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Beneficios Del Dolor
Beneficios Del Dolor
Más y más nuestro mundo está perdiendo no sólo la capacidad de resistir y hacer
frente al dolor y al sufrimiento -lo cual, hace más débil y vulnerable a cualquier
cultura- sino también la capacidad de ver ningún aspecto positivo o de valor en
ambos.
El principio del placer, en sus vertientes positiva o negativa, rige tanto en el ámbito
consciente como inconsciente muchas de nuestras actuaciones en la vida
cotidiana. Como consecuencia, cada vez soportamos peor la contrariedad, la
frustración, las expectativas no cumplidas. Se nos hace más y más difícil el poder
lidiar contra cualquier oposición a nuestros deseos y nuestra voluntad.
II. EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO SON UNA REALIDAD EN LA EXPERIENCIA
HUMANA
Ambos son muy reales y muy presentes en la condición humana. Podemos huir del
dolor, podemos ignorarlo, podemos levantar todo tipo de murallas y protecciones
para que no nos afecte, tal vez incluso podemos tener éxito durante un tiempo más
o menos prologando. Sin embargo, es una batalla perdida.
Estos forman parte del mismo paquete, del mismo lote que nuestra salvación. Todo
ello nos fue dado por el mismo precio. Nos podemos aceptar una cosa sin la otra.
No olvidemos, de todos modos, que nuestra salvación ya tuvo que ser obtenida a
fuerza de mucho dolor y sufrimiento. Veamos lo que dice al respecto la Biblia:
– Si sufrimos [con Cristo] también reinaremos con Él” (2 Timoteo 2:12)
– “Sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo” (2 Timoteo 2:3)
– “Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán
persecución” (2 Timoteo 3:12)
Hay un dicho muy cierto que dice: No es posible tener la corona sin la cruz.
Jesús nos decía que estrecho es el camino y la puerta. Todo esto puede sonar
como locura para nosotros, los hijos de una sociedad que glorifica el placer y
anatemiza el dolor.
Hay personas que pueden sufrir hasta la indecible cuando lo hacen por una causa
o un motivo que vale la pena a sus ojos. La historia está llena de mártires por
causas políticas y religiosas. Tal vez podemos aceptar el sufrimiento y el
padecimiento de buen grado cuando comprendemos que puede contribuir al bien
común, pero ¿qué hay de ese sufrimiento que parece no tener sentido o propósito
alguno? ¿Qué sucede con ese dolor y padecimiento que aparenta ser totalmente
arbitrario o injusto? ¿Qué propósito hay en la muerte de un niño, el dolor de unos
padres por sus hijos que extravían de la vida decente, la muerte de un padre y el
consiguiente desamparo económico de toda su familia?.
Este tipo de situaciones puede llevarnos, con cierta facilidad, hacia una rebelión
contra Dios debido al hecho de nuestra incapacidad para comprender el porqué de
determinadas situaciones, circunstancias o experiencias.
¡Falso! Incluso podríamos afirmar que en determinados casos, la fe nos hace más
proclives al dolor, tanto físico como emocional. Los cristianos, por el hecho de ser
humanos, comparten la condición mortal y ésta, como ya hemos visto, está
irreversiblemente ligada a la realidad del dolor y el sufrimiento.
Por otro lado, en ocasiones, nos formamos ideas o expectativas equivocadas
acerca de la forma en qué se supone que Dios debe actuar ante nuestro dolor y
padecimientos.
Cuando Job sufría sin sentido aparente para él, repetidamente cuestionó a Dios
acerca de la razón y el propósito de todo lo que estaba sucediendo. Sin embargo,
Dios no le contestó explicándole las razones, sino enfrentándolo con su propia
limitación a la hora de tratar de comprenderle a Él. Ante todo ello, Job replicó al
Señor:
“Yo sé que tú lo puedes todo y que no hay nada que no puedas realizar ¿quién soy yo para
dudar de tu providencia, mostrando así mi ignorancia? Yo estaba hablando de cosas que
no entiendo, cosas tan maravillosas que no las puedo comprender. Tú me dijiste: Escucha
que quiero hablarte; respóndeme a estas preguntas. Hasta ahora sólo de oídas te conocía
pero ahora te veo con mis propios ojos. Por eso me retracto arrepentido, sentado en el
polvo y en la ceniza.” (Job 42:1-6)
Aplicación:
Unos versículos antes nos indicaba que la fe es estar convencidos de cosas que
no vemos.
– Dios tiene su tiempo que, muy a menudo, por no decir siempre, es diferente
al nuestro. En su momento Él cumplirá su propósito.
– En Romanos 8:28-29 Pablo nos indica que cuando una persona ama a
Dios, todas las cosas ayudan para bien. Pero ¡Cuidado! No olvidemos que
ese bien, no es cualquier bien. No se trata de nuestra gratificación o placer
físico o emocional. Dios no está hablando de nuestras propias y personales
expectativas del bien. Se trata, de que se desarrolle en nosotros el carácter
de su hijo. A los ojos del Señor, ese es el mayor bien posible. Por tanto, el
dolor y el sufrimiento estarían justificados si traen como consecuencia el
mayor bien que Dios puede proporcionarnos, ser como Jesús.
2. Nos hace conscientes de nuestra propia y finita realidad como seres humanos.
a. El dolor y el sufrimiento acaban con nuestra autosuficiencia y orgullo.
b. Nos obligan a enfrentarnos a la realidad de que somos impotentes,
frágiles e incapaces.
c. Al experimentarlos, nos sentimos vulnerables y necesitados, a
menudo, desamparados y sin fuerzas.
Sirva tan sólo como ejemplo. La iglesia ha crecido y madurado mucho más en
tiempo de opresión que en tiempo de libertad. Se ha comprometido mucho mas en
tiempo de escases que en tiempo de abundancia. Se ha solidarizado con otros en
épocas de sufrimientos más que en momentos de placer…