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Mirando desde abajo este sendero, causa sorpresa que el candidato no esté ya
exhausto después del trabajo que le costó llegar a la primera iniciación y que no
retroceda descorazonado al ver las ingentes alturas que ante sus pasos se yerguen en
el siempre ascendente sendero. Mas ha bebido en la fuente de la vida y «su fortaleza
vale por la de diez, porque su corazón es puro» y el esplendor de la humanidad ideal
que descubre con siempre creciente limpidez tiene para él un inspirador atractivo que
no admite comparación con ningún interés ni estímulo material.
3° Silabbataparamasca. Superstición.
La primera es la conciencia del «yo soy yo» relacionada con la personalidad, que no
es más que una ilusión y debe desecharse al dar el primer paso en el sendero
ascendente. Pero el quebranto de esta ligadura requiere algo más que el
desvanecimiento de tal ilusión, pues es indispensable reconocer la esencial unidad de
la individualidad con el Todo y que por lo tanto no ha de tener jamás intereses
opuestos a los de sus hermanos, pues en realidad más rápidamente se progresa
cuanto mejor se ayuda al progreso del prójimo.
Respecto de la segunda ligadura conviene advertir que las gentes educadas según la
mentalidad occidental están desgraciadamente familiarizadas con la idea de que quien
profesa una religión o pertenece a una escuela o secta ha de creer ciegamente en sus
definidos dogmas: y por lo tanto, al oír que en ocultismo se considera la duda como un
obstáculo en el camino del progreso, podrían suponer que también se exige de
quienes siguen el sendero la misma ciega fe que exigen las modernas supersticiones.
Nada más falso.
El vichikichcha se ha definido diciendo que es la duda sobre las doctrinas del karma y
de la reencarnación y sobre la eficacia del método para alcanzar el sumo bien por el
Sendero de Santidad; pero el conocimiento de estas verdades entraña la de que el
mundo es la escuela establecida para el hombre por Dios cuyo admirable y
beneficiente plan es la evolución de la vida inmortal través de las perecederas formas.
Cuando el iniciado, rompe esta segunda ligadura adquiere la absoluta cereza basada
en su conocimiento de primera mano o en el raciocinio lógico, de que son verdaderas
las enseñanzas del ocultismo sobre el karma y la reencarnación.
Las tres citadas ligaduras están en coherente serie. Una vez descubierta la diferencia
entre la personalidad y la individualidad es posible comprender con alguna latitud el
efectivo curso de la reencarnación y disipar toda duda sobre este punto. Esto
conseguido, el conocimiento de la espiritual permanencia del verdadero ego infunde
confianza en la fortaleza espiritual del hombre y desvanece toda superstición.
Cada etapa del Sendero se llama maggo y comprende el tiempo en que el estudiante
se esfuerza en romper las ligaduras. El segundo es phala, que literalmente significa
fruto o resultado y comprende el tiempo durante el cual encuentra el hombre el
resultado cada vez mayor de sus esfuerzos. El tercero, bhavagga o consumación es el
período en que obtenido ya todo el resultado de sus esfuerzos, puede cumplir
satisfactoriamente la obra peculiar del trecho en que el sendero se halla. El cuarto es
gotrabhu, que significa haber alcanzado la aptitud necesaria para recibir la siguiente
iniciación.
Parece incongruente esta afirmación con lo que dijimos acerca de que la primera
iniciación se efectuaba en una sala o en un jardín, pero en realidad no hay tal
incongruencia. Si el Señor Maitreya es el celebrante, la ceremonia se efectúa
usualmente en su jardín o en su salón, y está presente en cuerpo físico, como también
lo está en muchos casos el manú Señor Vaisvasvata que vive en la vecindad. Todos
los demás circunstantes se hallan generalmente en cuerpo astral si es primera
iniciación y en mental si es segunda. Los adeptos allí presentes enfocan su conciencia
con perfecta facilidad en el nivel requerido pero como en los mundos astral y mental
hay una fiel contraparte de todo lo existente en el físico, los informes son exactos y tal
como se describen los lugares relacionados con el mundo físico.
Por la tarde acudieron muchos amigos de la India que rondaron por allí, hasta que
cuando candidatos y sus guardianes se marcharon a casa del maestro Kuthumi, los
siguieron discretamente y se quedaron en espera a respetuosa distancia de la casa.
Poco después entró el Maestro Moria e inmediatamente se marchó con el maestro
Kuthumi, a casa del Señor Maitreya, seguidos de los discípulos, que se detuvieron en
el jardín mientras los dos Maestros entraban en la casa.
El Maestro respondió:
- Así lo haré.
El Señor repuso:
Nuestra regla prescribe que dos hermanos de grado superior afiancen a cada
candidato propuesto para el segundo sendero. ¿Hay otro hermano que apoye la
propuesta?
- Yo la apoyo.
Vosotros, como dos hermanos residentes en el mundo profano, cuidásteis del más
joven de estos candidatos y habéis tenido experiencia en vuestra aceptada misión de
guardianes. Por lo tanto, en vista de que todavía su cuerpo es joven ¿queréis
proseguir guardando al candidato y auxiliarle en su paso por el segundo sendero?
El Señor preguntó:
- ¿lo amáis aún tan tiernamente que vuestra labor sea fácil y agradable?
El candidato respondió:
- Así lo haré gustosamente, porque muchísimo los amo y les estoy agradecidísimo por
sus solícitos cuidados.
El Bodisatva dijo:
Cuando estas solemnes palabras hendieron los aires, como si a modo de intimación
rodearan el mundo, surgieron de todos los ámbitos multitud de testigos y aguardaron
en silencio con la mirada radiante de gratitud, fija en los dos candidatos.
He aquí quienes de muchos países y naciones han recibido de mis dos discípulos, luz,
fortaleza y consuelo. De los labios de mi hijo mayor escucharon mi mensaje millares
de oídos, y se esforzó incesantemente en iluminar a los que estaban en tinieblas y
aquí llegan para atestiguarlo. También ha escrito un libro y numerosos artículos que
dan prueba de su amoroso trabajo en beneficio del prójimo. En cuanto a mi hijo menor
todavía es de cuerpo muy joven para actuar públicamente, pero ha escrito un librito en
que difunde las enseñanzas que yo le di y millares de gentes le aman y le toman por
guía que hacia nosotros conduce. También están aquí para dar testimonio.
Tan numerosos eran los testigos, que el aire parecía estar henchido de voces, y el
Bodisatva, el Salvador del Mundo, sonrió más dulcemente al escuchar la respuesta a
la pregunta que había interrogado.
Habéis quebrantado para siempre las tres ligaduras que atan a vuestros hermanos a la
tierra, y la libertad por vosotros lograda debe servir para aliviarles el peso de dichas
ligaduras. Ya sabéis con toda seguridad que es pura ilusión la idea del separado Yo.
Ahora debéis infundir esta seguridad en vuestros vehículos inferiores, de modo que
jamás haya en ellos ni una acción ni un pensamiento tocante a la separatividad, sino
que todo se concentre en el único Yo que se manifiesta por medio de todos los seres.
¿Os esforzaréis en hacerlo así y no cesar hasta lograrlo?
Así lo haremos.
- Habéis transcendido toda superstición. Ahora sabéis que en cualquier religión puede
un hombre encontrar la luz. Sabéis que los ritos y ceremonias no tienen valor
intrínseco, y que cuanto con ellos se hace puede también hacerse sin ellos por medio
del conocimiento y de la voluntad. Sobre todo estáis libres de la superstición que
achaca ira al Poder director de la evolución, pues ya sabéis que todo cuanto existe
está incluido en el amor universal, y el evangelio del amor habéis de predicar entre los
hombres. ¿Procuraréis disipar las tinieblas mediante la propagación de este
evangelio?
- Sí
-Tened siempre en cuenta que no hay otras tinieblas que las motivadas por la
ignorancia y la ilusión. Bien se dijo: «De lo alto proviene todo perfecto don, y nos llega
del Padre de Luz en quien no hay variación ni sombra de veleidad.» En El no hay ni la
más leve obscuridad, pero los hombres vuelven la espalda a la Luz y caminan sobre
su propia sombra quejándose de que andan en tinieblas.
-Recibid este nuevo poder que os doy y confiad en él sin temor. Poned vuestros
vehículos inferiores en tal orden y responsividad, que el nuevo poder llegue sin
tropiezo a través de ellos hasta vuestro cerebro y gobierne infaliblemente vuestra
conducta. Así brillará en el camino que vais a recorrer y os preparará para entrar en el
tercer sendero.
Por otra parte, si actúa en el plano mental y desea manifestarse en el astral, habrá de
materializar un cuerpo astral interino, o sea el mayavirrupa; y cuando terminada su
labor en el plano astral se haya de restituir al mental, se desvanecerá el mayavirrupa
cuyos materiales retornarán a la general circulación de materia astral de donde los
extrajo la voluntad del discípulo.
Hasta que recibe la primera iniciación, el neófito actúa por las noches en su cuerpo
astral; pero tan pronto como adquiere pleno dominio de este cuerpo y sabe usarlo
como vehículo, comienza a actuar en su cuerpo mental. Cuando este otro está
completamente organizado, es un vehículo mucho más flexible que el astral y con él
puede efectuar mucha labor, imposible con el astral. La facultad de formar el
mayavirrupa le permite trasladarse instantáneamente del plano mental al astral y
volver del astral al mental, de modo que continuamente pueda valerse del mayor poder
y más aguda percepción del cuerpo mental, puesto que sólo ha de materializarse
astralmente cuando necesite hacerse visible a los moradores del mundo astral. Será
preciso que primero le enseñe el Maestro al discípulo a formar el mayavirrupa, y
después, aunque no sea muy fácil tarea ya lo podrá construir sin auxilio ajeno.
Aquí nos hemos de prevenir contra un muy frecuente falso concepto. El purísimo y
nobilísimo amor humano nunca muere ni jamás lo menoscaba la disciplina del
ocultismo. Por el contrario, lo amplía e intensifica hasta que todo lo abarca con el
mismo fervor que al principio lo prodigaba a unos cuantos seres. El iniciado se
sobrepone a toda consideración respecto de la personalidad de quienes lo rodean, y
así se libra de la injusticia y parcialidad que con tanta frecuencia entraña el ordinario
amor.
Tampoco se ha de suponer que al ganar este amplísimo amor a todos los seres, haya
de perder el de sus predilectos. El estrecho lazo entre Ananda y el Señor Buda o entre
Cristo y San Juan son pruebas de que se intensifica enormemente el amor predilecto,
y el lazo entre Maestro y discípulo es más fuerte que todos los afectos terrenos.
Porque el amor que florece en el Sendero de Santidad es amor entre los egos y no tan
sólo entre personalidades. Por lo tanto es firme y permanente sin temor de menoscabo
ni veleidad porque es «el perfecto amor que desvanece todo temor».