declaración de voluntad.
c) Manifestación por signos. Esta declaración consiste en la utilización
de gestos o actitudes dirigidos a otro u otros respecto de determinados
objetos, permitiendo lograr un significado único e inconfundible. Es decir,
hay una actitud física del sujeto que no deja lugar a dudas sobre su
voluntad interna. Por ejemplo, quien levanta la mano en un remate para
hacer una postura, o quien levanta la mano en la votación de una
asamblea.

VICIOS DE LOS ACTOS VOLUNTARIOS.

En relación a los elementos, intención y libertad, pueden concurrir vicios. Así,


respecto a la intención, pueden afectarla los vicios de error o ignorancia o el vicio
del dolo. En estos casos, no habrá intención. Y respecto de la libertad, pueden
concurrir la fuerza irresistible o la intimidación.

EL ERROR. NOCIÓN.

El primero de los vicios que afecta la intención es el error, y consiste en un


conocimiento inexacto de la realidad. Es el falso conocimiento o la falsa noción
acerca de alguno de los elementos de las circunstancias vinculadas al acto que se
ejecuta o a su régimen legal.

Cabe distinguir entre error de derecho y error de hecho, según el falso


conocimiento se dé respecto de una norma jurídica aplicable a una determinada
situación o relación jurídica o se le dé un alcance distinto; o sobre las
circunstancias o elementos fácticos que hacen al negocio o relación jurídica de
que se trate.

También se distingue entre error espontáneo o provocado, según la persona


haya cometido la falsa noción por ella misma o haya sido inducida a la falsa
creencia.

Y entre error esencial o accidental: el primero es el que recae sobre la


naturaleza del acto, su objeto, la causa principal, las cualidades sustanciales de la
cosa o la persona del otro contratante; el segundo es el que recae sobre algún
accesorio de la cosa.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 46

Finalmente, el error puede ser excusable o inexcusable, según haya habido


culpa o no del agente en el yerro (Rivera y Medina, 2014).

ERROR DE DERECHO. CONCEPTO.

El error de derecho consiste en desconocer la existencia o contenido de una


norma jurídica, o interpretar su significado de una manera distinta a la real, o
hacer una aplicación inexacta de esa norma a una situación jurídica que no la
regula, o atribuir a un hecho o una situación jurídica una calificación jurídica
incorrecta, o suponer en vigor una norma inexistente.
El artículo 8 del Código Civil y Comercial dispone “Principio de inexcusabilidad.
“La ignorancia de las leyes no sirve de excusa para su cumplimiento, si la
excepción no está autorizada por el ordenamiento jurídico”.

ERROR DE HECHO. CONCEPTO. CARACTERES.

El error de hecho, tal como ya referimos, es la falsa noción que recae sobre los
elementos o circunstancias fácticas vinculadas al negocio o a la relación jurídica
de que se trate. Éste puede recaer en el contenido o presupuesto del acto, así
como en la identidad de las personas, en la naturaleza o características de las
cosas o los hechos materiales constitutivos de la conducta.

Para que el error de hecho pueda ser invocado por quien lo ha sufrido, debe
tratarse de un error esencial, espontáneo y además reconocible.

Es esencial si recae sobre la naturaleza del acto, sobre un bien o un hecho


diverso o de distinta especie que el que se pretendió designar, o una calidad,
extensión o suma diversa a la querida; sobre la cualidad sustancial del bien que
haya sido determinante de la voluntad jurídica según la apreciación común o las
circunstancias del caso; sobre los motivos personales relevantes que hayan sido
incorporados expresa o tácitamente; sobre la persona con la cual se celebró o a la
cual se refiere el acto si ella fue determinante para su celebración.

Es espontáneo si se ha cometido por una falsa noción de la persona misma y no


porque la otra parte del negocio jurídico la indujo a error, pues sería un error
provocado.

Es reconocible cuando el destinatario de la declaración lo pudo conocer según la


naturaleza del acto, las circunstancias de persona, tiempo y lugar (art. 266 del
CCCN). El error debe ser reconocible en los actos jurídicos bilaterales –por
ejemplo el contrato– y en los actos unilaterales recepticios, en los que la
declaración va dirigida a otra persona y, una vez conocida por ella, comienza a
producir efectos (por ejemplo una oferta contractual, una notificación de la cesión
del deudor cedido).

CLASES DE ERROR.
EFECTOS.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 47

Hemos puesto de relieve anteriormente que hay distintas clases de error.

Así, tenemos por un lado la gran distinción entre error de hecho y error de
derecho; tal como señalamos, el primero recae sobre los elementos o
circunstancias fácticas vinculadas al negocio o a la relación jurídica de que se
trate, sobre el dato de hecho, contenido o presupuesto del acto, sobre la identidad
de las personas; mientras que el error de derecho consiste en desconocer la
existencia o contenido de una norma jurídica o interpretar su significado de una
manera distinta a la real o hacer una aplicación inexacta.

Dentro del error de hecho caben dos categorías: error esencial y error
accidental.

El error esencial, regulado en el art. 267 del Código Civil y Comercial, es el que
afecta los aspectos primordiales del acto. El precepto contempla distintos
supuestos.

a) Error en la naturaleza del acto: es aquel que recae sobre la especie


jurídica de lacto que se celebra, produciéndose una divergencia o falta de
concordancia entre la declaración o comportamiento de una de las partes y
la representación de lo declarado o actuado. Por ejemplo, cuando alguien
presta algo a quien entiende que se lo están regalando.

b) Error sobre el objeto: este error se produce cuando el sujeto cree celebrar
un negocio jurídico respecto de un determinado objeto o de un determinado
hecho y, en realidad, se trata de una cosa o hecho distinto: por ejemplo, en
una venta de granos, el vendedor ha entendido que se trata de cebada y el
comprador de trigo; error sobre la cantidad, extensión o suma, este error
de cantidad no debe consistir en un mero error en el cálculo.

c) Error en la sustancia: debe entenderse por sustancia o cualidades


sustanciales de una cosa, todas las partes y todas las propiedades de una
cosa, sin las cuales dejaría de ser lo que ella es. Es decir, no sólo debe
tratarse de una cualidad de la cosa sino que esa cualidad se ha tenido en
mira al contratar, es decir, no debe ser accidental.

d) Error en la causa: se trata del error que recae sobre el elemento moral, es
decir, el motivo interno que ha inclinado a ejecutar el acto. Al pertenecer al
fuero interno de cada sujeto, los motivos sólo pueden llevar a una anulación
cuando surjan expresa o implícitamente del acto, ya que, de lo contrario, se
estaría perjudicando a la otra parte, que no tiene forma de conocer lo que
pensaba el otro. Así, quien compra un automóvil creyendo por error que el
suyo no tiene arreglo no podría, una vez advertido de la realidad de las
cosas, demandar la nulidad del acto, ya que se trata de motivos ajenos al
vendedor.

e) Error en la persona: el error sobre la persona es aquel que recae sobre


alguno de los sujetos o partes del negocio, ya sea respecto de la identidad
de uno de ellos o de sus cualidades. Este error es causa de nulidad

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 48

solamente cuando la consideración de la persona ha sido causa


determinante para su celebración, como la donación hecha a una persona a
quien se toma por otra, o en las obligaciones intuitae personae; pero no es
causa de nulidad cuando la persona del contratante es indiferente, como en
el caso de un prestamista, vendedor o locador.

Por otro lado, el art. 270 del Código prevé el error en la declaración y el error en
la transmisión.

El error en la transmisión se origina en una persona distinta del emisor que,


encargada de trasmitir la declaración de voluntad del sujeto dueño del negocio
jurídico, la expresa desvirtuándola. Ambos errores, tanto en la declaración como
en la transmisión, pueden referirse a cualquiera de los casos de error esencial y,
por ende, invalidar el acto. (Rivera y Medina, 2014).

El Error accidental, que es el que recae sobre las cualidades no sustanciales


de las cosas o sobre los motivos no determinantes del acto, por lo que no acarrea
la nulidad.

El error de cálculo es un tipo de error accidental que se da cuando, en el acto,


se establecen las bases para fijar el precio, pero se realiza mal el cálculo para
fijarlo, se adicionan mal las cuotas que integran el saldo del precio, etc. En la
práctica, este error no invalida el negocio jurídico, pues del acto mismo se puede
llegar a la voluntad real y determinar que es un error. Esto es así siempre que no
fuera determinante del consentimiento, pues en ese caso se convertiría en error
esencial y habilitaría a la nulidad del acto (Rivera y Medina, 2014).

EL DOLO.
DOLO ESENCIAL E INCIDENTAL. EFECTOS.

ARTICULO 271.-Acción y omisión dolosa. Acción dolosa es toda aserción de lo falso


o disimulación de lo verdadero, cualquier artificio, astucia o maquinación que
se emplee para la celebración del acto. La omisión dolosa causa los mismos efectos
que la acción dolosa, cuando el acto no se habría realizado sin la reticencia u
ocultación.

Dolo esencial. El dolo es esencial y causa la nulidad del acto si es grave, es


determinante de la voluntad, causa un daño importante y no ha habido dolo por
ambas partes” Art. 272

Para determinar si el dolo es esencial, habrá que verificar que se reúnan los cuatro
requisitos que fija el precepto:

1. Que sea grave: la gravedad del dolo alude a la entidad del engaño, astucia
o ardid. La conducta o maniobra empleada debe ser apta para inducir a

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 49

engaño a una persona que pone la diligencia necesaria en los asuntos,


calidad que ha de ser evaluada en función de las circunstancias y
condiciones personales del sujeto engañado.

2. Debe ser determinante de la voluntad: ello es así cuando, de no haber


mediado el engaño, el sujeto no hubiere celebrado el negocio jurídico. Ésta
es la principal diferencia con el dolo incidental que seguidamente veremos.

3. Debe probar un daño importante: el artículo no sólo requiere que la


víctima haya sufrido un daño, sino que éste haya sido de relevancia, con
cierta significación para la persona que lo sufre, pero no sólo de
significación económica, pues puede tratarse de un daño moral. (Tagle,
2002).

4. Ausencia de dolo de ambas partes: quien obra con dolo no puede


pretender que se anule el acto alegando el cometido en su perjuicio por la
otra parte. Ello así, pues se trata de una exigencia negativa, cuyo
fundamento radica en la regla de que nadie puede alegar la propia torpeza.
Además, se trata de un deber moral que deben presidir las relaciones entre
las personas, por ello “quien juega sucio no tiene derecho a exigir juego
limpio” (Rivera y Medina, 2014, p. 626).

Dolo incidental es aquel en el que le falta uno o más requisitos que exige el art.
272 para que el dolo sea apto para actuar como vicio. El dolo incidental no afecta
la celebración del acto, sino sus condiciones. Es decir, la parte que lo sufre lo
habría celebrado aun de no haber mediado el engaño, aunque en condiciones
distintas; por ende, no es causa de invalidez del acto, aunque quien lo comete
debe resarcir los daños causados.

Finalmente, debemos señalar que el dolo esencial y el dolo incidental pueden ser
directo, si es cometido por una de las partes del acto jurídico, su dependiente o
representante; o indirecto, si proviene de la conducta de un tercero ajeno a la
relación de que se trata para beneficiar a alguna de las partes. Una y otra clase de
dolo afectan la validez del acto (art. 274 del CCCN).

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 50

LA VIOLENCIA:

NOCIÓN

La violencia en términos jurídicos es la coerción que por distintos medios se


emplea sobre una persona para obligarla a ejecutar un acto que no estaba
dispuesta realizar. La violencia se presenta en dos formas diferentes: la fuerza
irresistible, que tiene lugar cuando se excluye la voluntad mediante el empleo de
una presión física irresistible o de malos tratamientos corporales; o bien, la
intimidación o amenazas que inspiran en la víctima el temor fundado de sufrir un
mal inminente y grave que suprime su libertad en el obrar.

CLASES. EFECTOS.

El artículo 276 del Código Civil y Comercial prevé:

Fuerza e intimidación. La fuerza irresistible y las amenazas que generan el temor


de sufrir un mal grave e inminente que no se pueden contrarrestar o evitar en la
persona o bienes de la parteo de un tercero, causan la nulidad del acto. La
relevancia de las amenazas debe ser juzgada teniendo en cuenta la situación del
amenazado y las demás circunstancias del caso.

Así, de acuerdo al precepto mencionado, la violencia se puede ejercer a través de


dos modalidades: la fuerza irresistible y las amenazas o intimidación.

La fuerza irresistible es la coacción física o material que suprime la libertad


constriñendo al sujeto a obrar en determinado sentido o a dejar de hacerlo. Se
trata de una fuerza suficientemente grave como para impedir a la víctima repelerla

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 51

La violencia moral o intimidación, que consiste en inspirar temor por medio de


amenazas para infundir miedo, alterando el ánimo y la libertad de obrar para que
el amenazado ceda en perjuicio de sus propios intereses.

Estas amenazas deben ser graves, es decir, deben tener aptitud para crear el
temor racionalmente fundado, lo que se valorará de acuerdo a la situación del
amenazado y las demás circunstancias del caso (art. 276 del CCCN).

La gravedad se valorará teniendo en cuenta los bienes jurídicos –que pueden ser
de naturaleza patrimonial o no; la vida, la salud, la honra, la reputación, la
intimidad, etc.– del propio amenazado, así como de cualquier otro sujeto en tanto
y en cuanto se demuestren aptos para alterar la conducta del afectado.

Asimismo, el mal amenazado ha de ser inminente, no necesariamente presente o


actual, pero sí de realización en un lapso más o menos próximo, de modo que no
pueda evitarse a tiempo ni reclamarse el auxilio de la autoridad pública para
impedir la amenaza o defenderse de ella.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 52

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 53

SUB EJE TEMATICO N° 6


LOS ACTOS JURÍDICOS

6.1 DEFINICIÓN.

El acto jurídico se presenta como un hecho humano –acto–voluntario y lícito que


tiene además la particularidad de tener por fin inmediato la adquisición,
modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas. (Art. 259)

De tal definición se advierten los caracteres que presenta el acto jurídico:


1) Es un acto voluntario: el acto jurídico es en esencia un acto voluntario, es
decir ejecutado con discernimiento, intención y libertad. Esta voluntad
interna debe traducirse en una acción material que la dé a conocer.

2) Acto lícito: el acto jurídico debe ser conforme a los preceptos del derecho,
pues no podría concebirse que el ordenamiento tutelara actos contrarios al
ordenamiento mismo. De modo que, cuando aparece en sus elementos lo
contrario a la ley, al orden público o a las buenas costumbres, la ilicitud se
comunica a todo el acto que, en consecuencia, es inválido.

3) El fin jurídico inmediato: el fin jurídico es la realización de un interés que


la ley considera digno de tutela, característica sobresaliente del acto jurídico
porque en ella se manifiesta el aspecto funcional del negocio jurídico como
instrumento destinado a cumplir una función económico-social. Este
aspecto funcionales el que permite distinguir el acto jurídico de otros actos
que, siendo voluntarios y lícitos, no son actos jurídicos, ya que la voluntad
no está encaminada a establecer relaciones jurídicas, o no tiene por objeto
inmediato la producción de efectos jurídicos (Tagle, 2002).

6.2 ELEMENTOS ESENCIALES Y ACCIDENTALES.

ELEMENTOS ESCENSIALES:
SUJETO – OBJETO – CAUSA- FORMA- PRUEBA.

ELEMENTOS ACCIDENTALES

Se denominan modalidades o elementos accidentales del acto jurídico a aquellas


disposiciones accesorias introducidas por las partes, que modifican los efectos
normales del tipo legal, subordinando a un acontecimiento futuro la adquisición de
un derecho o la resolución de un derecho ya adquirido, postergando su
exigibilidad, o imponiendo un deber jurídico excepcional y accesorio al adquirente
de un derecho.

Las modalidades que las partes, de conformidad a la autonomía de la voluntad,


pueden introducir a los actos jurídicos son: a) condición; b) plazo; c) cargo.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 54

a) CONDICIÓN
El artículo 343 del CCCN establece:
“Se denomina condición a la cláusula de los actos jurídicos, por la cual las
partes subordinan su plena eficacia o resolución a un hecho futuro e
incierto”.

b) PLAZO
El plazo es “la fijación en el tiempo del momento a partir del cual el acto
jurídico comenzará a producir efectos, o dejará de producirlos”(Bustamante
Alsina,2005, p. 228). En este sentido, tanto el plazo como la condición
refieren a un hecho futuro, aunque, a diferencia de la condición, en laque el
suceso es contingente (es decir que no se sabe si se va a producir), en el
plazo, el acontecimiento debe fatalmente ocurrir.

c) CARGO.

El artículo 354 dispone:


“El cargo es una obligación accesoria impuesta al adquirente de un
derecho. No impide los efectos del acto, excepto que su cumplimiento se
haya previsto como condición suspensiva, ni los resuelve, excepto que su
cumplimiento se haya estipulado como condición resolutoria”.

6.3 VICIOS DE LOS ACTOS JURÍDICOS.

Son vicios propios de los actos jurídicos la lesión, la simulación y el fraude.

LESIÓN:

“El vicio de lesión queda configurado cuando una de las partes, explotando la
necesidad, debilidad síquica o inexperiencia de la otra, obtuviere por medio de un
acto jurídico una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin
justificación”. (Art. 332)

PRESUPUESTOS DE PROCEDENCIA.

Para que se configure la figura de la “lesión subjetiva-objetiva”, es necesario que


concurran:
a) la grave desproporción en las prestaciones que debe existir al momento
de la celebración del negocio jurídico –elemento objetivo–y

b) el elemento subjetivo, que es la explotación por parte del beneficiario de


la “necesidad”, “debilidad síquica” o “inexperiencia” del lesionado.

ACCIONES DEL LESIONADO. EFECTOS.

El vicio de lesión subjetiva origina en cabeza del lesionado o sus herederos dos
acciones. Ninguna otra persona puede ejercer esta acción; Es decir que los
sucesores singulares no pueden accionar por acto entre vivos, porque la acción es

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 55

de carácter personalísima. La intransmisibilidad se funda en que la parte lesionada


es la única que puede saber si se dan las circunstancias subjetivas necesarias
para la configuración del vicio de lesión.

Así, los legitimados activos tendrán la posibilidad de entablar, tanto por vía de
acción como de excepción, la nulidad, como la modificación del acto lesivo, es
decir, un reajuste equitativo del convenio. Si el lesionado opta por esta segunda
opción, el litigio queda “trabado” en ese aspecto y el demandado no puede
reconvenir por nulidad.

Ahora bien, en el caso de que el lesionante demande por nulidad, el demandado


puede, al contestar la demanda, modificar dicho reclamo en acción de reajuste, si
ofrece suprimir la desproporción de las prestaciones.

LA SIMULACIÓN.

CONCEPTO.

Art. 333: La simulación tiene lugar cuando se encubre el carácter jurídico de un


acto bajo la apariencia de otro, o cuando el acto contiene cláusulas que no son
sinceras, o fechas que no son verdaderas, o cuando por él se constituyen o
transmiten derechos o personas interpuestas, que no son aquellas para quienes
en realidad se constituyen o transmiten.

Es decir, hay simulación cuando los contratantes crean, con su declaración, sólo la
apariencia exterior de un contrato del que no quieren los efectos, o cuando crean
la apariencia exterior de un contrato diverso del querido por ellos.

ELEMENTOS DEL NEGOCIO SIMULADO


Los elementos del negocio simulado son:

a) la declaración deliberadamente disconforme con la verdadera


intención de las partes;

b) el acuerdo de partes sobre la falsa declaración y

c) el propósito de engañar a terceros.

CLASES DE SIMULACIÓN.

Por un lado, tenemos la simulación absoluta y relativa.

La simulación absoluta: tiene lugar cuando se celebra un acto jurídico que nada
tiene de real; el acto es completamente ficticio, irreal. Es decir, las partes no
quieren en realidad celebrar ningún negocio jurídico, sino que quieren modificar la
apariencia de una disminución del activo o un amento ficticio del pasivo de una de
las partes, en perjuicio de los acreedores; aunque a veces puede ser una
simulación lícita. Ejemplo Pedro le dice a Juan le traspaso mi finca para que

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 56

María no me la embargue, pero la finca sigue siendo mía). Algo así como
testaferrato, término más popular y conocido en nuestro país.

La simulación relativa, las partes encubren la verdadera naturaleza del acto, es


decir, se disimula lo que verdaderamente es. Esta simulación puede versar sobre:
la naturaleza, cuando “se encubre el carácter jurídico de un acto bajo la apariencia
de otro”, por ejemplo: una donación bajo el ropaje jurídico de una compraventa;
sobre “cláusulas que no son sinceras”, por ejemplo: se expresa un precio que no
es el real; o bien, sobre “fechas que no son verdaderas”

Por otro lado, la simulación se clasifica en lícita e ilícita, que tendrá que ver con la
causa determinante que dio origen al acto.

Tal como hemos explicado, la simulación importa necesariamente un acuerdo


entre quienes celebran el negocio jurídico, consistente en el concierto para
producir una declaración de voluntad diferente de la voluntad real, y ello obedece
a una razón determinante que se conoce como causa simulandi.

La causa simulandi es el interés que induce a las partes a dar apariencia a un


negocio jurídico que no existe, o a presentarlo en forma distinta de lo que
verdaderamente es. Esta razón que tuvieron para celebrar el negocio aparente
puede ser perfectamente inocente o bien perjudicial a terceros, lo que reviste
fundamental importancia para distinguir la simulación lícita de la ilícita.

La simulación ilícita se verifica cuando el negocio jurídico tiene como fin


perjudicar a terceros o quebrantar el ordenamiento jurídico, hipótesis, ésta última,
en que se habla de “fraude a la ley”. Este tipo de simulación causa la nulidad –
relativa–del acto ostensible.

La simulación lícita cuando el negocio simulado no es ilícito ni perjudica a un


tercero.

ACCIÓN ENTRE PARTES Y POR TERCEROS. EFECTOS.

El artículo 335 del Código Civil y Comercial regula esta cuestión. Así prevé:

Acción entre las partes. La simulación alegada por las partes debe probarse
mediante el respectivo contradocumento. Puede prescindirse de él, cuando la
parte justifica las razones por las cuales no existe o no puede ser presentado y
median circunstancias que hacen inequívoca la simulación.

El principio generales que los simuladores del negocio jurídico carecen de toda
acción entre ellos.

Ello es así, toda vez que las partes se pusieron de acuerdo en eludir una
prohibición legal o perjudicar a terceros, por lo que pierden, en principio, el
derecho de impugnar el acto por el vicio de simulación.

El contradocumento

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 57

El contradocumento es la prueba por excelencia entre las partes de la simulación.

Éste consiste en la prueba inequívoca de los hechos, ya que es la constancia


escrita –ya sea mediante instrumento público o privado–en el cual las partes
manifiestan el verdadero carácter del acto que ellas han celebrado, por lo que
deviene innecesario el aporte de indicios y presunciones que corroboren la
realidad a que se refiere.

Acción interpuesta por terceros.


El artículo 336 del código único establece
“Acción de terceros. Los terceros cuyos derechos o intereses legítimos son
afectados por el acto simulado pueden demandar su nulidad. Pueden acreditar la
simulación por cualquier medio de prueba.”

EL FRAUDE.
NOCIÓN.

La noción de fraude implica una inmediata referencia al engaño, al acto contrario a


la verdad y al recto proceder. El fraude supone una conducta tendiente a eludir los
efectos de una norma imperativa o de origen convencional, utilizando otra vía
negocial no reprobada por ley. El fraude se configura mediante actos reales, serios
y no aparentes, no simulados. No diverge la voluntad de la realidad declarada,
sino que esta realidad amparada en una norma legal elude las disposiciones de
otra o perjudica a un tercero. Este fraude no es otro que el fraude a la ley y que
está contemplado en el art. 12 del Código Civil y Comercial.

“Fraude a la ley. Las convenciones particulares no pueden dejar sin efecto


las leyes en cuya observancia está interesado el orden público.
El acto respecto del cual se invoque el amparo de un texto legal, que
persiga un resultado sustancialmente análogo al prohibido por una norma
imperativa, se considera otorgado en fraude a la ley. En ese caso, el acto
debe someterse a la norma imperativa que se trata de eludir.”

EL FRAUDE A LOS ACREEDORES

El concepto de fraude a los acreedores hace referencia a los actos otorgados por
el deudor, que tienen como nota común una afectación de su patrimonio de tal
magnitud que provoca o agrava su insolvencia, impidiendo así la satisfacción de
los créditos concedidos con anterioridad a aquéllos y con evidente perjuicio para
los mismos. Es decir que el fraude a los acreedores es la provocación o
agravación de la insolvencia del deudor mediante actos u omisiones del deudor en
perjuicio de sus acreedores, sustrayendo bienes de su patrimonio.

Esta caracterización permite señalar tres notas que se hallan presentes en la


noción de fraude a los acreedores:
a. otorgamiento por el deudor de actos o negocios jurídicos;

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046


P á g i n a | 58

b. provocación o agravación de la insolvencia del deudor y


c. sustracción de bienes del patrimonio del deudor en perjuicio
de los derechos de los acreedores.

LA ACCIÓN DE INOPONIBILIDAD.

En primer lugar, cabe señalar que el efecto de la acción de fraude no es la nulidad,


sino la inoponibilidad. Este efecto implica que el acto otorgado por el deudor en
fraude a los acreedores es válido entre éste y el tercero con quien celebró el acto
y sólo queda privado de eficacia frente al acreedor que acciona, es decir que no
puede hacerse valer contra él en la medida necesaria para la satisfacción de su
crédito.

Requisitos de procedencia
Son requisitos de procedencia de la acción de declaración de inoponibilidad:

a. que el crédito sea de causa anterior al acto impugnado, excepto que


el deudor haya actuado con el propósito de defraudar a futuros
acreedores;

b. que el acto haya causado o agravado la insolvencia del deudor;

c. que quien contrató con el deudor a título oneroso haya conocido o


debido conocer que el acto provocaba o agravaba la insolvencia.

Tenemos, entonces, tres condiciones de procedencia de la acción de


inoponibilidad.

6.4 INEFICACIA DE LOS ACTOS JURÍDICOS. CONCEPTO. CATEGORÍAS DE


INEFICACIA. EFECTOS.

Cuando hablamos de “ineficacia” hacemos referencia a la privación o disminución


de los efectos propios de un determinado negocio jurídico, que las partes tuvieron
en cuenta al momento de su celebración.

Ahora bien, la ineficacia puede ser considerada estructural o funcional. En el


primero de los supuestos, la privación de los efectos propios de un negocio
jurídico se produce por defectos en su estructura y existentes desde el momento
mismo de celebrarse el acto, primando la idea de nulidad; en cambio la ineficacia
es funcional cuando el negocio deja de ser apto para satisfacer los fines o interés
prácticos que los sujetos se propusieron alcanzar en virtud de una causa
extrínseca a la estructura del negocio y sobrevinientes a su constitución.

Grupo “La Docta” Tel: 0351-156315046

También podría gustarte