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Definición
Epidemiología
Factores de Riesgo
Sin embargo, se han descrito en la literatura otras herramientas para el diagnóstico del
delirium, una de ellas es el Confusion Assesment Method 23. El CAM fue publicado en 1990
y establece el diagnóstico en relación a la presencia o ausencia de 4 características clínicas
del delirium (Tabla 1); se ha identificado una alta sensibilidad (94-100 %) y especificidad
(90-95 %) para el reconocimiento de esta patología24. Esta escala se ha adaptado al contexto
del paciente en Unidad de Cuidados Intensivos (CAM-ICU) para la evaluación del
delirium en pacientes ventilados en los cuales se torna difícil una comunicación optima con
el examinador y su traducción se realizó para la población de habla hispana en Colombia
encontrando una sensibilidad del 79, 4 % (92,9 % en pacientes intubados) y una
especificidad del 97,9 % (86,7 % en pacientes intubados)4,25.
El delirium agudo es una emergencia y se debe tratar como tal, por lo tanto se necesita de
una aproximación sistemática consistente en una historia clínica detallada, examen físico y
estudios paraclínicos dado la gran cantidad de diagnósticos diferenciales; debido a que en
la mayoría de escenarios es la manifestación de una patología subyacente, por lo tanto una
evaluación de etiologías estructurales, metabólicas e infecciosas debe realizarse. A pesar de
esta conducta, en un 16 % de pacientes no se logra identificar la causa26.
Como el enfoque de la mayoría de las patologías el primer paso es una evaluación de la vía
aérea, la respiración y la circulación, incluyendo también la toma de los signos vitales,
seguido de una glucometría26. La historia clínica inicial debe buscar establecer el estado
mental de base de cada paciente ya que se ha descrito que la demencia es un factor de
riesgo para presentar delirium4,26. El resto del interrogatorio debe ir dirigido con el fin de
buscar síntomas asociados a infección como lo son fiebre, tos, cefalea, signos de irritación
meníngea, disuria, dolor abdominal y síntomas sistémicos. Se debe revisar de manera
exhaustiva los medicamentos que recibe el paciente principalmente si se han usado nuevos
medicamentos o se han realizado cambios de dosis y se debe examinar cualquier
componente con propiedades anticolinérgicas27.
Las pruebas de laboratorio y los estudios imagenológicos se deben basar en los hallazgos de
la historia clínica y el examen físico, sin embargo se han descrito pruebas que se requieren
de manera habitual como lo es un hemograma completo, electrolitos, función renal y
uroanalisis26. Las pruebas adicionales son útiles en situaciones especiales como las pruebas
de función hepática, hemocultivos, urocultivo y la radiografía de tórax ya que la neumonía
es una causa común de delirium y una historia de tos o disnea puede no ser confiable en un
paciente quien cursa con un estado confusional4. El Uroanálisis y el cultivo de orina ha sido
utilizado como herramienta diagnostica en pacientes con delirium, llegando a considerarse
en muchas ocasiones el hallazgo de bacteriuria asintomática como una causa de este
síndrome, lo cual no es acertado. La sola presencia de delirium y urocultivo positivo no es
una indicación de tratamiento antibiótico, y no está recomendado actualmente, el paciente
debe presentar síntomas irritativos urinarios bajos junto a leucocitosis y/o fiebre para
considerar que haya una infección urinaria activa que pueda producir alteración a nivel de
sistema nervioso central28,29 (Tabla 2).
Tabla 2
Estudio Diagnóstico Hallazgo Clínico
Glucometría Hipoglicemia, hiperglicemia
Gases Arteriales Hipoxemia, hipercapnia, alcalosis
respiratoria, acidosis metabólica
Hemograma Completo Anemia, infección oculta
Electrolitos Séricos Hiponatremia, hipernatremia,
Uroanálisis Infección oculta, acidosis
Radiografía de Tórax Infección oculta
Función Renal Uremia
Estudios Adicionales: Troponina, función Infarto agudo del miocardio, falla hepática,
hepática, amonio, tiempos de coagulación, deficiencia vitamina b12 o acido fólico,
Vitamina B 12, acido fólico , metales infección oculta, intoxicación
pesados , cribado para tóxicos
Tomografía / Resonancia cerebral Lesiones estructurales, infarto cerebral,
lesión traumática
Punción lumbar Meningitis, encefalitis, hemorragia
subaracnoidea
EEG Estado epiléptico no convulsivo
Adaptado de 26
Tratamiento
No Farmacológico
Farmacológico
Los medicamentos antipsicóticos utilizados para el manejo del delirium incluyen los típicos
y los nuevos agentes atípicos. Aunque ningún medicamento es el ideal, el antipsicótico
típico, el haloperidol, es probablemente el compuesto más estudiado y utilizado para tratar
el síndrome confusional agudo, teniendo hasta el momento una recomendación como
monoterapia basado en una extensa experiencia clínica 24,26. El haloperidol se considera el
antipsicótico con menor efecto sedativo pero con mayor riesgo de extrapiramidalismo,
mientras que la quetiapina presenta un alto efecto sedativo con un menor riesgo de
extrapiramidalismo4.
Por otro lado, las benzodiacepinas tienen una indicación específica y es la del manejo del
delirium asociado con alcohol o la abstinencia a las benzodiacepinas, en la cual se puede
administrar de manera preventiva, por lo que para otros casos los antipsicóticos tienen una
relación costo-beneficio más favorable. Independientemente del fármaco seleccionado, se
debe iniciar siempre a dosis bajas, con dosis adicionales cada 30 o 60 minutos según la
respuesta esperada y se prolongara según los requerimientos del paciente de una manera
programada 4, 25,30. En la figura 1 se sugiere algoritmo para la evaluación y el manejo de
delirium.
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