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Universidad Autónoma de Yucatán

Escuela Preparatoria Uno

Valores a través del arte y del deporte

Ada 4: Valores en nuestra vida

Tema: Valores Extrínsecos en la Práctica Deportiva

Integrantes:

Alonzo Arias Danna Paola

Angel May Georgina Guadalupe

Argáez Zapata Julieta Aylin

Ceh Can Edgar Giovanni Nathaniel

Chan García Estrella De Jesús

Dylan Quijano Salazar

Gómez Mukul Gloria Irasema

Góngora Borges Luisa Alejandra

Melhem Abraham Berzunza Ramírez

Pérez Correa Jennifer Del Carmen

Rosado Vázquez María Naomi

Profesor: Gerardo Alberto Durán Sánchez

20 de enero de 2020
Valores extrínsecos en la práctica deportiva
Los valores extrínsecos son aquellos que "desde fuera" le atribuimos a la práctica
deportiva. No son, al contrario que los intrínsecos, los que el sujeto experimenta durante la
realización de este; son los que culturalmente podemos encontrar en ellos. Dependiendo, pues,
de la sociedad y/o cultura en la que se practiquen representarán uno u otro ámbito del hombre.
Son los valores tangibles o visibles que te deja el desarrollo laboral, por ejemplos: estatus,
salarios, bonificaciones.

Muchos son los valores que podemos atribuir al deporte, y muchos los que podemos
potenciar con su práctica. De entre ellos, todos, o casi todos estamos de acuerdo en transmitir:
solidaridad, fraternidad, participación, cooperación, respeto a los demás, ayuda mutua, no
discriminación ni estereotipificación de actitudes, socialización, comunicación e interacción
positiva entre los pueblos, nobleza, valentía, perseverancia, altruismo.

Por otro lado, los valores más propicios de alcanzar a través de la actividad física y el
deporte se clasifican en dos grupos y son los siguientes:

Valores sociales: estos son participación de todos, respeto a los demás, cooperación,
relación social, amistad, pertenencia a un grupo, competitividad, trabajo en equipo, expresión
de sentimientos, responsabilidad social, convivencia, lucha por la igualdad, compañerismo,
justicia, preocupación por los demás, cohesión de grupo.

Valores personales: estos pueden ser la creatividad, la competitividad, el reto personal,


el mantenimiento o mejora de la salud, recompensas, aventura y riesgo, reconocimiento y
respeto (imagen social).

Estos temas transversales no son asignaturas, forman parte del currículo, han de
abordarse en su totalidad y no solo se refieren a contenidos actitudinales, también,
dependiendo de la etapa, conceptuales y procedimentales. Como vemos, la mayoría de éstos
son atribuidos, sin más, a la práctica físico-deportiva. Por ello, se convierte el área de E.F. en
idónea para transmitirlos (Contreras Jordán, 1998), aunque la educación en valores morales no
se reduce a ningún área, sino que ha de estar presente en todos los niveles, de ahí su carácter
de transversalidad. Pero la crisis de valores en la que nos vemos inmersos no hace sino
acentuar la dificultad de esta tarea. La E.F. mecanizada, derivada de la concepción educativa
dualista, que tanto estamos intentando superar (conseguido en muchos casos), refuerza valores
propios de una sociedad capitalista como la nuestra: individualidad, competitividad, oposición
permanente a los demás, supondría por tanto que el refuerzo de la generosidad, la
cooperación, incluso la solidaridad hacia los demás, no formaría a individuos preparados para
las exigencias propias de nuestra sociedad, sino todo lo contrario: inadaptados, incapaces de
afrontar esas exigencias con tanta vigencia. Entonces, ¿cómo abordar su educación desde
nuestra área? ¿Es una incongruencia?

Los valores extrínsecos a la práctica deportiva están determinados por nuestra cultura.
Estos valores y su desarrollo dentro de los currículos educativos actuales se sitúan en los temas
transversales. Algunos de ellos serían educación moral y cívica, educación para la paz,
educación del consumidor, educación para la salud, educación ambiental, educación vial,
coeducación, educación intercultural, educación sexual, todos ellos recogidos en el artículo 27.2
de la Constitución Española, donde se afirma que la educación tendrá por objeto el pleno
desarrollo de la personalidad humana en el respeto de los principios democráticos de
convivencia y los derechos y libertades fundamentales. Con ellos se pretende fomentar y
transmitir la cooperación, el respeto a los demás, la no discriminación por razones de sexo,
edad, cultura, la generosidad, entre otros. O sea, aquéllos que la sociedad determina como
deseables.

El problema reside en que educar en estos valores supone formar personas honestas
consigo mismas y con los demás, abiertas a nuevas experiencias, pero sin anteponer sus
propios intereses en detrimento de los demás, considerándose el respeto a la libertad de
expresión y a la igualdad de oportunidades como algunos de los derechos más fundamentales
de las personas. Sin embargo, no hay quien no piense que ello implicaría una educación para el
fracaso; tal y como piensan estas personas, el mundo funciona por una serie de intereses
económicos y políticos que trascienden de la educación y que se basan en una amalgama de
valores totalmente contrarios a los aquí defendidos como son la lucha por ser el mejor, la
competitividad (en el sentido negativo), la individualidad, Y sería un completo error ignorar esto;
pensar que el mundo no funcione así sería cerrar los ojos a una realidad que nos compete (y
mucho más a nosotros) afrontarla. Y es precisamente por el triste hecho de existir esta realidad,
por lo que pensamos que se hace totalmente inefable el que se eduque en aquellos valores a
los que tanto hemos aludido. Creemos (y debemos) educar a través de la práctica deportiva,
cuando menos, en estos valores por todo lo que hasta aquí hemos proclamado. Pensar que
todo esfuerzo va a ser inútil supone aceptar la derrota sin haber peleado; es nuestro deber
cambiar, en la medida de lo que se pueda (y en lo que esté al alcance de nuestra mano), esta
sociedad que nos ha tocado vivir y con la que, paradójicamente, tanto nos identificamos.
REFERENCIAS:

Gil, R. B., & de los Fayos, E. J. G. (2007). Valores en el deporte escolar: estudio con profesores
de educación física. Cuadernos de psicología del deporte, 7(2), 89-104.

Giménez Fuentes-Guerra, F. J., Abad Robles, M. T., & Robles Rodríguez, J. (2009). La
Enseñanza de deporte desde la perspectiva educativa.

Rijo, A. G. (2001). Deporte y moral: Los valores educativos del deporte escolar. EFDeportes
(on-line), 31(6), A4.

Salguero, A. R. C. (2010). El deporte como elemento educativo indispensable en el área de


Educación Física. EmásF: revista digital de educación física, (4), 23-36.

Torregrosa, M., & Lee, M. J. (2007). El estudio de los valores en psicología del deporte. Revista
de psicología del deporte, 9(12)

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