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PSICOLOGíA
(MENCIÓN EDUCATIVA ).
Tema:
Tarea I y II
Asignatura:
Español II
Sustentado por:
Carolina Capellán Capellán
Matrícula:
2020-01621
Facilitador:
DIONICIO MARIA CASTILLO
Fecha de entrega:
01/05/2020
Estructura:
- Interna: Se refiere a la ordenación y distribución de los hechos narrados.
- Externa: Se refiere a la forma se presenta la obra: libros,episodios y
capítulos.
7- Explica cuál es la función del narrador y define los tipos más usuales.
el narrador interpreta la historia dependiendo del lugar que ocupe
en el mundo que se narra, es decir, según su punto de vista.
1. Primera persona: Es un tipo de narrador que busca la complicidad del lector.Por
eso se dirige constantemente a él.
2. En segunda persona: Es un tipo de narrador que busca la complicidad del
lector. Por eso se dirige constantemente a él.
3. En tercera persona: Se utiliza muy poco por la dificultad narrativa que implica.
Aquí la voz narrativa se dirige a uno o a varios personajes de forma directa.
12- Menciona los tipos de narradores, las etapas y las leyes de la narración.
Tipos de narradores:
1. Narrados en primer persona: Actúa como protagonista del relato.
2. Narrador en segunda persona: se relata la historia dirigiéndose al receptor
como si él fuese el protagonista de las acciones
3. Narrador en tercera persona: Es el tipo de narrador más frecuente.
Etapas:
1. Etapa expositiva: Es donde se presenta los personajes, la época y el
ambiente donde se desarrolló la acción.
2. Nudo o trama: Naturalmente en el nudo el diálogo es más profundo.
3. Desenlace: En estas epata se resuelven todo los conflictos.
Las leyes
1. Ley de unidad: Esta cualidad destaca el sentido único que debe primar en la
narración.
2. Ley de la verosimilitud: Con esta ley se garantiza que la historia, aún ficticia,
adquiera un cierto matiz de realidad que la haga creíble
3. Ley de interés: El tiempo que dediques a despertar el interés del lector
constituirá una inapreciable inversión.
Estudios clínicos han demostrado que así como nuestro cuerpo necesita ejercicio
para flexibilizar los músculos y evitar que se atrofien, el cerebro necesita también
hacer gimnasia para que no le suceda lo mismo. Las células del cerebro se activan
cuando la imaginación del lector se despierta ante el estímulo que supone el
contacto con creaciones literarias, bien en la forma de poemas, bien a través de
cuentos, novelas o ensayos.
No se trata en este caso de leer para informarnos, no; sino de leer simplemente
como entretenimiento. Cuando dedicamos un rato de nuestro tiempo libre a leer
piezas literarias, el cerebro trabaja al mismo tiempo que se divierte. Es cierto que
resulta más fácil buscar entretenimientos que no le exigen nada al intelecto como
ver una película, una telenovela, un juego de pelota… pero ahí está el problema: no
activa las neuronas del cerebro; y como este tipo de programa suele traer consigo
mucha violencia, en lugar de distraernos terminamos estresados.
Respuesta:
Porque los nexos de objeción o conectores se encuentra con mayor número.
- Desarrollo:
Estudios clínicos han demostrado que así como nuestro cuerpo necesita ejercicio
para flexibilizar los músculos y evitar que se atrofien, el cerebro necesita también
hacer gimnasia para que no le suceda lo mismo. Las células del cerebro se activan
cuando la imaginación del lector se despierta ante el estímulo que supone el
contacto con creaciones literarias, bien en la forma de poemas, bien a través de
cuentos, novelas o ensayos.
No se trata en este caso de leer para informarnos, no; sino de leer simplemente
como entretenimiento. Cuando dedicamos un rato de nuestro tiempo libre a leer
piezas literarias, el cerebro trabaja al mismo tiempo que se divierte. Es cierto que
resulta más fácil buscar entretenimientos que no le exigen nada al intelecto como
ver una película, una telenovela, un juego de pelota… pero ahí está el problema: no
activa las neuronas del cerebro; y como este tipo de programa suele traer consigo
mucha violencia, en lugar de distraernos terminamos estresados.
- Conclusión:
En suma, no es que propugne por evitar la televisión u otros tipos de
entretenimientos, lo que sí aconsejo es que se dediquen unas cuantas horas a la
semana a leer obras de ficción tales como cuentos, novelas, poesías, para
mantener la mente ágil y en forma.
‘El señor Whitson nos enseñaba ciencias naturales en sexto año de primaria. El
primer día de clases, su exposición trató de una criatura llamada gatiguampo,
animal nocturno y mal adaptado al medio biológico, que se extinguió durante la Era
de las Glaciaciones. El maestro hizo pasar un cráneo de mano en mano, mientras
explicaba el tema. Todos tomamos notas y, más tarde, contestamos un cuestionario
sobre esa lección.
Muy sencillo, nos explicó el señor Whitson. Él había inventado ese cuento del
gatiguampo. Jamás había existido tal especie. Por lo tanto, cada uno de los datos
de nuestras notas era incorrecto. ¿Acaso queríamos que nos aprobara por contestar
falsedades?
Huelga decir que nos pusimos furiosos. ¿Qué clase de prueba era esa? ¿Y qué
clase de maestro era éste?
El señor Whitson agregó que esperaba que hubiéramos aprendido algo de esa
experiencia: los maestros y los libros de texto no son infalibles. Y nadie lo es. Nos
recomendó no permitir que nuestras mentes se adormecieran y tener siempre la
disposición de hacer una investigación por nuestra propia cuenta. Y cuando
estemos seguros, después de habernos documentado, tener el valor expresar
nuestra inconformidad si el maestro o el libro de texto nos parecen errados.
Cada lección del señor Whitson constituía una aventura. Todavía hoy recuerdo, casi
de principio a fin, algunas de sus disertaciones. Un día nos dijo que su Volkswagen
era un organismo viviente. Tardamos dos días en armar una refutación que le
pareciera aceptable. No se dio por satisfecho hasta que le demostramos no sólo que
sabíamos lo que era un organismo viviente, sino también que teníamos la entereza
de defender la verdad.
No he realizado ningún gran descubrimiento científico, pero las lecciones del señor
Whitson nos infundieron a mí y a mis compañeros algo igualmente importante: el
valor civil de mirar a las personas en la cara y decirles que están en un error cuando
nos hemos informado convenientemente acerca del asunto. También nos enseñó
que esta actitud puede ser divertida, pero sobretodo, resulta provechosa.
Ejercicios