Está en la página 1de 3

Lucero Solís Téllez ID: 158544

Historia del Arte y Curaduría


La imagen y el concepto de la mujer en la Historia del Arte

Lo femenino se ha representado de manera simbólica y mimética 1 desde las primeras


manifestaciones artísticas en el paleolítico superior, hasta la fecha; eso es la constante en la
historia de la humanidad, pero lo que ha cambiado a través del tiempo y el espacio es el
significado que rodea a esas imágenes.

Podemos comenzar hablando de las representaciones del cuerpo desnudo de la mujer, pues
son de gran relevancia para contextualizar la mentalidad de la época en la que se sitúa la
obra producida. Por ejemplo, mientras que en el neolítico los senos femeninos tenían
connotaciones místico – religiosas[CITATION Car11 \p "388 - 390" \n \l 2058 ], actualmente
-en una era donde los cuerpos son hipersexualizados- la aplicación Instagram no permite
que en la plataforma existan imágenes con pezones femeninos. Para llegar a que una de las
características de las representaciones del cuerpo femenino fuera la vergüenza / el pudor
debió de haber una evolución en el pensamiento humano (no necesariamente progresivo).
Pasamos de esculturas donde explícitamente se muestran senos, vulvas, mujeres
menstruantes [CITATION Car11 \p "388, 402 - 405" \n \l 2058 ] , a manifestaciones artísticas
donde las partes del cuerpo que caracterizan a una mujer no son plasmadas de manera
explícita. Considero que uno de los factores que influyeron en esto fue la expansión de la
influencia occidental que trajo consigo valores cristiano – axiologizantes. Pues en la
producción artística de las primeras civilizaciones las representaciones femeninas tenían
significados ambivalentes, sin embargo, la figura de la mujer no era catalogada como buena
o mala.

Otro cambio notable en cuanto a la conceptualización de la mujer en el arte es el paso de las


representaciones femeninas relacionadas con lo cultual, a plasmar mujeres cumpliendo con
estereotipos de femineidad y roles de género. Ma. Teresa Alario, señala que un hecho
destacado para este cambio conceptual es cuando:

la biología femenina dejó de considerarse desde la óptica de la carencia o la


disminución (ya que el modelo de referencia era el cuerpo del varón), para
ser considerado no como inferior, sino como diferente.

1
Aún cuando las representaciones parecen ser miméticas, tienen un contexto o un trasfondo simbólico.
Lucero Solís Téllez ID: 158544
Historia del Arte y Curaduría
Así se pasa de considerar a la mujer como un ser «imperfecto» frente al
modelo masculino, a concebir lo femenino como diferente y opuesto a lo
masculino.
[CITATION Ala95 \p 45 \n \l 2058 ]
Esta oposición de cuerpos, por supuesto, acarrea valoraciones a favor de lo masculino. Pero
la contrariedad corpórea no es lo único que ha contribuido a la diferenciación de roles, pues
los estudios científico – médicos también hacen hincapié en la diferencia psicológica entre
hombres y mujeres. De esta manera, se refuerza el discurso de que la desigualdad entre
roles de género es natural. Y es gracias a este argumento, que se justifica la poca
participación femenina en la producción artística, lo podemos observar en el siguiente
fragmento que data de un texto de 1968:

El acto creativo es una especie de parto y es significativo que sea un hecho


histórico que la creatividad intelectual no se dé en las mujeres, cuyos
productos son sus criaturas. Aun a riesgo de llevar demasiado lejos el
paralelismo lingüístico, se puede afirmar que la naturaleza ha determinado
una división del trabajo. Los hombres paren ideas, cuadros, composiciones
literarias y musicales. organizaciones políticas, inventos, nuevas estructuras
materiales; mientras que las mujeres paren la nueva generación.
(Barron, Frank. Institute of Personality Assament and Research, California)
Esta línea discursiva no es exclusiva del siglo XX, pues este planteamiento teórico se ha
gestado desde siglos anteriores. Conociendo esto, ahora podemos entender porqué la
mirada que impera es la masculina. Es decir, las personas que realizan las obras de lo que
hoy llamamos arte son hombres en su mayoría y es así como proyectan sus ideales sobre la
forma corpórea, la actitud y el comportamiento que esperan de una mujer. Por ende, lo que
conocemos como feminidad, es un constructo social elaborado por hombres. El
planteamiento mencionado me conduce al siguiente punto de este escrito: la exigencia de
belleza en las mujeres.

Tatiana Sardá, postula que es en el renacimiento italiano que comienza la búsqueda de


belleza, ya sea como manifestación divina o basada en el canon grecolatino que requiere
proporción y equilibrio. Es en este momento de la historia del arte occidental que resurge el
ideal clásico de las mujeres, caracterizadas por: cintura pequeña, caderas voluminosas y
rostro joven. Este hecho es otro importante punto para considerar, pues es el momento en
Lucero Solís Téllez ID: 158544
Historia del Arte y Curaduría
que el cuerpo femenino se establece como objeto de contemplación y de esta manera,
también se hace objeto de deseo [CITATION Sar06 \n \l 2058 ].

En resumen, en este escrito se tocaron tres puntos notables para entender la evolución de la
representación y concepción femenina en la historia del arte occidental:

 El desnudo femenino, dotado de valores ambivalentes en un inicio y ahora asignado


de dicotomías axiologizantes.
 El argumento científico – medico que justifica la poca participación de las mujeres
en la producción artística.
 El establecimiento de los ideales de belleza femeninos que constituyen una parte
importante de la feminidad y decretan al cuerpo de la mujer como objeto de deseo.

Estos postulados no están aislados, ni son las únicas problemáticas que rodean al papel de
la mujer en el arte, solo son una parte de lo que actualmente la comunidad artística se ha
percatado. Y para mí, estos tres argumentos sirven para explicar porqué durante mi estancia
en la carrera de Historia del Arte (en las materias de arte occidental) solo he estudiado
producción artística masculina, que retrata a dos tipos de mujeres: las que son objeto de
deseo o las que cumplen con los ideales de la época (en cuestión de roles de género).

Referencias

Alario, M. T. (1995). La mujer creada: lo femenino en el arte occidental. Arte, Individuo Y


Sociedad, 45 - 51.
Carlson , K., Flanagin, M., & Martin, K. (2011). El libro de los símbolos. Reflexiones sobre
las imagenes arquetipicas. Taschen.
Sardá, T. (2006). Mujer - Artista, Objeto - Sujeto. La problemática de la representación
femenina. Chile: Universidad de Chile.

También podría gustarte