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PAPEL DE LOS CENTROSOMAS EN LA MITOSIS Y SU

RELACIÓN CON EL CÁNCER


Jaimes Bautista Michel, Martínez Ospino Neila, Pedraza Segovia Sandra
Curso de Genética Básica, Grupo B, Programa de Microbiología, Departamento de Ciencias Básicas,
Universidad de Pamplona
La mitosis es el proceso de división celular que da lugar a dos células hijas idénticas a la célula madre,
como resultado final la separación de las cromatides hermanas. Este proceso es primordial para el
desarrollo de la vida y conocerlo en profundidad es muy importante para el tratamiento de algunas
enfermedades. El centrosoma juega un papel fundamental dentro de este proceso ya que es un
orgánulo celular compuesto de dos centriolos dispuestos perpendicularmente libre de membranas.

En la mitosis los centrosomas se convierten en los polos donde parten los microtúbulos las fibras del
áster, nombre otorgado al aspecto estrellado de una estructura microtubular y del huso mitótico, esta
es la encargada de organizar los movimientos de los cromosomas durante la mitosis. Un aspecto a
tener en cuenta en la división celular es, que el citocentro es duplicado una vez por ciclo celular, así
que cada célula hija hereda un centrosoma conteniendo dos centriolos.
Los centrosomas forman parte del aparato mitótico. Además de los centrosomas, este aparato incluye
el huso mitótico, formado por los microtúbulos, los cuales nacen en cada centrosoma y conectan a los
cromosomas con los polos de las células. En la división celular, la segregación igualitaria de los
cromosomas a las células hijas depende esencialmente de este proceso. Cuando la célula posee un
juego desigual o anormal de cromosomas, el organismo puede ser inviable o puede verse favorecido
el crecimiento de tumores.

Por otro lado podemos definir el cáncer como una enfermedad en la que un organismo produce una
cantidad de células malignas, las cuales tienen un índice de crecimiento y división más allá de los
límites normales, generando así; una producción descontrolada de células hijas las cuales puede
desencadenar la producción de tumores. Para contrarrestar estas apariciones, el organismo genera el
proceso de apoptosis el cual hace posible la autodestrucción de las células dañadas, evitando la
aparición de enfermedades derivada de una célula dañada.

De acuerdo a lo anterior, podemos resaltar una relación bastante estrecha entre alteraciones en los
centrosomas y el desarrollo de células cancerosas; estas células contienen un solo centrosoma que se
duplican cuidadosamente una vez por ciclo celular, las células con demasiados centrosomas, no se
dividen adecuadamente y mueren. O también puede de manera liberada darse la formación a células
cancerígenas, estas pueden manifestarse de manera diferente a las células normales de nuestro
cuerpo. Partiendo desde el proceso de división celular, la diferencia de las células tumorales y la Mitosis
radica en el número de citocentros que se despliegan en dicho proceso. En cambio, las células
cancerígenas a menudo contienen un número excesivo de centrosomas, que generalmente sobreviven
a la división celular esto depende de la inestabilidad genómica originada por exceso de centrosomas
que pueden hacer posible que las células cancerígenas se vuelvan aún más malignas.

Para concluir, es clara la relación entre las células cancerígenas y los centrosomas, ya que como en
toda célula animal se encuentran presentes estos orgánulos, los cuales pueden establecer un aumento
anormal lo que podría inducir a la formación de células cancerosas.

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