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Propuesta individual de investigación.

Temática a trabajar:

Aspectos psicológicos asociados al proceso salud enfermedad.

Problemática.
La psicología de la salud es el producto de una forma de pensamiento en
salud, que promueva la dimensión psicosocial en el proceso salud-
enfermedad dejando de lado las ya bastantes limitaciones por parte del
modelo biomédico como también del fracaso de los sistemas sanitarios
desde un punto restrictivo y descontextualizado de la salud y de como
las variables sociales y personales mediatizan este proceso. Ya que esta
presenta particularidades al definirse como una rama aplicada de la
psicología que se dedica al estudio de los componentes subjetivos del
proceso salud-enfermedad, en donde se tiene en cuenta que tanto el
comportamiento como el estilo de vida son factores determinantes en la
salud de una persona. En donde se debe analizar el estado de salud, en
el riesgo de la enfermedad y en su condición como en su propia
recuperación, así como en las circunstancias interpersonales que se
produzcan. Visibilizando las carencias graves que hay en los procesos de
salud para el reconocimiento adecuado y a tiempo de como los procesos
personales de los pacientes afectan directamente su estado de salud,
generando incluso el mismo o deteriorándolo cada vez más.

Pregunta orientadora.
¿De qué forma los aspectos psicológicos afectan ya sea de forma directa
o indirecta en el desarrollo o el deterioro de la salud de las personas?
Justificación.
Teniendo en cuenta que la Medicina Conductual comenzó como una
continuidad del modelo de Psicología Médica, y plantea y destaca el
papel de los comportamientos aprendidos en el origen y manifestaciones
de las enfermedades y busca medios a través de los cuales los cambios
en el comportamiento pueden desempeñar una función útil en el
tratamiento y la prevención de enfermedades entendiendo que la
psicología de la salud es aquella que se relaciona e interesa con las
variables psicológicas en el proceso salud-enfermedad en donde se
ocupa no de la atención o curación de los enfermos sino que también
contiene la promoción de la salud y la prevención de las enfermedades y
se relaciona con todos los problemas de salud, no solo con la salud
mental. Tiene como ámbitos de actuación todos los niveles de atención y
su enfoque no está centrado sólo en el individuo, incluye el trabajo con
la familia y la comunidad. Además, es parte de ella, el estudio de los
factores subjetivos que intervienen en el funcionamiento de las
organizaciones laborales de salud y sus trabajadores. Por último, por
denominarse Psicología de la salud, no se refiere sólo a la parte positiva
del proceso, es Psicología aplicada a la salud, la enfermedad, y también
a sus secuelas.

Partimos como ejemplo con una persona saludable en donde es posible


deducir que la psicología de la salud puede primordialmente ayudar de
forma concreta al cuidado de esta ya que por medio de los estilos de
vida y en la búsqueda correcta de adaptar conductas preventivas, puede
estimular practicas regulares con ejercicios físicos, practicas
nutricionales adecuadas, prácticas de seguridad y protección como
también practicas adecuadas de higiene sin dejar de la do que la
decisión de las personas de comportarse de un modo saludable y el
mantenimientos de estas conductas, están correlacionados con múltiples
factores que abarcan no solo su entorno sino su individualidad en donde
la persona entra a confrontar no solo su estilo de vida o cotidianidad
sino cual fue el origen de esta y como este se enfrenta a las situaciones
que ocurren en su entorno. Este panorama no ofrece aun respuestas
finalizadas, pero sí en el intento de búsqueda de modelos explicativos
que permitan elaborar estrategias de salud científicamente
fundamentadas, teniendo en cuenta modelos salutogénicos que aquel
que propone una disciplina que centra su estudio en el origen de la
salud y en los denominados activos para la salud y que utiliza como
complemento el enfoque patogénico que contempla los orígenes de la
enfermedad y sus factores de riesgo; que postula que la buena salud
emocional, psíquica y somática se mantiene gracias a la habilidad
dinámica del ser humano para adaptarse a los cambios de sus
circunstancias vitales en donde define que la suma de los recursos
generales de resistencia a la enfermedad menos el déficit general de
resistencia a la misma son aquellas que conforman el sentido de
coherencia con esto los recursos de resistencia se interrelacionan en tres
dominios básicos: aquéllos que mejoran la capacidad de obtenerlos,
aquéllos que benefician la comprensión del entorno y aquéllos que
permiten encontrarle un significado a la propia vida. Esto sustenta la
tendencia a la salud a partir de la elaboración de recursos personales
que se convierten en inmunógenos psicológicos, que permiten
desarrollar estilos de vida minimizadores del estrés y el desarrollo de
competencias para enfrentarse de una manera activa y positiva a
situaciones de la vida, con inclusión de la propia enfermedad Entre estos
se encuentra el Modelo de Resistencia Personal, el de Sentido de
Coherencia, el Modelo del Optimismo y el novedoso Concepto de
Resiliencia. Entre los factores psicológicos de riesgo para la aparición de
enfermedades, el más estudiado por su importancia, ha sido la acción
del estrés. Para acercarse a su explicación, se han elaborado varios
modelos de estrés que pueden resumirse en 3 enfoques: El enfoque del
estrés como respuesta a estímulos agresores del medio ambiente (papel
de eventos vitales), la concepción del estrés como respuesta
psicobiológica del organismo, que ha permitido establecer vínculos entre
los acontecimientos vitales y determinadas respuestas psico
neuroendocrinas e inmunológicas y los modelos transaccionales del
estrés, que conciben el estrés como un tipo particular de interacción
entre el individuo y su entorno y otorgan un papel protagónico a los
afrontamientos y a las emociones, como estados psíquicos en los que se
fija el estrés. Los estudios del estrés como respuesta psicobiológica del
organismo han permitido desarrollar una prometedora rama de la
medicina integrada: la psiconeuroinmunología. Los datos empíricos han
conducido a su rápido desarrollo en los países occidentales, y definen
esta como el estudio de la interacción entre el sistema nervioso central
como mediador de procesos tanto psicológicos como biológicos con el
sistema inmunitario, responsable no sólo de la resistencia a la
enfermedad, sino también de otras funciones biorreguladoras.
Objetivo general.
Identificar como los aspectos psicológicos interactúan de forma directa o
indirecta en las causas de las enfermedades de la salud o en el deterioro
de estas.

Objetivos específicos.
1. Reconocer que aspectos del entorno individual y colectivo
fomentan o promueven aspectos psicológicos que terminan
afectando la salud de la persona.
2. Identificar que tipo de procesos terapéuticos o comunitarios
ayudan de forma positiva en el tratamiento de enfermedades.
3. Reconocer de qué forma influye el estilo de vida y/o cotidianidad
de las personas en el cuidado y prevención de las enfermedades.
4. Investigar de que manera las personas mediante sus procesos
internos psicológicos alimentan de forma indirecta y en algunos
casos llegan hasta propiciar las enfermedades que padecen.

Antecedentes.

Históricamente, las interpretaciones causales sobre la salud y la


enfermedad se han orientado en dos perspectivas: las referidas a la
explicación de por qué el hombre enferma y las que hacen énfasis en el
discurso sobre la promoción de la salud y la prevención de las
enfermedades. Situemos los antecedentes de esta reflexión en el mundo
griego en donde se reconocen dos corrientes diferenciadas con respecto
a la mencionada interpretación: la escuela platónica, coherente con la
interpretación divina que los primitivos atribuían a la enfermedad, que
establecía que tanto la salud como la enfermedad eran determinadas
por un principio no material, el alma divina o pneuma, que afectaba los
órganos. La enfermedad se originaba por un castigo de los dioses y no
se curaba entonces con medicamentos, sino con cantos, himnos y otros
rituales simbólicos. Por su parte, la escuela hipocrática se opuso a esta
interpretación teúrgica, insistió en desacralizar las enfermedades y
propuso una causa natural para ellas. Planteó Hipócrates que el medio
externo tiene efectos en la producción de la enfermedad y reconoció
también en ella la incidencia de las características personales;
particularmente postuló la existencia de cuatro humores: sangre, flema,
bilis amarilla y bilis negra, cuyo equilibrio o desequilibrio influían en la
salud o la enfermedad y definían el temperamento de cada individuo
(Lain Entralgo, 1975).
En la Edad Media, bajo el dominio del discurso de la Iglesia Católica, se
desconocieron los aportes de las escuelas clásicas y prevaleció de nuevo
la interpretación mística de las enfermedades, atribuidas a la ira de Dios
o a la acción del demonio. Simultáneamente, la medicina del mundo
árabe avanzó en la sustentación materialista de la enfermedad y señaló
seis principios que incidían en el mantenimiento de la salud o en la
producción de la enfermedad, eran estos: el aire puro, la moderación en
el comer y en el beber, el descanso y el trabajo, la vigilia y el sueño, la
evacuación de lo superfluo y las reacciones emocionales.

El Renacimiento, con el nuevo modo de producción capitalista y con su


gran avance cultural y científico, revalorizó las enseñanzas de la escuela
hipocrática y de la medicina árabe e incentivó la investigación médica
ante la necesidad de respuestas prácticas a los problemas de salud que
afectaban a la población. El nacimiento de la microbiología, de la mano
del invento del microscopio, confirmó la interpretación materialista de la
enfermedad, pero produjo un esquema biologista unicausal para
explicarla.

El vínculo entre la biología y la medicina se hizo más fuerte en el siglo


XX, lo que permitió que se ampliaran y profundizaran los conocimientos
acerca del sustrato material de las enfermedades, en las que se propone
que ya no tienen efectos sólo los microorganismos sino una serie de
procesos que ocurren en los órganos, tejidos y células, y en los cuales
influyen de forma importante los procesos bioquímicos del organismo.
Por su parte, el siglo XXI se define por el paradigma genético bajo el
cual se han producido múltiples explicaciones y aplicaciones de esta
área a la interpretación y tratamiento de las enfermedades, pero se ha
consolidado con más fuerza el esquema unicausal con respecto a que las
causas biológicas son las únicas y las últimas para explicar los procesos
de salud y de enfermedad.

Esta mirada reduccionista de los problemas de salud ha generado como


respuesta que en campos más propios de las disciplinas sociales se haya
ido constituyendo una tendencia que cuestiona la mencionada
unicausalidad y propone una perspectiva multicausal, donde la
interacción entre tres componentes -agente, huésped y ambiente-
determinan el mantenimiento de la salud o la génesis de las
enfermedades. Este enfoque advierte sobre la importancia de ingresar
en el estudio de los problemas de salud el carácter activo del sujeto
humano, que obliga a superar el esquema simplista de que el huésped
es una entidad pasiva que recibe el influjo de un agente externo
patógeno, y pone en evidencia que múltiples factores, entre ellos los
psíquicos y sociales, inciden tanto en el huésped como en el agente y en
el ambiente. Esta nueva perspectiva ha hecho necesario que nuevas
disciplinas contribuyan al estudio de un campo que tradicionalmente fue
exclusivo del discurso médico; particularmente la Psicología, con su
rama específica de la Psicología de la salud, se ha configurado como una
disciplina que se ocupa de los factores psíquicos y sociales que influyen
en el mantenimiento de la salud o inciden en la aparición y evolución de
una enfermedad en determinado sujeto (Morales, 1999).

La preocupación de la disciplina psicológica en relación con los temas de


salud se orientó históricamente al estudio y tratamiento de la salud y las
enfermedades mentales. Sin embargo, desde los años 60 la Psicología
empezó a ocuparse del proceso salud-enfermedad en su dimensión más
amplia y comenzó a hacer aportes, como se dijo anteriormente, a un
campo tradicionalmente exclusivo del discurso médico. El área
disciplinar que se dedicó a este estudio se consolidó bajo el nombre de
Psicología de la salud y fue construyendo progresivamente un espacio
propio como campo aplicado de la Psicología, orientando su evolución
hacia dos enfoques: el clínico (con los antecedentes de la Psicología
clínica, el Psicoanálisis, la Psicología médica y la Psicología cognitivo-
conductual), y el social (fundamentado en la Psicología social
comunitaria).Con respecto a la atención psicológica en los centros de
atención secundaria en salud, como los hospitales y centros de
rehabilitación, los antecedentes muestran que hasta antes de los años
70, los servicios de Psicología de los hospitales se concentraban en la
atención de los pacientes psiquiátricos. Sin embargo, dice Morales
(1999, p. 198) que a partir de esa década se reconoce que:

En la causalidad de todas las enfermedades en general hay, en mayor o


menor grado, elementos de carácter psicológico. En todas están
presentes estados emocionales, comportamientos y valoraciones acerca
de la condición patológica, las limitaciones que lleva aparejada, las
exigencias de los procedimientos diagnósticos y terapéuticos, el
pronóstico y el impacto para la vida futura. Cada paciente presentará
entonces su propia respuesta a la enfermedad en la que se pone de
manifiesto no sólo las características regulares de la misma como hecho
biológico, sino también, y sobre todo, las del sujeto como persona
actuando en una situación específica.

En la atención secundaria, se propone que los psicólogos de la salud


deben estar integrados a las distintas unidades hospitalarias y hacer
parte de los equipos multidisciplinarios que tratan a los pacientes que
son atendidos en ellas.
Se plantea en el contexto colombiano en la ley 100 de 1993, que
desarrolla el Sistema General de Seguridad Social en Salud, y en la que
se fundamenta la propuesta de la protección integral que brinda
atención en salud en las fases de educación, información, fomento y
prevención, tratamiento y rehabilitación. Dentro del marco legal
colombiano, se define la promoción como

(...) la integración de las acciones que realizan la población, los servicios


de salud, las autoridades sanitarias y los sectores sociales y productivos
con el objeto de garantizar, más allá de la ausencia de la enfermedad,
mejores condiciones de salud físicas, psíquicas o sociales de los
individuos y las colectividades. (Ministerio de Salud de la República de
Colombia, Resolución 03997 del 30 de octubre de 1996, p.1).

La prevención, por su parte, se define como:

 (...) el conjunto de acciones que tienen por fin la identificación, control


o reducción de los factores de riesgo, del ambiente y del
comportamiento para evitar que la enfermedad aparezca o se
prolongue, ocasione daños mayores o genere secuelas evitables.
(Ministerio de Salud de la República de Colombia, Resolución 03997 del
30 de octubre de 1996, p. 2).

En la investigación que Hoyos, Duvaltier y Giraldo (2003) realizaron


sobre los límites de los programas de promoción y prevención desde una
perspectiva psicoanalítica, los autores abordaron este problema a partir
de su pregunta sobre cuáles son los factores psíquicos que pueden
incidir en que los sujetos se resistan a los propósitos de los programas
de promoción y prevención en salud. Para fundamentar su respuesta, y
en referencia con las leyes antes citadas, los investigadores señalan:

Se evidencia en la reglamentación existente, que para lograr el efecto


buscado se ha de contar con un sujeto capaz de autonomía y que quiera
permanecer sano. No obstante, la clínica médica evidencia que no todos
los pacientes se acogen a este ideal de salud y que en muchos de ellos
se hace palpable más bien el objetivo de instalarse cómodamente en la
enfermedad (Hoyos, Duvaltier y Giraldo, 2003, p. 134).

Y así mismo se ha ido cada vez mas generando nuevas metodologías y


estudios que hacen que la psicología de la salud tenga cada vez mas
validez en el discurso médico.

 
Mapa conceptual y teórico.

“Por psicología de la salud debería entenderse a la rama aplicada de la


psicología dedicada al estudio de los componentes de comportamiento
del proceso salud-enfermedad y de la atención a la salud, poniendo
especial énfasis en la identificación de los procesos psicológicos que
participan en la determinación de la salud, en el riesgo de enfermar, en
la condición y en la recuperación de la salud, fundamentalmente” así
define Morales Calatayud, F. (1997) la psicología de la salud.
Donde también determina que “en la causalidad de todas las
enfermedades en general hay, en mayor o menor grado, elementos de
carácter psicológico. En todas están presentes estados emocionales,
comportamientos y valoraciones acerca de la condición patológica, las
limitaciones que lleva aparejada, las exigencias de los procedimientos
diagnósticos y terapéuticos, el pronóstico y el impacto para la vida
futura. Cada paciente presentará entonces su propia respuesta a la
enfermedad en la que se pone de manifiesto no sólo las características
regulares de la misma como hecho biológico, sino también, y, sobre
todo, las del sujeto como persona actuando en una situación específica”
Teniendo en cuenta que “se evidencia en la reglamentación existente,
que para lograr el efecto buscado se ha de contar con un sujeto capaz
de autonomía y que quiera permanecer sano. No obstante, la clínica
médica evidencia que no todos los pacientes se acogen a este ideal de
salud y que en muchos de ellos se hace palpable más bien el objetivo de
instalarse cómodamente en la enfermedad” (Hoyos, Duvaltier y Giraldo,
2003, p. 134).
Planteado que “se trata entonces de una prevención prevenida, o
advertida de estos aspectos de la subjetividad, no estandarizables, que
descuadran toda estadística, todo protocolo, toda guía de manejo y que
generalmente se tornan en límites para la adhesión a los tratamientos
propuestos por los programas. Una prevención que, al contar con estos
aspectos, podría convertirse en programas con mayores posibilidades de
éxito (Hoyos, Duvaltier y Giraldo, 2003, p. 138)
Por su parte Aaron Antonovsky propuso “que deben existir factores que
causan la salud” agregando que en 1992, en un seminario que se
celebró en la Oficina Regional de la OMS en Copenhague, fueron
discutidas las teorías subyacentes de la investigación de
promoción de la salud y este presentó su modelo donde propone que
“el objetivo de la investigación en salud debe ser identificar, definir
y describir las rutas, los factores y causas de la salud positiva para
complementar nuestros conocimientos sobre cómo prevenir, tratar y
gestionar la salud desde el punto de vida patogénico, centrado en
el descubrimiento de las causas y los precursores de la enfermedad y la
identificación de factores de riesgo de enfermedades”.
Metodología
Tipo de Investigación: Básica (Solo información, no ofrece soluciones)
Produce conocimiento y la comprensión de este conocimiento.
Diseño: no experimental. (no requiere una acción en campo)
Paradigma: Interpretativo o comprensivo. enmarcan al investigador
para hacer un análisis al objeto de estudio.
Enfoque: Cualitativo
Método: Fenomenología.
Técnicas: Conversaciones grabadas y escritas
Instrumentos: Observación, entrevista.
Población y muestra: Muestra Participantes voluntarios
Unidad de análisis: según lo citado por Rodríguez, M (2011) Las
emociones perturbadoras influyen negativamente en la salud, ya que
hacen más vulnerable el sistema inmunológico, lo que no permite su
correcto funcionamiento. Lograr que el hombre se adapte a su medio
implica la mantención de la adecuada sincronización de las funciones de
los sistemas de su organismo y, en caso del surgimiento de un
desequilibrio, esta adaptación depende del restablecimiento de ese
equilibrio (López, 1999)

Referencias bibliográficas.
Stone, G. C. (1988). Psicología de la Salud: Una definición amplia.
Revista latinoamericana de psicología, 20(1), 15-26.
Piña, J., & Rivera, B. (2006). Psicología de la salud: algunas reflexiones
críticas sobre su qué y su para qué. Universitas Psychologica, 5(3), 669-
679.
Díaz Facio Lince, V. E. (2010). La psicología de la salud: antecedentes,
definición y perspectivas. Revista de Psicología Universidad de
Antioquia, 2(1), 57-71.

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