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Proponer y argumentar desde un paradigma emergente los

aspectos epistemológicos que fundamentan el descriptor del


problema.
TEORÍA DEL CAOS.
Durante mucho tiempo la perspectiva de un universo cuyo destino y función se
asemejaba a la de un reloj y su estudio se basaba en la idea mecanista de que
todo lo que sucede dentro del mismo era predecible y asimilable dentro de
leyes estáticas que dibujaban un marco de acción concreto, evidenciando un
diseño organizado, continuo y establecido, que imposibilitaba obtener
resultados inciertos, lo que llevó a que la perspectiva mecanista se apropiara
de todas las ciencias, siendo muy útil dentro de los sistemas lineales, los
cuales están compuestos por elementos estables, predecibles y cuyo valor
puede ser estudiado aparte del conjunto, llegando a la determinación que las
partes se encuentran por encima del todo. Ejemplo de esta visión se encuentra
dentro de las leyes de la física, la química y las matemáticas, cuyo elementos o
variables no cambian y siempre va a otorgar el mismo resultado, siempre y
cuando las condiciones sean similares.

Dentro del estudio de las ciencias sociales, la visión mecanista o de sistemas


lineales no es factible, ya que los resultados, sin importar el control que se
ejerza sobre las variables, siempre es incierto o impredecible, siendo esto un
gran problema si se desean utilizar unas teorías que se basan en lo estable, la
predicción estandarizada y la creación de paradigmas rígidos. La teoría del
caos nace en respuesta a la necesidad de encontrar un método para estudiar
aquellos sistemas no lineales, en los cuales, los elementos pueden presentar
variaciones, muy mínimas en algunos casos, pero que terminar por modificar
el resultado, basando esta teoría en la imprevisibilidad. Pero caos no significa
desorden o resultados al azar, improvisando en el proceso, el termino caos se
relaciona con la desventaja de no lograr entender el orden de los elementos,
sus pequeñas o grandes variaciones y la influencia que se ejercen entre ellos
mismos antes de lograrse concretar un resultado, como quien trata de estudiar
y predecir la formación de lluvia durante un día soleado, encontrando
elementos tan dispersos como la contaminación o la formación inesperada de
un huracán en un lugar muy alejado.

Si evaluamos el caso de Psicología y ruralidad por los lentes de la teoría del


caos, encontramos que esta nos invita a cuestionar nuestras creencias y a
formular nuevas preguntas acerca de la realidad en la que vivimos, empezando
por cambiar de visión sobre la manera en que observamos la zona rural y sus
problemáticas específicas, encontrando en ellas una particularidad que las
distingue, un rasgo propio de cada sector, hallando similitudes en algunos
conflictos, pero el origen y desarrollo son muy distintos, debido a esas
características propias de cada zona y a la influencia que sus elementos
ejercen sobre el resultado, ya que no es lo mismo estudiar un comunidad
agrícola en la cual no se encuentra la presencia de grupos armados o cultivos
ilícitos, que en aquellas comunidades en las que el desplazamiento forzado y la
violencia son los dominantes en la vida de sus habitantes. El “caos” hace
referencia a eso, a la imprevisibilidad del comportamiento de los individuos, ya
que no importa el origen o las variables a la que sea expuesto el elemento, en
este caso las personas, todas van a responder de manera diferente ante los
estímulos a los cuales sea expuesto; lo mismo sucede con las comunidades, no
siempre van a presentar las mismas limitaciones o conflictos, debido a
pequeñas variaciones (cultura, entorno, características de sus habitantes, etc.)
que van a determinar un resultado muy distante a las otras, siendo esta la
base de la teoría del caos aplicada a las ciencias sociales. Las comunidades
están compuestas por personas, pero estos individuos no pueden ser
estudiados y separados de su sistema, debido a que sus comportamientos se
derivan de la interacción con su entorno. El “caos” es ese orden que no
entendemos, que se presenta de manera diferente a la que se está
acostumbrado a percibir, pero no quiere decir que sea anormal o conflictivo, es
más, si se logra entender al hombre dentro de su evolución individual –
comunitario, es factible entender a los sistemas caótico y su adaptación al
cambio y, en consecuencia, por su estabilidad. La problemática de la ruralidad
debe ser entendido desde una perspectiva holística, alejado de las predicciones
antiguas y mecánicas, ya que los conflictos y sus soluciones no pueden ser
catalogados, rotulados, almacenados y recuperados para ser usados en
cualquier parte, sin importar que las características de la nueva problemática
sean similares. El “caos” nos dice que elementos situados en contextos
similares van a tener resultados diferentes, lo que resume la importancia de
tener un acercamiento a cada sector social, ya que no se puede crear un
paradigma que satisfaga las necesidades y demandas de cada escenario,
entendiendo que en los sistemas no lineales es imposible crear reglas fijas, ya
que la evolución y la influencia externa están presentes siempre. La ruralidad
debe verse como un sistema no lineal, en donde el todo es más que la suma
de sus partes, porque no siempre elementos similares (personas) van a dar el
mismo resultado o presentar los mismos problemas. Es como tratar de
predecir futuras nuestras de violencia en personas que crecieron bajo la
influencia directa de la guerra en el campo, ya que las personas no pueden ser
rotuladas y descritas por sus elementos aislados. La teoría del caos crea la
puerta para entender la convivencia de las comunidades como esa influencia
directa e indirecta de estímulos sobre cada persona, que determina la forma en
que se van a desarrollar las posibles problemáticas, pero no se puede predecir
con precisión la magnitud de la influencia, ya que cada comunidad responde de
manera diferente al “caos” o, dicho de otra forma, a la organización que toman
los elementos dentro de un sistema no lineal.

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